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TIBIA

Es un hueso largo ubicado antero medial en la pierna, es de menor longitud


que el peroné y es el segundo hueso más robusto del cuerpo. Por su parte
proximal se articula con el fémur y en su parte distal con el tarso y también se
articula con el peroné por sus dos extremos. Está formada por dos cóndilos;
lateral y medial. La cara superior (meseta tibial) posee superficies articulares
para los cóndilos femorales, donde interarticularmente se encuentran los
meniscos que son tejidos fibrocartilaginosos en forma de semiluna rellenando
el espacio articular. Realizan funciones como estabilizador de la articulación,
absorben impactos, aumentan la superficie de contacto entre otras funciones.
Por eso es muy importante el hueso de la tibia por ayuda a la marcha humana
corresponde a una secuencia de movimientos coordinados y alternantes que
nos permite desplazarnos. Es un proceso complejo que requiere el adecuado
funcionamiento e interacción de diferentes estructuras tales como un sistema
de control a cargo del Sistema Nervioso Central, palancas que provean el
movimiento correspondiente a los huesos y fuerzas para mover las palancas a
cargo del sistema muscular. Alteraciones a cualquiera de estos niveles puede
determinar alteraciones de la marcha.
LA TORCION TIBIAL

La torsión tibial es una torsión hacia adentro de los huesos de la canilla (los
huesos que están entre la rodilla y el tobillo). La torsión tibial hace que los pies
del niño apunten hacia adentro. Es por esto que algunos lo llaman "dedos de
paloma". Se ve comúnmente en niños que empiezan a caminar.
La torsión es la deformación experimentada por un hueso largo en crecimiento
alrededor de su eje longitudinal alterando el patrón normal de crecimiento en la
placa epifisiaria como respuesta a la acción de fuerzas rotacionales
transversales. La torsión describe la versión entre +- 2 desviaciones estándar
(DS) de la media y se considera anormal y se describe como una “deformidad ”

La torsión de los huesos de la canilla suele mejorar con el tiempo. A medida


que el niño crece, la marcha se hará más normal, por lo general, alrededor de
los 5 y 8 años de edad.

¿Cuál es la causa de la torsión tibial?


La torsión tibial puede ocurrir debido a la posición del bebé en el útero.
Además, es más propensa si existen antecedentes familiares. Generalmente, el
estilo de caminar de un niño se parece al de sus padres.
Cuando el niño está aprendiendo a caminar, la torsión tibial da la apariencia de
que el niño apunta sus dedos hacia adentro. Como los pies están torcidos
hacia adentro, las piernas parecen arqueadas. Esta posición con las piernas
arqueadas, en realidad, ayuda a los niños a lograr mayor equilibrio al pararse.
Sin embargo, su equilibrio no es tan bueno cuando intentan pararse y caminar
con los pies juntos o hacia afuera. De esta forma pueden tropezarse y caerse.

¿Cómo se diagnostica la torsión tibial?

El médico de su hijo realizará el diagnóstico en base la historia médica


completa y a un examen físico. Durante el examen, el médico obtendrá la
historia clínica completa del embarazo y nacimiento de su hijo y le preguntará si
otro familiar padece de torsión tibial. Por lo general, el diagnóstico puede
realizarse sin necesidad de radiografías. Mientras el diagnóstico de las
deformidades torsionales se puede realizar mediante un examen físico, la
historia permite excluir otros problemas y valorar la extensión de la
incapacidad. Si ¿Hay antecedentes familiares de este problema? Algunos
problemas rotacionales se heredan y la marcha de los padres nos dirá algo
sobre el futuro del niño.
A veces, el médico receta aparatos o zapatos ortopédicos.
Perspectivas a largo plazo para un niño con torsión tibial
La torsión tibial tiene un pronóstico muy bueno. Muchos casos se corrigen
solos conforme el niño crece. Muy pocas veces la torsión tibial puede ser grave
y requerir de cirugía para enderezar los huesos de la canilla.
Es importante saber que la torsión tibial no causa artritis ni ningún otro
problema de salud futuro.
TRATAMIENTO

El primer paso es establecer un diagnóstico correcto. En este tipo de


problemas, el reto más importante es el trato con la familia. Como con el tiempo
las extremidades inferiores rotan lateralmente, la marcha con los pies hacia
dentro se corrige en la enorme mayoría de los niños de forma natural. Así, lo
mejor para el niño sería simplemente esperar que suceda esta resolución
natural. Es imposible controlar el modo de caminar y de sentarse del niño, y las
posturas al dormir. Estas tentativas solo crean frustración y conflicto entre el
niño y los padres. Así, el mejor tratamiento es la observación. La familia
convencerse de que la observación es conveniente pero requiere de una
observación cuidadosa, educación, infundir confianza y un seguimiento. La
familia debería saber que un problema torsional puede presentarse con más
frecuencia y que raramente persiste.

Ortopédico:
Los zapatos con cuñas o con algunas ortesis son ineficaces, de igual forma las
barras correctoras actuales solo limitan las actividades del niño al correr y
caminar. Las férulas nocturnas que rotan los pies lateralmente son mejores,
porque no interfieren con los juegos del niño, pero probablemente no
favorezcan a largo plazo.
Quirúrgico:
Si las deformidades torsionales persisten, necesitan una corrección quirúrgica
más tarde, en la madurez. La necesidad de realizar una osteotomía rotatoria es
rara y 20 el procedimiento es efectivo. El candidato potencial es aquel niño con
alteraciones funcionales que no evoluciona satisfactoriamente.

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