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11 TÉCNICAS DE ASERTIVDAD
Son personas normales, pero su forma de comportarse les amarga la vida a ellos y nos
la amargan a los demás.
Puede que sea un padre, una pareja o un amigo. Cualquier persona puede tener
características tóxicas.
Un tóxico es esa persona que está siempre viendo lo negativo del mundo. Está al
tanto de cualquier desgracia que haya ocurrido en su zona y su principal tema de
conversación es lo mal que va el mundo.
También es aquél que utiliza el chantaje emocional para conseguir lo que quiere:
intentará que sientas pena para que le ayudes o te hace sentir siempre como que le
debes algo.
Y también es la persona que odia que a los demás les vaya bien, y sabotea cualquier
logro ajeno con manipulaciones y engaños.
En el peor de los casos, has forjado una relación duradera con esa persona y, al
tiempo, te has dado cuenta de que mantener esa relación te estaba haciendo mucho
daño.
¿Y si te digo que con la asertividad ninguna persona tóxica puede volver a amargarte
la vida?
¿Qué es la asertividad?
La asertividad es una habilidad social que te permite expresar tu opinión, deseos y
sentimientos, sin manipular ni ser manipulado.
Con la asertividad serás capaz de expresar qué quieres y qué no quieres, lo que te hará
fuerte contra manipulaciones.
No les hagas caso, es la respuesta que tienen los demás ante aquellos que tienen
claros sus límites y no se dejan pisotear.
Técnicas asertivas
Estas técnicas te permitirán expresar tus creencias, emociones y deseos.
Son las que te servirán para hacerte respetar y evitar manipulaciones. Y, por tanto,
librarte de cualquier persona tóxica.
1. ASERTIVIDAD BÁSICA
Primera técnica asertiva. Y la más simple.
Esta técnica consiste en expresar tus derechos y sentimientos. Simple y fácil ¿verdad?
Pero pocos lo hacen.
Te servirá para cuando te insulten, te griten, te piden hacer algo que no quieres, te
interrumpen, etc.
Si sientes que una persona te está pasando por encima, esta es la técnica que debes
usar.
Por otro lado, si insisten en pedirte que hagas algo que no quieres, además de
aumentar la firmeza, deberás acortar tu mensaje y no dar más explicaciones (esto se
llama la técnica del disco rayado que veremos a continuación).
- “No.”
- “(Silencio acompañado de una mirada firme a los ojos, sin ceder terreno ni
mostrar pena o culpa, pero tampoco agresividad).”
2. DISCO RAYADO
Esta técnica puede ser usada en muchas ocasiones. Además, como has visto antes,
puede combinarse con otras técnicas asertivas.
Consiste en repetir tu punto de vista una y otra vez, hasta que el mensaje queda
comprendido o, al menos, das a entender que no vas a cambiar tu opinión.
No debes enfadarte, ni atacar al otro, ni subir el tono de voz, ni dar más explicaciones
de por qué opinas así. Sólo repite tu mensaje.
Es útil para cuando te insisten en hacer algo que no quieres o cuando ignoran lo que
has dicho.
Por ejemplo:
- Oye Pedro ¿te vienes esta noche a dar una vuelta por mi cumpleaños? Sólo
faltas tú.
- No puedo, mañana tengo que trabajar y hay una reunión importante. (Primer
mensaje utilizando la asertividad básica)
- Si pero eso no quita que mañana tenga trabajo y no podría volverme antes si
no me traes.
Como ves, con cada nueva excusa, la postura de Pedro pierde firmeza y su amigo tiene
más oportunidades para convencerlo.
En este caso es un amigo, sin intenciones de hacer daño. Pero ¿Y si no fuera así? ¿Y si
ocurre con alguien que sólo busca su propio beneficio?
Es útil para situaciones en las que interactúes con alguien que no quieres que se sienta
herido.
- “Sé que tienes poco tiempo, pero necesito que me devuelvas mi libro.”
1. “Cuando tú haces…”
2. “Yo me siento…”
3. “Y por eso hago…”
4. “Preferiría que…”
Por ejemplo:
- “Te estás enfadando y así no vamos a llegar a ningún lado. ¿Por qué no
paramos un momento y hablamos más tranquilos?”
6. BOMBA DE HUMO
Esta técnica consiste en dar la razón al otro en parte de su argumento, o en todo.
Así, parecerá que cedes terreno, pero en realidad estás acabando con la interacción
sin tener que cambiar tu postura.
Es útil para situaciones en las que quieres acabar una discusión y también para cuando
la otra persona puede que tenga razón pero, de momento, no quieres hablar de ello.
Si te ataca, te juzga o hace una generalización (y crees que se equivoca), tendrás que
aclararlo:
- “Tienes razón, he llegado tarde, pero sabes que suelo ser puntual.”
O también:
7. PRÓRROGA
La prórroga consiste en aplazar el momento de la decisión o de la respuesta asertiva
para más tarde.
Es útil para cuando nos vemos sobrepasados por la situación, nos sentimos indecisos o
queremos pensar mejor lo que vamos a responder.
Esta es la técnica más sencilla que puedes usar si estás empezando a ser asertivo. Te
dará tiempo para repasar tus creencias y pensar mejor lo que vas a decir.
Recuerda, si insisten, usa el disco rayado para mantener tu postura, que en este caso
consiste en dejar la conversación para más tarde.
También podemos usar la prórroga cuando veamos que la otra persona tiene una
actitud agresiva, nos ataca verbalmente o critica nuestra forma de hacer las cosas.
- “Estás muy alterado, será mejor que lo hablemos después, con tranquilidad.”
8. IMPÓN TU RESPETO
Esta técnica consiste en expresar con claridad que el otro te está faltando el respeto
o se está burlando de ti, y que no lo vas a permitir.
- “Hay que ser muy tonto para no aceptar una oferta así.”
- “Te he dicho que no, y no vuelvas a insinuar que soy un tonto. Yo te estoy
respetando y espero lo mismo de ti.”
No puedes ignorar un ataque hacia ti. Debes demostrar que es una conducta que no
vas a tolerar.
Hay que hacerlo con firmeza, pero sin agresividad. No quieres pelear, sólo quieres
dejar claro que mereces que te traten con respeto.
Nunca juzgues a la persona. Si juzgas, será tomado como un ataque y provocará que la
otra persona se defienda, iniciando una discusión.
En lugar de llamar a alguien torpe, dile que preste más atención cuando lleve objetos
de valor encima.
En lugar de decir que un trabajo es una chapuza, di que la redacción podría mejorar y
que hay faltas de ortografía.
Como técnica, se puede aplicar cuando una conversación se está yendo de las manos.
-“¡Serás caradura! Pero si eres tú el que siempre está contando cada céntimo
que se gasta.”
Cuando sientas ira o veas que estás culpando a alguien, es útil intentar distanciarse de
la interacción y ver las cosas “desde fuera”.
Ese es el objetivo de esta técnica. Consiste en recibir abiertamente la crítica que nos
están haciendo y pedir a la persona que nos dé más detalles.
Esto desmontará el ataque o la crítica destructiva de la otra persona, que verá como
sus palabras son acogidas de buen gusto.
Como mínimo, con esta técnica conseguiremos que la otra persona deje de atacarnos
o criticarnos. Pero también puede que el otro tenga razón con su crítica, con lo que
ganaremos información útil sobre algo que podemos mejorar de nosotros mismos.
O también:
En esta técnica tienes que tener especial cuidado con tu tono de voz. Si tu pregunta
no suena sincera, parecerá que estás siendo irónico y así sólo provocarás una
discusión.
No debe darte reparos dejar a alguien con la palabra en la boca si ya le has dicho
asertivamente que no quieres que continúe.
- “¡Pero si sólo me propones cosas que te gustan a ti! Eres una egoísta.”
(Culpabilización)
Aclaración final
Las técnicas de asertividad son la herramienta que se usa para exteriorizar y dar a
conocer a los demás tus creencias.
Son como las técnicas de patadas y puñetazos de un arte marcial. Pero, ¿de qué sirve
saber dar la patada o el puñetazo perfecto, si no tienes la fuerza o el equilibrio para
ejecutarlo y que haga lo que tiene que hacer?
La fuerza y el equilibrio son tus creencias e ideas sobre tus derechos y límites.
Muchos pacientes de las consultas psicológicas relatan que les parece lógico y positivo
utilizar estas técnicas. Saben que deben aplicarlas, pero después, en los momentos
decisivos, no se sienten capaces para hacerlo.
Eso refleja que mantienen creencias sumisas o agresivas y que no han trabajado lo
suficiente su autoconocimiento.
Desde la profundidad del subconsciente, las creencias continúan dirigiendo sus actos y
sentimientos.
Esta tarea resulta muy compleja para realizarla en solitario y normalmente se necesita
la ayuda de un profesional. A través de la terapia presencial, el psicólogo es el que
dirige el ejercicio para obtener los mejores resultados.
SOBRE MÍ
Hasta aquí la guía, espero que te haya gustado.
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