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EL USO EFICIENTE Y RESPONSABLE DEL AGUA

El agua es un recurso natural no renovable y a la vez un recurso limitado, por ellos se requiere un uso
eficiente, que haga compatible la satisfacción de las demandas con el respeto al medio ambiente y a los
demás recursos naturales. La creciente presión de la demanda sobre este recurso vital e insustituible y la
necesidad de preservar el medio natural hacen indispensable el control público de su gestión y
administración, ya que atañen a la sociedad en su conjunto.

La nueva cultura del agua ha evidenciado que ésta y sus usos es algo mucho más complejo que el simple
concepto de recursos hídricos, además de constituir una dimensión esencial de la sostenibilidad. En los
ecosistemas áridos, la excesiva presión sobre el agua y sus impactos en los sistemas naturales amenazan la
sostenibilidad global en tales zonas. Reconducir dicha situación, exige replantear el concepto de recursos
hídricos y el de demandas, pasando de la tradicional categorización entre usos urbanos, agrarios,
industriales y turísticos, a una nueva categorización basada en las funciones del agua que diferencia tres
niveles de prioridad: 1) agua-vida; 2) agua-interés general y 3) agua-negocio.

El uso eficiente y responsable del agua se ha convertido en uno de los retos clave en el S. XXI. En este
sentido, el agua en América Latina constituye un bien esencial. Según cálculos del Programa Ambiental de
Naciones Unidas (UNEP), la región cuenta con el 65% de agua dulce del mundo. Sin embargo, la relación
entre oferta y demanda de agua da lugar a situaciones muy distintas dependiendo del país.

Como observamos, el agua es un elemento líquido que se encuentra en muchas partes del planeta Tierra en
diferentes formas (salada, dulce, etc.). En el caso particular del ser humano, el agua es importante para ser
consumida (en cuyo caso tiene que estar potabilizada) y para que el organismo pueda seguir funcionando
de manera correcta. En este sentido, podemos decir que el agua es responsable de que todos los tejidos
desarrollen sus funciones y capacidades de manera efectiva. Cuando una persona sufre un estado de
deshidratación o de falta de agua, estos tejidos comienzan a perder sus capacidades y las funciones son
minimizadas al máximo.

Pero el agua no es sólo importante para el consumo del ser humano sino que también tiene que ver con
permitir la existencia de un complejo número de seres vivos. En primer lugar, el agua es uno de los
alimentos más importantes de los vegetales, por lo cual el agua que llega a través del riego o de la lluvia es
la responsable del crecimiento de todo tipo de plantas y de la vegetación que existe en el planeta. Por otro
lado, el agua es consumida por los animales y sirve entonces también como un elemento natural de vital
importancia para el desarrollo de los mismos.

Siendo un elemento vital para el ser humano, la cercanía a alguna fuente de agua, como un río, es lo que
determinó el establecimiento de las primeras ciudades del mundo. La mayoría de las civilizaciones no solo
aprovecharon los ríos para su supervivencia, sino que también los aprovecharon en diversas actividades,
como la agricultura, el comercio, el transporte y los sistemas de defensa.
El primer acueducto fue realizado en Roma en el año 312 antes de Cristo, a partir de entonces el
abastecimiento de agua se transformó en algo posible. Tiempo después comenzó a considerarse la
importancia de extender por todo el mundo el acceso al agua, y en la actualidad es una gran deuda de la
humanidad: en África, Asia, América Latina y el Caribe, con casi mil millones de personas que viven en
zonas rurales y que carecen de abastecimiento de agua y por lo tanto, de posibilidades de saneamiento.

El agua es el elemento más importante para la vida. Es de una importancia vital para el ser humano, así
como para el resto de animales y seres vivos que nos acompañan en el planeta Tierra.

Además de tener un tercio del agua en el planeta, América Latina concentra la mayor extensión de bosques
del mundo.

Brasil, Colombia, México, Venezuela, Ecuador y Perú se encuentran entre los 17 países más megadiversos
del mundo. Según la organización medioambiental Conservation International, estos países tienen la
mayoría de las especies en la Tierra y reúnen el 70% de la riqueza natural d el mundo. Sin embargo, los
ecosistemas brasileños se ven constantemente amenazados por el aumento de la deforestación, la
urbanización, la contaminación y las represas fluviales.

El agua es un recurso vital utilizado por todo ser viviente en la Tierra, indispensable para el bienestar y la
salud humana, así como para la preservación del medio ambiente. El uso de los recursos hídricos va más
allá de las necesidades básicas del ser humano, siendo el agua fundamental como fuente de energía o para
su uso en la agricultura y en los procesos industriales y por tanto, necesaria para el desarrollo sustentable
de los países.

Dentro de este objetivo final se encuentran una serie de objetivos secundarios de la gestión del agua:
Garantizar el abastecimiento de población a un precio razonable.
Respetar el carácter renovable del recurso para garantizar un uso sostenible.
Gestionar la demanda para conseguir un uso eficiente del agua.
Garantizar la calidad adecuada del agua y de los valores ambientales asociados al medio hídrico.
Garantizar los usos económicos del agua:
- Regadío
- Industria
- Hidroelectricidad

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