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Comercio Exterior y Aduanas

1
MANUAL AUTOFORMATIVO

DERECHOS
HUMANOS

Mg. Flaminia Maietti


Derechos Humanos
Primera edición
Huancayo, enero de 2017

De esta edición
© Universidad Continental
Av. San Carlos 1980, Huancayo-Perú
Teléfono: (51 64) 481-430 anexo 7361
Correo electrónico: recursosucvirtual@continental.edu.pe
http://www.continental.edu.pe/

Versión e-book
Disponible en http://repositorio.continental.edu.pe/
ISBN electrónico N.° 978-612-4196-
Asesora didáctica: Fernando Pablo Ñaupari Rafael

Dirección: Emma Barrios Ipenza


Edición: Eliana Gallardo Echenique
Asistente de edición: Andrid Poma Acevedo
Corrección de estilo: Groffer Joy Rengifo Arévalo
Diseño y diagramación: José Maria Miguel Jáuregui Muñico

Todos los derechos reservados. Cada autor es responsable del contenido de su propio texto.
Este manual autoformativo no puede ser reproducido, total ni parcialmente, ni registrado en o transmitido por
un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, fotoquímico,
electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia, o cualquier otro medio, sin el permiso previo de la Universidad
Continental.
ÍNDICE
Introducción 7
Presentación de la Asignatura 9
Competencias de la Asignatura 9
Unidades Didacticas 9
Tiempo minimo de Estudio 9

UNIDAD I: Elementos definitorios, fundamentos doctrinarios y clasificación de los derechos humanos 11

Diagrama de presentación de la unidad I 11

Organización de los aprendizajes 11

TEMA N° 1: elementos definitorios 12


1 Definición de derechos humanos y premisas terminológicas 12
1.1.Fundamentación iusnaturalista 12
1.2.Fundamentación historicista 12
1.3.Fundamentación ética 12
2 Caracteres y principios de los derechos humanos 13

TEMA N° 2: FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS 15


1 Las fuentes del Derechos Internacional de los Derechos Humanos 15
1.1 Las fuentes de los derechos humanos 16
2 Garantías y limitaciones de los derechos humanos 17

Lectura Seleccionada N° 1 18

Actividad Formativa Nº 1 18

TEMA N° 3: LAS GENERACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS 19


1 Las tres generaciones de los derechos humanos 19

TEMA N° 4: INSTRUMENTOS FUNDAMENTALES DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS 22


1 La Declaración Universal de los Derechos Humanos y su valor moral y jurídico 22
2 Los pactos internacionales 23
2.1 El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 23
2.2 El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 24

Lectura Seleccionada N° 2 26

Glosario de la Unidad I 26

Bibliografía de la Unidad I 27

Autoevaluación de la Unidad I 28

UNIDAD II: La Protección de los Derechos Humanos de los Grupos Vulnerables 30

Diagrama de Presentación de la Unidad II 30


Organización de los Aprendizajes 30

TEMA N° 1: LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES Y LOS NIÑOS 31


1 La protección de los derechos de las mujeres: la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y sus protocolos adicionales 31
2 La protección de los derechos de los niños: la Convención sobre los Derechos del Niño y sus protocolos
adicionales 33
2.1 El Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de Niño relativo a la participación de los
niños en los conflictos armados 35
2.2 El Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de Niño relativo a la venta de niños, la
prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía 36
2.3 El Protocolo Facultativo relativo a un procedimiento de comunicaciones 36

Lectura Seleccionada N° 1 37

Actividad Formativa Nº 2 37

TEMA N° 2: LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS REFUGIADOS Y DE LAS PERSONAS CON DISCA-
PACIDAD 38
1 La protección de los derechos de los refugiados: la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los

Refugiados 38
1.1.El Protocolo Adicional a la Convención sobre el Estatuto de Refugiado 41
2 La protección de las personas con discapacidad: la Convención Internacional sobre los Derechos de las

Personas con Discapacidad 41


4.1.El Protocolo Facultativo a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad 44

Lectura Seleccionada N° 2 44

Glosario de la Unidad II 44

Bibliografia de la Unidad II 45

Autoevaluacion Nº 2 47

UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas por agentes del estado 49

Diagrama de Presentación de la unidad III 49

Organización de los Aprendizajes 49

TEMA N° 1: LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS FRENTE A VIOLACIONES COMETIDAS POR AGENTES
DEL ESTADO: LA TORTURA 50
1 La Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes (CAT) 50
2 El Protocolo Adicional a la Convención contra la Tortura 51

Lectura Seleccionada Nº 1 53

Actividad Formtiva Nº 3 53
TEMA Nº 2: EL GENOCIDIO 54
1 La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio 54

TEMA Nº 3: DESAPARICIONES FORZADAS 56


1 La Convención Internacional para la Prevención de Todas las Personas contra las Desapariciones

Forzadas 56

Lectura Seleccionada Nº 2 58

Glosario de la Unidad III 58

Autoevaluación N°3 60

UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas regionales de
protección: el interamericano, el europeo y el africano 62

Diagrama de Presentación de la Unidad IV 62

Organización de los Aprendizajes 62

TEMA N° 1: La antigua Comisión de Derechos Humanos y el actual Consejo de Derechos Humanos de


las Naciones Unidas 63
1 La Comisión de Derechos Humanos: estructuras y funciones 63
2 El Consejo de Derechos Humanos: estructura y funciones 64
3 Diferencia entre la antigua Comisión y el Consejo de Derechos Humanos 67

TEMA Nº 2: El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos 68


1 La Convención Interamericana sobre los Derechos Humanos 68
2 Los órganos para la promoción y protección de los derechos humanos: la Comisión y el Consejo

Interamericanos de Derechos Humanos 69


2.1 La Comisión Interamericana 70
2.2 La Corte Interamericana 71

Lectura Seleccionada Nº 1 73

Actividad Formativa Nº 4 73

TEMA 1: El Sistema Europeo de Protección de los Derechos Humanos 74


1 La Convención Europea de Derechos Humanos (CEDH) 74
2 La Carta Social Europea 77
3 El órgano para la protección y promoción de los derechos humanos: el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos 78

TEMA 2: El Sistema Africano de Protección de los Derechos Humanos 79


1 La Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos 79
2 Los órganos para la protección y promoción de los derechos humanos: la Comisión y la Corte Africana de
Derechos Humanos 81
Lectura Seleccionada Nº 2 83

Glosario de la Unidad IV 83

Bibliografía de la Unidad IV 85

Autoevaluación de la Unidad IV 86

Anexo 88
INTRODUCCIÓN

E l curso de Derechos Humanos tiene el


objetivo de formar los estudiantes acerca de
los fundamentos del Derecho Internacional de los
aplicativas por cada tema. Además, se utilizará una
estrategia metodológica que implica el desarrollo
de la capacidad de análisis de textos legislativos
Derechos Humanos y su protección a varios niveles, internacionales en materia de derechos humanos y
a través del estudio de la doctrina internacional, el su incorporación en el sistema nacional, así como una
análisis de los principales tratados internacionales comparación y análisis del sistema nacional respecto
sobre tal materia y el conocimiento del Sistema a los estándares internacionales de protección de los
Internacional de Protección de los Derechos derechos humanos.
Humanos establecido en el ámbito de las Naciones
Unidas y los sistemas regionales creados en América, Las actividades lectivas pretenden resaltar la
Europa y África. necesidad de la protección de los derechos del
ser humano dentro de un Estado Democrático de
La asignatura se estructura en dos partes principales: Derecho. Se pretende formar en los estudiantes
el estudio de los principales instrumentos un nivel elevado de conciencia respecto al sentido
internacionales de protección de los derechos histórico y social de los derechos humanos, así
humanos y el análisis del sistema universal y de los como de sus principios y fundamentos jurídicos y
sistemas regionales ideados para la protección de los filosóficos.
derechos humanos.

El curso es de naturaleza teórico-práctica y la


estrategia didáctica tendrá un enfoque dinámico a
través de planteamientos y desarrollo de actividades
DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO

PRESENTACIÓN DE LA ASIGNATURA

COMPETENCIAS DE LA ASIGNATURA:

Analizar críticamente los principales instrumentos internacionales y regionales en materia de protección de los derechos humanos.
Evaluar la importancia del rol del Estado y de la sociedad civil en la protección y respeto a los derechos humanos.

UNIDADES DIDACTICAS:
UNIDAD I UNIDAD II UNIDAD III UNIDAD IV

Elementos definitorios, La protección de los derechos La protección de los derechos El Sistema Internacional de
fundamentos doctrinarios y humanos de los grupos vulnerables humanos frente a violaciones Protección de los Derechos
clasificación de los derechos cometidas por agentes del Estado Humanos y los tres sistemas
humanos regionales

TIEMPO MINIMO DE ESTUDIO:


UNIDAD I UNIDAD II UNIDAD III UNIDAD IV
1.ª semana y 2.ª semana 3.ª semana y 4.ª semana 5.ª semana y 6.ª semana 7.ª semana y 8.ª semana
16 horas 16 horas 16 horas 16 horas
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 11
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

UNIDAD I: Elementos definitorios, fundamentos doctrinarios y clasificación de los


derechos humanos

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD I

CONTENIDOS EJEMPLOS ACTIVIDADES

AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÍA

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Videoclase N° 1 1.Aprende los conceptos básicos y los ele- 1.Participa activamente en clase a través
mentos definitorios de la disciplina del de intervenciones orales en el análisis de
Tema Nº 1: Elementos definitorios Derecho Internacional de los Derechos casos y ejemplos
1.Definición de derechos humanos y premisas Humanos 2.Reconoce la importancia de entregar los
terminológicas. 2.Conoce los criterios de interpretación, trabajos consignados en las fechas límites
2.Caracteres y principios de los derechos las garantías y las limitaciones al ejercicio establecidas por el docente
humanos. de los derechos humanos 3.Reconoce la importancia y utilidad de las
3.Aplica estos conceptos a su actividad autoevaluaciones como instrumentos de
Tema Nº 2: Fundamentos Doctrinarios cotidiana como a la práctica jurídica. retroalimentación.
1.Las fuentes del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos. Actividad Nº 1
2.Garantías y limitaciones de los derechos Análisis crítico de video
humanos.
4.Conoce las tres generaciones de los
Lectura seleccionada N° 1 derechos humanos y se cuestiona sobre
La tutela internacional del individuo la existencia de una cuarta generación de
tratándose de derechos humanos. derechos.
5.Conoce los primeros instrumentos de
Videoclase N° 2 protección de los derechos humanos
6.Analiza críticamente la doctrina sobre la
Tema Nº 3: Las generaciones de los derechos hu- materia de derechos humanos.
manos

1.Las tres generaciones de los derechos Control de lectura Nº 1


humanos.

Tema Nº 4: Instrumentos fundamentales del Dere-


cho Internacional de los Derechos Humanos
1.La Declaración Universal de los Derechos
Humanos y su valor moral y jurídico.
2.Los pactos internacionales:
- El Pacto Internacional de los Derechos
Civiles y Políticos.
- El Pacto Internacional de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales.

Lectura seleccionada N° 2
Declaración Universal de los Derechos
Humanos: ¿Normas de jus cogens?

Autoevaluación Nº 1
ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
12 UNIDAD I
HUMANOS

TEMA N° 1: ELEMENTOS DEFINITORIOS


Para entender la disciplina del Derecho Internacional de los Derechos Humanos es necesario analizar y comparar las
definiciones aceptadas por la doctrina, así como conocer los principios inspiradores y los caracteres fundamentales de los
derechos humanos.

1 Definición de derechos humanos y premisas terminológicas

La investigación acerca del fundamento de los derechos humanos tiene como objetivo encontrar una explicación ra-
cional de la existencia de esos derechos. El concepto de los derechos humanos va íntimamente relacionado con lo que se
considere su fundamento, ya que el concepto que se maneje sobre ellos dependerá de la fundamentación aceptada.

Históricamente se han presentado varios tipos de justificaciones del nacimiento de los derechos humanos, que se han de-
sarrollado en verdaderas corrientes de pensamiento. Aquí trataré hacer una síntesis de las tres principales fundamentaciones:

1.1 Fundamentación iusnaturalista, que consiste en la consideración de los derechos humanos como derechos naturales.

1.2 Fundamentación historicista, la cual emerge de la consideración de los derechos humanos como derechos históricos.

1.3 Fundamentación ética, por la que se considera que los derechos humanos deben ser considerados como derechos
morales (Fernández, 1982).

El fundamento iusnaturalista de los derechos humanos se basa en que estos son inherentes a la naturaleza humana. Así,
la naturaleza es la esencia y característica de cada ser, por lo que hablar de los derechos naturales como inherentes a la natu-
raleza humana implica considerar que son derechos propios de la naturaleza humana; es decir, se supone el reconocimiento
normal, natural y espontáneo de esos derechos que le son propios a los seres humanos (Polo, 2016). Dicho fundamento está
avalado por más de veinticinco siglos de aceptación, sobreviviendo siempre a las críticas del positivismo, renaciendo en todas
las épocas, aun con la oposición de muchos juristas. El iusnaturalismo sostiene en general la existencia de reglas de derecho
natural superiores al derecho positivo. Este derecho natural es inmutable y eterno, y su conocimiento se produce por medio
de la razón o la revelación, según la corriente.

El fundamento historicista, en cambio, sostiene que los derechos humanos están basados en las necesidades sociales y la
posibilidad de satisfacerlas. Se niega absolutamente la fundamentación en la naturaleza humana, basándose en la evolución
que se ha ido desarrollando a través de la propia historia de los derechos humanos, cuyo catálogo varía y se amplía de acuerdo
con las propias necesidades del hombre. Por ejemplo, los primeros derechos fueron los de la vida, la libertad y los derechos
políticos; una vez adquiridos, surgen los derechos sociales, como el derecho a la vivienda, a la salud, a la seguridad social. Al
cambiar las circunstancias sociales y estando asegurados los anteriores, empiezan a exigirse los derechos de la colectividad,
como el derecho a la paz y a vivir en un ambiente sano y los derechos a la autodeterminación de los pueblos, etcétera.

El fundamento ético tiene muchos seguidores, que consideran que los derechos humanos son derechos morales, cuya
fundamentación no está en la moral particular de cada quien, sino en la moralidad colectiva, constituida por las normas mo-
rales de la sociedad de cada época. Sin embargo, la objeción a este punto de vista estriba en que la moralidad en una sociedad
es sumamente variada y conflictiva, y además en el hecho de que en una época determinada confluyen diversos criterios
morales, por lo que se carecería de un fundamento único (Moreno, 2007).

Pasamos ahora a analizar algunas definiciones dadas por la doctrina acerca del concepto de derechos humanos. Entre
las definiciones más relevantes es pertinente incluir las siguientes:

A. Definición tautológica
«Los derechos del hombre son los que corresponden al hombre por el hecho de ser hombre». Esta definición no apor-
ta ningún elemento nuevo que permita caracterizar tales derechos y es muy repetida en la doctrina.

B. Definición formal
«Los derechos del hombre son aquellos que pertenecen y deben pertenecer a todos los hombres, y de los que ningún
hombre puede ser privado». Esta definición no especifica el contenido de los derechos.

C. Definición teleológica
«Los derechos del hombre son aquellos que son imprescindibles para el perfeccionamiento de la persona humana,
para el progreso social o para el desarrollo de la civilización». Esta definición apela a ciertos valores, susceptibles de
diversas interpretaciones (Moreno, 2007). Una definición se denomina teleológica cuando explica la razón de algo en
función de su fin, y efectivamente esta definición explica la razón de los derechos humanos en función de sus fines,
definidos como el perfeccionamiento del ser humano, el progreso social y el desarrollo de la civilización.


UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 13
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

Una definición que ha sido aceptada por la doctrina es la de Pérez Luño, destacado jurista y filósofo del Derecho español, la
cual establece lo siguiente: «Los derechos humanos son un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histó-
rico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humana, las cuales deben ser reconocidas positivamente
por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional». (Pérez, 1984, p. 46). Esta definición es descriptiva, aunque
siga teniendo una fuerte carga teleológica porque también explica la razón de los derechos humanos en función de su fin, como
vimos anteriormente.

Una definición hoy en día reconocida por la mayor parte de la doctrina y por la comunidad internacional en general es
la dada por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ACNUDH), a saber: «Los
derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de resi-
dencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos
humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles». Esta es una defi-
nición fuertemente descriptiva, que menciona los caracteres principales de los derechos humanos y se basa en el principio de
no discriminación, que como, se verá más adelante, es uno de los principios básicos de nuestra disciplina.

2 Caracteres y principios de los derechos humanos

Los Derechos Humanos tienen unos principios y caracteres propios que permean toda la disciplina objeto de nuestro estu-
dio. Entre los principios de los derechos humanos corresponde mencionar el principio de universalidad, el de inalienabilidad,
el de imprescriptibilidad, el de inviolabilidad, el de interdependencia e indivisibilidad, el de igualdad, el de corresponsabilidad
y el de transcendencia a la norma positiva. Ahora pasaremos a analizar en detalle de cada uno de ellos:

A. Principio de universalidad
El principio de la universalidad de los derechos humanos es uno de los principios fundamentales del Derecho Inter-
nacional de los Derechos Humanos. Según este principio, todos los Estados de la comunidad internacional tienen el
deber de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos. Por lo
tanto, se puede afirmar que la promoción y la protección de los derechos humanos representa un asunto universal,
propio de toda la comunidad internacional.

B. Principio de inalienabilidad
Los derechos humanos no deben suprimirse, no es posible renunciar a ellos, salvo en determinadas situaciones y con
las debidas garantías procesales.

C. Principio de imprescriptibilidad
Los derechos humanos tendrán vigencia en tanto existan los seres humanos, su existencia no ha de extinguirse nunca.

D. Principio de inviolabilidad
Es necesario protegerlos y garantizarlos en toda circunstancia y en todo momento.

E. Principio de interdependencia e indivisibilidad


Los derechos humanos constituyen un conjunto integral e interdependiente, por lo tanto, para llegar a protegerlos de
manera eficiente es necesaria la protección tanto de los derechos civiles y políticos, cuanto de los derechos económi-
cos, sociales y culturales. La negación de un derecho significa poner en peligro el conjunto de la dignidad de la perso-
na. No se puede disfrutar plenamente del derecho a la educación si la persona no está bien alimentada o si carece de
una vivienda adecuada.

F. Principio de igualdad
Los derechos humanos protegen de igual manera a todos los seres humanos, sin distinción alguna. Este principio,
enunciado negativamente, es el principio de no discriminación. La no discriminación es un principio transversal en el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Está presente en todos los principales tratados de derechos huma-
nos y constituye el tema central de algunas convenciones internacionales, como la Convención Internacional sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer.

G. Principio de corresponsabilidad
Según este principio, todos somos responsables de forma individual y colectiva para que a cada individuo se le garanti-
cen sus derechos humanos. Si se viola un derecho humano de una persona, la responsabilidad recae sobre la comu-
nidad internacional entera; por ende, sobre cada uno de nosotros. Todos somos responsables para que los derechos
humanos sean reconocidos y garantizados para todos los seres humanos.

H. Principio de trascendencia a la norma positiva


Para que los ciudadanos de un Estado vean reconocidos sus derechos humanos, no es necesario que un Estado los
reconozca de manera explícita en su legislación. Además, cabe mencionar que la comunidad internacional reconoce
un núcleo duro de los derechos humanos como jus cogens (derecho inderogable), es decir como parte del derecho
imperativo o perentorio que no admite ni la exclusión ni la alteración de su contenido. Por lo tanto, aunque un Esta-
ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
14 UNIDAD I
HUMANOS

do no sea parte de los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos, estos derechos deben
ser garantizados.

En cuanto a los caracteres de los derechos humanos, procede mencionar su no inmutabilidad, su carácter histórico, su no
taxatividad y su carácter procesal, absoluto, sistémico, dialectico y expansivo. Pasamos ahora a analizarlos uno a uno:

A. No inmutabilidad
No es posible establecer un catálogo específico de derechos humanos que tenga validez general al margen del mo-
mento histórico.

B. Carácter histórico
El concepto de los derechos humanos se encuentra en continuo desarrollo, nunca se inmoviliza, sino que se desa-
rrolla en las diferentes épocas históricas. Es incorrecto afirmar que exista un concepto apriorístico de los derechos
humanos.

C. No taxativos
Los derechos humanos no pueden ser incluido en un catálogo definitivo; al contrario, cabe resaltar que su existen-
cia depende de otros factores, como las fuentes de poder, las necesidades de los seres humanos en los diferentes
momentos históricos, la interpretación formulada por las ideologías dominantes y las diferentes formas de organi-
zación social, política y económica de la sociedad. Por eso, a la hora de garantizar los derechos humanos, muchas
Constituciones nacionales, como las de Venezuela, Bolivia y Argentina, establecen un numerus apertus de derechos,
lo que equivale a afirmar que el enunciado de los derechos no debe entenderse como negación de otros que no se
mencionen expresamente.

D. Carácter procesal
Esta característica deriva del proceso de evolución de los derechos humanos, por eso se habla de tres generaciones
de tales derechos. Puede tratarse de un proceso de evolución, pero también de uno de involución, como se registró
históricamente con las dictaduras militares.

E. Carácter de absolutos
No pueden ser infringidos justificadamente y tienen que ser satisfechos sin ninguna excepción. Cuentan con pre-
valencia frente a decisiones políticas y normas jurídicas que no preserven valores recogidos en la Constitución, ade-
más son extrapatrimoniales porque no pueden ser reducidos a una mera valoración económica, y son originarios o
innatos. Los derechos humanos imponen una obligación concreta a las personas y al Estado de respetarlos, aunque
no exista una ley que así lo determine (Martínez De Vallejo Fuster, 1992, p. 50).

F. Carácter sistémico
Los derechos humanos constituyen un sistema bien estructurado, por lo tanto, se asevera que son interdepen-
dientes. Cuando uno de los derechos humanos se afecta, automáticamente empiezan a quebrarse los demás. Por
ejemplo, si se quiebra el derecho a la libertad de expresión, empiezan a quebrarse inmediatamente después los de-
rechos políticos. Considerando la perspectiva opuesta, se puede afirmar que la protección de un derecho específico
produce un efecto en cadena que garantiza la protección de los demás.

G. Carácter expansivo
Está relacionado con el carácter histórico. Se manifiesta en el surgimiento de tres sucesivas generaciones de dere-
chos, la concreción de nuevos derechos, la universalización de los derechos humanos en el plano mundial, tanto en
relación con los derechos garantizados cuanto con sus garantías y la translación de los derechos humanos y de sus
garantías desde un sistema jurídico a otro y desde unas culturas a otras (Gross Espiell, 1988).
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 15
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

TEMA N° 2: FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS

1 Las fuentes del Derechos Internacional de los Derechos Humanos

Para establecer los primeros fundamentos doctrinarios de nuestra disciplina, o sea el Derecho Internacional de los De-
rechos Humanos, sugiero empezar por una definición específica y muy detallada de la materia, ofrecida por el ACNUD: «el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos establece las obligaciones que tienen los gobiernos de tomar medidas en
determinadas situaciones, o de abstenerse de actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos
humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos.»
Dada esta definición, corresponde ahora preguntarse por quiénes son los sujetos de los derechos humanos en el ordenamiento
internacional.

Se puede identificar como sujetos o titulares de los derechos humanos y de las libertades fundamentales a los siguientes
individuos o grupos:

-- El individuo
El ser humano como sujeto individual es titular de los derechos humanos por excelencia.
-- Los grupos sociales
Por grupos sociales se entiende un sistema social conformado por individuos que desempeñan un rol social específico en
la sociedad, por ejemplo, los niños, niñas y adolescentes, los trabajadores, los indígenas, etc.
-- Los pueblos
Los pueblos sometidos a dominación colonial han pasado a obtener una subjetividad en el derecho internacional a partir
de la afirmación del derecho a la autodeterminación o libre determinación de los pueblos. Otros derechos que se les
atribuyen a los pueblos son el derecho al desarrollo económico y social, el derecho a la paz, el derecho a la protección del
medio ambiente y el derecho de protección de los bienes considerados como patrimonio común de la humanidad.

Hasta antes de la Segunda Guerra Mundial, los sujetos de derecho internacional se encontraban estrictamente deter-
minados; en esa categoría solo ingresaban los Estados soberanos, de modo tal que eran los únicos que tenían derechos y
obligaciones reconocidos por la comunidad internacional. En consecuencia, un individuo no podía iniciar una acción en un
tribunal internacional, a menos que el Estado del cual era nacional o agente decidiese presentar la reclamación en su nombre.
En las últimas décadas, sin embargo, el Derecho Internacional ha sufrido diversas transformaciones, muchas de las cuales han
creado condiciones para el reconocimiento del individuo como un sujeto de derecho en el plano internacional. Esta situación
coincide con la segunda mitad del siglo XX, momento histórico en que, finalizada la guerra, se evidenciaron atrocidades —en
algunos casos justificadas por la anterior situación bélica— que mostraron el descuido de la comunidad internacional frente a
su significativo compromiso con la dignidad humana. En este contexto, el individuo se revela como un nuevo sujeto de derecho
internacional. Su inclusión se encuentra indisociablemente ligada al movimiento de los derechos humanos y a la necesidad de
plasmar su protección en el ámbito internacional. En esta lógica, la personalidad jurídica del ser humano en el ámbito de los
derechos humanos implica no solo el disfrute y el reconocimiento de tales derechos, sino también la atribución de un rol en el
sistema de control para su respeto y protección (Camarillo, 2016, pp. 151-172).

Ya se había señalado que la persona humana como sujeto individual es titular de los derechos humanos por excelencia. A
partir de lo expresado, hay que considerar ahora la doble posición activa y pasiva que puede adoptar el sujeto de derecho en
relación con los derechos humanos.

-- Sujeto activo de derechos humanos


Es el titular de derecho cuya defensa y garantía se reclama. Es además el titular del poder. El principio general de los
sistemas que admiten peticiones de individuos es que el Estado demandado haya aceptado ser parte del sistema. Por otro
lado, la subsidiariedad implica que el individuo que considere vulnerados sus derechos pueda acudir a la vía internacional
únicamente luego de agotada la jurisdicción interna, salvo que la tramitación de estos recursos se prolongue injustificada-
mente (Salmón, 2014).

-- Sujeto pasivo de derechos humanos


Es aquel a quien se reclama el reconocimiento y garantía del derecho humano concreto de que se trate. Es también el
titular del deber jurídico correlativo al correspondiente derecho. En otras palabras, es el sujeto obligado a respetar el
derecho en cuestión. En esta línea, el Tribunal Militar Internacional de Núremberg sostuvo que «los crímenes contra el
derecho internacional son cometidos por personas, no por entidades abstractas, y solo castigando a los individuos que
cometen tales crímenes las disposiciones del derecho internacional se pueden hacer cumplir». El consentimiento estatal
se encuentra también presente en los mecanismos que buscan perseguir penalmente a los individuos que cometen u or-
denan cometer violaciones de los derechos humanos. El principio de subsidiariedad recorre también transversalmente la
faceta pasiva de la responsabilidad individual, en cuanto que no será posible procesar a un individuo por la comisión de un
crimen internacional en una instancia del mismo tipo, si antes el Estado no ha tenido la posibilidad de resolver el asunto
en su jurisdicción interna, existiendo excepciones también a este principio, por ejemplo cuando el Estado no quiera o
no pueda llevar a cabo la investigación o enjuiciamiento (Art. 17 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional;
Salmón, 2014, p. 151).
ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
16 UNIDAD I
HUMANOS

1.1 Las fuentes de los derechos humanos

Para determinar cuáles son las fuentes del Derecho Internacional de los Derechos Humanos; en primer lugar, es necesa-
rio examinar si este y el Derecho Interno son sistemas jurídicos separados y distintos o si, en cambio, son interdependientes
entre sí. En tal virtud, las dos principales teorías son la dualista y la monista. Este debate empezó en 1899, cuando apareció
la obra de Triepel, Volkerrecht und Landdesrecht (Derecho Internacional y Derecho Interno).

-- Teoría dualista
Según esta corriente, existen dos ordenamientos jurídicos distintos y separados, el nacional y el internacional. Ambos or-
denamientos tienen fuentes distintas: el Derecho Internacional regula las relaciones entre Estados y el Derecho Interno
las que se presentan entre personas o entre el Estado y sus súbditos. Por lo tanto, como el Estado es soberano, la validez
del orden constitucional es independiente de su conformidad o no con el Derecho Internacional. Además, tratándose
de dos sistemas autónomos, entre los cuales no existe relación de dependencia o subordinación, la norma internacional,
para recibir aplicación en el ordenamiento intern, o necesita ser trasformada o incorporada a este mediante un acto de
voluntad del legislador nacional.

-- Teoría monista
De conformidad con este pensamiento, uno de cuyos voceros es Hans Kelsen, existe un sistema normativo universal, en
el que el Derecho Internacional prevale sobre el Derecho Interno y delega en los órganos nacionales la facultad para
dictar el ordenamiento nacional. Existen dos lecturas de esta teoría, a saber: el monismo con primacia del derecho
interno, que es consecuencia de la soberanía estatal absoluta y que conduce a la negación del Derecho Internacional;
y el monismo con primacía del Derecho Internacional, que sostiene que este derecho constituye un orden superior del
cual dependen los sistemas jurídicos de los Estados. Según esta teoría, el Derecho Internacional y el Derecho Interno
interactúan, coordinan y se relacionan jerárquicamente, y se admite, en consecuencia, la posibilidad de la incorporación
automática y de la aplicación directa de las disposiciones de los pactos y convenios de derechos humanos por los tribu-
nales nacionales y los órganos administrativos internos (Monroy, 2008).

El examen comparativo de los textos constitucionales contemporáneos revela una inclinación de la mayoría de los Esta-
dos hacia el reconocimiento de la incorporación automática de las normas internacionales en el Derecho Interno, sin nece-
sidad de su trasformación previa. En la actualidad se puede definir el Derecho Internacional Público como el conjunto de
normas que rigen las relaciones entre los Estados y de estos con organismos y organizaciones internacionales y que regulan
las relaciones de aquellos con otros sujetos de derecho fuera de sus propias jurisdicciones.

Según lo indicado por Bobbio, las fuentes se pueden definir como «aquellos hechos o aquellos actos de los cuales el
ordenamiento jurídico hace defender la producción de normas jurídicas» (Bobbio, 1987, p. 158).

El fundamento legal de los derechos humanos se encuentra en:

I. Los tratados internacionales, que son expresiones formales de voluntad suscrita entre dos o más Estados u otros entes de
derecho internacional mediante los cuales se crea, modifica o extingue entre ellos una relación jurídica determinada.

II. El derecho no escrito o derecho consuetudinario, conformado por prácticas y creencias legales de tipo tradicional ge-
neralmente aceptadas como derecho, cuya existencia es independiente del derecho convencional. Incluye un elemento
material, o sea la práctica de los Estados, y un elemento espiritual (opinio juris), esto es la convicción de los Estados de
que una práctica es obligatoria o aceptada como derecho. Generalmente llena la laguna de derecho y fortalece su apli-
cación. Para demostrar que una determinada norma es consuetudinaria, es necesario probar que se refleja en la práctica
de los Estados y que la comunidad internacional considera que esta práctica es obligatoria como cuestión de derecho. El
derecho consuetudinario existe y ha existido siempre. Lo que ha variado y sigue variando es el reconocimiento o valor
que el derecho positivo le atribuye. En América Latina, por ejemplo, el derecho positivo ha desconocido el derecho
consuetudinario, o bien le ha conferido un reconocimiento bastante limitado que prácticamente lo hace inoperativo.
Uno de los pilares fundamentales del orden jurídico latinoamericano es «contra la aplicación de la ley no puede alegarse
práctica, uso o costumbre en contrario». Un ejemplo es el derecho indígena, que muchas veces no es reconocido.

III. Las decisiones judiciales de las distintas naciones (jurisprudencia).

IV. Principios generales de derecho, aceptados por los Estados y susceptibles de aplicación internacional. Estos se ven refle-
jado principalmente en la actividad judicial y la diplomacia normativa de los Estados, entre ellos el principio de igualdad
soberana, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza y el principio pacta sunt servanda. No dependen
de la práctica, la cual de hecho les da más fuerza.

V. La doctrina de los expositores (Herdegen, 2005, p. 113-115).


Como soporte de esta clasificación de las fuentes del Derecho Internacional, sugiero de revisar el artículo 38.1 del Es-
tatuto de la Corte Internacional de Justicia. Esta disposición representa un catálogo abierto de fuentes, en el que, por
ejemplo, falta mencionar los actos unilaterales y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 17
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales ratificados por el Estado entran automáticamente en
el ordenamiento interno de dicho Estado, según la teoría monista. Estos derechos son considerados como normas de jus
cogens por la doctrina y la jurisprudencia y, por lo tanto, no pueden ser suspendidos en ningún caso. Para una definición
de jus cogens, recomiendo revisar el artículo 53 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.

Según la doctrina, existe un grupo de derechos humanos que deben ser considerado como normas de jus cogens, esto es,
normas que no pueden ser derogada sino por otras normas del mismo rango. La doctrina se refiere a estos derechos como
núcleo duro o common hard core de los derechos humanos, es decir, un grupo de derechos básicos que no pueden ser
suspendidos en ningún caso. Estos son mencionados en muchos tratados tanto de Derecho Internacional de los Derechos
Humanos como de Derecho Internacional Humanitario, así como en la jurisprudencia de la Corte Internacional de Jus-
ticia. Estos derechos son el derecho a la vida, el derecho a no ser sometido a tortura o a esclavitud, el derecho de no ser
culpable en aplicación retroactiva de penas (principio nullum crimen, nulla poena sine lege), el derecho a la integridad
física, mental y moral, y la prohibición del genocidio y de las desapariciones forzadas.

2 Garantías y limitaciones de los derechos humanos

Las garantías de los derechos humanos pueden ser definidas como «el conjunto de instrumentos y acciones —jurídicos
y extrajurídicos— que, en cuanto forma de poder social, tienden a reforzar la vigencia, o reconocimiento normativo, de los
Derechos Humanos y a asegurar su eficacia, o sea el cumplimiento social efectivo de los mismos» (Carruitero & Soza, 2002, p.
82).

Las garantías de los derechos humanos se clasifican de la siguiente manera:

-- Garantías institucionales
Todos aquellos mecanismos de protección y tutela de los derechos encomendados a órganos institucionales como el
gobierno y los órganos administrativos.
-- Garantías políticas
Consisten en normas y actos que los órganos legislativos y ejecutivos adoptan en tutela de los derechos.
-- Garantías jurisdiccionales
La vulneración, por acción u omisión, de las garantías políticas, puede ser impugnada ante un órgano de tipo jurisdic-
cional, esto es, ante un tribunal independiente e imparcial (Wilhelmi & Pisarello, 2006).

Todos los derechos fundamentales nacen limitados porque se ejercen dentro del marco de la sociedad. Las diferentes situa-
ciones de derechos deben necesariamente limitarse de manera recíproca a fin que pueda coexistir en una comunidad civil bien
organizada. Los derechos fundamentales, en determinadas circunstancias, pueden verse limitados, ya sea de manera general o
algún derecho en particular. Por ejemplo, no es posible invocar la libertad de tránsito para justificar una colisión contra otro
vehículo. Así, las limitaciones representan restricciones al ejercicio del derecho que impone el ordenamiento en forma general
para todos. En general, las limitaciones son:

A. El orden público
Es el conjunto de condiciones que aseguran el funcionamiento armónico y normal de instituciones sobre la base de
un sistema coherente de valores y principios. Tales valores y principios se encuentran vinculados con el estándar o
parámetro de una sociedad democrática y no pueden afectar el contenido o núcleo esencial del derecho asegurado y
protegido.

B. La moral y las buenas costumbres


Las buenas costumbres son aquel conjunto de reglas de moralidad media que la opinión pública reconoce como
válidas en un momento histórico determinado. Por otra parte, la moral es el conjunto de principios y creencias fun-
damentales vigentes en la sociedad, cuya violación ofende gravemente a los miembros de la sociedad; por ejemplo, el
acoso callejero.

C. Los derechos de terceros


Bajo esta expresión están comprendidos tanto los derechos de carácter público como los de carácter privado de los
ciudadanos. Dado que los distintos ordenamientos conceden derechos no solo a una persona en particular, sino
a todos los sujetos del ordenamiento, los derechos de terceros deben considerarse como un límite a los derechos
fundamentales. Sin embargo, tal límite no solo está constituido por el derecho igual de otro, sino por cualquier otro
derecho suyo, que eventualmente pueda interferir con el del titular del derecho fundamental de que se trate; así, el
derecho a la libertad de expresión tiene su límite en el derecho a la intimidad.

D. Los deberes constitucionales


Son aquellos comportamientos, de carácter positivo o negativo, que se imponen a un sujeto en consideración a intere-
ses que no le son propios, sino más bien de otros sujetos o intereses que pertenecen a toda la comunidad. Se refieren
tanto a los deberes como a las obligaciones. Los deberes son aquellos comportamientos que derivan directamente de
una norma y obligan tan solo a facilitar el cumplimiento de esa norma. En cambio, las obligaciones comprenden los
comportamientos exigibles dentro del marco de una relación jurídica concreta en la que existe un sujeto capaz de
ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
18 UNIDAD I
HUMANOS

reclamar su cumplimiento. En otras palabras, de la Constitución se derivan deberes en perjuicio de los ciudadanos,
los cuales, por intermediación de la ley, se concretan en obligaciones. Todos los deberes de rango constitucional se
configuran como un límite al ejercicio de los derechos fundamentales.

E. Las limitaciones extraordinarias


Estas situaciones posibilitan el establecimiento de estados de excepción que permiten limitar el ejercicio de deter-
minados derechos, lo que constituye una medida excepcionalísima, cuando ello se constituye en el único medio
para atender situaciones de emergencia pública preservando los valores superiores de la sociedad democrática (Así
lo determino la CIDH en su Opinión Consultiva 8/87, del 30 de enero de 1987).

Los estados de excepción están sometidos a un conjunto de condiciones que deben ser cumplidas por los Estados y
controladas por el Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos. Son las siguientes:

a. Estricta necesidad: deben ser estrictamente necesarios para atender y superar la situación de excepción o emer-
gencia.
b. Proporcionalidad: solo pueden suspenderse las garantías que guarden estricta relación con las medidas excepcio-
nales para atender la emergencia.
c. Temporalidad: las garantías deben quedar suspendidas el tiempo estrictamente necesario para superar la situa-
ción de excepción o emergencia.
d. Exista un núcleo esencial de derechos que nunca puede ser suspendido bajo ninguna circunstancia, aun en caso
de desaparición o desintegración del Estado.
e. El acto jurídico de establecimiento del estado de excepción o suspensión de garantías debe publicarse a través de
los medios oficiales del derecho interno del Estado y comunicarse a la comunidad internacional (Tortora, 2010,
pp. 167- 200).

LECTURA SELECCIONADA N° 1
Instrucción: Lee el siguiente texto

Camarillo Govea, L. A. (2016). La Tutela internacional del individuo tratándose de derechos humanos. Revista de Ciencias
Jurídicas, 139, 151–171. Disponible en revistas.ucr.ac.cr/index.php/juridicas/article/download/24310/24413

ACTIVIDAD FORMATIVA Nº 1
INSTRUCCIONES:
Desarrolle un análisis crítico y analítico sobre el documental «Historia de los Derechos Humanos», disponible en la web en el
siguiente enlace: http://es.humanrights.com/what-are-human-rights/

• Mire el documental con atención


• Elabore una definición de derechos humanos después de haber analizado la doctrina presentada durante la videoclase
y fundamente su respuesta.
• Reflexione críticamente sobre las siguientes frases del documental:
-- Si la gente tiene derecho a la comida y al cobijo, ¿por qué hay 16 mil niños muriendo de hambre cada día?
-- Si la gente tiene libertad de expresión, ¿por qué hay miles de personas en prisión por hablar claro?
-- Si la gente tiene derecho a la educación, ¿por qué hay más de mil millones de adultos incapaces de leer?
-- Si la esclavitud ha sido abolida, ¿por qué hay 27 millones de personas todavía esclavizadas hoy en día?
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 19
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

TEMA N° 3: LAS GENERACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS

1 Las tres generaciones de los derechos humanos

La doctrina adoptó de manera unánime la clasificación en generaciones de los derechos humanos propuesta por Karel
Vasak, exdirector de la División de Derechos Humanos y Paz de la UNESCO. Vasak propuso agrupar a los derechos humanos
en tres generaciones, basándose en el orden en el que fueron conceptualizados históricamente. Esta clasificación es puramente
metodológica y no implica la primacía de una generación frente a la otra o de un derecho especifico frente al otro.

Los derechos de primera generación pueden ser definidos como aquellos derechos que se atribuyen a las personas, bien en
cuanto personas en sí mismas consideradas, bien en cuanto ciudadanos pertenecientes a un determinado Estado, y que supo-
nen una serie de barreras y de exigencias frente al poder del Estado en cuanto que ámbitos de exclusión o autonomía respecto
del poder del mismo o frente al poder de otra autoridad. Estos derechos aparecen en la Edad Moderna y se refieren a los dere-
chos civiles y políticos, que son derechos que consagran las libertades individuales propias de cada ciudadano. Surgieron como
respuesta a los reclamos que motivaron los principales movimientos revolucionarios de finales del siglo XVIII en Occidente. Así,
el Estado debe garantizar el libre goce de estos derechos, organizando la fuerza pública y creando mecanismos judiciales que
los protejan. Solo pueden ser limitados en los casos y las condiciones previstas por la Constitución (Carruitero & Soza, 2002, pp.
71-77).

-- Los derechos civiles suponen la exigencia de los particulares frente al poder del Estado de la exclusión de su actuación. Por
esto se habla de derechos de autonomía.
-- Los derechos políticos suponen la posibilidad de participación de los ciudadanos en la formación de la voluntad política del
Estado a través del derecho de sufragio. Por eso se habla de derechos de participación.
Los derechos humanos de primera generación tienen las siguientes características:
-- Concepción individualista de los derechos.
-- Concepción de los derechos como ámbito de autonomía y no injerencia por parte del Estado.
-- Reconocimiento y garantía formal de los derechos fundamentales, pasando a formar parte de los textos constitucionales.
Ellos implican respeto y no impedimento, los Estados deben respetarlos siempre.

El sujeto activo de estos derechos es la persona individual, considerada como un todo absoluto y aislado. Por eso se les de-
nomina muchas veces derechos individuales. El sujeto pasivo está constituido por los poderes de los Estados. Estos derechos los
encontramos en las modernas declaraciones de derechos, como la Declaración americana de 1776 y la Declaración francesa de
1789. Su consagración más encumbrada está en los artículos del 3 al 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
de 1948.

En la actualidad los derechos civiles y políticos son concebidos no ya en su sentido originario, es decir desde una ideología
individualista, sino en relación con y a partir de los derechos económicos, sociales y culturales y de los derechos de la tercera
generación. La doctrina considera que la realización de los derechos económicos, sociales y culturales y de los derechos de la
tercera generación es el presupuesto de realización de los primeros. Hoy estos derechos están reconocidos en la totalidad de las
Constituciones de los Estados (Carruitero & Soza, 2002, pp. 71-77).

La doctrina todavía no ha encontrado un acuerdo en relación con la clasificación de los derechos humanos de primera
generación, pero una clasificación aceptada es la que los subdividen en dos grandes bloques, o sea los derechos civiles y los
derechos políticos.

a. Los derechos civiles comprenden los siguientes derechos:


1. Derecho a la vida en el sentido amplio, que comprende el derecho a la vida en el sentido estricto o derecho a la exis-
tencia, así como el derecho a la vida frente al hambre, a la pena de muerte, a las ejecuciones sumarias y arbitrarias, a
las desapariciones forzadas, al genocidio, al aborto, a la eutanasia y a la manipulación genética.
2. Derecho a la integridad personal, que comprende el derecho a la integridad psicofísica y el derecho a la integridad
moral.
3. Derecho a la seguridad personal, que comprende el derecho a la nacionalidad, el derecho a la libertad de movimien-
tos, el derecho a la migración y el derecho de asilo.

b. Los derechos políticos se clasifican de la siguiente forma:


1. Derecho a la asociación política.
2. Derecho de reunión.
3. Derecho a acceder a los cargos públicos.
4. Derecho de sufragio, activo y pasivo.
5. Derecho a participar en la elaboración de la ley.
6. Derecho de petición.

Los derechos de segunda generación son los derechos económicos, sociales y culturales. Conforman un conjunto de de-
rechos en virtud de los cuales se especifican las pretensiones de las personas y de los pueblos consistentes en la obtención de
ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
20 UNIDAD I
HUMANOS

prestaciones de bienes o de actividades, dentro del ámbito económico-social, frente a las personas y grupos que ostentan el
poder del Estado y frente a los grupos sociales dominantes. Son derechos de contenido social para procurar las mejores con-
diciones de vida (Carruitero & Soza, 2002, pp. 77-80).

Los Derechos Humanos de segunda generación tienen los siguientes caracteres:

-- Ambigüedad de la expresión «derechos económicos, sociales y culturales»: El significado de estos derechos no es unívo-
co, asimismo no es simple individuar cuál es el límite entre estos derechos; por ejemplo, el derecho al trabajo puede ser
considerado tanto un derecho económico como un derecho social, y el derecho a la educación puede ser considerado un
derecho social y, a la vez, un derecho cultural.

-- Amplían la esfera de responsabilidad del Estado: Imponen un deber hacer positivo por parte del Estado, que tiene que
satisfacer las necesidades y brindar servicios.
-- El sujeto es el individuo en la comunidad.
-- Su reclamo está condicionado por las posibilidades económicas del país.
-- Son legítimas aspiraciones de la sociedad.

En los primeros textos americanos y franceses no encontramos referencia a estos derechos. Uno de los primeros textos
en el que se reconocen es la Constitución francesa de 1791, Título I, que proclama la educación pública y un sistema de
beneficencia pública; la Constitución francesa de 1973, que hace referencia a la beneficencia pública y la instrucción; y la
de 1848, que menciona algunos derechos relativos al trabajo, la asistencia y la educación. En el siglo XIX se pueden situar
las primeras reivindicaciones de los derechos económicos, sociales y culturales con la aparición del proletariado y debido al
proceso de industrialización. Las consecuencias de la Revolución Industrial habían dado lugar a condiciones de trabajo muy
duras y a la necesidad de garantizar los derechos de los trabajadores. Estos derechos son consecuencia de la idea de igualdad
universal nacida del pensamiento humanista y socialista del siglo XIX, sustitutiva del Estado liberal por el Estado social de
derecho. Se consagran en los artículos del 22 al 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. A partir
de ese momento, en los diferentes países, se empieza a tomar conciencia de estos derechos. En el ámbito internacional, con
la creación de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), aparece la necesidad de concretar los derechos económicos,
sociales y culturales en las normas internacionales.

Actualmente los derechos humanos de segunda generación tienen una doble dimensión, a saber: objetiva y subjetiva.
En sentido objetivo, pueden entenderse como el conjunto de normas a través de las cuales el Estado lleva a cabo su función
equilibradora de las desigualdades sociales. En sentido subjetivo, pueden asumirse como las facultades de los individuos y de
los grupos de participar de los beneficios de la vida social, lo que se traduce en determinados derechos y prestaciones, directas
o indirectas, por parte de los poderes públicos (Carruitero & Soza, 2002, pp. 77-80).

Estos derechos son, entre otros:

1. Derecho al trabajo.
2. Derechos sindicales.
3. Derecho a la seguridad social.
4. Derecho a la alimentación.
5. Derecho a la vivienda digna.
6. Derecho a la salud.
7. Derecho a la educación.

Los derechos de tercera generación son nuevos derechos humanos surgidos en la Edad Contemporánea como respuesta
a las nuevas necesidades del ser humano y que se fundan en el valor de la solidaridad. Precisamente, se les denomina también
derechos de solidaridad, así como derechos de los pueblos, de derechos de cooperación y nuevos derechos humanos. Con
todo, la denominación aceptada por la doctrina es la de derechos humanos de tercera generación. Esta generación es conse-
cuencia de una fraternal respuesta a factores discriminatorios o necesidades futuras en riesgo de grupos humanos motivados
por una exigencia común: actuar impulsados por la solidaridad.

A partir de la Declaración de los Derechos Humanos y de los dos pactos de derechos civiles y políticos y derechos económicos,
sociales y culturales de 1966 empiezan a emerger los pueblos como sujeto de los derechos humanos y no solo los Estados.

Estos derechos tienen las siguientes características:

-- Pertenecen a grupos imprecisos de personas que tienen un interés colectivo común.


-- Requieren para su cumplimiento de prestaciones positiva (hacer, dar) y negativas (no hacer).
-- Sus titulares son los pueblos y los grupos sociales.

Tampoco para los derechos humanos de tercera generación la doctrina encontró un acuerdo para clasificarlos. Podemos
considerar como derechos de tercera generación los siguientes:
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 21
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

1. Derecho de autodeterminación de los pueblos.


2. Derecho al desarrollo, que permita una vida digna.
3. Derecho al medio ambiente sano.
4. Derecho a la paz.
5. Derecho a la cooperación regional e internacional.
6. Derecho a la coexistencia pacífica (Carruitero & Soza, 2002).

En estos últimos años la doctrina está debatiendo sobre si existe o no una cuarta generación de Derechos Humanos. En
la bibliografía jurídica actual numerosas voces ya pregonan la aparición de una nueva gama de derechos relacionados con la
Sociedad de la Información, lo que configurarían una cuarta generación de derechos humanos. Aquí se plantean dos clases de
derechos:

i. Varios derechos que ya han logrado el reconocimiento en muchos países, como la libertad de expresión, el derecho a
la protección de los datos sensibles, el derecho a la privacidad, el derecho al secreto de las comunicaciones, entre otros.
ii. Otros derechos de nueva data que recién nacen, como los derechos del cibernauta en el mundo digital (Riofrío, 2014, p.
16).

A inicios del siglo XXI, el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información ha planteado nuevas problemáticas y ha hecho
surgir la necesidad de nuevos derechos, los cuales no encajan en la tercera generación de derechos humanos. Son los relacio-
nados con los desarrollos de la ciencia, de la matemática aplicada y de las tecnologías de la información y comunicación (TIC).
Estos desarrollos han penetrado nuestras relaciones sociales de un modo tan acelerado que han producido una auténtica revo-
lución de la información. Asistimos hoy a la aparición de nuevas estructuras sociales, de nuevas formas de interrelación humana,
de nuevas comunidades virtuales, cuyo patrón de adscripción no es el territorio, sino un nuevo modelo de sociedad basada en
la comunicación no presencial y que representa el riesgo de la aparición de otras maneras de agresión a los sistemas de protec-
ción de los derechos humanos. Por lo tanto, exigen una respuesta nueva por parte del orden jurídico (Bustamante, 2010, p. 2).

En tal virtud, la cuarta generación de derechos humanos comprendería el derecho a la plena y total integración de la
familia humana, la igualdad de derechos sin distingos de nacionalidad, y el derecho a formar un Estado y un derecho suprana-
cionales. El fin último de esta generación seria concebir a la humanidad como una sola familia, en la que todos sus miembros
sumen esfuerzos para el bienestar global.

Otra parte de la doctrina cree que esta clasificación de la cuarta generación de derechos humanos representaría una
amenaza para la existencia legal de los Estados porque debilitaría sus autoridades, que el reconocimiento de tales derechos
crearía problemas de ineficiencia para otros, como el derecho a una comunicación libre, y que se generarían conflictos entre las
diferentes generaciones de derechos humanos. Por ejemplo, el derecho a la educación y a la libertad de investigación científica
entraría en conflicto con el área de la manipulación genética. Corresponde al Estado preocuparse para organizar el balance
por el ejercicio de estos derechos. Para esta parte de la doctrina, estos nuevos derechos son todos nuevas manifestaciones de
los derechos de primera, segunda y tercera generaciones; desde ese punto de vista, básicamente se trata de los mismos, pero
en nuevos entornos. Así, si empezáramos a considerar cada nueva manifestación de amenaza de los derechos humanos de las
tres primeras generaciones para originar nuevas generaciones sobre la base de aquellas, el futuro iría cargándose de nuevas
generaciones y esto perjudicaría las tres primeras (Ortega, 2004).

En resumen, el criterio generacional para ordenar los derechos humanos no debe atender a la secuencia temporal en
que se manifiestan, así como tampoco a la sucesión de nuevas formas de amenaza de derechos ya establecidos en pasado, sino
al surgimiento de estos bajo una inspiración ideal transformadora del rumbo de la humanidad con el propósito de mejorar su
grado de civilidad (Gonzales, 2013).
ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
22 UNIDAD I
HUMANOS

TEMA N° 4: INSTRUMENTOS FUNDAMENTALES DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS


HUMANOS
En esta sección nos enfocaremos en el estudio de los instrumentos jurídicos marco desarrollados en el ámbito de la
Organización de las Naciones Unidas; hablamos, en tal virtud, de la Declaración Universal de los Derechos humanos y los
dos pactos internacionales que constituyen la base del Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos.

1 La Declaración Universal de los Derechos Humanos y su valor moral y jurídico

Los Estados que habían adherido y ratificado la Carta de San Francisco, que estableció la Organización de las Naciones
Unidas, entendieron que para alcanzar el respeto universal de los derechos humanos era fundamental realizar dos acciones:
1. elaborar un instrumento de alcance universal que incluyera de manera integral todos los derechos humanos reconocidos
hasta ese momento; y 2. instituir una Comisión de Derechos Humanos encargada de promover esos derechos y redactar los
primeros tratados internacionales en materia de derechos humanos. La Carta de San Francisco otorgó al Consejo Económico
y Social (ECOSOC) la facultad de establecer comisiones en campos económicos y sociales para la promoción de los derechos
humanos (art. 68). Una de ella fue la Comisión de Derechos Humanos, que bajo la presidencia de la estadounidense Eleanor
Roosevelt, se encargó de la formulación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esa comisión empezó sus acti-
vidades con el objetivo de producir un tratado internacional de derechos humanos. La Declaración Universal de los Derechos
Humanos fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo y abarca todas las tradiciones jurídicas, como
la representada por el francés Cassin, pero sin duda Eleanor Roosevelt fue su gran impulsora. Desde un principio hubo un
conflicto entre los que querían que la Declaración fuese un pacto o convenio y los que pretendían que fuera una simple decla-
ración de principios. Por lo tanto, se prepararon dos documentos: una declaración más completa y general y una convención
acerca de unos puntos específicos idóneos para crear obligaciones formales. El primer proyecto de la Declaración se propuso
en setiembre de 1948 y más de 50 Estados miembros participaron en la redacción final. La Asamblea General, mediante su
Resolución 217 A (III), del 10 de diciembre de 1948, aprobó el documento en Paris, con 48 votos a favor. Ocho naciones se
abstuvieron de votar, pero ninguna votó en contra. Los países que se abstuvieron fueron la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, Bielorrusia, Ucrania, Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia, Sudáfrica y Arabia Saudí.

La Declaración se considera en la actualidad como el fundamento de todo el sistema de las Naciones Unidas en materia
de derechos humanos y es generalmente considerada como el fundamento de las normas internacionales en esa materia. Este
instrumento internacional ha creado un derecho positivo. Los derechos incluidos son universales porque se refieren a todos
los seres humanos y son derechos positivos porque se explicita sus contenidos, se reconocen sus valores y se establecen las
medidas para la protección de los mismos. Es la más importante y amplia de todas las declaraciones de las Naciones Unidas.
Sentó las bases filosóficas de muchas de las Constituciones nacionales e instrumentos internacionales de derechos humanos
aprobados posteriormente.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos ostenta gran autoridad moral y política, es el más conocidos de to-
dos los instrumentos internacionales contemporáneos y supone una respuesta a las más profundas aspiraciones del hombre.
Su autoridad aumenta con los años y para algún jurista representa la realización más grande de las Naciones Unidas. El docu-
mento ha inspirado un conjunto de instrumentos internacionales en materia de derechos humanos, así como las legislaciones
nacionales de muchos países, algunos de los cuales han incluidos sus preceptos en sus Constituciones.

La Declaración distingue dos categorías de derechos: derechos civiles y políticos y derechos económicos, sociales y cul-
turales. Entre los derechos civiles y políticos reconocidos se puede mencionar el derecho a la vida, el derecho a la seguridad
personal, la prohibición de la esclavitud, la prohibición de la tortura y del tratamiento inhumano o degradante, el derecho a
no ser objeto de arresto, detención o exilio arbitrario, el derecho al debido proceso en materia civil criminal, el derecho a la
presunción de inocencia, el derecho a pedir y gozar de asilo en otro país y el derecho a la nacionalidad. Entre los derechos
económicos, sociales y culturales cabe aludir al derecho al trabajo, al derecho a la protección contra el desempleo, al derecho
a un salario igual por trabajo igual, al derecho a una remuneración justa y al derecho a la educación (Carruitero & Soza, 2002,
pp. 254-255).

En la práctica de la ONU, una declaración constituye un instrumento solemne, que se utiliza en cuestiones de gran
importancia y cuando se espera obtener el máximo de observancia por parte del mayor número de Estados posibles. Las
declaraciones son actos solemnes por las cuales representantes gubernamentales proclaman su adhesión y apoyo a principios
generales que se juzgan como de gran valor y perdurabilidad, pero que no son adoptados con la formalidad ni la fuerza vin-
culante de un tratado. En tal virtud, tienen el valor de recomendaciones y no son obligatorias para quienes adhieren a ellas.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, entonces, no tendría valor vinculante y no sería obligatoria para los Es-
tados que la ratificaron, dado que su naturaleza no era jurídica, sino solo política. Al respecto, los detractores se basan en los
artículos del 10 al 17 de la Carta de la ONU. Sin embargo, se puede afirmar que en dicho instrumento la enunciación de los
derechos humanos no supone la expresión de un ideal, sino el punto de partida para la creación de un verdadero sistema de
derechos universales, que deben ser protegidos.

Existen varias posiciones en relación con la naturaleza jurídica de la Declaración. Algunos sostienen que dicho instru-
mento tiene un carácter vinculante, que es una norma consuetudinaria, e incluso hay quien la eleva a rango de jus cogens. De
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 23
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

otro lado, se encuentran los detractores, que consideran que es una mera declaración de la Asamblea de la ONU y que carece
de fuerza vinculante, por lo que seria simplemente un instrumento de soft law, o sea, le falta la naturaleza de norma imperativa
y vinculante, ya que solo establece principios y no derechos. Además, según recuerdan los críticos, no se adoptó la forma de
tratado porque, en aquella época, muchos Estados rechazaban la posibilidad de asumir obligaciones precisas en materia de
derechos humanos (Acosta, 2008, pp. 22-24).

Por el contrario, los partidarios del carácter vinculatorio de la Declaracion basan su posición en varios elementos: no es
un instrumento separado de la Carta de las Naciones Unidas y no crea nuevas obligaciones, sino que ayuda a determinar las
obligaciones adquiridas en dicho documento fundacional. Así, constituiría un instrumento de interpretación de la Carta de San
Francisco y por lo tanto contendría su mismo valor jurídico. De esta manera se aceptaría que todos los preceptos de la DUDH se
han convertido en derecho positivo. Además, esta postura se fundamenta en la idea de que esta contiene principios generales
de DIDH que a su vez se han convertido en costumbre y sostienen el carácter obligatorio de solo algunas de sus disposiciones,
específicamente lo relacionado con el núcleo duro de los derechos humanos. En cambio, otros derechos, como el derecho a la
nacionalidad, la libertad de circulación, entre otros, no podrían ser considerados obligatorios de manera universal, dado que
los Estados no habían manifestado su voluntad política en este sentido. La Declaración Universal de Derechos Humanos incluye
diversas normas jurídicas, alguna de construcción consuetudinaria, como la contemplada en el artículo 3, e incluso, algunos
principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas, como la disposición contemplada en el artículo 9.
Además, los partidarios basan su teoría en el hecho de que muchos países la han citado o han incluido sus disposiciones en
sus Constituciones y leyes, y en la circunstancia de que muchos pactos y tratados de derechos humanos se han fundamentado
en sus principios. La Proclamación de Teherán, de mayo de 1968, establecía que: “La DUDH enuncia una concepción común
a todos los pueblos de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana y la declara obligatoria
para la Comunidad Internacional”. En Teherán se reunieron los expertos para analizar los progresos logrados en los veinte años
trascurridos desde la aprobación de la DUDH (Acosta, 2008, pp. 22-24).

En numerosas convenciones, declaraciones y resoluciones internacionales de derechos humanos se han reiterado los prin-
cipios básicos de derechos humanos enunciados por primera vez en la Declaración Universal de Derechos Humanos, como su
universalidad, interdependencia e indivisibilidad, la igualdad y la no discriminación, y el hecho de que los derechos humanos
vienen acompañados de deberes y obligaciones por parte de los responsables y sus titulares. Esto demuestra que dicho instru-
mento internacional adquiere un peso siempre mayor, por lo que se fortalecería la teoría de los que creen que, en la práctica,
ha creado obligaciones internacionales para los Estados parte. En la actualidad, todos los Estados miembros de las Naciones
Unidas han ratificado al menos uno de los nueve tratados internacionales básicos de derechos humanos, y el 80% de ellos ha
ratificado al menos cuatro de ellos, lo que constituye una expresión concreta de la universalidad de la DUDH y del conjunto de
los derechos humanos internacionales.

2 Los pactos internacionales

Estos tratados fueron adoptados por la Asamblea General de la ONU en 1966 con el objeto de reforzar la Declaración
Universal de Derechos Humanos y dar valor jurídico a los derechos contenidos en ella. La Comisión de Derechos Humanos,
después de la elaboración de la referida declaración, se dedicó a la elaboración de un convenio o pacto acerca de los puntos que
podían ser objeto de obligaciones formales. Se optó por la elaboración de dos instrumentos separados: uno para los derechos
civiles y políticos y uno para los derechos económicos, sociales y culturales. La Comisión presentó dos proyectos a la Asamblea
General en 1954 y los dos se aprobaron en 1966.

2.1 El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones
Unidas a través de su Resolución 2200 A (XXI), del 16 de diciembre de 1966, y entró en vigor el 23 de marzo de 1976, luego
de reunir las 35 ratificaciones que requería. Ha sido aprobado por el Perú mediante el Decreto Ley 22128, del 28 de marzo de
1978, y entró en vigor en el ámbito nacional el 28 de julio de 1978.

El tratado precisa muchos derechos ya contenidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos, como por ejemplo
el derecho a la autodeterminación de los pueblos, el derecho a la igualdad de goce de los derechos de los individuos, el dere-
cho a la vida, la prohibición de la tortura y de la esclavitud, el derecho a las libertades y seguridad personales, la proscripción
de la detención arbitraria, el derecho a la libre circulación y residencia de los ciudadano, el derecho al debido proceso, la
prohibición de condenar a alguien por actos u omisiones que al momento de cometerse no se encontraban prohibidos, el
derecho a la personalidad jurídica de todo ser humano, el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, el
derecho a libre opinión y expresión, el derecho a la libre reunión, el derecho a la libre asociación, el derecho al matrimonio
libre y voluntario, el derecho a la participación en los asuntos públicos, el derecho a elegir y a ser elegido, y el derecho a la
igualdad ante la ley.

Las obligaciones establecidas por el PIDCP son obligaciones de carácter inmediato. Esto significa que el Estado que ratifica
este instrumento jurídico internacional se compromete a respetar y promover todos los derechos establecido en el desde el
momento de la entrada en vigor del tratado. El artículo 2 del PIDCP establece que «cada uno de los Estados Partes en el pre-
sente Pacto se compromete a respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos
a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto». Asimismo, se establece que «toda persona cuyos derechos o
ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
24 UNIDAD I
HUMANOS

libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados podrá interponer un recurso efectivo…», o sea que ante la
violación de cualquiera de los derechos de naturaleza civil o política incluido en el pacto en referencia, cualquier persona
podría acudir a los tribunales para denunciarla.

El PIDCP establece la creación de un órgano específico para llevar a cabo la labor de control y de supervisión de cómo
los Estados cumplen las obligaciones que derivan de ese mismo instrumento internacional. Este órgano es el Comité de
Derechos Humanos, compuesto por 18 expertos que ejercen su labor independientemente de los Gobiernos, según cuanto
establecido en el artículo 28 del referido pacto, y que supervisa los tres mecanismos de control establecidos en el PIDCP. El
Comité de Derechos Humanos se reúne dos veces al año en sesiones ordinarias y en sesiones especiales bajo requerimiento
de dos terceras partes de sus miembros. Las tareas del Comité consisten en estudiar los informes sobre las medidas que los
Estados parte hayan aprobado, así como sobre los progresos hechos en el disfrute de estos derechos. Asimismo, transmite
esos informes y los comentarios generales que considere apropiados a los Estados parte, y desempeña ciertas funciones con
vistas a arreglar controversias entre estos en relación con la aplicación del PIDCP, siempre y cuando esas partes le hayan
reconocido competencia en tal sentido. También cuando sea necesario podrá establecer una comisión conciliadora ad hoc
para proporcionar sus buenos oficios a los Estados parte en controversias relativa a su aplicación (Heller, 1986).

El PIDCP establece los siguientes mecanismos de control:

a. Informes periódicos
Los Estados parte tienen que presentar al Comité de Derechos Humanos informes sobre las disposiciones adoptadas para
implementar el PIDCP en el territorio bajo su jurisdicción y los avances registrados en el disfrute de los derechos garanti-
zados en él. Después de haber analizado estos informes, el Comité transmite a cada Estado sus comentarios y observacio-
nes para un mejor cumplimiento de dicho instrumento (art. 40). Los Estados deben tomar cuenta de estas observaciones
del Comité y deben responderlas en el siguiente informe que presentarían al mismo órgano.

b. Comunicaciones interestatales
Un Estado parte que considera que otro Estado parte no esté cumpliendo con las disposiciones del PIDCP puede pre-
sentar al Comité de Derechos Humanos una comunicación interestatal para que este analice la situación. Sin embargo,
por las implicaciones políticas que puede tener que un Estado denuncie a otro, todavía no ha sido utilizado en el marco
del PIDCP. Según el artículo 41 del PIDCP, este es una opción que presupone una declaración expresa del Estado. Así,
este mecanismo se puede aplicar solo si ambos Estados interesados hubieran aceptado la competencia del Comité de
Derechos Humanos de manera expresa.

c. Comunicaciones individuales
Este mecanismo no está incluido en el PIDCP, sino que se establece en su protocolo facultativo, adoptado también en
1966. Según el mecanismo de las comunicaciones individuales, un individuo ciudadano de uno de los Estados miembros
de dicho pacto y de su protocolo puede presentar al Comité de Derechos Humanos una comunicación si alega ser vícti-
ma de una violación de uno de los derechos consagrados en el PIDCP. Esta comunicación debe pasar por un examen de
admisibilidad para establecer si cumple con algunos criterios, como por ejemplo el agotamiento de todos los recursos
legales existentes en el país correspondiente. Después de haber analizado la comunicación, el Comité de Derechos Hu-
manos presenta sus observaciones al Estado en cuestión, las cuales no son vinculantes pero los Estados tienen que seguir
estas observaciones.

El Protocolo Facultativo al PIDPC fue aprobado por el Perú mediante Decreto Ley 221229, del 28 de marzo de 1978, y
ratificado constitucionalmente por la Disposición General y Transitoria XVI del Título VII de la Carta Política de 1979.
El Segundo Protocolo Facultativo al PIDPC, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución
44/128, del 15 de diciembre de 1989, estaba destinado a abolir la pena de muerte.

2.2 El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) ha sido adoptado por la Asamblea Ge-
neral a través de su Resolución 2200 A (XXI), del 16 de diciembre de 1966, y entró en vigor el 3 de enero de 1976. Ha sido
aprobado por el Perú por Decreto Ley 221229, de 28 de marzo de 1978, y entró en vigor en el país el 28 de julio de 1978.

El PIDESC consagra los derechos sociales, económicos y culturales y establece las obligaciones de los Estados relacionadas
con su cumplimiento. Incluye un mayor número de derechos respecto a los contenidos en la Declaración Universal de Dere-
chos Humanos, los describe indicando también los pasos que deben de tomarse para lograr su realización. Establece además
el compromiso de los Estados parte de adoptar medidas, tanto por separado cuanto mediante cooperación internacional,
para lograr la plena efectividad de estos derechos.

También reconoce los siguientes derechos: el derecho a trabajar y a gozar de condiciones de trabajo equitativas y satisfac-
toria, el derecho de sindicalización y de ejercicio de las organizaciones laborales, el derecho a la seguridad social, el derecho
de la familia, de las madres, de los niños y de los jóvenes a la protección y a la ayuda más amplia posible, el derecho a un nivel
de vida adecuado para todos los ciudadanos, el derecho al disfrute del nivel más elevado de salud física y mental, el derecho
a la educación, y el derecho a beneficiarse y participar de la vida cultural y el progreso científico (Heller, 1986).
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 25
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

Las obligaciones que emanan del PIDESC son obligaciones de carácter gradual y progresivo, en virtud de su artículo 2, el
cual establece que «cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a adoptar medidas, tanto por sepa-
rado como mediante la asistencia y la cooperación internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de
los recursos de que disponga, para lograr progresivamente… la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos». Como
vemos, los Estados ya no se comprometen a «respetar y garantizar» los derechos, como ocurría en el PIDCP, sino que tan solo
asumen la responsabilidad de tomar medidas para buscar una satisfacción paulatina de esos derechos socioeconómicos en
función de los recursos del Estado, dado que suele tratarse de derechos que conllevan políticas con un alto coste presupuesta-
rio. Además, dada la escasez de medios de muchos países, para la satisfacción de estos derechos humanos se atribuye un papel
importante a la cooperación internacional (Heller, 1986).

Cabe resaltar que los derechos económicos, sociales y culturales cuentan con unos mecanismos de protección mucho más
débiles respecto a los derechos civiles y políticos. El PIDESC no estableció un órgano específico como el Comité de Derechos
Humanos que estuviera encargado de supervisar la realización de los derechos consagrado en el tratado mismo. Hasta 1985,
el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) estaba encargado de llevar a cabo dicha tarea. En 1985 se
procedió a la creación del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que se encarga del control de la aplicación
del PIDESC a través de la revisión de los informes periódicos que los Estados firmantes del referido pacto le deben presentar
en torno a las medidas adoptadas para garantizarlos. Después de haber recibido y analizado el informe periódico, el Comité
puede presentar al Estado en cuestión sus observaciones; con todo, este es un mecanismo de control débil en comparación
con lo establecido en el PIDCP.

Para tratar de fortalecer la protección de los derechos de segunda generación, desde mediados de los años 90 se discutió
la posibilidad de adoptar un Protocolo Facultativo al PIDESC, que incluya un mecanismo de control adicional, o sea el pro-
cedimiento de las comunicaciones individuales. El Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales fue aprobado por la Asamblea General de la ONU mediante Resolución 63/117, del 10 de diciembre de
2008.

Entonces podemos decir que se contemplan tres mecanismos de protección para garantizar los derechos económicos,
sociales y culturales:

a. Las comunicaciones entre Estados, que se presentan cuando un Estado considera que otro no está cumpliendo con las
obligaciones que derivan del PIDESC. El Estado que realice la comunicación debe hacerla del conocimiento del Estado
cuestionado y luego puede informar el Comité. Pasados tres meses, el Estado receptor de la comunicación debe enviar
al otro una explicación o informe en el que aclare una situación. Si después de seis meses el asunto no se ha resuelto a
satisfacción de las partes, pueden remitirlo al Comité, que interviene como mediador con la intención de llegar a una
solución amigable.
b. Las comunicaciones individuales o grupales, que ocurren cuando una persona o un grupo de personas que considere
haber sido víctimas de violaciones por parte del Estado presenta peticiones al Comité. El requisito principal para que el
Comité examine las comunicaciones es el agotamiento de los recursos internos, salvo que su trámite se haya prolongado
injustificadamente. Son inadmisibles las comunicaciones presentada después de un año de haberse agotado los recursos
internos, las referidas a hechos anteriores a la entrada en vigor del Protocolo, las que se refieren a cuestiones ya exami-
nadas por el Comité o en otros procedimientos internacionales, las incompatibles con las disposiciones del Pacto, las
infundadas o no basadas en hechos concretos y probados, las que constituyen un abuso de derecho, las anónimas y las no
presentadas por escrito.
c. Procedimiento de investigación, es decir, el Comité puede realizar investigaciones en caso de que reciba informaciones
sobre violaciones graves o sistemáticas de los derechos. El Comité puede encargar sus miembros de realizar una investi-
gación y presentar un informe urgente y, con el consentimiento del Estado, puede programar una visita en su territorio.
La investigación es confidencial y una vez analizadas las conclusiones, trasmitirá al Estado sus observaciones y recomen-
daciones para que en seis meses este presente sus observaciones.

Este documento todavía no ha sido ratificado por el Perú.


ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
26 UNIDAD I
HUMANOS

LECTURA SELECCIONADA N° 2
Acosta López, J. & Duque Vallejo, A. M. (2008). Declaración Universal de Derechos Humanos, ¿Norma de Ius Cogens? Inter-
national Law. Revista Colombiana de Derecho Internacional, 6(12), p. 13-24. Disponible en http://bit.ly/2hjqPfu

GLOSARIO DE LA UNIDAD I
1. Convención, tratado o pacto internacional
Acuerdo celebrado entre Estados y regido por el Derecho Internacional, ya conste en un instrumento único o en
dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominacion particular (Art. 2 de la Convencion de Viena
sobre el Derecho de los Tratados de 1969).

2. Costumbre
Practica generalmente aceptada como derecho (Art. 38, b, del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia). Está
compuesta por un elemento material (diuturnitas) y un elemento espiritual (opinio juris). La diuturnitas es la re-
peticion de precedentes que consituyen un uso continuo y general; la opinio juris es la conviccion por parte de los
Estados que actúan de cumplir con ello un deber jurídico. Es el derecho no escrito (Cassese, 2013).

3. Declaracion internacional
Acto solemne por el cual representantes gubernamentales proclaman su adhesión y apoyo a principios generales
que se juzgan como de gran valor y perdurabilidad, pero que no son adoptados con la formalidad ni la fuerza vin-
culante de un tratado. Tiene el valor de una recomendaciones y su naturaleza no es jurídica sino política (Nikken,
1987).

4. Derecho convencional
Tiene su fundamento en los tratados internacionales que establecen las reglas expresamente reconocidas por los
Estados litigantes. Es el derecho escrito (Art. 38, a, del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia)

5. Iusnaturalismo
Doctrina que defiende la existencia de derechos naturales inalienables para el ser humano anteriores a las normas
juridicas positivistas, como el derecho a la vida y el derecho a la libertad. Los mayores exponentes del iusnaturalis-
mo fueron Grocio, Locke y Hobbes (Herrera Flores, 1985).

6. Jus cogens
Es una norma de carácter imperativo que no puede ser derogada sino por una norma del mismo rango. Son normas
inderogables que no admiten acuerdo en contrario. (Art. 53 de la Convencion de Viena sobre el Derecho de los
Tratados de 1969).
7. Positivismo jurídico
Doctrina que solo admite un saber del derecho cuyo objeto es el derecho positivo, entendido como el derecho
creado mediante actos de voluntad de los hombres, medinte la legislacion y la costumbre (Herrera Flores, 1985).

8. Protocolo facultativo
Documento adicional a un tratado internacional que tiene carácter vinculante solo para los Estados parte del trata-
do en referencia que decidan firmarlo y ratificarlo (Cassese, 2013).
9. Soft law
Concepto que apareció en la doctrina juridica en la década de 1970 gracias a las investigaciones del profesor Pie-
rre-Marie Dupuy. Se trata de actos, instrumentos, procedimientos y normas no homogéneos en cuanto a origen y
naturaleza que, en principio, no tienen efectos juridicos vinculantes, pero que pueden resultar juridicamente rele-
vantes. Las normas de soft law pueden tener diversas denominaciones, tales como resoluciones, recomendaciones,
guias, códigos de conducta o estándares de conducta (Snyder, 1994, p. 198).
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 27
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD I
Acosta López, J. & Duque Vallejo, A. M. (2008). Declaración Universal de Derechos Humanos, ¿norma de ius cogens?
International Law. Revista Colombiana de Derecho Internacional, 6(12), pp. 13-24. Disponible en http://revistas.javeria-
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Riofrío Martínez-Villalba, J. C. (2014). La cuarta ola de derechos humanos: los derechos digitales. Revista Latinoa-
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ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS
28 UNIDAD I
HUMANOS

Disponible en http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-52002010000200007

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Sánchez y S. Bonet Pérez (coords.), Derechos humanos (pp. 139-161). Barcelona: Fundació per a la Universitat
Oberta de Catalunya, pp. 1-28. Disponible en http://miguelcarbonell.com/artman/uploads/1/Aparicio_y_Pisa-
rello_DD_HH_y_Garantias.pdf

 
AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD I
1. ¿A qué generación de los derechos humanos corresponde la concepción de los derechos humanos como ámbito de
autonomía y no injerencia por parte del Estado?
a. A la primera generación.
b. A la segunda generación.
c. A la tercera generación.
d. A la cuarta generación.

2. ¿En qué momento histórico aparecieron los derechos humanos de segunda generación?
a. Con el Imperio romano.
b. Después de la Primera Guerra Mundial.
c. Durante la Edad Media.
d. Durante la Revolución socialista.

3. ¿Qué es el ACNUDH?
a. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Corte Interamericana de Justicia.
b. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
c. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
d. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para la implementación del Derecho Internacional de los Dere-
chos Humanos.

4. ¿Cuál de estas afirmaciones no es verdadera acerca del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Politicos (PI-
DCP)?
a. Establece un órgano de control llamado Comité de Derechos Humanos.
b. Ha sido firmado en 1966 y el Estado Peruano lo ha ratificado, por ende se compromete a sus obligaciones.
c. Establece como mecanismo de control las comunicaciones individuales.
d. Establece como mecanismo de control el sistema de los informes periódicos.

5. ¿Cuál de las generaciones de los derechos humanos nace con el fenómeno de la globalización?
a. La cuarta generación.
b. La segunda generación.
c. La tercera generación.
d. La primera generación.

6. ¿Cuál es el sentido de la expresión «los derechos humanos son inalienables»?


a. No es posible renunciar a los derechos humanos, no pueden suprimirse.
b. Los derechos humanos crean un sistema y cada uno es dependiente del otro.
c. Los derechos humanos constituyen un sistema en constante expansión.
d. Los derechos humanos se han organizados en generaciones definidas.

7. ¿Cuáles de estas afirmaciones no se relaciona con los derechos humanos de tercera generación?
a. Surgen en el siglo XX.
b. Su reclamo corresponde al individuo.
c. Requieren para su cumplimiento de prestaciones positiva (hacer, dar) y de prestaciones negativas (no ha-
cer).
d. Nacen durante la Revolución francesa.

8. ¿Cuáles de estas no es una limitacion extraordinaria al ejercicio de los derechos humanos?


a. Conflicto armado internacional.
b. Desastre natural.
c. Graves alteraciones del orden público.
d. Buenas costumbres.
UNIDAD I: ELEMENTOS DEFINITORIOS, FUNDAMENTOS DOCTRINARIOS Y CLASI- DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 29
FICACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

9. La Declaración Universal de los Derechos Humanos es el instrumento marco en materia de protección internacional
de los derechos humanos. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones no se relaciona de manera correcta con este instru-
mento jurídico?
a. La Declaración Universal de los Derechos Humanos nace de las necesidades de restablecer el concepto de
dignidad humana después de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.
b. La Declaración Universal de los Derechos Humanos tiene un fuerte valor moral.
c. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, por ser una declaración, es un instrumento vinculante.
d. La Declaración Universal de los Derechos Humanos es considerada por parte de la doctrina un instrumento
vinculante de Derecho Internacional a pesar de su valor jurídico de declaración.

10. ¿Cuál de estos derechos pertenece a la tercera generación de derechos humanos?


a. Derecho al trabajo.
b. Derecho a la autodeterminación de un pueblo.
c. Derecho a la integridad física.
d. Derecho a la educación.
30 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

UNIDAD II: La Protección de los Derechos Humanos de los Grupos Vulnerables

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD II

LECTURAS
CONTENIDOS ACTIVIDADES
SELECCIONADAS

AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÍA

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Videoclase 3 1.Conoce los principales instrumentos 1.Reconoce la importancia de definir
jurídicos de derechos humanos para la correctamente los conceptos.
Tema N.º 1: La protección de los derechos hu- protección de los grupos vulnerables. 2.Participa activamente en clase a través
manos de las mujeres y los niños 2.Analiza críticamente los instrumentos de intervenciones orales en el análisis de
1.La protección de los derechos de jurídicos de protección de los derechos casos y ejemplos.
las mujeres: la Convención para la humanos de los grupos vulnerables. 3.Reconoce la importancia de entregar los
Eliminación de Todas las Formas de trabajos consignados en las fechas límites
Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y Actividad N.º 2 establecidas por el docente.
sus protocolos adicionales Análisis crítico del video. 4.Reconoce la importancia y utilidad de
2.La protección de los derechos de los niños: las autoevaluaciones como instrumentos
la Convención sobre los Derechos del Niño 3.Conoce los principales instrumentos de retroalimentación.
y sus protocolos adicionales jurídicos de derechos humanos para la
protección de los grupos vulnerables.
Lectura seleccionada N° 1 4.Analiza críticamente los instrumentos
La Convención sobre el Derecho del Niño: jurídicos de protección de los derechos
estructura y contenido. humanos de los grupos vulnerables.

Videoclase 4 Tarea Académica Nº 1


Estudio de casos de violaciones de derechos
Tema N.º 2: La protección de los derechos hu- humanos
manos de los refugiados y de las personas con
discapacidad

3.La protección de los derechos de los


refugiados: la Convención sobre el Estatuto
de los Refugiados
4.La protección de los derechos de las
personas con Discapacidad: la Convención
Internacional sobre los Derechos de las
personas con discapacidad

Lectura seleccionada N.° 2


La Convención de Ginebra sobre el
Estatuto de Refugiado en Inmigración,
Estado y Derecho

Autoevaluación N.°2
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 31
vulnerables

TEMA N° 1: LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES Y LOS NIÑOS


En esta primera sección de la Unidad II nos enfocaremos en el estudio de la protección de los derechos humanos de los
grupos vulnerables, con particular enfoque en las mujeres y en los niños. Mujeres y niños constituyen grupos vulnerables, o
sea aquellos grupos de personas que, por sus características económicas, étnicas, de estado de salud, de edad, de género o de
discapacidad se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad de sus derechos fundamentales. En esta primera parte
nos enfocaremos en dos grupos vulnerables específicos, a saber: las mujeres y los niños, niñas y adolescentes.

1 La protección de los derechos de las mujeres: la Convención para la Eliminación de


Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y sus protocolos adiciona-
les

La Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) es un instrumento ju-
rídico internacional ratificado por 187 Estados, por lo que representa el instrumento internacional más ratificado de la historia.
Es fruto del trabajo de 30 años realizado por la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que fue creada en 1946
por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) para seguir de cerca la situación de la mujer y promover
sus derechos. La CEDAW ha sido adoptada en 1979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su Resolución
34/180, del 18 de diciembre de 1979. Fue aprobada con 130 votos a favor, ninguno en contra y 11 abstenciones. Algunos Estados
la ratificaron con reserva. Entró en vigor el 3 de setiembre de 1981. El 5 de junio de 1982, el Estado peruano emitió la Resolu-
ción Legislativa 2343, que aprueba la CEDAW sin reserva legal alguna. El antecedente de la CEDAW fue la Declaración sobre la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, proclamada por la Asamblea General en su Resolución 2263 (XXII), del 7 de
noviembre de 1967, que dado su carácter declarativo no tiene fuerza vinculante.

La CEDAW está compuesta por un preámbulo y 30 artículos, en los cuales se define lo que constituye la discriminación con-
tra las mujeres y se establece una agenda para que las administraciones nacionales terminen con dicha situación. Los Estados
parte se comprometen a consagrar, en sus Constituciones nacionales y en cualquier otra legislación aprobada a nivel nacional,
el principio de igualdad del hombre y de la mujer; además, convienen en asegurar por ley u otros medios apropiados la rea-
lización práctica de este principio. La CEDAW empieza con la definición de discriminación contra las mujeres en su artículo
1, la cual se define como «…toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado
menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de
la igualdad del hombre y de la mujer, de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en las esferas política, eco-
nómica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera» (Ver Art. 1 de la Convención para la Eliminación de Toda Forma de
Discriminación contra la Mujer).

Las razones de la importancia de esta definición son las siguientes:

a. La discriminación es entendida como resultado, no solo como propósito, de tal forma que una acción, ley o política sin
intención de discriminar puede ser discriminatoria si ese fuese su efecto.
b. Es la definición que se incorpora a la legislación interna de los países ratificantes.
c. No plantea una diferenciación entre la discriminación que se produce en el ámbito público y en el privado, sino que com-
prende ambas, lo cual es claro cuando se utiliza la expresión «en cualquier otra esfera». Esto significa que la protección
del Estado debe cubrir todas las áreas de la vida de las mujeres (Loli Espinoza, 2007, p. 10).

La CEDAW incluye principios claves para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres y una serie de medidas que los Es-
tados deben tener en cuenta al elaborar sus agendas nacionales. Entre los principios claves podemos mencionar los siguientes:

a. El principio de igualdad sustantiva


Se relaciona con el hecho de que la igualdad formal establecida en leyes, leyes marcos y políticas neutrales en cuanto al gé-
nero podría no ser suficiente para garantizar que las mujeres gocen de los mismos derechos que los hombres. Por lo tanto,
la CEDAW provee normas basadas en la noción de que las diferencias entre hombres y mujeres originan experiencias de
disparidad y desventaja desproporcionadas en perjuicio de la mujer. Se enfatiza la importancia de la igualdad de oportu-
nidades, así como la igualdad de acceso a las oportunidades y la igualdad de resultados (ONU Mujeres, 2006, p. 19-22).

b. El principio de no discriminación
La discriminación debe ser entendida en su sentido más amplio. Este principio se establece claramente en el artículo 1
que hemos analizado.

c. El principio de obligación del Estado


Cuando un Estado es parte de la CEDAW voluntariamente acepta una gama de obligaciones legalmente vinculantes para
eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres y garantizar la igualdad entre hombres y mujeres a nivel
doméstico (ONU Mujeres, 2006, p. 19-22).

Una vez que los Estados hayan aceptado la Convención, se comprometen a adoptar una serie de medidas tendentes a eli-
minar toda forma de discriminación contra la mujer frente a toda la comunidad internacional; así, adquieren un compromiso
32 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

a nivel internacional. Este compromiso incluye:

-- Condenar y erradicar la discriminación contra la mujer e incorporar el principio de igualdad de hombres y mujeres en sus
leyes y especialmente en su Constitución nacional para todas las áreas de la estructura social.
-- Proteger a las mujeres de cualquier violación a las disposiciones de la CEDAW. En este sentido, el Estado debe establecer
tribunales y otras instituciones públicas que se rijan por los principios de la referida convención para asegurar la efectiva
protección de las mujeres contra la discriminación.
-- Garantizar la eliminación de todos los actos de discriminación contra las mujeres por parte de terceros, bien se trate de
personas, organizaciones o empresas.

En resumen, el Estado parte de la CEDAW debe legislar, crear organismos y emprender acciones destinadas a prevenir estas
violaciones, auxiliar a las víctimas, castigar a los culpables y resarcir el daño. Asimismo, tendrá que asegurarse de que no existan
leyes y políticas discriminatorias hacia las mujeres y de que se adopten las leyes necesarias para garantizar la igualdad entre
hombres y mujeres en todas las áreas de la vida. Los Estados son los responsables por las violaciones a la CEDAW cometidas en
su territorio; por esta razón es indispensable que las legislaciones y políticas públicas de los diferentes niveles de gobierno sean
congruentes con lo estipulado en esa convención (ONU Mujeres, SER, PNUD, 2008).

Entre las novedades introducidas por la CEDAW podemos mencionar las siguientes:

-- Se pone énfasis en modificar patrones socioculturales de la conducta de hombres y mujeres y en garantizar que la educa-
ción familiar incluya una comprensión adecuada de la maternidad como función social, así como el reconocimiento de la
responsabilidad común de hombres y mujeres en la educación de los hijos e hijas.
-- Se dispone la supresión de todas las formas de trata de las mujeres y explotación de la prostitución de las mujeres (Art. 6).
-- Se hace referencia a los problemas especiales a que hacen frente las mujeres en las zonas rurales y se obliga a adoptar me-
didas para asegurar que se respeten sus derechos.
-- Es el único tratado de derechos humanos que afirma los derechos de reproducción de las mujeres y señala la cultura y
tradición como las fuerzas influyentes que moldean los roles de género y las relaciones familiares.
-- A partir de la CEDAW, la discriminación que padecen las mujeres en su vida privada, en el marco de sus vínculos familiares
y personales, se constituye en un hecho de preocupación internacional (ONU Mujeres, SER, PNUD, 2008).

Entre los derechos tutelados en la CEDAW, podemos mencionar los siguientes:

-- Derecho a la no discriminación.
-- Derecho a la integridad personal.
-- Derecho a participar líbremente en la vida política.
-- Derecho a adquirir, conservar o cambiar su nacionalidad independientemente de su estado civil.
-- Derecho a la educación en igualdad de condiciones.
-- Derecho al trabajo con igual salario, prestaciones y capacitación.
-- Derecho a la salud.
-- Igualdad de derechos de las mujeres rurales.
-- Igualdad del hombre y la mujer ante la ley.

Los artículos del 17 al 22 de la CEDAW establecen el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres o
Comité de la CEDAW y delinean su composición y funciones. El Comité está compuesto por 23 integrantes de gran prestigio mo-
ral y competencia en materia de derechos humanos de la mujer, nombrados por sus Gobiernos y elegidos por los Estados parte
de la CEDAW mediante una votación secreta en una reunión convocada por el Secretario General de las Naciones Unidas. Son
elegidos aquellos candidatos que obtengan el mayor número de votos y la mayoría absoluta de los votos de los representantes de
los Estados parte presentes. Los integrantes ejercen sus funciones a título personal y tienen un mandato de cuatro años. En la
elección se tiene en cuenta la distribución geográfica equitativa y la representación de diversas civilizaciones y sistemas jurídicos.

La función principal del Comité es vigilar y evaluar la correcta aplicación de la CEDAW y colaborar con los Estados parte
para la eliminación de la discriminación contra las mujeres. Para que el Comité pueda ejercer su función, los Estados parte
envían informes cada cuatro años o cuando el Comité lo solicite, en los cuales se detallan las medidas legislativas, judiciales,
administrativas o de otra índole que han adoptado en cumplimiento de la CEDAW, así como los progresos realizados. Los in-
formes permiten al Comité evaluar la situación de los derechos humanos de la mujer en cada Estado. El plazo de entrega del
primer informe es de un año después de la entrada en vigor de la CEDAW en el país. El Comité se reúne dos veces al año para
revisarlo. Después de haberlo evaluado, elabora unas observaciones y recomendaciones finales que remite al país, subrayando
aspectos positivos del informe del Estado y señalando las principales áreas que suscitan su preocupación. El Estado está obligado
a tomar en cuenta estas observaciones y recomendaciones y responder en el siguiente informe (procedimiento de informes). La
intención de fondo del procedimiento de informes es mantener a los Estados parte atentos a que tienen que rendir cuentas de
sus obligaciones internacionales en materia de no discriminación contra la mujer, dar publicidad a las violaciones de derechos
humanos y presionar a los gobiernos y a otros responsables de violaciones para que cambien sus prácticas (IIDH, 2004, p. 100-
101). Además, en virtud del artículo 29 de la CEDAW, dos o más Estados parte pueden someter sus litigios sobre la interpretación
y aplicación de la CEDAW a arbitraje y, en caso de que el litigio no se resuelva, pueden proponerlo a consideración del Tribunal
Internacional de Justicia. Este procedimiento no se ha llegado a utilizar hasta el momento y está sujeto a un gran número de
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 33
vulnerables

reservas por los Estados parte (procedimiento de comunicación interestatal).

La aprobación de la CEDAW constituyó, sin duda, un paso importante hacia la reivindicación de los derechos humanos de
las mujeres. Sin embargo, se necesitaba dotar a las mujeres de un recurso adicional que contribuya a asegurar el disfrute pleno
y en condiciones de igualdad de los derechos que les confiere la CEDAW. Aun cuando durante el proceso de elaboración de
dicha convención se propuso incluir una disposición que consagrara el derecho de comunicación, es decir la posibilidad de
que el Comité recibiera y examinara denuncias por violaciones a las disposiciones de la CEDAW, esa propuesta no fue aprobada.
Sin embargo, como es de todos conocido, al inicio de la década de 1990 esta cuestión fue abordada por varias organizaciones
no gubernamentales, que señalaron la «falta de atención suficiente a las violaciones que se cometen contra el principio de no
discriminación por motivos de sexo». Por esto, el 12 de marzo de 1999, la Comisión sobre la Condición de la Mujer adoptó un
anexo a la CEDAW para ponerla en condición de igualdad con otros tratados de derechos humanos y para mejorar su imple-
mentación. La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 6 de octubre de 1999 el Protocolo Facultativo de la CEDAW
a través de su Resolución A/54/4, la cual entró en vigor el 22 de diciembre de 2000. Dicho protocolo fortalece los mecanis-
mos de vigilancia y supervisión previstos en la CEDAW y otorga a las personas o grupos de personas la facultad de denunciar
violaciones o solicitar investigaciones por la violación grave o sistemática de derechos en haya incurrido un Estado parte. Ese
instrumento facultativo ha sido ratificado por el Estado peruano el 9 de abril de 2001 (González, 2002).

El artículo 2 establece la posibilidad de presentar comunicaciones ante el Comité por parte de personas o grupos de personas
que se encuentren bajo la jurisdicción de un Estado parte. El Estado parte en contra del cual se hubiera formulado la denun-
cia deberá responder. Además, las víctimas o el grupo de victimas pueden designar a un representante para que presente una
denuncia en su nombre, obviamente bajo consentimiento de la víctima. El artículo 3 establece que una comunicación debe
hacerse por escrito, no puede ser anónima y debe atañer a un Estado parte de la CEDAW que también sea parte del Protocolo
Facultativo de la CEDAW.

Al recibir una denuncia, el Comité tendrá que evaluarla y determinar si es admisible. Esto ocurre si es formulada por escri-
to, no es anónima y es presentada por personas sujetas a la jurisdicción de un Estado parte del Protocolo. Además, se considera
admisible si se han agotado todos los recursos de la jurisdicción interna, salvo en los casos en los que la tramitación de estos
recursos se prolongue injustificadamente o no sea probable que brinde como resultado un remedio efectivo. En caso de que
sea admisible, el Comité debe poner la comunicación recibida de forma confidencial en conocimiento del Estado parte. En
un plazo de seis meses, el Estado parte deberá presentar una explicación escrita aclarando la cuestión e indicando las medidas
correctivas que hubieae adoptado. Una vez que haya recibido toda la información pertinente, el Comité la analizará a la luz de
la comunicación recibida en sesiones privadas. Tras examinarla, el Comité de la CEDAW hará llegar sus opiniones a las partes
interesadas. Si considera que el Estado parte estuvo involucrado en las violaciones que se alegan en la comunicación, le hará
recomendaciones con respecto a sus obligaciones para remediarlas. Aquel Estado tendrá que responder a estas observaciones
en un plazo de seis meses (ONU Mujeres, 2006, pp. 32-33).

Además, el Protocolo en su artículo 8 establece un procedimiento de investigación, en el marco del cual el propio Comité
puede iniciar una actuación al tomar conocimiento de información fidedigna en la que se indique una violación grave o sis-
temática de los derechos enunciados en la CEDAW. Una vez que el Comité considere que la información es fidedigna y revela
violaciones graves y sistemática de los derechos humanos de las mujeres, encarga uno o más de sus miembros investigar la
situación. El proceso de investigación puede además incluir unas visitas al territorio del Estado parte. Terminado el proceso de
investigación, los miembros del Comité elaborarán un informe. Después de examinarlo, el Comité presentará sus observaciones
al Estado interesado. Una vez presentadas las observaciones, el Estado parte tiene que responderlas en un plazo de seis meses,
explicando cuáles son las medidas que ha adoptado. Este procedimiento, que es de carácter confidencial, permite al Comité
responder más oportunamente a violaciones de los derechos de la mujer que se produzcan en el territorio de un Estado parte
(ONU Mujeres, 2006, p. 32).

2 La protección de los derechos de los niños: la Convención sobre los Derechos del
Niño y sus protocolos adicionales

Hasta el final de la Edad Media no parece haber ninguna conciencia social de la infancia como una categoría especial y
como un fenómeno social diferente. En el siglo XVI se empezó a mostrar interés por la infancia y los niños de clase alta empeza-
ron a ser escolarizados. La primera legislación propiamente dicha sobre los niños apareció en Occidente entre finales del siglo
XIX y principios del siglo XX. Se introdujeron legislaciones sobre la escolaridad obligatoria, debido a la conciencia creciente
de la importancia del desarrollo de los niños, así como legislaciones sobre la prohibición del trabajo infantil. El siglo XX fue sin
duda el siglo del niño, al que se le asigna un nuevo estatus en la sociedad como perteneciente a un grupo específico.

Los derechos de los niños están plenamente estipulados en la Convención sobre los Derechos del Niño, elaborada durante
diez años con los aportes de representantes de diversas sociedades, culturas y religiones. Una convención referida a dicha mate-
ria era necesaria porque, aun cuando muchos países disponían de leyes que protegían a la infancia, algunos no las respetaban
y esto traía problemas como abandono, acceso desigual a la educación y pobreza. En tal contexto, los dirigentes mundiales
decidieron que los niños y niñas tenían que contar con una convención específica para ellos, porque los menores necesitan
de cuidado y protección que los adultos no requieren. El mundo tenía que reconocer que también los niños y las niñas tenían
derechos humanos (UNICEF, 2006).
34 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

La Convención sobre los Derechos del Niño ha sido adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Re-
solución 44/25, de 20 de noviembre de 1989, y entró en vigor el 2 de setiembre de 1990. Hoy ha sido aceptada por casi todos
los países, a excepción de Estados Unidos y Somalia. El Perú la ratificó el 4 de setiembre de 1990. Es el tratado internacional en
materia de derechos humanos que ha tenido el mayor número de ratificaciones por parte de los países de la comunidad inter-
nacional.

Es además el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos huma-
nos: civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Está compuesta por 54 artículos y dos protocolos facultativos. Desde su
aprobación se han producidos avances considerables en el cumplimiento de los derechos de la infancia, así como un reconoci-
miento mayor de la necesidad de establecer un entorno protector que defienda a los niños y niñas de la explotación, los malos
tratos y la violencia. Los progresos han sido desiguales y algunos países se encuentran más retrasados que otros en este sector
(UNICEF, 2006).

La Convención sobre los Derechos del Niño define el niño en el artículo 1 como «todo ser humano menor de dieciocho
años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad».

Entre los derechos que establece podemos mencionar los siguientes: el derecho a la supervivencia y al desarrollo pleno,
el derecho a la protección contra los malos tratos y la explotación, y el derecho a la plena participación en la vida familiar,
cultural y social. El derecho a la supervivencia y al desarrollo pleno incluye el derecho a recibir una alimentación adecuada, el
derecho a la vivienda, el derecho a la educación, el derecho a la atención primaria de la salud, y el derecho al tiempo libre y la
recreación; estos derechos exigen no solamente que existan los medios para lograr que se cumplan, sino también acceso a ellos.
Además, hay una serie de artículos específicos que se refieren a las necesidades de los niños y niñas refugiados, los niños y niñas
con discapacidad y los niños y niñas de los grupos minoritarios o indígenas. El derecho a la protección contra los malos tratos
incluye la protección contra todo tipo de malos tratos, abandono, explotación y crueldad, e incluso el derecho a una protección
especial en tiempos de guerra y a una protección contra los abusos del sistema de justicia criminal. El derecho a la participación
incluye el derecho a emitir sus propias opiniones y a que se les escuche, el derecho a la información y el derecho a la libertad de
asociación.

Este instrumento, como se establece en el preámbulo, recoge los principios que sustentan la Carta de las Naciones Unidas
y propone implementar un régimen de protección especial a la niñez, haciendo mención a varios instrumentos adoptados an-
teriormente en materia de derechos humanos de los niños y las niñas, tales como la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los
Derechos del Niño, la Declaración de los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de
noviembre de 1959, y otros instrumentos internacionales en los que subyace el interés por el bienestar del niño, como los dos
pactos internacionales de 1966. Además, el preámbulo reafirma la necesidad de proporcionar a los niños cuidado y asistencia
especiales en razón de su vulnerabilidad; subraya la responsabilidad primordial de la familia por lo que respecta a la protección
y la asistencia; señala la necesidad de una protección jurídica del niño antes y después del nacimiento; destaca la importancia del
respeto de los valores culturales de la comunidad del niño; y menciona el papel crucial de la cooperación para que los derechos
del niño se hagan realidad (UNICEF, 2006, p. 8).

Merece especial mención el artículo 2.2 de la Convención sobre los Derechos del Niño en el que se establece la doctrina de aten-
ción integral y el principio de no discriminación: «Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que
el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones
expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares». El artículo 2 amplía la protección contra la discrimina-
ción ya establecida en otros instrumentos, al prohibir expresamente no solo la discriminación basada en las características del in-
dividuo, sino también la discriminación contra un niño fundada en las características de sus padres o tutores (O’Donnell, 1997).

Además, merece especial mención el artículo 3.1, que establece el principio del interés superior del niño y el adolescente:
«En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribu-
nales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés
superior del niño». En otras palabras, cuando las autoridades o los adultos adopten decisiones que tengan que ver con los niños,
deberán hacer aquello que sea mejor para su desarrollo y bienestar. Corresponde al Estado asegurar una adecuada protección
y cuidado cuando los padres y madres, u otras personas responsables, no tienen capacidad para hacerlo. Este principio tiene su
origen en el derecho común, donde sirve para la solución de conflictos de interés entre un niño y otra persona, y es básicamente
un principio de naturaleza garantista. Esencialmente el concepto significa que, cuando se presentan conflictos de este orden,
como en el caso de la disolución de un matrimonio, por ejemplo, los intereses del niño priman sobre los de otras personas o
instituciones. El concepto de los intereses superiores del niño ya estaba presente en la Declaración sobre los Derechos del Niño
de 1959, el antecedente jurídico de la convención objeto de estudio. Este principio se puede considerar sin duda como un prin-
cipio básico de toda la Convención sobre los Derechos del Niño, el cual es fundamental para la interpretación de todo su texto.

Los Estados parte están obligados a estipular y llevar a cabo todas las medidas y políticas necesarias para proteger el interés
superior del niño. Entre las obligaciones más importantes es necesario mencionar las siguientes:
• Estipular y llevar a cabo todas las medidas y políticas necesarias para proteger el interés superior del niño.
• Respetar las responsabilidades y los derechos de los padres y madres, así como de los familiares, de impartir al niño
orientación apropiada a la evolución de sus capacidades.
• Garantizar la supervivencia y el desarrollo del niño.
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 35
vulnerables

• Proteger y, si es necesario, restablecer la identidad del niño (nombre, nacionalidad y vínculos familiares).
• Velar para que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de estos, excepto cuando, a reserva de revisión
judicial, las autoridades determinen, de conformidad con la ley, que esta separación es necesaria.
• Adoptar las medidas necesarias para luchar contra los traslados ilícitos y la retención ilícita de niños en el extranjero,
ya sea por su madre o su padre, ya sea por una tercera persona.
• Tomar medidas de promoción de material de interés social y cultural para el niño a través de los medios de comunica-
ción y proteger al niño contra toda información y material perjudicial para su bienestar.
• Proteger a los niños de todas las formas de malos tratos perpetradas por padres, madres o cualquier otra persona res-
ponsable de su cuidado y establecer medidas preventivas y de tratamiento al respecto.
• Proteger de manera especial a los niños refugiados o que soliciten el estatuto de refugiado.
• Asegurar por lo menos la educación primaria gratuita y obligatoria.
• Proteger al niño contra el desempeño de cualquier trabajo nocivo para su salud, educación o desarrollo.
• Tomar las medidas necesarias para prevenir la venta, el tráfico y la trata de niños (Ver texto de la Convención sobre los
Derechos del niño, disponible en la web http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/CRC.aspx).

La Convención sobre los Derechos del Niño establece en su artículo 43 el Comité sobre los Derechos del Niño, que es
el órgano de expertos independientes encargado de supervisar la aplicación de la dicha convención por los Estados parte. El
Comité está integrado por 18 miembros elegidos por los Estados parte, los cuales ejercen sus funciones a título personal. Este
órgano de control supervisa también la aplicación de los tres protocolos facultativos a la Convención sobre los Derechos del
niño. Todos los Estados parte tienen que presentar informes periódicos al Comité sobre la manera en que se garantizan y pro-
tegen los derechos establecido en dicha convención. Inicialmente, los Estados deben presentar un informe dos años después
de su adhesión a la Convención y luego cada cinco años. Además, el Comité puede requerir de manera extraordinaria que los
Estados presenten un informe cuando haya circunstancias que ameriten ser averiguadas e investigadas. El Comité examina
cada informe y expresa sus preocupaciones y recomendaciones al Estado parte en forma de «observaciones finales». Como ya
mencionamos, el Comité sobre los Derechos del Niño también examina los informes periódicos de aquellos Estados que han
ratificado los tres protocolos facultativos. El procedimiento de informe periódico es el único mecanismo de control establecido
por la Convención sobre los Derechos del Niño. Hasta el 2014, año de entrada en vigor del Protocolo Facultativo relativo a un
procedimiento de comunicaciones individuales, el Comité no podía examinar denuncias de los particulares en ningún caso.
Por lo tanto, para superar este obstáculo, las cuestiones relacionadas con los derechos del niño se podían presentar ante otros
comités con competencia para examinar las comunicaciones individuales.

Pasamos ahora a analizar los tres protocolos facultativos a la Convención sobre los Derechos del Niño.

2.1 El Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de Niño relativo a la participación de los niños en los con-
flictos armados

El Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de Niño relativo a la participación de los niños en los conflic-
tos armados ha sido aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de mayo de 2000 a través de la Resolución
54/263 y entró en vigor el 12 de febrero de 2002. El Perú lo ha ratificado el 8 de mayo de 2002.

Se calcula que en todo el mundo más de 300 mil niños y niñas participan en conflictos armados. A menudo se les reclu-
ta a la fuerza o se les secuestra para que se unan a grupos armados. Algunos tienen menos de diez años y muchos han sido
testigos de terribles actos de violencia, o han participado en ellos, en ocasiones contra sus propias familias o comunidades.
Este protocolo fortalece la protección jurídica de los niños y las niñas y contribuye a impedir su utilización en los conflictos
armados. Se aumenta a 18 la edad mínima para la participación directa en las hostilidades, en comparación con la establecida
en la Convención, que era 15 años. El tratado prohíbe que las fuerzas armadas gubernamentales recluten obligatoriamente a
cualquier persona menor de 18 años e insta a los Estados parte a aumentar la edad mínima para el reclutamiento voluntario
por encima de los 15 años. En el caso de un grupo armado no estatal, se prohíbe todo tipo de reclutamiento de menores de
18 años, voluntario u obligatorio.

El objetivo del protocolo es poner fin al reclutamiento y a la utilización de niños y niñas como soldados. Para lograr este
objetivo son fundamentales varios elementos: verificación y presentación de informes sobre el cumplimiento de dicho instru-
mento internacional por parte de los Estados, capacidad de liderazgo político, y enfoque en los derechos de los niños y las ni-
ñas no solo durante el conflicto, sino también una vez que este termine. En el momento en que los Estados lo ratifican, deben
preparar una declaración relacionada con la edad a la que las fuerzas armadas nacionales permiten el reclutamiento volunta-
rio, así como las medidas que tomarán para asegurarse que no se ejerza la fuerza o la coerción en este tipo de reclutamiento.
Este requisito es especialmente importante porque el protocolo facultativo no establece los 18 años como edad mínima para
el reclutamiento voluntario en las Fuerzas Armadas, sino solamente para la participación directa en un conflicto armado.

El Comité de los Derechos del Niño tiene también la función de monitorear y controlar la aplicación de este instrumento
jurídico; por lo tanto, después de dos años de la entrada en vigor del protocolo, todos los Estados parte tienen que remitir un
informe inicial al Comité y posteriormente tienen que presentar informes de seguimiento acerca de las medidas implementa-
das para prevenir y proteger las violaciones de los derechos establecidos en ese instrumento (UNICEF, 2004, p. 4).
36 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

2.2 El Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil
y la utilización de niños en la pornografía

Para contribuir a eliminar los abusos y la explotación cada vez mayores de los niños y niñas en todo el mundo, la Asamblea
General de las Naciones Unidas aprobó en 2000 el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo
a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía a través de la Resolución 54/263; el cual
entró en vigor el 18 de enero de 2002. El Perú lo ha ratificado el 8 de marzo de 2002. Hoy en día, más de 100 países han firmado
y ratificado este protocolo, el cual llama especialmente la atención hacia la criminalización de estas graves violaciones de los
derechos de la infancia y hace hincapié en la importancia que tiene fomentar una mayor concienciación pública y cooperación
internacional en las actividades para combatirlas.

La explotación sexual comercial de la infancia —como la venta de niños, la prostitución infantil, el turismo sexual infantil
y la pornografía infantil— se da en muchos lugares del mundo. Se calcula que alrededor de un millón de menores de edad (la
mayoría niñas, pero también un número considerable de niños) caen todos los años en las redes del multimillonario comercio
sexual, víctimas de la degradación y sometidos a un riesgo que amenaza sus vidas. El protocolo sirve de complemento a los artí-
culos 34 y 35 de la Convención sobre los Derechos del Niño, al exigir a los Estados una serie de requisitos precisos para poner
fin a la explotación y el abuso sexuales de la infancia. También protege a los niños y niñas de la venta con objetivos no sexuales,
como por ejemplo otras formas de trabajo forzado, adopciones ilegales o donación de órganos. Define también delitos como
venta de niños, prostitución infantil y pornografía infantil, y obliga a los gobiernos a criminalizar y castigar las actividades
relacionadas con esas actividades ilícitas. Exige castigos no solamente para quienes ofrecen o entregan niños y niñas para su
explotación sexual, transferencia de órganos, obtención de beneficios o trabajos forzados, sino también para todo aquel que
acepte a un niño o niña destinado a estas actividades.

El texto hace también hincapié en el valor de la cooperación internacional, que es importante para combatir estas activi-
dades que se realizan a menudo más allá de las fronteras nacionales. Las campañas de concienciación, de información y de
educación públicas contribuyen también a proteger a la infancia contra estas graves conculcaciones de sus derechos.

2.3 El Protocolo Facultativo relativo a un procedimiento de comunicaciones

Pasamos ahora a hablar del último protocolo facultativo a la Convención sobre los Derechos del Niño, o sea el protocolo
relativo a un procedimiento de comunicaciones, aprobado a través de la Resolución 66/138, de la Asamblea General de las
Naciones Unidas del 19 de diciembre de 2011, el cual entró en vigor el 14 de abril de 2014. El Perú lo ha ratificado el 6 de
enero de 2016. Este protocolo establece un mecanismo que permite la presentación ante el Comité de los Derechos del Niño
de comunicaciones individuales, o sea las presentadas por, o en nombre de, personas o grupos de personas sujetas a la juris-
dicción de un Estado parte del protocolo que aleguen ser víctimas de una violación de uno de los derechos incluidos en la
Convención sobre los Derechos del Niño y sus dos protocolos facultativos. Estas comunicaciones se declararan inadmisibles si
son anónimas, no se presentan por escrito, son incompatibles con las disposiciones de la referida convención y sus protocolos,
se refieran a una cuestión que ya hubiera sido examinada o esté siendo examinada por el Comité, no se hubieran agotados
todos los recursos internos, salvo que la tramitación de esos recursos se prolongue injustificadamente o que sea improbable
que con ellos se logre una reparación efectiva, sean manifiestamente infundadas o no sean suficientemente fundamentadas, se
refieran a hechos sucedidos antes de la entrada en vigor del protocolo para el Estado en cuestión y no se hubieran presentado
en el plazo de un año tras el agotamiento de los recursos internos, salvo en los casos en que el autor pueda demostrar que no
fue posible presentarla dentro del plazo establecido.
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 37
vulnerables

LECTURA SELECCIONADA N° 1
Instrucción: Lee el siguiente texto

O’Donnell, D. (1997). La Convención sobre los Derechos del Niño: estructura y contenido. Montevideo, Uruguay: INAU. Disponible en
http://www.inau.gub.uy/biblioteca/Odonnell.pdf

ACTIVIDAD FORMATIVA Nº 2
Instrucciones: Después de la proyección del documental periodístico «Cicatrices del engaño», el alumno debe hacer una re-
flexión acerca de esta frase: «Un país que olvida su historia está condenado a repetirla» e identificar las medidas que el Estado
peruano debería implementar para reparar a las víctimas de estas graves violaciones de los derechos humanos.

1. Contexto
El gobierno de Alberto Fujimori usó las esterilizaciones forzadas como método de reducción de pobreza. En la
década de 1990, el Perú se encontraba en una grave situación económica y social. Fujimori se estrena en el ámbito
económico adoptando las reformas neoliberales y siguiendo el programa del Consenso de Washington, impuesto
por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. En el marco de este proceso de ajuste estructural,
decide poner en marcha un programa de planificación familiar.
Datos relevantes:
-- El Plan de Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria, como fue denominado la política estatal de esterilizaciones,
alcanzó a casi 300 mil mujeres y 22 mil varones.
-- 18 mujeres fallecieron tras ser esterilizadas de manera forzada.
-- El único caso de violación de derechos humanos que ha reconocido el Estado fue el de la fallecida María Mamé-
rita Mestanza. Los otros miles de casos de esterilización siguen impunes.

2. Actividades previas
Glosario de términos: (significado de palabra o conceptos o definiciones que el estudiante debe saber antes de
observar el video)

a. Esterilización forzada.
b. Derechos humanos de las mujeres.
c. Derechos reproductivos.
d. Enfoque de género.

3. Actividades simultáneas:
a. Toma de apuntes: Enfocarse en los datos proporcionados por las profesionales entrevistadas en el video:

4. Actividades posteriores:
a. Los alumnos deberán analizar la frase «Un país que olvida su historia está condenada a repetirla», en relación
con el documental proyectado.
b. Los alumnos redactarán un pequeño informe acerca de las medidas administrativas, jurídicas y políticas que
el Estado peruano debería implementar para reparar a las víctimas de estas graves violaciones de los derechos
humanos.
38 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

TEMA N° 2: LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS REFUGIADOS Y DE LAS PERSONAS


CON DISCAPACIDAD
En esta segunda parte de la Unidad II seguimos enfocándonos en la protección de los derechos humanos de los grupos
vulnerables y daremos especial atención a la situación de los refugiados y a la de las personas con discapacidad.

1 La protección de los derechos de los refugiados: la Convención de Ginebra sobre el


Estatuto de los Refugiados

El fenómeno de los refugiados empieza a inquietar a la comunidad internacional al término de la Primera Guerra Mundial.
En esta época Europa contaba con numerosos países desmembrados, surgían nuevos conflictos entre los Estados y había cientos
de miles de personas deportadas, perseguidas y sin hogar. En Rusia se desarrollaba una terrible guerra civil. Como consecuencia
de la Segunda Guerra Mundial, el problema de los refugiados alcanzaba gran relevancia, aunque en principio se creía que se
trataba de un problema transitorio. Volvieron a aparecer millones de seres humanos desplazados y que, debido a la frágil situa-
ción política, no encontraban un sitio donde asentarse. Después de la creación de la ONU, los gobiernos británico y noruego
sometieron a la consideración de la Asamblea General la propuesta de crear un nuevo organismo dedicado al tema de los refu-
giados. El 15 de diciembre de 1946 la Asamblea General aprobó la creación de la Organización Internacional para Refugiados
(OIR), que inició sus labores el 1 de julio de 1947, con sede en Ginebra. Antes de que llegase a su término el mandato de la
OIR, se comenzó a discutir en la Asamblea General el tema de su sucesor. La Declaración Universal de Derechos Humanos fue
aprobada en 1948 y en su artículo 14 establece que «cada persona tiene derecho a buscar y gozar de asilo en otros países si sufre
persecución». El 3 de diciembre de 1949 la Asamblea General, con Resolución 319 (IV), tomó la decisión de instituir un Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, cuyo estatuto se aprobó el 14 de diciembre de 1950 (Pérez, 2003, p.
229-230).

Tales hechos, vinculados con la protección internacional que reciben los refugiados, junto con la aprobación de la Con-
vención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, permite que hoy podamos hablar de Derecho Internacional de
los Refugiados. La convención en referencia constituye la fundación de la protección internacional de los refugiados al definir
quiénes, así como al establecer una serie de derechos de los refugiados y obligaciones para los Estados. Cabe indicar que fue
adoptada el 28 de julio de 1951 por la Conferencia de Plenipotenciarios sobre el Estatuto de los Refugiados y de los Apátridas,
convocada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y entró en vigor el 22 de abril de 1954. El Perú es parte de la Con-
vención de Ginebra y el marco nacional legal de protección de los refugiados es la Ley 27891, de 2002, así como sus reglamen-
taciones complementarias.

La Convención proporciona en su artículo 1 una definición del término «refugiado» para determinar quién puede bene-
ficiarse y quién no de sus disposiciones, a saber: se trata de la persona que «debido a fundados temores de ser perseguida por
motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del
país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo
de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual,
no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él». Las causas de persecución deben coincidir con uno de los cinco
puntos siguientes que figuran en el artículo 1, A (2): raza, religión, nacionalidad, pertenencia a una grupo social determinado u
opiniones políticas. Cuando el motivo de la persecución es diferente, no es posible aplicar esta definición y la persona no podrá
ser reconocida como refugiado. Los agentes de persecución pueden ser miembros de entidades gubernamentales o miembros
de grupos privados o de oposición política. En cuanto a la cláusula opcional relativa a la aplicación territorial de este artículo,
cada Estado parte de la Convención formulará en el momento de la firma, de la ratificación o de la adhesión una declaración
en que precise el alcance que desea dar a la expresión «acontecimientos ocurridos antes del 1 de enero de 1951». Cualquier Es-
tado parte que haya adoptado desde un primer momento la formula A podrá en cualquier momento extender sus obligaciones
mediante la adopción de la formula B a través de una notificación dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas.

Esta definición establece quién puede beneficiarse de la condición de refugiado y proporciona elementos fundamentales
para la determinación de esta condición (cláusula de inclusión):

a) La persona tiene que encontrarse fuera de su país de nacionalidad y, en el caso de una persona apátrida, fuera de su país
de residencia habitual, por fundados temores de ser perseguida.
b) La persona tiene que estar fuera de su país por acontecimientos ocurridos antes del 1 de enero de 1951; el protocolo de
1967 levantó definitivamente este límite temporal e incluye sucesos ocurridos después del 1 de enero de 1951.
c) La persona tiene que ser de origen europeo en el caso de Estados que han optado por la limitación opcional en el espa-
cio de aplicación, puesto que dicha limitación se refiere a «acontecimientos ocurridos antes del 1 de enero de 1951 en
Europa» (Art. 1); el Protocolo de 1967 levantó esta limitación opcional en el espacio de aplicación y solo permite que la
apliquen aquellos Estados que ya la tienen bajo la Convención.
d) La persona por los fundados temores de persecución no puede o no quiere acogerse a la protección de su país.
e) La persona debe tener fundados temores de persecución por una de las cinco razones que se establecen: la raza, la reli-
gión, la nacionalidad, la pertenencia a determinado grupo social o la opinión política.
f) La persona a causa de dichos temores de persecución no puede o no quiere regresar a su país (Namihas, 2001, pp. 48-
49).
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 39
vulnerables

La instrucción del caso se realiza a través de una o más entrevistas al solicitante por parte de la instancia gubernamental
competente para conocer en detalle su historia. Se consideran estos elementos en el proceso de determinación de la condición
de refugiado. La definición se aplica a personas que carecen de nacionalidad (apátridas) y a personas que tienen más de una
nacionalidad. En el primer caso, si una persona carente de nacionalidad se encuentra fuera de su país de residencia habitual
por temores fundados de persecución por los motivos enumerados antes, se le puede considerar refugiado. En el segundo caso,
para poder considerar como refugiado a una persona con más de una nacionalidad es necesario que las circunstancias y los
motivos mencionados se apliquen a cada país cuya nacionalidad posean (Namihas, 2001, pp. 48-49).

La Convención ofrece una definición de refugiado centrada en las personas que se encuentran fuera del país de su nacio-
nalidad y que son refugiados como resultado de acontecimientos ocurridos antes del 1 de enero de 1951 en Europa o en otro
lugar. Es decir, establece un límite temporal y un límite espacial. Aunque poseía un carácter más global de la problemática de
los refugiados respecto a otros instrumentos internacionales, de todas formas, estaba dirigida a solucionar el problema de los
refugiados como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, dadas las nuevas situaciones de refugiados que se
produjeron a fines de la década de 1950 y comienzos de 1960, fue necesario ampliar el ámbito temporal y geográfico y se elabo-
ró el Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados, en 1967, aunque el límite espacial solo se elimina en parte como veremos.

El concepto de refugiado ha sido objeto de aplicación e interpretación por los Estados parte, a través de su legislación y de
la acción de sus órganos administrativos y judiciales. Además, el ACNUR ha adoptado a su vez opiniones autorizadas sobre el sig-
nificado jurídico internacional de cada uno de los elementos que componen la definición: temor, bien fundado, persecución,
motivos de persecución y protección del propio país. Toda persona en la que concurran los elementos de la definición tiene
un derecho a que el Estado parte al que en primer lugar se dirija examine su solicitud y, de buena fe, le otorgue el estatuto de
refugiado (Mariño, 2008).

En cuanto a la noción de temor, por una parte, es subjetiva, porque una persona perseguida puede sufrir temor en una
determinada circunstancia, pero otra persona no. Sin embargo, dado que ese temor debe ser bien fundado, entonces para iden-
tificar una situación de temor no solo corresponde basarse en el estado de ánimo de una persona, sino también cabe considerar
que debe ser fundada en una situación de tipo objetivo. Es tarea de las autoridades del Estado evaluar esta situación.
Sobre el concepto de persecución, la definición no precisa qué se debe entender por este concepto. No se entiende si se
debe entender «la amenaza a la vida o la libertad» o si solo se refiere a «ciertas amenazas a la vida o libertad». En el primer caso,
todos tendrían derecho a no ser expulsados.

Respecto de los motivos de persecución, o sea raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u
opiniones políticas, deben entenderse en un sentido amplio.

Acerca del concepto de protección, considero que es fundamental porque uno de los requisitos para otorgar el estatuto de
refugiado consiste en que la persona se encuentre en una situación de desprotección. La protección consta de una dimensión
objetiva, en virtud de la cual el solicitante no puede acogerse a la protección del Estado de origen, y de una dimensión subjetiva,
por la cual no desea acogerse a la protección del Estado de origen por tener fundados temores de ser perseguido (Pérez, 2003,
pp. 239-242).

Las personas excluidas de los beneficios de la Convención del 1951 y del Protocolo de 1967 son las siguientes:

a) Personas que reciben protección o asistencia de otros órganos de las Naciones Unidas distintos al ACNUR, como por
ejemplo el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina.
b) Personas a quienes los países de residencia reconocen los mismos derechos y obligaciones que a sus nacionales. No hay
una definición completa o una lista exhaustiva de todos los derechos y obligaciones que deben reconocerse para aplicar
esta cláusula de exclusión. Sin embargo, «es aplicable si la condición de una persona está en gran parte asimilada a la de
un nacional del país».
c) Personas que no merecen protección internacional. Esta disposición se incluyó pensando en los criminales de la Segun-
da Guerra Mundial y consideraba el hecho de que muchos Estados no querían recibir en su territorio a criminales de
guerra que podía poner en peligro su seguridad u orden público. Hoy en día esta cláusula puede aplicarse y se aplica,
por ejemplo, a personas en busca de refugio respecto de las cuales se tiene motivos fundados para considerar que han
participado en graves violaciones de los derechos humanos, tales como: i) haber cometido un delito contra la paz, un
delito de guerra o un delito de lesa humanidad, ii) haber cometido un grave delito común fuera del país de refugio an-
tes de ser admitidas como refugiada, iii) haberse hecho culpable de actos contrarios a las finalidades y a los principios de
las Naciones Unidas. Esta cláusula de exclusión pretende impedir que el estatuto de refugiado sea otorgado a criminales
que no lo merecen por la gravedad de sus delitos, evitando así la degradación del estatuto, dando garantías de respeto al
orden jurídico y a la seguridad de los Estados parte e impidiendo la impunidad (Namihas, 2001, pp. 64-71).

La determinación de la condición de refugiado es el acto por medio del cual se sustrae a una persona de la jurisdicción
donde tiene fundados temores de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo
social u opinión política. El término «sustracción» no debe entenderse con la acepción de extraer físicamente a una persona
del territorio del país donde se encuentra o puede encontrarse amenazada, sino en el sentido de ponerla bajo una jurisdicción
diferente que evite que sea regresada al lugar donde corre o puede correr peligro. Después de la sustracción llega el asilo, o sea
el permiso de residir en el territorio de un Estado. El ACNUR tiene la función de sustraer a las personas de las jurisdicciones
40 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

donde pueden tener temores fundados de persecución, mientras que la concesión de asilo compete al Estado que tiene soberanía
sobre esta materia.

En principio, la determinación de la condición de refugiado se realiza individualmente: sin embargo, existen circunstancias
en que hay que recurrir a la llamada determinación colectiva o prima facie. Las razones para la aplicación de este procedimiento
son las siguientes:

a. Cuando se trate de grupos enteros de personas que podrían ser considerados individualmente como refugiados.
b. En caso de urgencia de prestar asistencia.
c. Si existen razones de orden práctico para facilitar trámites.

La condición sine qua non para recurrir a la determinación colectiva de la condición de refugiado consiste en que en el
país de origen del grupo se produzca una situación política y social objetivamente deteriorada. La determinación colectiva de la
condición de refugiado es una de las formas más rápidas de brindar protección y asistencia a las personas necesitadas (Namihas,
2001, pp. 57-63).

Los países que han ratificado la Convención están obligados a proteger a los refugiados en su territorio de conformidad con
sus disposiciones. Entre las obligaciones se encuentran las siguientes: los Estados parte deben determinar si una persona extran-
jera que solicita el estatuto de refugiado tiene el derecho a que se le otorgue siempre que cumpla los requisitos establecido en el
artículo 1; deben cooperar con el ACNUR en el ejercicio de sus funciones y, en particular, ayudarle a vigilar la aplicación de las
disposiciones de la Convención; deben comprometerse a comunicar al Secretario General de las Naciones Unidas el texto de las
leyes y de los reglamentos que promulguen para garantizar la aplicación de la Convención; y tienen que atenerse a la extensión
de la reciprocidad, de modo tal que el principio de reciprocidad, según el cual el otorgamiento de un derecho a un extranjero
está sujeto a la concesión de un trato similar por parte del país de origen de esa persona, no se aplica a los refugiados, pues estos
precisamente no gozan de la protección de su país de origen.

Los artículos del 12 al 30 de la Convención especifican los derechos que les corresponden a los refugiados una vez que han sido
reconocidos como tales en los términos de dicho instrumento internacional:

-- Todos los refugiados deben ser provistos de papeles de identidad y documentos de viaje que les permitan salir del país.
-- Los refugiados deben recibir el mismo trato que los nacionales en lo que respecta a los siguientes derechos: práctica libre de
la religión y la educación religiosa; libre acceso a los tribunales de justicia; acceso a la educación básica; acceso a la asisten-
cia y el socorro público; protección brindada por la seguridad social; protección de la propiedad intelectual; y tratamiento
equitativo por parte de las autoridades tributarias.
-- Los refugiados deben recibir un trato tan favorable como el concedido a los nacionales de países extranjeros en lo que tiene
que ver con los siguientes derechos: derecho a afiliarse a un sindicato, derecho a pertenecer a otras organizaciones apolíticas
y sin ánimo de lucro y derecho a conseguir empleo remunerado.
-- Los refugiados deben recibir el trato más favorable posible, que debe ser al menos tan favorable como el que se da a los
extranjeros que se encuentran en las mismas circunstancias, en lo que respecta a los siguientes derechos: derecho a la pro-
piedad, derecho a ejercer una profesión, derecho a trabajar por cuenta propia, acceso a la vivienda y acceso a la educación
básica.
-- Los refugiados deben recibir el mismo trato que se da a los extranjeros en lo que respecta a los siguientes derechos: derecho
a elegir su lugar de referencia, derecho a desplazarse sin restricciones dentro del país y derecho a practicar una religión y a
la instrucción religiosa.

La posición en la que se encuentra un solicitante de refugio hasta que le sea reconocido o denegado el estatuto de refugiado
no está regulado por la Convención, sino que se sujeta al derecho interno de cada Estado.

El artículo 33 de la Convención establece el principio de no refoulement, o principio de no devolución, el cual establece


que «ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución (refouler en francés), poner en modo alguno a un refugiado
en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a
determinado grupo social, o de sus opiniones políticas». Este principio se considera como la columna vertebral de la protección
de los refugiados y es ampliamente reconocido como norma que no admite norma en contrario, es decir como parte del jus
cogens, esto implica que incluso los Estados que no son parte de la Convención deben respetarlo. Este derecho tiene que ser
respetado tanto en tiempo de paz como en tiempo de conflicto armado y en cualesquiera otras circunstancias como estados de
emergencia u otros en los que la seguridad del Estado se encuentre en peligro, es una norma protectora inderogable. Cuando
este principio es violado, el ACNUR interviene antes las autoridades competentes y, si lo juzga conveniente, informa al público al
respecto. Sin embargo, un solicitante de refugio o un refugiado que sea considerado un peligro para la seguridad del país en el
que se encuentra no podrán invocar los beneficios de este principio. La obligación de no refoulement no juega solo contra quien
haya ya obtenido el estatuto de refugiado, sino también para todas las personas que lo hayan solicitado (Mariño, 2008).

Siempre en el artículo 1 de la Convención se establecen las causas de terminación de la condición de refugiado:

a. C uando la persona se ha acogido de nuevo y de manera voluntaria a la protección de su país de nacionalidad.


b. Cuando ha recuperado voluntariamente su nacionalidad después de haberla perdida.
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 41
vulnerables

c. C uando ha adquirido una nueva nacionalidad y goza de protección del país de la nueva nacionalidad.
d. Cuando voluntariamente se haya restablecido en el país que había abandonado o fuera del cual había permanecido por
temor de ser perseguido.
e. Cuando han desaparecido las circunstancias que dieron lugar a que se le reconociera la condición de refugiado y no
puede seguir negándose a acogerse a la protección de su país de nacionalidad.
f. Si se trata de una persona que carece de nacionalidad y han desaparecido las circunstancias que dieron origen a su reco-
nocimiento como refugiado y puede regresar al país donde antes tenía su residencia habitual.

En términos jurídicos esto significa que la persona deja de ser refugiado y que, por lo tanto, su estatuto jurídico cambia
en los países de asilo, ya que, al no ser refugiado, está sujeto a las leyes ordinarias de extranjería. En la práctica, se permite a las
personas afectadas por estas cláusulas que presenten los motivos para fundamentar su negativa a aceptar la cesación de la con-
dición de refugiado. De esta manera se realiza una nueva consideración de la condición de refugiado pese a la cesación general
(Namihas, 2001, pp. 71-75).

El Derecho Internacional de los Refugiados es una disciplina trasversal y comprende tanto aspectos del Derecho Interna-
cional de los Derechos Humanos, objeto de nuestro estudio, cuanto el Derecho Internacional Humanitario, o sea aquella rama
del Derecho Internacional aplicable en situaciones de conflicto armado tanto interno como internacional, que se ocupa de
proteger a las víctimas de conflictos armados. El Derecho Internacional de los Derechos Humanos constituye el marco general
en el que se aplican las disposiciones del Derecho Internacional de los Refugiados. Existen varios tratados internacionales sobre
la protección de los derechos humanos que mencionan explícitamente la condición de refugiado y le dan protección a nivel
internacional, podemos mencionar la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
(CAT), que confiere protección contra la devolución de una persona a un país donde haya razones fundadas para creer que es-
taría en peligro de ser sometida a tortura; y la Convención sobre los Derechos del Niño, que estipula que cada niño que solicita
el estatuto de refugiado debe beneficiarse de protección y asistencia humanitaria en el disfrute de los derechos enunciados en
esta Convención y en otros tratados de que el Estado es parte. Por lo que se refiere al Derecho Internacional Humanitario como
ámbito de aplicación del Derecho Internacional de los Refugiados, este solo puede conferir una protección a los refugiados en
las situaciones de conflicto armado internacional o no internacional. Por ende, un refugiado que huye de un conflicto armado
y encuentra refugio en un país que no se ve afectado por un conflicto armado internacional o no internacional, ya no es de
competencia del Derecho Internacional Humanitario.

1.1.El Protocolo Adicional a la Convención sobre el Estatuto de Refugiado

Este protocolo adicional fue adoptado el 31 de enero de 1967 en Nueva York. El Perú lo aprobó por Resolución Legislativa
23608, del 1 de junio de 1983, y entró en vigor para el país el 15 de setiembre de 1983. El protocolo en referencia anula los
límites geográficos y temporales contenidos en la definición de refugiado de la Convención. Al adherir a este instrumento
internacional, los Estados aceptan aplicar la mayoría de los artículos de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados a
todas las personas comprendidas en la definición de refugiado de la Convención.

El Protocolo Adicional al Convenio firmado en 1967 suprimió el límite temporal. Sin embargo, el límite espacial sólo fue
descartado en parte, ya que el protocolo solo contempla la eliminación de dicho límite geográfico respecto de las nuevas
adhesiones, o sea los Estados que no son parte de la Convención, manteniéndose para quienes ya son parte de la Convención
y pretenden adherirse al Protocolo de 1967. Dicha limitación, que podría tener sentido en aquella época, debido a que la
Convención había nacido para afrontar el problema de los refugiados como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial en
Europa, carece hoy en día de toda justificación (Pérez Barahona, 2003, p. 232).

2 La protección de las personas con discapacidad: la Convención Internacional sobre


los Derechos de las Personas con Discapacidad

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad fue aprobada por consenso en la Asam-
blea General de las Naciones Unidas el 13 de diciembre de 2006, a través de Resolución 61/106. Entró en vigor el 3 de mayo de
2008. El Perú lo firmó el 30 de marzo de 2007 y lo ratificó el 30 de enero de 2008. Es el primer tratado de derechos humanos
del siglo XXI y el tratado que ha sido adoptado con mayor rapidez en la historia del Derecho Internacional. Constituye el ver-
dadero reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad, después de un largo periodo de marginalización y
de exclusión que históricamente habían sufrido. Es un instrumento de carácter obligatorio y vinculante para los Estados parte.
Aunque ya existían normas o estándares internacionales en materia de discapacidad, la adopción de la convención supone el
paso del “derecho modelo” o de los “estándares interpretativos no vinculantes” al Derecho Internacional vinculante. (Parra,
2010, p. 350)

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad tiene varios antecedentes y es de suma
importancia analizarlos para entender cuál ha sido el proceso que llevó a la comunidad internacional a entender que un instru-
mento internacional vinculante en dicha materia era necesario.

La Resolución sobre Rehabilitación Social de los Disminuidos Físicos, aprobada por el Consejo Económico y Social de
las Naciones Unidas (ECOSOC) en 1950, empieza a teorizar el cambio de la perspectiva de la beneficencia a la perspectiva re-
habilitadora. Se inician así varios programas para lograr la rehabilitación a fin de integrar a las personas con discapacidad. En
42 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

los primeros años de implementación del proyecto de la Organización de las Naciones Unidas no podemos encontrar
tratados internacionales de protección de los derechos humanos que hagan referencia a los derechos de las personas con
discapacidad. Instrumentos jurídicos como la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos o el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales no recogen en nin-
guna disposición mención alguna a las personas con discapacidad. En la década de 1970, cuando aparecen los primeros
instrumentos jurídicos de protección de las personas con discapacidad, la situación empieza a cambiar (Sanjose, 2007,
pp. 3-4).

Entre los antecedentes podemos mencionar los siguientes documentos, que constituye el primer momento de de-
sarrollo del interés de la comunidad internacional hacia la situación de las personas con discapacidad:

-- La Declaración de Derechos del Retardado Mental, de 1971, proclamada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas, es un documento a través del cual la organización internacional ratifica su compromiso de promover los
derechos de las personas con limitaciones. En esta declaración, se alienta a los Estados a adoptar medidas que sirvan
de plataforma para la protección de derechos de las personas con retraso mental, es decir, se hace un pronuncia-
miento especial relativo a una parte de la población discapacitada. El organismo internacional dirige su atención
solamente a aquellas personas con discapacidad psíquica (Soto, 2013, p. 21).

-- La Declaración de los Derechos de los Impedidos, de 1975, proclamada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas, constituye el primer instrumento específico dirigido a las personas con discapacidad en general, sin dis-
tinguir entre tipos de discapacidades a la hora de reconocer derechos. No obstante, esta declaración todavía está
lejos de la perspectiva de derechos humanos, como se aprecia en la expresión «impedido», que se define en el texto
como «toda persona incapacitada de subvenir por sí misma, en su totalidad o en parte, a las necesidades de una vida
individual o social normal a consecuencia de una deficiencia congénita o no, de sus facultades físicas o mentales».
Como veremos al tratar de la Convención de 2006, este concepto parte de la condición de «desigual» de la persona
con discapacidad, que debe ser «rehabilitada» para llegar a ser «igual que los demás» o, en su defecto, deberá ser
«protegida» (Sanjose, 2007, pp. 3-5).

-- La Declaración sobre las Personas Sordociegas, de 1979, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Uni-
das, es otra de las iniciativas con las que se pretendió favorecer a una parte de la población discapacitada a través
de la manifestación de derechos generales y fundamentales de los discapacitados; sin embargo, como en los casos
anteriores se enunciaron los ámbitos en los cuales se debían desarrollar tales derechos, sin determinar la forma
como debían garantizarse.

-- La Declaración Sundberg, de 1981, fue la expresión de una conferencia mundial sobre las acciones y estrategias
para la educación, prevención e integración de la población discapacitada, organizada por el Gobierno español en
cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Dicho documento, además de ratificar la titularidad, por parte de las personas con discapacidad, de los derechos a
la educación, la formación, la cultura y la información en tanto que derechos fundamentales, estableció una serie
de pautas que pretendieron explicar de forma más concisa que las declaraciones precedentes la manera en la que
debían garantizarse los derechos allí consagrados. Y aunque todavía no se lograba la orientación internacional que
requerían los Estados, se trató de una declaración positiva en la medida de que puso en evidencia necesidades im-
prescindibles para mejorar la calidad de vida de las personas discapacitadas (Soto, 2013, p. 24).

Un segundo momento importante en las acciones relativas a la persona con discapacidad en el Derecho Internacional
se sitúa entre 1982 y 1992, con la adopción en 1982, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del Pro-
grama de Acción Mundial para las Personas con Discapacidad (PAMPD) y la Declaración del Decenio Mundial de las
Personas con Discapacidad (1983-1992) (Parra, 2010, p. 352).

En este segundo momento caben destacar los siguientes hitos:

-- El Programa de Acción Mundial Para los Impedidos, documento formulado por la Asamblea General de las Na-
ciones Unidas en su Resolución 37/52, del 3 de diciembre de 1982. Dicho programa, desarrollado en 201 puntos,
tenía como objetivo la promoción de «medidas eficaces para la prevención de la incapacidad, la rehabilitación y la
realización de los objetivos de participación plena de los impedidos en la vida social y el desarrollo y de igualdad».

-- La Asamblea General declaró la década de 1982 a 1992 «Decenio Mundial de las Personas con Discapacidad», a
efectos de elaborar un plan de acción de largo plazo, cuyo objetivo era establecer un marco normativo internacio-
nal para garantizar la igualdad y la plena participación de las personas con discapacidad en la vida social y el desa-
rrollo. Su resultado fue la adopción de las Normas Uniformes sobre Igualdad de Oportunidades para las Personas
con Discapacidad. A pesar de los instrumentos citados, en el Anuario de las Naciones Unidas de 1992 se afirma que
el decenio en referencia no cumplió los objetivos planteados (Soto, 2013, p. 25-26).

El principal fracaso consistió en no haber elaborado una convención internacional, aunque se consiguió aprobar
el documento de las Naciones Unidas más importante del siglo XX en el ámbito de los derechos de las personas con dis-
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 43
vulnerables

capacidad, a saber: las referidas Normas Uniformes, aprobadas por Resolución 48/96 de la Asamblea General de las Naciones
Unidas el 20 de diciembre de 1993. Si bien no es un texto jurídicamente vinculante, constituye el instrumento internacional
más importante para la protección y promoción de los derechos de las personas con discapacidad hasta la Convención de 2006
y el primer paso en la evolución hacia la perspectiva de los derechos humanos de la discapacidad. El documento en referencia
consta de 22 artículos, distribuidos en cuatro partes, y tiene un texto fuertemente técnico (Sanjose, 2007, p. 6).

Finalmente, en la 56ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 19 de diciembre de 2001, se aprobó la
Resolución 56/168, que estableció la creación de un comité ad hoc encargado de preparar un nuevo tratado internacional
para proteger a nivel internacional los derechos humanos de las personas con discapacidad. El proceso de negociación de este
tratado fue muy rápido, alrededor de cinco años, lo cual es un verdadero tiempo récord en la historia dela organización.

Desde el principio de las negociaciones se discutió la cuestión de si en la Convención se tendría que incluir una definición
del término «discapacidad». Una parte de los expertos consideraron que la discapacidad debería definirse de manera lata.
Otros eran partidarios de no incluir una definición de esta índole dada la complejidad del fenómeno y por el riesgo de limitar el
alcance de la Convención. Otras delegaciones, en fin, aludieron a las definiciones que actualmente se utilizan a nivel internacio-
nal, incluida la que figura en la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud de la OMS. En
lo que hubo acuerdo general fue en que, de incluirse una definición, esta debería reflejar la concepción de derechos humanos
basada en el modelo social —y no en el biológico o el rehabilitador— de la discapacidad. De esta definición se desprende, por
una parte, que la Convención ha asumido el modelo social de discapacidad y, por otra, su carácter abierto.

En cuanto al modelo social, la Convención considera que una persona con discapacidad no es la que tiene un impedimen-
to físico, mental, intelectual o sensorial a largo plazo, sino aquella que, a causa de diversas barreras impuestas por la sociedad
que interactúan con dichos impedimentos, no puede participar plena y efectivamente en la sociedad en igualdad de condicio-
nes con las demás. Así, la discapacidad resulta de la interacción de los impedimentos del individuo con las barreras debidas a la
actitud o el entorno. De ahí que el problema no radique en la persona sino en la sociedad.

En lo concerniente al carácter abierto, la definición incluye a las personas mencionadas, pero ello no significa que excluya
otras situaciones o personas que puedan estar protegidas por las legislaciones internas de los Estados (Sanjose, 2007, pp. 8-13).

La mayoría de los principios reconocidos en este instrumento jurídico internacional son principios generalmente acepta-
dos y reconocidos por la comunidad internacional en su conjunto. Los siguientes merecen ser destacados:

• Participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad: constituye una importante aportación de la Convención de 2006,
pues debe dar lugar a la adopción de normas de derecho positivo y medidas eficaces, por parte de los Estados, para que las
personas con discapacidad gocen de los derechos que conforman este principio y que conducirán a la integración efectiva
de todas las personas en la sociedad inclusiva que predica la Convención. Esas obligaciones de los Estados son exigibles
por los ciudadanos directamente beneficiarios de ellas: las personas que se encuentran con esas barreras que las excluyen
y no las dejan participar.

• Respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición hu-
manas.
• Accesibilidad: implica la eliminación de todas las barreras que hacen inaccesible el ejercicio de los derechos. No se limita
al acceso a las instalaciones y a la tecnología, es decir, a la eliminación de las «barreras físicas», sino que abarca además el
«acceso al ejercicio de todos los derechos»; en otras palabras, se dirige a la creación de una sociedad accesible por todos en
la que desaparezcan todas las barreras.
• Respeto a la evolución de las facultades de los niños y las niñas con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad
(Sanjose, 2007, pp. 8-13).

El artículo 4 determina las obligaciones de los Estados, o sea las medidas administrativas y legislativas que deben realizar
para la aplicación de la Convención, tales como la adopción de todas las medidas pertinentes para modificar o derogar leyes
que sean discriminatorias para las personas con discapacidad; la obligación de colaborar de forma estrecha y consultar a las
personas con discapacidad en la elaboración y aplicación de legislación y políticas para la implementación de la Convención
misma; la promoción de los profesionales y el personal que trabajan con personas con discapacidad; y la implementación de
todas las medidas para que ninguna persona, institución o empresa privada discrimine por motivos de discapacidad, etc.

Entre los temas relevantes que la Convención Internacional para la Protección de las Personas con Discapacidad aborda
podemos mencionar la situación de las mujeres con discapacidad; la situación de los niños, niñas y adolescentes con discapaci-
dad; el tema de la accesibilidad; la protección contra el abuso y la explotación de las personas con discapacidad; el acceso a la
justicia y la igualdad frente a la ley; la educación, la salud y el trabajo de las personas con discapacidad; y la participación en la
vida política, entre otros.

La Convención establece en su artículo 34, como instrumento de control, el Comité sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad. Sus miembros son 18 y son elegidos por los Estados Parte, que tomarán en consideración una distribución
geográfica equitativa, la representación de las diferentes formas de civilización y los principales ordenamientos jurídicos, una
representación de género equilibrada y la participación de expertos con discapacidad. Ellos ejercen sus funciones a título
44 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

personal. El único mecanismo de control establecido por la Convención consiste en la presentación de los informes periódicos
según los artículos 35 y 36. Los Estados parte tienen la obligación de presentar al Comité un informe que incluya las medidas
adoptadas para cumplir con las obligaciones establecidas por la Convención. Este informe se debe presentar dos años después
de la entrada en vigor del tratado para el Estado en cuestión y posteriormente se presentar un informe al Comité cada cuatro
años y, en casos excepcionales, cuando este lo solicite.

4.1.El Protocolo Facultativo a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad

El Protocolo Facultativo a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad fue adoptado
en Nueva York el 13 de diciembre de 2006 y entró en vigor el 3 de mayo de 2008. El Perú lo ratificó el 30 de enero de 2008.
Este protocolo fortalece los mecanismos de control establecido por la Convención y prevé explícitamente que los Estados parte
reconozcan la competencia del Comité para recibir y considerar comunicaciones individuales o de un grupo de individuos
sujetos a su jurisdicción que aleguen ser víctimas de una violación por el Estado parte de las disposiciones de la Convención.
No se recibirán denuncias de un Estado que sea parte de la Convención pero que no sea parte del Protocolo.

LECTURA SELECCIONADA N° 2
Instrucción: Lee el siguiente texto

Mariño Menéndez F. M. (2008). La Convención de Ginebra sobre el Estatuto de Refugiado en Inmigración, Estado y Derecho.
Barcelona, España: Editorial Bosh e Institut International de Sciences Politiques. Disponible en https://revistas.unc.edu.ar/
index.php/recordip/article/viewFile/10/5

GLOSARIO DE LA UNIDAD II
1. Apátrida
Persona que no es considerada como nacional suyo por ningún Estado, ya sea porque nunca ha tenido una naciona-
lidad o porque la ha perdido sin haber adquirido una nueva (ACNUR, 2001).

2. Asilo
Otorgamiento por parte de un Estado de protección en su territorio a personas que se encuentran fuera del país de su
nacionalidad o residencia habitual, quienes huyen de la persecución, daños graves o por otras razones. La noción de
asilo engloba una diversidad de elementos, entre los cuales figuran la no devolución, el permiso para permanecer en
el territorio del país de asilo, las normas relativas al trato humano y, con el tiempo, una solución duradera (ACNUR,
2001).

3. Derecho Internacional Humanitario


Disciplina jurídica del Derecho Internacional Público, compuesta por el conjunto de normas, de origen convencional
o consuetudinario, aplicable en conflictos armados, internacionales o no, por lo que es denominado también «dere-
cho de los conflictos armados» o «derecho de la guerra». Tiene por objeto, de una parte, proteger a las personas que
no participan, o han dejado de participar, en las hostilidades y a los bienes afectados o que pueden verse afectados; y,
por otra, limitar los métodos y medios de hacer la guerra (CICR, 2005).

4. Género
El género es el conjunto de características, roles, actitudes, valores y símbolos que conforman el deber ser de cada
hombre y de cada mujer, impuestos dicotómicamente a cada sexo mediante el proceso de socialización y que hacen
aparecer a los sexos como diametralmente opuestos por naturaleza. Ser hombre o mujer puede ser diferente de una
cultura a otra o de una época histórica a otra, pero en todas las culturas se subordina a las mujeres. Es decir, ser mujer
u hombre es una condición social y cultural construida históricamente. En la mayoría de nuestras sociedades, el deber
ser de hombres y mujeres está predeterminado por su cultura (ONU Mujeres Región Andina, 2016) .

5. Grupo vulnerable
Grupo de personas que por sus características económicas, étnicas, de estado de salud, de edad, de género o de dis-
capacidad se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad de sus derechos fundamentales (Pérez, 2006).

6. Identidad de género
La identidad de género se refiere a la experiencia de género innata, profundamente interna e individual de una
persona, que puede o no corresponder con la fisiología de la persona o de su sexo al nacer. Incluye tanto el sentir
personal del cuerpo, que puede implicar, si así lo decide, la modificación de la apariencia o función física por medios
quirúrgicos, médicos u otros, así como otras expresiones de género que incluyen la vestimenta, la forma de hablar y
los gestos (ONU Mujeres Glosario online. Disponible en la web: http://bit.ly/2hhhdWS).
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 45
vulnerables

7. Igualdad de género
Igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres y de las niñas y los niños. La
igualdad no significa que las mujeres y los hombres sean iguales, sino que los derechos, responsabilidades y oportuni-
dades de las mujeres y los hombres no dependerán de si nacieron con determinado sexo. Implica que los intereses,
necesidades y prioridades de mujeres y hombres se toman en cuenta, reconociendo la diversidad de diferentes grupos
de mujeres y hombres. No es un asunto de mujeres, sino que concierne e involucra a los hombres al igual que a las
mujeres. La igualdad entre mujeres y hombres se considera una cuestión de derechos humanos y es tanto un requi-
sito como un indicador del desarrollo centrado en las personas (ONU Mujeres Glosario online disponible en la web:
http://bit.ly/2hhhdWS).

8. Niño soldado
Persona menor de 18 años que es reclutada en un ejército regular o en cualquier tipo de organización armada irre-
gular, y que participa directamente en las hostilidades (Detrick, 2000).

9. Refugiado
La Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados señala que el término refugiado se aplica a
toda persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, perte-
nencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda
o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y
hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no
pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él (Art. 1 de la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de
los Refugiados).

10. Sexo
El conjunto de las características físicas y biológicas de los individuos de una especie que distinguen a hombres y mu-
jeres, y hacen posible una reproducción que se caracteriza por una diversificación genética (ONUMujeres Glosario
online disponible en: http://bit.ly/2hhfpwR).

11. Solicitante de asilo


Persona que busca protección internacional. En países con procedimientos individualizados, es una persona cuya
solicitud aún no ha sido decidida definitivamente por el país donde ha sido presentada. No todos los solicitantes de
asilo son reconocidos como refugiados, pero todos los refugiados en estos países son inicialmente solicitantes de asilo
(ACNUR, 2001).

BIBLIOGRAFIA DE LA UNIDAD II
González Martínez A. (2002), La Convención sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la mu-
jer, En Juzgar con perspectiva de género. Manual para la aplicación en México de los tratados internacionales de protección de
los derechos humanos de las mujeres y la niñez (pp. 73-82). México: Instituto Nacional de las Mujeres. Disponible en
http://bit.ly/2gkPtis

Instituto Interamericano de Derechos Humanos (2004), Convención CEDAW y Protocolo Facultativo. Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (2ª ed.). San José. Disponible en http://bit.
ly/2gCJF1t

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vigencia en el Perú. Lima, Perú: Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer
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Mariño Menéndez, F. M. (2008). La Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados. Revista electrónica
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Secretaría de Relaciones Exteriores México, ONU Mujeres; PNUD. (2008). Manual: Convención sobre la Eliminación de
Toda Forma de Discriminación contra la Mujer y su Protocolo Facultativo CEDAW, 4ta Edición. México: p. 14-16. Disponi-
ble en http://bit.ly/2h6wVB1

Soto Solano, M. (2013). La integración social de los discapacitados. Análisis de la normativa internacional en materia
de discapacidad desde la perspectiva colombiana. Justicia Juris, 9(2), pp. 20-31. Disponible en http://bit.ly/2h6F-
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Disponible en http://uni.cf/2gb33qf

UNICEF. (2006). Convención sobre los Derechos del Niño. Madrid. Disponible en http://bit.ly/1J2CBpy
UNIDAD II: La protección de los derechos humanos de los grupos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 47
vulnerables

AUTOEVALUACION N.º 2
1. ¿Cuál de estos no es un principio clave en el cual se funda la Convención para la Eliminacion de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer?
a. Principio de igualdad entre hombres y mujeres.
b. Principio de responsbilidad del Estado.
c. Principio de no discriminación.
d. Principio in dubio pro reo.

2. ¿Cuál es o cuáles son los procedimientos de control establecidos para la Convención sobre los Derechos del Niño?
a. El procedimiento de informe periódico.
b. El procedimiento de informe periódico y las comunicaciones individuales.
c. Las comunicaciones individuales.
d. El procedimiento de visita in loco.

3. ¿Qué es el ACNUR?
a. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Corte Interamericana de Justicia.
b. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
c. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
d. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para la implementación del Derecho Internacional Humanitario.

4. ¿Cuál de estas afirmaciones no es verdadera acerca de la Convención Internacional sobre el Estatuto de los Refugia-
dos de 1951?
a. Crea un órgano de control llamado Comité de Derechos Humanos de los Refugiados.
b. Establece un límite temporal y un límite espacial a la aplicación de la definición de refugiado.
c. Señala las personas que pueden acceder a la calificación de refugiado, así como las personas que esta excluidas
de tal condición.
d. No establece como mecanismo de control el sistema de los informes periódicos.

5. ¿En qué instumento internacional de protección de los derechos humanos se establece el principio de no refoulment?
a. En la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
b. En la Convención sobre los Derechos del Niño.
c. En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
d. La Convención Internacional sobre el Estatuto de los Refugiados.

6. ¿Cuáles son los procedimientos de control establecidos para la Convención Internacional sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad?
a. Las comunicaciones individuales.
b. Las visitas in loco.
c. El procedimiento de los informes periódicos.
d. Las comunicaciones interestatales.

7. ¿Cuál de estas afirmaciones acerca de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapa-
cidad no es verdadera?
a. Es el primer instrumento jurídico de protección de los derechos humanos del siglo XXI.
b. Establece el mecanismo de comunicaciones individuales para dar mayor protección a los seres humanos.
c. Se basa en el principio de participación e inclusión plena en la sociedad de las personas con discapacidad.
d. Crea un comité como instrumento de control para su implementación por parte de los Estados miembros.

8. ¿Cuál de estas afirmaciones acerca del Protocolo Facultativo a la Convención para la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer no es verdadera?
a. Brinda más protección estableciendo un nuevo procedimiento de control: las comunicaciones individuales.
b. Establece el procedimiento de investigación.
c. No brinda una mayor protección a los individuos sino tiene solo un valor político y formal.
d. Establece el procedimiento de comunicaciones interestatales.

9. ¿Cuáles son los motivos de persecución establecidos por la definición de refugiado dada por la Convención Interna-
cional sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 que otorgan a una persona la posibilidad de acceder a la califica-
ción de refugiado?
a. La raza, la religión, la nacionalidad, la pertenencia a determinado grupo social y la opinión política.
b. La raza y la religión.
c. La raza, la religión, la nacionalidad, la pertenencia a determinado grupo social u opinión política, el sexo y la
condición económica.
48 UNIDAD II La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables

d. La raza, la religión, la nacionalidad, el sexo y la pertenencia a un grupo étnico.

10. ¿Cuál de las siguientes no es una causa de terminación de la condición de estatuto de refugiado?
a. Cuando la persona ha recuperado voluntariamente su nacionalidad después de haberla perdido.
b. Cuando ha sido forzada a regresar al territorio del país de su nacionalidad o de residencia habitual por temas
familiares.
c. Cuando han desaparecido las circunstancias que dieron lugar a que se le reconociera la condición de refugiado
y no puede seguir negándose a acogerse a la protección de su país de nacionalidad.
d. Cuando voluntariamente se ha establecido de nuevo en el país que había abandonado o fuera del cual había
permanecido por temor de ser perseguido.
UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 49
cometidas por agentes del Estado

UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas


por agentes del estado

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD III

LECTURAS
CONTENIDOS ACTIVIDADES
SELECCIONADAS

AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÍA

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Videoclase 5 (Videoconferencia) 1.Conoce los instrumentos jurídicos de 1.Reconoce la importancia de definir correc-
protección de los derechos humanos tamente los conceptos.
Tema N°1: La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas por agentes 2.Participa activamente en clase a través de
frente a violaciones cometidas por agentes del Esta- del Estado intervenciones orales en el análisis de casos
do: la tortura. 2.Analiza críticamente los textos de los y ejemplos.
instrumentos jurídicos de protección de 3.Reconoce la importancia de entregar los
1.La Convención contra la Tortura y Otros Tratos los derechos humanos frente a violaciones trabajos consignado en las fechas límites
o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes cometidas por agentes del Estado establecidas por el docente.
(CAT). 4.Reconoce la importancia y utilidad de las
2.El Protocolo Adicional a la CAT. autoevaluaciones como instrumentos de
actividad n° 3 retroalimentación.
lectura seleccionada N° 1 Informe: Análisis de la positivización
Convención contra la Tortura y Otros Tratos o de uno de los instrumentos jurídicos
Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes internacionales en el ordenamiento
interno
Videoclase 6
3.Conoce los instrumentos jurídicos de
Tema N° 2: Genocidio protección de los derechos humanos
1.La Convención para la Prevención y la Sanción frente a violaciones cometidas por agentes
del Delito de Genocidio del Estado.
4.Analiza críticamente los textos de los
Tema N° 3: Desapariciones forzadas instrumentos jurídicos de protección de
1.La Convención Internacional para la Protec- los derechos humanos frente a violaciones
ción de Todas las Personas contra las Desapari- cometidas por agentes del Estado.
ciones Forzadas

lectura seleccionada N°2


La Convención para la Prevención y la Sanción Control de Lectura Nº 2
del Delito de Genocidio

autoevaluación N°3
La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas por agentes del
50 UNIDAD III
Estado

TEMA N° 1: LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS FRENTE A VIOLACIONES COMETIDAS POR


AGENTES DEL ESTADO: LA TORTURA
En esta primera sección de la Unidad III nos enfocaremos en el concepto de tortura, su definición como crimen cometido
por agentes del Estado, analizaremos la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes,
así como las obligaciones de los Estados frente a tal crimen, en virtud de las cuales se comprometen a prevenir y proteger de estas
prácticas a cada persona. Asimismo, analizaremos el mecanismo de control y monitoreo de la aplicación de la referida Conven-
ción contra la Tortura.

1 La Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degra-


dantes (CAT)

A partir de la Declaración Universal de Derechos Humanos las naciones han buscado la manera de prohibir y erradicar la
tortura, una de las prácticas más lacerantes por la humanidad. La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos y Degradantes (CAT) fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas a través de su Resolución 39/46,
del 10 de diciembre de 1984, y entró en vigor el 26 de junio de 1987, después que la hubieron ratificado 20 Estados. El Perú
aprobó la CAT mediante la Resolución Legislativa 24815, del 12 de mayo de 1988.

La CAT fue el resultado de muchos años de trabajo, iniciado poco después de la aprobación de la Declaración sobre la
Protección de Todas las Personas contra la Tortura y Otros Tratos o Penas, Crueles, Inhumanos o Degradantes el 9 de diciembre
de 1975 por la Asamblea General. Dos años después, el 8 de diciembre de 1977, la Asamblea General pidió a la Comisión de
Derechos Humanos que preparara un proyecto de convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o de-
gradantes. La Comisión de Derechos Humanos empezó a trabajar en ese tema en el 1978 (Danelius, 2009).

La CAT está constituida por 33 artículos, que podemos dividir en tres partes. La primera parte se refiere a la definición de
tortura, jurisdicción y extradición del delito de tortura, la investigación de las acusaciones de tortura, la formación profesional
del personal encargado de la aplicación de la ley, la reparación del daño a la víctima y su derecho a una indemnización justa y
adecuada. En la segunda parte se establece la creación del Comité contra la Tortura como órgano de control de la aplicación de
la Convención, al cual todos los Estados parte deben presentar informes periódicos. En la última parte se detallan los mecanismos
para las firmas, las ratificaciones y las adhesiones a la CAT.

La tortura se define en el artículo 1 como «todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufri-
mientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla
por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cual-
quier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario
público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento. No se considerarán tor-
turas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales
a estas». Esta es una definición más elaborada y compleja de tortura, respecto a la incluida en la Declaración de 1975.

Por la definición las finalidades de la tortura son las siguientes:

1. Obtener de esa persona o un tercero, información o una confesión.


2. Castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que haya cometido.
3. Intimidar o coaccionar a esta persona o a otras.

Recordemos que los agentes son los funcionarios públicos u otras personas en el ejercicio de funciones públicas, a instigación
suya o con su consentimiento o aquiescencia.

Los elementos de la intencionalidad y de la gravedad son fundamentales, por lo tanto, la agresión física o mental debe cumplir
con dos características: debe ser grave y se debe realizar con conciencia e intención de causar un daño. Podemos también mencio-
nar una excluyente de responsabilidad: «no se considerarán tortura los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamen-
te de sanciones legítimas», o «que sean inherentes o incidentales a estas». No queda clara la definición de tratos o penas crueles,
inhumanas o desagradables, aunque según parte de la doctrina pertenece a estos actos todo acto que provoque sufrimiento
psicológico o moral, pero no físico (García de Alba, 2012, p. 23-24).

Este tratado internacional tiene el objetivo principal de prohibir y castigar cualquier acto de tortura cometido por funciona-
rios públicos o por quien actúa con carácter oficial. Establece que no existe ninguna circunstancia excluyente de responsabilidad
que pueda justificar la tortura y que se aplica el principio de derecho internacional de la responsabilidad del mando, según el
cual ninguna orden proveniente de funcionarios superiores o autoridades oficiales puede ser invocada para justificar un acto de
tortura.

Entre las obligaciones de los Estados parte cabe mencionar las siguientes:
a. Adoptar medidas legislativas, administrativas, judiciales o de otra índole, eficaces para impedir los actos de tortura en todo
territorio que esté bajo su jurisdicción (artículo 1).
UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 51
cometidas por agentes del Estado

b. No expulsar, devolver o extraditar una persona a otro Estado cuando haya razones fundadas para creer que estará en peligro
de ser sometida a tortura (artículo 3).
c. Tipificar los actos de tortura como delitos en su legislación penal y castigar esos delitos con penas adecuadas (artículo 4).
d. Proceder a la detención de toda persona respecto de la cual se suponga que haya cometido actos de tortura y efectuar una
investigación preliminar de los hechos (artículo 6).
e. Extraditar a toda persona respecto de la cual se suponga que haya cometido actos de tortura, o bien someter el caso a sus
autoridades competentes a efecto de su enjuiciamiento (artículo 7).
f. Velar para que, siempre que haya motivo razonable para creer que se ha cometido un acto de tortura, las autoridades com-
petentes procedan una investigación (artículo 12).
g. Velar para que toda persona que alegue haber sido sometida a tortura tenga derecho a que su caso sea imparcialmente exa-
minado por las autoridades competentes (artículo 13).
h. Velar para que su legislación garantice a las víctimas, o a las personas a su cargo, el derecho a su rehabilitación y a una indem-
nización justa y adecuada (artículo 14).

Es importante señalar que la Convención contra la Tortura establece obligaciones para los Estados parte y no para los individuos.

El artículo 5, párrafo 2, introduce el principio de jurisdicción universal: «2. Todo Estado Parte tomará asimismo las medidas
necesarias para establecer su jurisdicción sobre estos delitos en los casos en que el presunto delincuente se halle en cualquier te-
rritorio bajo su jurisdicción y dicho Estado no conceda la extradición, con arreglo al artículo 8, a ninguno de los Estados previstos
en el párrafo 1 del presente artículo». Según este principio, cada Estado debe asumir jurisdicción no solo en razón del territorio y
la nacionalidad del infractor, sino también con respecto a actos de tortura cometidos fuera de su territorio por individuos que no
sean ciudadanos de ese país.

La CAT establece un órgano de control: el Comité contra la Tortura, establecido por el artículo 17 de la Convención. El Comi-
té contra la Tortura está encargado de velar por la aplicación y la observancia del tratado por parte de los Estados miembros. Este
órgano de control está compuesto por diez expertos de gran integridad moral y reconocida competencia en materia de derechos
humanos, elegidos por un mandato de cuatro años, y tiene su propio reglamento; además, los Estados parte se comprometen a
cubrir los gastos de su funcionamiento. El Comité celebra dos periodos de sesiones al año (García de Alba, 2012, p. 29).

Las funciones del Comité son:

1. Recibir y estudiar los informes periódicos de los Estados parte sobre las medidas adoptadas para dar efectividad a los compro-
misos contraídos en virtud de la CAT, y formular observaciones con respecto a estos informes.
2. Iniciar una investigación al recibir información fiable de que se practica sistemáticamente la tortura en el territorio de un
Estado parte.
3. Recibir y examinar las comunicaciones en las que un Estado parte alegue que otro Estado parte no cumple con las obligacio-
nes que le impone la CAT.
4. Recibir y analizar las comunicaciones enviadas por personas que aleguen ser víctimas de una violación por un Estado parte
de las disposiciones de la CAT.

Uno de los procedimientos de control establecido por la CAT es el procedimiento de presentación de informes periódicos,
establecido en el artículo 19 de la Convención. La presentación de informes es un instrumento importante para que un Estado
evalúe sus logros y lo que aún queda por hacer para promover y proteger los Derechos Humanos en el país. En cada período de
sesiones, el Comité examina los informes presentados por varios Estados parte. Cada informe se examina oralmente en presencia
de uno o más representantes del respectivo Estado. Se informa de antemano a cada Estado cuyo informe se ha de examinar en un
periodo de sesiones acerca de las principales cuestiones que el Comité desea considerar. Después del examen de cada informe, el
Comité aprueba sus conclusiones y recomendaciones. El Comité también puede aprobar observaciones generales sobre determi-
nadas disposiciones de la Convención o sobre temas relativos a su aplicación (Danelius, 2009).

La CAT también prevé la posibilidad de que el Comité emprenda investigaciones por iniciativa propia si recibe información
fiable que contenga indicios fundamentados de tortura o maltrato. Es fundamental el elemento de la sistematicidad para que el
Comité empiece la investigación. Esta competencia que se atribuye al Comité es facultativa porque en el momento de ratificar este
instrumento jurídico el Estado puede hacer una declaración para explicitar que no adhiere a esta norma específica. Si un Estado
no acepta esta norma, el Comité no podrá iniciar una investigación en su territorio.

Además, la CAT en su artículo 21 establece el procedimiento de las comunicaciones interestatales, según el cual un Estado
parte puede presentar al Comité una comunicación en la que se alegue que otro Estado parte no cumple con las obligaciones
establecidas por la CAT. La aceptación de esta competencia del Comité depende del hecho de que el Estado parte de la CAT pre-
sente o no presente una declaración de su aceptación al momento de ratificar la Convención. El Comité solo procederá con las
comunicaciones presentadas por esos Estados que han reconocido de manera explícita esa competencia del Comité.

2 El Protocolo Adicional a la Convención contra la Tortura

LEl 18 de diciembre de 2002 la Asamblea General aprobó el Protocolo Facultativo a la Convención contra la Tortura a través
de la Resolución 57/199. Dicho protocolo entró en vigor el 22 de junio de 2006. El Perú lo aprobó a través de la Resolución Le-
La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas por agentes del
52 UNIDAD III
Estado

gislativa 28833, del 19 de julio de 2006, convirtiéndose en el octavo país de América Latina en ratificar este instrumento jurídico
internacional. Es el resultado de más de 30 años de lucha de la sociedad civil y de los Estados comprometidos con la prevención
de la tortura y de los malos tratos. El protocolo en referencia surgió de la necesidad de adoptar nuevas medidas para alcanzar
los objetivos de la CAT, o sea la prevención y la protección contra la tortura, sobre todo en relación con las personas privadas de
libertad. En consecuencia, se establece un sistema de visitas periódicas in situ, a cargo de órganos internacionales y nacionales
independientes a los lugares en que se encuentran personas privadas de su libertad, con el fin de prevenir la tortura y otros tratos
o penas crueles, inhumanos o degradantes. Se crea además un subcomité, o sea un órgano internacional de expertos formado
en el ámbito de las Naciones Unidas, encargado de realizar estas visitas en conjunto con los llamados mecanismos nacionales de
prevención (MNP), cuya designación o creación corresponde a cada Estado parte. Por lo tanto, se puede concluir que el proto-
colo facultativo instituye un órgano nacional, el MNP, y una instancia de tipo internacional, o sea el subcomité (García de Alba,
2012, pp. 48-50).

El objetivo del protocolo es prevenir la tortura a través del mecanismo de visitas, que tienen que ser regulares y que se pue-
den realizar sin previo aviso. Tiene por lo tanto un enfoque preventivo, o sea de actuación antes de la producción de los hechos,
y no reactivo, es decir una vez ocurridas las violaciones. Adopta una definición amplia de lugar donde se encuentren personas
privadas de su libertad. Esta definición no se limita a establecimientos penitenciarios, sino que se extiende a hospitales psiquiá-
tricos, establecimientos policiales, centros de detención para inmigrantes, centros de menores, zonas de espera o tránsito, entre
otros. La protección de las personas privadas de su libertad se logra mediante un proceso de diálogo y colaboración entre las
autoridades competentes y los expertos que realizan las visitas. Después de las visitas, los mecanismos nacionales emiten una serie
de recomendaciones precisas, basadas en la observación de la realidad, para lograr mejoras en el trato y en las condiciones de las
personas privadas de libertad.

Los Estados parte del Protocolo Facultativo de la CAT deben proporcionar a los órganos establecidos por este instrumento
jurídico algunas garantías para que puedan ejercer plenamente sus funciones. Estas se establecen en el art. 14 dicho protocolo:

a. El acceso sin restricciones a toda la información acerca del número de personas privadas de su libertad, así como del núme-
ro y tipo de lugares de detención y sus ubicaciones.
b. El acceso sin restricciones a toda la información relativa al trato a las personas privadas de libertad y a sus condiciones de
detención.
c. El acceso sin restricciones a todos los lugares de detención y a sus instalaciones y servicios.
d. La posibilidad de entrevistarse con las personas privadas de su libertad sin testigos y con cualquier otra persona de su elec-
ción.
e. La libertad de seleccionar los lugares de detención que deseen visitar y las personas que deseen entrevistar.
f. La posibilidad de efectuar visitas a todos los lugares de detención sin previo aviso (GTCT, 2013, p. 5).

Desde la ratificación del Protocolo Facultativo de la CAT por parte del Estado peruano, diversos organismos de derechos hu-
manos han generado un proceso de discusión y debate a fin de definir la naturaleza, facultad y composición del MNP en el Perú.
Considerando el objeto y el fin del protocolo facultativo, así como los lugares en los que se comete tortura, destaca la pertinencia
e importancia de este instrumento, así como de la implementación del MNP, rol que debería recaer en la Defensoría del Pueblo.
La actuación de este órgano estatal seria de especial relevancia si se tiene en cuenta el trabajo que ha realizado en los últimos
años con miras a la protección de los derechos humanos de las personas privadas de libertad en los diferentes establecimientos
penitenciarios y centros de detención del territorio peruano (GTCT, 2013, p. 5).

Como se mencionó antes, el Estado peruano tiene la calidad de Estado parte tanto de la CAT como de su protocolo facul-
tativo, así como de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura y del Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional. Los cuatros instrumentos jurídicos abordan, desde ámbitos complementarios, aspectos vinculados con el tema de
la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Estos instrumentos internacionales obligan al Estado peruano
a asumir medidas concretas de implementación, en el ámbito nacional, a efectos de satisfacer las respectivas obligaciones inter-
nacionales.

Ahora bien, en el artículo 28.2 del Protocolo Facultativo de la CAT se señala el momento de su entrada en vigor para los
Estados parte: «Para cada Estado que ratifique el Presente Protocolo [...] entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en
que ese Estado haya depositado su instrumento de ratificación o de adhesión». De conformidad con lo anterior, tenemos que
dicho instrumento internacional está vigente en el Perú desde el 14 de octubre de 2006 (GTCT, 2013, p. 1).

Adicionalmente, en su artículo 3 establece que cada Estado parte «[…] establecerá, designará o mantendrá, a nivel nacio-
nal, uno o varios órganos de visitas para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes [en
adelante mecanismo nacional de prevención] […]». A su vez, el artículo 17 se refiere al plazo para la creación del MNP, en el
que se señala que «cada Estado parte […] mantendrá, designará o creará, a más tardar un año después de la entrada en vigor del
presente Protocolo o de su ratificación o adhesión, uno o varios mecanismos nacionales independientes para la prevención de la
tortura a nivel nacional». En consecuencia, el Estado peruano cuenta con un plazo máximo de un año (14 de octubre de 2007)
a efectos de establecer el MNP y solo logró promulgar la ley en 2015, con más de ocho años de retraso (GTCT, 2013, p. 1-2).
En diciembre de 2015, el Congreso peruano promulgó la Ley 30394, por la que se designa a la Defensoría del Pueblo como
mecanismo nacional de prevención. La nueva ley, que amplía los poderes de la Defensoría del Pueblo, otorga al mecanismo
nacional en referencia el mandato de llevar a cabo visitas no anunciadas a los lugares de privación de libertad en Perú. El co-
UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 53
cometidas por agentes del Estado

metido es examinar el trato que se brinda a las personas privadas de libertad y utilizar los resultados de las visitas para formular
recomendaciones dirigidas a las autoridades pertinentes. De conformidad con el Protocolo Facultativo de la CAT, las autoridades
tienen la obligación de conceder a la institución un acceso sin restricciones a todos los lugares de privación de libertad y deben
permitir las entrevistas en privado con las y los reclusos. Sin embargo, la nueva ley no prevé conceder recursos adicionales para
que la Defensoría del Pueblo pueda cumplir su mandato como MNP, requisito previsto por el el referido instrumento internacio-
nal. Por consiguiente, la APT (Asociación para la prevención de la tortura) emplaza a las autoridades peruanas a emprender los
pasos necesarios para garantizar que se conceda al MNP los recursos humanos, financieros y materiales suficientes para el efectivo
cumplimiento de su mandato (APT, 2016).

LECTURA SELECCIONADA Nº 1
Danelius H. (2009). Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes. UN: United Nations Audiovisual
Library of International Law. Disponible en http://legal.un.org/avl/pdf/ha/catcidtp/catcidtp_s.pdf

ACTIVIDAD FORMTIVA Nº 3
Instrucciones: Lee y elabora un informe sobre el análisis de la positivización de uno de los instrumentos jurídicos internacionales
en el ordenamiento interno.

Tarea: Analizar en un informe de máximo 2 páginas cómo el Estado Peruano ha positivizado las disposiciones de esta Convención
y sobre todo de su Protocolo Facultativo, aprobado en 2002. Analice la Resolución Legislativa 24815 y la Resolución Legislativa
28833, que incorporan respectivamente la Convención contra la Tortura y su protocolo facultativo en el sistema jurídico peruano.
Su capacidad de síntesis será evaluada en este trabajo.
La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas por agentes del
54 UNIDAD III
Estado

TEMA Nº 2: EL GENOCIDIO

En la segunda parte de la Unidad III se expondrá sobre la protección de los derechos humanos frente a violaciones come-
tidas por agentes del Estado y se enfocará el crimen de genocidio, su definición y su importancia como crimen internacional
reconocido a nivel universal, así como las desapariciones forzadas, este último delito muy común en la región de América Latina
en los años de las dictaduras militares y que, lamentablemente, aún sigue como una práctica criminal común.

1 La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio

Al término de la Segunda Guerra Mundial, en la que doce millones de personas fueron exterminadas por el régimen nazi
debido a su origen étnico, nació la necesidad de la comunidad internacional de prevenir el genocidio y de castigar a los culpables.
Hasta el 11 de diciembre de 1946 no se hablaba de crimen de genocidio, sino solo de las categorías mencionadas en el Estatuto
de Londres del 8 de agosto de 1945, que crea el Tribunal Militar Internacional de Núremberg. En ese documento se clasifican las
categorías de crímenes objeto de juzgamiento en crímenes contra la paz, conspiración y complot, crímenes de guerra y crímenes
contra la humanidad.

Precisamente en esta última categoría se exhibe el antecedente del crimen de genocidio, que aparece con la Resolución 96
de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 11 de diciembre de 1946. La Asamblea General afirmó que «el genocidio es
un crimen de derecho internacional que el mundo civilizado condena y por el cual los autores y sus cómplices deberán ser casti-
gados, ya sean estos individuos particulares, funcionarios públicos o estadistas». Se crea entonces un nuevo crimen en el Derecho
Penal Internacional (Vernet & Mollar, 2009, pp. 202-204).

El 9 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la Prevención y la
Sanción del Delito de Genocidio a través de su Resolución 260 A (III). Dicha convención entró en vigor el 12 de enero de 1951
después del depósito del vigésimo instrumento de ratificación. Es también conocida como la «Convención sobre el Genocidio»
y es el primer tratado de derechos humanos aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. El Perú la ratificó el 24
de febrero de 1960 y la aprobó a través de la Resolución Legislativa 13288, del 29 de diciembre de 1959. Goza de la condición de
derecho internacional consuetudinario; por eso sus obligaciones recaen sobre todos los Estados de la comunidad internacional
y no solo en los que la han ratificado. La prohibición de cometer genocidio es una norma que tiene carácter de jus cogens, es
una norma imperativa que —como se vio en la Unidad I— hace parte del núcleo duro de los derechos humanos y no admite
derogación, a menos que lo haga una norma del mismo rango. Además, considerando su carácter de derecho internacional
consuetudinario, decaen las reservas presentadas por los Estados parte, que se refieren mayormente a la competencia de la Corte
Internacional de Justicia respecto de las controversias relativa a la interpretación, aplicación o ejecución de la Convención.

Procedemos ahora a analizar el texto de la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Crimen de Genocidio. El
preámbulo hace referencia a la ya mencionada Resolución 96 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y reafirma que el
genocidio es un delito de derecho internacional contrario al espíritu y a los fines de las Naciones Unidas y que el mundo civiliza-
do condena. Además, declara que en todos los periodos de la historia el genocidio ha infligido grandes pérdidas a la humanidad
y que «para liberar a la humanidad de un flagelo tan odioso se necesita la cooperación internacional».

Las partes contratantes en el artículo 1 aceptan que el genocidio es un crimen internacional, ya sea cometido en tiempos de
paz como en tiempos de guerra. La definición de genocidio incluida en la Convención en el artículo 2 establece que «se entiende
por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmen-
te, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal: a) matanzas de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad
física o mental de los miembros del grupo; c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de
acarrear su destrucción física, total o parcial; d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) traslado
por fuerza de niños del grupo a otro grupo». (Véase art. 1 del texto de la Convención). Esta definición no cambió en el tiempo,
a pesar de las exhortaciones a ampliarla, y ha sido utilizada también en otros instrumentos jurídicos sucesivos como el Estatuto
del Tribunal Penal Internacional para la Ex-Yugoslavia, el Estatuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda y el Estatuto de
Roma que instituye la Corte Penal Internacional (Schabas, 2008, pp. 2-3).

De acuerdo con esta definición, los actos de genocidio, conspiración para cometer genocidio, incitación directa y pública
a cometer genocidio, tentativa de genocidio y complicidad en el genocidio son punibles. Los individuos o grupos que cometan
estos actos serán castigados, independientemente de su situación, es decir tanto si se trata de gobernantes, funcionarios o particu-
lares. El acto de genocidio contiene dos elementos: el requisito de la intención, expresado en la cláusula inicial del artículo antes
citada, y el acto prohibido, que puede ser cualquiera de los delitos referidos. El primer elemento, es decir, la intención específica
de destruir total o parcialmente a un determinado grupo, es la característica distintiva de este crimen y su elemento más crítico
(mens rea). Es decir, no basta la intención general de cometer alguno de los actos enumerados para que exista el crimen de ge-
nocidio, sino que es necesaria la intención de destruir total o parcialmente el grupo, se consiga o no finalmente. En este sentido,
por ejemplo, las esterilizaciones forzadas impuestas en países como China e India en la década de 1960 y 1970 no constituyeron
actos de genocidio, pues el objetivo era reducir el número de integrantes del grupo, no destruirlo como tal. Por el contrario, sí
lo fue el genocidio nazi contra los judíos y gitanos, por cuanto se pretendió destruir a estos grupos parcial o totalmente. Además,
la intención debe ser destruir un grupo como tal, como entidad específica, y no simplemente una o más personas integrantes del
mismo (actus reus). Es decir, la muerte de un individuo particular debe enmarcarse en el deseo de la destrucción total o parcial
UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 55
cometidas por agentes del Estado

del grupo del que el individuo es un componente.

La definición de genocidio, de acuerdo a la Convención, es una definición strictu sensu y establece una enumeración taxativa.
Esto fue el resultado de intensas controversias a nivel internacional; por ejemplo, el acto de limpieza étnica no se considera acto
de genocidio por la definición de la Convención. Asimismo, hubo intenso debate sobre la determinación de los grupos objeto
de protección y finalmente se incluyeron los grupos nacionales, étnico, raciales y religiosos. No se mencionan, por ejemplo, los
grupos políticos y los grupos económicos o sociales, dado que estos carecen de la cohesión y permanencia de los grupos caracteri-
zados, pues solo dependen de la voluntad de sus miembros para constituirse como tal. Esta restricción del concepto, afirman estas
voces, puede significar la expiación de gobiernos totalitarios que durante el siglo XX llegaron a matar a más de 100 millones de
sus propios ciudadanos. En todo caso, estos actos podrían calificarse como crímenes de lesa humanidad. Como ya mencioné, esta
disposición definitoria ha pasado la prueba del tiempo, resistiendo las exhortaciones a ampliarla, y sigue sin incluir el fenómeno
de la depuración étnica y de los ataques contra grupos con la finalidad de obtener su desplazamiento y no su exterminio físico
(Vernet & Mollar, 2009, pp. 206-210).

Conforme a la Convención, solamente son competentes para juzgar a las personas acusadas de genocidio los tribunales del Es-
tado en cuyo territorio se cometió el acto. No obstante, ha surgido paralelamente un derecho consuetudinario por el que los tribu-
nales de cualquier Estado podrían juzgar casos de genocidio, aunque fueran cometidos por no nacionales y fuera de su territorio.
También la Corte Penal Internacional puede conocer de este delito, siempre y cuando el Estado en cuestión haya reconocido su
jurisdicción. Los Estados parte se comprometen a castigar a los autores de actos de genocidio que se encuentren en su territorio,
fuese cual fuese su nacionalidad y el lugar en donde el crimen ha sido cometido, en virtud del principio de la universalidad de la
jurisdicción. Los Estados parte tienen la obligación de prevenir y sancionar los actos de genocidio, ya sea cometido en tiempo de
paz o en tiempo de guerra, y «de adoptar las medidas legislativas necesarias para asegurar la aplicación de las disposiciones de la
Convención y especialmente para establecer sanciones penales eficaces para castigar a las personas culpables de genocidio o de
cualquier otros de los actos enumerados en el artículo 3» (Véase Art. 5 de de la Convención sobre la Prevención y la Sanción del
Crimen de Genocidio).

El artículo 7 establece que los Estados parte están obligados a conceder la extradición «conforme a su legislación y a los
tratados vigentes». Los Estados se consideran obligados a facilitar la extradición cuando se hayan formulado cargos de genocidio,
siempre respetando el principio de no refoulment que se revisó durante el anterior análisis de la Convención Internacional sobre
el Estatuto de los Refugiados.

El artículo 8 declara que los Estados parte pueden recurrir a los órganos competentes de las Naciones Unidas a fin de que
estos tomen medidas conforme a la Carta. Esta disposición ha sido invocada solo una vez por los Estados Unidos de América en
2004. El articulo 9 otorga a la Corte Internacional de Justicia competencia respecto de las controversias relativas a la interpreta-
ción, aplicación o ejecución de la Convención, siempre y cuando su jurisdicción haya sido reconocida por el Estado parte.

Las demás disposiciones de la Convención son fundamentalmente de naturaleza técnica y se refieren a cuestiones tales como
la autenticidad de los textos en los distintos idiomas, la entrada en vigor, la revisión, etc. A diferencia de los demás tratados interna-
cionales de derechos humanos, la Convención contra el Genocidio no establece un mecanismo de vigilancia, aunque se hicieron
propuestas de instituir un mecanismo a través de un protocolo adicional (Schabas, 2008, pp. 3-4).
La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas por agentes del
56 UNIDAD III
Estado

TEMA Nº 3: DESAPARICIONES FORZADAS



Esta parte de la Unidad III se desarrollará el análisis del crimen de desaparición forzada, sus caracteres específicos y sus ele-
mentos. Asimismo, se verificará cómo esta práctica criminal largamente utilizada en América Latina tiene los elementos propios
de un crimen de lesa humanidad.

1 La Convención Internacional para la Prevención de Todas las Personas contra las Des-
apariciones Forzadas

Las desapariciones forzadas son un fenómeno que todavía persiste en muchos Estados de la comunidad internacional. La
práctica ha sido habitualmente utilizada durante la segunda mitad del siglo XX, cuando empezó a ser cometida en gran escala en
la Europa ocupada por los nazis en 1941. Ha sido y lamentablemente sigue siendo un fenómeno de gran relevancia en los países
sudamericanos, donde la usaron como la principal metodología de lucha contra la oposición política e ideológica los gobiernos
militares, como por ejemplo en Argentina entre los años de la «guerra sucia» (1976-1983), en Guatemala, en Chile, en Brasil, en
Colombia y en el Perú. La desaparición forzada ha sido considerada como un crimen de Estado, una práctica del gobierno o de
agentes de este, con el objetivo de deshacerse de opositores políticos, eliminar evidencias de asesinatos y evitar cualquier infor-
mación sobre las personas desaparecidas. A partir de la década de 1970 surgió la preocupación de la comunidad internacional
hacia esta práctica y se empezó a entender que era necesario tipificar este crimen en un instrumento internacional de manera tal
que los Estados pudieran ser concientizados acerca de su gravedad (Alflen, 2009, p. 41).

La desaparición forzada constituye una violación de derechos humanos especialmente cruel que afecta tanto a la persona
desaparecida como a sus familiares y amigos; es, por lo tanto, un crimen doblemente paralizante. Consiste, por un lado, en el
secuestro de una persona y su traslado en un centro de detención, donde es sometida a varios actos de tortura; y, por otro, en la
falta total de información a los familiares sobre su destino y suerte. Esta práctica es violatoria de múltiples derechos humanos con-
sagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, entre ellos el derecho al reconocimiento de la personalidad
jurídica; el derecho a la seguridad y a la dignidad personal; el derecho a la identidad; el derecho a no sufrir tortura o trato o pena
cruel, inhumano o degradante; el derecho a unas condiciones humanas de reclusión; el derecho a una personalidad jurídica; el
derecho a un juicio justo; el derecho a la vida familiar y el derecho a la vida, cuando la persona desaparecida sea asesinada; y el
derecho a conocer la verdad sobre las circunstancias de la desaparición. Si la persona no termina asesinada y finalmente es puesta
en libertad, puede seguir sufriendo el resto de su vida las secuelas físicas y psicológicas de esta práctica inhumana. Además, una
desaparición forzada puede tener efectos especialmente nocivos para los derechos económicos, sociales y culturales de los fami-
liares de la persona desaparecida. Por ejemplo, la falta del sostén económico familiar brindado por el desaparecido puede dejar
a toda la familia en una situación socioeconómica desesperada (ACNUD, 2009).

El 18 de diciembre de 1992 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba, a través de Resolución 47/133, la Decla-
ración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. En el preámbulo se afirma que los actos de
desaparición forzadas constituyen una violación de las prohibiciones que figuran en otros instrumentos internacionales de pro-
tección de los derechos humanos, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención contra la Tortura
y Otros Tratos y Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes. Según la Declaración, esta práctica se produce cuando «se arreste,
detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que éstas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes
gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del gobierno o
con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas
personas o a reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley». La Declaración, por cuanto
fue adoptada posteriormente por una convención internacional, sigue siendo un documento fundamental en la lucha contra las
desapariciones forzadas y en ella se establece un conjunto mínimo de normas que todos los Estados miembros de las Naciones
Unidas están llamados a aplicar sin que sea necesario el requisito de la ratificación. En 2003 la Comisión de Derechos Humanos
decidió empezar la redacción de un tratado internacional en materia de desapariciones forzadas y en este proceso participaron
más de 70 Estados, ONG y organizaciones de familiares de desaparecidos.

El 20 de diciembre de 2006 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención Internacional para la Protec-
ción de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas mediante Resolución 61/177. Es el primer tratado internacional
vinculante que define la desaparición forzada como una violación de derechos humanos y que la prohíbe. Entró en vigor el 23
de diciembre de 2010. El Perú ha ratificado esa convención a través de la Resolución Legislativa 29894, del 6 de julio de 2012.
Como ya se adelantó, la Convención recoge en general el contenido de la Declaración de la Asamblea General de 2006 y de la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzadas de Personas, adoptada esta última en el ámbito interamericano el 9 de
junio de 1994, pero contiene algunas normas nuevas y fortalece otras que habían sido incluidas en la Declaración; por ejemplo,
se introduce el órgano de supervisión. La Convención se divide en tres partes, a saber:

a. Disposiciones sustantivas y obligaciones de los Estados parte de prevenir y sancionar este delito.
b. Establecimiento del Comité contra la Desaparición Forzada.
c. Requisitos formales relativos a la firma, la adhesión y la ratificación, así como la relación de la Convención con el Derecho
Internacional Humanitario.
UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 57
cometidas por agentes del Estado

La desaparición forzada se define en el artículo 2 como «el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de pri-
vación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el
apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte
o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley» (ACNUD, 2009, pp. 5-9). Son tres los elementos
relevantes de esta definición: 1. la privación de la libertad de una persona por agentes del gobierno o particulares apoyados por
este; 2. la negativa a revelar la suerte o el paradero de la persona retenida o a reconocer la privación de la libertad, con lo que se
configuraría el ocultamiento; y 3. la sustracción de la víctima del amparo legal (Córdova Triviño, 2002, p. 154).

La Convención representa un avance importante en el Derecho Internacional en particular al definir el derecho a no ser
objeto de desaparición forzada como un derecho que no admite excepción, o sea un derecho que no puede ser restringido ni
suspendido, incluso en tiempo de guerra u otra situación de emergencia pública (jus cogens). Afirma que la desaparición forzada
constituye un crimen de lesa humanidad cuando se practica de forma generalizada y sistemática; por lo tanto, los Estados tienen
la obligación de castigar este crimen con una pena correspondiente a su gravedad para toda la comunidad internacional, siendo
considerado un crimen de lesa humanidad y, por ende, un crimen internacional (ACNUD, 2009, pp. 9-10).

Calificar este delito como crimen de lesa humanidad le otorga una serie de características, a saber (Brijaldo & Londoño, 2004,
pp. 24-26):

a. Se aplica el principio de jurisdicción universal, que es una excepción al principio de soberanía de cada Estado, lo que implica
el derecho a ejercer jurisdicción con relación a ciertos delitos considerados de interés de toda la humanidad independiente-
mente del lugar en que se haya cometido la conducta y la nacionalidad del autor.
b. Se consagra el deber de extraditar, ya que los Estados se ven en la obligación de extraditar a los responsables de crímenes
internacionales o a juzgarlos de acuerdo a la legislación penal interna.
c. No es posible otorgar el asilo político a los responsables de esos crímenes, por lo que no pueden obtener dicho beneficio de
otros países dada la gravedad de la conducta.
d. No puede considerarse como un delito político, o sea no puede considerarse como un simple atentado contra un régimen
político imperante en determinado momento y sitio geográfico, sino como un delito que por su gravedad afecta a toda la
humanidad.
e. Es imprescriptible, por tratarse de un crimen de lesa humanidad, cualquiera sea la fecha en la que se hayan cometidos.
f. No se admiten circunstancias eximentes de responsabilidad por obediencia debida, no es circunstancia eximente de respon-
sabilidad el cumplimiento de un orden superior.
g. No podrán concederse amnistía o indulto.

Como hemos dicho, los Estados miembros de la Convención tienen la obligación de sancionar los responsables de este
delito y además deben prevenir su perpetración. Entre las medidas para prevenir las desapariciones forzadas, los Estados deben
garantizar una norma jurídica mínima sobre la privación de libertad, como el mantenimiento de registros oficiales de las personas
privadas de libertad con un mínimo de información y la autorización para comunicarse con su familia, un abogado o cualquier
otra persona de su elección (Véase el Art. 17 de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas de las Des-
apariciones Forzadas).

Los Estados parte tienen la obligación de tomar las medidas necesarias para establecer su jurisdicción sobre el crimen de des-
aparición forzada en los casos en que el presunto autor se encuentre en cualquier territorio bajo su jurisdicción, salvo que dicho
Estado lo extradite o lo entregue a otro Estado conforme a sus obligaciones internacionales, o lo transfiera a una jurisdicción penal
internacional cuya competencia haya reconocido.

Una innovación de la Convención es su artículo 24, que define la víctima de desaparición forzada. Para la Convención, la víc-
tima no es solo la persona desaparecida, sino también toda persona física que haya sufrido un perjuicio directo como consecuencia
de una desaparición forzada, como por ejemplo los familiares del desaparecido. En este artículo se establece también el derecho
a conocer la verdad «sobre las circunstancias de la desaparición forzada, la evolución y resultados de la investigación y la suerte
de la persona desaparecida». Además, se establece en este artículo el derecho a obtener una reparación que comprenda todos los
daños materiales y morales e incluya la restitución, la rehabilitación, la satisfacción y las garantías de no repetición. Asimismo, se
exige a los Estados parte que adopten las medidas necesarias en relación con la situación jurídica de las personas desaparecidas,
especialmente en materia de protección social, cuestiones económicas, el derecho de familia y los derechos de propiedad.

En la segunda parte de la Convención se establece el Comité contra la Desaparición Forzada, que es el órgano de control de
este instrumento internacional. El Comité tiene básicamente cinco funciones:

I. Examinar los informes periódicos presentados por los Estados parte acerca de las medidas adoptadas para dar efecto a sus
obligaciones frente a la Convención.
II. Enviar comunicaciones urgentes al Estado parte solicitándole que adopten todas las medidas necesarias, incluidas medidas
cautelares, para localizar y proteger a una persona desaparecida. Se trata de la primera vez que se confiere un mandato de esa
naturaleza a un órgano de supervisión de un tratado.
III. Recibir y examinar las comunicaciones presentadas por personas que aleguen ser víctimas de violaciones de las disposiciones
de la Convención por un Estado parte.
IV. Recibir y examinar las comunicaciones en que un Estado parte alegue que otro Estado parte no cumple con las obligaciones
La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas por agentes del
58 UNIDAD III
Estado

que le impone la Convención.


V. Visitar un Estado parte, tras consultar con el Estado interesado, si llega a su conocimiento información que indique que ese
Estado está cometiendo graves violaciones de las disposiciones de la Convención.

Además, el Comité, si recibe informaciones fidedignas de que se está practicando la desaparición forzada de manera sistemática
en un Estado parte, puede señalar la cuestión a la atención de la Asamblea General, tras solicitar información del Estado intere-
sado (ACNUD, 2009).

LECTURA SELECCIONADA Nº 2
Schabas W. (2008). La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. In United Nations Audiovisual Li-
brary of International Law. Disponible en http://legal.un.org/avl/pdf/ha/cppcg/cppcg_s.pdf

GLOSARIO DE LA UNIDAD III


1. Amnistía
Es una causa de extinción de la responsabilidad penal. Es una medida jurídica que tienen como efecto: a) la posibilidad
de impedir el enjuiciamiento penal y, en algunos casos, las acciones civiles contra ciertas personas o categorías de perso-
nas con respecto a una conducta criminal específica cometida antes de la aprobación de la amnistía; o b) la anulación
retrospectiva de la responsabilidad jurídica anteriormente determinada (ACNUD, 2009).

2. Crimen internacional
Infracción de una norma penal internacional que protege bienes jurídicos pertenecientes al orden internacional y que
acarrea responsabilidad penal derivada directamente de la norma internacional (Rodríguez, 2002)

3. Crimen de lesa humanidad


Crimen internacional consistente en la realización de atentados contra bienes jurídicos personales fundamentales,
cometido tanto en tiempo de paz como de conflicto armado, como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra la población civil, realizado con la participación o tolerancia de quien ejerce el poder político de iure o de facto
(Rodríguez, 2002).

4. Extradición
Institución del Derecho Internacional en virtud de la cual un Estado que no posee jurisdiccion sobre una persona o
que esté imposibilitado para procesar a una persona porque los medios de prueba se encuentran fuera del pais, proce-
de a entregarla para que pueda ser juzgada por el pais que la requiere (Gómez & Verduzco, 2000).

5. Impunidad
No persecuciòn de conductas tipificadas que pueden encuadrarse en la criminalidad común o en delitos de derecho
internacional (Chinchón, 2012).

6. Jurisdicción universal
Criterio de jurisdicción que atribuye la competencia a los tribunales nacionales de un Estado para juzgar determinados
delitos que, por su naturaleza, afectan a toda la comunidad internacional, con independencia de la nacionalidad del
autor y del lugar de comisión del delito (Rodríguez, 2002).

7. Leyes de amnistia
Aquellas medidas que comportan, explícita o implícitamente, el reconocimiento de que los crímenes cometidos esta-
ban de algún modo justificados, que simplemente no fueron delictivos o cuanto menos que no deberían considerarse
criminales en atención a otras valoraciones al momento de emitirlas (Chinchón, 2012).

8. Limpieza étnica
La idea está vinculada con la ideología nacionalista y las políticas de los Estados nacionales deseosos de conservar en su
territorio una población étnicamente homogénea. Implica el traspaso forzado de población identificada en términos
étnicos de un territorio a otro, por razones políticas, religiosas, nacionalistas, racistas o, en todo caso, ideológicas. Estos
traslados forzados de población, de los que existen numerosos ejemplos, van acompañados con frecuencia de actos
violentos y masacres de población civil, que tienen características genocidas (Stavenhagen, 2010).
UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 59
cometidas por agentes del Estado

BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD III


Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2009). Desapariciones Forzadas. Folleto Informa-
tivo 6/Rev. 3. Disponible en http://www.ohchr.org/Documents/Publications/FactSheet6Rev3_sp.pdf

Arredondo, R. (2009). La prevención del genocidio y la responsabilidad de proteger. En Consigli, J. A., El genocidio ante
la Corte Internacional de Justicia: reflexiones en torno al caso de Bosnia contra Serbia sobre la aplicación de la Con-vención para
la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (pp. 231-267). Buenos Aires: Consejo Argentino para las Relaciones
Internacionales. Disponible en http://www.cari.org.ar/pdf/genocidioCIJ.pdf

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Chinchón Álvarez, J. (2002). El concepto de impunidad a la luz del Derecho Internacional: una aproximación sistémica
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La protección de los derechos humanos frente a violaciones cometidas por agentes del
60 UNIDAD III
Estado

AUTOEVALUACIÓN N°3
1. ¿Cuál de las siguientes finalidades del delito de tortura es incorrecta?
a. Castigar a una persona por un acto que ha cometido o se sospeche que ha cometido
b. Intimidar o coaccionar a la persona castigada o a otra.
c. Obtener de la persona castigada o de un tercero informaciones o una confesión.
d. Causar dolores o sufrimientos que sean consecuencia de una sanciòn legitima.

2. ¿Cuál son los procedimientos de control establecidos por la Convención contra la Tortura?
a. El procedimiento de informe periódico y el procedimiento de investigación.
b. El procedimiento de informe periódico y las comunicaciones individuales.
c. El procedimiento de informe periódico, el procedimiento de investigación. y las comunicaciones interestatales
d. El procedimiento de visita in loco.

3. Según la Convención para la Prevención y la Sanción del Crimen de Genocidio, ¿cuál de esto actos no constituye delito
de genocidio?
a. La matanza de miembros del grupo nacional, étnico, racial o religioso.
b. El sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física,
total o parcial.
c. La limpieza étnica del grupo nacional, étnico, racial o religioso.
d. La lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.

4. ¿Cuál de esta afirmación acerca de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las
Desapariciones Forzadas es incorrecta?
a. Establece un órgano de control llamado Comité contra la Desaparición Forzada
b. Establece que la víctima de la desaparición forzada es únicamente la persona desaparecida
c. Representa un avance importante en el Derecho Internacional en particular al definir el derecho a no ser objeto
de desaparición forzada como un derecho que no puede ser restringido ni suspendido, incluso en tiempo de
guerra u otra situación de emergencia pública (jus cogens).
d. Establece como mecanismo de control el procedimiento de las comunicaciones individuales.

5. ¿Cuál de estas afirmaciones acerca de los órganos de visitas establecidos por la Convención contra la Tortura es inco-
rrecta?
a. Los órganos de visitas tienen acceso a todos los lugares de detención de los Estados parte, así como a sus insta-
laciones y servicios.
b. Los órganos de control tienen acceso a toda la información acerca del número de personas privadas de libertad
en cada Estado parte.
c. Los órganos de visitas tienen que comunicar que están planeando una visita al Estado parte por lo menos 30 días
antes de llevarla a cabo.
d. Los órganos de visitas tienen acceso a toda la información relativa al trato de las personas privadas de libertad y
a sus condiciones de detención.

6. ¿Cuál es o cuáles son los procedimientos de control establecidos para la Convención Internacional para la Prevención
y la Sancion del Crimen de Genocidio?
a. No se establece ningún procedimiento de control.
b. Las visitas in loco.
c. El procedimiento de los informes periódicos.
d. Las comunicaciones interestatales y las comunicaciones individuales.

7. En la Convención contra la Tortura se hace explícitamente referencia al principio de jurisdicción universal. ¿Cuál de
estas es la definición correcta de este principio?
a. El principio de jurisdicción universal se relaciona con la «universalidad» de los derechos humanos, que son
propios de todos los seres humanos a nivel universal.
b. Según el principio de jurisdicción universal, una corte nacional de cualquier Estado puede juzgar a personas por
crímenes cometidos fuera de su propio territorio sin que esto esté unido al Estado por su nacionalidad o que la
víctima sea ciudadana del Estado en mención.
c. El principio de jurisdicción universal es aquel principio por el cual un juez de la Corte Penal Internacional pue-
de interesarse en un caso que ha sido previamente juzgado por otro tribunal internacional.
d. El principio de jurisdicción universal es la competencia de un tribunal nacional a juzgar crímenes cometidos por
personas extranjeras en el territorio bajo su jurisdicción.
UNIDAD III: La protección de los derechos humanos frente a violaciones DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 61
cometidas por agentes del Estado

8. ¿Cuál de estas afirmaciones acerca del Protocolo Facultativo a la Convención contra la Tortura es incorrecta?
a. Brinda más protección estableciendo un nuevo órgano de control denominado mecanismo nacional de preve-
ción. 3
b. Establece que los Estados parte deben crear el mecanismo nacional de prevención a más tardar después de un
año de la entrada en vigor del protocolo por este Estado.
c. Establece un subcomité de expertos internacionales encargado de llevar a cabo visitas en los Estados miembros
en coordinación con el3 mecanismo nacional de prevención
d. Establece el procedimiento de comunicaciones interestatales.

9. ¿Qué órgano es competente para juzgar el crimen de genocidio?


a. La CPI (Corte Penal Internacional) es el único organismo competente para juzgar el delito de genocidio por ser
un crimen internacional.
b. Los tribunales nacionales son los únicos competentes para juzgar el crimen de genocidio.
c. Son competente para juzgar el crimen de genocidio tanto los tribunales nacionales como los tribunales de otros
Estados, aunque ese delito haya sido cometido por un no nacional fuera del territorio bajo su jurisdicción. Asi-
mismo, es competente la CPI (Corte Penal Internacional), siempre y cuando el Estado haya reconocido su com-
petencia.
d. Solo el Tribunal de Núremberg instituido después de la Segunda Guerra Mundial es competente para juzgar este
crimen internacional.

10. La desapariciòn forzada, cuando es cometida de manera sistemática y generalizada, se considera un crimen de lesa
humanidad. ¿Cuál de estas caracteristicas enunciadas no aplica por ser un crimen de lesa humanidad?
a. La imprescriptibilidad del delito.
b. El Estado tiene el deber de extraditar a los culpables de este crimen.
c. No hay posibilidad de conceder amnistía o indulto a los culpables de este crimen.
d. Se admiten circunstancias eximentes de responsabilidad por obediencia debida.
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
62 UNIDAD IV
regionales

UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los


tres sistemas regionales de protección: el interamericano, el europeo y el africano

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD IV

LECTURAS
CONTENIDOS ACTIVIDADES
SELECCIONADAS

AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÍA

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Videoclase 7 (Videoconferencia) 1.Conoce los órganos fundamentales del 1.Reconoce la importancia de definir
Sistema Internacional de Protección de los correctamente los conceptos.
Tema N° 1: La antigua Comisión de Derechos Derechos Humanos 2.Participa activamente en clase a través
Humanos y el actual Consejo de Derechos 2.Conoce los procedimientos para la pro- de intervenciones orales en el análisis de
Humanos de las Naciones Unidas tección de los derechos humanos a nivel casos y ejemplos.
1.La Comisión de Derechos Humanos: estruc- universal 3.Reconoce la importancia de entregar los
tura y funciones 3.Conoce el Sistema Interamericano de trabajos consignado. en las fechas límites
2.El Consejo de Derechos Humanos: estructura Protección de los Derechos Humanos, sus establecidas por el docente.
y funciones órganos y sus procedimientos 4.Reconoce la importancia y utilidad de las
autoevaluaciones como instrumentos de
Tema Nº 2: El Sistema Interamericano de Protec- Actividad N° 4 retroalimentación.
ción de los Derechos Humanos Cuestionario on-line
1.La Convención Interamericana sobre los
Derechos Humanos 4. Conoce el Sistema Europeo de Protec-
2.Los órganos para la protección y promoción ción de los Derechos Humanos, sus órganos
de los derechos humanos: la Comisión y y sus procedimientos
el Consejo Interamericanos de derechos 5. Conoce el Sistema Africano de Protec-
humanos ción de los Derechos Humanos, sus órganos
Lectura seleccionada N° 1: y sus procedimientos
Luces y sombras del nuevo Consejo de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas

Videoclase 8 (Videoconferencia)
Tarea Académica Nº 2
Tema 1: El Sistema Europeo de Protección de los Análisis crítico de una sentencia de la Corte
Derechos Humanos Interamericana de Derechos Humanos (vs.
1.La Convención Europea sobre Derechos Perú).
Humanos
2.La Carta Social Europea
3.El órgano para la protección y promoción de
los derechos humanos: el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos

Tema N° 2: El Sistema Africano de Protección de


los Derechos Humanos
1.La Carta Africana de los Derechos Humanos
y de los Pueblos
2.Los Órganos para la Protección y Promoción
de los Derechos Humanos: la Comisión y la
Corte Africana de Derechos Humanos
Lectura seleccionada 2
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos:
Organización y Funcionamiento

Autoevaluación Nº 4
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 63
Humanos y los tres sistemas regionales

TEMA N° 1: La antigua Comisión de Derechos Humanos y el actual Consejo de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas
En esta sección de la Unidad IV se enfocará el estudio del Sistema Universal —o Internacional— de Protección de los Dere-
chos Humanos, que es básicamente el sistema instituido por la Organización de las Naciones Unidas. Se analizarán los órganos de
protección establecidos en el ámbito de las Naciones Unidas, sus funciones y los procedimientos de control que pueden utilizar.

1 La Comisión de Derechos Humanos: estructuras y funciones



La Comisión de Derechos Humanos es una de las seis comisiones funcionales creadas por el Consejo Económico y Social de
las Naciones Unidas (ECOSOC) en 1946, en virtud de lo dispuesto en el artículo 48 de la Carta de las Naciones Unidas, en el que se
establece que «el Consejo Económico y Social establecerá comisiones de orden económico y social y para la promoción de los de-
rechos humanos, así como las demás comisiones necesarias para el desempeño de sus funciones». La Comisión ha sido establecida
a través de la Resolución ECOSOC 5, del 16 de febrero de 1946. Este órgano ha ido ampliando a lo largo de los años su mandato
inicial, que era elaborar el cuerpo normativo de las Naciones Unidas en el tema de los derechos humanos, esto es, declaraciones y
convenios. A través del trabajo de la Comisión de Derechos Humanos se redactó la Declaración Universal de Derechos Humanos.
La Comisión funcionaba bajo la dirección del ECOSOC, órgano al cual sometía las propuestas y recomendaciones aprobadas en
sus sesiones anuales, realizadas solitamente en Ginebra, Suiza. Este organismo no tenía competencia para tomar acciones frente a
las violaciones de los derechos humanos.

La Comisión está compuesta por representantes de los Estados miembros seleccionados por el ECOSOC por un periodo de
tres años, debiéndose elegir una tercera parte de los miembros cada año. Los Estados miembros tienen un mecanismo de repre-
sentación por grupos geográficos y los 53 Estados miembros son designados por el ECOSOC siguiendo una fórmula que asegura
el principio de rotación entre países y una distribución geográfica igualitaria (Van Boven, p. 407).

La Comisión ha tenido dos funciones principales:

1. Redacción de declaraciones, convenios y otros textos en materia de derechos humanos, función que será luego asumida por
la Asamblea General de las Naciones Unidas;
2. Control del respeto de los estándares de derechos humanos por parte de los Estados miembros de las Naciones Unidas.

Según su resolución institutora y su reglamento interno, la Comisión tenía competencia para crear órganos subsidiarios. En
1947 se creó la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección de las Minorías, que en 1999 se transformó en la Sub-
comisión de las Naciones Unidas de Promoción y Protección de los Derechos Humanos. Este es el principal órgano subsidiario de
la Comisión de Derechos Humanos, cuya tarea principal es asistir a la Comisión en su labor. Sus funciones son fundamentalmente
realizar estudios sobre cuestiones de derechos humanos, formular recomendaciones a la Comisión sobre la prevención de la discri-
minación de cualquier tipo en relación con los derechos humanos y la protección de las minorías raciales, nacionales, religiosas y
lingüística, y llevar a cabo otras funciones que pueden encomendarle el Consejo o la Comisión. Cuenta con la asistencia de varios
relatores y cuatro grupos de trabajo, cuya tarea consiste en realizar investigaciones y formular recomendaciones sobre problemas
concretos de derechos humanos. Cada grupo de trabajo está integrado cada uno por cinco miembros de la Subcomisión, que re-
presentan a cada una de las regiones. Estos son el Grupo de Trabajo sobre las Minorías, el Grupo de Trabajo sobre las Poblaciones
Indígenas, el Grupo de Trabajo sobre las Comunicaciones y el Grupo de Trabajo sobre las Formas Contemporáneas de Esclavitud
(ACNUD, 2004, p. 2-4).

En principio, la Comisión no tenía la facultad para recibir comunicaciones de denuncia de violaciones de derechos huma-
nos. Solo a partir de 1967, con la aprobación de la Resolución 1235, y, posteriormente, con la aprobación de la Resolución 1503,
de 1970, ambas del ECOSOC, la Comisión recibió la autorización que necesitaba para examinar las denuncias de violaciones de
derechos humanos. De esta manera nacen los procedimientos públicos y los mecanismos no convencionales de protección de los
derechos humanos, o sea los procedimientos privados, que todavía existen. Cabe recordar que también existen los mecanismos
convencionales que toman por base los tratados internacionales y que pueden examinar denuncias individuales. Pero estos meca-
nismos solo se aplican a la fiscalización de los derechos protegidos por el tratado en cuestión y son exigibles únicamente para los
países que firmaron dichos tratados.

El primer mecanismo, establecido mediante Resolución 1235, del 6 de junio de 1967, permite denunciar en forma pública las
violaciones de derechos humanos que se realicen en países específicos en cualquier parte del mundo. Estas violaciones se conside-
ran como graves y sistemáticas. De acuerdo con esto, se ha dado origen a los relatores especiales, los representantes especiales, los
enviados especiales y los grupos de trabajo. Ninguna de estas personas representa a su país, sino que actúan a título individual. Este
procedimiento puede tratar tanto de situaciones temáticas, como, por ejemplo, la tortura, como de la situación de los derechos hu-
manos en un país especifico. Como parte de procedimientos públicos, la Comisión utilizó varios métodos, como el establecimiento
de grupos de trabajo para informar acerca de una situación y la designación de un relator especial o un experto para estudiar e
informar acerca de una situación (Van Boven, p. 417).

El segundo mecanismo, establecido mediante la Resolución 1503, es un procedimiento de denuncia menos utilizado, princi-
palmente en razón de su carácter confidencial y de las diferentes condiciones necesarias para que se lleve a cabo. Es un procedi-
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
64 UNIDAD IV
regionales

miento de tres etapas:

a. El Grupo de Trabajo sobre Comunicaciones examina todas las comunicaciones presentadas al secretario durante los doce
meses anteriores y decide someter a la Subcomisión aquellas que pudieran revelar una práctica sistemática de graves viola-
ciones de derechos humanos y libertades fundamentales, junto con las respuestas que se vayan recibiendo de los gobiernos.

b. La Subcomisión examina estas comunicaciones sometidas por el Grupo de Trabajo sobre Comunicaciones y determina si
corresponde someterlas a la Comisión.

c. La Comisión examina las comunicaciones y determina si es el caso proceder a un estudio a fondo o a una investigación por
un Comité ad hoc. Puede acceder a este procedimiento la víctima o cualquier ONG, tenga o no este estatuto consultivo ante
el ECOSOC, a condición de que posea información directa y confiable sobre los hechos violatorios. Las comunicaciones
deben contener una descripción detallada de los hechos, indicar el objetivo perseguido y mencionar los derechos presun-
tamente vulnerados, en concordancia con los instrumentos internacionales. Estas no pueden tener un objetivo contrario a
la Declaración Universal de los Derechos Humanos ni a la Carta de las Naciones Unidas, no pueden tener un carácter ma-
nifiestamente político, tampoco pueden ser anónimas, estar formuladas con términos abusivos o ser presentadas sin haber
agotado los recursos internos que sean eficaces, o cuando el asunto materia de la denuncia ya haya sido examinado por este
u otro procedimiento supranacional (Van Boven, pp. 418-419).

La Comisión funcionó de 1946 a 2006 y tenía por principal encargo la promoción del respeto de los derechos humanos en
un ámbito global. Una de sus principales características en los años recientes era el debilitamiento de sus capacidades para actuar
en virtud del exceso de politización, así como su incapacidad para enfrentar de manera efectiva las crisis de derechos humanos,
lo que le quitaba credibilidad y legitimidad. Esto sobre todo en referencia a la función de control de la Comisión; de hecho, los
Estados acusados mediante «resoluciones país» lograban juntar los votos suficientes para que no fueran adoptadas.

Desde su creación en 1945, las Naciones Unidas han ejercido sus funciones como organización intergubernamental para el
desarrollo y la paz, pero se hizo necesaria una adaptación del sistema a los cambios de la sociedad internacional actual, después
del fin de la Guerra Fría, con la polarización del planeta en Norte y Sur, la globalización, el surgimiento de nuevos actores en ám-
bito internacional y los avances científicos y técnicos. Era entonces necesaria una reforma, que empezó en 1992 y ha continuado
hasta hoy. En lo que concierne a los derechos humanos, el objetivo principal consistió en trasformar los derechos humanos en
uno de los tres pilares de las Naciones Unidas, junto con la seguridad y el desarrollo. Además, se busca dar un enfoque transversal
de estos derechos en todas las actividades de la organización y mejorar la capacidad de reacción frente a las situaciones de gra-
ves violaciones de los derechos humanos, reforzando el sistema de protección como un todo. Se presentaron varias propuestas,
entre ellas el fortalecimiento del papel de la oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
la reforma de los procedimientos especiales y de los órganos creados en virtud de los tratados y la creación de un Consejo de
Derechos Humanos. Una de las pocas que se concretó fue la creación del Consejo de Derechos Humanos, aprobada en 2006,
con el objetivo de resolver problemas relacionados con el excesivo carácter político de las decisiones de la antigua Comisión de
Derechos Humanos (Viegas-Silva, 2008, pp. 38-41).

2 El Consejo de Derechos Humanos: estructura y funciones

El Consejo de Derechos Humanos fue establecido por medio de la Resolución 60/251 de la Asamblea General de las Na-
ciones Unidas, aprobad el 15 de marzo de 2006, en sustitución de la Comisión de Derechos Humanos, que concluyó su último
periodo de sesión el 27 de marzo de 2006. Dicha resolución fue aprobada con 170 votos a favor, cuatro votos en contra y tres
abstenciones; los países opuestos fueron Estados Unidos —que hubiera preferido un organismo más pequeño y sin poder de
investigación—, Israel, las Islas Marshall y Palaos. Se había estipulado que el Consejo asumiría los mandatos, los mecanismos y
las responsabilidades que existían en la antigua Comisión, revisándolos en el periodo de un año a partir de la primera sesión
del Consejo. El Consejo tiene sede en Ginebra, Suiza, y es el órgano principal de las Naciones Unidas encargado de promover y
proteger los derechos humanos. Sustituye a la Comisión de Derechos Humanos. Mientras la Comisión era un órgano subsidiario
del ECOSOC, el Consejo es un órgano subsidiario del Asamblea General, a la que informará anualmente, formulándole reco-
mendaciones respecto de la promoción y protección de los derechos humanos. La elevación del Consejo de Derechos Humanos
evidencia que los derechos humanos son ahora uno de los tres pilares de las Naciones Unidas, junto con el desarrollo y la paz y
seguridad. La institución del Consejo consolida también el compromiso de la Asamblea General para fortalecer el Sistema Uni-
versal de Protección de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Si bien se pretendió que el Consejo de Derechos Huma-
nos tuviera la categoría de órgano principal y permanente de la Organización, con la misma visibilidad política que el Consejo de
Seguridad, el ECOSOC o la Asamblea General, las extensas negociaciones condujeron a rebajar su importancia.

El Consejo está integrado por 47 Estados miembros, elegidos de forma directa e individual en votación secreta por la mayo-
ría de los miembros de la Asamblea General. Para la elección de los miembros se tendrá en consideración los antecedentes del
Estado en materia de derechos humanos, así como las promesas y los compromisos voluntarios. Los miembros del Consejo des-
empeñan sus funciones por un periodo de tres años y no pueden optar a la reelección inmediata tras dos periodos consecutivos.
La antigua Comisión se reunía solo una vez al año por un periodo de seis semanas en total, mientras que el Consejo se reúne en
Ginebra por lo menos tres veces al año por una duración total de mínimo diez semanas. El principal periodo de sesiones del Con-
sejo, que dura tres semanas, suele celebrarse en marzo. Asimismo, el Consejo puede celebrar sesiones extraordinarias a instancia
de un Estado miembro. A las sesiones del Consejo pueden participar, en calidad de observadores, representantes de otros Estados
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 65
Humanos y los tres sistemas regionales

miembros, de organizaciones intergubernamentales y de organizaciones no gubernamentales (ACNUD, 2008, pp. 79-80).

Las funciones específicas del Consejo, según la resolución que lo instituye, son las siguientes:

a. Promover la educación y la difusión de los derechos humanos en colaboración con el ACNUD.


b. Coordinar e incorporar los derechos humanos en la actividad general del sistema de las Naciones Unidas.
c. Constituir un lugar de dialogo acerca de problemas relacionados con temas de derechos humanos, como la pobreza mundial
y el derecho al desarrollo.
d. Formular recomendaciones a la Asamblea General de las Naciones Unidas acerca del desarrollo del Derecho Internacional.
e. Velar por el respeto de las obligaciones asumidas en materia de derechos humanos por parte de los Estados miembros.
f. Cooperar con los Estados miembros y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan para la protección de los derechos
humanos.
g. Formular recomendaciones a los Estados y las organizaciones internacionales para la promoción y la defensa de los derechos
humanos.
h. Presentar un informe anual a la Asamblea General de las Naciones Unidas (Villán, 2005, p. 5).

La resolución innova al introducir tres correctivos que tratan de atajar los problemas de politización excesiva en la composi-
ción de la antigua Comisión, pero que parecieran tener una dudosa eficacia:

1. Al elegir a los miembros del Consejo de Derechos Humanos, «los Estados Miembros deberán tener en cuenta la contribución
de los candidatos a la promoción y protección de los derechos humanos y las promesas y compromisos voluntarios que hayan
hecho al respecto».
2. Se prevé que la Asamblea General podrá suspender por mayoría de dos tercios a todo miembro del Consejo «que cometa
violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos». Aunque la cláusula es innovadora, su eficacia práctica será re-
ducida porque se deja a una mayoría cualificada (dos tercios) de la Asamblea General —algo muy difícil de conseguir— la
determinación de que un Estado comete o no violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Hubiera sido preferible
que esa determinación se confiara al dictamen de un experto independiente (relator especial geográfico), lo que evitaría la
ineludible politización que una votación de esa naturaleza producirá en el seno de la Asamblea General.
3. Los miembros del Consejo «deberán defender las más altas exigencias en la promoción y protección de los derechos huma-
nos, cooperar plenamente con el Consejo y ser examinados con arreglo al mecanismo de examen periódico universal duran-
te su período como miembro». En realidad, esta cláusula es redundante pues impone a los Estados miembros del Consejo
las mismas obligaciones de comportamiento genéricas que ya tenían todos los Estados por el hecho de ser miembros de la
Organización de las Naciones Unidas. (Villán, 2005, p. 5)

El 18 de junio de 2007, un año después de su primera reunión y tras un periodo de constitución institucional, el Consejo
adoptó un conjunto de medidas para establecer sus procedimientos, mecanismos y estructuras a través de la Resolución 5/1, del
propio Consejo de Derechos Humanos. Estas medidas incluyen:

-- Una nueva agenda y marco para el programa de trabajo.


-- Nuevos métodos de trabajo y un reglamento de procedimiento sobre la base de los reglamentos establecidos para los Comités
de la Asamblea General.
-- El procedimiento de denuncia, que sustituye al Procedimiento 1503.
-- El Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos, que sustituye a la Subcomisión de Promoción y Protección de los De-
rechos Humanos.
-- Los principios, los procedimientos y las modalidades que rigen el funcionamiento del nuevo mecanismo del Examen Perió-
dico Universal (EPU).
-- Los criterios para el continuo examen, la racionalización y el perfeccionamiento de los mandatos de los procedimientos
especiales (ACNUD, 2008, p. 75).

2.1 Los procedimientos utilizados por el Consejo de Derechos Humanos

El examen periódico universal (EPU) es un nuevo mecanismo de derechos humanos y la principal innovación del Consejo,
que busca prevenir el exceso de politización en sus decisiones. Con este mecanismo, el Consejo revisa periódicamente el cumpli-
miento por parte de cada uno de los 192 Estados miembros de las Naciones Unidas de sus respectivas obligaciones y compromi-
sos en el ámbito de los derechos humanos. De esta manera se evitaría la utilización de dobles estándares a la hora de seleccionar
a un país para el examen. El EPU es un mecanismo de cooperación basado en el dialogo interactivo con el Estado examinado.
Tiene por finalidad complementar, y no duplicar, la labor de los órganos creados en virtud de tratados. Asimismo, es un meca-
nismo de alcance universal, porque todos los Estados miembros de la ONU serán examinados. El EPU es un proceso de varias
etapas, que se desarrolla en un ciclo de cuatro años con la evaluación de 48 Estados por año: a) la elaboración de la información
en que se basan los exámenes, incluida la información que prepara el Estado sometido a examen (informes nacionales); b) la
compilación de la información de las Naciones Unidas que elabora la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos
y un resumen de las presentaciones de las partes interesadas, que también prepara la Oficina del Alto Comisionado para los Dere-
chos Humanos; c) el examen propiamente dicho, que tiene lugar en las reuniones del Grupo de Trabajo sobre el EPU, integrado
por los 47 Estados miembros del Consejo, que se reúne durante tres periodos de sesiones de dos semanas cada año; d) la consi-
deración y la aprobación de los documentos del resultado del examen del EPU por parte del Consejo en sus periodos ordinarios
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
66 UNIDAD IV
regionales

de sesiones; y e) el seguimiento de la aplicación del resultado del examen del EPU por parte de los Estados examinados. El
documento final del EPU debe constituir una evaluación objetiva y trasparente de la situación de los derechos humanos del
país examinado, incluidos los aspectos positivos y los desafíos a la protección, así como la divulgación de las mejores prácticas
del Estado y de los compromisos voluntariamente asumidos. El Estado evaluado participa plenamente en la elaboración del
documento final, tanto así que antes de su aprobación por el pleno del Consejo se le da al Estado la oportunidad de presentar
sus respuestas a posibles cuestiones que no hubieran sido suficientemente abordadas en el dialogo interactivo. La selección
de los países examinados obedece a un criterio de distribución geográfica y a una combinación entre Estados miembros y
Estados observadores del Consejo. El orden de evaluación se decide por sorteo entre los miembros de cada uno de los grupos
regionales. Los objetivos del EPU están dirigidos más a la asistencia técnica al Estado y a la identificación de los desafíos y las
dificultades para proteger los derechos humanos que a una actividad fiscalizadora (ACNUD, 2008, pp. 80-81).

Los problemas del EPU son básicamente cuatro, según Villán (2005):

I. En primer lugar, no se indica cómo se medirá el cumplimiento por los Estados de sus obligaciones en materia de
derechos humanos. Hubiera sido lógico que se indicara, al menos, que el examen se realizaría sobre la base de las
obligaciones dimanadas de la Carta de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
y de las obligaciones específicas contraídas por cada Estado mediante la ratificación de los tratados de derechos hu-
manos. Así se habría respetado una práctica bien consolidada en los trabajos de la Comisión de Derechos Humanos.

II. En segundo lugar, tampoco se precisa cómo se proporcionaría al Consejo de Derechos Humanos la «información ob-
jetiva y fidedigna» sobre la situación real en cada país. Por ejemplo, la Alta Comisionada ofreció en su plan de acción
que esa información sería proporcionada por su propia oficina, pero en el marco de un «informe temático mundial
anual sobre derechos humanos». Sería preferible que tal información estuviera contenida en un informe anual sobre
la situación de los derechos humanos en todos los Estados Miembros de la Organización, que fuera presentado ante
el Consejo de Derechos Humanos por una comisión de expertos independientes (quizás la misma Subcomisión), que
trabajara en estrecha coordinación con el sistema de relatores especiales y grupos de trabajo actualmente existente en
el marco de la Comisión de Derechos Humanos, así como con los órganos de protección establecidos en los tratados
internacionales de derechos humanos.

III. En tercer lugar, la resolución referida al EPU se limita a señalar que el examen será realizado «por los propios Estados
miembros del Consejo de Derechos Humanos», pero no concreta si lo harán en sesión pública (sometida al escrutinio
de los observadores acreditados, incluidas las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos) o privada.
Si en la práctica el Consejo de Derechos Humanos se inclinara por realizar ese examen crucial a puerta cerrada, el
procedimiento sería una mera repetición del tristemente célebre «Procedimiento 1503», que había sido establecido
por el ECOSOC en 1970 para «dialogar» a puerta cerrada con los Estados violadores de los derechos humanos, sin
ningún resultado efectivo.

IV. En cuarto lugar, el mecanismo diseñado insiste en que el examen se haria con la finalidad de identificar las nece-
sidades de cada Estado en relación con el fomento de su capacidad institucional, en vez de identificar el grado de
cumplimiento real de sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. Si así fuera, la comunidad
internacional estaría renunciando a un mecanismo de fiscalización internacional que ya había asumido la Comisión
de Derechos Humanos en su práctica, aunque imperfecta, a través del sistema de relatores geográficos y temáticos
(Villán, 2005, p. 6).

El Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos es un órgano subsidiario del Consejo y sustituye a la Subcomisión de
Promoción y Protección de los Derechos Humanos de la Comisión de Derechos Humanos. Actúa como grupo de reflexión del
Consejo, centrándose en un asesoramiento basado en estudios e investigaciones, según lo solicite el Consejo. El Comité Asesor
puede formular sugerencias al Consejo para mejorar su eficiencia de procedimiento y fomentar propuestas de nuevos estudios
dentro del ámbito de trabajo establecido por el Consejo. Está integrado por 18 expertos conforme a una distribución geográfica
proporcionada de los cinco grupos regionales. Los miembros ejercerán sus funciones en su capacidad individual, por un perio-
do de tres años, y podrán ser reelegidos una sola vez. Celebra dos periodos de sesiones anuales. Comparado con la Subcomisión,
el Comité tiene menos autonomía y menos miembros (ACNUD, 2008, p. 81).

El procedimiento de denuncia sirve para abordar los cuadros persistentes de violaciones manifiestas y probadas de los de-
rechos humanos que se produzcan en cualquier parte del mundo y bajo cualquier circunstancia. La base es el Procedimiento
1503 de la Comisión de Derechos Humanos, en el cual se hicieron algunas mejoras para asegurar un procedimiento de denun-
cia imparcial, objetivo, eficiente y orientado a la víctima. Una importante diferencia respecto al sistema anterior consiste en
la matización de los criterios de admisibilidad de las denuncias, que solían incluir requisitos que restringían excesivamente el
acceso al Procedimiento 1503. El procedimiento de denuncia se basa en comunicaciones recibidas de individuos, grupos u or-
ganizaciones que reclaman ser víctimas de violaciones de derechos humanos o que tienen conocimiento directo y fidedigno de
dichas violaciones. Este procedimiento se caracteriza por su confidencialidad. Se establecieron dos grupos de trabajo distintos
(el Grupo de Trabajo sobre Comunicaciones y el Grupo de Trabajo sobre Situaciones), que son responsables, respectivamente,
de examinar las comunicaciones y pasarlas al Grupo de Trabajo sobre Situaciones y de atraer la atención del Consejo sobre pa-
trones consistentes de violaciones graves y fehacientemente comprobadas de derechos humanos y libertades fundamentales.
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 67
Humanos y los tres sistemas regionales

Por procedimientos especiales se entiende los mecanismos que originariamente estableció la antigua Comisión de Derechos
Humanos y que asumió el Consejo, a fin de examinar, vigilar, asesorar e informar públicamente acerca de las situaciones de viola-
ciones de los derechos humanos en un país determinado o territorio (mandato por país) o sobre un fenómeno importante relativo
a las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo (mandatos temáticos). (ACNUD, 2008, p. 82)
Además, cabe mencionar los grupos de trabajo, como el Grupo de Trabajo sobre el Derecho al Desarrollo, el Foro Social, que
se reúne cada año durante de tres días para examinar de cerca determinadas cuestiones temáticas; y el Foro sobre Cuestiones de
las Minorías, que sirve de plataforma para fomentar el dialogo y la cooperación sobre cuestiones relativas a las personas pertene-
cientes a minorías nacionales, étnicas, religiosas o lingüísticas.

3 Diferencia entre la antigua Comisión y el Consejo de Derechos Humanos

El Consejo de Derechos Humanos se diferencia de la Comisión en varios sentidos:

a. El Consejo es un órgano subsidiario de la Asamblea General de la ONU y no del ECOSOC. La proximidad con la Asam-
blea General determina que los temas relacionados con los derechos humanos adquieran más repercusión, visibilidad y
legitimidad en la ONU, ya que todos los países miembros tienen asiento en la Asamblea.

b. Los 47 miembros del Consejo son elegidos por la Asamblea General, mediante un procedimiento de elección directa
y secreta, siendo necesaria la mayoría absoluta de los votos para que un Estado resulte elegido. Además, se han fijado
criterios para la elección de los miembros que son la contribución de los candidatos a la promoción y protección de los
derechos humanos, así como los compromisos asumidos por ellos. No obstante, la composición del Consejo tiene como
base una distribución geográfica.

c. Los miembros del Consejo no pueden ser elegidos en las elecciones siguientes después del segundo mandato consecu-
tivo, lo que evita la existencia de miembros permanentes. Además, se puede suspender a un miembro del Consejo si se
verifica que el Estado ha cometido graves y sistemáticas violaciones de los derechos umanos.

d. Con la reforma aplicada, el Consejo resulta semejante a un órgano permanente, en la medida en que se reúne regular-
mente durante el año, así como se prevé la posibilidad de sesiones extraordinarias con el objetivo de darle agilidad a su
funcionamiento en situaciones de una crisis inminente de derechos humanos o de circunstancias de particular grave-
dad. La Comisión solo se reunía en una sesión anual de una semana.

e. Para combatir la selectividad y el alto grado de politización, se adopta el mecanismo del EPU para evaluar el cumpli-
miento por parte del Estado de sus obligaciones y compromisos en materia de derechos humanos.

El objetivo era crear una institución que, si bien no repite integralmente la estructura de la antigua Comisión, tampoco
se diferencia de ella en muchos sentidos (Nowak, 2006, p. 16),
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
68 UNIDAD IV
regionales

TEMA Nº 2: El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos


En esta sección se enfocará el análisis del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos, su creación,
los instrumentos jurídicos marco como la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos, los órganos de control y las
funciones de estos últimos.

1 La Convención Interamericana sobre los Derechos Humanos

Durante la conferencia especializada interamericana sobre derechos humanos que se llevó a cabo en noviembre de 1969 en
San José de Costa Rica, los delegados de los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) redactaron
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida también como el Pacto de San José, debido a la ciudad donde se
firmó el 22 de noviembre de 1969. La Convención entró en vigor el 18 de julio de 1978, después del depósito del undécimo ins-
trumento de ratificación por un Estado miembro de la OEA. El Perú la ha ratificado el 7 de diciembre de 1978. Estados Unidos
todavía no la ha ratificado, pero la firmó en el 1977.

Este tratado de naturaleza regional es obligatorio para aquellos Estados que lo han ratificado y representa la culminación
de un proceso que se inició a finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando las naciones de América, reunidas en una cumbre
en México, decidieron que era necesaria la redacción y adopción de una declaración sobre derechos humanos en la región. Esta
Declaración tenía que ser un punto de partida para la adopción de un texto jurídicamente vinculante, o sea una Convención
sobre la materia. Así, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre fue aprobada por los Estados miembros
de la OEA en Bogotá en mayo de 1948. La Declaración Americana ha adquirido en el tiempo una importancia siempre más
grande en la interpretación de la Carta de la OEA. Se considera la interpretación más auténtica de los derechos establecidos en
la Carta de la OEA y, por ende, la obligatoriedad deriva automáticamente de la obligatoriedad de las normas de la Carta de la
OEA, independientemente del hecho que los Estados hayan o no ratificado la Convención Americana del 1969.

La Convención establece los cimientos constitucionales del Sistema Americano para la Protección de los Derechos Huma-
nos. Únicamente los Estados miembros de la OEA pueden formar parte de la Convención. Esta es un documento relativamen-
te extenso, consta de un preámbulo y 82 artículos, de los cuales más de 20 están dedicados a una enumeración de derechos
específicos. El documento se estructura en una parte sustantiva y otra orgánica. En la primera se fija un catálogo de derechos,
que incluyen entre otros el derecho a la vida, a la libertad personal, a la integridad personal, a la propiedad, a la nacionalidad
y a la igualdad ante la ley, así como la prohibición de la esclavitud y de la aplicación de leyes y penas con carácter retroactivo.
Además, se fijan en la parte sustantiva unas cláusulas sobre las obligaciones de los Estados federales y los deberes de los titulares
de derechos. La parte orgánica establece los órganos encargados de la protección y de la promoción de los derechos humanos
y los mecanismos de control. El catálogo de derechos de la Convención Americana difiere en algunos aspectos de los de otros
tratados generales de derechos humanos. Es posible que este sea el efecto de ser un catálogo de más reciente data. Además,
contiene formulaciones que responden a las tradiciones e idiosincrasia de los países miembros de la OEA (Medina y Nash, 2011,
p. 7).

La Convención incluye una amplia gama de derechos civiles y políticos, pero no garantiza de manera explícita los derechos
económicos, sociales y culturales. De todas formas, contiene un artículo en el cual los Estados parte se comprometen a fomentar
el cumplimiento progresivo de estos derechos (artículo 26). Después de grandes esfuerzos de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos para darle mayor relevancia a estos derechos, la OEA adoptó un Protocolo Adicional a la Convención sobre
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Protocolo de San Salvador, que entró en vigor el 26 de noviembre de 1999 (Me-
dina y Nash, 2011, p. 15).

El artículo 26 establece que «los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como me-
diante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de
los derechos que se derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles,
por vía legislativa u otros medios apropiados» (Véase la Convención Americana sobre Derechos Humanos). Tradicionalmente,
la tutela de estos derechos no ha figurado entre las prioridades del sistema, puesto que la atención de los órganos de protec-
ción durante las décadas pasadas estuvo centrada en las masivas y sistemáticas violaciones de derechos humanos ocurridas en el
marco de las dictaduras militares de los países latinoamericanos, que implicaban la violación de derechos civiles y políticos. Este
artículo 26 no reconoce directamente los derechos económicos, sociales y culturales, sino que hace una remisión a la Carta de
la OEA.

La doctrina en materia tiene dos posiciones extremas diferentes. Según algunos, esta no es una norma operativa, sino una
simple expresión de objetivos programáticos que no genera obligaciones vinculantes. El artículo 26 solo fija pautas de conducta
para los Estados en materia socioeconómica, pero no garantiza estos derechos; por lo tanto, la tutela directa de ellos en sede
jurisdiccional no sería posible. Según otros, esta norma incluye un catálogo completo de derechos sociales que los Estados no
tuvieron intención de incorporar en la Convención. Esa posición de la doctrina se basa en una interpretación extensiva del
principio pro homine. Como se establece en el propio artículo 26, esta norma no protege de manera directa los derechos socia-
les, sino remite a los derechos protegidos en la Carta de la OEA. Sin embargo, es claro que la norma denota la voluntad de los
Estados de reconocer obligaciones vinculantes en relación con los derechos económicos, sociales y culturales. Dicha disposición
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 69
Humanos y los tres sistemas regionales

se refiere a la adopción de providencias para lograr progresivamente la plena efectividad de estos derechos. El artículo 26, en tal
virtud, no apuntaría a la protección de los principios consagrados en la Carta de la OEA, sino a los derechos, como claramente
fue mencionado. Estas incertidumbres han sido resueltas por el protocolo adicional en materia de derechos económicos, socia-
les y culturales, adoptado en 1988 en San Salvador, que entró en vigor en noviembre de 1999. Este es el instrumento normativo
interamericano que aborda más la cuestión y constituye el texto jurídico más completo en cuanto a la regulación de los derechos
de segunda generación en el Sistema Interamericano. De todas formas, el protocolo mismo establece un sistema de protección
muy modesto, que solo obliga a los Estados parte a presentar informes periódicos ante la Comisión y restringe la presentación de
comunicaciones individuales ante la Comisión a los casos en los que se aleguen violaciones a los derechos a la educación y a la
libertad sindical, como lo establece el artículo 19 (Rossi y Abramovich, 2004, pp. 37-40).

El artículo 1 de la Convención establece dos importantes obligaciones para los Estados parte: respetar los derechos humanos
de todos los individuos sujetos a su jurisdicción y garantizar su ejercicio y goce. La obligación de respeto exige que el Estado y
sus agentes no violen los derechos humanos establecidos en la Convención. La obligación de garantía demanda que el Estado
emprenda las acciones necesarias para asegurar que todas las personas sujetas a su jurisdicción estén en condiciones de ejercerlos
y gozar de ellos. El deber de los Estados de respetar y garantizar los derechos humanos en ella consagrados se manifiesta respecto
de «toda persona que esté sujeta a su jurisdicción». Por «persona» se entiende «todo ser humano». La Convención deja afuera a
las personas jurídicas, aunque la Comisión haya aceptado casos donde la víctima era una persona jurídica.

En el artículo 2 se consagra la obligación del Estado de adoptar las medidas legislativas o de otro carácter que fueran necesa-
rias para hacer efectivos los derechos reconocidos en la Convención, si el ejercicio de estos derechos no estuviese ya garantizado
en el Estado por disposiciones legislativas o de otro carácter. Hay otra obligación para los Estados, que consiste en cooperar con
los órganos internacionales que los controlan, la que deriva de su calidad de partes del tratado respectivo y de la existencia del
principio de Derecho Internacional que obliga a los Estados a cumplir los tratados de buena fe. Además de estas garantías, la Con-
vención contiene varias disposiciones que autorizan, en determinadas circunstancias, restricciones o limitaciones en el disfrute de
tales derechos (Medina y Nash, 2011, pp. 8-13).

El artículo 27 establece una «cláusula derogatoria», que permite a los Gobiernos, «en tiempos de guerra, de peligro público
u otro tipo de emergencia que amenace la independencia o seguridad del Estado parte», suspender ciertas obligaciones asumidas
por ellos. Sin embargo, la misma disposición indica que el poder de suspensión es aplicable únicamente a ciertos derechos: no
está permitida la suspensión de derechos fundamentales, como el derecho a la vida, el derecho a la integridad personal, la libertad
de conciencia y de religión, el derecho al trato humano y la prohibición de aplicar leyes retroactivamente. En este caso, el Estado
tiene la obligación de informar de inmediato a los otros Estados Partes de la Convención Americana, por medio del Secretario
General de la OEA, sobre qué derechos suspende, las razones de tal suspensión y hasta qué fecha se extiende tal medida, la cuale
tiene que ser proporcional a las características de la situación.

La Convención contiene además una «cláusula federal» (artículo 28), según la cual, si un Estado miembro es un Estado fe-
deral, el gobierno central debe aplicar la Convención en los límites legislativos y jurídicos en los cuales ejerza su autoridad. Esta
cláusula permite a los Estados con un sistema federal no asumir obligaciones pactadas sobre materias en las cuales las autoridades
federales no ejercen competencia legislativa o judicial. Dicha disposición ha sido adicionada a propuesta de los Estados Unidos,
pero la Comisión Interamericana ha interpretado esta norma de manera flexible, estableciendo que no excluye al gobierno cen-
tral de la responsabilidad de ejercer las normas de la Convención en los Estados federales.

El artículo 29 se refiere a la interpretación de la Convención. Este articulo específica, entre otras cosas, que «ninguna dispo-
sición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de excluir otros derechos y garantías que son inherentes al
ser humano o que se derivan de la forma democrática representativa de Gobierno». Se dispone también que «ninguna disposición
de la Convención será interpretada en el sentido de: a. permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce
o ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella; b.
limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de
los Estados Partes o, de acuerdo con otra Convención, en que sea parte uno de dichos Estados; c. excluir otros derechos y garan-
tías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno; y d. excluir o limitar
el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes de Hombre y otros actos internacionales de la
misma naturaleza». Es obvio que esta norma podría tener consecuencias a largo plazo, con respecto a la interpretación de la Con-
vención y a las estipulaciones legales de carácter nacional. Los literales a) y b) del artículo contienen normas claras y de conocida
aplicación en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Los dos últimos literales, por el contrario, parecen contener
normas exclusivamente americanas y plantean cuestiones que deberán ser resueltas en el futuro (Medina y Nash, 2011, pp. 24).

La Convención Americana de Derechos Humanos está complementada por dos protocolos adicionales: el Protocolo sobre
Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Protocolo relativo a la Abolición de la Pena de Muerte. El Perú ha ratificado el
primero el 6 de abril de 1995 y aún no ha ratificado el segundo.

2 Los órganos para la promoción y protección de los derechos humanos: la Comisión y el


Consejo Interamericanos de Derechos Humanos

En el Artículo 33 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos se establecen los dos órganos de control del Sistema
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
70 UNIDAD IV
regionales

Regional Interamericano de Protección de los Derechos Humanos: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que
ya existía y venía incorporada en el sistema de la Convención Americana, y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En realidad, la Comisión nació antes de la entrada en vigor de la Convención, la cual solo englobó este órgano y creó la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

2.1 La Comisión Interamericana

La Comisión es un órgano principal y autónomo de la OEA, encargado de la promoción y protección de los derechos
humanos en el continente americano. La CIDH fue creada en 1959, en el curso de la quinta reunión de los ministros de Rela-
ciones Exteriores de los Estados miembros de la OEA en Santiago, y se reunió por primera vez en 1960. Ya en 1961 comenzó
a realizar visitas in loco para observar la situación general de los derechos humanos en un país o para investigar una situación
particular. Desde entonces ha realizados más de 92 visitas a más de 23 países miembros y ha publicado más de 60 informes
especiales sobre la situación en un país. La Comisión empezó su actividad como órgano de promoción de los derechos huma-
nos; en 1965, durante la segunda conferencia interamericana, que se llevó a cabo en Río de Janeiro, se decidió modificar el
Estatuto de la Comisión y ampliar sus funciones y poderes. Desde este momento la Comisión tenía que interesarse sobre todo
por los derechos establecidos en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y, además, tenía facultad de
examinar las comunicaciones, pedir a los Estados de la OEA informaciones pertinentes y hacer recomendaciones a los Estados,
siempre y cuando lo considere necesario.

La CIDH tiene su sede en Washington DC y está integrada por siete miembros, quienes son elegidos a título personal. Ellos
deberán ser «personas de alta autoridad moral y reconocida versación en materia de DDHH» y son elegidos por la Asamblea
General de la OEA de una lista de candidatos propuesta por los gobiernos de los Estados miembros de la organización. Cada
Estado puede proponer tres candidatos, que tienen que ser ciudadanos de uno de los países miembros de la OEA y por lo
menos uno no tiene que ser ciudadano del Estado que lo propone. No pueden ser miembros de la Comisión dos personas de
la misma nacionalidad durante el mismo mandato. Tienen mandato de cuatro años y pueden ser reelegidos una sola vez. Para
asegurar la independencia e imparcialidad del órgano, han sido adoptadas varias normas: los miembros no pueden dedicarse
a actividades incompatibles con su posición o que puedan influir sobre su imparcialidad e independencia. Además, según lo
establecido por el artículo 17, los miembros de la Comisión no pueden participar a la decisión de un asunto cuando son ciu-
dadanos o residentes permanentes del Estado objeto de discusión, cuando han actuado en calidad de representantes de ese
Estado en una misión especial o cuando hayan ya participado en una decisión relativa a los mismos hechos o hayan actuado
como consultores o asesores de una de las dos partes objeto de discusión (Medina y Nash, 2011, p. 25).

La Comisión se reúne al menos en dos periodos de sesiones al año por un máximo de ocho semanas y el número de sesio-
nes extraordinarias que se consideren necesarias. Las sesiones serán reservadas, a menos que no se decida el contrario, y las
decisiones se toman con la mayoría de los miembros presentes.

Las funciones de la Comisión son las siguientes:

• Estimular la conciencia de los derechos humanos en los pueblos de América (función promocional).
• Examinar peticiones individuales.
• Formular recomendaciones en caso en que lo estime conveniente a los gobiernos de los Estados miembros para
que adopten medidas progresivas a favor de los derechos humanos dentro de sus legislaciones internas y tomen
medidas apropiadas para fomentar la fiel observancia de esos derechos (función asesora); incluso puede dictar
medidas cautelares.
• Preparar los estudios o informes que considere convenientes en el desempeño de sus funciones en varios Estados
de la OEA, mediante misiones especiales.
• Encarecer a los Gobiernos de los Estados miembros que le proporcionen información sobre las medidas que adop-
ten en el orden de los derechos humanos.
• Servir de cuerpo consultivo a la OEA en materia de derechos humanos (función consultiva).
• Conocer de las violaciones de derechos humanos en los Estados parte (Zanghi, 2013, pp. 292-293).

La Comisión prepara informes sobre países de dos maneras:


I. Informes dedicados exclusivamente a un país. Esto es usualmente precedido por una visita al Estado de interés,
salvo que este no autorice a la CIDH la visita a su territorio.
II. Informes más breves, que se incorporan en el Informe Anual de la Comisión, los cuales pueden o no ser pre-
cedidos de una visita. La elaboración de informes constituyó la única tarea que la Comisión llevó a cabo en los
primeros años de su funcionamiento; incluso cuando adquirió competencia para conocer y resolver casos especí-
ficos, su labor central continuó siendo la preparación de informes. Esta fue la situación hasta 1990. Una vez que
un informe ha sido aprobado por la Comisión, se envía al gobierno del Estado interesado para que prepare las
observaciones que considere necesarias antes de la fecha límite establecida por la Comisión. Una vez recibidas las
observaciones, la Comisión debe examinarlas y decidir si modifica el informe o no, así como determinar la moda-
lidad de su publicación. Si el Estado interesado no presenta las observaciones pertinentes antes de la fecha límite,
la Comisión publicará el informe de todas formas. Una vez aprobada la publicación del informe, la Comisión lo
transmite a los Estados miembros y a la Asamblea General de la OEA.
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 71
Humanos y los tres sistemas regionales

Además, entre las atribuciones principales de la Comisión están las visitas in loco. Ellas han contribuido a dar visibilidad a la
Comisión en los países americanos, así como a fortalecer el impacto de su trabajo. Realiza las visitas una delegación de los miem-
bros de la Comisión, acompañados de los abogados que los apoyan, la que acuden a los diferentes países de la OEA y mantiene
reuniones con autoridades y miembros de la sociedad civil, además de trasladarse a diversas áreas del país para tomar conocimien-
to de la situación de los derechos humanos. Las visitas pueden tener diferentes propósitos. Pueden estar destinadas a estudiar la
situación general de los derechos humanos en el país o también es posible que se realicen para verificar la situación de un derecho
específico o una situación particular. Asimismo, la visita puede estar relacionada con la necesidad de obtener información respec-
to de una o más denuncias pendientes ante la Comisión.

Desde la década de 1990, la Comisión ha venido desarrollando también una serie de iniciativas de carácter temático, es decir
referidas a algún derecho o derechos en particular o a determinados grupos vulnerables. Este trabajo se ha venido desarrollando a
través de las relatorías temáticas y los grupos de trabajo que la Comisión ha creado en los últimos años. El Reglamento de 2009 re-
gula de manera más específica este mecanismo y establece la posibilidad de designar relatorías respecto de cada uno de los países
de la OEA, así como relatorías temáticas. Estas relatorías efectúan estudios, realizan visitas a países, efectúan un acompañamiento
de la tramitación de denuncias y de medidas cautelares y participan en la elaboración de algunos instrumentos internacionales.
Además, la CIDH realiza labores de promoción de derechos humanos a través de seminarios, publicaciones, pasantías y otros
medios, con las que se fomenta el conocimiento de los derechos humanos en general y del Sistema Interamericano de Protección
de los Derechos Humanos, así como la educación y concientización acerca de la necesidad de incorporar dichos derechos en el
orden jurídico interno de cada país. La Comisión es competente para recibir y procesar denuncias sobre casos específicos en los
cuales se alegan violaciones a los derechos humanos formuladas por cualquier persona, grupos de personas u ONG reconocidas
por cualquier Estado miembro de la OEA. También puede interponer denuncia un Estado contra otro, pero esto solo ha pasado
en una ocasión, cuando en 2006 Nicaragua presentó una denuncia en contra de Costa Rica. La Comisión recibe comunicaciones
tanto de violaciones de derechos establecidos por la Convención Americana cuanto de los incluidos en la Declaración (Zanghi,
2013, pp. 294-297).

2.2 La Corte Interamericana

La Corte es una institución judicial autónoma del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos y ha sido
establecida en 1969 por la Convención Americana. Su objetivo es la aplicación y la interpretación de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, pero tiene competencia también para implementar funciones en relación con la Carta de la OEA. La
Corte está compuesta por siete jueces y tiene sede en Costa Rica. Los jueces deben ser nacionales de los Estados miembros de la
OEA, pero no necesariamente de los Estados miembros de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Los jueces son
elegidos por los Estados parte de la Convención por mayoría absoluta de una lista formada por estos mismos Estados y que con-
tiene los nombres de juristas «de la más alta autoridad moral, de reconocida competencia en materia de DDHH, que reúnan las
condiciones requeridas para el ejercicio de las más elevadas funciones judiciales conforme a la ley del país del cual sean nacionales
o del Estado que los proponga como candidatos». (Art. 4, Estatuto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos). No puede
haber dos jueces de la misma nacionalidad y la duración del cargo es de seis años, con la posibilidad de ser reelegidos solo una
vez. En el Reglamento aprobado por la Corte en 2009 se establece que los jueces no podrán participar en el conocimiento y deli-
beración de una petición individual sometida a la Corte cuando sean nacionales del Estado demandado. Asimismo, se prohíbe a
los jueces participar en asuntos en que ellos o sus parientes tuvieran interés directo o hubieran intervenido anteriormente como
agentes, consejeros o abogados, o como miembros de un tribunal nacional o internacional, o de una comisión investigadora, o en
cualquier otra calidad, a juicio de la Corte. Además, se establece la presencia de jueces ad hoc y jueces ad interim. Normalmente
la Corte celebra cuatro periodos de sesiones al año, de dos semanas cada uno. Las sesiones extraordinarias son convocadas por la
Presidencia, ya sea por propia iniciativa o por solicitud de la mayoría de los jueces. Las audiencias de la Corte son públicas, pero
las deliberaciones se realizan en privado. El quorum para las deliberaciones es de cinco jueces y se decide por mayoría. En caso
de empate, decide el voto del Presidente.

Son funciones de la Corte:

-- Resolver los casos contenciosos sobre una presunta violación a la Convención Americana de los Derechos Humanos por
un Estado parte. Se refiere básicamente a la resolución de conflictos (función contenciosa) y a la adopción de medidas
previsionales.
-- Emitir opiniones consultivas en los casos señalados en el art. 64 de la Convención (Medina & Nash, 2011, pp. 26-27).

La función contenciosa de la Corte se ejerce en la resolución de casos en los que se alegue que uno de los Estados parte ha
violado la Convención. De acuerdo con esta, la Corte puede conocer casos que sean presentados por la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos o por un Estado parte. El individuo no tiene la facultad de llevar un caso a la Corte directamente, sino que
debe pasar por la Comisión. No obstante, cualquier persona, grupo de personas u organizaciones no gubernamentales legalmente
reconocidas en uno de los Estados miembros de la OEA puede presentar a la Comisión peticiones que contengan denuncias o
quejas de violación de la Convención por un Estado Parte. La competencia contenciosa de la Corte es obligatoria para aquellos
Estados que han hecho una declaración en ese sentido, como el Perú. Si el Estado no hubiera aceptado la jurisdicción de la
Corte, el caso solo será presentado ante la Comisión Interamericana. Los otros Estados parte pueden también aceptar la función
contenciosa de la Corte por un caso específico (ad hoc). Además, la Corte puede tomar las medidas previsionales que considere
pertinentes en casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar daños irreparables a las personas. Para
que un caso llegue a la Corte, es necesario que se hayan completados todas las etapas del procedimiento ante la Comisión.
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
72 UNIDAD IV
regionales

La función consultiva se cumple cuando los Estados miembros y los órganos de la OEA consultan a la Corte acerca de la
interpretación de la Convención o de otros tratados en lo relativo a la protección de los derechos humanos en los Estados ame-
ricanos. Esta competencia también faculta la Corte a emitir opiniones, a solicitud de un Estado, acerca de la compatibilidad
entre cualquiera de sus leyes internas y la Convención u otros tratados sobre derechos humanos. Los órganos de la OEA que
pueden pedir la opinión de la Corte son la Comisión y la Asamblea General. Esta competencia es muy amplia, porque no se
limita al contenido de la Convención, sino se extiende a otros tratados relacionados con temas de derechos humanos en los
Estados americanos.

La Convención Americana también establece la posibilidad de que la Corte pueda decidir acerca de la adopción de me-
didas previsionales necesarias en relación con un caso examinado de gran gravedad y urgencia. Estas medidas pueden ser
aprobadas por el Presidente y solo en contra de Estados miembros de la Convención que hayan aceptados la jurisdicción de la
Corte. Esto permite dar protección contra violaciones de derechos humanos antes de que se pronuncie una sentencia (Zanghi,
2013, pp. 305-309).
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 73
Humanos y los tres sistemas regionales

LECTURA SELECCIONADA Nº 1
Villán, D. C. (2006). Luces y sombras del nuevo Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Eikasia. Revista de Filoso-
fía, 40, pp. 1-9. Disponible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1960948

ACTIVIDAD FORMATIVA Nº 4
Cuestionario on-line

Tarea: Los estudiantes acceden al cuestionario en el aula virtual, leen detenidamente las preguntas del cuestionario y eligen la
opción de respuesta que consideren pertinente. Son diez preguntas. El valor de cada respuesta correcta es de dos puntos y el de
cada respuesta incorrecta es de cero puntos. La nota máxima es de 20/20.
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
74 UNIDAD IV
regionales

TEMA 1: El Sistema Europeo de Protección de los Derechos Humanos



En esta sección de la Unidad IV, continuando el análisis de los sistemas regionales de protección de los derechos humanos,
se examinarán los sistemas europeos y africanos de protección, sus respectivos instrumentos marcos y los correspondientes ór-
ganos de control y vigilancia.

1 La Convención Europea de Derechos Humanos (CEDH)

El Sistema Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, que se desarrolló en el ámbito del Consejo de Europa, es
el sistema regional más antiguo y el que ha alcanzado mayor grado de evolución y de perfección en el curso de los años, debido
a los fuertes estándares de derechos humanos establecidos en dicho continente y la homogeneidad política de los Estados euro-
peos. El sistema nació en 1950, con la aprobación del Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH), y hoy se considera el
más importante sistema regional de protección de los derechos humanos en el mundo.

La Convención Europea para los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, conocido simplemente como el Conve-
nio Europeo de Derechos Humanos, se firmó en Roma el 4 de noviembre de 1950, bajo los auspicios del Consejo de Europa, y
entró en vigor el 3 de setiembre de 1953. Solo los Estados miembros del Consejo de Europa pueden convertirse en miembros
del Convenio Europeo de Derechos Humanos. La ratificación del Convenio Europeo de Derechos Humanos de 1950 es requi-
sito indispensable para integrar el bloque regional de la Unión Europea. Tiene por objeto proteger los derechos humanos y las
libertades fundamentales de las personas sometidas a la jurisdicción de los Estados miembros, y permite un control judicial del
respeto de dichos derechos individuales. Este instrumento se inspira expresamente en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y precisa algunos de sus principios. El preámbulo de la CEDH se refiere tres veces a dicha declaración universal y
configura a ese instrumento europeo como testimonio de la resolución de los Estados miembros del Consejo de Europa para
«tomar las primeras medidas para asegurar la garantía colectiva de alguno de los derechos enunciados en la Declaración» (Véase
el preámbulo de la Convención Europea de Derechos Humanos) (Carrillo, 2004, p. 99).

La CEDH fundó un sistema original de protección internacional de los derechos humanos, en virtud del cual los individuos
adquirieron el beneficio de un control judicial de sus derechos. El CEDH es un instrumento destinado a la protección de los
derechos civiles y políticos. Por su parte, los derechos de carácter socioeconómico tuvieron que esperar hasta 1961, año en el
que se adoptó la Carta Social Europea.

A continuación, se procede a analizar la estructura del tratado a través de la inspección de sus principios inspiradores y de
los derechos humanos protegidos:

-- Los artículos del 1 al 18 constituyen un listado de los derechos civiles y políticos garantizados en la Convención.
-- Los artículos del 19 al 51 enumeran los mecanismos de trabajo del Tribunal y la Comisión Europea.
-- Los artículos del 52 al 59 regulan otras cuestiones relacionadas con el Convenio.

El preámbulo del CEDH indica que «el mantenimiento y la realización de los derechos humanos y las libertades fundamen-
tales […] son la fundación de la justicia y la paz en el mundo y que se mantienen de mejor forma por una democracia política
efectiva y por una comprensión común y la observancia de los derechos humanos sobre los cuales dependen».

En cuanto a los derechos protegidos, el Convenio protege varios derechos civiles y políticos, a saber:
-- Derecho a la vida, la libertad y la seguridad.
-- Respeto de la vida privada y familiar.
-- Libertad de expresión.
-- Libertad de pensamiento, conciencia y religión.
-- Derecho a votar en las elecciones y a presentarse como candidato en las elecciones.
-- Derecho a un juicio justo en asuntos civiles y penales.
-- Derecho de propiedad y al goce pacifico de los bienes.

Asimismo, prohíbe:
-- La tortura o los tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes.
-- La esclavitud y el trabajo forzado.
-- La detención arbitraria e ilegal.
-- La discriminación en el disfrute de los derechos y libertades garantizados por el Convenio.
-- La deportación de los propios ciudadanos de un Estado o la denegación del acceso a su territorio.
-- La pena de muerte.
-- La deportación colectiva de extranjeros.

-- El artículo 2, que garantiza el derecho a la vida, impone una serie de obligaciones a los Estado, a saber:
1. La obligación de abstenerse de privar intencionadamente de su vida a una persona.
2. La obligación de tomar las medidas necesarias para proteger la vida humana. Esto conlleva establecer leyes y sanciones
penales con el fin de disuadir a las personas de que causen perjuicio a otras, y llevar a cabo investigaciones detalladas
de las muertes.
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 75
Humanos y los tres sistemas regionales

Este derecho, en la práctica, incluye la protección de los reclusos, así como la protección contra los peligros ambientales.

-- El artículo 3 establece la prohibición de la tortura, de modo tal que los Estados tienen la obligación de adoptar medidas pre-
ventivas, tales como leyes que establezcan que el trato que contravenga lo estipulado en el artículo 3 es un delito, y la realiza-
ción de investigaciones detalladas de toda alegación de tortura o de malos tratos. En la práctica, se aplica a la violencia policial
durante los interrogatorios, a la extradición y a la deportación.

Según el artículo 15, el Convenio puede ser temporalmente suspendido en todo o parte del territorio, en su totalidad o en
relación con normas específicas. Esto solo podría ocurrir en caso de guerra u otro peligro público que amenace la vida del Estado.
No se autoriza la suspensión de los artículos 2, 3, 4 (párrafo 1) y 7; la situación que se genere será examinada por la Comisión del
Consejo de Europa. Resulta así que los derechos a no ser privado arbitrariamente de la vida, el derecho a no ser sometido a tortura
ni a penas o tratos inhumanos o degradantes, el derecho a no ser sometido a esclavitud o a servidumbre, y el derecho a que la ley
penal no tenga efectos retroactivos, son derechos absolutos, que no admiten derogación (Carrllo, 2004, p. 103).

El texto original del Convenio incluía dos disposiciones cuya aceptación era de carácter facultativo, dado que se requería una
declaración explicita del Estado parte: el artículo 25, relativo a la comunicación individual y el artículo 46, referido a la competen-
cia obligatoria del Tribunal. En cuanto al artículo 25, históricamente los Estados han rechazado la idea de estar bajo el examen de
una instancia internacional promovido por un individuo y no por otro sujeto de derecho internacional. Respecto del artículo 46,
se pueden referir las mismas razones. Estas disposiciones eran de carácter facultativo porque haber propuesto su obligatoriedad
habría complicado la ratificación y entrada en vigor del Convenio. (Zanghi, 2013, p. 176)

El artículo 56 establece que cada Estado puede declarar la aplicación del Convenio en todos o en algunos de los territorios
cuyas relaciones internacionales garantiza. De este modo, el Convenio se aplica en los Estados miembros del Consejo de Europa,
así como en los territorios a los cuales se extiende a través del artículo 56 y además para las actividades implementadas por órganos
y agentes del Estado, cualquiera sea el territorio en el que se implementen.

El artículo 58 señala que un Estado puede denunciar el Convenio después de que hayan pasado cinco años de su entrada en
vigor y menciona que, con tal propósito, tiene que avisar a los demás Estados parte con seis meses de adelanto. La denuncia pue-
de tener varios efectos, pero de todas formas no exonera al Estado de las obligaciones que derivan del Convenio por violaciones
anteriores a la fecha en que presentó la denuncia.

El Convenio, ratificado por todos los Estados miembros de la Unión, instauró dos organismos de control situados en Estras-
burgo:

La Comisión Europea de los Derechos Humanos, encargada de estudiar de antemano las demandas presentadas por Estados o,
eventualmente, personas. A continuación, la Comisión se pronunciaba acerca de la admisibilidad de la demanda y se encargaba de
establecer los hechos y, en el caso de que la demanda fuera admisible, intentaba un acuerdo amistoso entre las partes para evitar
un pronunciamiento sobre el fondo y solucionar de forma más rápida el conflicto. El contenido del acuerdo era supervisado por
la Comisión para evitar que las partes pudieran resultar perjudicadas e, incluso, podía decidir no aceptarlo y seguir adelante con
el examen del caso, si consideraba que era de interés para la defensa de los derechos humanos y requería un examen del fondo.
En caso de no conseguir dicho acuerdo, la Comisión emitía una decisión, en la que se pronunciaba acerca de la existencia o no
de vulneración de una de las disposiciones del Convenio, la que era transmitida al Comité de Ministros. Este órgano siguió funcio-
nando un año después de la entrada en vigor del Protocolo 11 y se extinguió el 31 de octubre de 1999.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al que, en caso de solución judicial, acudían la Comisión o los Estados miembros
después del informe de la Comisión. El individuo no podía acudir directamente al Tribunal. Este Tribunal era el órgano encarga-
do de pronunciarse por medio de una sentencia definitiva y de carácter declarativo, sobre los casos que le fueran elevados por la
Comisión, por el Estado demandado o por el Estado del cual el demandante fuera nacional. Para decidir el caso, contaba con la
decisión de la Comisión, que no lo vinculaba, en la que quedaban establecidos los hechos y el parecer de la Comisión acerca de la
existencia o no de vulneraciones de los derechos invocados. El Tribunal se extinguió al mismo tiempo que la Comisión (Ruiloba,
2006).

Dos organismos han sido tomados de la estructura del Consejo de Europa, a saber: el Secretario General del Consejo de Europa y
el Comité de Ministros del Consejo de Europa.

El Comité de Ministros del Consejo de Europa desempeña dos funciones:

I. La función de guardián del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, controlando la implementación de las decisiones del
Tribunal.
II. Una función de naturaleza jurisdiccional, que permitía concluir el procedimiento empezado ante la Comisión en el caso de
no intervención del Tribunal sobre el asunto. De esta manera, la competencia del Comité de Ministros era alternativa res-
pecto a la del Tribunal en el caso de que este último no fuera consultado por libre elección de las partes o porque el Estado
interesado no hubiera aceptado su jurisdicción. Esta función estaba en oposición a la naturaleza política del órgano, que está
compuesto por representantes de los Estados parte; por lo tanto, este órgano se limitaba a dar soluciones políticas al asunto.
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
76 UNIDAD IV
regionales

El Secretario General del Consejo de Europa era el organismo que recibe las demandas individuales e interestatales antes de que
la Comisión los examinara. Esta función ya no se implementa porque hoy las demandas se presentan directamente a la Cancille-
ría del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Además, el Secretario General puede pedir a los Estados parte del Convenio
información acerca de cómo el Derecho Interno asegura la implementación de las normas del Convenio Europeo de Derechos
Humanos (Zanghi, 2013, pp. 202-204).

El CEDH ha sido ampliado a través de una serie de protocolos, que se clasifican en protocolos adicionales, signados con los
números 1, 4, 6, 7 y 12; y protocolos procedimentales, es decir, los números 10, 11 y 14. Mientras que los protocolos adicionales
han añadido el reconocimiento de otros derechos y libertades al listado inicial o han mejorado las garantías de control estable-
cidas, los protocolos procedimentales modifican los procedimientos y los mecanismos de control del Sistema Regional Europeo
de Protección de los Derechos Humanos. Los protocolos procedimentales requieren la ratificación de todos los Estados Parte
porque modifican las normas del Convenio, mientras que los protocolos adicionales entran en vigor a través de un proceso de
ratificación que debe alcanzar las diez ratificaciones. Se aprecia de lo anterior que el Convenio es un instrumento vivo, capaz de
adaptarse a los cambios de la sociedad.

El Protocolo 1 entró en vigor en 1954 y reconoce derechos adicionales, como la protección de la propiedad, el derecho a la
instrucción y el derecho a elecciones libres. El Protocolo 2, aprobado el 6 de mayo de 1963, entró en vigor el 21 de septiembre
de 1970 y es uno de los denominados protocolos de enmienda, pues tiene por fin modificar el texto del Convenio en lo relativo
a los procedimientos de control de su cumplimiento. Por tal motivo, debió ser ratificado por todos sus Estados signatarios para
que pudiera entrar en vigor. Tuvo por objeto posibilitar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos pudiese emitir opi-
niones consultivas acerca de cuestiones jurídicas relativas a la interpretación del Convenio y de sus protocolos, a requerimiento
del Comité de Ministros del Consejo de Europa. El Protocolo 2 ya no está en vigor porque ha sido incluido en el artículo 47 del
texto reformado del Convenio, que entró en vigor el 1 de enero de 1999. Sus disposiciones fueron sustituidas por el Protocolo
11, que supuso una reforma en profundidad del Convenio.

El Protocolo 3 y el Protocolo 5 modifican algunos artículos del CEDH. El protocolo 3, que entró en vigor en 1970, modifica
los artículos 29, 30 y 34 del Convenio, que establecían una subcomisión que hoy ya no existe y mantiene únicamente un carácter
histórico. El Protocolo n.º 5, que entró en vigor en 1971, modifica los artículos 22 y 40 del Convenio, que se refieren a la reno-
vación parcial de los miembros de la Comisión y de los jueces del Tribunal. Tampoco está en vigor porque ha sido incluido en
el nuevo texto del Convenio.

El Protocolo 4, que entró en vigor en 1968, reconoce ciertos derechos y libertades adicionales, como la prohibición de
prisión por deuda, la libertad de circulación, la prohibición de la expulsión de los nacionales del territorio del Estado del cual
son ciudadanos y la prohibición de expulsión colectiva de extranjeros.

El Protocolo 6 se refiere a la abolición de la pena de muerte. La pena de muerte permanece legal solo en caso de guerra o
de peligro fundado de guerra.

El Protocolo 7, que entró en vigor en 1988, establece garantías de procedimiento en el caso de expulsión de extranjeros,
reconoce el derecho a un doble grado de jurisdicción en materia penal, determina el derecho a indemnización en caso de error
judicial, señala el derecho a no ser juzgado dos veces por el mismo delito (principio del ne bis in ídem) e instituye la igualdad
entre cónyuges en la relación y frente a los hijos.

El Protocolo 8, que entró en vigor en 1990, es relativo al mejoramiento y la agilidad de los procedimientos de la Comisión
Europea de Derechos Humanos, a través de la creación de un sistema de secciones; ya no está en vigor y conserva un carácter
histórico porque la Comisión ya no existe.

El Protocolo 9 establece el derecho de los individuos, grupos de individuos y ONG a presentar casos ante el Tribunal. Fue
abrogado por el Protocolo 11.

El Protocolo 10, firmado en 1992, nunca entró en vigor y su contenido fue superado por la entrada en vigor del Protocolo
11. Este protocolo establecía la regla de la mayoría simple para las decisiones del Comité de los Ministros.

El Protocolo 11, que entró en vigor el 1 de noviembre 1998, revisó en profundidad el texto de la Convención con el fin de
modificar el procedimiento de protección de los derechos. Suprimió la Comisión Europea de los Derechos Humanos y reformó
el Tribunal, permitiendo que los individuos presentaran demandas directamente ante él. Uno de los principales objetivos de este
protocolo ha sido eliminar las cláusulas facultativas, volviendo obligatoria la jurisdicción del Tribunal, así como la aceptación de
demandas individuales.

El Protocolo 12, que entró en vigor en abril de 2005, establece la prohibición de la discriminación y se aplica a la discrimi-
nación por motivo de orientación sexual, de origen y de ascendencia. El objetivo de este protocolo es garantizar la aplicación
generalizada del principio de no discriminación.

El Protocolo 13 extiende la abolición de la pena de muerte y la prohíbe en cualquier circunstancia, incluso en tiempos de
guerra.
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 77
Humanos y los tres sistemas regionales

El Protocolo N.º 14, que entró en vigor en junio 2010, completa los mecanismos de control del Convenio. Asimismo, hace
más eficiente el Sistema Europeo de Protección de Derechos Humanos. Ha sido ampliado por el Acuerdo de Madrid, en mayo de
2009, e incluye modificaciones relativas a la composición del Tribunal, al procedimiento de examen de las comunicaciones y a un
nuevo criterio de admisibilidad de las demandas (Carrillo, 2004, p. 107-110).

El número cada vez mayor de causas por instruir obligó a reformar el mecanismo de control instaurado por el Convenio, de
modo que el 1 de noviembre de 1998 se sustituyeron dichos organismos por un único Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La simplificación de las estructuras, que se produjo con la entrada en vigor del Protocolo 11, prevé la supresión de la Comisión y
permitió acortar la duración de los procedimientos, así como reforzar el carácter judicial del sistema. De esta manera, el Convenio
Europeo de Derechos Humanos ha instaurado el sistema de control y de supervisión de los derechos humanos más evolucionado
que existe hasta la actualidad, con un órgano de naturaleza jurisdiccional, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en
Estrasburgo, como auténtico árbitro del sistema. El Protocolo 11 aumentó enormemente la eficiencia del Sistema Europeo, pero
lamentablemente, debido al aumento exponencial de casos, no fue suficiente como para poner término al retraso del Tribunal.

Por otra parte, el Consejo de Europa logró consensuar una solución que daría mayor eficiencia al Tribunal: el Protocolo 14.
Las reformas introducidas por dicho protocolo fueron diversas. Entre ellas, se modificó la duración de los jueces en el cargo y
se otorgaron más facultades al Comité de Ministros en materia de supervisión de sentencias. El Protocolo 14, le otorgó a jueces
únicos, la potestad de declarar inadmisibles aquellas demandas que lo fueran claramente (en la actualidad, esto requiere de tres
jueces). Si este juez tiene dudas acerca de la admisibilidad de una de estas demandas, deberá enviarla a un comité. También se
permitió que casos repetitivos fuesen decididos por un comité en vez de por una sala. Los casos repetitivos son aquellos en que
la jurisprudencia del Tribunal está ya bien asentada; por ejemplo, aquellos referidos a reclamos por la demora en la tramitación
de los procesos civiles, que constituyen más de un cuarto de los analizados por el Tribunal. Por último, probablemente la mo-
dificación más controversial fue la creación de una nueva causal de inadmisibilidad: el demandante debe haber sufrido algún
perjuicio importante. Esto implica que la demanda puede ser desechada no obstante haber existido una violación de los derechos
fundamentales. Durante varios años el Sistema Europeo de Protección de los Derechos Humanos había experimentado una carga
de trabajo que le impedía mantenerse al día, motivo por el que se requería de una reforma urgente. Esta se materializó con el
Protocolo 14, recientemente en funcionamiento, que si bien no resolverá todos los problemas del Tribunal, no deja de ser un
avance. Probablemente en un futuro cercano será necesario implementar nuevas modificaciones al Sistema Europeo —algunas de
las cuales ya se están planeando—, puesto que el Protocolo 14 no introduce reformas enfocadas a atacar las causas más profundas
del atraso del Tribunal, sino que solo busca darle una mayor eficiencia (Díaz, 2010, pp. 613 – 615)

2 La Carta Social Europea

Con el trascurso de los años, el Consejo de Europa ha elaborado otros textos basados en los derechos humanos, como por
ejemplo la Carta Social Europea de 1961 y su Protocolo Adicional de 1988, que garantizan una serie de derechos sociales, econó-
micos y culturales, referidos al empleo, a la protección contra la pobreza y la exclusión social, y al derecho a una vivienda decente,
los cuales no habían sido considerado en el proceso de redacción del Convenio Europeo de Derechos Humanos. La Carta fue
firmada en Turín el 18 de octubre de 1961 y entró en vigor el 26 febrero de 1965. La Carta ha sido modificada en el curso de los
años y adoptada de nuevo el 3 de mayo de 1996.

La Carta se estructura en un preámbulo, cinco partes y un anexo:

I. El preámbulo define los propósitos que este instrumento quiere alcanzar, tales como el disfrute de los derechos sociales sin
discriminación, la mejora del nivel de vida y la promoción del bienestar de la población de los Estados contratantes.
II. Se evidencia el carácter jurídico y obligatorio de la Carta, en la que se enumeran los derechos reconocidos.
III. Figuran los derechos y principios recogidos en la Carta, como el derecho al trabajo (art. 1), a organizarse para la defensa
de intereses económicos y sociales (art. 5), a la negociación colectiva (art. 6), los derechos de los niños y adolescentes a una
protección social, jurídica y económica (art. 7), el derecho a la protección de la salud (art. 11), la seguridad social (art. 12), la
asistencia social y médica (art. 13), la protección social, jurídica y económica de la familia (art. 16), y la protección y asistencia
por parte de los trabajadores migrantes y sus familias (art. 19).
IV. El principio de aceptación parcial de la Carta, por el cual cada una de las partes contrayentes se considera obligada al menos
por siete de los nueve artículos, que se refieren al derecho del trabajo, derecho sindical, derecho de negociación colectiva,
derecho a la seguridad social, derecho a la asistencia social y médica, derecho de la familia a una protección social, jurídica
y económica, derecho de los trabajadores emigrantes y de sus familias a la protección y a la asistencia, e igualdad de trato sin
discriminación de sexo. Por lo tanto, se puede afirmar de la Carta derivan obligaciones muy diferentes por cada Estado, que
de todas formas tienen que obligarse a un número mínimo de los 31 derechos establecidos en ella. El número total de las
normas a las que el Estado debe estar vinculado no puede ser inferior a 16 artículos o 63 párrafos. Los Estados en el tiempo
pueden siempre comprometerse a más artículos, pero la Carta no admite la posibilidad de retirar la declaración de aceptación
de los derechos.
V. Procedimiento de supervisión y control (Comité de Expertos Independientes, Comité Gubernamental de la Carta Social Eu-
ropea, la Asamblea Parlamentaria, el Comité de Ministros).
VI. Cláusulas relativas a la firma, la adhesión y la ratificación de la Carta.
VII. El Anexo, que contiene la interpretación que hay que dar a ciertas disposiciones y ofrece una definición del alcance de este
instrumento con respecto a las personas protegidas (Bonet y Bondia, 2004, pp. 454-458).
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
78 UNIDAD IV
regionales

La Carta Social Europea recoge los principales derechos de carácter económico y social y, a diferencia de lo que ocurre en
el Convenio Europeo de Derechos Humanos, no establece un sistema judicial de control del cumplimiento por parte de los Es-
tados de sus principales disposiciones. El sistema de control utiliza dos procedimientos: la presentación de informes y el sistema
de las demandas colectivas, introducido por el tercer Protocolo a la Carta, que entró en vigor en 1995.

El sistema de control de los informes se basa en que los Estados tienen que presentar informes sobre cómo están llevando
a cabo las disposiciones de la Carta. Tras el examen de cada informe por el Comité de Expertos Independientes, este envía sus
conclusiones al Comité Social del Consejo de Europa, el cual las revisa y presenta sus propias conclusiones ante la Asamblea
Parlamentaria y el Comité de Ministros del Consejo de Europa. Este último es el que formula las recomendaciones a cada Estado
parte.

En cuanto al mecanismo de las demandas colectiva, a través de este mecanismo algunos sujetos, tales como organizaciones
internacionales no gubernamentales con estatuto consultivo ante el Consejo de Europa y organizaciones nacionales que repre-
sentan a los empleadores y empleados, pueden presentar demandas escritas al Secretario General del Consejo de Europa, que
las transmite al Comité de Expertos Independientes, el cual a su vez designa un Relator para examinar la demanda (PRODE-
CON, 2014, pp. 8-9).

Este mecanismo de control establecido por la Carta Social Europea es extremademente débil y brinda un grado muy bajo
de control de aplicación por parte de los Estados Parte. Por lo tanto, en los últimos años se propuso la adopción de un Protocolo
Facultativo al CEDH relativo a la protección de los derechos económicos, sociales y culturales, a efectos de equiparar esos dere-
chos a los de primera generación, garantizados en la CEDH. De esta manera se establecería una judicialización de los derechos
de segunda generación a la par con los derechos civiles y políticos.

3 El órgano para la protección y promoción de los derechos humanos: el Tribunal Eu-


ropeo de Derechos Humanos

La CEDH estableció un sistema compuesto inicialmente por una Comisión Europea de Derechos Humanos y un Tribunal
Europeo de Derechos Humanos. Sin embargo, con la entrada en vigor del Protocolo Adicional 11, la Comisión y el Tribunal
Europeas se fusionaron, el 11 de Noviembre de 1998, quedando como único órgano, el denominado Tribunal Europeo de De-
rechos Humanos, con sede en Estrasburgo (Francia), al cual hoy en día y a diferencia de lo que ocurre en el Sistema Interameri-
cano, pueden recurrir directamente las víctimas que alegan violación de los derechos consagrados al amparo de la Convención
Europea de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales (Amado, 2007, p. 2).

Será competencia del Tribunal examinar:


-- Los informes que, a requerimiento del Secretario General del Consejo de Europa, todo Estado miembro deberá suminis-
trar, dando las explicaciones pertinentes sobre la manera en que su Derecho interno asegura la aplicación efectiva de las
disposiciones del Convenio. Se trata de un mecanismo de escasa relevancia.
-- Las demandas estatales, establecidas por el artículo 33 del Convenio Europeo de Derechos Humanos: cuando un Estado
ha incumplido algún aspecto del Convenio, todo Estado contratante tiene derecho a dirigirse al Tribunal. Estas demandas
no son numerosas, no tienen el objetivo de resolver una controversia existente entre los Estados, sino promover el control
de un organismo internacional de una situación. En la práctica, los Estados han utilizado este mecanismo como elemento
complementario respecto de una situación de tensión política existente.
-- Las demandas individuales, establecidas por el artículo 34 del Convenio: cuando un particular es víctima de una violación
por obra de un Estado parte de un derecho garantizado en el Convenio. Este derecho se reconoce tanto a personas físicas
como jurídicas (organizaciones no gubernamentales, grupo de particulares, etc.). El derecho a un recurso individual se
hizo obligatorio para los Estados con la entrada en vigor del Protocolo 11, de 1998. La competencia del Tribunal tiene un
carácter subsidiario en relación con la competencia de las jurisdicciones nacionales.
-- Solicitudes de opiniones consultivas: a partir del Protocolo 2, de 1970, el Tribunal puede, si así lo solicita el Comité de Mi-
nistros, manifestar opiniones consultivas sobre cuestiones jurídicas que se refieran a la interpretación del Convenio y de sus
protocolos. Esta competencia se atribuye al Tribunal en la composición de la Gran Sala. A pesar de que esta competencia
existe desde 1970, el Tribunal nunca ha expresado su opinión porque la norma está redactada de manera muy estricta:
solo el Comité de Ministros puede solicitar esa opinión, la cual únicamente puede versar sobre temas relacionados con la
interpretación del Convenio Europeo de Derechos Humanos y sus protocolos, y en modo alguno referirse a los derechos
fundamentales contenidos en dicho convenio y en sus protocolos, así como respecto de otras cuestiones sobre las cuales
el Tribunal podría pronunciarse en cuanto se le presente una demanda. La preocupación latente es que la competencia
consultiva pueda influir de manera negativa sobre la competencia contenciosa.
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 79
Humanos y los tres sistemas regionales

TEMA 2: El Sistema Africano de Protección de los Derechos Humanos



En esta sección de la Unidad IV se revisará el último de los sistemas regionales de protección de los derechos humanos, a sa-
ber, el sistema africano. Hablaremos de su origen, de los instrumentos marco de protección de los derechos humanos en la región
africana y de los correspondientes organismos de control.

1 La Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos

Si tenemos que examinar el desarrollo de los derechos humanos en África desde una perspectiva de los resultados jurídicos
alcanzados, esto es, una medición basada en convenciones y declaraciones, el análisis sería muy breve, considerando que esta
región es relativamente joven y solo tiene pocas décadas de vida independiente. Un primer aspecto relevante de esta región es el
sentimiento comunitario típico de las sociedades africanas. Según este, el individuo se manifiesta como tal solamente en relación
con la colectividad a la que pertenece. La prevalencia de este sentimiento comunitario no lleva a la ausencia total de derechos
individuales, sino al rechazo de individualismo en la sociedad. El individuo no lucha por sus derechos en el continente africano,
lo que ha llevado a la explotación y al fenómeno de la esclavitud entre los pueblos africanos por parte de las potencias coloniales,
así como la creación de regímenes dictatoriales. Otro aspecto por sopesar está relacionado con los efectos de la larga época del
colonialismo sobre los derechos humanos. El hecho de que las potencias coloniales nunca hubieran implementado una política
orientada a la integración de la población local ha creado una jerarquización de la conciencia común africana entre los derechos
colectivos y los derechos civiles y políticos. Así, se llegó a la idea de que el respeto de la dignidad del individuo dependía de la
reconquista de la dignidad nacional.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la situación política en el continente africano cambió considerablemente, debido
a la adquisición de la independencia de sus Estados, proceso ocurrido principalmente durante las décadas 1960 y 1970. La inde-
pendencia de estos Estados dio oportunidad al establecimiento de una organización regional bajo los moldes ya existentes y, al
igual que sus análogas de los otros continentes, tuvo un papel fundamental en el desarrollo de la protección de los derechos hu-
manos. Existía una cierta artificialidad con relación al grado de compromiso real de estos nuevos Estados con ciertos instrumentos
internacionales convencionales concertados en el plano global, como la Declaración Universal de Derechos Humanos, al cual
los Estados africanos siempre manifestaron su adhesión, respetándola solo ocasionalmente. En ese escenario de emancipación y
afirmación políticas, tomó fuerza alrededor de 1958 el movimiento panafricano, que culmina con la adopción de la Carta de la
Organización de la Unidad Africana (OUA) en 1963, cuando 32 Estados africanos ya eran miembros de la Organización de las
Naciones Unidas.

La OUA fue instituida como un órgano con la misión de finalizar el proceso de descolonización y defender la independencia
de los Estados africanos. Su creación no tenía como objetivo resolver la problemática de los derechos humanos en África. Los
derechos humanos no figuraban en el proyecto etíope que sirvió como base de discusión, lo más que se consiguió introducir en
la Carta de la OUA fue la siguiente cláusula del preámbulo: «Persuadidos de que la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, a cuyos principios reafirmamos nuestra adhesión, ofrecen una base sólida para una coopera-
ción pacífica y fructuosa entre nuestros Estados…». Esta referencia tenía como propósito no comprometer a los Estados miembros
en relación con la observancia de estos derechos, colocándolos bajo la rúbrica de “deseos”, sin que hubiera una obligación jurídica
de ejercerlos en la práctica. No obstante, la mención que figura en la Carta constitutiva de la OUA imposibilita todo o cualquier re-
chazo por parte de los miembros de la OUA de los derechos allí enunciados. Las esperanzas de respeto por los derechos humanos
sustentados en la Carta no encontraron respaldo en la realidad, principalmente debido a los principios enunciados en el artículo
3 de la Carta de la OUA, o sea el principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados y el respeto por la soberanía. Por
estos principios, los derechos humanos no fueron objeto de discusión por casi dos décadas y la OUA se mantuvo indiferente ante
las constantes violaciones de los derechos humanos en la región. En realidad, al ampararse en el principio de no injerencia en los
asuntos internos de los otros Estados, los gobiernos africanos no observaron el principio básico de responsabilidad colectiva que
existe en el campo de protección de los derechos dumanos (Fischel, pp. 456 – 458).

La OUA fue una organización que consagró el triunfo de los nacionalismos territoriales y la muerte del proyecto panafricano,
excluyendo cualquier acción de unidad y unión. Un cambio de perspectiva llegó a la mitad de la década de 1970. Entre 1974 y
1975finalizó el colapso del ultimo imperio colonial, o sea el portugués, y se consideró alcanzado el primer objetivo de la OUA, que
era justamente la descolonización; asimismo, en el ámbito internacional los derechos humanos ya se habían vuelto un instrumento
de política exterior de los gobiernos y era el momento para un cambio de perspectiva de la OUA. La Conferencia de Jefes de Esta-
do y de Gobierno de la OUA de 1979 estableció que el Secretario General de la OUA tenía que organizar de manera urgente una
conferencia de expertos de alto nivel para elaborar un proyecto preliminar de carta africana sobre los derechos de los hombres y
de los pueblos.

A pesar del excesivo sentimiento de celo por parte de los gobiernos de los Estados africanos en relación con su recién ad-
quirida soberanía, algunos acontecimientos proporcionaron una seria reflexión y evaluación de su papel en el contexto político
africano. Los Estados Unidos, así como otros países, comenzaron a condicionar sus programas de asistencia al respeto efectivo de
los derechos humanos en los países beneficiarios; asimismo, las Naciones Unidas tuvieron un papel de suma importancia, princi-
palmente a través de la promoción de eventos que llamaron la atención sobre la necesidad de conciliar un sistema regional propio
para la protección de los derechos humanos en África. Estos acontecimientos condujeron a los Estados africanos a la conclusión de
que solamente con la erosión del principio de no injerencia y de soberanía sería viable hablar de un sistema eficaz de promoción
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
80 UNIDAD IV
regionales

y protección de los derechos humanos. Esto condujo al proyecto de un profundo cambio interno a la organización, que a su vez
promovió la institución de la Unión Africana (UA) el 9 de julio de 2002, la cual sustituyó a la OUA. La idea de crear la UA fue
realizada por algunos jefes de Estado y de Gobierno en la Declaración de Sirte, de 1999. A dicha declaración siguieron una serie
de cumbres, como la de Lome, Togo, de 2000, donde se redactó el Acta constitutiva de la UA; y la cumbre de Lusaka, Zambia, de
2001, en la que se aprobó el plan para la instauración de la UA. Finalmente, la totalidad de los países del continente, inspirados
en la Unión Europea y guiados por el impulso de incorporar al continente africano a la dinámica de la globalización, decidieron
transitar hacia la UA. El mandato de esta organización consistió en incrementar la integración económica y política y reforzar la
cooperación entre los Estados miembros. Las metas de las dos organizaciones son diferentes, considerando que las de la UA se
encuentran más en línea con los nuevos tiempos y las circunstancias regionales e internacionales (Corona, 2010, pp. 12-13).

En 1961 se convocó en Lagos, Nigeria, a una conferencia en la cual participaron 194 jueces, abogados y profesores de dere-
cho de 23 países africanos, así como de nueve países de fuera del continente. Durante esta reunión se proclamó una declaración
que invitaba a los Estados africanos a adoptar una Convención Africana de Derechos Humanos y la creación de una Corte, a la
cual todas las personas bajo jurisdicción de los países signatarios hubieran podido recurrir.

Después de décadas, durante la 16ª Conferencia de los Jefes de Estado y de Gobierno Africanos, realizada en Monrovia,
Liberia, del 17 al 20 de julio de 1979, el presidente de Senegal propuso una resolución que culminó en la Decisión 115/XVI, que
planteaba la preparación de un boceto preliminar por un grupo de expertos de una Carta Africana de Derechos Humanos y de
los Pueblos, en la cual se proponía el establecimiento de órganos para la promoción y la protección de los derechos humanos.
Este borrador obtuvo la aprobación unánime de la Asamblea del 27 de julio de 1981.

Según lo recogido en su artículo 63, por el que entraría en vigor pasados tres meses desde la recepción por el Secretario
General de los instrumentos de ratificación de la mayoría simple de los miembros de la OUA, la Carta entró en vigor el 21 de
octubre de 1986, en honor de lo cual el 21 de octubre se declaró Día de los Derechos Humanos en África. Este texto representa
el más amplio sistema regional de protección de los derechos humanos desarrollado en el ámbito de la ONU y hoy ha sido rati-
ficada por 53 de los 54 Estados existentes en el África. Sudán del Sur no la ha ratificada todavía (Fischell, pp. 461-462).

La Carta, que es un convenio multilateral, toma en cuenta tanto la diversidad ideológica y política de los países africanos
como los principios que fundan las sociedades tradicionales del continente. La Carta hace una síntesis entre la tradición africana
y la modernidad del Derecho Internacional.

Tiene cuatro características que merecen atención:

a. El párrafo 7 del preámbulo asevera que los derechos civiles y políticos son inseparables de los derechos económicos, sociales
y culturales, y que la satisfacción del segundo grupo de derechos garantiza el goce del primero. En este sentido, la Carta es
un instrumento pionero al contemplar ambas categorías de derechos en un solo documento. Constituye el único instru-
mento de derechos humanos de carácter regional que recoge tanto los derechos civiles y políticos más relevantes como los
derechos económicos, sociales y culturales. Se inspira por lo tanto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
la cual se menciona en el preámbulo mismo.

b. La Carta también se refiere a los derechos de los pueblos, considerando que en África el individuo y sus derechos se encuen-
tran cobijados en la protección que la familia y otras comunidades otorgan a todos. La Carta se funda en el principio de que
el respeto a los derechos de los pueblos debe garantizar los derechos humanos.

c. La Carta establece que el individuo tiene deberes hacia otros individuos, su familia, su comunidad, su Estado y la comunidad
internacional entera.

d. La Carta no permite a los Estados signatarios desestimar sus obligaciones durante situaciones de emergencia; la única
limitación posible a un derecho podría darse con base en el artículo 27, punto 2, en el supuesto de que dicha limitación
resulte proporcional y necesaria para proteger los derechos de otra persona, la seguridad colectiva, la moralidad o el inte-
rés común. El artículo 27, punto 2, establece que «los derechos y libertades de cada individuo se ejercerán con la debida
consideración a los derechos de los demás, a la seguridad colectiva, a la moralidad y al interés común» (Saavedra, 2008, pp.
675-683).

La Carta está compuesta por un preámbulo de diez párrafos y 68 artículos. Se estructura en tres partes:

1. Artículos del 1 al 29, que establecen los derechos y los deberes garantizados.
2. Artículos del 30 al 63, que señalan las medidas de protección de estos derechos y deberes.
3. Artículos del 64 al 68, que incluyen disposiciones finales más técnicas.

Los artículos que van del 27 al 29 establecen los deberes de los individuos. El artículo 27 establece el marco general en la mate-
ria, según el cual el individuo tiene deberes hacia la familia, la sociedad, el Estado, otras colectividades legalmente reconocidas
y la comunidad internacional. El artículo 28 menciona «el deber de respetar y considerar a sus semejantes sin discriminación».
El artículo 29 establece el deber de preservar a la familia y los parientes. La familia se considera el elemento fundamental de la
sociedad africana. Asimismo, esa misma disposición señala los deberes del individuo hacia la sociedad, como conservar y forta-
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 81
Humanos y los tres sistemas regionales

lecer la solidaridad social y nacional, así como guardar y fortalecer los valores positivos africanos. Se indican también los deberes
del individuo hacia la comunidad internacional, aunque solo se hace referencia a la comunidad africana. Cabe también resaltar
la introducción en la Carta de los derechos colectivos. La Carta Africana es el primer instrumento en el que se incorpora la mayor
parte de estos derechos y se designa al pueblo como su titular. Entre estos derechos podemos mencionar el derecho a la autode-
terminación de los pueblos, el derecho de los pueblos al desarrollo económico, social y cultural, el derecho a la paz y la seguridad
nacional y el derecho al medio ambiente saludable (Fischell, pp. 467-472).

Es preciso manifestar que la Carta muestra algunos vacíos legales:

1. Ausencia de algunos derechos garantizados en la Declaración Universal de los Derecho Humanos, lo que representa una
grave omisión. Entre ellos el derecho al matrimonio y a la libre elección del cónyuge, el derecho a cambiar de religión,
el derecho a la libertad de voto y la libertad sindical. De todas formas, hay una tendencia a superar estos vacíos, como lo
demuestra la entrada en vigor del Protocolo relativo a los derechos de las mujeres el 25 de noviembre de 2015, en el cual
se introdujo el principio de la igualdad jurídica de los cónyuges.
2. Excesiva discrecionalidad brindada a los Estados africanos en la limitación de los derechos garantizados en la Carta. El
ejercicio de algunos derechos es limitado por varias cláusulas como «siempre que respete la ley», «siempre que cumpla
con la ley», «siempre que se atenga a la ley». Se deja abierta la posibilidad de poner reservas sobre temas importantes.
3. Ausencia de disposiciones que brinden a los Estados parte la posibilidad de suspender los derechos garantizados en situa-
ciones excepcionales, como guerra o peligro público que amenace la existencia del Estado. De todas formas, se puede
hacer referencia al artículo 62 del Convenio de Viena sobre el Derecho de los Tratados para hacer frente a la omisión
de las disposiciones.

2 Los órganos para la protección y promoción de los derechos humanos: la Comisión y la


Corte Africana de Derechos Humanos

El mecanismo de control del Sistema Africano de Protección de los Derechos Humanos está caracterizado por un sistema
fuertemente jerárquico, compuesto por la Comisión Africana de Derechos del Hombre y de los Pueblos y la Asamblea de la UA,
que tiene el poder decisional de naturaleza política. Con la entrada en vigor del Protocolo de Banjul, de 1998, se instituyó la Corte
Africana de los Derechos de los Hombre y de los Pueblos.

La Asamblea de la UA es el órgano que tiene un papel esencial en el procedimiento de control y era el órgano más importante
de la OUA. Está integrado por los líderes africanos y sus representantes, es el órgano político del sistema africano, que de todas
formas tiene un papel importante en el procedimiento de control, sobre todo en relación con las comunicaciones individuales,
considerando que la Comisión no puede examinar una comunicación individual si la Asamblea no ha dado su aprobación. Ade-
más, la publicación del informe de la Comisión está sujeta al visto bueno de la misma Asamblea.

La Carta de Banjul habilita la creación de una Comisión Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos, la cual, de
acuerdo con el artículo 45 de la Convención, tiene cuatro misiones, a saber: la promoción y la protección de los derechos huma-
nos y de los pueblos, la interpretación de la Carta Africana y «otras» que le encomiende la Asamblea de la UA. La Comisión es el
único órgano contemplado por la Carta para llevar a cabo estas funciones. Tiene sede en Banjul, Gambia, y se compone de 11
miembros elegidos por la Asamblea de la UA, quienes realizan sus funciones por un periodo de seis años, al término de los cuales
pueden ser reelectos. De acuerdo con los artículos 47 y 49 de la Carta, la Comisión puede recibir comunicaciones provenientes de
los Estados parte, así como de las organizaciones no gubernamentales y los particulares. El artículo 52 prevé que, en caso de que la
Comisión no logre propiciar alguna solución amigable, elaborará un informe en el que dará a conocer sus conclusiones. En virtud
del artículo 62, la Comisión recibe y examina también informes producidos por los Estados cada dos años acerca de las medidas
adoptadas en los ámbitos administrativo y judicial, entre otros, para dar vida a las disposiciones de la Carta.

Básicamente, la Comisión tiene tres funciones:


a. Función de promoción, que está garantizada mediante el estudio, la investigación y la formación relacionados con los
problemas en el ámbito de los derechos humanos en África y con la Carta; la adopción de recomendaciones a los Estados
africanos con el fin de que estos puedan tomar medidas con vistas a garantizar la promoción de la Carta; la adopción
de declaraciones con vistas a hacer efectivos los derechos que garantiza la Carta; la cooperación con otras instituciones
africanas o internacionales de protección de los derechos humanos; y la organización de conferencias, seminarios y
simposios.

b. Función de protección, que se desarrolla mediante el examen de los informes periódicos presentados por los Estados,
según el artículo 62 de la Carta, el examen de las comunicaciones interestatales, el examen de las comunicaciones pre-
sentadas por ONG o individuos y la ejecución de los mecanismos especiales. Además, la Comisión puede recibir comu-
nicaciones interestatales, pero estas son muy poco utilizadas.

c. Función consultiva, establecida en el artículo 45 de la Carta, que confía a la Comisión la tarea de interpretar todas las
disposiciones de la Carta a petición de un Estado parte, de una institución de la UA o de una organización africana reco-
nocida por la UA. Además, se pueden proporcionar recomendaciones a los Estados parte. La Comisión ha implementado
esta función adoptando varias resoluciones temáticas, como la referida al derecho a la educación en materia de derechos
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
82 UNIDAD IV
regionales

humanos o una sobre la prohibición de la pena de muerte.


La Comisión puede llevar a cabo cualquier otra función que le asigne la Asamblea General de la UA. Estas no se establecen
claramente en la Carta; sin embargo, en varias ocasiones se solicitó a los comisionados participar como observadores electorales
en varios países africanos (Saavedra, 2008, pp. 683-701).

La Comisión es un órgano de naturaleza no judicial. Durante mucho tiempo se insistió para que se contara además con
un órgano similar a la Corte Interamericana y el Tribunal Europeo, con la idea de que podía causar un mayor impacto sobre la
conducta de los Estados. La Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos fue creada mediante el Protocolo de la Carta
Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos para el Establecimiento de una Corte Africana de Derechos Humanos y de los
Pueblos (Protocolo de Banjul). Los primeros 11 jueces de la Corte fueron elegidos en enero del 2006 y su establecimiento ha
demorado casi tres años por problemas financieros de la UA.

La Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos es el órgano jurisdiccional más reciente de los tres organismos
regionales de derechos humanos analizados hasta el momento. La Corte tenía que complementar la labor de la Comisión Afri-
cana y fue establecida a través del Protocolo de Banjul, 12 años luego de la entrada en vigor de la Carta Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos. El Protocolo ha sido adoptado en febrero de 1998 en Burkina Faso y entró en vigor el 25 de enero
de 2004. Celebró sus tres primeras sesiones en 2006 en Adís Abeba (Etiopía) y en Banjul. Está formada por once jueces indepen-
dientes.

Veamos ahora cuáles son las funciones de la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos. Básicamente, la Corte
tiene una función contenciosa, una función consultiva y se establece la posibilidad de que adopte medidas provisionales:

-- La Corte puede dictar decisiones vinculantes y ordenar medidas de reparación cuando recibe comunicaciones individuales
o comunicaciones interestatales. Para las comunicaciones individuales es necesario que los Estados afectados hayan recono-
cido expresamente esta facultad de la Corte para recibir este tipo de comunicaciones a través de una declaración; en cuanto
a las comunicaciones interestatales, no es necesaria una declaración explicita del Estado.

-- La Corte puede emitir opiniones consultivas sobre la interpretación de la Carta Africana, sus protocolos y cualquier otro
instrumento de derechos humanos a solicitud de cualquiera de los órganos de la UA, sus Estados miembros y organizacio-
nes reconocidas legalmente por la UA, siempre y cuando no versen sobre algún asunto que se encuentre en trámite ante
la Comisión Africana. Se consagra así la más amplia competencia en materia de derechos humanos. La competencia con-
sultiva es muy amplia porque se refiere tanto a las disposiciones de la Carta como a cualquier otro instrumento en materia
de derechos humanos ratificado por el Estado interesado. Además, las ONG reconocidas por la Unión Africana pueden
solicitar opiniones consultivas, situación que no se establece en los otros dos sistemas regionales de protección de los dere-
chos humanos.

-- La Corte puede ordenar la adopción de medidas provisionales para evitar daños graves e irreparables a la vida humana y a
la integridad personal en casos urgentes.

-- Las sentencias de la Corte son definitivas y vinculantes para las partes interesadas. El Comité Ejecutivo de la UA tiene el
papel de guardián de las sentencias de la Corte. Las sentencias de la Corte son públicas. Por ahora, la Comisión es el órgano
que tiene un papel preponderante en el sistema africano y el limitado número de Estados que han ratificado el Protocolo
que instituye la Corte parece hacernos entender que la Corte no asumirá un rol fundamental en el sistema africano en el
futuro cercano (Saavedra, 2008, pp. 705-709).
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 83
Humanos y los tres sistemas regionales

LECTURA SELECCIONADA Nº 2
Ruiloba Alvariño, J. (2006). El Tribunal Europeo de Derechos Humanos: organización y funcionamiento. Anuario de la Escuela de
Práctica Jurídica, 1, pp. 11-32. Disponible en http://www2.uned.es/escuela-practica-juridica/AEPJ%201%20Julia%20Ruiloba.pdf

GLOSARIO DE LA UNIDAD IV
1. Consejo de Europa
Organización internacional de ámbito regional establecida en Londres el 5 de mayo de 1949, con sede principal en la
ciudad de Estrasburgo, Francia. Los principios que lo inspiran se basan en la fe, en la justicia y en la cooperación interna-
cional, como base de una paz consolidada y como garantía de la preservación de la sociedad humana y de la civilización.
También reafirma su adhesión a los valores espirituales y morales que constituyen el patrimonio común de sus pueblos
y que son la base de la libertad individual, la libertad política y la preeminencia del Derecho, principios sobre los que se
asienta la democracia (Montes, 2014, p. 63).

2. Cooperación internacional
Nació en 1945 con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, más específicamente a partir de la firma de la Carta
de San Francisco y de la creación de la Organización de las Naciones Unidas. Se refiere a todas las acciones y actividades
que se realizan entre naciones u organizaciones de la sociedad civil tendentes a contribuir con el proceso de desarrollo
de las sociedades de países en vías de desarrollo. De esta manera, la cooperación puede presentarse en diferentes nive-
les, direcciones y formas (RACI, 2012, pp. 25–26).

3. Derechos de los pueblos


Son derechos de tercera generación que defienden tres tipos de bienes: paz, desarrollo y medio ambiente. Pertenecen a
un grupo de personas que tienen un interés colectivo común y requieren de prestaciones positivas y negativas de parte
de los Estados para que se puedan garantizar. Entre ellos podemos mencionar el derecho al desarrollo y el derecho de
autodeterminación de un pueblo (Aguilar, pp. 98–99).

4. Organizaciones no gubernamentales (ONG)


Entidades de la sociedad civil internacional reconocidas como actores desde la perspectiva de las relaciones internacio-
nales, pero a las que desde el Derecho Internacional solo se les puede reconocer una subjetividad menor. A pesar de
esto, podemos decir que hoy en dia tienen mucha relevancia en el Derecho Internacional y son reconocidas como un
sujeto del ordenamiento internacional (Salmón, 2014, p. 168).

5. Organización de los Estados Americanos (OEA)


Organización americana de alcance regional integrada por los Estados Unidos, Canadá y los países latinoamericanos,
hasta sumar un total de 35 países. El único país que no forma parte de dicha organización es Cuba al ser expulsada en
1962, porque se consideró que el comunismo era incompatible con el espíritu de la organización. La sede principal de
la OEA se localiza en Washington DC. Entre los objetivos de la OEA podemos mencionar afianzar la paz y la seguridad
en la región; promover y consolidar la democracia representativa; asegurar la solución pacífica de controversias que
surjan entre los Estados miembros; procurar la solución de problemas políticos, jurídicos y económicos entre los Estados
miembros; promover el desarrollo económico, social y cultural; y erradicar la pobreza crítica (Mejías, 2008).

6. Organización internacional
Sociedad voluntaria de Estados que tiene una base jurídica convencional, o sea un tratado. Cuenta con una estructura
orgánica permanente e independiente y con una personalidad jurídica distinta a la de sus miembros (Salmón, 2014, p.
129–130).

7. Procedimientos especiales
Expresión acuñada a la luz de la práctica de la Comisión de Derechos Humanos, del Consejo Económico y Social (ECO-
SOC) y de la Asamblea General de las Naciones Unidas para describir los distintos procedimientos establecidos para
promover los derechos humanos en relación con cuestiones o temas concretos, o para examinar la situación en determi-
nados países. Si bien los mandatos y métodos de trabajo específicos de los distintos procedimientos especiales varían en-
tre sí, la manera en que desarrollan su labor tiene muchos aspectos en común. Los procedimientos especiales temáticos
se encargan de investigar la situación de los derechos humanos en todas las partes del mundo, independientemente de
si un determinado país es parte o no de los tratados pertinentes de derechos humanos. El mandato les exige tomar las
medidas necesarias para vigilar y actuar rápidamente ante las denuncias de violaciones de los derechos humanos contra
personas o grupos, ya sea a escala mundial o en un país o territorio específico, e informar sobre sus actividades. En el
caso de los mandatos por país, los titulares deben examinar la totalidad de los derechos humanos (civiles, culturales,
económicos, políticos y sociales), salvo que se les instruya de otra manera (CH/NONE/2006/158, junio 2006).
El Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos y los tres sistemas
84 UNIDAD IV
regionales

8. Unión Africana (UA)


Organización supranacional del ámbito africano dedicada a incrementar la integración económica y política y a
reforzar la cooperación entre sus Estados miembros. Entre sus objetivos se encuentra lograr una mayor unidad y
solidaridad entre los países y los pueblos de África; defender la soberanía, integridad territorial e independencia de
los Estados miembros; acelerar la integración política y socio-económica del continente; estimular la cooperación in-
ternacional; promover la paz, la seguridad y la estabilidad en el continente; promover los principios y las instituciones
democráticas, la participación popular y el buen gobierno; promover y proteger los derechos humanos de los pueblos;
y estimular el desarrollo sustentable en lo económico, social y cultural, así como la integración de las economías afri-
canas (Santos, 2010, pp. 12–14).
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 85
Humanos y los tres sistemas regionales

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86 UNIDAD IV
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AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD IV
1. ¿Cuál de estos procedimientos de control no es utilizado por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Uni-
das establecido en 2006?
a. Las comunicaciones interestatales.
b. Los grupos de trabajo
c. El examen periódico universal (EPU).
d. Mandatos tematicos.

2. ¿Qué tipo de derechos humanos garantiza la Convención Americana sobre Derechos Humanos?
a. Exclusivamente derechos económicos, sociales y culturales.
b. Incluye una amplia gama de derechos civiles y políticos, pero no garantiza de manera explícita los derechos
económicos sociales y culturales.
c. Únicamente derechos civiles y políticos y no hace referencia de ninguna manera a los derechos económicos
sociales y culturales.
d. Incluye solo derechos civiles y políticos y si los Estados miembros de la OEA quieren incluir también los dere-
chos de segunda y tercera generación, deben hacer una declaración explícita en el momento de la aprobación
del texto de la Convención.

3. ¿En qué ciudad tiene sede la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?


a. Ginebra.
b. Nueva York.
c. San José.
d. Washington DC.

4. ¿Cuáles de estos protocolos adicionales a la Convención Europea sobre Derechos Humanos (CEDH) abolió la Comi-
sión Europea de Derechos Humanos?
a. El Protocolo 14.
b. El Protocolo 3.
c. El protocolo 11.
d. El Protocolo 1.

5. ¿Cuál es la diferencia entre Protocolos Adicionales y Protocolos Procedimentales a la Convención Europea sobre
Derechos Humanos (CEDH)?
a. Los Protocolos Adicionales necesitan ser aprobados por lo menos por 20 Estados miembros del Consejo de
Europa, mientras que los Protocolos Procedimentales necesitan solo 10 aprobaciones
b. Los Protocolos Adicionales son los que generan un cambio sustancial en el sistema de protección, mientras que
los Protocolos Procedimentales solo generan cambios marginales
c. Los Protocolos Adicionales son los que adicionan nuevos derechos mientras que los Protocolos Procedimenta-
les son los que generan un cambio sustancial en los procedimientos de control y, por ende, necesitan la apro-
UNIDAD IV: El Sistema Internacional de Protección de los Derechos DERECHOS HUMANOS
MANUAL AUTOFORMATIVO 87
Humanos y los tres sistemas regionales

bación de todos los Estados miembros de la CEDH


d. Los Protocolos Procedimentales necesitan ser aprobado por lo menos por 20 Estados miembros del Consejo de
Europa, mientras que los Protocolos Adicionales necesitan solo 10 aprobaciones.

6. ¿Cuál de estos órganos de control ha sido establecido por la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pue-
blos?
a. La Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
b. El Consejo Africano de Derechos Humanos.
c. La Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
d. El Tribunal Penal Internacional para el Ruanda.

7. ¿Cuál de las siguientes no es una caracteristica del Sistema Africano de Protección de los Derechos Humanos?
a. Garantiza tanto derechos individuales cuanto deerechos colectivos.
b. El individuo no tiene solo derechos sino tambien se establecen deberes específicos hacia su familia y la comuni-
dad en general.
c. La protección se enfoca exclusivamente en los derechos económicos, sociales y culturales, porque el verdadero
fin es alcanzar un desarrollo social, económico y cultural de todo el continente africano.
d. Protege expresamente tanto los derechos civiles y políticos cuanto los derechos de segunda generación, o sea los
económicos, sociales y culturales.

8. ¿Cuál de estas afirmaciones acerca del Protocolo 14 a la Convención Europea sobre Derechos Humanos (CEDH) es
verdadera?
a. Brinda más protección estableciendo un nuevo órgano de control denominado Tribunal Europeo de Derechos
Humanos.
b. Establece una nueva causa de inadmisibilidad, que consiste en que el demandante debe haber sufrido algún per-
juicio importante.
c. Suprime la Comisión Europea de Derechos Humanos.
d. Se limita a adicionar solo algunos derechos a la CEDH.

9. ¿Cuál de las siguientes no es una función de la Corte Interamericana de Derechos Humanos?


a. La función contenciosa: la Corte debe resolver los casos contenciosos sobre una presunta violación a la Conven-
ción Americana de los Derechos Humanos por obra de un Estado parte. Se refiere básicamente a la resolución
de conflictos.
b. La adopción de medidas provisionales.
c. La función investigadora: la Corte puede organizar visitas de inspección in loco para averiguar lo que está suce-
diendo en un país miembro de la OEA.
d. La función consultiva: la Corte puede emitir opiniones consultivas en los casos señalados en el artículo 64 de la
Convención.

10. ¿Qué tipo de derechos se garantizan en la Convención Europea sobre Derechos Humanos (CEDH)?
a. Derechos de primera y segunda generación.
b. Derechos de primera generación.
c. Derechos de primera, segunda y tercera generación.
d. Derechos de segunda generación.
88 ANEXO

ANEXO
Respuestas de la autoevaluación de la Unidad I
Número Repuesta
1 a
2 d
3 c
4 c
5 c
6 a
7 b
8 d
9 c
10 b
Respuestas de la autoevaluación de la Unidad II
Número Respuesta
1 d
2 a
3 b
4 a
5 d
6 c
7 b
8 c
9 a
10 b
Respuestas de la autoevaluación de la Unidad III
Número Respuesta
1 d
2 c
3 c
4 b
5 c
6 a
7 b
8 d
9 c
10 d
Respuestas de la autoevaluación de la Unidad IV
Número Respuesta
1 a
2 b
3 d
4 c
5 c
6 a
7 c
8 b
9 c
10 b
E ste manual autoformativo es el material didáctico más importante de la
presente asignatura. Elaborado por el docente, orienta y facilita el auto
aprendizaje de los contenidos y el desarrollo de las actividades propuestas en el
sílabo.

Los demás recursos educativos del aula virtual complementan y se derivan del
manual. Los contenidos multimedia ofrecidos utilizando videos, presentaciones,
audios, clases interactivas, se corresponden a los contenidos del presente
manual. La educación a distancia en entornos virtuales te permite estudiar desde
el lugar donde te encuentres y a la hora que más te convenga. Basta conectarse al
Internet, ingresar al campus virtual donde encontrarás todos tus servicios: aulas,
videoclases, presentaciones animadas, biblioteca de recursos, muro y las tareas,
siempre acompañado de tus docentes y amigos.

El modelo educativo de la Universidad Continental a distancia es innovador,


interactivo e integral, conjugando el conocimiento, la investigación y la innovación.
Su estructura, organización y funcionamiento están de acuerdo a los estándares
internacionales. Es innovador, porque desarrolla las mejores prácticas del e-learning
universitario global; interactivo, porque proporciona recursos para la comunicación
y colaboración síncrona y asíncrona con docentes y estudiantes; e integral, pues
articula contenidos, medios y recursos para el aprendizaje permanente y en
espacios flexibles. Ahora podrás estar en la universidad en tiempo real sin ir a la
universidad.

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