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INTRODUCCIÓN

La cosmogonía andina se funda sobre un mito de manifestación de la vida a través de la


fecundación de lo masculino y femenino, sol y luna correspondientemente en la tierra, y la Pacha
mama

En este sentido, el hombre andino no ha desarrollado una lógica de desarrollar la


instrumentalmente como la revolución industrial del occidente, todo lo contrario, se trata de
ayudar a la divinidad masculina y a la femenina

El mito ecológico de la manifestación de la vida hace que el hombre y la mujer se sientan hijos
de la tierra y hermanos de la madre de la naturaleza. La concepción de las relaciones de los
seres humanos con la naturaleza es holista e integral, el territorio no solamente es un conjunto
de recursos naturales sino principalmente es un hábitat espiritual, en el cual las principales
deidades son las Wak’as y los Achachilas, como también las illas que aseguran la producción.
Estos espíritus ancestrales son seres que protegen el territorio y todo lo que vive allí.

La cosmovisión andina considera que el territorio es un espacio de vida que está conformado por
cuatro comunidades. La ancestral espiritual, la vegetal, mineral, la animal y la humana. Estas

Comunidades se unen y se complementan para establecer la conversación y el manejo del


territorio como un territorio vivo.

¿QUÉ ES LA COSMOVISIÓN ANDINA?

Es la forma o manera particular de interpretar, concebir y ver la realidad y el mundo como una
"totalidad orgánica", la vida, el mundo, el tiempo y el espacio, que posee desde siempre el
poblador originario de la ecorregión andina-amazónica, los mismos que le ofrecen una
explicación mitológica y la orientación valorativa de su sentido y su razón de ser. Además se
manifiesta en las creencias y los valores, pero fundamentalmente en los mitos cosmogónicos,
que la sustentan.
FILOSOFÍA ANDINA

Los autores entienden como cosmovisión andina, panteísmo, pensamiento andino, que
corresponde al conjunto de racionalidades; se trata de un modo de relación simbólica con la
realidad, definido por una serie de rasgos idiosincráticos como el vínculo solidario entre
cognición, emoción y una visión holística del mundo.

A partir de la epistemología de la totalidad se derivan los principios filosóficos:

PRINCIPIO DE RELACIONALIDAD.

Según este principio todo está relacionado entre sí. Ontológicamente la entidad básica es la
relación y no la substancia, de forma tal que recién en base a las relaciones previamente
constituidas los entes particulares se constituyen como "entes" (PCR-2009:64). En este sentido
los "entes" son "concretos" sólo en tanto son concebidos interrelacionados.

PRINCIPIO DE COMPLEMENTARIEDAD:

De acuerdo a este principio "ningún ente" y ninguna acción existe "monódicamente", sino
siempre en coexistencia con su complemento específico. Este complemento (con+plenus) es el
elemento que "hace pleno o completo", al elemento correspondiente. Además, este principio
destaca la inclusión de los "opuestos" complementarios en un "ente" completo e integral.

PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA:

Según este principio derivado de la relacionalidad, los diferentes ámbitos o aspectos de la


realidad se corresponden entre sí armoniosamente.

Incluye nexos relacionales cualitativos, simbólicos, celebratorios, rituales y afectivos que se


manifiesta en todo nivel y en todas las categorías.

PRINCIPIO DE RECIPROCIDAD:

Desde mucho antes que el sistema del Ayllu y Ayni fuera instaurado en el Tawantinsuyo
como normas estructurales básicas de la nación, ya se practicaban a lo largo y ancho de los
andes en forma no estructurada. Es la manifestación pragmática y ética del principio de
correspondencia, en el sentido de que a cada acto le corresponde como contribución de
complemento un acto recíproco. Según este principio, los diferentes actos se condicionan
mutuamente (inter-acción), de tal manera que el esfuerzo o la "inversión'' en una acción por un
actor será "recompensado'' con un esfuerzo o una inversión de la misma magnitud por el
receptor. En el fondo se trata de una justicia (meta-ética) del intercambio de bienes,
sentimientos, personas y hasta de valores religiosos.
Normas de la racionalidad andina-amazónica

 Hacer Bien / Allin Ruray / Wali Luraña.

El hacer bien las cosas, es decir "hacerlas realmente" y para esto se precisa que cada cosa surja
o devenga de un equilibrio de pares proporcionales, que es como se comprende el orden natural
en las sociedades andinas y amazónicas.

 Vivir Bien / Allin Kawsay / Wali Jakaña:

Vivir en armonía con el microcosmos y el macrocosmos (pachamama), espléndida existencia o


"vivir bien", como producto del sentir y pensar equilibrados o complementariamente
proporcionales.

 Querer Bien / Allin Munay / Wali Munaña:

Principio que señala, que para vivir espléndidamente se debe "querer bien", "amar fuerte", saber
sentir al cosmos, a la comunidad, a los semejantes, al medio circundante y a la pachamama.

 Aprender Bien / Allin Yachay / Wali Yatiqana.

"Pensar bien", "saber bien" en otras palabras se trata de hacer bien las cosas, aprender bien
para saber bien.

RITUALES

LA CH'ALLA:

En el mundo andino, generalmente el martes de carnaval se ch'alla para agradecer y pedir más
a la Pachamama.

Fiesta agrícola que se agradece a la Pachamama por los frutos de la tierra a través de ofrendas.

El ritual andino de la ch'alla es la acción de rociar con una bebida un espacio vital, de trabajo o
vinculado a una deidad protectora. Es la base de la relación del hombre con la Pachamama, con
las montañas, achachilas y sector donde viven los animales. El hombre andino agradece por los
dones y pedir permiso para continuar gozando de estas bondades. En medio rural van dirigidas
a la producción agrícola, la chacra, donde abren el suelo, agarran la papa y le hablan, pues creen
que hay que hacerle un ritual. Por eso, los andinos rodean la tierra (el suelo) con flores, ofrendas,
le cantan y bailan a su nombre.

Los indígenas ya habitaban las ciudades en la época de la colonia y sincretizaron creencias con
la fe católica. Así sucede en Copacabana-Bolivia, donde a la vez se ch'alla y bendice los
automóviles.
A las cinco de la mañana, en la alborada, se agarra alcohol y se echa flores y coca al patio. La
mixtura, serpentina, globos y confites, que provienen de una tradición son elementos más
modernos que se han ido incorporando con el paso de los años y la creatividad de la gente.

¿Cómo empezar la fiesta? Decorando la casa con banderines, frutas de la época, como:
manzanas, naranjas y lúcumas. Luego la gente se dirigirá a su puesto de trabajo: tiendas,
fábricas, anaqueles y escritorios. La intención es agradecer para obtener después más dinero y
prosperidad durante todo el año.

EL PAGO U OFRENDA A LA PACHAMAMA:

La Pachamama o Madre Tierra, diosa de la fertilidad vive en el Uku pacha o mundo interior,
cuyos frutos ofrece a los hombres para su alimentación. Por eso, dentro de la lógica de
reciprocidad andina, en los meses calientes de enero, mayo y sobre todo en el mes de agosto,
los comuneros le retribuyen pagos (pagapus o despachos). La ofrenda contiene hojas de coca,
plata no trabajada, chicha, vino y ciertas semillas de la selva con poderes simbólicos y mágicos
llamadas huairuros.

Esta misma ofrenda se le rinde a los apus, espíritus de los antepasados que viven dentro de los
cerros. La coca, planta sagrada que sirve como mediadora entre el mundo de adentro (de los
Apus y la Pachamama) y el mundo de afuera (de los hombres) , se encuentra presente en
innumerables celebraciones religiosas mestizas de los pueblos del interior e incluso de los
centros urbanos.

EL AÑO NUEVO ANDINO

Con el pago a la tierra al amanecer, Puno celebra el Año Nuevo Andino al amanecer de cada 21
de Junio, donde las autoridades y organizacionesculturales del departamento de Puno realizan
desde muy temprano diversas ceremonias mitológicas, como el pago a la pachamama. Según la
tradición de los aimaras asentados a orillas del Lago Titicaca se efectúa el solsticio de invierno
en el cual el sol se aleja más de la tierra y a partir del mediodía retorna.

El alcalde de la ciudad encabeza la ceremonia de ascenso al cerro Huajsapata, en el que los


yatiris o sabios andinos realizan un ritual. El grupo de personas espera los primeros rayos del sol
para "recargarse de energía" en medio de danzas, cánticos y algarabía.

El Mallqu o Alcalde, quien viste un atuendo típico, destaca que es un día muy importante para
los pobladores, debido a que se inicia el año agrícola y ganadero, y se preparan para la próxima
campaña agrícola. "Constituye un nuevo ciclo, ya que los antiguos habitantes del Altiplano tenían
conocimientos astronómicos y para ellos esta fecha es sagrada porque rinden homenaje al Sol".
Desde el mediodía, en la Plaza de Armas de Puno se realiza un pago a la tierra, al igual que en
otras localidades puneñas. También la DRE-Puno y las UGELs organizan este recibimiento del
año nuevo andino.

LAS WAK'AS

Las Wak'as son múltiples, las más importantes para los aimaras de la zona circunlacustre son
Pachamama y Qutamama (la madre Tierra y la madre Lago); los Achachilas y las "Mamas". Los
Achachilas, Luwaranis o Uywiris son los cerros protectores los más importantes de ellos se
llaman Mallkus y T'allas. Las "Mamas" son las deidades de los productos, como las Ispallas, las
deidades de los tubérculos y los Much'us que son las deidades de los granos. Mama Quta es la
deidad de los mares, deidad del lago. Ch'ullumpi es la deidad de las llamas. Ch'urulla es de la
vaca. Panchuli, de la oveja. Illa o Mullu es la deidad de todos los ganados. Anchanchuni, la
deidad de los malos parajes o de la riqueza. Inti tata o willka inti tata es el Dios sol. Phaxi awicha
deidad de la luna. Anqari la deidad del viento. Qasa la deidad de la helada. Supusupuni de la
nevada. Awiyatura la deidad que envía (transporta) los productos. Kawiltu es la deidad que
armoniza la conversación (Apaza, 1996:5-6).

SABERES ANDINOS

En el Proyecto Curricular Regional de Puno-Perú, se asume un modelo curricular por saberes,


producto de las experiencias económicas, sociales culturales y acumuladas por el hombre
andino; en una respuesta a un modelo de inteligencia sistematizada de la sociedad altiplánica
amazónica. Como construcción histórica acumulada, tiene un valor pedagógico praxiológico
en la organización del conocimiento y su aplicación en la generación de nuevas experiencias
tecnológicas, científicas y de otros conocimientos.

COSMOVISION AMAZONICA

Toda sociedad humana intenta explicar el mundo que le rodea. Las cosmovisiones son las
concepciones que diferentes sociedades han desarrollado no sólo sobre su entorno ambiental y
el mundo inmediato visible, sino también sobre los espacios que se extienden más allá de lo
perceptible a través de los sentidos. Mientras que las concepciones del universo se basan en
una única realidad, las cosmovisiones religiosas admiten la existencia de múltiples espacios de
realidad con normas propias

Las poblaciones indígenas amazónicas no suelen pensar y crear conceptos en base a


dicotomías, es decir, no tienden a contraponer conceptos como: lo universal ante lo particular, el
objeto ante el sujeto, el cuerpo ante el espíritu, la animalidad ante la humanidad, que configuran
la premisa occidental de la Naturaleza ante la Cultura (Mayor et al., 2008). Existen muchos
elementos y detalles analizables de forma comparativa entre las tradiciones cosmológicas de
occidente y las amazónicas. Éstas no señalan regiones del ser, sino configuraciones de
relaciones, perspectivas cambiantes, es decir, puntos de vista. Aunque estéticamente puedan
variar en función de los grupos étnicos, la característica común de todas estas cosmologías
amazónicas consiste en no separar el universo de la Cultura de la Naturaleza. Esto supone no
establecer ninguna distinción entre los seres humanos y el resto de animales y vegetales; más
bien al contrario, crear un mundo continuado animado por principios unitarios y gobernado por
un régimen idéntico de sociabilidad-

Entender el modo característico de ‘objetivación de la naturaleza’ permite entender cómo se


percibe, clasifica, utiliza y se relaciona con los animales, y viceversa. El pensamiento
cosmogónico de estas sociedades manifiesta una concepción según la cual el mundo está
habitado por diferentes sujetos, humanos y no-humanos, que establecen regulaciones sociales
entre ellos y aprehenden la realidad como personas, desde diversos puntos de vista

LOS GUARDIANES DE LA SELVA


Las comunidades indígenas mantienen una íntima relación con el mundo natural que da contexto
a su cultura, economía y forma de vida. Desde épocas pre-colombinas, las sociedades indígenas
de la Amazonía han dependido de la selva para obtener alimentos, materiales de construcción,
medicinas, guía espiritual y productos para comerciar. Esta relación con el medio ha sobrevivido
a los diferentes ciclos sociales y económicos que les han invadido en los últimos siglos, y dentro
de los cuales encontramos el periodo misional (1780-1860), el auge del caucho (1860-1915), el
período de intensa extracción de maderera (1920-1960) y el “boom” petrolero (1960-presente).
A pesar de que la influencia de estos nuevos sistemas socio-económicos ha provocado en las
sociedades indígenas un cambio en su cultura y su patrón de vida, la relación esencial entre
estas comunidades y la biodiversidad de la selva amazónica continúa siendo de vital importancia
para su cultura y sus modelos socio-económicos
El bosque amazónico alberga la mayor biodiversidad del planeta, y su conservación es una
responsabilidad ineludible para los gobiernos, ONG’s y la sociedad en general. La implicación de
los pueblos indígenas en la conservación es muy importante para el futuro del bosque húmedo
tropical, y su tradicional uso de los bosques es la clave para su conservación.
Los pueblos amazónicos han vivido y modelado la selva de forma progresiva. Ellos son parte
integral del ecosistema, ellos dependen del bosque, y ellos deben y deberían continuar
siendo los guardianes de la selva. El bosque amazónico no es un bosque sin personas, sino que
son bosques que han sido modificados y modelados por las comunidades indígenas con una
mayor o menor efectividad, a través actividades de agroforestería tradicional, de la caza y la
pesca, del uso tradicional de las plantas medicinales, y de otras actividades espirituales y
cotidianas (Balee, 1994). En muchas regiones altamente influenciadas por los propios pueblos
indígenas, los bosques han permitido un mejor uso de plantas, las poblaciones de animales se
han visto alteradas debido a la caza y la pesca, y las áreas con significado espiritual (sagradas)
han sido reservadas y protegidas. Ésta es la realidad amazónica, una realidad donde los pueblos
indígenas son parte integral del ecosistema, donde la biodiversidad y las comunidades humanas
están integradas, no aisladas.

COSMOVISION CHAQUEÑA

La cosmovisión es una forma de interpretar su propia naturaleza y todo lo existente en el mundo,


sin duda los chaqueños tienen su propia manera de percibir e interpretar su entorno, "Los
pueblos indígenas (cualesquiera que sean) tienen una cosmovisión en la que el hombre es un
ser más entre otros de la naturaleza y, en cambio, la cultura chaqueña, concibe al hombre como
centro de la naturaleza y su tarea es dominar todas las cosas".

Los pueblos originarios del sector chaqueño conciben a la naturaleza con parte de su ser y
esencia y se niegan a adoptar la lógica de la explotación y el usufructo económico. Antes de que
se conociera el término "sustentable", los indígenas convivían con su entorno sin destruirlo y hoy
luchan para seguir viviendo de esa forma.

La historia de Bolivia registra un período precolombino, muy importante desarrollado antes de la


conquista, que echó sus raíces en los pueblos y chaqueños que originalmente se asentaron en
el territorio y que tuvieron un gran desarrollo cultural, organizativo y político, forjando un sistema
económico productivo muy eficiente, fundado en una sólida organización social que posibilitó el
desarrollo de tecnologías adecuadas para contrarrestar las condiciones climáticas y fisiográficas
adversas. Tomaron como referencia a la naturaleza, para crear sus diferentes expresiones
científicas y religiosas, adecuando y modificando el paisaje; todo lo creado se diversificaba en el
vientre cósmico que conocemos como madre tierra, por lo tanto la tierra es la generadora de la
vida, la que da sus frutos, la que alimenta y protege, es el ente vivo del cual formamos parte, es
la generadora de energía, por ello desde tiempos inmemoriales se armonizó y preservó a la
naturaleza y al paisaje en su conjunto.

Una interrogante que se pretende responder insistentemente es la vida espiritual y material que
desarrollaron las culturas ancestrales chaqueñas para asegurar una provisión sostenible de
alimentos en el tiempo, sin afectar a las bases productivas, y que les permitió sostener a una
población numerosa y dispersa sobre un medio difícil, complejo y heterogéneo.
Dentro el ámbito espiritual de la tecnología chaqueña se sustenta en la cosmovisión ancestral
que a su vez se expresa en mitos y “rituales” que son consubstanciales a la vida cotidiana de los
pueblos chaqueños, que son continuamente creados y recreados desde hace milenios hasta la
actualidad, como un modo social de vivir el mundo y su acontecer.

El desarrollo de este e permitió al hombre chaqueño acumular conocimiento, sistematizar


información, recordar experiencias, valorizarsaberes, respetar la naturaleza, integrar el
todo, enseñar a todos, aprender de todos y reproducir con todos, el conocimiento, la información
y las habilidades técnicas, que finalmente derivó en una verdadera planificación en una estrategia
agraria.

Las distintas etnias aborígenes existentes en la región chaqueña de nuestro país comprenden a
los:

Ayoreos
La provincia Germán Busch acoge a la mayoría de los 800 ayoreos que viven en Santa Cruz. El
primer contacto de esta etnia con los españoles fue en 1537. Sin embargo, los originarios se
resistieron por décadas a formar parte de las misiones católicas. Su vida nómada terminó con la
fundación de la primera misión, en el siglo XVIII. Las crónicas señalan que consideraban a las
aves como divinidades. Además, tenían conocimiento del sistema cósmico. Su familia lingüística
es el zamuco

Chiquitano
Cuatro provincias cruceñas anidan a los más de 112.000 chiquitanos. Fue en sus tierras que se
fundó Santa Cruz (la vieja) en 1550. En 1692 se fundó la primera de las misiones jesuíticas.
Éstas fomentaron entre los originarios el desarrollo artístico. Tras la expulsión de los misioneros,
esta etnia casi desapareció en la explotación de la goma.

Guaraní
La búsqueda del ivy imaraä, la “tierra sin mal”, provocó tres corrientes migratorias de guaraníes
desde el Mato Grosso hasta el país. Este grupo fue famoso por su resistencia a la conquista
tanto de los incas como de los españoles.

Actualmente más de 81.000 guaraníes habitan la región chaqueña de los departamentos de


Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija.

Guarayo
Los indios guaraníes que migraron desde la costa atlántica siglos antes de la llegada de los
españoles, dieron vida al grupo étnico guarayo en Bolivia. Ubicados en su mayoría en la provincia
Guarayos (Santa Cruz), su población supera en la actualidad los 5.000. El Coro de Urubichá,
que interpreta música sacra, es una muestra de la riqueza artística que atesora este pueblo
oriental. Además, los guarayos destacan por su elaboración de retablos, cofres y joyeros hechos
de distintas maderas.

Tapiete
Al menos una veintena de tapietes habitan la provincia Gran Chaco (Tarija), en las comunidades
Samawate y Crevaux. Fue en el año 1791 que los misioneros franciscanos dieron cuenta de su
presencia en esta región chaqueña. Entonces eran definidos como “bárbaros peligrosos”, ya que
por décadas lucharon contra los intentos por ser doblegados por la fe de los españoles. Debido
a su poca población, para no romper la prohibición del incesto, ahora buscan esposas entre los
weenhayek y guaraníes. Una de las tradiciones que mantienen los tapietes es el baile de la rueda
y el uso del arco y la flecha para cazar. Tienen, además, varios lugares sagrados como los
cementerios de sus ancestros. Este grupo indígena, que tiene el tupí guaraní como familia
lingüística, se dedica en la actualidad a la agricultura, la pesca y la recolección.

Weenahayek

Los municipios de Gran Chaco y Yacuiba (Tarija) albergan al millar de weenahayek, conocidos
en las crónicas coloniales como matacos. Las misiones de los jesuitas salvaron a esta etnia del
exterminio total en el siglo XVII. Su religión tradicional era animista y llena de ritos. La artesanía,
la pesca y la recolección son ahora su medio de subsistencia.

La cosmovisión chaqueña no comprende la idea de algo que pueda modificarla o alterar su


desarrollo, pues él posee el mismo valor que todas aquellas otras partes con las que convive.

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