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¿lusticia

para todos?
Sistema iudícial,
derechos sociales y
democracia en
Colombia
RODRICO TIPRI\INY YEPE
cÉs¡R A. ROpníc;rrEZ GARAVT'r(
\rArr RICIO cnncí,q vrLLrlcA

GRUPO EDITORIAI, NORl\IA


\1 \t \\ . llonl)¿1. collt
Bogotrí Bar<elorr¡ Buenos Aires C¡r¡cas Cu¡tenl¡la
Linla Nlérico Pananrií Qrrito S:rn f osé Snn frrarr

S¡n S¡harlor Santi:rgo de Clllile Slrto Dorningo


cAPrruLo 4

Ftl derecho como esperanza:


constitucionalismo y cambio social
en América Latina, con algunas
ilustraciones a partir de Colombia

\rAtr RICro (;,\RCíA vr L[,ucAS

lirt el clerecho su¡ronenlos que existen llonl]as y que ellas


glrantizarr la re¿rlizacióll cle ciertos cour¡>ortanrientos. Esa
garlrrrtía significa que se cuenta con algun<ts funcionarios,
¡lor e iernplo, iueces, cuf a tlrea es hacer curnplir cua¡rto
éstas clicen. Si una lronlla exige urra conducta, pero las per-
son¿rs hacen clso oruiso cle ella y naclie logra que se currr¡rla,
pues sitnplenlente es¿l nonna no existe.l En el rnullclo de
la política, en canrbio, es hasta cierto punto nornral que no
toclo sucecl¿r conro fue previsto. La política es el reirro cle las
proprrestrs y cle las prorrres¿ls, y \ienros couro algo tronual
c¡rre sólo unl ¡rarte cle ellas se convierta ert realidad. Esto uo
c¡rriere clecir c¡ue los políticos ¡rueclan hacer prorrresas a su
antojo, sino que, por la naturaleza clel oficio político, existe
utra cletenninacla tolerancia cle parte cle los electores en el
corrtrol clel ctrnrplinrielrto cle clichas pronres¿ls,
La política es ulta práctica c¡ue urira hacia el futuro y
c¡ue intenta atlaparlo; pero l'ro sienrpre prrecle hacerlo y así
se suele aceptlr, aurlqlle nruchas veces a regairaclientes. El
clerccho, por el contrario, lllira el preserrte e illtenta cleter-
rrirr¿rrlo a tral'és cle procesos claros Y prer,istos, c¡ue pueclen
ser reguhclos ¡' corrfrorrtaclos co¡l los llechos.

' Kelsen decía qrre crrando lo contrario sucede tanrpoco esr¿rnros erl

¡rresencia cle un¿l nornl¿I. Cuarrdo naclie incurnple ni se rer¡rriere t¡re se lilga
cttrrrplir, pues tanrpoco estanlos en el nnuldo cle las reglas jurídicas.

Izor]
MAURICIO GARCíA VILLECAS

Sin enrbargo, la distinción entre clerecho y política uo es


tan clara colno parece. No sólo la pérclida cle las elecciones
es una especie de sanción para los políticos tenrerarios, que
se parece a las satrciotres del clereclto, siuo que en algunos
países existe la revocatoria clel rnandato cle los gobernantes
que desconocen lo prornetido en sr,ls catnpairas, lo cual signi-
fica c¡ue los programas políticos fttnciotratr c¿rsi corno nonnas
jrrríclicas que pueclen ser garautizaclas si no se cunplen.
Aparte cle lo anterior, elr el clerecho no toclo es tan claro
colrlo parece. Con frecrtencia, las norrnas son sttsce¡rtibles
de varias interpretaciones, y los jueces y los fiurcionarios
públicos ternrinan deciclienclo, políticanrente, cuál vale )'
cuál no.2 Además, el clerecho tro sieurpre está cornpuesto
por norrnas provistas de sanciones, En nruchas ocasiones
contiene sólo principios y orientaciones generales, cu1'a
frrerza irrrpositirl es lllu)' precaria.
Los griegos ),a habían previsto esta tensión entre clerecho
y política cuando discutían sobre el Ineior gobierno. Para
algunos, erall los tneiores hombres los c¡ue debían gobertrar.
Por lo tauto, tratándose cle los rneiores ltotnbres, se sttponía
que nacla clebía limitarlos tri constreñirlos en stl eiercicio del
poder. Otros, etr cotrtraste, estitnabatr qtte sientpre existía
el peligro cle c¡ue el pocler corrontpiera a los gobernantes,
incluso cuando éstos eran los nrejores hontbres, ), que, el-l
consecuencia, por etrcitna de ellos debía haber tula serie cle
ley'es a las cuales estuvieran sonretidos. Para los printeros,
el pocler se originaba ell una voluntacl política, la cle los
nrejores hornbres; para los segnnclos, ell una ley. El clerecho
era expresión clel poder político etr el prinrer caso, rnietrtras
que en el segunclo suceclía lo cotrtrario.

' De hecho, existen teorías clel clerecho -clenonrinarlas teorías críticas


clel derecho- según las cuales la verrlaclera natttraleza del derecho es
política 1'ello se nranifiesta en el hecho cle que los jueces, en los casos
difíciles -que son por lo getreral los casos trt¿is trascendetrtes-, prinrero
touran una decisión política 1'luego la justifican juríclicanrente (Tushnet,
rg84, y Kennedt,, t9g7).

lzozl
EI dereclrc conn espetanza

Iistas clos visiones clel origen clel pocler han rnotivaclo bue-
rra parte cle los clebates constitucionales clesde Grecia h¿rstr
nrrestros días. Nlientras algurros consicleran qlle ell presettciit
cle un pocler político que expresa la voluntacl poptrlar -por
ejeurplo, un particlo triullfante o un lícler aclaulaclo por la
rlr¿rr,orí¿ cle la población- no es aclecuado ni cotnetrietrte
irrr¡roner restricciones a c¡uienes tietren el pocler -es clecir,
la r''ohurtacl política enranacla cle este pocler debe ser sobe-
r¿ln¿l-, otros consiclerall que tocla voluntacl política clebe ser
enc¿nrsacla legalnrente cle tal uranerr que se eviten los riesgos
cle ¿rrbitrarieclad 1'de abtrso clel pocler.
Itin nirrgÍrn irrnbito clel clerecho la conexión entre lo ju-
ríclico 1,lo político resulta tan er,'idente colno en el clerecho
constitucioual, y en uingúrrr álnbito clel clerecho coltstitucio-
nal esta conexión es tan llotoria coltro en tttt tipo partictrlar
cle concepción, clotninante ell los países senriperiféricos,
segirrr la cttal l¿rs constitttciortes est/ttr asociaclas colt el pro-
greso social ), el fithtro cle los pueblos. Vea¡nos.
En Colonrbia v algtttros países de AItrérica Latirta pen-
sarlros c¡tre el clestino cle rtttestras socieclacles clepelrcle cle
c¡ue tcrrg:rnros buenas constitrtciotres. Por eso éstas exPresatl
ntrestras ilusiones cle un¿r socieclacl futtlra tnejor 1'nt/ts jttsta,
cle ahí c¡ue el r'íncttlo etttre progreso social ), cotrstittlciólt
política llos se¿l fallliliar \¡ n¿ltlrral. Nttestra iclea cle consti-
hrción consiste en un clocuulellto político funclaciottal, a
¡rurtir clel cual se crea l¿t socieclacl -v se nos conecta con el
frrhrro. Sirr enrbargo, esta ln¿rnera cle ver las constitttciotres
lro existe en toclos los países 1', ttuís aútr, ett l¿r historia clel
coustitucionalisnro esta iclea resulta relrtivantettte escas¿r
(Prctrss, r995). Es lrr¿is frecuetrte la concepción segírn la
ctral el objeto esenci¿rl cle las cotrstituciones consiste eIr iln-
peclir c¡ue erist¿ur abusos clel pocler r': c¡ue cle esta Itr¿ulera se
prese rven los clerechos cle las personas. Descle este pttnto cle
rista, rrn¿r cc¡rrstitucióll es un clocunrelrto legal que protege
los clerechos cle las persolras, qtle se coltsideratr previos a la
colrstitrrción nri snur (r'éase Locke, rg4(r).

Irn¡l
t-")l
IIATiRICTO GARCIA 1¡ILLEGAS

El significado cle la asatrlblea cotlstitttvente es cliferente


en anrbos casos: en la illtilna de est¿ts visioltes, se trata de
nu ¿rcto qtte tiene senticlo, elt ctlatrto ratifica tttr¿r realiclacl
política que se consolicló colr tlll¿t revolttciótr. Etr la pritttera
visión, etr canrbio, la asarnblea -y cott ella la constitttción- es
la qtre convierte una realiclacl estable etr revolttcioltaria. Etr
el prinrer caso, la Clonstittlcióll coltser\¡a lo qtre se logró etr
una revoluciótr; en el seguttdo, la Constituciótl es collro ttna
revolución en acto.
Estas dos concepciottes ftterotr debatidas en la nritad clel
siglo XVIII por [,a Paige y'Nlalby, El prinrero afirtnaba, etr
svs Lettres ltistoriques, qtle en Francia existía ttttet ttrotrarc¡ttía
constitucional en oposición a tttt despotislno tnitlisterial.
N{albr,, por el contrario, elt stls Obs¿n'¿tiotts sur I'histoíre de
Frütce,sostenía que no había tal trtotrarc¡ttía constitttcioltal
en Fratrcia, que ell este país clonritrabatt calllbios inestirbles,
caracterizaclos por la sttcesión cle tlrollrentos atrárqrticos I'
despóticos, )¡ qtle era irnposible iclentificar ttrr hilo cotrclttctor
entre esos evetrtos. tJrr clebate sinrilar tttvo lrtgar al irlicio cle
la Revoluciótt Frattcesa, entre los clefetlsores de clos conceP-
ciones cle la constituciótr (véase Baker, r99z)'
Por un laclo, estabart aqttellos qtte cottsiderabatl que la
constitución responclía a tttt tipo cle esetrci¿r (cle alnra poli
tica) cle la socieclad; esencia qrte habría existiclo clesde los
orígetres de Francia. Segúrt estat perspectiv:r, ett tietnpos
cle crisis -corllo los qtre en 1789 r'ir'ía Francia- ltlstaba colt
ajustar la constitttciólr existente a los tienrpos presetttes.l Los
delegaclos monarqtListas ftterott los qtte tttlís sirttpatizarol
con est¿r concepciótt,+ lar cttal estaba itrs¡riracla etr la obr¿r cle

t Algo cle esta concepción inspiró el célebre Sernte¡ttdu ieu de paunre


(lurantento del "ittego de pelota"), del zo de ftrnio de 1789, donde los
clelegr<los del Tercer Estaclo itrraron tro clesc¡trsar hasta llaber airrstaclo
(arcirlixé) un ntlevo texto constihtcionrrl p:rra Francia (l\lavidal l l,attrent,
1862, prirnera serie, totllo \'lll: r38).
+ Segt'tn el clelegaclo Rhedorl, "No un tlttel'o orclell irlsti-
se trata de
tucional clue clebernos crear, sitto cle rtna sinrple tleclaración" (Nlavidal
l L,aurent, t86:, prinrera serie, tonto Vlll: 5o9)

Iro+l
F,l <lcrccho conn eslrerdn-.d

Aristóteles, retornrcla luego por Nlontesc¡trieu v los jtrristas


irrgleses clel siglo X\'lll, pura los curles h coustitución cleri-
rirb¿r cle la eselrcia históricit cle los pueblos.t
Prrr otro, esl.ltb¿ttl los llanraclos patriotcts,quiettes estirttabrn
c¡re la corrstituciólr sólo ¡roclía ser la er¡rresión cle l¿r volturtacl
política clel ptreblo. La instauración cle ttn¿t coltstitución er¿r
¡rlra ellos ulr ¿tcto voltttttario c¡tte creaba llll¿l ntle\'¿l realiclacl
social, de t¿tl tttanerx (lue se sttpritttía toclo lazo o coltcliciritl
corr el pasaclo. lirt cortraste con la attterior, ésta es tllla visiólt
lolrrnt¿rist¿r, err cuarrto reir irrclica una vercl¿tcl política cle
¿rlc¿u rce raciolral 1' ttrrive rsrtl, colltra tclch cortcepciórr ligacla a

la lriskrri¡ l,elprsaclo cle la sociecl¿rcl. Qtrizri elrepresetrt:rnte


rrrlís cotrspicuo cle est¿r cottcepciótt sea fean facc¡tres lLotrs-
sclrrr, segrriclo, etr algutta Itteclicla, rto sólo por Flltttttattttel
Sier'és 1'la ttutroría cle los lícleres de r789, sino tarnbiélt por
¿rutores t¿rrr diversos conto K¿trl N{arx 1'Carl Schrtritt.
f
iln este crrpítulo, ttso ll erpresiótt cottstitttcionalisnrc aspi-
nrcior¡al ¡r:tru referirttte ¿t l¿t coltcepción qrre liga corrstittrciórr
con l)rogreso v cqtte pttecle ser rastreacl¿r a partir cle Rottsse¿ttt
r,clcl lnor.illriento jacol;ino ert la Revolrtciórl Ilrallcesa. Para
alrrclir a la iclea c¡te usocia constituciólt cott protecciórr clel sta-
trr c¡rrcr, rrtilizo la expresiór r crntstíhrciottalisno presen'ador.
Dcbo aclvertir, ett prittter lttgar, c¡tte esta clistitrcióll tielle
rur carácter rrrÍs allalítico c¡te clescriptivo.6 En la práctica, to-

; \lontesr¡rricu ,enL]el espíritu de las Let'es, sostiene qtre c:rcla ptreblo


l)oscc su ¿rlnr¿r l su esellci¿r, i qrre el derecho no debe des¡tertder esto.
Segrir é1, lus leres, el su senticlo uris arnplio sort rel¿tciotles trecesari¿ts
r¡rre derilarr cle l¿r nlhrr¿rleza cle ]¿ts cosas. En ese serttido, toclos los seres
iienen sus leles (rg7:, r'ol. r, capíhrlo r).
'' Sc tr¿rt¿t entonces de tipos ideales. Hecha esta adverteltci¿r, ll Corlsti-
trrciírn fr¡uces¿r de r793 pttede ser utr lrtrett elerrrplo cle constihtcioltalisttlo
'
irs¡ririrciorurl, rnientras r¡rre lu Oonstihrción colorrll;iarra cle r886 pttede ser
n nu llunifestución clel constitttcion¿tl isltto preserlltdor. L¿r revolttciórl cle

irrcle¡rerrdencia r ll Colrstitución de los Est¿rclos l-lliiclos suscitart deb¿rte


;r esle respecto. Segrin algunos, la Constihrción p¿rrece haber adoptado
rrr:r tcrcer¿t rl¿uler¿l de resolrer esta tensiótr. Aqrrí, los clos elelttelttos elt
corrflicto, protecci<irr t toluntacl ¡rolítica, se cotrfirrrden. I-a Collstihlciórl
es un intenkr de todo ttrr prreblo por [ttndlr tlrl ltle\-o ctterpo ¡tolítico

f.^-t
l-">.l
NTATIRICIO CARCIA VTLLEGAS

clas las constitucioltes se Inlre\¡en etr est¿r frolltera clifttsa entre


el clerecho ),la política. Iixiste toclo tttr espectro de casos entre
ac¡tréllas con ulr¿l estructura discursiva nllis cercana al llttnlclo
cle lo político 1,aquéllas cort uIrA estrttctttra cliscttrsit'¿t lnás afín
a lo juríclico. Flal'qtre inclicar, aclettrhs, qtte esta distinción
es propiir cle utr puttto cle r.'ista extertro, o sociológico, clel
clerecho constitucional. El punto cle vista irttento propio cle
la clogrr-rática constitttciotul tietrcle, colllo es tratttral, a llo ver
en las constituciotres nrís qtte norlnas itrríclicas. Sitt etttbargo,
aquí tarnbién ha1' ¡lsb¿¡. entre los itteces 1'abogaclos. Algtrrros
estinrau que toclo lo que est¿i etr las colrstituciottes tiette ftter-
z¿rnonn¿rtiva ); por lo tattto, no ltay llornli.ls c¡tte ptteclatr ser
consicleradas sirnples aspiraciones ¡rolíticas. Otros, en cattrbio,
creen que las constituciones qtte se ernpeiratr etr lograr el
progreso social a tm'és cle principios 1'derechos sociales sotr,
por lo nrenos en ese aspecto, sirrrple retóric¿t política I'clebetr,
por encle, ser desatendiclas por los itteces (r'éanse \\blfe, r98r;
Hoffe, rg83; Bork, r986 y Nozick, 1988).
NIi propósito etr este capíttrlo es atralizar la relaciórr c¡re
hay etrtre las dos cotrcepciottes anotaclas -elt especial aqtré-
lla qrre l-re clenorninaclo cottstitttcioltalisnlo :tspiraciottal- 1'
la realiclacl social y política elt la cttal se iltscribetr trttestras
constituciones, todo ello cotr el propósito de cliltrciclar su
senticlo político ), nonnativo. De esta lnalrera, aqtrí se conti-
nÍra y profuncliza la reflexión plarrteacla al final clel capíhrlo

(Arendt, r963: r,¡3). Sin enrbargo, tlna vez es pronltlgada, la volttntacl


política resulta cle itrnediato atacla a ella. La Constitución etrcarua la
voluntacl clel ptreblo desde ese Inotnento en aclelatlte. Por eso, de actterrlo
con Bnrce Ackertnan, es itnportante hacer la diferencia entre el origen
cle la Constihrción -clonde la soberrnín poptrlar se eierce- r' el eiercicio
orclinario cle la política -cuanclo la volrtrltad popular se retira en beneficio
de la Constitución (1992)-. Segtin otros, por el contrario, la Constituciórr
cle Estaclos Llniclos -a pesar cle la política ftrndacional cpre la inspiró- po-
<lría iguahnente ser una expresión clel constitttcionalisuro presen,aclor. Así,
para Bernard Baill'n, "(e)l ob jetivo prirnorclial cle la Revoltrciótr Anierica-
na [...] no consistió en la abolició¡i clel orden social existente, ni siqttiera
en la introtlucción de cantbios a este ordetr, sitro etr la preservaciótr cle
las libertacles políticas...." (t972: z,z).

lzo6l
EI derecln coltro esperdnzd

l)receclente, sol)re el carllcter elnancipatorio cle la iusticia


colrstitrtcional. Iil ca¡rítrrlo estir orgarrizaclo corno sigue. En
¡rrirrrer lrtgarr, arrralizo unas cu¿ultas características clel cotrs-
litrrcionalisnro aspirrcionll; posterionnente, explico algttttos
bclreficios l riesgos cle este tipo cle constitucionalisnto; ettse-
grridu rne concelrtro crr las críticas cle las cuales el constitrtcio-
rrirlisnro aspiracional es hov objeto, 1', fitraltnente, ltago urta
clefel ls¿r prucler rte clel col rstituciolralistrro aspiraciotral.

Corrstittrcionalismo y progreso social


Dacla la inrportancia c¡ue tiene el constitttciottalis¡no
aspiracionrl en Anlérica Lirtina, particularutertte err Clo-
lorrrbir, a cclrrtilur¿rción lo car¿lcterizo. Ert prittter lugar, este
constitrrciolrllislrro prosper¿l sobre toclo elr situaciottes elr l¿ts
ctr¿rles existe una gran itrcottfonlriclacl con el presettte -v tttta
frrerte creencir en las posibiliclacles cle tllr ftttttro nreior. LIn
brrcrr ejernplo cle esto ftterolr las pritneras clos coltstitttciolles
cle la l{evolución lirnrces:r (r79r \'ryg1),cuyo cottteniclo ftre
ell gr¿rn nreclicla irn¡rttlslclo por lls coltclicioltes cle pobreza
1'la esperlnz¡ etr el cantbio social.t
Sorr ést¿ls las concliciolles (lue sttelen preclottriltar eIr los
¡raíses periféricos v senriperiféricos. El collstitttcionalislrto
¡rlcscrvaclor, en contruste, sttele prosper¿lr en cotttextos soci¿t-
l95 1, políticos en los cuales han siclo garantizadars cotrcliciotres
básicas cle progreso social l' estabilidad itrstitttcion¿tl.8 Descle

: En la Revolución Francesa, las icleas cle hanrbruna 1'cle concliciones


rníuinras cle eristencia rlesernpeiraron un papel cle tertnitrante. Ello explica

l¿rcélehre frase cle Robespierre, "todo lo (¡le es neces¡rio para rttantener


clebe ser un bien público v sólo el exceso debe ser consiclerado
l¿r vid¿r

corrro propieclacl privacla" (r97o, r'olunren 3: 5r4).


\ Cass Sunstein sostierre r¡ue hiil dos tipos de constituciortalisrto:
runo provenierrte del norte I'del occiclente, l otro, clel sur v del este del
nrunrlo (r993). Otrr nlunera de ver esta clifererrcia es sugericla por Teitel,
crrarrdo sostiene c¡ue "en su frurción social ordinaria el derecho propor-
ciona orclerl r estabiliclacl, pero err períoclos extraorclinarios cle corlntlsión
soci¡l el clerecho nrantiene el orderl v permite la tr¿rnsfornración soci¡I"
(r997: zor4).

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MAURICTO GARCíA VILLECAS

luego, 1os casos intenneclios tro estátt excltridos: constitucio-


lles preservacloras ptteden surgir en los países ¡reriféricos, 1'
tanrbién -aunque esto parece rlrenos probable- coustitucio-
nes aspiraciotrales ptteclelr aparecer etr países centr¿rles.')
La segunda característica del constitucionalisuro aspira-
cional raclica en que busca la efectir.idacl fáctica, v no sólo
jtrrídica, cle strs nonn¿rs. ftrrídicarnente, esta característica se
revela ett el hecho de que las nonlas que consagran sus prir-r-
cipios, valores y derechos sociales Ito se consider¿ln nleras
fonnulaciones retírricas, sino paut;ts llanraclas a tener efectos
itrntediatos. Para garantizar esta efectiviclad, las constitu-
ciones tonran en cuenta cliferentes nrecanislllos, entre los
cuales el nrás sobresalielte es el cotrtrol que hacen los jueces
cle las ley,es 1'los actos adrninistrativos. La confiauza en la
labor de los iueces cotr frecuencia está ligacla al clescrédito
clel poder Legislativo 1'a la percepción cle que las norllras
progresistas pierclen su aliento cuando llegan a los órganos
cle clecisióIr legislativa.
Políticanlente,la bt'tsqtteda de la efectiviclacl trornratir,¿l se
nranifiesta eir uua juclicialización cle la política econóurica,
aconrpañada cle una politización cle la justicia econóurica.
La pretensión jtrclicial cle lracer efectivos los derechos coll-
sagraclos en la constitución acarrea conflictos iustituciollales
iurportantes entre las rarnas clel pocler púrblico, sobre toclo en-
tre las instancias cle representación cleulocrática errcargaclas
de defirir 1'aplicar los presupuestos pírblicos, por tur laclo,
y los jueces encargados de proteger los clerechos soci¿les
cousagrados en el texto colrstitucional, por el otro.
La tercera característica cle las constitucioues aspira-
ciorrales corrsiste en que éstas reqttieren algo nrírs que urr
sinrple desarrollo legal o iurispruclencial para ser efectivas.
Necesitan, al menos, dos fuentes adiciollales de apo1,o, loca-

e La Constitución colonrbiana cle 1886 puecle ser un ejernplo clel

prinrer caso, conto lo sor-l llnrchas constituciones destinaclas a rnantener


una élite política c¡ue gobierna a espaldas de las grancles necesidades na-
cionales. Elsegundo caso es rnenos probable 1 rro encuentro urr e jerrrplo
claro c¡ue lo ilustre.

Izo8]
El derecln cot,to espeÍanza

lizaclas por ftrera cle la burocracia illstitucional. La prilnera


es el conrpronriso cle los ntovitnientos sociales, la opiniólr
priblica )', en gerleral, las ftterzas políticas qtte apovaron la
prornulgacióll cle la constitttción o qtle apoyart stt aplicación
efectir''a. Parafraseattdo a Donalcl Kotttllters (tg8g), se pttecle
clecir c¡re se necesit¿t un "cotrstitttcionalisltto tnilitattte", cotr
claros l¡ro¡'os políticos por fttera clel aparato instittlciollal.
Sólo cle esta ul¿urera las collstittlciottes y las cortes collstittt-
cion¿rles que pronlueven su aplicaciórt efectiva pttedett hacer
frente con éxito a las tertsiones intenras qtle alltenazalt coll
frerrar los inrpulsos cle calnbio social e illstitttcioltal pues-
tos en rnarcha por estas constittlciotres. Sin estos soportes
políticos, las constituciotres y cortes ¡rttecletr ser tretltr¿rli-
zaclers por ln¿lyorías políticas reaci¿ts al calnbio o ser obieto
cle refornras co¡rservrcloras qlle elillti¡rell tocla espereulza de
transfonuación a tr¿nés cle la constittlcióu. Dicho etr otros
ténrrinos, esto signifi ca c¡tte las cottstitttcioltes aspiraciottales
logran canlbios sociales elt la rneclida elt qtle estén inrpul-
saclos, si uo por tura revolttciótr previa, por lo tlrettos por tln
gran nrol,irniento social y político qtle acolnpañe y exiia el
clesarrollo cle los posttrlaclos coltstitttcioltaies.
La segutrcla fttente cle apol'o de las collstitttciones aspi-
rrcionales resicle en que se consolide tllla ntleva cttlttlra
juríclica sobre la protecciótr cle los clerecltos, qrte tto sólo
trarrsfonne la ecltrcación legal en las facultades cle dereclto,
sino c¡ue inrpongl ulta nlleva clognrática itrríclica y tlnos ntte-
vos parárnetros interpretatitos, cle tal ntaner¿l qtle se ntocli-
fic¡ue la visión traclicional que se tiene cle los derecltos y cle
su aplicación. El capíttrlo prececletrte se octtpó cort cletalle
cle estos parátttetros ittterpretativos.

Bencficios y riesgos
clcl constitrrcionalismo aspiracional
La caracterización heclra hasta el tnolnento er,icleltcia
los enonrres clesafíos <¡ue lars collstitrtcioltes aspiraciottales
enfreutan y las fuertes tetrsiones sociales e itlstitttcioltales

f
togl
qlle clesencadenatr. Se trata de toclo nlerlos cle tttr astttrto
indiferente para el desarrollo illstitucional, y nrenos aúrr
para el clebate político y cottstitncional. La aclopción cle
una constitución de este tipo sttscita elrorlnes pasiones de
toda clase, las cuales se reproducen y a veces se reftter-
zan con la interpretación juclicial que se hace de dicha
constitución por parte de los tribttnales. Lo pritnero qtte
hay que clecir es que la valoración de una coustitución
aspiracional es ttn asturto cornplejo. Para enfretttarlo, co-
rnencelnos por entttrci:tr algunos cle stts beneficios y,riesgos
rnás aparentes.
Para la iclentificación de estos beneficios y riesgos, aclopto
tuu punto de vista progresista y favorable al canlbio social
en Anrérica Latina, a partir del cual se aprecir cómo ttnos y
otros se etrcttetrtratr coltectaclos cott la existetrcia o atlsetrcia
clelo qtre he deuonlillttáo cottstitttcionalivno militante:los
beneficios suelen prodttcirse en etttortros ett los ctlales las
fuerzas políticas acotnpañart el clesarrollo cle la constittt-
ción, nrientras que los riesgos tiettett lttgar cttando esto lto
sucede.

Beneficios
En prinrer térntitto, las constittlciottes aspiracioltales
nrautienen viva la percepción política cle qtte el canrbio
social es posible, 1o ctt¿rl es itttportatrte en sociechcles qtte
nr¿rntienen una cortsiclerable insatisfacción con el ¡rresettte.
Las constituciotres clestinaclas a preser\¡¿lr el statu quo ell
sociedades en las cuales la situación social v política es con-
sideracla inaceptable por la gran Itral'oría son por lo getreral
irnprrestirs por ul]¿r élite gobernante a la cttal cotrvietre c¡tte
toclo pernrnnezca cottro está. Así, ett la rneclicla en qtte el
calnbio soci¿rl es favorable a la gran nral,oría, las cotrstittt-
ciones aspiraciotrales cle los países semiperiféricos soll ulta
expresión dernocr¿ítica.
Ligaclo a este punto, ¡rarecería qtle, por lo nrenos en
algrrnos casos, el constitucionalisltto aspiracional crea urta
conexión sirnbólica fuerte colt los lnoviurientos socirles.

Izrol
Iil derccho conro espetdnTa

[in ocasiones, estos itltinros el]cuentr¿ul en la constitución,


l err especi:rl en la jttrispruclertcia progresista tle la corte
corrstituciorr¿ll, lul¿.I especie cle estandarte político a partir
clel ctral articrrhn urejor sus luchas políticas v la clefens¿r
cle srrs clerechos (ul respecto, r'éase LJpriutttl', zooo). Esto es
irrrportirrrte en Anréric¿r 1.,¿rtilra, cloncle los sistentas políticos r
la represelrlación firncionan cle nr¿rnera tan cleficiente. Baio
cierl¿rs circunst¿ulcias, lrts cortes coltstituciottlles ptteclert
¡rropicirtr pr/rcticas etttattcipaclor¿rs eI) la rlreclicla err (llle,
lx)r un lrrclo, orclenau lrt protección efectiva cle los clerechos
cle los exchliclos \', por el otro, creatt la coltciellcia ell los
¿rctores políticos rrurrgirraclos cle c¡ue la sttperlción cle strs
concliciolles cle exclusión es posible.
ltirr segrttrclo ténttitro, es cle esperlrse que estas cottstitu-
ciolres no c¡ueclett rechlciclas ¿l su Irler¿t eficaci¿t sillrbólica.
'lbda constitución
-incluso aqtréllas nrirs políticas v retó-
ricas- clebe prochrcir efectos reales e itllllecliatos si clttiere
nr¿illtelrerse en pie'r'no ¿rparecer colrlo tll)¿t lller¿l facllada clel
pocler político. [,] protttttlgación cle ttltt lltle\'t cottstittlción
produce un anrbiente político llllevo, qtle lto ptrecle lttaltte-
rcrse si ésta no tierre ¿ll nlenos tttt graclo tnítliltto de eficaci¿r
rrrltcrial. I-a retórica legal del cantbio social ¡rosee líntites,
r¡ue resultarr cle la necesichcl c¡tte las atttoriclacles tienetr cle
proclucir calrrbios c¡ue penrtit:ut lnantetrer la legitirrriclacl
¡lolítica rec¡uericla por los gobertratttes.l0

Riesgos
lil
prinrer riesgo clel constituciortrlisnto lspiraciottal es
qrre ptrecle folnelltar ull¿l pcrcepciólt clesrttesttracla cle las ca-
prrciclacles que realtttente tielte la conslitttciótt para propiciar
carrlbios sociales. [istr sobrevulorlción pttecle ¡lropicinr tttta

' (lonstitución colorrrbi¿ull ¡ruede ser un l>uett e jerrtplo de esto.


1,a
l)escle su pronlrlgaciórr en 1gg1 r graciirs ¡ la acciórr de trrtela (anr¡;irro).
cl parrorirrnu de lir protecciórl de los clereclros fundarrrent¿rles hu rrreio-
ndo. ¿rrrntlrre el ierto constitttcional en est¡ nlateria está lejos cle haber
rulc'unz¿rclo stt pttttto de efic¿rci¡. Al respecto r'éase Glrcía \lillegas (r993
r :oor) r LlDriurrlr (:ooo).

fzu I
actitucl pasiva cle los inclivicluos 1'de los grtrpos sociales, 1'os-
cllrecer el papel que éstos tienetr en la clefillición cle su pro-
pio clestino y en las posibilidades de transfornración social.
La reducción cle las esperanz¿ls cle canlbio al cleserrrpeño cle
las constituciones, 1'en general cle hs fórnurlas instituciona-
les, es usual en socieclacles clébiles, que confían su futuro 1'su
desarrollo a Estaclos 'fuertes'.rr Allí cloncle las clases sociales
), los conflictos entre ellas han siclo históricanlente ftrertes
-por ejenrplo, en Grltr Bretaitr-, la cletnocr¿rcia ha obteniclo
un¿r gran estabilidacl. Por el contrario, conlo seirala Alain
Tottraine, en c¿lsos en los cuales el Estado se convierte en el
agente principal cle la nroclenrización -conlo en Frallcia o elr
Arnérica Latina-, las clernocracias sienrpre han siclo clébiles
1'puest:rs en tela de
jtricio por Ia acción política (r994:8o).
Volveré sobre este pttttto al final cle este ensavo.
El segundo riesgo se origina en el hecho de qtte este
tipo cle constituciollalislno ¡rttecle propiciar tllta sittlaciótl cle
refornra casi pertnanetrte, sobre toclo allí clollcle los sistetlt¿rs
políticos son rnuy débiles y los gobiertros tietrert un déficit
de legitinrid:rcl, lo cttal es coltltill en Atttérica Lrtilla'rr La
refonlra colrstitttcioltal se convierte etr el renreclio qtre los
gobiernos buscan para cotrtrarrestar la falta cle lllaltiobr¿t
política qrre resulta cle la debiliclacl cle los particlos, cle la
representaciórr v clel sistenra político ett getteral. La proclttc-
ción cle clerecho progresista es Intlv a tltenttclo ttll trtecanisllro
clel pocler político clestinaclo a increltrentar la legitirtticlacl,

" Es inrportante anotar, sitt elttbargo, <¡tte los Estados ell Attlérica
Latina poseen una aparetrte fortaleza legal v a veces Ilrilitar, t¡tte cotttras-
ta con su real incapaciclad política o hegenrónica. Vé¿rse, por eienrplo,
Sarrtos (r998a).
'' Esta práctica estlt asociada con el ttso político cle l¿r eficacia sitlibó-
lica del dereclro (García Villegas, rg93), qtte tiende a ser acloptaclo cotrto
un nrecanisr¡ro para resolver probletnas qtte r-ro ptteclen ser restteltos a
trar,és del sisterna político. La eficacia sirnbólica tanrbiétr es frecttetrte
en socierlacles caracterizaclas por tlna heterogerreidad l ierarquización
extrenra de intereses de clase ¡ cttltrtra. I\,lientras nr¿is cliferenciaclos estárl
los rnierlbros cle un grttpo, nr¿ís sirlbólico es el tipo de actterclo posible
al que pueden llegar.

lznl
F,l clcrecln conto esberctnía

lnris que ¿l proteger los clereclros que allí se coltstgr¿lll. Así


lla sucecliclo coll Ilrlrclrr frecttertci¿t ell Clolollrbia: lltietltr¿ts
rlhs lilrritaclo es el nlargcn cle rurtiobra política cle lcls go-
bicnros v nuís irrcontrolable es h violencitt, ttuis iltclinaclos
estálr estos gobierttos a trirt¿tr clichos probletttts clc fornra tal
(llre se haga hirrcapié elt la legitintaciórt, la coltrttllicación
v el rrso sirlrbólico clel clerecho, \' t)o ell la obtención cle
rcsrrltaclos.lt
críticts sitttaciones, la procltrcciótt e itttplcltlett-
F'llr estas
t¿rciólr cle nclnttas cllr ltrgar ¿l unt recoltstntcciírtt cle los pro-
blerrras sociales v a uu esc¿lpe político h¿tcia terretlos elt lcls
cu¿rles los gobierrros ptteclett obteller lllavores vetttaias, o
sirrr¡rlertrettte atellttar los efectos per\rersos cle stt itrcapaciclacl
polílica.i+ El déficit cle legitirniclncl, clerivaclo )/ c¿rtlsado por
l¿r irstrtuncntal clel listaclo, se cottlPellsa parcial-
ilre fic¿tcia
rnclrte con el atlnettto cle h cotlttttricaciírtr, a trlr'és cle la
¡rroclrrcciótt cle cliscttrsos legales cotllo resPuest¿ts a las cle-
nr¿urcl¿ts sociales cle seguriclacl, itrsticia social v participaciórr
(1,'aria, r988).r5
lil
tercer ri esgo clel cor tstittlcioltal islllo ttspiraciottal cott-
siste c¡r c¡tte prretle propiciar tltu clevaltt¿tció¡r clel clereclto

Según Pierre Botrrcliett, "nrietrtras rntis peligrosa es tttta sihlaciótt,


'1
en nl¿l\ or nreclicl¿r las priícticls tierrden a estar cotlific¿rdas | . . . l; il I1l¿l\ or
proh:rbiliclud cle l¿t octrrrenci¡ cle liolellci¿t lllalor será la rlecesicl:rcl cle
introclrrcir fonn¿ts, \'erl lria\or rrleclida la libertad deiacla a Ia irrrprolisa-
ción del 'h¿rbitus' deberí ceder frente a l¿t corlcltrct¿t reglacla a trar'és cle
rrn ritu¿rl rretódicatttenle instihrido, esto es coclific¿rclo" (1987:96). Sobre
lu irrr¡rortancia clel uso clel derecllo en la vicla instituciortal colonrbiana,
i'é¿urse Deas (r993) 1 Gtrtiérrez (t998).
'+ P¿rri un¿r ide¿t sobre la constrttcciórr sirtrbólica cle probleltras sociales,
r'é¿rseNlurrav Edelrrran (r9fi4 1 r97r). NI¿ís reciellterlretlte, en teoría de
las orqlrriznciones se ha Ittostrado cóttlo las illstitttciolles respottclett a
los probletnns soci¿rles de t¡l trl¿rtera tltre el propósito de legitirllación r
conurnicrción resultit preclonrinatrdo sobre llt realiz¿rciórt de los obietiros
proptrestos; al res¡>ecto r'éuse Crozier r Frieclberg (1977), Di-Nlaggio r
l'orlell (rggr) r' l\{er er (r99r).
LIn eienlplo Preciso tle estl proclttcción jtrríclica, erltendida ell térlni-
''
rros de cornunicación políticl, pttecle verse erl el eshrdio de la nornt:t t¡tte
irrrprrso el tot¡re cle r¡ueclir en I\leclellir en 1989 (García Villegls, r9g3).

["t"'l
t"') |
ITAURICIO GARCíA VILLEGAS

y clel Estaclo cle clerecho, er] beneficio de las soluciones


sinrplenrente políticas. Delllasiacla atención en los fines, los
valores y los princi¡rios constitucionales qlle cons¿rgran url
futuro social nrejor puecle generar un¿r subestil¡ración cle los
derechos en el presente ¡'de los procedinrientos juríclicos
ordinarios. Esto se nranifiesta etr la creerrcia de que es sólo la
política y no el dereclro lo qtre inrporta. Hay aquí ull crlrso
paraclójico cle los hechos y las percepciones políticas, que va
de la debilidacl del sistenra político conro tal a su exaltaciórr
desuresurrcla por las vías clel derecho coustitucional.
Este riesgo tarnbién está ligaclo al uso flexible del clere-
cho, nrul'cornúrn en América Latina desde los tienrpos de la
Colonia, cuaudo las ¡rorlrras provenientes cle Espaira clebían
ser alnolclaclas 1'adaptadas a las coudiciones particulares por
las autoriclades locales (véase García Villegas l,Roclríguez
Claravito, zoot). Las autoridades republicanas irlritrron esta
práctica, de tal rnatrera que los textos cclnstituciolrales, cle-
positarios de los más avanzados principios cleurocráticos y
civiles e irnpecablernetrte copiaclos cle ntodelos forátreos,
pudieran convivir con realidades sociales en buena parte
donrinaclas por el patrinronialistno, el garnonalisnro i'la je-
rarquización social (al respecto véanse Da N{atta, 1987, y
García Villegrs y Roclríguez Garavito, zoor).

Críticas actuales al constitucionalismo aspiracional


El constitucionalisnlo aspiracional no es objeto cle una
aceptación pacífica por parte cle las clifereutes visiones polí-
ticas que operan hoy en día en Arnérica Latina. Sus o¡rosi-
tores son rnuchos y sobre toclo poclerosos, Muchos de ellos
ocupall posiciones clave en los Estaclos l¡tino¿tnrericanos o
en centros cle pensanriento que apoy¿ln las políticas de re-
estnrctnración clel Estaclo, que han siclo puestas en nrarch¿r
en las riltirnas clécadas, Casi todos se inspiran en teorías
econórnic¿ls clel clerecho estadounidelrse, )'en particulrr en
corrientes corrro derecho y econornía (.law and economics)
y, eu el neoinstitttciotralisnro econótnico.

Irr+]
F,l dereclrc conro espetanzd

Clonro ya ftle explicaclo en el crpítrtlo prittrero cle este


libro, los autores cle estos nrovirlrientos cotn¡rarten la iclea
cle c¡re las clecisioues jrrcliciales deben reclucir los costos cle
negocilción -evitanclo c¡re las tensiones reclistributivas tengatr
éxito-, )'por esr r'ía ¿lunretrtrr h ric¡tteza social. Por lo tattto,
los jrreces constitucionales clebeu cleciclir segtin el princi¡rio cle
nr¿rxirnización cle la ric¡ueza (Postter, ry77). La eficiencia clel
lnercaclo se corn'ierte así en el paríttttetro a partir clel ctttl se
rcsuclven las tensiolles frecuelttes que se presetrtan elltre los
clerechos fundanrentales. Aclernás, corlro tanrbién ftre erpli-
c¿rclo ell el capíhrlo pritnero, estas corrielrtes cle ¡rettsanriellto
sin'en cle base a hs refonnas jtrcliciales ert Alnérica L,atina, las
cuales tienen dos propósitos bÍtsicos. Por tut laclo, fortalecer
el sistenl¿r penal, por Itteclio clel atttnellto cle las peltas 1, h
clislnillución cle la itnpunidad. Por otro, elitnitrar el activisnro
iudicial en nrirteria cortstitttciollal, cotr el propósito cle favore-
cer I:l seguriclacl itrríclica cle los clerecltos cle propieclacl'
Los prorrrotores cle estas icleas en Antérica Latina atacan
el corazón clel constitucionalisttto aspiracional, -v etr partictt-
lar el tratalltietrto c¡tte éste cla a los clerechos sociales cotno
clerechos judicializables. En stt opiniótt,lat cotrsitgración qtre
la constituciórr hace cle los clerecltos sociales sólo tiene ttn
car¿ícter sintbólico o, ett el tneior cle los casos, 'progratrtáti-
co'. Iil
constitrrciolralisluo aspiracional, segÍttt esta visiólt,
ternrin¿r cuestion¿urclo y'haciendo inciertos los clerechos cle
pro¡>ieclacl y de libertacl cl/rsicos y, por estit víir, tertnitta siett-
clo perjudicial al nrercaclo tnisttto, al clesarrollo ecottótttico y',
fiullllrente, a la ec¡triclacl, lo cttal, clicett, es paraclóiico si se
tiene en cuenta c¡te los voceros clel collstituciottalisltro ;rspi-
racional fuucl¿rn lo escncial cle stt arguttrentación elt la iclea
de eqriclad. La Ílnica vía factible para la cotrsagraciótt cle
los clerechos sociales, conclttyetr, raclica elr qtle el legislaclor,
a ptrrtir cle un clebate clenrocrático, clecicla cuáltclo existen
los recrlrsos sttficientes para que el Estaclo se cotnprottreta
a proteger los clereclros sociales.
Couro se ve, a partir cle este diagnóstico pesinrista sobre
las políticas reclistribtrtivas clel Estado, el telna cle la itrclicia-

Itr; ]
I\IAURICIO CARCíA VILLECAS

bilidad de los clerechos sociales se convierte etr el centro del


clebate. En el Capítulo 9 cle este libro analizanros y evalua-
nlos los principales aspectos del debate sobre los clerechos
sociales entre voceros clel constitucionalistrro aspiracional y
el constitucionalisrno restrictivo. Por tal urotivo, renlitiuros
al lector a esa parte del libro, y nos abstenenros cle hacer las
explicaciones corresponclientes en este apartado.
Por ahora, basta colr decir que esta iclea entraira una
subordinación cle la lógica cle los clerechos a la lógica cle
la econonía, lo cual represeuta no sólo una clegraclaciórr
de la autotrornía cle lo jurídico,16 sino tatnbién una uoción
co¡rstitucional cliferente cle aquella que hernos denolnilla-
clo presenadord, en cuanto que el árnbito cle los clerechos
funclanrelltales queda prácticamente reclucido al ánrbito cle
los derechos de libertad y pro¡rieclad. Por eso, estamos aquí
en presencia de un tercer tipo de constituciotralisrno, que
ptrede llanrarse c onstituc ion ali smo restrictit o, inspi raclo en
la refornra neoliberal clel derecho y de la jtrsticia qtre está
en crlrso en las úrltinras décaclas, y c¡re ha sido explicada en
los capíttrlos anteriores, en especial ett el segtttrdo.
Daclo que a lo largo de este libro henros sonreticlo esta
refornra )¡ sus presupuestos icleológicos a tttta arclua crítica,
a continu¿rción realizo utra defeltsa precavida del constittt-
cionalisr-uo aspiracional, colno perspectiva qtte -cotrsciettte
de sus riesgos- se e¡rfretrta al constitucionalisltto restrictivo
antes descrito.

Defensa precavida
del constitucionalismo aspiracional

Utrc ntirada desde la sociología iurídica


lJna visión sociológica del clerecho es por lo general
una visión escépticit, cuatrclo no crítica, cle los conteniclos y
postulaclos cle esta clisciplirra. El purrto cle vista jtrríclico es
taurbién con frecuencia clisplicente, o errernigo, del punto

'r'Al respecto, véanse las explicaciones daclas por Fiss (rg86)

Izr6]
El dereclto conn esperdníd

cle vista sociológico sobre el clerecho. Sin ernbargo, el dii-


logo elrtre anrb¿ls nliruclas llo sólo es posible, sino cle una
grarr utiliclad para allrbas disciplinas, colno lo clernuestra la
sociologíl cl¿isica.17 A continuación presento algunas icleas
sociológicas c¡re pueclen aludar a entencler nrejor los fenó-
nle nos constitucionales v, por esta r,ía, ¿r evaluar adecttada-
rrrente el constituciorulisnro aspiracional.
I-o prilrrero es una aclvertenci¿r proveniente cle la teo-
ría social. Llna nrirach sociológica cle la colrstitución alerta
colrtra los peligros teóricos cle clos visiorres opuestas sobre la
rellción clerecho-realiclacl social. La prinrerl cle ellas se pue-
cle <lettorttirrar intentalísta -sigrrierrclo lo diclro por Lau'rence
[,'ricchrr¿rrrls-, ]'c()nsiste en explicar la evolución del clerecho
r lllrtir dcl resultaclo cle sus cle bates internos l,'cle las icleas
qlle van triurrfinclo en tales dellates. La seguncla, que puecle
lhrrrarse nnterialista, consiclera c¡re el clereclto nrcla tiene
¡rara aportlr al c¿rrrrbio social, debiclo a que depencle ellte-
ra¡rrente clel colltexto err el cull .se inserta.
l-a visión liberal clel clerecho suele acloptar un¿l perspec-
tir'¿l intenlalist;r, tnientras r¡ue h visión nrarxista clel tlerecho
por lo gerreral ¿rsurne un¿r perspectiva social ruaterialista. Sin
errrlrnrgo, c¡uienes clefienden los ¡rostulaclos cle /¿w and eco-
ttotttics,no obst¿rlte tener ulr¿r posición o¡ruesta :tl nrarxisrno,
¿lsunrelr talrrbiélr urr punto cle vistn social cle tipo rnaterialis-
ta. [in toclo caso, t¿urto interttalistas conto Iltaterialistas vell
err el clerecllo 1'en los clerechos ilstrunrentos, lrerrarnientls
r¡rte sin'err parl rrrarri¡rular ulla realidacl extenur: o bien se
sul)one c¡ue el clereclro o los clerechos corrstruverr la realiclacl
social rlue c¡tiererr, a partir cle la sirnple crelción cle Irorrnns
llibcrrrlisrrro jrrríclico); o bielr se cree qtre ellos son lrerr¿r-
lrricntas ¿t tr¿trés cle las cu¿rles h clase alta logrl clouriurr ¿r

l¡s <lenr¿ís (rnlrrisrrro); o bien se estinra c¡ue ellos son el urero

'- [,os cl:ísicos r frurclarlores de ia sociologí:r tení¿rn un grrn interés ¡;or


el rol del dereclro derrtro de Il socierlad. Vé¡se \[¿lrx 1r978), l)urklreirn
(r983) r \\'eber (r9q:).
'\ Segrirr Friedrran, "estu lisión ve el clerecho conlo el irbogado le
¿l clerec'lro" ( r989:ro).

[rtl]
resultado clel rnercaclo econóurico ), de la negoci:rción entre
las ¡:artes \latu and econornics).
Corno 1,a fue explicaclo en el capítttlo pritnero cle este li-
bro, el instrunrentalisluo es ulra perspectiva epistenrológica,
cle acuerclo con la cual existe ulla realiclacl social extenla e in-
clepenclierrte de los sujetos 1, las instituciortes, qtte puecle ser
conocida 1'nranipulacla por ellos (Trubek y Esser, 1989). De
esa rnanera, el instrulnentalisnro clesconoce las concliciones
de posibiliclad cle las itrstitucioltes en contextos cle hibriclez
social, cultural e institucional conro el lluestro. En Anrérica
Latina, tenelnos una larrga historia de recepciones frustraclas
de n-roclelos e icleas foráneos. Esto se clebe a que creelnos, o
nrejor, nos c¡uieretr hacer creer, qtre los c¿nlbios trorrnativos
e institucionales operatr por sí tttisuros con itrclepetrcletrcia
de los colrtextos.
Pero la realiclad es otra. Las instittrciones ittfluyert ert el
contexto tanto colno éste en aqrtéllas, lo cttal cla ltrgar al
strrgiuriento de realiclacles itrstitttciollales trttevas 1', cle ciertat
nrarlera, irnprevistas. F,l hecho cle qtte ltal'atnos adoptaclo la
culhlra institucion¿rl espairola dttrante la Colonia llo sólo se
debe a qrre los españoles importarott stts propias itrstitttciotres;
se clebe tarnbién a qrre dichas instituciortes respottclierott
nrejor a una red cle ¡rocleres l'a un¿r estntchlra social cle donri-
nación irnptresta por los españoles nrisnros. Sostener que fue
la ausencia cle políticas liberales cluratrte la Colonia es¡rrrirol:r
lo que cleternrinó nuestro atraso relativo frelrte al irrrperio
britÍrnico, es pasar por alto el hecho cle c¡te el liberalisnro
sólo funciona clesde ciertas concliciones cle igualclacl social y
política que llo teníaruos etr este laclo cle AInérica.
Descle luego, tanr¡roco es correcto clecir qtre las fónnu-
las institucionales son conrpletarnente illritiles nrientr¿rs no
canrbie la realiclacl social. Lo correcto es correctar la clinren-
sión instihrcioual con el corrtexto, e itn'estigar en c¿rcla caso la
nraner¿l conro c¿rcla uno cle ellos illcicle en el otro. Repitarnos
aqtrí lo clicho en el capihrlo prirnero:
Sostener Icouto lo ltacelt los voceros latinoarrerica-
¡ros del neoiustitucionalisurol que ftreron las institucio-

f
zr8l
I;,1 derecho conrc espeftnÉd

nes \, la ctllttlrit espailola las c¡tte cleterulinarcltr nuestra


suerte es pclr lo urenos urra sirrrl>lificaciólr clel problettra
(Ire osctlrece el hecho cle qtte ell btlella Parte ftleroll
hs clases poclerosas las qtte aclaptaron las iltstittlciones a
sus intereses: las élites criollas c¡tte itnportaron las icleas
liber¿rles ftreron las ¡rrineras elr ltacer tlso cle lirtrita-
ciones infonlr¡les lréase North, 1993] o cttltttrales ¡rara
clefender uua estruchtra ecortílnrica cltle les resttltaba
cottvetriente .l')

[in los riltilnos cuarenta años, la teoría social v la filosofí¡


lr¿rrr lrecho gmrrcles esfiterzos por evitlr el instrttntelltalis-
lno. [irr ltrgar cle consiclerar c¡tte la relacióll etltre el srrieto
v cl objeto -o ertre las ilrstittrciolres t'la realiclacl social- es
incleperrcliente v c:tusrtl; llno Y otro se concibelt coltto ele-
rrcntos interclepcttclientes, collstittttir''os. Ni el strieto o las
irrstilrtciortes son extenlos al obieto, por lo tatlto, tro ptte-
clcrr nratri¡rularlo conlo se ttutttipttll tttllt herrtltrienta; tri el
srrjcto o las illstitttcioltes est¿ílt sitrtpletltetrte cleterlttiltrclos
por nn¿r realicl¿rcl c¡tte los clefilte a stt atttoio. No ltav llacl¿l
elr l¿r relacióll entre alrbos elelllelttos (ltle se¿r extertto a la
rcl¿rción ntisrn¿t r', por etrcle, toclo es coltstrtticlo ett stt iltterior.
lihr los ténnilros cle llorrrclierr, el srr jeto est¿i talt "llrttlrd¿tni-
zuclo" conro el lrutnclo "sttbietiviz:tclo". Lo trtisltro pxsa colt
la relacióll entre l¿t ¿rcciritt social 1'las estrttchtras sociales.
Iilrlre ellas existe rrn r'íncttlo cle ilrcicleltcia recíproca, sitt
cle rrrerrtos erterttos o no influiclos por cliclta relación.

", l,os defensores delleoinstitttciotr¡lisrno erl Antérica [,atirra sttelerl


sirrplificirr los postul:rclos de North. EIr efecto, segúrn éste, los resrtltaclos
er;rr¡tteilos países t¡tre ndoptarott l¡s iltstittrciottes de los ¡-.¡'¡135 [lni-
rlos no sr¡n igrrlles, debido a (ltle "¿ltln(ltle lns reglas sotl las tllistll¡s los
rrrecrurisnros de curr¡rlinrienlo obligirbrio, ll fortrla elt (ltle se eierce la
,,bliq¿rtoriecl¿rd, las nonl¿ts cle condttcta t los rnoclelos subjetivos de los
.lc lores no lo son. Por cotrsigttiente, cliferí¿rn trrrk¡ las estrttchtras cle itrcen-
tir os reules conlo l¡s consecuenci¿ts sttprtestas cle las políticas" (r993: r3:,).
\ órrse l¿rrrrbién North, Sunlnrerhillt \\'eirtgast (zooo). L,a ¡efereltci¿t a los
''lrode los srrb jetivos de los actores" es tttl¿t ¡lttsióll clirecta ¿r hs relaciotles

.corrcinric'us en lits r¡tte ellas sttstelttalt y se stlstetrt¿ttr a la vez

lt'ql
I-a crítica al instrurnentalislno conduce a lracer hincapié
etr los colrtextos sociales en los cu¿rles se insertan las consti-
tuciones; por encle, en la uecesidacl de hacer inl'estigación
etnpíricit par¿r ver, etr crcla caso, la Inalrer¿l conro nonna v
realiclacl se constitul'en recíprocarnente, 1' a partir cle allí
enfrentar el problenta clel diseño iustitucionetl, Esta tarea
va eu coutrar''ía de la ilusión liberal, segÍur la cual institu-
ciones que han teniclo éxito en utr país puederr ser prlr¿r )'
sinrplenrelrte trasplantaclas a otro parra obterrer allí los efectos
cotrseguiclos en el país cle origen (Nelken 1, Feest, zoor). De
hecho, la institución que se har 'tras¡rlantrclo' resrrlta cle tal
nlallera afectacla y uroclificacla por el lruevo contexto que se
convierte en otra cos¿I, en otra realiclad iustitucional. El pri-
lner paso clel diseño cotrstituciotral es el esttrdio clel contexto
social en el ctral éste se iuserta. Esto es aÍur nrás necesario
en el caso clel constituciollalisnro aspiracional, caracterizaclo
por nrantener una gran distattrcia entre lo trornrativo \, la
realidacl social.
En Cololllbia, por ejeurplo, existetr grancles obstírculos
para la realización cle los postulaclos constitucionales. LItro
de ellos es la ausencia de urt Estado consoliclaclo l'con ca-
paciclacl cle ejercer aquello que [{obbes llanraba el imperiunt
en toclo el territorio nacional 1'respecto cle todos los ¿rctores
sociales. Otro es la existencia de una socieclacl cou grandes
desigtralclades sociales, cle fonna tal que casi una tercera
parte se encuentra excluida social, ecolrólnica v política-
lnente. La cultura clientelista en el sistenra político es, sirr
cluda, un obstáculo adicional, Se ha visto córno es clifícil
hacer cunrplir tura constitrtción cu¿urclo no se crrenta con
tun sisterna cle representacióu política adecuado. El control
que ejerce Estaclos Liniclos sobre la política crinrinal en Co-
lornbia tarrrbién es un factor que afecta la autouourí¿r clel
texto constitucional.
Es rrury'probable que estos factores negativos llubieran
entpeorado cle no haberse pronmlgaclo la Coustitución de
r99r. Algunos probletnas del sisteura juclicial, por ejernplo,
serían rnucho urás graves hoy en día si la acción de tutela

Irrnl
F.l derecln corno esperdníd

rxr existiera. Sirr clrrda, la clrta cle clerechos actual contr¿lsta


colr l¿l ¿llrterior, \' ¿ltellÍl¿l r.lna larga tracliciíln constituciollal
(llre sc corttentaba con que los derechos fiurclallentales
frrerlrn n)eras cleclar¿rciones sillbí¡licas erl espera cle un frr-
trrro rrrejor (tlprirrrnl', zooo). Pero toclo esto es clnrruuente
ilrsrrficiente. La clistarrcir entre el texto corrstitrrcional v las
re'nliclades sociales colltintia sienclo clernasiaclo gratrcle corrro
¡rrrra pocler clecir c¡ue Clololnbia es un país regido por tlll¿l
c'olrstitución.

l',1 debute sobre los dereclrcs


Si el constitrrcionalisuro rrspiraciorral celrtra lruerur prrrte
cle srts esper¿lrlz¿ls cle cantbio sclcial en los jueces, las pre-
glult¿rs qrre clelleuros lracenlos solr ést¿rs: ¿en qué urerlicla las
clecisiones jucliciales progresistits puecletr ett gettclrar cautbios
soci¿rles sigrrificativos? ¿Fls la ltrclra jtrríclic:t ¿tnte los triburra-
les ulla estrategia provecltosa plra los Irtor''irnielltos sociales
v prrra la izc¡uiercla política? ¿Es el clerecho una herranlienta
eficrrz ¡larl la etturtci¡rrrción socialT
Iistos interrogantes orientarotr el clebate sobre jtteces v
c¿unl¡io social c¡ue tuvo lttgar clurrnte la clécacla cle los ochen-
ta elr llstaclos Uniclos. Ell los años setenta, btten¿t ¡rarte cle la
Itrcha política est¿rba clirigida al logro cle reforntas iuríclicas
o cle clecisiorres jucliciales que puclieratt operar conlo obs-
t¿ícrrlos contra la cliscrinlirraciótr. Estl estrategia se conoció
cclno el cít,il riglús ntoventent. [Jn clecenio ur/rs tarcle, los
:rcaclélllicos se ellfrentaron elr l¿r er,aluación cle esta expe-
riencia. Por ulla ¡rarte, estabnr ac¡uellos ¿rrrtores c¡tre, clescle
lrr sociología clel clereclro, clefendían la ideu cle qtre a trar'és
clc las clecisiones jucliciales poclían lograrse canrbios sociales
sigrrificativos.20 t)or otra, los estttclios críticos clel clerecho sos-
l
trrvierolr posiciorres escépticas freltte las lucllrs jtrríclicas.
liu o¡:inión cle los críticos, h lucha por los derechos civiles
no clio los frutos esperlclos.

' [.]na revisión de esta bibliografíl ¡>uede verse en Rosenberg (rg9r:


:t-ro ).

Izzr]
Sin ernbargo, no toclos los críticos pensarolr lo mistno.
llubo dos posiciones: una radical 1'otra ttroderacla. Los ttrás
radicales defenclieron la idea cle c¡ue la estrategia iuríclica era
una ilusión (Tushnet, 1984, )'Balbus, 1996). En efecto, por
tun lado, debilitaba la lucha política contrahegetnótrica, al
desviar la atención hacia el proceso jtrríclico de refortna, y,
por el otro, su eficaci¿t colectiva tenniltaba sienclo trtíniItta,
claclo el carácter incliviclualista cle los clerechos. Los críti-
cos nroclerados, en catttbio, consiclerarolt qtle, attn cttatrclo
existiera una tendencia a la clourimación, el clerecho, por lo
nlellos en algunos evetrtos, poclía favorecer a los lnovinliert-
tos sociales. llobert Gorclort (t998), por ejenrplo, sostetría
que ell el clerecho -y en particular en stt retórica, elr stls
principios y ell sus categorías- era posible hallar recursos
para obtener veutajas relaciotraclas con el calllbio social.
Descle su punto cle vista, la expecliciótr cle ley'es tto sietttpre
ha beneficiado a los capitalistas; talnbiétr, ¿runque en rlrellor
rnedicla, ha beneficiado a trabaiadores, tntt jeres, pobres, etc.
Los urargitraclos ptteden eventttallrtettte revertir el fin de la
retórica juríclica en su propio beneficio.
Este es entonces tur asttnto abierto a la investigaciótt,
que no puede ser clecicliclo con tln¿t generalización teórica.
Acorcles con esta opilrión, los ntlevos críticos de los años
noventa creen que las refonttas legales de tipo social y colltra
la cliscrinrinaciór-r ptredell ser Lln Ineca¡ristno irtil de la ltrcha
política. Esta posición es generalutente soste¡ricla por clefen-
sores de minorías (Minorv, ry87,y Cretrsharv, 1988) y por los
llarnados estuclios de cotrciencia jtrrídica (r'éase NlcCann,
r99z; N4ccann y March, rygr, y Ewick y Silbey, 1998). En
sn opinión, la incidencia social de las decisiones jtrcliciales
progresistas es utr fetrónreuo cotnpleio qtre ha sido visto de
rnaller¿l sirnplista. Según estos nttevos autores, las clecisiones
jucliciales progresistas no puedetr ser catalogaclas de anteura-
no conlo urera uranipulación icleológica, ni tarnpoco corno
sirnple prueba cle un catnbio social (McCann, 1994).
En Anrérica Latina, el debate clerecho-catnbio social se
plantea en ténninos nretlos instruuretttales que etr los países

Itttl
El dereclrc como espercnza

centrales, es clecir, rnellos ligaclos a la lógica que encadena


propósitos juríclicos, ureclios v resultaclos. Bste hecho tie-
ne varias explicaciones. La priurera se origirrir en que, en
Aurérica Latina, la clistinción clásica entre Estaclo y socie-
clacl civil2r -tanto conro otras clistinciones cle allí clerivaclas:
clerecho-socieclacl, pirblico-privaclo, clerecho-política- strele
ser aÍrn nrás problernírtica cle lo c¡rte es etr los países centra-
les 1', por consiguiente, la autononría clel cliscurso jtrríclico
res¡recto cle otros cliscursos sociales e institucionales suele
ser nr/rs precaria. Iil derecho -partictrlarrneltte el clereclto
priblico- tiene rura rnenor autonollría respecto clel sistelna
político. Lo juríclico aclc¡uiere, en buerra parte,la clin/rnrica
cle lo político, de tal lllanera qne se presenta una especie cle
isonrorfi snro entre cliscrtrsos ¡rol íticos c¡ue respottclell Illellos
a la representación cle intereses sociales que a llleros clebates
icleológicos y llonn¿rs jtrríclicas que obeclecen lnetros a las
rrecesichcles técnicas cle regtrlaciólt social qtte a ttecesiclacles
políticas cle legitirnación institucional.
La seguttcla razón es rttás específica, y' está clirectalttetl-
te liglcla con anterior.
la Cotrsiste en que etr estos países
el clerecho estatal es ttn instrttttrento cle ilrcidencia social
nrhs precrrio de lo que sttele ser elr los países cetttrales.
Dos llecllos evidettci¿ut cliclta precarieclacl: por tllla parte, la
lnarcacla cliferencia que existe etrtre el clerecho escrito (/atr,-
in-books) 1'el clerecho aplicaclo (law-in-action). Btrena parte
clel clerecho escrito o bien fr¿rcas¿r e¡r ténninos instrutnen-
tlles, o bien es creaclo con el obfeto de curnplir propósitos
cliferentes cle ac¡réllos para los cuales fue concebiclo. Por

'' En los países centrales -explica Boaventura cle Sortsa Santos- Ia


¿utononríu del Est¿rclo resultó de necesid¡des e itrtereses originaclos en
el espacio cle la prodncción. En Etrropr, la inclusirialización prececlió al
réginrerr político parlarnerrtario, v éste obedeció a los intereses getterales
de erpansión del capitalisrno. En la senriperiferia del sistenta rtuttrclial, en
c'¡nrbio, la fonnación del espacio cle la ciudachnía precedió a lrt organi-
zlción social, r'cle uraner¡ específica a la organización de la proclucción,
r nr¡rrtuvo sienrpre unr gran ¿rutonornía respecto de aqtrel es¡>acio de
poder (Snrrtos, r998n: r54).

Irt"l
L"))
MATIRICTO CARCíA VILLEGAS

otra, el hecllo clel pluralisrno jttríclico, esto es,la existetrcia


de un anrplio espectro cle fttentes oficiales y no oficiales cle
regulación, que con frecuetrcia se relacionan ett cotttpleias
interpenetraciones.
Si bien el debate tto se pttecle trasladar en los tnisttros
térnrinos, las pregttntas centrales son itttportatltes etr antbos
cotrtextos: ¿es el cottstittrcionalisltro aspiraciorlal benéfico
para los urol'itnientos sociales v las ltlch¿rs etttattcipatorias
en Anrérica Latina? O, por el cotrtrario, ¿clebe este clerecho
ser elrtenclido collro tura estrategia ltlás cle las élites clolni-
nantes para legitintarse en el pocler y tnantener tttu socieclacl
excluyente y clesigual?
La historia clel derecho cotrstitttcional progresista en
Arnérica Latina está llena cle frttstraciotles y fr¿rc¿tsos, !' por
eso nos inclinartos a pelrsar c¡tte éste es tltr esPacio ttr¿ís
propicio para la clonritraciólt qrle para el progreso social. Sin
eurbargo, no hay,'qtre olviclar qtle tllla estrategia corriente cle
legitirnación política consiste elt hacer del derecho lo qtte
éste clice querer hacer, esto es, etr lograr qtle se¿r eficaz. Hay'
que tener en cttenta qtle, atlnqtle la proclucción clel clere-
cho con fines de legitinraciórt ha siclo tttta estrategia tnás o
rnenos fructífera de dolnittación social, talnbiélt es tlll arllla
cle cloble filo, en ctlilttto, evellttlaltnettte, los sílnbolos de
carnbio social 1, protecciótt de clerecltos qtle encarna pttedett
ser apropiirclos por ntovitnientos sociatles, por incliviclttos e
ilrcluso por institttciottes clel Estaclo, \'de tnanera particttlar
por jueces, que se tollr¿ltr el clerecho etr serio v lo trtilizarl
corno ur] instrtttnetrto cle resistetlci¿r o cle elllancipación cott-
tra el pocler ltegetnóttico. En este clso, la fortaleza illterna o
jtrríclica clel Estado pttecle ser tln elenlento írtil para ¿rrtictllar
pr/rcticas sociales enratrcipettorias o, al tIleIlos, cle resisteltcia
lul pocler I regettrót rico.
Las constituciottes aspiraciotratles pttecletr servir paret
reactivar la esperltrza colectiva; pero la esperanz¿r elr tllra
sociedacl nrejor tietre, cotno lir nray'oría cle los valores colec-
tivos futrdarnetrtales, r'arias facetas: tttla cle ellas estír relacio-
nada con la aceptación v confi¿rltza ett el presettte; la otra,

lrr+l
El derecho como esperanz.a

con l¿l posibilidacl cle obtener un c¿lnlbio ftttttro a p¿rrtir de


Lr lcción. La ¡lrinrera es lrn renreclio cotttra la rebelclía; la
segrrrrcla, un reureclio colltra el confonnisnlo. L¿ls coltstitu-
ciones aspiracionitles soll, por un laclo, tttttr coltcesiórl clel
aprrrlto estat¿tl elr belreficio cle las personAs, \'ell es¿ llteclicla
sc trachrcelr elr ull renreclio corttr¿r la rebeldía. Por otro laclo,
tanrbién significatr trna posibilicl¿rcl de ttreioría efectiva cle
los clerechos ciucl¿rclancls -tal ccurto las nonllas lo nlatrifies-
tlur-, \'en ese serrticlo soll unA protttociótt clel catlrbio v tttr
renrcclio contra el confontristno.
Una estrategia grrbertrlttrerrtal posible consiste elr esc¿r-
lorurr nrpor¿tltnerrte estos clos efectos: se expiclen lronIl¿ls
te

prrrrr obtener beneficios políticos innrecliltos cle la acepta-


ciórr popuLrr, para luego lttcltetr por tlna ittterpretaciólt v
aplicación cle los lertos prorrrttlgaclos, cottrpatibles coll las
¡rosibiliclacles ecoltóuticas, políticas ), sociales c¡tte rntleatr
lrr ejccrrciírn cle t¿rles nonnrls. EII Atlrérica Lltitta, los go-
bienros han jrrgaclo con la clitcrollía cle estos clos efectos,
uno cle los cuales se obtiene cle tnatrer¿t itttttecliltlt, ttrielltras
c¡uc el otro se aplaza ctt el tietttpo (García \zillegas, r993).
Pcro ésta lto es lr rinica posibilidad, 1'aqttí r'iette la segttncla
c¿rr¿r clel clereclro progresista. [,a estrategia cle proclttcción
dcl clereclro cotr fines cle legitirrración instittrciottal pttede
terrcr un rtso colttrario al pretencliclo, esto es, traclttcirse
rnlís en ttn renleclio colltr¿r el coltforttlisttto qtte elt tlt.to
corrtra la rebelclía. [-a efic¿rcia cle estr estrategia se origina
elr cl re chazo profurttlo que los cittclaclanos prestatt ¿t tockl
e ¡rtrnci¿rclo qrte :tfecte los ttuis itnportatttes topoí o lttgares

colllnnes cle la conl'ivertcia social, coltto la jrrsticia o la


igtrrrlclacl. Ill abrrso se soporta nreltos cttatrclo, tclelltás cle
scr conociclo, es urencion¿tclo. Por eso, rttr pocler político
c¡rre prtecle ttrattejar ell stt f¿tvor tula sitttaci<itl en l¿r ctral la
irrirrsticia se ve v se siente ellcttelttra reclttciclo su ttlargelt
clc nrarriobra cuatrclo, rcleut¿is cle ser vist¿t t, sellticla, lr ill-
iusticia es clicha.
,\sí, el pocler etttattcipatorio clel constittrcionalisrtto as-
¡riracionirl est¿í err c¡ue contiette un nrens¿tie político, en el

t-.-t
ILL)I
I\IAURICIO GARCÍA VI LLEGAS

cual se concret¿l la iclea cle esperanza clepositacla err los textos


constitucionales, cle llr¿lnera cltre los ¿tctores enctrentran en
clicho rnensaje un pretexto par:r la acciólr política. Fisto es,
el colrstituciotulisnlo rtspiracional es irrrportlrrte ¡rarir las
prácticas políticas ell la urecliclá err que, por un laclo, fircili-
ta la conciencia política errurncipatoril cle algunos gnlpos
sociales excluiclos l', por otro, facilit¿r estr:rtegias posibles
de acción legal 1'política prra reruecliar la situación cle los
afectrclos.12
Aclernás, el constituciorrrlisllto lrspirlcional tiene ulla
clirnensión constitutiva inrportrnte, \'a qlle crea, alrrcla a
crear o fortalece la iclenticlad clel strjeto político. Esto es
especialttrente claro cu¿urclo se trrta cle los llanraclos lzu¿r'os
ntot intietúos sociales, qrre reivitrclic¿lrl recollocilllientos cle
géuero, opirriones o culturas.23 I¡ corte colrstitucional con-
tribul'e a foriar la iclenticlad política cle estos actores, \'por
esa nlisnra r'ía forja su ¡rropia iclenticlacl.
En sum¡, el constitucionalisrlro aspiracional puecle in-
ciclir cle nr¿urera favor¿ble en la realidacl social 1' política
cuanclo es c¿rpaz cle inculcar en l¿r nretrte cle los nrierulrros
cle los nrovinlie ntos sociales y cle las personas, en general, urr
espíritu anticonfonnista, que se fiurda en la afinnación ¿urto-
rizacla de que la injtrsticia existe I'clebe ser renlecliada.
La clirnellsiórl clornirradora clel clerecho aurnent¿r con l¿r
falta cle su uso contrahegernónico por parte cle los gnlpos
), nrovinrientos sociales. Dicho etr otros térmirros, llrielrtras
los nrovillrietrtos sociales tnás se apropien clel derecho v rnás

" Esta apreciación generirl llo difiere de buena ¡rarte de los an¿ilisis
hecl.ros sobre este ter¡ra en los países centrales (Scheingol<l, rg74). Sin enr-
bargo, la ur¿lnera couro clicho efecto sirnbólico opera v sus irlplicaciones
específicas son bien dilerentes en el corrte.rto r¡tre alializarrros.
l
'r Al respecto, r'éanse Fraser (1998), Santos (r9g8a rg98b) r'fl¡rrinrrtv
(zooo). La teoría cle los nrolirnientos sociales ha estucliarlo a fclnclo la inl-
portancia r¡rre tiene Ia conciencia de qtre el canrhio es posil;le en el origen
r de.sarrollo cle los rrrolinrientos sociale.s. AI res¡recto, r'éase el corrce¡rto
de lianing en l\,lcAclanr (r98r), así conro en NtcArlanr, NlcCarthv v Zald
(1996). Para rrn análisis rnás ligaclo a la relación entre clerechos, jtrsticia
v nrovinriento social, r'éase N'lcCann (rg8+) I'Scheirrgold (t9li9).

lzz6)
I1',1 dcrecho cottxo esperanzd

irrcor¡roren la estr:rtegia jtrríclica clentro cle sus estrattegiirs


glolxrles de luclr¿r, lnellos riesgo existe cle c¡re el clerecho
rrspiraciorral se corrvierta en un instrurnento cle clorninaciórr,
v nl¿ís posibilidacles hav cle que opere conlo nlecanisnlo
-entre otros, clitro- de e trt:tnci¡ración socia-.
Las colrstituciorres aspiraciotutles rto solt -contra tttra
r isiílr instnurrentalist¿t- cócligos, sino terretros jrrríclicos de
lrrclra política. Si los nrovinrientos sociales verl ell ellas sinl-
¡rles irrstrrrrnelltos cle clonrirr:rciórr políticl, su lisiórr openr
conlo ull¿l especie cle profecía autclcutuplicla, clebiclcl a c¡ue
el terreno iuríclico cle lrrcha política c¡uecla en nr¿rnos cle
c¡rrieues cletentan el pocler político. Ett sítttesis, pxr¿l qlre
el constitrrcionalisnro :rspirrrcional se¿r ln¿is clerecho v nre-
lros dolllinación política, los gnrpos l nrovilnierrtos sociales
clcbelr asrunir la estrategia cle ver l¿t constitttciótr conlo un
clerecllo v no sitnplelrrertte cottto algo político.

(lonrerrtarins finales
Las ccxrstituciones rs¡riracionales prosperiur 1' tietrett sett-
ticlo en socieclacles elr las cuales existe ultlr gr¿rlr insatisfac-
ciórr con la realiclacl presetrte. Cu¿tttclo corlrp¿rralrlos trttestras
colrstituciones coll las cle los plíses cetrtrales, r'ellros clos
fclrónrenos jtrrídicos clifcrentes. El llecho cle qtte coltstitu-
ciones nr¿rxinr¿rlistas e iclealistas prosperell allí clorrcle Irleuos
gararrtizlclos están los clerechcls 1' clotrcle lllellos recursos
exislell pam lograr ulr canlbio social llo cleja de ser lllr¿r pa-
raclojir perturbaclora p¿rra el constitucionalis¡rto cle nuestros
puíses. ¿Sou las rurestr¿ls l'erclacleras colrstituciones? Si no
lo sorr, ¿c¡rré rurhrralez¿r tienen? ¿Son ellas textos jtrríclicos o
sirrr¡rlernerrte elurnciaclos políticosT
Lls collstituciones aspiraciotrtles se c¿rracterizan por
rlantener una profturch clistancia respecto cle las realichcles
soci¿rles t'políticas r¡ue c¡rrieren transfonllar. lista nrptura estlr
irrscrit¿r en su u¿rtrrraleza firtrlrista 1'progresista. La colrstitu-
ciórr no expresa el país qrte existe, sino el que querernos. Eso
tielre sus ventajas I' sus clesl'etrtaias, conro lo hertros visto.

l rt-f
L--/l
I\IATJRICIO GARCíA VILLECAS

Pero, ¿qué ilciclencia tiene esta brecha etr el concepto 1r l¿


explicación de lo que llanrauros cotrstitución7
En este ensayo lre quericlo enfrent¿rr esta paracloja su-
girienclo, en prinrer térnritro, qtre el cotrstitucionalisnro en
general -y cle rrranera particular el constittrcionalisuro aspi-
racional- nrantiene utra aurbir,'aleltcia etrtre lo jtrríclico y lo
político, 1'que desconocer este hecho etr n¿tcla contribule al
análisis acaclénrico del fellónreno constitttcional. En segun-
do lugar, creo titil que los países latinoarnericatros aclopten
constituciones aspiracionales, pero ello depende cle las con-
diciones partictrlares o del contexto ell el que se iuscriben,
lo cual signiEca que el estudio de este tipo cle constitucio¡res
debe estar acorrrpariado de tura perspectiva propia cle la so-
ciología del derecho constituciotral. Por últirno, he tratado
cle poner en evidetrcia la ltecesiclacl c¡ue teneuros cle crear
una cloctrina constitttciotral y tttra sociología cottstituciottrl,
c¡ue torrren ell serio la ittrportatrcia clel contexto en el cttal se
aplican las collstitttciotres 1'de la disociación qtte tnantienetr
con la realiclacl social.
Lo qtre necesitamos es algo ¿tsí cotno un constitttcionalis-
nro coutextual 1'aspiracional, al tiernpo. Las constituciones
de los países que tienetr gratrdes insatisfacciones corr la reali-
dad social clel presente deben conte¡rer aspiraciorres y rnirar
\racia e\ ftrturo. No obstante, clebe lracetse urr esfuerzo por
exorcizar los tnales o peligros propios del constitttcioltalislllo
aspiracional. Dos cosas clebeu ser tettidas en ctletlta. Elt
prirner lugrrr,lirs expectativas cleben tetrer la posibilidacl cle
ser realizaclas, de tal fortna qtte se evite el efecto institttciorlal
de legitintación sinrbólica' Etr segunclo ltrgar, y ligaclo de
fonna clirecta cotl lo atrterior, las expectativas debetl estar
frrrrdadas en lo que her¡os llalnaclo ult cortsfift¿cionalisnto
militante,es clecir, ett rttr tipo cle constitttciotlalisnlo qtle se
apoye cle llrallera pertrtatreute en la participación activa cle
los actores sociales y los represetrtatltes políticos. No sól'
las constituciottes debetr tltatltener el apol'o de las ftterz.t'
políticas qtre las hicieron posibles, sitto c¡tte tlicltas ftlerz.t'
deben persistir etr el cotttprollriso de hacer factible qttc 1' '

Izz8l
El deteclto como espeÍdttíd

postulados constitucionll es se tracltrzc¿ln ell realicl¿lcles efec-


til ls.
flrra buerra constitución aspiraciorral es aquella que re-
cluce la brecha entre los cleseos ), las realiclacles y c¡ue, por
estar vía, tennin¿r sienclo tanlbiéll un constitucionllisrno
preservarclor, es clecir, un constitucionalislno ernpeñ:rclo err
la protección efectiva cle los clerechos en el presente. Lln
constitttcionrlisnro c¡tre a tral'és cle su aplicación crea su
propio antídoto contra los riesgos c¡rte lo alnenazall: ulr re-
rneclio frente r la ineficacia cle los clerechos, el autoritarisnro
estatal y la politizacióll cle la refonna. Sov consciente de
c¡ue ésta puecle parecer uru solución ecléctica, pero taur-
bién creo c¡ue el eclecticisrno, courbitraclo con una buena
closis cle pragnrnrtisnro, ha aliruentaclo los nreiores frutos clel
colrstitucionalisnro a través de str historia.
Al exponer estas icleas no pretetrdo reclucir la cliluensión
ntópica clel constittrciollalisrno aspiracional. Estas consti-
tuciones corrtinuarán sienclo algo así cotno varit¿ts nrágicas
qne no ftlucionan mu1'bietr, excepto cttlndo las persottas
creen que fitncion¿ur. blll este settticlo, ellas operan conro
el placebo en la neclicitra, c¡ue crtra al etrfernro sin tetrer la
capaciclacl para harcerlo.

lrtgl
IT{AURIC¡O GARCíA VILLECAS

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