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¿El testigo protegido puede retirar su

testimonio? A propósito del congresista


Miguel Castro
Escribe: Luz Celeste Valenza

Introducción

En el marco de la investigación penal del ‘caso Cócteles’, una serie de testigos ordinarios
así como testigos protegidos, concurrieron a las instalaciones del Ministerio Público, con
la finalidad de rendir su testimonio sobre lo percibido en relación a los hechos materia de
proceso.

En ese contexto, el testigo protegido Miguel Castro se presentó ante el Ministerio Público
espontáneamente a rendir su testimonio (art. 164.2 del Código Procesal Penal), en esa línea,
tras una supuesta develación de su identidad por parte del representante de la fiscalía, este
manifestó vía entrevista televisiva que retirará su testimonio.

En ese orden de ideas, compete realizar la siguiente interrogante: ¿el testigo protegido
puede retirar su testimonio?

Para tal efecto, empezaremos revelando quien tiene el dominio sobre el testimonio
brindado, acto seguido, analizaremos si la facultad de retirar un testimonio forma parte del
derecho de defensa del testigo protegido.

Desarrollo

Comencemos señalando que un testigo protegido en el fondo sigue siendo un testigo, en


consecuencia, el tratamiento que reciba será conforme a la normativa establecida en los
artículos 162 y ss. del Código Procesal Penal.

Respecto a la protección del testigo, el artículo 248.2 del Código Procesal Penal, prevé una
serie de medidas de protección, tales como: cambio de residencia, ocultación de su
paradero, reserva de su identidad y datos personales, etc., que pueden aplicarse a quienes en
calidad de testigos, peritos, agraviados, agentes especiales o colaboradores intervengan en
los procesos penales (artículo 247.1 del Código Procesal Penal).

En ese entender respondamos la interrogante planteada, ¿el testigo protegido puede retirar
su testimonio?

Como primera premisa debemos afirmar que, no existe normativa procesal expresa que
faculte a un testigo protegido retirar su testimonio.
Ahora bien, respecto al dominio del testimonio, resulta menester indicar que, desde el
momento que la declaración se incorpora al proceso penal, este se traslada al dominio del
titular de la acción penal – Ministerio Público, en ese sentido, el fiscal conforme con sus
atribuciones y obligaciones establecidas en el artículo 61 del CPP, decidirá si tal medio de
prueba es un medio idóneo, pertinente y útil para probar el objeto de prueba.

El dominio mencionado, no impide que el testigo protegido pueda solicitar una ampliación
y/o modificación respecto a los hechos que ya obran en la capeta fiscal, sin embargo, de
ninguna manera ello implica la facultad de retirar su testimonio.

No obstante al dominio sobre el testimonio, debemos indicar que conforme con el art. 162 y
ss. del Código Procesal Penal, el testigo protegido tiene una serie de obligaciones y
prerrogativas respecto a su interrogatorio, tales como: derecho a abstenerse de declarar
contra su cónyuge, conviviente, ascendiente, descendiente o hermano, a negarse a contestar
aquellas preguntas cuya respuesta pueda incriminarlo a él, a su cónyuge, etc. La
inobservancia de tales obligaciones vulnera el derecho constitucional al debido proceso (art.
139.3 Constitución Política del Perú).

Para tal efecto, el testigo protegido requiere de una defensa técnica, asesoramiento y
patrocinio de un abogado defensor que evite la vulneración a tal derecho, si bien no debe
defenderse de la imputación de cargos del fiscal (derecho de defensa material), sí debe
hacerlo respecto al correcto desenvolvimiento de su interrogatorio y es precisamente ello el
contenido de la dimensión formal del derecho de defensa (Sentencia del Tribunal
Constitucional Exp. 6260-2005-PHC/TC del 12.09.05).

En ese sentido, el derecho de defensa aplicado a un testigo (derecho de defensa formal), se


limita al debido proceso que se debe seguir, tal limitación impide que el testigo protegido
pueda retirar el testimonio brindado, su realización no sólo es un acto ilegal, sino que
quebranta la esencia misma de ser testigo, esto es, la obligación principal de colaborar con
la justicia e informar lo percibido en relación con los hechos objeto de prueba.

Conclusión

El testigo protegido no puede retirar su testimonio, por las siguientes razones: 1) No existe
normativa procesal expresa que lo faculte, 2) Desde el momento que el testigo protegido
brinda su testimonio este se incorpora al proceso penal y es a partir de ese momento que el
Ministerio Público en su calidad de titular de la acción penal asume el dominio sobre el
mismo, y 3) el derecho de defensa aplicado a un testigo protegido, se limita al debido
proceso que se sigue antes, durante y después del desarrollo del interrogatorio.

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