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NIÑAS DE LOS SEIS A LOS DOCE AÑOS. ASPECTOS COGNITIVOS, MOTRICES, AFECTIVOS Y
SOCIALES. IMPLICACIONES EN EL DESARROLLO DEL PROCESO EDUCATIVO Y DE ENSEÑANZA-
APRENDIZAJE
1.INTRODUCCIÓN:
Las características básicas del desarrollo evolutivo se apoyan en el análisis de los diferentes
ámbitos del desarrollo de la persona: cognitivo, motor, afectivo y social.
Entendemos por proceso de desarrollo los cambios biológicos y psicológicos que se producen
en la persona desde su nacimiento hasta su muerte; se concibe como un proceso
constructivo que se caracteriza por el papel activo que juega el individuo en la adquisición de
sus logros cognitivos, motrices, afectivos y sociales, sin perder de vista que los diversos ámbitos
mencionados se encuentran estrechamente interrelacionados.
El aprendizaje se produce cuando un conocimiento nuevo se integra en los esquemas de
conocimientos previos, llegando incluso a modificarlos.
El Decreto 27/2014 de junio que establece el currículo de Educación Primaria en la Comunidad
Autónoma de Cantabria establece los objetivos, contenidos, competencias y criterios de
evaluación teniendo en cuenta en todo momento las etapas evolutivas de los niños y niñas. En
su artículo 2 establece que el fin de la Educación Primaria es facilitar a los alumnos los
aprendizajes de la expresión y comprensión oral, la lectura, la escritura, el cálculo, la adquisición
de nociones básicas de la cultura y el hábito de convivencia, así como los de estudio y trabajo,
el sentido artístico, la creatividad y la afectividad, con el fin de garantizar una formación
integral que contribuya al pleno desarrollo de la personalidad de los alumnos y de prepararlos
para cursar con aprovechamiento la Educación Secundaria Obligatoria.
ASPECTOS AFECTIVOS:
En el periodo de los 6 a los 12 años, las figuras más importantes de la afectividad seguirán siendo
los padres, profesores, compañeros y hermanos, los cuales incidirán fuertemente en su
evolución. En el niño de 9 a 11 años coexisten plenamente la infancia y el inicio de un mayor
contacto con la realidad.
Ganan en objetivación y van diferenciando entre el mundo de la fantasía y el de la realidad.
Hacia los 10 años, esto se hace pleno; el niño se da cuenta, definitivamente, del mundo real
ayudado por sus experiencias y vivencias. Finaliza la mentalidad infantil. La curiosidad invade
sus actos, el afán de descubrir y aprender todo, de conocer todos los detalles de las cosas e
incluso su propio cuerpo. Los juegos animados y la actividad intelectual están en auge. Sus
valores están determinados y mediados por los de los padres y los de su entorno; son
influenciables y manejables.
Llegamos a un punto culminante de la infancia que hace que el contacto con la realidad distienda
las relaciones familiares; son más libre. Se separan marcadamente los sexos con diferencias muy
evidentes entre ellos, tanto físicas como sociales y afectivas.
A partir de estas edades, donde comienzan los cambios puberales, debemos ofrecer al niño
apoyo y seguridad, pues es frecuente la aparición de sentimientos de inferioridad, la tendencia
a aislarse y al retraimiento, debido al desequilibrio en el que se encuentra entre el ser todavía
un niño y al comenzar a ser un adolescente.
ASPECTOS SOCIALES:
El niño es un ser eminentemente social. El conocimiento de sí mismo viene dado a través del
conocimiento de los demás. A través de sus experiencias y vivencias, los niños van construyendo
su propia representación del mundo.
La escolarización implica la ampliación de entornos de socialización distintos al familiar, aunque
ésta continúa ejerciendo una notable influencia sobre el niño. La escuela será determinante para
el desarrollo social del niño, ya que el conjunto de experiencias vividas en ella posibilita realizar
análisis cada vez más amplios de la realidad, modificando los modos de pensamiento de sus
alumnos. Refuerza los valores que tenía en la familia e incluso introduce valores y expectativas
nuevas que pueden confrontar con los que posee el niño y entrar en conflicto.
DESARROLLO MORAL:
El desarrollo moral es un aspecto clave del proceso de socialización. En esta etapa, y gracias a
los avances cognitivos y sus experiencias de interacción social, van logrando sus propios
principios morales y una mayor comprensión de las reglas y valores que rigen en la sociedad. La
etapa de Educación Primaria se caracteriza por la aparición de nuevos sentimientos morales:
-El respeto mutuo de igual a igual entre compañeros.
-La justicia que marca las relaciones entre niños y adultos. En estas edades prima la noción de
igual justicia para todos. Utilizan la responsabilidad subjetiva.
El razonamiento moral evoluciona en estos años en situaciones pro sociales: las razones que
ofrecen son más variadas, se vuelven menos interesados y van incluyendo principios abstractos
e interiorizados; es decir, valores propios por los que regir la conducta.
ASPECTOS MOTRICES:
La lateralización se produce entre los 3 y 6 años. Cuando un niño llega a 1º de Primaria con la
lateralidad sin definir es conveniente ayudarlo a organizarse hacia la lateralización dominante.
Como norma general es deseable qué estén cubiertos los prerrequisitos físicos de los
aprendizajes, aunque puedan permanecer algunas torpezas concretas como parar, correr, saltar,
botar, etc.
El alumnado que presenta problemas de destrezas motoras suele ser rechazado por sus iguales;
es por ello, por lo que el papel del profesorado es clave para conseguir la aceptación por parte
de sus compañeros a través del modelado; los alumnos imitarán las formas respetuosas de trato
y de esta se evitará el aislamiento promoviendo comportamientos pro sociales en el aula.
El periodo correspondiente a la Enseñanza Primaria es óptimo para el desarrollo de habilidades
y destrezas básicas, ya que esta etapa se caracteriza por la estabilización, fijación y refinamiento
de los movimientos del niño. Esto ocurre sobre todo en los dos primeros ciclos.
4. CONCLUSIÓN:
En Ed. Primaria es fundamental fomentar la interacción entre iguales. Para ello se pueden
realizar actividades cooperativas y extraescolares (convertir el centro en lugar de cita, de
diversión y de actividades lúdicas) de tal manera que consigamos que los amigos de diversión
coincidan con los de aprendizaje y, así, potencien sus lazos afectivos.
El tipo de vida social de los padres influye directamente en el desarrollo de los niños y niñas. La
educación en esta etapa ha de promover el desarrollo de una mayor autonomía moral, así como
de actitudes de cooperación y tolerancia hacia otros puntos de vista, consolidando a su vez la
conciencia de su propia identidad. Ha de favorecer la plena integración social en un espacio de
convivencia como la escuela, donde el niño tiene la oportunidad de relacionarse con los adultos
que no son sus familiares y con compañeros de su misma edad.
En lo que se refiere a la autoestima, la intervención del educador ha de estar dirigida a mostrar
confianza en las capacidades del alumno, a hacerles conscientes de sus posibilidades
proporcionándoles, a su vez, una visión del límite de éstas y del valor del esfuerzo.
Hay que tener en cuenta que los procesos de enseñanza y aprendizaje son diferentes en cada
niño, no sólo en lo referente a los logros conseguidos, sino también en la heterogeneidad de sus
manifestaciones (diferentes capacidades, motivaciones, ritmos, estrategias). La escuela deberá
tenerlos en cuenta y adaptarse a las peculiaridades del aprendizaje de cada alumno.
BIBLIOGRAFÍA:
-PIAGET.J.: (1989): Desarrollo cognitivo del niño y del adolescente.
-AUSUBEL.D.P. “Aprendizaje por descubrimiento”. En AUSUBEL, D.P (2000): Psicología educativa
-BANDURA, A. (2002): Aprendizaje social y desarrollo de la personalidad. Madrid: Alianza
LEGISLACIÓN:
-Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
-Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa.
-Decreto 27/2014 de junio que establece el currículo de Educación Primaria en la Comunidad
Autónoma de Cantabria