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Configuración y desconfiguración del orden

político en la modernidad

Jaime Alberto Ángel Álvarez

Universidad Externado de Colombia

Facultad de Finanzas, gobierno y relaciones internacionales

Doctorado en Estudios Políticos

2018
Jaime Alberto Ángel Álvarez 2
Configuración del orden político en la modernidad

Contenido

Pág.
Presentación 3

1. EL ESTADO: ALGUNOS ELEMENTOS AXIOLÓGICOS 5

2. EL GOBIERNO: EL PODER CONCRETO E INSTITUCIONAL QUE


CONFIEREN LAS IDEOLOGÍAS Y SUS CRITERIOS MORALES 14
2.1. DEMOCRACIA 23
2.2. TOTALITARISMO 29

3. LOS ESCENARIOS MODERNOS PARA REPRESENTAR Y


ENCARNAR LAS IDEOLOGÍAS 39
3.1. LOS PARTIDOS POLÍTICOS 39
3.2. LOS GRUPOS DE PRESIÓN 42

4. LAS MÚLTIPLES FORMAS DE REORDENAR EL PODER POLÍTICO 46


4.1. REVOLUCIÓN 46
4.2. GOLPE DE ESTADO Y REBELIÓN 48
4.3. EL TERRORISMO 49

5. CONCLUSIONES 50

Bibliografía 53
Jaime Alberto Ángel Álvarez 3
Configuración del orden político en la modernidad

Presentación

El reconocimiento que hacen los ciudadanos del gobierno establecido en un


Estado, de su poder, autoridad e influencia es determinante para la evolución y
funcionamiento del sistema político, pues en aquellos países en los que el pueblo
no reconoce la autoridad establecida, el Estado es proclive a convertirse en un
sangriento campo de batalla, pues el concepto de Estado viene atado al concepto
de gobierno y a unos presupuestos ideológicos bajo los cuales se justifican sus
decisiones políticas para administrar el Estado.

La estructura del Estado afecta de manera fundamental y determinante el


ambiente social y permite ubicar tanto a las organizaciones como a los distintos
factores que inciden en su desarrollo y desenvolvimiento, así como los diferentes
elementos que confluyen en la dinámica social.

Los países y los ciudadanos del mundo, sin embargo, han encontrado en las
revoluciones, en las protestas de la calle, en las rebeliones y hasta en maneras
extremas de hacer política como el terrorismo, formas de manifestar su
indignación. Sin embargo, estos gobiernos han encontrado en la persuasión, las
presiones económicas, las amenazas y las acciones directas los medios expeditos
para lograr los objetivos políticos que se proponen.

La democracia, veremos, encarna los ideales del bien común, en tanto los
regímenes autoritarios encarnan la resistencia a los ideales humanos de felicidad y
calidad de vida que aquí defendemos. Pero no nos engañemos, como en otro
tiempo la cruz sirvió para mentir, hoy en nombre de la democracia se cometen los
más terribles daños al propósito de humanización de las relaciones políticas.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 4
Configuración del orden político en la modernidad

Nos preguntamos ¿qué tipo de decisiones por parte de los gobiernos aseguran la
defensa del Estado como modelo de organización y de ordenamiento social?, ¿qué
posibilidades de contrarrestar ese poder del Estado tienen los particulares?, ¿cuál
es el papel de las ideologías?

Todo nos lleva a plantearnos anticipadamente la hipótesis de que los políticos y los
gobiernos no son confiables, mienten demasiado, los gobiernos le han dado la
espalda a los presupuestos morales determinados en la filosofía moral de
occidente.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 5
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1. EL ESTADO: ALGUNOS ELEMENTOS AXIOLÓGICOS

Los estudios de tipo psicológico y social han concluido que el hombre es, de
muchas formas, un ser naturalmente conflictivo1. Conocer esta condición, que en
ocasiones hasta llega a convertirse en agresividad, es un imperativo para entender
la configuración del mundo actual, pues han sido las guerras y las conquistas las
que establecieron las fronteras actuales del mundo. Hoy no es posible encontrar
algún pedazo de tierra en el mundo que no pertenezca a un Estado.

El estudio de la modernidad implica, en lo político, un estudio exhaustivo de la idea


de Estado, concepto desde el cual podría entenderse todo el conjunto de las ideas
políticas a lo largo de la historia, de ahí su trascendencia y por tanto la dedicación
que merece desde el punto de vista de las investigaciones en filosofía y teoría
política. Tan importante resulta la figura del Estado para comprender de qué se
trata la política, que muchos de los más importante filósofos y teóricos definen a
ésta como el estudio del origen, evolución y situación actual (liberal-burgués) del
Estado; dicho de otra forma, que el asunto central de la política es el concepto de
Estado. “El concepto del Estado supone el de lo político”2, asegura Schmitt.

Ahora bien, para lograr emitir un concepto sobre el Estado, que permita entenderlo


Este es un debate presente en mi tesis doctoral “IMPLICACIONES ÉTICAS Y MORALES EN EL
EJERCICIO DEL PODER DEL ESTADO. Un estudio en perspectiva normativa”, presentada en el
Doctorado en Estudios Políticos de la Universidad Externado de Colombia - Facultad de Finanzas,
Gobierno y Relaciones Internacionales, tesis aprobada con mención de sobresaliente CUM LAUDE,
en Bogotá el 26 de septiembre de 2017, en el capítulo 2 y a propósito de las aclaraciones
conceptuales, en el que se hizo necesario esclarecer el concepto de Estado a la luz de la axiología.
1
TOUZARD, Hubert. La mediación y la solución de los conflictos. Barcelona: editorial Herder, 1981.
p. 23-104. (En el capítulo primero, el autor expone unas consideraciones sobre la naturaleza del
conflicto social, desde las concepciones psicológica, sociológica y psicosociológica).
2
SCHMITT, Carl. El concepto de lo político. Texto de 1932, con un prólogo y tres corolarios.
Madrid: Alianza editorial, 2005, p. 49. (Versión de Rafael Agapito. Título original en alemán: Der
Begriff des Politischen. Text von 1932 mit einem Vorwort und drei Corollarien)
Jaime Alberto Ángel Álvarez 6
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y describirlo de manera rica, completa y suficiente, se hace de nuevo necesario


recurrir a la historia.

Desde la edad antigua los griegos y los romanos mostraron un especial interés en
el tema de la organización y las jerarquías del sistema político. En la edad media,
si bien puede encontrarse una copiosa obra sobre la política, en realidad el estudio
de las categorías que definieran el Estado pasó más bien a un segundo plano, pues
en las pocas ocasiones en que se hizo, le dieron un tratamiento de orden
teológico. Es solo a partir del renacimiento y en la modernidad que el concepto de
Estado cobra real importancia para los filósofos de la política, lo que se evidencia
en un proceso permanente de cambios en la manera de entenderlo, ligados a los
cambios de los diferentes escenarios de la política y de la propia dinámica social
como, por ejemplo, las revoluciones a lo largo del globo, los nuevos paradigmas
ideológicos, las nuevas delimitaciones en la organización de las instituciones
políticas, etc.

Con esta evolución, se fueron cristalizando diferentes teorías o interpretaciones


sobre el Estado, las que prácticamente ningún pensador importante pudo ignorar o
hacerlas a un lado. En últimas, el Estado se convirtió en la más importante y
compleja organización de la sociedad, por cuenta de la política real y la política
ideal.

Desde la perspectiva idealista de la realidad, característica del pensamiento y la


obra filosófica de Platón3 (427-347 a.C), éste desarrolla una teoría sobre el Estado
como una forma ideal de organización social. Lo importante para Platón no es lo
que “es” el Estado sino lo que “debe ser”, sin que esto le reste importancia a su
teoría; todo lo contrario, pues la filosofía política en gran medida se ocupa del
Estado en forma ideal. La idea de Estado se encuentra íntimamente ligada a su
concepto de justicia, según el cual cada hombre tiene algo que hacer en este
mundo y debe hacerlo. El Estado surge por la necesidad mutua entre los hombres
3
PLATÓN. República. Buenos Aires: Editorial universitaria de Buenos Aires, 1977.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 7
Configuración del orden político en la modernidad

de ayudarnos a satisfacer las necesidades. Platón ataca la concepción de un


Estado apoyado en la riqueza o el linaje de sus líderes y defiende la idea de un
Estado aristocrático que se soporta en los talentos de los hombres.

La postura de Aristóteles (385-322 a.C.) frente al tema del Estado es radicalmente


diferente a la de su maestro. A diferencia de Platón basado en una concepción de
política ideal, Aristóteles le preocupa más lo que llamamos la política real y, por
tanto, fundamenta su idea de Estado en la observación de los múltiples fenómenos
políticos observables empíricamente, por lo que algunos epistemólogos le
atribuyen a Aristóteles la creación del método experimental en política. Desde su
perspectiva organicista, ve al Estado como un hecho natural de los hombres,
basado en la conducta instintiva de reunirse en sociedad. Aristóteles4, en defensa
de su idea de ciudad Estado (polis), nos dice que el Estado, estructuralmente
hablando, está por encima de quienes lo componen, ya que el todo está antes que
las partes. Esta idea sería bastante criticada por pensadores como Epicteto y
Cicerón, pues, por ejemplo, las conquistas militares de Alejandro Magno y ni se
diga de las conquistas posteriores de los romanos ensanchando los límites del
Estado, parecen contradecir esta idea aristotélica, lo que demanda un
replanteamiento de la teoría, al menos en este tenor.

Como todos los análisis y las interpretaciones que se hacen durante la Edad Media,
el universo de la filosofía política y la teoría del Estado se vieron afectadas por la
visión teológica que les dieron a todos los asuntos públicos. De cualquier modo,
también para ellos el tema del Estado tuvo su trascendencia. Tomás de Aquino
(1227-1274)5 piensa la figura del Estado como una fuerza rectora de la sociedad
que se orienta hacia el bien común. Históricamente el Estado tiene su origen en la
naturaleza social del hombre, lo que lleva a que los hombres, en su capacidad

4
ARISTÓTELES. Política. Barcelona: ediciones Orbis, 1985. Adaptado de la traducción de Pedro
Simón Abril de 1584.
5
TOMÁS DE AQUINO. De regimine principum (sólo genuino hasta II, 4). En: HIRSCHBERGER,
Johannes. Historia de la filosofía. Barcelona: editorial Herder, 1982. p. 416-419.
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racional, juzguen como lo más deseable superar el aislamiento originario, para


optar por una asociación con los demás, que a la postre le resuelva sus
necesidades básicas. El Estado surge en el trabajo mancomunado para
satisfacerlas. Tomás asegura que la sociedad, una vez organizada, requiere de
hombres que tomen el liderazgo de la multitud, con el fin de evitar la dispersión y
conducirla en dirección del bien común.

Nicolás Maquiavelo (1469-1527) es considerado por los analistas como el creador


del concepto de Estado, tal como lo conocemos desde la edad moderna.
Maquiavelo se encuentra justo en el momento de crisis del sistema económico
feudal, la cristalización de los Estados nacionales, el ascenso de nuevas clases
sociales y en pleno esplendor del renacimiento, todo un ambiente expectante de
explicaciones filosóficas sobre los nuevos fenómenos. Maquiavelo asegura que la
teoría del Estado no se puede ligar al concepto de sociedad, como lo habían hecho
sus antecesores. Expone la idea de Estado nación, en su afán por lograr y justificar
teóricamente la unificación de Italia. Maquiavelo, asegura Arnaldo Córdova, logra
ver en este elemento fundamental de la política la realización empírica del poder,
el ejercicio de autoridad y la preeminencia de esos poderes, encarnados en el
gobierno, sobre una población y un territorio determinado 6. Como su postura moral
afirma que el hombre es malo por naturaleza, termina por considerar legítimo
apelar a todos los medios para que los hombres no dañen al Estado; sin embargo,
contrario a la creencia popular, el contenido ético de sus argumentos no puede
despreciarse, pues le aconseja al príncipe proyectar a sus súbditos especiales
virtudes7. En los capítulos diecisiete y diecinueve de El Príncipe, Maquiavelo se
refiere a la crueldad y la clemencia, se pregunta si es mejor ser amado o temido y
de qué manera debe evitarse ser despreciado y odiado.

6
CÓRDOVA, Arnaldo. Sociedad y Estado en el mundo moderno. México: ediciones Grijalbo, 1976. p.
78.
7
MAQUIAVELO, Nicolás. El Príncipe. Barcelona: ediciones Orbis, 1985. P. 85-100. (Escrita
originalmente en italiano en 1513 e impresa en 1531, luego de su muerte, bajo el título Il Principe).
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Configuración del orden político en la modernidad

Ahora bien, el surgimiento del Estado nacional tiene un trasfondo económico, pues
los grandes cambios que se suscitan en el paso de la ciudad Estado de la
antigüedad y de la edad media al Estado nacional moderno, se originan en los
cambios suscitados de las formas productivas feudales, basadas en una economía
relativamente local y doméstica, a un tipo de economía liberal y capitalista, mucho
más global y generadora de importantes relaciones de intercambio entre ciudades
y pueblos más distantes. El ascenso y progreso del capitalismo y el enfrentamiento
suscitado por este fenómeno con la Iglesia (burgueses vrs. Clero), fueron factores
determinantes para la aparición del Estado moderno. Con estas nuevas formas de
intercambio generadas por el naciente capitalismo la sociedad requiere y demanda
protección para sus mercados nacionales; esto demanda nuevas formas de
gobierno y una nueva concepción de Estado.

En este escenario y dando respuestas filosóficas en otra dirección, Juan Bodino


(1530-1596), realiza estudios sobre el Estado que responden a la nueva dinámica
social y política. En el intento, logra definir uno de los elementos clave que definen
el Estado moderno: la soberanía, entendida como el poder supremo del Estado
sobre su población y territorio, o como él mismo la define:

“…el poder de mandar y de obligar sin poder ser mandado ni obligado por nadie en la
tierra”8.

La soberanía, según él, es perpetua, debido a que está siempre en el Estado y es


independiente de las formas de gobierno que éste adopte; es absoluta ya que
quienes son soberanos no están bajo el mando de nadie, lo que les permite crear
o modificar las leyes; e indivisible. El triunfo de la soberanía de los Estados en la
modernidad coincide casi de manera exacta con el eclipse del derecho natural.
Asegura Merle:

8
BODINO, Juan. Los seis libros de la República. Madrid: editorial Tecnos, 1986. (La obra original, la
más importante de sus publicaciones sobre filosofía política, fue publicada en Francia en 1576, con
el nombre de: Six livres de la République . En 1955 se publicó en Nueva York una importante
versión en inglés con el título: Six Books of the Commonwealth).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 10
Configuración del orden político en la modernidad

“Desde el instante en que los Estados se reconocieron en esta definición y la adecuaron en


su práctica, el debate sobre la noción del derecho natural sólo tuvo un aspecto especulativo…
tampoco es un efecto del azar que asistamos en nuestros días, y bajo una forma renovada, a
un cierto renacimiento del derecho natural” 9.

En suma, los elementos del Estado según Bodino son la familia, la soberanía y la
identidad nacional.

Maquiavelo, tal como quedó insinuado anteriormente, utilizó figuras literarias que
sirvieron para darle mala fama desde un punto de vista ético, de manera especial
en aquellos que han tomado con ligereza su filosofía política. Otro tanto le ocurrió
a Thomás Hobbes (1588-1676). Éste como aquel han sido satanizados moralmente
por usar un lenguaje que no se adecuaba a las maneras literarias acostumbradas
en su época. En su libro más importante sobre filosofía política, Leviatán, Hobbes
utiliza la figura de un monstruo marino descrito en el libro de Job. La tradición
religiosa del siglo XVII, con amplios poderes económicos y políticos, interpretaba
esta figura como un símil que Job hizo del demonio. La dirección y la simbología
que Hobbes le da a esta figura no tiene nada que ver con la de la iglesia, él
interpreta el Leviatán en un sentido de grandeza y como una figura literaria que
quiere simbolizar el Estado. En la filosofía política de Hobbes, el Estado, y este es
el asunto, aparece como un poder que tiene la tarea de preservar los acuerdos, los
contratos y las leyes, favoreciendo el ambiente para que los seres humanos vivan
en comunidad pacíficamente:

“…[los hombres han de] conferir todo su poder y fortaleza a un hombre o a una asamblea de
hombres, todos los cuales, por pluralidad de votos, puedan reducir sus voluntades a una
voluntad…, tal como si cada uno dijera a todos: autorizo y transfiero a este hombre o
asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mí mismo, con la condición de que
vosotros transferiréis a él vuestro derecho, y autorizaréis todos sus actos de la misma
manera. Hecho esto, la multitud así unida en una persona se denomina Estado […] en virtud
de esta autoridad que se le confiere […] el Estado posee y utiliza tanto poder y fortaleza que
9
MERLE, Marcel. Sociología de las relaciones internacionales. Madrid: Alianza editorial, 1991. P. 49.
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por el poder que inspira es capaz de conformar las voluntades de todos aquéllos para la paz,
en su propio país, y para la ayuda mutua contra sus enemigos en el extranjero. Y en ello
consiste la esencia del Estado, que podemos definir así: una persona de cuyos actos una
gran multitud, por pactos mutuos, realizados entre sí, ha sido instituida por cada uno como
autor, al objeto de que pueda utilizar la fortaleza y medios de todos, como lo juzgue
oportuno, para asegurar la paz y defensa común . El titular de esta persona se denomina
soberano, y se dice que tiene poder soberano; cada uno de los que lo rodean es súbdito
suyo” 10.

Hobbes defiende un componente fundamental, en relación con los contratos que


se dan con el fin de crear el Estado: el uso legítimo de la fuerza. En esta tesis
descansan los más importantes análisis del Estado que se hicieron posteriormente.

El concepto de Estado ha sido tradicionalmente un asunto que le compete a la


mayor parte de los filósofos modernos, el listado de autores y estudios casi
coincide con la historia de la filosofía moderna y las tesis de autores como Spinoza,
que asegura que la finalidad del Estado es obtener la libertad humana, o Locke y
Montesquieu, a los que les debemos las ideas entorno a la división de poderes del
Estado: ejecutivo, legislativo y judicial.

Desde un punto de vista normativo, como asegura Alonso, el Estado es un hecho


social real, que orienta el comportamiento de los individuos:

“Independientemente de la postura que se adopte para el estudio y comprensión del Estado,


éste es un hecho social real y concreto que hay que considerar; en él se fundan las
principales acciones políticas, y hacia él se orientan los grupos que buscan trasformar la
política de un país. Así, podemos decir, de acuerdo con Weber, que el Estado moderno: "...es
aquella comunidad humana que en el interior de un determinado territorio...reclama para sí
el monopolio de la coacción física legítima" 11.

Pero ¿ha existido siempre el Estado?; ¿por qué surge? En la comunidad primitiva
no existía un excedente económico que pudiera propiciar la diferencia de los

HOBBES, Thomas. Leviatán. México: Fondo de cultura económica, 1982. Pág.140-141.


10

ALONSO MURGUÍA, Enrique Guillermo y otros. Teoría de las organizaciones. México: Editorial
11

Umbral, 2006, p. 136.


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Configuración del orden político en la modernidad

hombres. Los hombres eran iguales entre sí y por no existir apropiación privada no
había un poder regulador superior en su sociedad; esto es, no existían clases
sociales, por lo tanto, era innecesario el Estado. En este análisis se concluye que:

El Estado surge con el esclavismo, cuando los hombres se empiezan a diferenciar en clases
sociales antagónicas; cuando la relación de explotación del hombre por el hombre sienta
bases reales en la sociedad y la organización gentilicia se derrumba. Ese Estado nace además
con tres características fundamentales: a), la división territorial para la agrupación humana, a
diferencia de la antigua división entre familias o tribus, sostenida en los lazos sanguíneos; b)
el uso exclusivo de la coerción a través de una fuerza pública especializada, como el ejército
y la policía (que representa al Estado en la calle), además de la penalización jurídica de
aquellos que quieran ejercer la fuerza fuera de los elementos autorizados por el Estado; y c)
los impuestos, como sistema tributario para sostener al mismo Estado 12.

En clave marxista se puede afirmar que:

El Estado, por su naturaleza, nace marcado por la lucha de clases y en buena medida como
instrumento de la clase dominante, precisamente para justificar su posición de dominio,
aunque esto hay que tomarlo con reserva y adecuarlo al análisis histórico-social de cada
Estado concreto y sus variaciones reales.
Por otro lado, como el Estado es un producto al que los hombres le han dado vida, algunas
corrientes teóricas plantean la desaparición del mismo; los más notables ejemplos son la
posición marxista y la anárquica. La primera plantea que, con el advenimiento de modos de
producción superiores, las clases sociales desaparecerán y por lo tanto el Estado se hará
innecesario, se extinguirá; la segunda no habla de extinción, sino de supresión del Estado y
de toda autoridad para reorganizar la sociedad en unidades cooperativas y autorreguladoras.
Sin embargo, no nos ocupamos de ellas, ya que por el desarrollo social actual sólo
constituyen, en el mejor de los casos, interesantes hipótesis de trabajo teórico 13.

La aparición del concepto de Estado de derecho se ubica en tres momentos


específicos: En sus orígenes en la teoría Aristotélica, sobre la constitución Mixta, en
el pensamiento de Marco Tulio Cicerón sobre la moderación, la razón práctica y la
vocación republicana, en Tomas de Aquino en cuanto a la mesura del gobierno y a
12
Ibid., p. 136. (Confrontar esta idea original también con MARX, Carlos Y ENGELS, Federico. Obras
escogidas. Moscú: Editorial Progreso, 1975, p. 317).
13
Ibid., p. 136.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 13
Configuración del orden político en la modernidad

su sujeción a la ética y en el derecho debido, en las teorías contractualistas del


Estado, en el debate del positivismo del siglo XIX, hasta las teorías basadas en el
Estado moderno de carácter democrática, basados en la pirámide Kelseniana y la
idea del sometimiento del poder a la juricidad.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 14
Configuración del orden político en la modernidad

2. EL GOBIERNO: EL PODER CONCRETO E INSTITUCIONAL QUE


CONFIEREN LAS IDEOLOGÍAS Y SUS CRITERIOS MORALES

Como ya se advirtió, el Estado, siendo la más importante institución política de la


sociedad, debe cumplir una serie de funciones dentro de cada uno de sus procesos
y dentro de sus estructuras, para lo cual resulta determinante un sistema
operativo: el gobierno. De esta manera, según Bobbio y Matteucci 14, el sentido de
la relación dinámica entre gobernantes y gobernados adquiere una significación
real y concreta.

El tema de los gobiernos puede estudiarse bajo dos significados distintos: el


primero designa el orden de las cosas que rigen en un Estado, y en este sentido se
habla de formas de gobierno para determinar los modos de distribuir las funciones
de coordinación y administración; el segundo significado, más restringido, se
expresa en el órgano constituido generalmente por un Consejo de ministros
presidido por un presidente o jefe de gobierno. Para los fines de nuestra discusión
ideológica preferimos entender el gobierno en el primer sentido. El gobierno está
presente lo mismo en una sociedad atrasada que en una desarrollada. En el
segundo caso, el gobierno puede encontrarse por encima de las demás
instituciones, guiando o apoyándolas mediante diferentes controles legales,
mientras que en las sociedades atrasadas el gobierno se impone sin control,
violentando los mínimos presupuestos jurídicos. Así, el gobierno es ejercido por la
mayoría o es ejercido por una minoría.

14
BOBBIO, Norberto y MATTEUCCI, Nicola. Diccionario de política. México: Editorial Siglo XXI, 1982.
p. 1242.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 15
Configuración del orden político en la modernidad

Al gobierno se debe el equilibrio de la libertad y el control de los miembros de la


sociedad para asegurar su supervivencia y cohesión. Ahora bien, el gobierno puede
expresar varias cosas, y todas ellas se entrelazan: a) tiene funciones, b) mantiene
el orden, y c) hace cumplir las normas o procedimientos de la estructura que lo
mantiene. En consecuencia, el gobierno es considerado como el órgano
fundamental de control del poder dentro de un Estado.

Aunque como ya lo expresamos, preferimos pensar el gobierno en forma


institucional, cabe advertir que el gobierno no sólo es una institución, sino también
una asociación, y tanto de una forma como de otra constituye parte del Estado,
que es una amplia organización política de la sociedad.

El gobierno es la forma concreta, institucional, que el Estado tiene para lograr sus
propósitos. La forma de gobierno con que cuenta cada Estado, el estilo de
gobierno, la manera como toma las decisiones políticas, es lo que va a determinar
el régimen político imperante en una sociedad. El Estado, entendiéndolo como la
más importante institución social, debe contar un sistema operativo, por así decir,
que le permita cumplir sus funciones sociales, centradas en hacer realidad la
orientación política del Estado y hacer posible la organización política de una
sociedad. El gobierno es el encargado de cumplir dichas funciones:

“El gobierno como institución política cumple la función permanente de mantener la cohesión
de la sociedad, es un órgano cuya tarea consiste en imponer las reglas de conducta y los
procedimientos que sean necesarios para que el orden social y político se mantenga. En este
sentido el gobierno tiene supremacía sobre las demás instituciones políticas de una sociedad,
supremacía que está garantizada por la tendencia a monopolizar el uso de la fuerza” 15.

De esta manera, la relación causal entre gobernantes, los que gobiernan el Estado,
y gobernados, el grupo de personas sujetas al poder del gobierno en un área
estatal adquiere verdadera significación empírica. En términos de los tres poderes
públicos, el gobierno se refiere a la figura del ejecutivo, por lo que también se le
15
ACOSTA, Fabián. Universo de la política. Bogotá: Colegio de la Salle, 1995. p. 80.
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Configuración del orden político en la modernidad

da el nombre de rama ejecutiva del poder público. En términos comparativos, cada


sistema político cuenta con un estilo de gobierno diferente, no solo que define el
tipo de régimen político, sino las relaciones de él con el legislativo o parlamento y
con el poder judicial. Así identificamos regímenes de tipo democrático y regímenes
autoritarios. El gobierno está constituido, de una parte, por las personas que
ejercen el poder político, y de la otra, por el conjunto de organizaciones a las que
se confía el ejercicio de ese poder; es decir, forma parte del gobierno la
presidencia, los ministerios, las gobernaciones y las alcaldías, tanto como el
presidente, los ministros, alcaldes y los gobernadores.

El origen de los gobiernos modernos lo encontramos en la profesionalización de la


política por vía de la evolución constitucional, que va acentuando cada vez más,
con el paso del tiempo, la figura de los políticos como dirigentes, que fortalecen su
función dentro del sistema político en la necesidad de centrar la administración,
formalmente unificada de toda la política, interna y externa del Estado, en la figura
de una persona (el estadista). Antes de esto, la figura del político está más en
relación con la figura del consejero o los guías de los monarcas. Se va dando una
tensión cada vez más acentuada entre el autoritarismo y los funcionarios
profesionales, conflicto orquestado principalmente por los también nacientes
partidos políticos que necesitaban de un líder:

“Los cuerpos colegiados oficiales no eran, en cuanto tales, órganos del poder realmente
dominante de los partidos, y no podían ser, por tanto, titulares del verdadero gobierno. Para
afirmar su poder en lo interno y poder llevar a cabo una política de altos vuelos en lo
externo, un partido dominante necesitaba, por el contrario, un órgano enérgico, digno de su
confianza e integrado solamente por sus verdaderos dirigentes; este órgano era
precisamente el gabinete. Al mismo tiempo, frente al público, y sobre todo frente al público
parlamentario, necesitaba un jefe responsable de todas las decisiones: el jefe del gabinete.
Este sistema inglés de los ministerios parlamentarios fue así trasladado al continente. Sólo en
América y en las democracias que recibieron su influencia se constituyó, frente a este
sistema, otro distinto en el cual el jefe del partido victorioso es situado, mediante elección
popular directa, a la cabeza de un equipo de funcionarios nombrados por él mismo y queda
Jaime Alberto Ángel Álvarez 17
Configuración del orden político en la modernidad

desligado de la aprobación parlamentaria salvo por lo que toca al presupuesto y a la


legislación”16.

En los últimos dos siglos se asentaron en el mundo diferentes formas de organizar


la política, unos modelos más proclives a la democracia y otros de tendencia
totalitaria o autoritaria. Más allá del sistema político, esto es muy importante
incluso para entender el orden mundial actual en perspectiva económica, pues
existe hoy una tendencia generalizada por parte de los inversionistas
internacionales en tener en cuenta esta clasificación como punto de referencia,
privilegiándola por sobre la clasificación de países ricos y pobres. Para los grandes
empresarios el ambiente democrático es percibido como el escenario perfecto para
dinamizar sus economías. Así las cosas, durante la modernidad se consolidaron
diversos proyectos políticos que concretaron el poder revestidos por el manto y la
promesa que acompaña siempre las ideologías políticas de lograr un mundo mejor.
Más allá de los datos cuantitativos y cualitativos de las diferentes ideologías, de lo
que se trata es de encontrar, a partir de semejanzas y diferencias, cómo surgen y
se caracterizan en función de su ejercicio de poder. La clasificación puede hacerse
a la luz de los análisis que se realicen y de los marcos de referencia históricos y
filosóficos que sean tenidos en cuenta.

La clasificación que hace Platón de los regímenes políticos con seguridad se vio
inspirada en Sócrates, para quien existían cinco tipos de régimen: El reinado o
aristocracia, o régimen de la ciudad justa, es el gobierno del mejor o de los
mejores y va dirigido a la bondad o la virtud; la timocracia, es el gobierno de los
amantes del honor o de los hombres ambiciosos que va dirigido a la superioridad o
a la victoria; la oligarquía o el gobierno de los ricos en que la riqueza es lo más
estimado; la democracia, que es el gobierno de hombres libres en que la libertad
es lo más preciado; y la tiranía, que se trata del gobierno del hombre

16
WEBER, Max. El político y el científico. Madrid: Alianza editorial, 2001. p. 106-107. (Escrito
originalmente para una conferencia, por invitación de la Asociación Libre de Estudiantes de Munich,
durante el invierno de 1919 y publicada como libro en el verano del mismo año).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 18
Configuración del orden político en la modernidad

completamente injusto, en que predomina la injusticia más incondicional y


desvergonzada17.

En la obra de Platón, especialmente “República” y “Político”, nos hemos enterado


de la manera de pensar de este filósofo respecto a la clasificación de los gobiernos.
República18, es traducida del griego politeia, que en general designa la forma de
gobierno de una ciudad, lo que le da a ella su carácter y define el tipo de hombre
que la gobierna. Platón diferenció los tipos de gobierno en regímenes buenos o
ideales y regímenes inferiores o formas corruptas de administrar la ciudad, tal
como lo había hecho su maestro. El ideal sería el aristocrático o monárquico, pues
al frente del Estado estría el mejor hombre entre los mejores, por su sabiduría, por
sus virtudes y por su completo sentido de justicia y de él se derivarían otras
formas de gobierno. La timocracia es el gobierno de las clases superiores, de los
más ambiciosos, atraídos por el dinero están más atentos a su enriquecimiento
personal y menos atentos al bien de la comunidad, es el gobierno de los hombres
dotados de buenas habilidades para la caza y el deporte, buenos soldados, hábiles
en la guerra. La oligarquía es el gobierno de pocos, de los más adinerados, de los
más codiciosos, codicia que la hacen pública y de la que no se avergüenzan y más
bien se convierte en un principio del gobierno, lo que explica que los gobernantes
sean los más hábiles explotadores, son políticos que aparentan saberlo todo pero
en realidad saben muy poco, convirtiendo a la política en una cacería de puestos,
obstaculizando el trabajo digno de los gobernados, haciendo de ellos una
comunidad poco cohesionada, condenando el Estado a su impotencia. La
democracia, el estado ideal de cosas político en la actualidad, era para Platón, que
vivió todas las malas experiencias de la primera forma de gobierno democrático en
Atenas, aún peor que el gobierno timocrático o que el gobierno oligárquico. La
democracia es el gobierno caracterizado por la libertad en las acciones y en la
17
STRAUSS, Leo y CROPSEY, Joseph. Historia de la Filosofía Política. 3 ed. México: Fondo de
Cultura Económica, 2001. (History of Political Philosophy. Primera edición en inglés: 1963,
University of Chicago). P. 70.
18
PLATÓN, Op. Cit.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 19
Configuración del orden político en la modernidad

palabra, lo que lleva a la política a una especie de anarquía, tanto en el hacer


como en el hablar, a la negación de la autoridad que ordena y limita las conductas,
es un mundo que no respeta la moral. La tiranía es en el orden que llevamos, la
forma más corrupta e indeseable de gobierno y surge como resultado del
desbordamiento de la libertad promovida por la democracia.

“…si consideras una injusticia llevada ya a su último grado, que hace en extremo feliz al que
la comete y del todo desdichados a los que la sufren y no quieren cometerla. Me refiero a la
tiranía que arrebata, mediante la fuerza y el fraude, y no en pequeñas partes sino en su
totalidad, lo bienes ajenos, ya sean sagrados o profanos, privados o públicos” 19.

Hemos descrito de manera sucinta, no sólo los diferentes tipos de gobierno, en el


primer intento que se conoce por clasificarlos, sino también los mecanismos según
los cuales, desde la óptica de Sócrates y Platón, se generan dichos regímenes.
Derivada de esta primera perspectiva, la clasificación de Aristóteles ha sido tal vez
la más utilizada posteriormente. Aristóteles 20 concibe tres tipos básicos de
regímenes: el gobierno de uno solo es en su forma pura una monarquía y en su
forma corrupta es un estilo de gobierno tiránico, el gobierno de pocos es una
aristocracia y en su forma corrupta por lo general tiende a la oligarquía, y el
gobierno asumido por todos se constituye en democracia, pero puede en sus
formas corruptas ser proclive a la demagogia.

Como es evidente, para Sócrates, Platón y Aristóteles la esencia del gobierno


reside esencialmente en un criterio numérico, de cuántas personas asumen el
control del Estado y cómo incide sobre los gobernados, razón que motiva siglos
después a Montesquieu21 a reelaborar la concepción de los tipos de gobierno,
haciendo la distinción entre la naturaleza y el principio de gobierno. La naturaleza
del gobierno se define por el criterio numérico y en la manera de entender el
ejercicio del poder político; mientras que el principio de gobierno se refiere a la
19
Ibid, p. 120-121. 344 a.
20
ARISTÓTELES, Op. cit.
21
MONTESQUIEU. El espíritu de las leyes. Barcelona: ediciones Orbis, 1985. (Título original: De
L’esprit des lois. Traducción de Mercedes Blázquez y Pedro de Vega).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 20
Configuración del orden político en la modernidad

actitud que propicia que los gobernados acepten como legítimo ese poder: para la
república, la virtud, para la monarquía, el honor y para el despotismo, el miedo.

Las organizaciones políticas contemporáneas deben tener en cuenta otros criterios


que reflejen la realidad política vivida en el último siglo. Duverger 22 logra resumir
toda esta experiencia, clasificando las formas de gobierno en cuatro divisiones
básicas, que dependen de la estructura económica en las que se enmarcan y parte
de los dos modelos de producción dominantes en el mundo durante el último siglo:
el capitalismo y el socialismo. De esta manera, los modelos nacidos a partir del
capitalismo serían las democracias occidentales pluralistas y los sistemas
capitalistas monolíticos de tipo dictatorial. Como ejemplos de regímenes
capitalistas pluralistas tenemos las denominadas democracias occidentales como
Estados Unidos, Canadá, Japón, México, Bélgica, etc.; y los regímenes capitalistas
monolíticos estarían representados por las llamadas dictaduras fascistas, como la
de Chile durante el gobierno de Pinochet, la Alemania de Hitler o la Italia
gobernada por Mussolini. Mientras los nacidos de regímenes socialistas serían los
regímenes autoritarios y liberales. Los modelos que tienen su origen en el
socialismo serían, según esta clasificación, los regímenes autoritarios y los
liberales. Dentro de los regímenes socialistas autoritarios caben, según Duverger,
todos los gobiernos socialistas que sobrevivieron hasta finales del siglo pasado, ya
que por la misma naturaleza de la confrontación entre sistemas, los gobiernos
socialistas tienen que proteger su estructura económica y sus instituciones sociales
de manera radical, de allí que sus sistemas políticos se caractericen en general por
la existencia de un régimen fuerte de partido único, en donde sólo tienen acceso
una clase privilegiada, tanto en lo político como en lo ideológico. Los regímenes
socialistas liberales sólo son una hipótesis de análisis político, que habrán de darse
sólo cuando las condiciones de la política internacional se trasformen. Gobiernos
como los socialistas que se dieron en España y Francia durante la década de los

22
DUVERGER, Maurice. Instituciones políticas y derecho constitucional. Barcelona: Ariel, 1970.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 21
Configuración del orden político en la modernidad

ochenta, no cabrían en clasificaciones de socialistas liberales, sino de capitalistas


pluralistas, pues su base económica es esencialmente capitalista.

Weber23 los clasifica a la luz de la legitimidad, bajo tres principios fundamentales:


tradición, cualidades personales demostradas por los líderes y el ejercicio de poder
en forma legal. Esto lo lleva a caracterizar las formas de autoridad en tradicional,
carismática y legal. Según él, pueden estar incluidas las tres formas dentro de un
mismo sistema político. Montenegro en los años cincuenta realiza una
diferenciación basada en la identificación y la definición ideológica de los sistemas
y en la interdependencia entre tres factores: el individuo, la colectividad y el
Estado:

“El remoto origen de esa interdependencia reside en el hecho de que, al despuntar la aurora
de su existencia sobre el planeta, el hombre, el animal político de que hablara Aristóteles,
encontró indispensable y provechoso asociarse con sus semejantes para hacer frente a la
lucha por la vida.
En un constante y dinámico proceso de adaptación a sus necesidades y aspiraciones
crecientes, desde lo simple y rudimentario de la prehistoria hasta lo complejo del mundo
contemporáneo, el hombre fue diseñando y organizando diferentes normas de convivencia
dentro de las cuales surgió ineludiblemente el concepto de autoridad. Lo que da su identidad
propia a un esquema político es el carácter de sus normas: su inspiración, sus fines, el radio
de acción que tienen y el papel más o menos preponderante que en cada acontecimiento
desempeñan el individuo, el Estado o la colectividad” 24.

El gobierno, bajo la estructura de poder que le confiere el Estado, va conformando


lo que en conjunto se denomina sistema político, esto es, una serie de
instituciones, grupos y procesos políticos en interdependencia recíproca. Por la
cantidad de tipologías que se han dado en la dinámica social de los pueblos y las
clasificaciones establecidas por los analistas, es necesario que los estudios políticos
tengan en consideración todo el conjunto de factores históricos, sociales y
culturales de la sociedad específica que se estudia, para evitar generalizaciones
23
WEBER, Max. Op. cit., p. 85.
24
MONTENEGRO, Walter. Introducción a las doctrinas político económicas. México: Fondo de
cultura económica, 1994. P. 13. (Primera edición en 1956).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 22
Configuración del orden político en la modernidad

absurdas o irreales sobre el tema del gobierno.

En síntesis, en las diferentes formas de la ecuación individuo-comunidad-Estado,


aparecen los caminos del pensamiento político: liberalismo, democracia, los
diferentes tipos de socialismo (utópico, cristiano o reformista), el cooperativismo,
el marxismo, comunismo, anarquismo, fascismo o nazismo.

2.1. DEMOCRACIA

Al comenzar el siglo XXI, las condiciones favorables que prometía el ambiente


político, en términos del triunfo de la democracia a nivel global, luego de la caída
del muro de Berlín, no presentan sino decepciones. Hoy solo algo más de la mitad
de los habitantes del planeta cuenta con una democracia.

Visto por número de habitantes de un Estado, la India, con mil millones de


habitantes, resulta ser la mayor democracia del mundo. La India es un ejemplo
muy particular de régimen democrático, pues su estructura política es una
combinación de parlamentarismo y presidencialismo. Tiene un congreso con un
parlamento muy parecido al congreso norteamericano y un gobierno muy parecido
al británico, con un primer ministro. Esta combinación de instituciones británicas y
americanas ha funcionado bastante bien, pues le ha significado enormes
progresos, no solo desde el punto de vista político, sino también social y
económico. La India es una democracia federal en la que cada Estado goza de
amplios poderes a costa de un Estado central.

Volvamos atrás en el tiempo. Hacia el año 500 antes de Cristo la antigua Grecia
estaba dividida en más de doscientas ciudades Estado que luchaban
constantemente entre sí. La más famosa de esas luchas fue la guerra de la
península del Peloponeso entre Atenas y Esparta. Ninguna ciudad era lo
suficientemente fuerte como para conquistar y someter a las demás. En este
periodo se produce un cambio en las tácticas militares; en lugar de la caballería, el
arma dominante pasa a ser la infantería pesada, una infantería muy bien armada,
Jaime Alberto Ángel Álvarez 23
Configuración del orden político en la modernidad

con un escudo en un brazo, protección en las piernas y esos maravillosos cascos


griegos con protección para la nariz. Se introduce la movilización popular. No era la
caballería de la aristocracia la estrategia dominante, todos los ciudadanos
participaban en este tipo de guerra. La democracia surge porque los ciudadanos
sabían luchar y luchaban para defender la ciudad Estado y cuando volvían de la
guerra querían participar en la toma de decisiones políticas. Era gente que sabía
matar, por tanto, quienes tenían el poder debían tomarles muy en serio. En este
clima de conflicto nacería la democracia en Atenas.

Con la llegada de la democracia los altos puestos públicos ya no estaban


destinados a altos dignatarios. Desde entonces los líderes tenían que ganarse el
apoyo del pueblo. Pericles, un gran orador, sería escogido catorce veces en treinta
años. Pericles tenía una visión muy optimista de Atenas, habían aprendido a
comercializar con otros pueblos, sentía orgullo por las distracciones para el espíritu
que habían inventado con la literatura y la filosofía, las competiciones y
celebraciones a lo largo de todo el año y la construcción de lujosas instalaciones
para el ocio, lo que les permitía olvidarse de sus preocupaciones 25.

Etimológicamente, el concepto democracia proviene de los vocablos griegos


demos, pueblo y kratos, autoridad o gobierno. La democracia defiende, por
definición, la idea política de soberanía popular, es decir, el derecho del pueblo en
su totalidad a gobernarse por sí mismo, una forma de gobierno que tiene como
propósito lograr ver representado en el estilo de gobierno los intereses de todos
los gobernados, lo que se opone a la idea que defiende un poder divino que
encarnaban y ejercían los monarcas de la edad antigua y la edad media,
especialmente, y en contra de la predestinación que defendían algunas ideologías,
favoreciendo el poder de algunas minorías selectas.

25
WARNER, Rex. Pericles, el ateniense. México: editorial Hermes, 1990. (Título original en inglés:
Pericles, the Atenían, publicado por primera vez en 1963. Traducción de Roberto Bixio).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 24
Configuración del orden político en la modernidad

El tema de la democracia ha tomado tan variados matices y significados, que hasta


podría decirse que por momentos parece ser parte tan sólo de lo que hemos
denominado la política abstracta, pero puede estar lejos de encontrar su asiento
en la realidad. Por ello se requiere complementarla y explicarla con otras
definiciones, en cada momento histórico al que nos podamos referir. Por su
historia, es justamente que comprendemos que la democracia es una forma de
gobierno oscilante, cambiante y en continua evolución, pues evidentemente no es
lo mismo referirse a la democracia de Atenas que a la democracia más moderna, a
la que se refiere, por ejemplo, Alexis de Tocqueville 26 (1805-1859) en Estados
Unidos, haciendo una mezcla extraña de conservatismo liberal, en la que siendo un
aristócrata por instinto y menos progresista que los británicos, asume el progreso
de la historia política y termina por aceptar y reflexionar sobre la democracia a
partir del reconocimiento de la expansión del parlamentarismo, del censo electoral,
la defensa de la sociedad respecto al ejecutivo, las cambiantes relaciones laborales
entre obreros y patronos, al tiempo que hace una gran crítica al estilo de vida
americano, entre otras cosas. Como nos recuerda el autor, todavía hoy tal vez nos
sea difícil determinar cuál sea la sociedad perfecta; insistimos en descubrirla y
construirla:

“Nadie, en la tierra, puede afirmar todavía, de manera absoluta y general, que el estado
nuevo de las sociedades sea superior al antiguo; pero ya resulta fácil ver que es distinto. Hay
ciertos vicios y ciertas virtudes que estaban ligados a la constitución de las naciones
aristocráticas, y que son tan contrarios al genio de los pueblos nuevos que no se podrían
introducir en su seno. Hay buenas inclinaciones y malos instintos que eran extraños a las
primeras, y que son naturales en los segundos; ideas que se presentan por sí mismas a la
imaginación de los unos, y que el espíritu de los otros rechaza. Son como dos humanidades
distintas, cada una de las cuales tiene sus ventajas y sus inconvenientes particulares,
bondades y maldades que les son propias. Hay que guardarse mucho, pues, de juzgar a las
ideas que se han extraído de aquellas que ya no existen. Hacerlo sería injusto, porque esas
26
DE TOCQUEVILLE, Alexis. La democracia en América. Barcelona: ediciones Orbis, 1985. (De la
selección de textos de J. P. Mayer, de la obra original en francés La démocratie en Amérique,
publicada la primera parte en 1835 y la segunda en 1840. Traducción de Marcelo Arroita-Jáuregui).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 25
Configuración del orden político en la modernidad

sociedades, que difieren prodigiosamente entre sí, son incomparables. Apenas sería más
razonable pedir a los hombres de nuestro tiempo las virtudes particulares que se desprendían
del estado social de sus antepasados, puesto que ese mismo estado social ha caído, y ha
arrastrado, confusamente, en su caída, a todos los bienes y todos los males que
comportaba”27.

Entendemos que la democracia, como sistema de gobierno, tiene cambios,


cambios que pueden significar progreso o regreso en el tiempo, en términos de
relaciones de poder político. La democracia tiene como supuesto implícito el
fortalecimiento de la participación en las decisiones de gobierno y en la fijación de
las reglas de juego de la política, por lo que podríamos decir que existen, en
general, por lo menos tres tipos de democracia: directa, representativa y
participativa.

En todo caso, la democracia se ha concretado en la modernidad en tres


escenarios, los mismos que devienen históricamente de las grandes civilizaciones:
la república, el parlamentarismo y el presidencialismo. Veamos.

El período romano, dentro del cual nos interesa hacer aquí un análisis político
sucinto, corresponde en el tiempo al período comprendido, aproximadamente,
desde su fundación en el año 753 a.C. hasta el momento de su fin como imperio,
en el año 476 d.C.28. La mayoría de los historiadores coincide en afirmar que
durante este tiempo se dieron en Roma tres períodos históricos: la monarquía,
desde el año 753 al 509 a.C.; la república del año 509 al 27 a.C. y el imperio, del
27 a.C. al 476 d.C. El primer período, que se caracterizó por la aparición de la
sociedad y las primeras instituciones políticas romanas, no nos interesa tanto como
los dos siguientes.

27
Ibid, p. 283.
28
WINKS, Robin. Historia de la civilización. México: Pearson educación, 2000. p. 51-72. (Traducción
de Héctor y Roberto Escalona, de la obra original en inglés A History of Civilization, Prehistory to
the Present, en 1996).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 26
Configuración del orden político en la modernidad

Luego del período monárquico de más de un siglo, liderado por los etruscos, el
poder en Roma quedó en manos de las grandes familias patricias de la ciudad, es
decir, de los grandes terratenientes que depusieron a los monarcas etruscos y los
mandaron al exilio, formando una república. La palabra república viene de la
expresión latina res pública, que significa literalmente la cosa pública, la cosa del
pueblo o la cosa de todos, que es una forma de gobierno basada en el concepto
de que la soberanía reside en el pueblo, quien delega el poder de gobernar en su
nombre a un grupo de representantes elegidos. Es un concepto contrario al de
monarquía, donde el poder político está a cargo de una persona.

En Roma, la república era una forma de gobierno democrático y al mismo tiempo


autoritario. El poder era detentado por los senadores de la aristocracia romana y
los magistrados y cónsules elegidos por el pueblo. Este sistema duraría 500 años.

En la práctica el concepto de república ha sido ampliado, distorsionado y


corrompido de diversas formas, lo que dificulta la posibilidad de definir de una
manera única el término. En principio, es importante diferenciar entre república y
democracia. En el Estado republicano teórico, en el que el gobierno se convierte en
el representante de los deseos del pueblo que lo ha elegido, república y
democracia pueden ser dos conceptos idénticos. Sin embargo, las repúblicas que
se han dado con el paso de la historia, jamás se han ajustado a un único marco
conceptual, por ejemplo, en el siglo pasado la república sirvió para presentar
Estados con regímenes democráticos, pero también con regímenes de partido
único y dictaduras, en la antigüedad para referirse a un período de la historia
política de Roma y a principios de la modernidad para referirse al logro político de
la revolución francesa. En la actualidad, la república designa a todo Estado cuya
jefatura es responsabilidad de un presidente o una figura política similar y en
contraposición a la figura de un monarca.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 27
Configuración del orden político en la modernidad

Por su parte y también para comprender de qué manera se concreta


institucionalmente la democracia, es importante entender el modelo
parlamentarista. El parlamento indica la reunión de representantes del pueblo para
elaborar las leyes de la nación. El parlamento se origina como un organismo de
consulta de los reyes absolutos o los gobernantes únicos, que requieren consejo
de las personas notables, previamente designadas por ellos; hasta convertirse en
una representación popular y aun en ciertos casos de elegirlo; en numerosos
países aún hay parlamentarios de designación directa, en otros existen dos
cuerpos legislativos, la Cámara Baja y la Cámara Alta, siendo aquélla de elección
directa entre los elegibles, y ésta formada por los notables que pueden ser de
designación directa, hereditaria (lores) o electos de otros estamentos (alcaldes,
presidentes de corporaciones, etc.). El régimen parlamentario es variable según las
condiciones de gobierno del país, su régimen y su sistema: está en relación con la
existencia de partidos políticos, formas electorales, pluralidad de opiniones,
presidencialismos, autocracia, etc. Puede decirse que hoy no existe ningún país sin
Parlamento, aunque éste pueda revestirse de todas las formas, desde la
puramente decorativa hasta la totalmente decisiva en la gobernación del país. Esta
concesión al parlamento como sistema universal se revela en los momentos en que
un golpe de Estado o una situación de excepción llevan a la suspensión de las
actividades parlamentarias: siempre se hace de una manera provisional y
prometiendo el restablecimiento de sus libertades, aunque muchas veces esa
provisionalidad puede durar muchos años o preceda a una modificación
constitucional que reduce o simula los poderes parlamentarios.

El otro escenario de institucionalización de la democracia moderna es el modelo


presidencialista. Según los más agudos críticos de este régimen político, el
presidencialismo es un sistema de gobierno por el cual la República trata
discretamente de convertirse en monarquía por la acumulación de poderes en la
persona del presidente; es el propio de los Estados Unidos, el de la V República
Jaime Alberto Ángel Álvarez 28
Configuración del orden político en la modernidad

francesa y el de otras muchas repúblicas, sobre todo latinoamericanas, donde se


ha implantado por constitución o por corrupción. Su ventaja con respecto a las
monarquías hereditarias está en las elecciones presidenciales; no hay que confiar
siempre en la limpieza de esas elecciones en países de mayor opresión que otros.
En principio, el presidencialismo entraña una contradicción con la verdadera
esencia democrática o republicana, que en sus orígenes tejió sus constituciones
con la considerable preocupación de evitar el ejercicio del poder personal que
había combatido: luchó por la estricta separación de poderes, fuerza importante en
cada uno de ellos, períodos breves de presidencia, inelegibilidad de quien hubiese
sido ya presidente. Es decir, se trataba de achatar al máximo la pirámide del poder
de forma que estuviese lo más compartido que fuese posible.

2.1. TOTALITARISMO

El Totalitarismo es una forma de gobierno en la que el Estado invade la vida


pública y privada y persigue todas las formas de diferenciación y de individualismo.
No sólo concentra en uno solo los tres poderes independientes entre sí clásicos de
la democracia –legislativo, ejecutivo y judicial-, sino que interviene en sindicatos,
prensa, Iglesia, religión, escuela, costumbres. Es decir: su poder abarca la
totalidad de la nación y sus habitantes. Apoyado tradicionalmente en un partido
único –en el que incluso el encuadramiento puede ser coactivo y hasta obligatorio-
y en la policía secreta, en los tiempos modernos está asistido por los medios de
comunicación de masas que son suyos, e incluso por el control del ocio. Los
modelos clásicos del totalitarismo en Europa han sido el nazismo y el comunismo,
aunque muchos de sus principios de estatalismo aparezcan ahora en regímenes
que no se confiesan totalitarios, sino democráticos, en los que los controles
crecientes del Estado se presentan justificados por el bien común, aun dentro de
nomenclaturas democráticas.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 29
Configuración del orden político en la modernidad

El Autoritarismo es un tipo de gobierno despótico, totalitario. Hay, sin embargo,


personas que creen que todo poder, incluso el democrático, debe ser ejercido con
una autoridad máxima, que todos clasifican de autoritarismo, por miedo a que el
pueblo, o la masa, puedan desbordar y desobedecer. Es evidente el autoritarismo
en las dictaduras, y no necesita definirse. Pero puede aparecer de manera
solapada en procedimientos democráticos: gobiernos, partidos o grupos, además
de en la sociedad convivencial: familia, empresa, colegio. El autoritarismo muchas
veces corresponde a un individuo con autoridad, aunque es lo más frecuente: se
empieza reconociendo su valor o su categoría excepcional, o simplemente
reconociendo unos aciertos que pueden tener muy diversos orígenes, se continúa
por la convicción que puede atacarle a él mismo de su excepcionalidad, y ya no se
distinguirá entre su orden dada y la realidad absoluta, con lo cual es frecuente que
aquello que dirige pueda conducir a la catástrofe y, en cualquier caso, es un
desastre democrático que priva de la riqueza de opiniones diversas y de la
discusión que deben ser la base de ese régimen.

El Estado totalitario se convirtió en un maestro en el arte de la propaganda. El


totalitarismo, quizá por lo contrario a los intereses de la humanidad, debía
disfrazar sus mentiras con ostentosos desfiles, extensos discursos, grandes vallas
con las insignias del partido único dominante o del líder de turno engrandecido y
hasta con el uso de los incipientes medios de comunicación, para disuadir a los
gobernados sobre las falsas ideas nacionalistas de turno. Estos ingredientes
resultaron ser, a la postre, un elemento característico del modelo comunista, del
régimen nazi y del régimen fascista. No solo exigían a los ciudadanos que
obedecieran al Estado, sino que creyeran en él de un modo místico y mítico, como
si se tratara de una nueva religión. Las metas colectivas eran más importantes que
el bienestar individual y el aparato militar y policivo debía eliminar cualquier
elemento indeseable, al punto que el fin terminó por justificar los medios.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 30
Configuración del orden político en la modernidad

Al terminar la primera guerra mundial en noviembre de 1918, Inglaterra y Francia


dominaban económica y políticamente Europa. Rusia, por su parte, era el país más
subdesarrollado y su situación económica era realmente retrasada. La miseria, el
hambre y las enormes diferencias entre ricos y pobres provocó un gran
descontento entre la población. Este ambiente generado por la estructura de poder
monárquico del Zar Nicolás II, promueve otra de las más importantes revoluciones
de la edad moderna, la que se concreta por los bolcheviques. Bajo el liderazgo de
Lenin, los comunistas toman el poder en forma definitiva en 1917.

Marx29 (1818-1883), desde su perspectiva determinista de la historia, aseguró que,


en cierto modo, el comunismo es un estado natural del hombre y la sociedad, algo
que está escrito en el destino de la humanidad, un estadio de la historia al cual
todos los pueblos en su evolución deben llegar, algo que los seres humanos
desean. Hoy sabemos por las ciencias sociales, especialmente por la antropología,
la psicología, la sociología y la historia, que el comunismo, el hecho de compartir la
propiedad, es algo muy extraño para los seres humanos. La revolución rusa creó
un Estado sin precedentes en la historia, una dictadura de partido único. Fue el
nacimiento del totalitarismo moderno.

Por su parte, la población de República Popular China, que supone la quinta parte
de la población del mundo, sigue viviendo en un régimen político comunista desde
1949, dominado por un partido único, tal como lo había concebido su líder más
carismático Mao Tse Tung. Pero, a diferencia de los soviéticos, a partir de los años
setenta, los líderes políticos chinos emprendieron una serie de reformas
económicas: privatizaron empresas, abolieron las comunas y allanaron el camino
en procura de desarrollo tecnológico de alto nivel, tal como lo entendían las
potencias occidentales en Europa y los Estados Unidos. Sin embargo, estos mismos
líderes se han encargado de acallar las manifestaciones populares que a gritos
exigen democracia y libertad en todos los escenarios. Los líderes del sistema
29
MARX, Carlos Y ENGELS, Federico. Obras escogidas. Moscú: Editorial Progreso, 1975.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 31
Configuración del orden político en la modernidad

lograron reestructurar la economía, liberalizando el mercado; es posible que algún


día permitan el acceso a todas las formas de libertad: de expresión, de
desplazamiento, de acceso a la información, etc.

El Comunismo es una ideología política (aunque Marx lo negara) cuya principal


aspiración es la consecución de una sociedad en la que los principales recursos y
medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos. En teoría,
estas sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función de la
habilidad, y de todos los beneficios en función de las necesidades. Algunos de los
conceptos de la sociedad comunista suponen que, en último término, no se
necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo tanto, la sociedad comunista no
tendría por qué tener legisladores. Sin embargo, hasta alcanzar este último
estadio, el comunismo debe luchar, por medio de la revolución, para lograr la
abolición de la propiedad privada. La responsabilidad de satisfacer las necesidades
públicas recae, pues, en el Estado.

Karl Marx fue, junto a Friedrich Engels, el fundador del socialismo científico. Autor
del “Manifiesto Comunista” y de “El capital”, ambas obras se convirtieron en el
sustrato ideológico de dicho movimiento, que pronto pasaría a ser conocido por el
nombre de comunismo.

El concepto comunista de la sociedad ideal tiene lejanos antecedentes, incluyendo


La República de Platón y las primeras comunidades cristianas. La idea de una
sociedad comunista surgió, a principios del siglo XIX, como respuesta al nacimiento
y desarrollo del capitalismo moderno. En aquel entonces, el comunismo fue la base
de una serie de afirmaciones utópicas; sin embargo, casi todos estos primeros
experimentos comunistas fracasaron; realizados a pequeña escala, implicaban la
cooperación voluntaria y todos los miembros de las comunidades creadas
participaban en el proceso de gobierno.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 32
Configuración del orden político en la modernidad

Desde finales de la década de 1940 hasta la de 1980, los movimientos comunistas


fueron frecuentemente vinculados con los intentos de los países del Tercer Mundo
de obtener su independencia nacional y otros cambios sociales, en el ámbito del
proceso descolonizador. Todavía los grupos de izquierda actuales en esta parte del
mundo persisten en esos ideales.

El Socialismo es un término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas
teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado
en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o
completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los
principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer
una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas
sociales realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento
evolucionó y creció, el concepto de socialismo fue adquiriendo diversos significados
en función del lugar y la época donde arraigara.

Los inicios de la teoría se remontan a la época de la Revolución Francesa y los


discursos de François Nöel Babeuf en defensa de la igualdad y de una sociedad
con uno diferentes parámetros de distribución del poder y de la riqueza:

¿Cuál sería el estado de un pueblo cuyas instituciones fuesen tales que reinara
indistintamente entre cada uno de sus miembros individuales la más perfecta igualdad; que
el suelo que habitara no fuese de nadie, sino que perteneciera a todos; en definitiva, que
todo fuese común, hasta el producto de todos los tipos de industrias? ¿Serían autorizadas
tales instituciones por la ley natural? ¿Sería posible que esta sociedad subsistiese, e incluso

que fuesen practicables los medios para conseguir una distribución absolutamente igual? 30.

Sin embargo, el concepto socialismo comenzó a ser utilizado de forma habitual en


la primera mitad del siglo XIX por los intelectuales radicales, que se consideraban
los verdaderos herederos de la Ilustración tras comprobar los efectos sociales que

30
DROZ, Jacques (dir.). Historia general del socialismo. De los orígenes a 1875. Barcelona: Destino,
1984, p. 138 y ss. (Carta escrita por François Nöel Babeuf en 1787.)
Jaime Alberto Ángel Álvarez 33
Configuración del orden político en la modernidad

trajo consigo la Revolución Industrial. Entre sus primeros teóricos se encontraban


el aristócrata francés conde de Saint-Simon (1760-1825) 31, Charles Fourier (1772-
1837)32 y el empresario británico y doctrinario utópico Robert Owen (1771-1858)33.
Como otros pensadores, se oponían al capitalismo por razones éticas y prácticas.
Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores,
los degradaba, transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a los ricos
incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hundían
en la miseria. Mantenían también que el capitalismo era un sistema ineficaz e
irracional para desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad, que atravesaba
crisis cíclicas causadas por periodos de superproducción o escasez de consumo, no
proporcionaba trabajo a toda la población (con lo que permitía que los recursos
humanos no fueran aprovechados o quedaran infrautilizados) y generaba lujos, en
vez de satisfacer necesidades. El socialismo suponía una reacción al extremado
valor que el liberalismo concedía a los logros individuales y a los derechos
privados, a expensas del bienestar colectivo.

El Fascismo es una forma de totalitarismo del siglo XX que pretende la estricta


reglamentación de la existencia nacional e individual de acuerdo con ideales
nacionalistas y a menudo militaristas; los intereses contrapuestos se resuelven
mediante la total subordinación al servicio del Estado y una lealtad incondicional a
su líder. En contraste con los totalitarismos de izquierdas identificados con el
comunismo, el fascismo basa sus ideas y formas en el conservadurismo extremo.
El término fascismo proviene de la palabra italiana fascio, y ésta del latín fascis,
que significa haz o conjunto. Por obra del fascismo aparecen y se ponen en
práctica conceptos totalmente nuevos en el campo de la política contemporánea.

31
SAINT-SIMON. Catecismo de los industriales. Barcelona: ediciones Orbis, 1983 (Publicado
originalmente entre 1823-1824 . También SAINT-SIMON. El Organizador. 1819.
32
FOURIER, Charles. Œuvres complètes de Ch. Fourier. 6 tomes. Paris: Librairie Sociétaire, 1841-
1848.
33
OWEN, Robert. Textos del 'socialista utópico: J.R. Álvarez Layna (Ed.), Madrid, CSIC, 2015.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 34
Configuración del orden político en la modernidad

El fascismo proclama: “La inmutable, benéfica y provechosa desigualdad de


clases”;el derecho inmanente de los “mejores” a gobernar; la “predestinación” de
las élites (mejores) a manejar los asuntos de la colectividad; el derecho
privilegiado de esas élites a ocupar las posiciones de mando; la absoluta e
indiscutible supremacía del Estado, encarnado en las élites, sobre el individuo; los
principios inviolables de la disciplina, la autoridad y la jerarquía; la misión de
“sacrificio y heroísmo de las élites, inspirada en el heroísmo y la santidad” la
actitud de renunciación a la comodidad y al bienestar, que presentan como
místico, pero que en realidad forma parte de su lucha contra las aspiraciones del
proletariado a un nivel de vida superior o a un mejor reparto de la riqueza.

Podría decirse que el fascismo es un regreso de las tiranías a Europa después de


los movimientos democráticos originados por la Revolución francesa, encubiertas
bajo doctrinas tomadas de una parte a esas mismas democracias por otra, a las
doctrinas de la izquierda, especialmente a los comunistas y a las socialistas. El
fascismo es una utilización de la derecha tradicional de la revolución en sentido
contrario para defenderse del comunismo; el que en algunos países y durante
algunos movimientos históricos haya podido desbordar a las mismas derechas en
solamente episódico, y al final la gran derecha europea ha terminado
enfrentándose con el fascismo y recabando la ayuda de la misma izquierda a la
que pretendían combatir con él. Así puede encontrase que el fascismo se funda
siempre como una revolución y mantiene un vocabulario y una nomenclatura
revolucionaria.

Tiende también unánimemente a la expansión territorial, al racismo, a la conquista


y exalta la guerra como valor absoluto, como fin en sí. Intenta al mismo tiempo
una despolitización, ya que el régimen vela por todos; y a una politización, puesto
que tiende a encuadrar al ciudadano desde su infancia, por las organizaciones
juveniles y al adoctrinamiento en las escuelas y durante todas las etapas de su
vida civil.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 35
Configuración del orden político en la modernidad

De todos estos rasgos se puede deducir que el fascismo corresponde exactamente


a una dictadura de derecha en un momento determinado para desviar la lucha de
clases. En una sociedad de abundancia o consumo, el fascismo deja de servir los
propósitos de la derecha, que tiene mayor interés en que sus súbditos formen una
sociedad civil no alejada de los placeres que la convierten en una sociedad de
compradores, sobre todo cuando el maquinismo y la cibernética desplazan el
interés por la fuerza demográfica pobre.

El Nacionalsocialismo, también conocido como nazismo, es un movimiento político


alemán que se constituyó en 1920 con la creación del Partido Nacionalsocialista
Alemán del Trabajo, llamado habitualmente partido nazi. Su apogeo culminó con la
proclamación del III Reich, el régimen totalitario alemán presidido entre 1933 y
1945 por Adolf Hitler, responsable del inicio de la II Guerra Mundial y causante del
Holocausto.

El nacionalsocialismo tenía muchos puntos en común con el fascismo. No obstante,


sus raíces eran típicamente alemanas: el autoritarismo y la expansión militar
propios de la herencia prusiana; la tradición romántica alemana que se oponía al
racionalismo, al liberalismo y a la democracia; diversas doctrinas racistas según las
cuales los pueblos nórdicos, los llamados arios puros, no sólo eran físicamente
superiores a otras razas, sino que también lo eran su cultura y moral; así como
determinadas doctrinas filosóficas, especialmente las del alemán Friedrich
Nietzsche34, que idealizaban al Estado o exaltaban el culto a los individuos
superiores, a los que se eximía de acatar las limitaciones convencionales.

Con el fin de la segunda guerra mundial en 1945, se marcó el fin del fascismo y
del régimen nazi. Todo prometía el surgimiento de un mundo ideal tras los
acuerdos de los países vencedores, los castigos impuestos a los vencidos y el

34
NIETZSCHE, Friedrich. Así habló Zarathustra. Bogotá: editorial La Oveja Negra, 1982.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 36
Configuración del orden político en la modernidad

surgimiento de las Naciones Unidas al final de la primera mitad del siglo XX. En
realidad, quedó un mundo dividido entre la ideología democrática de occidente en
cabeza de los Estados Unidos y el comunismo antidemocrático liderado por los
soviéticos. Tiempo después, en la década de los ochenta, el descontento popular
en los países del este provocó la caída de varios gobiernos. La caída del muro de
Berlín en 1989 se convirtió en el símbolo del derrumbamiento del comunismo y de
las últimas formas de totalitarismo moderno.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 37
Configuración del orden político en la modernidad

3. ESCENARIOS MODERNOS PARA ENCARNAR LAS IDEOLOGÍAS

Los partidos políticos y los grupos de presión, escenarios naturales para el ejercicio
del poder político en los Estados modernos, son al mismo tiempo los
representantes de las ideologías.

3.1. LOS PARTIDOS POLÍTICOS

El nacimiento y consolidación de los Estados nacionales modernos, permite a la


humanidad comenzar a evolucionar pausadamente hacia la democracia. Por
ejemplo, el derecho al voto, por tradición reservado a los ciudadanos ricos, a los
que pagaban los mayores impuestos y a los varones, se va extendiendo
paulatinamente a las clases trabajadoras, a las mujeres y al grueso de la población
adulta. La aparición de los partidos políticos en el siglo XIX va favoreciendo la
institucionalización de la democracia. Se inicia una tradición en la que los
candidatos de los partidos, a cambio de un voto y abanderados en una
determinada postura ideológica, prometen mejores condiciones de vida.

Los partidos políticos y los grupos de presión están constituidos como las
organizaciones sociales estructuradas para intervenir en el sistema político y en el
Estado en particular, apuntalando o trasformando estas estructuras, dependiendo
de su posición. Es común hablar de partidos políticos en nuestras sociedades; de
hecho, nos es fácil pensar en un sistema político sin la presencia de partidos; sin
embargo, su aparición en la historia de las sociedades es reciente, ya que sólo
puede hablarse de partidos políticos propiamente dichos a partir del siglo XIX,
cuando el sufragio popular y la actividad parlamentaria empezaron a ensanchar su
esfera de poder en las democracias.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 38
Configuración del orden político en la modernidad

Maurice Duverger35 ejemplifica el nacimiento de los partidos políticos a partir de la


comunidad de intereses que algunos grupos parlamentarios identifican en la
constitución francesa de 1789. Es una reunión de intereses locales lo que dio lugar
a la formación de un grupo ideológico que combatió con una posición bien
delineada en el interior de la Asamblea.

En Inglaterra ocurrió algo semejante entre los tories (conservadores) y whigs


(liberales). Así, estos grupos parlamentarios que devinieron en clubes políticos
fueron los antecesores, entre otros, de los partidos políticos, los cuales aparecieron
como grupos extraparlamentarios coherentes y permanentes para servir de punto
de enlace entre los grupos parlamentarios y los comités electorales.

La descripción sobre el origen de los partidos en Francia llevó a Duverger a


plantear dos líneas básicas para la creación de los partidos: la parlamentaria y la
exterior; es decir, cuando una organización externa al parlamento decide participar
con los electores y se integra como partido iniciando en un sindicato, una
asociación de profesionales, grupos de industriales, etc.

El mundo, pues, vive en el siglo XIX la creación de los partidos políticos: Estados
Unidos a partir de 1829; Gran Bretaña, después de la reforma electoral de 1832;
Francia a partir de 1848, al igual que Alemania, etc. En los países subdesarrollados
hacen aparición a partir del siglo XX.

¿Qué son los partidos políticos?, ¿qué organizaciones pueden denotarse como
tales? Tras la revisión de algunos conceptos vertidos por diferentes autores, con
varios elementos comunes que conforman las definiciones de estos y otros
complementarios, es posible destacar las unidades básicas para la definición de
partido político:

 Son organizaciones permanentes.


 Son organizaciones formales que dan continuidad y coherencia a sus planes.
35
DUVERGER, Maurice. Los partidos políticos. México: Fondo de cultura económica, 1980. Pág. 16-
17.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 39
Configuración del orden político en la modernidad

 Se basa en una identidad de opiniones sobre la política, con la que


conforma sus principios y programas.
 Al basarse en intereses de clase, plantean modificaciones al modelo de
sociedad vigente, o bien un modelo alternativo diferente.
 Promueven la acción política con el fin de conquistar el poder, mantenerlo y
no sólo influir en él, ambas cosas.

Ahora bien, a partir de los dos últimos elementos podemos hacer una
diferenciación entre lo que constituiría los partidos orgánicos y los partidos
organización. Los orgánicos serían aquellos partidos que comparten un proyecto
social identificado con una clase social específica y que buscan por lo tanto un
nuevo tipo de Estado; los partidos organización podrían resultar del
fraccionamiento de actividades o de concepciones para alcanzar el fin de los
partidos orgánicos. Piénsese aquí, por ejemplo, en algunos países cuyo fin es el
establecimiento de la sociedad socialista (por lo que podrían constituir un partido
orgánico); pese a ello se fragmentan en una variedad de partidos organización que
sólo contemplan acciones políticas inmediatas, y en buena medida exclusivamente
electorales.

Así, el partido organización aglutina clientela política identificada con ciertos


principios y programas parciales de acción política, en tanto que el partido
orgánico se constituiría como el elemento vertebral de lucha de una clase social
especifica.

Para no caer en confusiones, aparte de tomar en consideración la clase social


como elemento definitivo del partido político deben aunarse otros dos aspectos a
ella: la ideología y la maquinara partidista. Un partido reúne a hombres que
profesan una misma doctrina política, es decir ideología, que puede o no
corresponder a su extracción de clase; es por esto que para identificar el rumbo de
un partido político específico, es necesario analizar no sólo sus seguidores, sino sus
Jaime Alberto Ángel Álvarez 40
Configuración del orden político en la modernidad

bases ideológicas establecidas en sus criterios programáticos; el del partido es


esencial para conocer su origen, su ruta y su destino.

Por otra parte, el criterio de la maquinaria partidista también es indispensable para


saber cuándo se está frente a un verdadero partido político y cuándo frente a una
organización de otro tipo como maquinaria debe entenderse la organización formal
y permanente que permite la acción política con independencia de los líderes. Si
una organización depende de un líder, no puede hablarse de una organización
estable o de una organización verdaderamente libre, autónoma. En el partido debe
existir una división del trabajo y una jerarquización de las funciones provistas por
lo que aquí se ha llamado organización formal, y debe trascender a sus militantes y
dirigentes, esto es, debe ser permanente.

3.2. LOS GRUPOS DE PRESIÓN

Por su naturaleza, dinamizan e influyen en los procesos políticos de la sociedad; su


interés, a diferencia del partido político, no radica en asumir el poder, sino tan sólo
en influir sobre él a través de la presión de los organismos de gobierno y sus
funcionarios, para el logro de sus intereses reivindicativos parciales.

El grupo de presión se basa así en un interés específico que pretende reivindicar;


este hecho ha dado como resultado que algunos autores prefieran el término de
grupos de interés para denotarlos conceptualmente. Sin embargo, el grupo de
presión se distingue porque no sólo tiene una comunidad de interés, sino que lleva
a la práctica las acciones necesarias para que su interés se cumpla. Sólo cuando el
grupo de interés encamina su acción hacia el Estado y sus instituciones es cuando
podemos hablar de grupo de presión.

Otra diferencia entre el partido y el grupo es que mientras aquél ofrece un


proyecto global de sociedad, éste plantea reivindicaciones específicas a conseguir,
por lo que también la base social de apoyo a la que apelan varía.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 41
Configuración del orden político en la modernidad

Los grupos de presión pueden ser organizaciones permanentes o eventuales. Los


primeros son los que se constituyen con el fin de influir permanentemente en el
Estado, para consolidar sus objetivos; tal sería el caso de las organizaciones
patronales o los sindicatos; los eventuales se reúnen alrededor de una causa que,
al ser cumplida, deja de tener sentido su asociación.

Jean Meynaud36 distingue dos tipos básicos de grupos de presión: uno, las
organizaciones profesionales basadas en la especialización y el reagrupamiento
laboral, tales como uniones de agricultores, sindicatos por rama laboral (del acero,
de fábrica, etc.) y los grupos patronales (cámara de industriales, confederaciones
patronales, etc.) y, dos, las agrupaciones de vocación ideológica que propugnan,
como su nombre lo indica, por la difusión ideológica de sus planteamientos y la
bondad que tienen para la sociedad; aquí estarían incluidos grupos como la iglesia,
las asociaciones ecológicas y antinucleares, las sociedades antialcohólicas, etc.

Como su interés es determinado y exclusivo, es común encontrar una mayor


convicción y actividad en el trabajo político de los miembros de los grupos de
presión que entre los simples adherentes y simpatizantes de los partidos políticos;
es por ello que la acción de estos grupos puede ser tan versátil como efectiva.
Ahora bien, los grupos de presión actúan creando vínculos de fuerza con
instituciones gubernamentales, funcionarios o con partidos, para así ejercer su
presión basándose en distintos elementos de poder que pueden sintetizarse como
sigue:

 Nivel de organización (dirigentes y áreas de influencia y relaciones).


 Número de miembros (adherentes y potenciales).
 Capacidad financiera.
 Reputación del grupo ante la opinión pública.

Esta última es de vital importancia, ya que el trabajo de los grupos de presión


sobre la opinión pública reviste tres aspectos fundamentales: en primer lugar, la

36
MEYNAUD, Jean. Los grupos de presión, Buenos Aires, Eudeba. 1978.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 42
Configuración del orden político en la modernidad

educación del público sobre los aspectos que interesan al grupo; en segundo lugar,
la sensibilización de éste hacia la pertinencia de las demandas del grupo, y
finalmente a la movilización del público para el apoyo de las causas del grupo.

Algunos de los medios que los grupos de presión utilizan para el logro de sus
objetivos políticos en las sociedades racionales basadas en la legalidad son, uno, la
persuasión, que es un instrumento que tiende a convencer, por medio de la
argumentación racional, a los que toman decisiones gubernamentales, de la
pertinencia de las demandas del grupo; dos, la Presión económica, que es un
medio utilizado por grupos con buena capacidad financiera, abarcaría aspectos
muy amplios, desde la desestabilización del gobierno por el retiro de inversiones,
hasta la práctica de corrupción a funcionarios "clave" para que sostengan y
defiendan los intereses del grupo; tres, las Amenazas, que es un recurso
psicológico para intimidar e influir en las autoridades; más que demostración de
fuerza es amenaza de nuclearla y organizarla o bien el chantaje sobre la difusión
de asuntos relacionados con la vida privada de los funcionarios; y cuatro, la acción
directa, que se utilizaría como un recurso extremo para manifestar la fuerza del
grupo y su resolución de hacer cumplir sus demandas; ésta sería ejemplificada por
el sabotaje a la acción del gobierno (tortuguismo, no asistir a reuniones
convocadas por el poder público, no pagar impuestos); la paralización de
comunicaciones, las huelgas, las manifestaciones, etc.
Jaime Alberto Ángel Álvarez 43
Configuración del orden político en la modernidad

4. LAS MÚLTIPLES FORMAS DE REORDENAR EL PODER POLÍTICO

En el mes de febrero de 2011 en Egipto, un grupo de jóvenes inconformes con el


régimen instaurado durante treinta años por Hosni Mubarak, logran hacerlo dimitir.
Los medios de comunicación, concretamente el uso por parte de ellos de internet,
fueron determinantes para el logro de los objetivos políticos que se trazaron los
ciudadanos de El Cairo y de todo el país del antiguo imperio. Estas acciones
realizadas con vehemencia en la plaza Tahrir demuestran de nuevo al mundo que
el pueblo o los ciudadanos, como quiera que los denominemos, tienen en sus
manos, como antes, la capacidad de menguar los poderes de los gobiernos, al
punto de llegar a derrotarlos por completo o en algunas de las decisiones políticas
que toman.

Tradicionalmente estas formas de reordenar el poder en los Estados, se ha dado


por medio de las revoluciones, el golpe de Estado, las rebeliones y recientemente
el terrorismo, una forma quizá más dramática para socavar estos poderes. Las
implicaciones morales son evidentes.

4.1. REVOLUCIÓN

Francia, al final del siglo XVIII, nos lleva a pensar el concepto de revolución, ello
en el intento de responder a la pregunta que desde el comienzo nos hemos
planteado sobre los factores determinantes en el ejercicio del poder del Estado y
sus implicaciones morales.

Una revolución política es un cambio general estructural sufrido por una sociedad,
con un determinado orden o sistema político, realizado por la fuerza y por lo
general en forma violenta. Este nuevo orden establecido es liderado por un
Jaime Alberto Ángel Álvarez 44
Configuración del orden político en la modernidad

número importante de habitantes de un Estado, los mismos que antes de llevar a


cabo el proceso revolucionario, se organizan en lo que en política se conoce como
grupos de presión, los mismos que por su estructura tan compleja pueden llegar a
elevar en mucho su capacidad de influencia y de poder, al punto de derrocar
gobiernos y sistemas políticos y reemplazarlos por otros, luego de intensas luchas
ideológicas y de hecho. Estos cambios en las estructuras de poder, sin embargo,
están cargados de azar:

“Podría decirse que cada revolución es genuina, y responde a una adición de circunstancias
económicas, históricas, culturales, sociales y sicológicas, y de unos datos puramente
coyunturales que no tiene precedentes ni repetición posible; su éxito o su fracaso dependen
a veces de puros azares o de decisiones de un solo individuo en el campo revolucionario o en
el otro. Lo mismo sucede con su desarrollo: pueden triunfar en un instante o pueden
prolongarse durante años (guerra civil)”37.

Desde esta perspectiva, la revolución es la solución política más extrema por la


que opta un grupo o sector de la sociedad que disiente de la manera de hacer
política de quienes detentan el poder. Ésta tiene asiento y se sitúa justo en el
momento en que los argumentos legales y más moderados fallan, o cuando se
niega el reconocimiento a nuevas estructuras de poder, o sencillamente son
inaceptadas algunas reformas que se proponen. En otras ocasiones las
revoluciones tienen su origen y motivación en ideologías contrarias al gobierno que
se derroca, por lo que el grupo revolucionario opta en forma directa por modificar
de manera radical y traumática la situación imperante.

Las revoluciones tienen como algo característico, el hecho de ser lideradas por una
porción reducida de la población. De forma deliberada y luego de una cuidadosa
planeación, manifiestan la inconformidad, no solo del grupo que la lidera, sino de
la población en su mayoría. La revolución es la voz del pueblo, se diría de manera
coloquial. Justamente esa planeación cuidadosa y más o menos minuciosa, es lo

37
HARO TECGLEN, Eduardo. Diccionario político. Barcelona: editorial Planeta, 1995. p. 380. (La
primera edición de este importante diccionario es publicada en España en 1974)
Jaime Alberto Ángel Álvarez 45
Configuración del orden político en la modernidad

que garantiza el éxito de tales empeños, lo mismo que la posibilidad real de


movilizar fuerzas. Su organización, habitualmente, trae tras de sí el derrocamiento
del régimen imperante, tanto como la propuesta de una nueva manera de ejercer
autoridad y por tanto, un nuevo gobierno.

Las revoluciones son también, en muchos sentidos, un síntoma de modernidad.


Desde ellas las sociedades han logrado superar condiciones políticas desfavorables
como, por ejemplo, gobiernos autocráticos y represivos, o situaciones económicas
que fomentan la desigualdad de clases, la inequidad o simplemente el
estancamiento de la economía 38. Pero también puede ocurrir y de hecho ha
ocurrido, que un mal sea reemplazado por otro. Estas revoluciones son
fomentadas por líderes políticos egocéntricos y con peores niveles de represión
que aquel sustituido. En este caso el fenómeno político que deviene es lo que se
conoce como contrarrevolución, pues el resultado esperado de la revolución es lo
contrario a lo esperado, lo que genera, por supuesto, altos niveles de frustración y
desánimo colectivo.

El concepto de revolución es aplicable, de manera global, a transformaciones


histórico-políticas trascendentales. Por ello la revolución francesa es uno de los
ejemplos más comunes utilizados por la filosofía y la teoría política.

4.2. GOLPE DE ESTADO Y REBELIÓN

38
MARX, Carlos Y ENGELS, Federico. Op. cit. (La copiosa obra de estos autores trae siempre
implícito el concepto de revolución. Las investigaciones sobre el tema, sus premisas y condiciones,
tendrán que estudiar esta perspectiva socialista en: Manifiesto del partido comunista (Marx y
Engels. Publicada la primera edición en Londres en 1850), p. 33-34, 37, 42-44, 48-50, 56, 59-60,
Trabajo asalariado y capital (artículos editoriales publicados por Merx a partir del 4 de abril de
1849), p. 69-70, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte (Marx, 1851-1852), p. 95-98, 170,
Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política (Marx, 1859), p. 183, 212, 231-232,
La guerra civil en Francia (Marx, 1871), p. 257-258, 295-296, 301-303, 306-307, El papel del
trabajo en la transformación del mono en hombre (Engels, 1876), p. 381, Del socialismo utópico al
socialismo científico (Engels, 1880), p. 403-404, 413, 415-416, 444-445, 448, 450, El origen de la
familia, la propiedad privada y el Estado (Engels, 1884), p. 472, 529, Ludwig Feurbach y el fin de la
filosofía clásica alemana (Engels, 1886), p. 623, 645-647, 651, Las luchas de clases en Francia de
1848 a 1850 (Engels, 1894-1895), p. 675-679, 681-682, 688-689, 691).
Jaime Alberto Ángel Álvarez 46
Configuración del orden político en la modernidad

Un concepto asociado a las necesidades de transformación del poder político es lo


que en política llamamos golpe de estado que, si bien tienen algunos elementos en
común, son importantes sus diferencias.

Lo fundamental del golpe de Estado es el hecho de que el poder es tomado en


forma más bien espontánea y realizado por una pequeña parte de la población, es
promovido por una parte de los miembros de un partido político e incluso por una
parte del mismo gobierno, que, desde adentro, conoce todas las debilidades del
gobierno y puede, por ello, fracturar con mayor facilidad sus estructuras de poder.
Como la revolución, el golpe de Estado presupone grandes cambios para el
sistema social y político, pero en éste no siempre se da. El golpe de Estado se da
por vías de hecho, lo que supone dar la espalda a las vías de derecho.

Aquí nos obliga la discusión a distinguir el concepto de revolución con otro que se
le confunde: rebelión. La rebelión es mucho más coyuntural que la revolución o
que un golpe de Estado. Se le define como un intento revolucionario fallido,
también como la expresión violenta de protestas que tienen el propósito de
conseguir un objetivo prefijado o solamente modificar algunos aspectos de la vida
política.

4.3. EL TERRORISMO

Los acontecimientos del 11 de septiembre en 2001 en los que un grupo de la red


yihadista Al Qaeda tumban las Torres gemelas en pleno centro de Nueva York y lo
sucedido en Madrid en la Estación de trenes de Atocha el 11 de marzo de 2004
también por el grupo yihadista, recuerdan nuevas formas y más sofisticadas de
ejercer presión por parte de diferentes actores políticos con el propósito de
menguar sus poderes.

En Colombia las acciones del grupo de las FARC, hoy denominado terrorista, contra
la población civil y contra el Estado, no dejan de preocupar y de inquietar,
justamente por las implicaciones morales y físicas de los actores del conflicto
Jaime Alberto Ángel Álvarez 47
Configuración del orden político en la modernidad

armado. El objetivo de tales acciones: el reconocimiento político y la llegada al


poder.

El problema que entraña este debate tiene innegables repercusiones en lo legal.


Los analistas toman posiciones encontradas frente al tema de la responsabilidad
social de las FARC y del gobierno colombiano en el deterioro, por cuenta de estas
acciones, de la institucionalidad y de la economía. Según algunos, estas acciones
reiteradas por más de sesenta años han sido culpa del abandono por parte del
Estado de diferentes regiones del país. La corrupción y la negligencia por parte de
los funcionarios es otro argumento poderoso de la discusión.
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Configuración del orden político en la modernidad

5. CONCLUSIONES

La conceptualización y los estudios sobre el Estado pueden concebirse desde tres


perspectivas, fundamentalmente: Organicista, Contractual, Formalista. Desde
nuestro Estado del Arte aceptamos los antecedentes históricos de estas tres
perspectivas. La concepción organicista, defendida por Kjellén,

… parte del planteamiento analógico del Estado como un organismo en donde sus partes y
funciones son componentes del Estado. Según este punto de vista el Estado es
independiente del hombre; tiene existencia propia; el Estado es la racionalidad perfecta o
Dios, según Hegel”39.

Desde un punto de vista formalista, el interés por la naturaleza filosófica o


psicológica del Estado en más bien poco o nulo; para esta perspectiva:

“… el Estado es una formación jurídica que consta de tres elementos: el territorio o ámbito
espacial, donde el ordenamiento jurídico tiene validez; el pueblo o grupo humano bajo la
égida del ordenamiento, y finalmente la soberanía o poder supremo” 40.

En la concepción contractual,

“… el Estado es una creación humana, establecida por medio de un pacto o contrato entre
los hombres; aquí, el Estado no tiene más dignidad o poderes que los individuos le hayan
reconocido o conferido y su unidad no es sustancial u orgánica, no precede o domina a sus
miembros o a sus partes, sino que es la unidad de un pacto o de una convención y vale
solamente dentro de los límites de validez del pacto o de la convención” 41.

Se podría expresar en los términos de Stuart Mill, quien partió del reconocimiento
absoluto, de que el individuo es anterior al Estado y este último tan solo constituye

39
ALONSO MURGUÍA, Enrique Guillermo y otros. Op. cit., p. 135.
40
Ibid., p. 135.
41
Ibid., p. 135.
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Configuración del orden político en la modernidad

la plataforma desde el cual se ejercen las libertades desde una racionalidad


expresada en las normas.

Es desde este último enfoque que vamos a considerar este estudio, que pretende
ser un aporte importante a la Teoría del Estado, rastreando elementos normativos
presentes en los contratos, pues el Estado Moderno se caracteriza
fundamentalmente por ser un Estado Contractual. Nos hemos organizado
mundialmente a través de Constituciones, que se crean en el marco de teorías de
acuerdos o contratos sociopolíticos, como es evidente en la Constitución Política de
Colombia, siendo el resultado de las fuerzas vivas de la sociedad colombiana como
las negritudes, los indígenas, la sociedad civil, los sindicatos, los partidos políticos,
etc.

A lo largo de la historia, la humanidad ha intentado modificar muchas veces la


estructura del Estado, la institución que limita nuestra libertad y que,
paradójicamente, al mismo tiempo la hace posible. El pueblo sigue teniendo un
arma: la revolución. Si se revelan, pueden recuperar lo que cedieron unos años
atrás.

A lo largo de la historia política ha habido periodos de monarquía y anarquía,


democracia y autoritarismos.

Sin el Estado sería muy difícil proteger la vida y la propiedad de los individuos.

Si no existiera el Estado cada uno debería hacer sus propias leyes. A pesar de
todas las desventajas de la autocracia, la monarquía y todo tipo de restricciones
impuestas, la gente siempre se somete a algún tipo de poder, porque a la larga la
anarquía es peor que el poder, ese es el significado de la democracia.

No podemos perder la Esperanza, no podemos renunciar a la democracia.

Hasta que consigamos establecer una conciencia social global, con una libertad
duradera y un respeto mundial a la condición humana, el Estado seguirá siendo el
Jaime Alberto Ángel Álvarez 50
Configuración del orden político en la modernidad

marco más adecuado para expresar nuestras diferencias y nuestros puntos de


encuentro.
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Configuración del orden político en la modernidad

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