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Por
Ramiro Carrillo A.
-
julio 30, 2018
6351
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Que, es importante partir la resolución de este recurso, recordando que en materia laboral se
tiene como un principio procesal de indiscutible relevancia, el referido a la “inversión de la
prueba a favor de la trabajadora o del trabajador”, consagrado en los arts. 3.h), 66 y 150 del
CPT, y art. 48.II de la Constitución Política del Estado, de modo que, corresponde a la parte
empleadora demandada, desvirtuar los hechos afirmados por la parte actora trabajadora, o
en su caso, demostrar los hechos afirmados de su parte en su propia defensa; lo dicho
tampoco exime a la parte actora de la carga inicial de demostrar la prestación de sus
servicios o la ejecución de la obra, conforme se infiere de los arts. 182.a) y 125 del
Adjetivo Laboral; empero, queda claro que los hechos sobre cuya base se reclama el pago
de derechos laborales y/o beneficios sociales a favor de la parte laboral, por regla,
corresponde a la parte empleadora demandada.
Que, la prueba que se deriva de un proceso laboral, tiene como finalidad crear un estado de
certeza en la mente del juzgador en relación con los hechos afirmados por las partes, de allí
que, éstas deben ser pertinentes, legales y suficientes, como para conseguir tal propósito en
razón al propio interés de la parte que afirma los hechos.
En la causa que ocupa a este Tribunal, se tiene que, si bien la co-demandada recurrente,
cuestiona la valoración probatoria desplegada por el Tribunal de apelación respecto a las
piezas probatorias que cursan a fs. 447, 449 y 451, con las que, según la recurrente, se
demostraría que: a) El tiempo de servicios de la actora sería hasta el año 1991 en que habría
abandonado sus funciones, retornando a trabajar en el año 1993 y hasta el año 2006 en que
habría sido desvinculada de su fuente laboral; b) Al tiempo de ser retirada de su trabajo, el
sueldo de la actora fue de Bs.700,00.-, y; c) Que los beneficios sociales de la demandante
habrían sido pagados; sin embargo, queda claro que las piezas probatorias anotadas fueron
consideradas y valoradas por el Tribunal de Alzada de acuerdo al prudente criterio y sana
crítica, y en el marco de lo dispuesto en los arts. 3.j), 158 y 200 del CPT.
En ese marco, éste Tribunal no encuentra que los testimonios que cursan a fs. 447, 449 y
451, demuestren con suficiencia y eficacia los hechos pretendidos de su parte como son el
sueldos promedio indemnizable de Bs.700,00.-, así como la posible cancelación de sus
beneficios sociales a la conclusión de su relación laboral y finalmente el tiempo de
servicios que se alega por la demandada recurrente, de modo que, se concluye que la
valoración probatoria desplegada por las autoridades jurisdiccionales en segunda instancia
se encuentra dentro de los parámetros establecidos en las normas adjetivas anotadas ut
supra, no siendo suficiente, para pretender la casación del fallo recurrido, invocar el
principio de racionalidad en la aplicación del principio de la “inversión de la prueba” que
rige esta materia, como reiteradamente se impetra en el recurso, citando como
jurisprudencia el AS N° 2 de 27 de enero de 2012 cuyos antecedentes y circunstancias de
hecho son distintos.
Resulta también acertado el criterio vertido por los Vocales en el fallo recurrido respecto a
la literal de fs. 441 a 442 que fue presentada por la parte demandada para demostrar el pago
de los beneficios sociales de la actora, en sentido que carecen de idoneidad para
fundamentar el agravio de la arte recurrente; a criterio de éste Tribunal, las declaraciones
unilaterales efectuadas por la co-demandada ante una Notaría de Fe Pública, no constituye
prueba idónea para demostrar los hechos afirmados de su parte, ya que sólo tiende a
reafirmar su propia versión del hecho, empero no constituye prueba que demuestre el hecho
en sí, de modo que, aún su vinculación con los demás elementos de prueba que fueron
presentados como descargo, dicha prueba no correspondía ser valorada favorablemente
para la parte proponente, como acertadamente procedió el Tribunal de grado.