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Universidad Abierta para Adultos

UAPA

ASIGNATURA:
Antropología General

TEMA:
La Inmigracion Haitiana en Republica Dominicana

PARTICIPANTE:
Freddy Valentín Tavarez López
Mat. 17-0738

FACILITADOR(A):
Hipólito Catedral Díaz

20 de febrero 2018

1
LA INMIGRACION HAITIANA EN

REPUBLICA DOMINICANA

2
CONTENIDO

Pag
INTRODUCCIÓN.........................................................................................2
PLATEAMIENTO DEL PROBLEMA...........................................................3
DESCRIPCION DEL PROBLEMA..............................................................4

LA INMIGRACION HAITIANA EN REPUBLICA DOMINICANA

Causas de la inmigración haitiana a República Dominicana....................5


Los haitianos en la República Dominicana...............................................7
Legalidad e ilegalidad de los inmigrantes haitianos en la República
Dominicana...............................................................................................9
Consecuencias de la inmigración haitiana a la República Dominicana...11
La industria azucarera y trabajadores agrícolas.....................................12
Matanza de 1937....................................................................................17
Legalidad e ilegalidad de los haitianos en República Dominicana..........18
Complejo racial Dominico-Haitiano.........................................................20
Trabajo cultural de los haitianos..............................................................21
Consecuencias de la inmigración haitiana y soluciones.........................24
Posibles soluciones.................................................................................25

CONCLUSIÓN...........................................................................................27
BIBLIOGRAFÍA.........................................................................................28

3
INTRODUCCIÓN

La República Dominicana, desde siempre, ha sido punto clave para la inmigración

extranjera, de todo tipo de grupos sociales y culturales. Nuestro País, es y ha sido

siempre un lugar muy llamativo pata todos aquellos extranjeros que desean salir de su

país.

Entre todos estos inmigrantes extranjeros, podemos reconocer a, nuestros vecinos, los

haitianos, a los cuales también, por alguna u otra razón, les ha atraído nuestro país.

Por alguna u otra razón, los haitianos han estado arribando a nuestro territorio. Para

bien o para mal están en él, ocupando nuestro espacio. A continuación se presentan

algunas causas por las cuales los haitianos han llegado a nuestro país, y los efectos

que esto causa, tanto al estado como a la población.

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PLATEAMIENTO DEL PROBLEMA

Históricamente se ha denunciado que los trabajadores haitianos que cruzan la frontera

para trabajar en los cultivos de la caña en la República Dominicana han sido víctimas

de toda clase de atropellos por parte de las autoridades, desde asesinatos, malos

tratos, expulsiones masivas, explotación, condiciones de vida deplorables y la falta de

reconocimiento de sus derechos laborales.

El hecho más importante que ha contribuido a marcar de este modo las relaciones, es

que, los haitianos ocuparon el territorio dominicano durante 22 años, por lo que el país

del Este no se independizó de una metrópolis europea, sino de Haití. Estas relaciones

estuvieron marcadas en forma negativa por confrontaciones y perturbaciones políticas

que distorsionaron los objetivos de paz y amistad entre los dos países vecinos.

A diferencia de otros países latinoamericanos, los reclamos de límites fronterizos

fueron resueltos desde el siglo diecinueve, con el tratado de 1929. Ello contribuyó a

que no se produjeran conflictos armados entre los países. Sin embargo, los gobiernos

dictatoriales o autoritarios que hubo en la Isla, se empeñaron en manejar las

relaciones, como si ambos países estuviesen a punto de un conflicto.

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DESCRIPCION DEL PROBLEMA

Desde hace más de un siglo, los haitianos han estado penetrando pacíficamente en el

país asentándose en tierras agrícolas abandonadas por los dominicanos en tiempos de

la Primera República. Por más esfuerzos que se hicieron en el siglo XIX por llegar a un

acuerdo con Haití, nunca fue posible aclarar la cuestión de los límites fronterizos, pues

el tratado de 1874 fue un instrumento defectuoso; las negociaciones de Lilís poco

antes de morir otorgaron los derechos de los haitianos sobre las tierras, hasta

entonces reclamadas por los dominicanos.

Durante muchos años, a principios del siglo XX, se trató de llegar a un arreglo sobre

los límites fronterizos, el cual solo pudo aclararse en 1929 durante el Gobierno de

Horacio Vásquez. Pero a pesar de haberse firmado el 21 de enero de ese año un

Tratado sobre la fijación de Límites, en el país quedaron viviendo varias decenas de

millones de haitianos trabajando como obreros de la industria azucarera o como

sirvientes en las casas de familia o como agricultores y pequeños comerciantes en el

sur y en la Línea Noroeste cerca de la Frontera.

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LA INMIGRACION HAITIANA EN REPUBLICA DOMINICANA

Causas de la inmigración haitiana a República Dominicana

Desde hace más de un siglo, los haitianos han estado penetrando pacíficamente en el

país asentándose en tierras agrícolas abandonadas por los dominicanos en tiempos de

la Primera República. Por más esfuerzos que se hicieron en el siglo XIX por llegar a un

acuerdo con Haití, nunca fue posible aclarar la cuestión de los límites fronterizos, pues

el tratado de 1874 fue un instrumento defectuoso, las negociaciones de Lilís poco

antes de morir otorgaron los derechos de los haitianos sobre las tierras, hasta

entonces reclamadas por los dominicanos. Durante muchos años, a principios del siglo

XX, se procuró llegar a un arreglo sobre los límites fronterizos, el cual solo pudo

aclararse en 1929 durante el Gobierno de Horacio Vásquez. Pero a pesar de haberse

firmado el 21 de enero de ese año un Tratado sobre la fijación de Límites, en el país

quedaron viviendo varias decenas de millones de haitianos trabajando como obreros

de la industria azucarera o como sirvientes en las casas de familia o como agricultores

y pequeños comerciantes en el sur y en la Línea Noroeste cerca de la Frontera.

Esos haitianos estaban totalmente marginados de la vida dominicana y el territorio por

ellos ocupado era una extensión de la República de Haití.

Los haitianos han ido llegando a la República Dominicana tratando de escapar de los

problemas sociales que se encuentran en su país natal, la República de Haití.

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En Haití el pricipal problema social que se presenta en todo el territorio es la

discriminación racial y la mala distribución de los ingresos. A pesar de que la mayoria

de los haitianos son negros, un 95% para ser más específicos, estos han sido

disciminados por la poca cantidad de mulatos que hay en ese país. Los haitianos

mulatos tienen más en común con las clases adineradas de los demás paíces.

La inmigración haitiana hacia la República Dominicana se relaciona directamente con

el desarrollo de la industria azucarera en el país. En el último cuarto del siglo pasado,

comenzó a florecer la industria azucarera en la República Dominicana, cuando muchos

cubanos que vinieron a nuestro país, huyendo de la Guerra de los Diez años en Cuba,

para establecer ingenios. Desde ese momento, muchos haitianos se fueron a trabajar

a esas empresas, atraídos por los salarios relativamente elevados que ofrecían en la

industria azucarera.

La ocupación Norteamericana en Haití en 1915, guarda una estrecha relación con el

carácter y el contenido migratorio desde ese país hacia la República Dominicana.

Después de la Ocupación Norteamericana en 1915, la ocupación de la isla por la

marina de los Estados Unidos, el fenómeno migratorio adquirió rasgos diferentes y un

nuevo contenido. Todo el capital de Wall Street se propuso convertir la Cuenca del

Caribe en una gran plantación de caña. Las condiciones histórico-sociales y

económicas en Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, permitieron realizar una

empresa de semejantes dimensiones. Pero en Haití, diversos factores estructurales, en

particular la tenencia de la tierra, impidieron la realización de este proyecto.

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En estas condiciones, paro no desaprovechar una mano de obra barata y evitar

nuevas revueltas agrarias, los norteamericanos impulsaron y animaron la salida

temporal de los trabajadores agrícolas hacia los ingenios azucareros en Cuba y Santo

Domingo. La medida constituía una fuente segura de lucro y a la vez una válvula de

escape para aliviar la tensión interna en Haití.

Los haitianos en la República Dominicana

A pesar de que a lo largo de la frontera con República Dominicana, siempre han vivido

miles de haitianos, fue solo para 1919 cuando éstos comenzaron a cruzar para las

plantaciones de azúcar.

El número total de trabajadores haitianos, insignificante al principio porque presentaba

sólo una cuarta parte de la fuerza laboral de una industria en expansión, nunca llegó a

más de 5,000. Sin embargo, para el primer censo en 1920, los haitianos llegaron a

representar el 59% del total de la población total de extranjeros, que eran unos 47,780;

y el 3% de la población total del país. Los inmigrantes estaban concentrados en las

provincias de Monte Cristi, Azua, Barahona, San Pedro de Macorís y el Seibo, porque

estas eran localidades importantes para la producción de azúcar o ciudades ubicadas

en la frontera.

Para el año 1920 se había extendido el desplazamiento. De igual manera, el tráfico,

legal o ilegal, de inmigrantes haitianos se había convertido en una de las fuentes más

importantes de ingresos del Estado Haitiano. Para el 1937, años en que hubo el mayor

grado de deportación de haitianos y ocurrió la matanza de más de 12,000 haitianos por

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el ejército dominicano, la cifra total era de 200,000 haitianos. Pero en realidad, la

deportación y el genocidio no afectaron la vida de los bateyes.

Desde agosto de 1941, el Gobierno Dominicano ha ido firmando tratados comerciales

temporales con el Gobierno Haitiano, para facilitar la importación de braceros.

Actualmente se estima que el número actual de haitianos que viven en la República

dominicana es de 1, 378,000 haitianos. Aunque la mayoría de los residentes haitianos

viven en los bateyes y tienden a trabajar en la industria del azúcar, éstos también

trabajan en otros sectores agrícolas de la economía.

Hay que especificar que hay un movimiento circular de mano de obra haitiana desde

las plantaciones azucareras del sur hasta las plantaciones cafetaleras del norte. Los

trabajadores haitianos constituyen más del 50% de los trabajadores agrícolas en la

producción de café y arroz, desplazando gradualmente a los dominicanos, como fuente

de mano de obra barata.

Hay algunas áreas definidas en las que se concentran los haitianos residentes en la

ciudad de Santo Domingo, hasta el punto de que existe un mercado libre que es

conocido como “El Pequeño Haití”. La presencia de los haitianos se percibe

claramente en las áreas de actividad turística donde la mayor parte de la artesanía

manual es producida y vendida por haitianos.

Los trabajadores haitianos experimentan un grado extremo de explotación. El trabajo

en la industria del azúcar es definido como brutal y que sólo pueden hacer los

animales (es decir, los haitianos). De hecho, el corte de la caña está totalmente
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identificado como trabajo haitiano, ya que los salarios son bajos y las condiciones y la

calidad de vida en los bateyes carece de interés para la mano de obra nativa.

Hay dos tipos de bateyes: el batey central y el batey agrícola. El batey central es

donde está ubicado el ingenio azucarero y allí residen las personas que procesan la

caña después de cortada y pesada en el batey agrícola. La mayoría de las personas

que viven en el batey central son dominicanos, mientras que en el batey agrícola

predominan los haitianos. El batey central cuenta con frecuencia con una escuela y

está ubicada cerca de un poblado.

Legalidad e ilegalidad de los inmigrantes haitianos en la República Dominicana

Los inmigrantes haitianos no están protegidos por el Código de Trabajo vigente en la

República Dominicana, ni por ninguna otra disposición legal. Por otro lado, en forma

ilegal que llegan los inmigrantes haitianos y en la penetración clandestina que en forma

individual o colectiva realizan algunos, se encuentran el punto de partida de la súper

explotación a que son sometidos miles de haitianos que trabajan en las plantaciones

de caña de azúcar, café, cacao y arroz en la República Dominicana.

El peso de la fuerza laboral haitiana en la industria azucarera, en la recogida de café,

cacao y arroz y en la industria de la construcción, pone de manifiesto el alto índice de

haitianos residentes en la República Dominicana y el gran papel que desempeñan en

las distintas áreas de la economía nacional.

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Su incidencia e influencia en la economía dominicana no solamente reduce el

importante papel que desempeñan en la industria azucarera; se manifiesta tambien en

la recogida del café, el cacao, el arroz, el algodon, el tomate y la parte pesada de la

industria de la construcción urbana. Con este último sector la mano de obra inmigrante

ha penetrado a sectores de la economía dominicana que anteriormente estaban

reservados exclusivamente para los dominicanos.

El carácter ilegal de los inmigrantes haitianos en la República Dominicana comprende

tres tipos:

A. el haitiano que penetra a la República por la frontera.

B. el inmigrante haitiano que llega a la República por vía legal a trabajar en

uno de los ingenios, pero luego terminada la zafra, o antes de terminar la

misma, se escapa del ingenio.

C. los haitianos hijos de inmigrantes que nacen en le República, hijos de

madres dominicanas, que carecen de documentación alguna, y luego crecen

convirtiéndose también en inmigrantes haitianos apátridas.

De los haitianos que viven en la República Dominicana el 90% reside en forma ilegal.

Es insignificante el número de inmigrantes haitianos residentes de forma legal.

Desde el año 1940 hasta el año 1952, los braceros haitianos que trabajaban en la

República Dominicana lo hacían en forma ilegal, como consecuencia del tráfico

clandestino.

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En fecha de 5 de enero de 1952 fue concluido y suscrito en la República Dominicana

un Acuerdo sobre la Contratación en Haití y la Entrada a la República Dominicana de

Jornaleros Temporales Haitianos.

El acuerdo tenía una duración de 5 años y constaba de 17 artículos. Este Acuerdo fue

aprobado con un formulario de trabajo que debía ser firmado por la empresa que

contrataba al bracero y por éste.

Desde ese entonces se han ido firmando Acuerdos con Haití los cuales tienen la

misma finalidad.

Consecuencias de la inmigración haitiana a la República Dominicana

La inmigración haitiana ha causado mucho revuelo tanto en el Estado dominicano

como en toda la población, ya que estos han venido ocupando nuestro territorio desde

hace ya mucho tiempo.

Aunque los haitianos han venido en busca de trabajo para tratar de mejorar su status

social, si así le podemos llamar, con esta acción van poco a poco desplazando a los

dominicanos. Porque en un principio ellos solo se dedicaban al corte de caña de

azucar, pero ahora se han ido adentrando más y más en las distintas actividades

económicas del Estado dominicano, como son al algodón, el arroz, el café y el cacao.

Los haitianos nos han ido ocupando, y todo esto se debe mayormente a que nuestros

Gobiernos no han sabido poner mano dura a estos inmigrantes. El unico Gobierno que

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trabajó con el caso de la inmigración haitiana, y tuvo algo de bueno, fue el Gobierno de

Rafael Leónidas Trujillo, aunque, en la forma en que él lo manejó no fue de lo más

cordial que digamos.

A pesar, de que Trujillo hizo mal, al realizar aquella matanza de haitianos en 1937, en

cierto modo para ese entonces le hizo gran ayuda al país.

Los haitianos han ido reemplazando la mano de obra dominicana, porque estos

realizan trabajos que los dominicanos no hacen, y mucho menos por el poco dinero

que ofrecen para hacerlo. Y al seguir así los haitianos se quedarán con todo el

mercado.

La industria azucarera y trabajadores agrícolas

La Industria del Azúcar en República Dominicana

La industria azucarera es considerada en términos económicos como la espina dorsal,

dependiendo siempre de los niveles de producción y de los precios del mercado.

Algunos años ha representado mas del 50% de las exportaciones del país, y por lo

tanto, de las divisas extranjeras. Dentro del país, la producción de azúcar representa

el mayor generador individual de capital y de empleo para estos inmigrantes.

El cultivo y cosecha de la caña de azúcar en la República Dominicana, como la mayor

parte de los países latinoamericanos, especialmente en los del Caribe, se divide en

dos períodos de tiempo, la zafra (cosecha) y el tiempo muerto. La zafra generalmente

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se extiende de diciembre a junio. Durante este periodo se emplea el mayor número de

trabajadores, mientras que en el tiempo muerto, la mayoría de ellos son despedidos.

En términos tecnológicos, administrativos y sociales, la primera y básica división

interna de la industria dominicana es en el sector agrícola y en el sector industrial.

Aunque estas dos partes forman juntas la industria azucarera, sin embargo son

distintas en casi todos los aspectos.

Haitianos en República Dominicana

Desde agosto de 1941, el Gobierno Dominicano ha ido firmando tratados comerciales

temporales con el Gobierno Haitiano, para facilitar la importación de braceros haitianos

El número total de trabajadores haitianos, insignificante al principio porque presentaba

sólo una cuarta parte de la fuerza laboral de una industria en expansión, nunca llegó a

más de 5,000. Sin embargo, para el primer censo en 1920, los haitianos llegaron a

representar el 59% del total de la población total de extranjeros, que eran unos 47,780;

y el 3% de la población total del país.

Los inmigrantes estaban concentrados en las provincias de Monte Cristi, Azua,

Barahona, San Pedro de Macorís y el Seibo, porque estas eran localidades

importantes para la producción de azúcar. La mayoría de estas ciudades, a excepción

de San Pedro de Macorís y El Seibo, están cercanas a la frontera.

Los trabajadores haitianos constituyen más del 50% de los trabajadores agrícolas en la

producción de café y arroz, desplazando gradualmente a los dominicanos, como fuente

de mano de obra barata.


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El Batey y tipos de Bateyes

El batey es una comunidad rural diferente a las demás por su economía, separación

social, racial y cultural. La mayoría de sus habitantes viven de la siembra, cuidado y

corte de caña. En tiempo de zafra un picador de caña gana entre $50.OO y $60.OO

pesos dominicanos diarios, pero la empresa le paga con un tiket que es vendido a los

comerciantes por un 70% del total.

Hay dos tipos de bateyes: el batey central y el batey agrícola.

El batey central es donde está ubicado el ingenio azucarero y allí residen las personas

que procesan la caña después de cortada y pesada en el batey agrícola.

La mayoría de las personas que viven en el batey central son dominicanos, mientras

que en el batey agrpicola predominan los haitianos. El batey central cuenta con

frecuencia con una escuela y está ubicado cerca de un poblado. A la hora de analizar

la estructura de la producción azucarera en la República Dominicana hay que partir de

un marco mucho más amplio que nos permita captar sus rasgos específicos.

La producción azucarera tuvo en la primera mitad del Siglo XVI un éxito relativo en la

parte oriental de la Española, hasta contraerse sensiblemente durante el Siglo XVII y el

XVIII, adquiriendo el hato ganadero, la supremacía en la sociedad.

Para algunos autores, la primera etapa de la producción azucarera en el área hispano-

parlante no pertenece a la fase capitalista. En Cuba y la República Dominicana, el

desarrollo de la economía de plantación se realiza dos siglos después que en el Caribe


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inglés y francés donde al principio tuvo un carácter capitalista. A finales del Siglo XIX,

se inicia la dependencia de mano de obra extranjera.

Miles de haitianos participan en la zafra azucarera dominicana cada año, contratados

por el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) para el corte de la caña. Históricamente, las

condiciones en que viven los braceros y el trato del que son víctimas han dado origen

a numerosas denuncias. Así, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales de las Naciones Unidas, la Organización Internacional del Trabajo y la CIDH

han incluido el tema en sus informes, presentando una evaluación sobre el

seguimiento de las normas y convenciones internacionales que rigen la materia.

La preocupación internacional ha trascendido el plano exclusivamente laboral, y

organizaciones no gubernamentales de derechos humanos también han publicado

informes que denuncian la participación de fuerzas policiales y militares en los

reclutamientos de braceros y de la existencia de prácticas abusivas de las autoridades

del CEA dentro y fuera de los períodos de zafra.

La problemática migratoria dominicana no ha escapado tampoco a la situación política

que se ha desarrollado entre la República Dominicana y Haití, afectando a los

trabajadores haitianos que laboran cortando caña, y que en la actualidad se han

expandido a otros sectores diferentes del azúcar, entre los que se cuentan los cultivos

de café, arroz y cacao.

Igualmente han incursionado en diferentes actividades laborales en el sector urbano,

como la construcción y el servicio doméstico. La participación de los haitianos en estas

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actividades de la economía dominicana ha venido en aumento durante los últimos

años.

Condiciones de trabajo y vida en los bateyes: Las condiciones de trabajo y de vida

en los bateyes son extremadamente difíciles. Según la misión de asistencia técnica a

la República Dominicana del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

de la ONU, "Es frecuente que los cortadores de caña sufran abusos por parte de las

autoridades de migración y las autoridades militares, y además los niños y las mujeres

carecen de existencia jurídica".

El Gobierno dominicano informó que en el año de 1998 se entregaron carnets a 15.485

trabajadores haitianos para laborar en la industria azucarera y en el año de 1999 se le

entregaron a un número de 12.390 cortadores de caña.

Los contratos de trabajo estaban redactados en español y creole, para un mejor

entendimiento; sin embargo, no hay garantía que los trabajadores que aceptan estos

contratos estén de acuerdo con sus términos, dado que la gran mayoría de ellos son

analfabetos.

En algunos lugares, los cortadores de caña son siendo pagados con vales (vouchers) y

no con dinero. Estos vales no eran aceptados en los comercios locales; sólo podían

ser utilizados en el almacén de la propia compañía. Los salarios eran muy bajos y los

trabajadores y sus familias difícilmente podían subsistir.

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Su remuneración era asimilada al de un jornalero agrícola y se les pagaba RD$42.00

pesos dominicanos (aproximadamente $3.00 US dollars) por tonelada de caña cortada,

y el monto total dependía de la habilidad del bracero.

Matanza de 1937

La mañana del 28 de septiembre de 1937, se inicio al sur de Dajabon, el exterminio de

los residentes haitianos. Estos fueron asesinados brutamente con cuchillos, palos y

machetes con la intención de que pareciese un motín llevado a cabo por campesinos

dominicanos; intensificándose y expandiéndose a partir del 2 de octubre. Entre 12,000

y 25,000 nacionales haitianos fueron asesinados en esta matanza, las cifras no son

exactas debido al clima de especulación preponderante en la época.

El ministro haitiano en Santo Domingo Evremont Carrié, se presento delante Trujillo

para presentar sus quejas al respecto. Trujillo dio órdenes para parar la operación,

aparentemente, pues la matanza de haitianos continúo hasta el 15 de noviembre de

forma disminuida y esporádica.

Desde el sur de Dajabón se extendió por toda la zona norte, hasta llegar al este. La

Vega, Bonao, Puerto Plata y Samana fueron los más afectados, pero las provincias

donde más haitianos residían, eran Barahona y Azua, donde no hubo asesinatos en

octubre, sino en febrero de 1938 aunque en menor escala.

Los protagonistas de esta masacre fueron militares y algunos presos de confianza. La

población civil en ningún momento se unió, como se pretendió alegar después,

inclusive, muchos civiles trataron de ocultar nacionales haitianos en sus hogares.


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Todas sus propiedades fueron apropiadas por los militares.

La prensa dominicana por su parte, no dio ninguna noticia a respecto en los primeros

días al igual que la prensa haitiana.

El Presidente Vincent estaba temeroso de que con cualquier publicación al respecto

ofendía a Trujillo lo que provocaría un ataque a su país.

Legalidad e ilegalidad de los haitianos en República Dominicana

Los inmigrantes haitianos no están protegidos por el Código de Trabajo vigente en la

República Dominicana, ni por ninguna otra disposición legal. Por otro lado, en forma

ilegal que llegan los inmigrantes haitianos y en la penetración clandestina que en forma

individual o colectiva realizan algunos, se encuentran el punto de partida de la

superexplotación a que son sometidos miles de haitianos que trabajan en las

plantaciones de caña de azúcar, café, cacao y arroz en la República Dominicana.

El peso de la fuerza laboral haitiana en la industria azucarera, en la recogida de café,

cacao y arroz y en la industria de la construcción, pone de manifiesto el alto índice de

haitianos residentes en la República Dominicana y el gran papel que desempeñan en

las distintas áreas de la economía nacional.

Su incidencia e influencia en la economía dominicana no solamente reduce el

importante papel que desempeñan en la industria azucarera; se manifiesta también en

la recogida del café, el cacao, el arroz, el algodón, el tomate y la parte pesada de la

industria de la construcción urbana. Con este último sector la mano de obra inmigrante
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ha penetrado a sectores de la economía dominicana que anteriormente estaban

reservados exclusivamente para los dominicanos.

El carácter ilegal de los inmigrantes haitianos en la República Dominicana comprende

tres tipos:

a) El haitiano que penetra a la República por la frontera.

b) El inmigrante haitiano que llega a la República por vía legal a trabajar en

uno de los ingenios, pero luego terminada la zafra, o antes de terminar la

misma, se escapa del ingenio.

c) Los haitianos hijos de inmigrantes que nacen en le República, hijos de

madres dominicanas, que carecen de documentación alguna, y luego crecen

convirtiéndose también en inmigrantes haitianos apátridas.

De los haitianos que viven en la República Dominicana el 90% reside en forma ilegal.

Es insignificante el número de inmigrantes haitianos residentes de forma legal.

Desde el año 1940 hasta el año 1952, los braceros haitianos que trabajaban en la

República Dominicana lo hacían en forma ilegal, como consecuencia del tráfico

clandestino.

En fecha de 5 de enero de 1952 fue concluido y suscrito en la República Dominicana

un Acuerdo sobre la Contratación en Haití y la Entrada a la República Dominicana de

Jornaleros Temporales Haitianos.

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El acuerdo tenía una duración de 5 años y constaba de 17 artículos. Este Acuerdo fue

aprobado con un formulario de trabajo que debía ser firmadopor la empresa que

contrataba al bracero y por éste.

Desde ese entonces se han ido firmando Acuerdos con Haití los cuales tienen la

misma finalidad.

Complejo racial Dominico-Haitiano

La presencia haitiana en la República Dominicana esta generando una serie de

fenómenos sociales y culturales que no pueden, por más tiempo, pasar

desapercibidos. Aparte del vudú y el gagá, ya mencionados, están la segregación de

una población residente y de3 sus descendentes dominicanos, el bilingüismo por

socialización estrictamente familiar, el pago en artículos industrializados, los “echadías”

en zonas fronterizas, el trabajo migrante temporal y sistemático de una a otra región

dentro del país.

Los dominicanos tratan de ignorar este colectivo aun cuando dicen que en su país no

se anida menosprecio alguno por los hombres, en razón del color de su pie, sin

embargo, a los haitianos se les considera inferiores en virtud de que la mayoría son

negros. Esta actitud puede entenderse cono el resultado de las relaciones históricas

conflictivas entre las dos naciones y como producto de un prejuicio racial, difícil de

comprender por una población predominante mente mulata y negra.

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El prejuicio es un reflejo ideológico de las relaciones sociales de producción

existentes en la sociedad. Naturalmente estas relaciones involucran la coexistencia de

más de una clase social, una frente a otra. El prejuicio racial es una forma de

expresión de la conciencia social de las clases dominantes en el marco vital de su

actividad y de sus intereses materiales. Es decir, el prejuicio racial es un producto de

las relaciones materiales preponderantes y se expone como idea de las clases

sociales opresoras.

El antihaitianismo sigue vigente en el país, gracias a que las clases dominantes,

proporcionan constantemente campañas a favor del mismo. Muchos dominicanos han

sido educados bajo la condición ideológica de que es buen dominicano y nacionalista

aquel que odia al haitiano.

Trabajo cultural de los haitianos

La inmigración haitiana está provocando un numero importante de fenómenos

culturales en la Republica Dominicana. La mayoría es estos fenómenos están velados

por una especie de misterio o de prohibición para la generalidad de los dominicanos.

El Vudú como fenómeno político-religioso-cultural y el Gagá como plataforma de

prestigio son abordados como expresiones de un pueblo en el exilio, a la vez que

conectan con algunas de las fibras del tejido social y cultural dominicano. Entre

algunas de las expresiones tenemos:

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El Vudú

El Vudú es la religión dominante en Haití. Muchos de los principios y prácticas del

vudú pueden sonarnos a pura superstición, pero imagínese qué le pueden parecer

ciertas características del cristianismo a quienes no saben de qué se trata:) ¿Qué

pensarían de la Santísima Trinidad, o de la resurrección de Cristo, de su presencia en

la eucaristía? Cualquiera de estas prácticas, creídas totalmente por el más inteligente

de los cristianos, le parecerían tontas supersticiones a alguien no familiarizado con el

cristianismo.

Hay que reconocer pues, en primer lugar, que el vudú es la religión de Haití, y que es

tomada muy en serio, no solo por campesinos analfabetos, sino por los estratos más

preparados y educados de la sociedad haitiana. No se trata de creer en el vudú -como

no se espera que se convierta al islamismo si visita Irán- sino que aprenda a

reconocerlo como cualquier otra religión del mundo.

El Gagá

El Ga-Ga como manifestación de la cultura dominicana, en particular de los bateyes,

esta muy enraizada de manera profunda entre los dominicanos.

"Esta manifestación cultural es el resultado del encuentro y hermandad entre los

pueblos haitiano y dominicano. Existen diferentes formas de Gaga ; pero la de mayor

difusión es la que tiene lugar en los bateyes (comunidades vinculadas a la producción

de caña de azúcar) y ciudades cercanas.

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El Gaga inicia sus actividades con la cuaresma, siendo Semana Santa su principal

período de realización, celebrando con su música, los bailes, ritos y ceremonias, sus

creencias en Dios y en determinados espíritus, loases, seres o santos.

Todo esto basado en el principio de la reencarnación y la esperanza de que las fuerzas

o "misterios" puedan mejorar y renovar la vida.

La música resalta en el Gaga por su riqueza de variaciones de tonos y ritmos

producidos por un conjunto de instrumentos, talvez única, que demuestra su origen

africano y la experiencia de la esclavitud. Incluye : dos tambores, cuatro o más

bambúes o fututos, una trompeta casera o tua-tuá, maracas o cha-chá, un caracol

(lambí) y pitos".

Entre sus rituales y ceremonias están los de iniciación, sacrificio, protección, bautismo,

bendición y purificación. La participación de sus integrantes se basa en "promesas"

que duran de tres a siete años. A su interior se presenta el fenómeno de la asociación

espiritual o el "trance" en ciertas personas, según las circunstancias.

Su organización social es jerárquica y compleja. Entre los puestos más relevantes,

además del dueño, el jefe espiritual y el presidente, están los mayores y las reinas ;

quienes danzan contagiosamente con gran destreza, llenando el espacio de energías y

colores.

En diversas ocasiones, entre 1860 y 1940, la Iglesia católica organizó campañas

contra el vudú, pero sin éxito alguno. En 1949, algunos elementos de la Iglesia católica

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emprendieron una guerra santa total contra el vudú, llegando a quemar peristiles y a

golpear y matar a houngans y mambos, exigiendo a la sociedad salir de su ostracismo.

Pero apenas tuvo el efecto deseado. El vudú quedó hasta cierto punto relegado a

prácticas secretas, pero su popularidad creció, quizá debido a la misma opresión. A

principio de los cincuenta la Iglesia católica paró la guerra e hizo las paces con el vudú,

llegando a asimilar alguna de sus prácticas, como la de los tambores y los cánticos.

Desde entonces, las relaciones entre los católicos y los serviteurs han sido apacibles.

Consecuencias de la inmigración haitiana y soluciones

La inmigración haitiana ha causado mucho revuelo tanto en el Estado dominicano

como en toda la población, ya que estos han venido ocupando nuestro territorio desde

hace ya mucho tiempo.

Aunque los haitianos han venido en busca de trabajo para tratar de mejorar su status

social, si así le podemos llamar, con esta acción van poco a poco desplazando a los

dominicanos. Porque en un principió ellos solo se dedicaban al corte de caña de

azúcar, pero ahora se han ido adentrando más y más en las distintas actividades

económicas del Estado dominicano, como son al algodón, el arroz, el café y el cacao.

Los haitianos nos han ido ocupando, y todo esto se debe mayormente a que nuestros

Gobiernos no han sabido poner mano dura a estos inmigrantes.

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El unido Gobierno que trabajó con el caso de la inmigración haitiana, y tubo algo de

bueno, fue el Gobierno de Rafael Leonidas Trujillo, aunque, en la forma en que el lo

manejó no fue de lo mas cordial que digamos.

A pesar, de que Trujillo hizo mal, al realizar aquella matanza de haitianos en 1937, en

cierto modo para ese entonces le hizo gran ayuda al país.

Los haitianos han ido reemplazando la mano de obra dominicana, porque estos

realizan trabajos que los dominicanos no hacen, y mucho menos por el poco dinero

que ofrecen para hacerlo. Y al seguir así los haitianos se quedarán con todo el

mercado. Percepción de los jornaleros haitianos y dominicanos de sus relaciones en

mercado, laborales y étnicas.

Posibles soluciones

1. Que se ejecuten acciones de política migratoria, que regulen la presencia

de los trabajadores haitianos.

2. Que se reforme la Administración Policial de la frontera

3. Que se deporte a todo aquel haitiano indocumentado a Haití

4. Que se evite la entrada a haitianos sin la debida identificación

5. Que se penalice a las personas que permitan la entrada de haitianos por

soborno

6. Exigir a los haitianos los documentos de identificación y los permisos de

entrada antes de su ingreso al país

7. Regularizar el paso de los comerciantes haitianos para la venta del

mercado

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8. Reforzar la vigilancia en los chequeos militares a las salidas de las

provincias del Sur y de la Línea Noroeste

9. Que el Gobierno ejecute programas de :

a. Otorgamiento de permisos de trabajos a los trabajadores

haitianos.

b. Regularización del estatus de los haitianos ilegales.

c. Regularización de la situación de las fuerzas de seguridad

ubicadas en la frontera.

d. Eficientización del personal de las instancias administrativas de la

frontera.

CONCLUSIÓN

Desde hace mucho tiempo que los haitianos han estado inmigrando a nuestro

territorio, aunque esta sea la fecha en que mayor repercusión haya hecho, ya que,

claro, es mayor y más fácil de notar.

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En un principio los haitianos eran buscados por el mismo Estado para la producción de

caña de azúcar de los ingenios, pero estos se fueron llevando hasta quedarse en

nuestro territorio, de una u otra manera.

Los haitianos han ido quedando y habitando, poco a poco, a nuestro territorio

pacíficamente, de forma que no han llamado la atención del Estado, de tal manera que

hagan algo al respecto.

Sería bueno, y un buen apoyo a la sociedad dominicana, si el Estado se hiciera cargo

de este problema haitiano, y que hiciera algo son los inmigrantes ilegales que se

encuentran en nuestro país, como son la mayoría de los haitianos residentes en el

país.

Si se hicieran cargo de esto, estaría evitando que la población, principalmente obrera,

dominicana no fuera desplazada lentamente por los inmigrantes haitianos.

BIBLIOGRAFÍA

 “La cuestión haitiana en Santo Domingo”, Wielfredo Lozano. Impreso en

la República Dominicana. Flacso (amigo del hogar) 1992

29
 “Estudios Sociales 7mo Curso”, Rafael Antonio Gonzales. Disesa, 6ta

edeción 1991

 “Estudios Sociales 8vo Curso”, Santillana.

Internet:

 www.monografias.com

 www.yahoo.com

 www.altavista.com

 www.encarta.msn.com

 www.haiti.org

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