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GALLINAZOS PSICODÉLICOS

¡Hola Galinazo!, sé que eres un tipo que le entra a cualquier género musical, pero
en especial, te encanta tanto el rock como a mí.

Hablemos del rock peruano, un género musical que nació diez años y trece días
después del final de la segunda guerra mundial, exactamente el 15 de setiembre
de 1955; ese día se estrenó en cines locales Blackboard Jungle, o según la
traducción castellana: Semilla de Maldad.

Gracias a una canción de Bill Haley que sonaba en la película, el éxito del filme
entre los jóvenes limeños fue explosivo e inmediato. No pasaría mucho tiempo
para que el sello discográfico el virrey editara la canción —“Rock Around The
Clock”— en versión nacional, en clásico formato de carbón para velocidad de 45
r.p.m. poco después, cuando el tema ya era parte de la programación habitual de
las radios locales, la verdad se hizo aún más evidente: El rock and roll no se iba a
ir tan rápido de lima. En realidad, no se iba a ir nunca.

Bajo la estela cinematográfica de Blackboard Jungle y el poderoso sonido de bill


haley, dos bandas locales empezaron a practicar el nuevo ritmo: La orquesta de
Eulogio Molina y los millonarios del jazz. Es importante anotar que en ambos
casos la etiqueta de “rock and roll” no refiere ni a un estilo de vida ni a una
subcultura juvenil, sino únicamente a la elección de un estilo musical.

La banda de Eulogio Molina, por ejemplo, interpretaba éxitos tropicales en las


fiestas más exclusivas de la época —El famoso ochenio del general Odría— y sus
músicos eran curtidos profesionales que podían pasar de meditativos temas de
bossa nova a sones de la sonora matancera. Esto le permitió al grupo acomodarse
rápidamente —Aunque de un modo un tanto artificial— al nuevo ritmo de moda.
de hecho, el primer disco de rock and roll hecho en el Perú fue grabado por la
orquesta de Eulogio Molina, y fue editado por el Sello Mag el 22 de enero de
1957.

Hoy en día, lamentablemente el rock en sus


distintas variaciones es uno de los géneros
más devaluados del Perú. Existen muchos
artistas talentosos donde el único espacio
donde pueden expresarse son los circuitos
underground.

Pese a que los medios de comunicación


masiva aun lo tratan como al pariente pobre
de la música peruana, el rock y, en general, la
música joven hecha por peruanos, continúa
produciendo discos sorprendentes y
prometedores.

El año pasado, en una encuesta realizada por GFK, se dio a conocer que la mayoría
de peruanos prefieren la cumbia, pero existen bandas de rock que fusionan
ambos géneros para lanzar algo sensacional.

La fusión es el sendero musical más interesante; con trabajos como ‘zamba puta’
en el que la cantautora limeña, amplió un poco más su eclecticismo, con
acercamientos al jazz y la bossa nova filtrados por un estilo compositivo y vocal
cada vez más singular.

Olaya Sound System, mientras tanto, hizo lo propio, añadiendo una vez más
matices cumbieros y tropicales a sus bases reggae en su notable cuarto disco,
‘música del mar’.

La más extrovertida, la mezcla de rock, electrónica y elementos de costa, sierra y


selva hecha por Ravelers se plasmó en un disco debut que lleva el nombre de la
banda y que consideramos el más interesante de los ep (extended play o discos
de corta duración) lanzados este año.

Otro nuevo nombre que sorprende, por fusionar el sonido de una banda festiva
provinciana con pinceladas rockeras es el de Los Cusqueños la Sonora Patronal,
que en 2017 también debutó discográficamente.

La Ciudad Imperial también atestiguó el rápido desarrollo y ascenso de Chintatá,


grupo novel que en su ep ‘tiqsimuyu’ fusiona música andina con rock en ciertos
momentos áspero y en otros, progresivo y ensoñador cantado casi siempre en
quechua.

Otro nuevo nombre es el de Bricheros, quinteto limeño que en su ep debut


“mundo brichera’, evidencia su amor por la cumbia peruana instrumental y
vintage, dotándola de aires contemporáneos y digitales.

A su vez, el grupo Lapondé mostró en su álbum ‘nueva enjundia’ por qué puede
considerárseles la punta de lanza de ese aun pequeño pero prometedor
movimiento de artistas jóvenes orientados a darle a la música criolla y costeña
nuevos bríos; en este caso asociándola al rock ortodoxo con notables resultados.

Desde el terreno de las cantautoras, Magali Luque, también recurrió a lo costeño


y lo andino en los momentos más llamativos de ‘había una vez’, su tercer álbum

Bien situada en los predios del hip hop, la solista Karolinativa planteó en su ep
‘familia’ el tema de la identidad musical y cultural afroperuana, con canciones en
las que los ritmos negros del Perú tienen especial protagonismo.

Ya dentro de este género musical urbano, ‘rem’, el álbum de la Dupla Pounda &
Nomodico, tal vez sea la mejor producción de su tipo hecha este año, gracias a
su eclecticismo y estética sonora futurista; no exenta de contenido social en sus
letras.

Nuestro recuento no se agota en la fusión y el hip hop. este año fue pródigo en
muestras destacables de indie rock y noise pop, como los discos de los zapping,
teleférico, almirante ackbar, submarino, juan gris y los trujillanos veranos del 83.

Por su parte, Francöis Peglau y la fracaso band, Alejandro y María Laura, mi jardín
secreto y los debutantes plutonio de alto grado y bruja siberia, dejaron sentada
su habilidad para elaborar canciones memorables, partiendo desde diversos
estilos ya establecidos.

Como estos artistas hay muchos más y nosotros seremos responsables en no


perderlos en el olvido, pero si es necesario que más gente los escuche y sientan
lo que transmiten por medio de su música. Es necesario que todos juntos
podamos hacer surgir esta nueva era musical de los artistas psicodélicos.

Gallinazo, se parte de esta comunidad y revolucionemos el mundo con mucha


música psicodélica.

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