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El mito ecológico de la manifestación de la vida hace que el hombre y la mujer se sientan hijos
de la tierra y hermanos de la madre de la naturaleza. La concepción de las relaciones de los
seres humanos con la naturaleza es holista e integral, el territorio no solamente es un conjunto
de recursos naturales sino principalmente es un hábitat espiritual, en el cual las principales
deidades son las Wak’as y los Achachilas, como también las illas que aseguran la producción.
Estos espíritus ancestrales son seres que protegen el territorio y todo lo que vive allí.
La cosmovisión andina considera que el territorio es un espacio de vida que está conformado por
cuatro comunidades. La ancestral espiritual, la vegetal, mineral, la animal y la humana. Estas
Es la forma o manera particular de interpretar, concebir y ver la realidad y el mundo como una
"totalidad orgánica", la vida, el mundo, el tiempo y el espacio, que posee desde siempre el
poblador originario de la ecorregión andina-amazónica, los mismos que le ofrecen una
explicación mitológica y la orientación valorativa de su sentido y su razón de ser. Además se
manifiesta en las creencias y los valores, pero fundamentalmente en los mitos cosmogónicos,
que la sustentan.
FILOSOFÍA ANDINA
Los autores entienden como cosmovisión andina, panteísmo, pensamiento andino, que
corresponde al conjunto de racionalidades; se trata de un modo de relación simbólica con la
realidad, definido por una serie de rasgos idiosincráticos como el vínculo solidario entre
cognición, emoción y una visión holística del mundo.
PRINCIPIO DE RELACIONALIDAD.
Según este principio todo está relacionado entre sí. Ontológicamente la entidad básica es la
relación y no la substancia, de forma tal que recién en base a las relaciones previamente
constituidas los entes particulares se constituyen como "entes" (PCR-2009:64). En este sentido
los "entes" son "concretos" sólo en tanto son concebidos interrelacionados.
PRINCIPIO DE COMPLEMENTARIEDAD:
De acuerdo a este principio "ningún ente" y ninguna acción existe "monódicamente", sino
siempre en coexistencia con su complemento específico. Este complemento (con+plenus) es el
elemento que "hace pleno o completo", al elemento correspondiente. Además, este principio
destaca la inclusión de los "opuestos" complementarios en un "ente" completo e integral.
PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA:
PRINCIPIO DE RECIPROCIDAD:
Desde mucho antes que el sistema del Ayllu y Ayni fuera instaurado en el Tawantinsuyo
como normas estructurales básicas de la nación, ya se practicaban a lo largo y ancho de los
andes en forma no estructurada. Es la manifestación pragmática y ética del principio de
correspondencia, en el sentido de que a cada acto le corresponde como contribución de
complemento un acto recíproco. Según este principio, los diferentes actos se condicionan
mutuamente (inter-acción), de tal manera que el esfuerzo o la "inversión'' en una acción por un
actor será "recompensado'' con un esfuerzo o una inversión de la misma magnitud por el
receptor. En el fondo se trata de una justicia (meta-ética) del intercambio de bienes,
sentimientos, personas y hasta de valores religiosos.
Normas de la racionalidad andina-amazónica
El hacer bien las cosas, es decir "hacerlas realmente" y para esto se precisa que cada cosa surja
o devenga de un equilibrio de pares proporcionales, que es como se comprende el orden natural
en las sociedades andinas y amazónicas.
Principio que señala, que para vivir espléndidamente se debe "querer bien", "amar fuerte", saber
sentir al cosmos, a la comunidad, a los semejantes, al medio circundante y a la pachamama.
"Pensar bien", "saber bien" en otras palabras se trata de hacer bien las cosas, aprender bien
para saber bien.
RITUALES
LA CH'ALLA:
En el mundo andino, generalmente el martes de carnaval se ch'alla para agradecer y pedir más
a la Pachamama.
Fiesta agrícola que se agradece a la Pachamama por los frutos de la tierra a través de ofrendas.
El ritual andino de la ch'alla es la acción de rociar con una bebida un espacio vital, de trabajo o
vinculado a una deidad protectora. Es la base de la relación del hombre con la Pachamama, con
las montañas, achachilas y sector donde viven los animales. El hombre andino agradece por los
dones y pedir permiso para continuar gozando de estas bondades. En medio rural van dirigidas
a la producción agrícola, la chacra, donde abren el suelo, agarran la papa y le hablan, pues creen
que hay que hacerle un ritual. Por eso, los andinos rodean la tierra (el suelo) con flores, ofrendas,
le cantan y bailan a su nombre.
Los indígenas ya habitaban las ciudades en la época de la colonia y sincretizaron creencias con
la fe católica. Así sucede en Copacabana-Bolivia, donde a la vez se ch'alla y bendice los
automóviles.
A las cinco de la mañana, en la alborada, se agarra alcohol y se echa flores y coca al patio. La
mixtura, serpentina, globos y confites, que provienen de una tradición son elementos más
modernos que se han ido incorporando con el paso de los años y la creatividad de la gente.
¿Cómo empezar la fiesta? Decorando la casa con banderines, frutas de la época, como:
manzanas, naranjas y lúcumas. Luego la gente se dirigirá a su puesto de trabajo: tiendas,
fábricas, anaqueles y escritorios. La intención es agradecer para obtener después más dinero y
prosperidad durante todo el año.
La Pachamama o Madre Tierra, diosa de la fertilidad vive en el Uku pacha o mundo interior,
cuyos frutos ofrece a los hombres para su alimentación. Por eso, dentro de la lógica de
reciprocidad andina, en los meses calientes de enero, mayo y sobre todo en el mes de agosto,
los comuneros le retribuyen pagos (pagapus o despachos). La ofrenda contiene hojas de coca,
plata no trabajada, chicha, vino y ciertas semillas de la selva con poderes simbólicos y mágicos
llamadas huairuros.
Esta misma ofrenda se le rinde a los apus, espíritus de los antepasados que viven dentro de los
cerros. La coca, planta sagrada que sirve como mediadora entre el mundo de adentro (de los
Apus y la Pachamama) y el mundo de afuera (de los hombres) , se encuentra presente en
innumerables celebraciones religiosas mestizas de los pueblos del interior e incluso de los
centros urbanos.
Con el pago a la tierra al amanecer, Puno celebra el Año Nuevo Andino al amanecer de cada 21
de Junio, donde las autoridades y organizacionesculturales del departamento de Puno realizan
desde muy temprano diversas ceremonias mitológicas, como el pago a la pachamama. Según la
tradición de los aimaras asentados a orillas del Lago Titicaca se efectúa el solsticio de invierno
en el cual el sol se aleja más de la tierra y a partir del mediodía retorna.
El Mallqu o Alcalde, quien viste un atuendo típico, destaca que es un día muy importante para
los pobladores, debido a que se inicia el año agrícola y ganadero, y se preparan para la próxima
campaña agrícola. "Constituye un nuevo ciclo, ya que los antiguos habitantes del Altiplano tenían
conocimientos astronómicos y para ellos esta fecha es sagrada porque rinden homenaje al Sol".
Desde el mediodía, en la Plaza de Armas de Puno se realiza un pago a la tierra, al igual que en
otras localidades puneñas. También la DRE-Puno y las UGELs organizan este recibimiento del
año nuevo andino.
LAS WAK'AS
Las Wak'as son múltiples, las más importantes para los aimaras de la zona circunlacustre son
Pachamama y Qutamama (la madre Tierra y la madre Lago); los Achachilas y las "Mamas". Los
Achachilas, Luwaranis o Uywiris son los cerros protectores los más importantes de ellos se
llaman Mallkus y T'allas. Las "Mamas" son las deidades de los productos, como las Ispallas, las
deidades de los tubérculos y los Much'us que son las deidades de los granos. Mama Quta es la
deidad de los mares, deidad del lago. Ch'ullumpi es la deidad de las llamas. Ch'urulla es de la
vaca. Panchuli, de la oveja. Illa o Mullu es la deidad de todos los ganados. Anchanchuni, la
deidad de los malos parajes o de la riqueza. Inti tata o willka inti tata es el Dios sol. Phaxi awicha
deidad de la luna. Anqari la deidad del viento. Qasa la deidad de la helada. Supusupuni de la
nevada. Awiyatura la deidad que envía (transporta) los productos. Kawiltu es la deidad que
armoniza la conversación (Apaza, 1996:5-6).
SABERES ANDINOS
COSMOVISION AMAZONICA
Toda sociedad humana intenta explicar el mundo que le rodea. Las cosmovisiones son las
concepciones que diferentes sociedades han desarrollado no sólo sobre su entorno ambiental y
el mundo inmediato visible, sino también sobre los espacios que se extienden más allá de lo
perceptible a través de los sentidos. Mientras que las concepciones del universo se basan en
una única realidad, las cosmovisiones religiosas admiten la existencia de múltiples espacios de
realidad con normas propias
COSMOVISION CHAQUEÑA
Los pueblos originarios del sector chaqueño conciben a la naturaleza con parte de su ser y
esencia y se niegan a adoptar la lógica de la explotación y el usufructo económico. Antes de que
se conociera el término "sustentable", los indígenas convivían con su entorno sin destruirlo y hoy
luchan para seguir viviendo de esa forma.
Una interrogante que se pretende responder insistentemente es la vida espiritual y material que
desarrollaron las culturas ancestrales chaqueñas para asegurar una provisión sostenible de
alimentos en el tiempo, sin afectar a las bases productivas, y que les permitió sostener a una
población numerosa y dispersa sobre un medio difícil, complejo y heterogéneo.
Dentro el ámbito espiritual de la tecnología chaqueña se sustenta en la cosmovisión ancestral
que a su vez se expresa en mitos y “rituales” que son consubstanciales a la vida cotidiana de los
pueblos chaqueños, que son continuamente creados y recreados desde hace milenios hasta la
actualidad, como un modo social de vivir el mundo y su acontecer.
Las distintas etnias aborígenes existentes en la región chaqueña de nuestro país comprenden a
los:
Ayoreos
La provincia Germán Busch acoge a la mayoría de los 800 ayoreos que viven en Santa Cruz. El
primer contacto de esta etnia con los españoles fue en 1537. Sin embargo, los originarios se
resistieron por décadas a formar parte de las misiones católicas. Su vida nómada terminó con la
fundación de la primera misión, en el siglo XVIII. Las crónicas señalan que consideraban a las
aves como divinidades. Además, tenían conocimiento del sistema cósmico. Su familia lingüística
es el zamuco
Chiquitano
Cuatro provincias cruceñas anidan a los más de 112.000 chiquitanos. Fue en sus tierras que se
fundó Santa Cruz (la vieja) en 1550. En 1692 se fundó la primera de las misiones jesuíticas.
Éstas fomentaron entre los originarios el desarrollo artístico. Tras la expulsión de los misioneros,
esta etnia casi desapareció en la explotación de la goma.
Guaraní
La búsqueda del ivy imaraä, la “tierra sin mal”, provocó tres corrientes migratorias de guaraníes
desde el Mato Grosso hasta el país. Este grupo fue famoso por su resistencia a la conquista
tanto de los incas como de los españoles.
Guarayo
Los indios guaraníes que migraron desde la costa atlántica siglos antes de la llegada de los
españoles, dieron vida al grupo étnico guarayo en Bolivia. Ubicados en su mayoría en la provincia
Guarayos (Santa Cruz), su población supera en la actualidad los 5.000. El Coro de Urubichá,
que interpreta música sacra, es una muestra de la riqueza artística que atesora este pueblo
oriental. Además, los guarayos destacan por su elaboración de retablos, cofres y joyeros hechos
de distintas maderas.
Tapiete
Al menos una veintena de tapietes habitan la provincia Gran Chaco (Tarija), en las comunidades
Samawate y Crevaux. Fue en el año 1791 que los misioneros franciscanos dieron cuenta de su
presencia en esta región chaqueña. Entonces eran definidos como “bárbaros peligrosos”, ya que
por décadas lucharon contra los intentos por ser doblegados por la fe de los españoles. Debido
a su poca población, para no romper la prohibición del incesto, ahora buscan esposas entre los
weenhayek y guaraníes. Una de las tradiciones que mantienen los tapietes es el baile de la rueda
y el uso del arco y la flecha para cazar. Tienen, además, varios lugares sagrados como los
cementerios de sus ancestros. Este grupo indígena, que tiene el tupí guaraní como familia
lingüística, se dedica en la actualidad a la agricultura, la pesca y la recolección.
Weenahayek
Los municipios de Gran Chaco y Yacuiba (Tarija) albergan al millar de weenahayek, conocidos
en las crónicas coloniales como matacos. Las misiones de los jesuitas salvaron a esta etnia del
exterminio total en el siglo XVII. Su religión tradicional era animista y llena de ritos. La artesanía,
la pesca y la recolección son ahora su medio de subsistencia.