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PSICOLOGÍA DE LA

MOTIVACIÓN

El proceso motivacional
La motivación tiene que ver con las razones que subyacen a una
conducta determinada. De hecho, este concepto viene siendo utilizado
por los psicólogos a la hora de describir las fuerzas que actúan sobre, o
dentro de un organismo, para iniciar y dirigir la conducta de éste. Por
tanto, el proceso motivacional viene constituido por una serie de fuerzas
que permiten la ejecución de conductas destinadas a modificar o
mantener el curso de la vida de un organismo mediante la obtención de
objetivos que incrementan las probabilidades de supervivencia, tanto en
el plano biológico, como en el plano social.
Activación
Concepto de activación
En psicología, la característica energizante de la motivación recibe el
nombre de activación.
La activación es la propiedad activadora de la motivación, es una de las
variables responsables del inicio, del mantenimiento, de la intensidad y
de la finalización de la conducta motivada.
El concepto de activación era ya conocido en psicología desde que se
investigaban las funciones psicofisiológicas de los estados emocionales
y motivacionales.

Características de la activación
Para Petri y Govern (2005), la primera principal característica de la
activación es que activa la conducta motivada.
Lacey (1967) señaló que la activación puede manifestarse en tres niveles
de actividad: electro cortical (a través del sistema nervioso central),
fisiológica (a través del sistema nervioso autonómico) y por la actividad
motora.
La segunda característica de la activación es su persistencia o insistencia
en el comportamiento; así podemos considerar que cuando un organismo
está motivado, persiste en su conducta hasta conseguir su objetivo.
Depende también de otros factores, como pueden ser las opciones
disponibles para realizar la conducta; de manera que, cuanto menores
sean esas opciones disponibles, la persistencia será más claramente un
índice de la motivación, y, al contrario.
La tercera característica de la activación es la intensidad (fuerza o vigor)
de la conducta motivada.

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Existe una correlación positiva entre el nivel de intensidad de la conducta
y el nivel de motivación. Aunque algunos indican que interviene el
aprendizaje.
La conducta manifiesta, la persistencia y la intensidad son las
características de las propiedades activadoras que, en condiciones
adecuadas, constituyen los indicadores de la existencia de la motivación.
Estudios sobre la activación
Ferguson señaló que han sido asuntos de interés la movilización de
energía y el gasto energético de la conducta.
La activación varía desde el sueño profundo hasta situaciones de máxima
alerta o vigilancia. Se produce una alta activación cuando existe un
aumento en la alerta, cuando se tiene una mayor capacidad de respuesta
y cuando se obtiene un mayor nivel general de excitación fisiológica.
Conductualmente, la activación hace referencia a una mayor amplitud,
frecuencia y duración de las respuestas de los individuos. Así, en
condiciones de alta activación conductual, las respuestas son más fuertes,
frecuentes y duraderas.
Muchas medidas fisiológicas se han utilizado para medir la activación,
como son: el electrocardiograma, (ECG), la tasa cardíaca y la presión
arterial.
La activación también produce cambios importantes en el sistema
nervioso central, como lo demuestran los registros del
electroencefalograma.
Según Thayer, debe diferenciarse entre activación energética (que se
relaciona con los sentimientos positivos) y activación tensa (que se
relaciona con situaciones de amenaza, dolor o ansiedad). La primera
produce aumentos lineales en el rendimiento; la segunda produce
disminuciones en la calidad del rendimiento.
Activación y rendimiento
Muchas investigaciones han intentado comprender de qué modo la
activación afecta a la ejecución en diversas actividades.

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En general, cuando aumenta la activación también lo hacen la reactividad
fisiológica y la actividad motora. Existe una relación lineal monotónica
entre la activación y las respuestas fisiológicas y motoras; así, a mayor
motivación, mejor rendimiento.
Las medidas de activación que reflejan más estrechamente la intensidad
de la motivación son las que implican al sistema nervioso simpático.
La ley de Yerkes-Dodson señala que el nivel de motivación tiene un
punto óptimo entre los valores intermedios de activación, pero en los
niveles excesivamente altos o bajos empeora el rendimiento.
Dirección
Concepto de dirección
Para explicar la conducta motivada es necesario que el individuo pueda
seleccionar los objetivos o metas hacia dónde dirigir sus conductas.
Para que se produzca la conducta motivada es esencial considerar la
dirección de la conducta que realiza el individuo; es decir, cómo éste va
cambiando de una actividad a otra.
La dirección proporciona la posibilidad de variedad de acciones y
tendencias que van a mostrar los individuos en las diferentes situaciones
y estados internos del organismo. Se refiere a las características selectivas
por las cuales se produce la variación de la clase de objetivos a los que
responde el individuo.
Para Fernández-Abascal, la direccionalidad de la conducta abarca tanto a
los objetivos determinados genéticamente como a las metas y objetivos
típicos del comportamiento humano.

Variables de la dirección
En general, todos los organismos están en un estado de continua
motivación, debido a que siempre existe algún objetivo hacia el cual
dirigir sus conductas.
Palmero señala dos variables que intervienen en la consecución de los
objetivos:

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La expectativa de la consecución del objetivo: dependiendo de la
proximidad que perciba subjetivamente con respecto al objetivo, el
individuo.
Su grado de atracción: cuanto más atractivo sea el objetivo para él, mayor
será su nivel de motivación, y por consiguiente su actuación estará más
encaminada a su consecución.
Determinantes de la motivación
En el proceso motivacional intervienen varios determinantes (internos y
externos) que actuando de diversas maneras pueden llegar a explicarlo.
Todos los determinantes pueden actuar solos o conjuntamente,
estableciendo complejas interacciones entre ellos. En los motivos
primarios los principales determinantes son la herencia, la homeostasis y
el hedonismo; mientras que en los motivos secundarios son el
aprendizaje, la interacción social, el crecimiento y los procesos
cognitivos.
Determinantes internos
Se originan dentro del organismo, y son los mecanismos debidos a la
herencia, a factores homeostáticos, al crecimiento potencial y a los
procesos cognitivos.
La herencia
Es explicado según dos enfoques diferentes: el enfoque instintivo
propone que la energía se acumula en el organismo y da origen a un
estado motivado; y el enfoque fisiológico establece que los circuitos
cerebrales vigilan el estado del cuerpo y activan las conductas cuando
detectan algún cambio.
La homeostasis
La homeostasis es un determinante que atañe específicamente al
desencadenamiento de la motivación. Hace referencia a la existencia de
un nivel óptimo de activación en varios estados del organismo y está
relacionado con el mantenimiento del equilibrio fisiológico. Los motivos
primarios (hambre, sed, etc.) los secundarios (logro, poder).

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El crecimiento potencial
El crecimiento potencial hace referencia a la idea de que el ser humano
está motivado para alcanzar su pleno potencial tanto en los aspectos
físicos como en los aspectos psicológicos y emocionales.
Los procesos cognitivos
Los procesos cognitivos hacen referencia a los determinantes que
proceden de la información que recibimos y de la forma en que la
procesamos Éstos contribuyen a motivarnos y repercuten de una manera
importante en la conducta de los sujetos.
Determinantes externos
Se originan fuera del organismo, y son los mecanismos debidos al
aprendizaje, a factores hedónicos y a la interacción social.
El hedonismo
El hedonismo es uno de los primeros y más aceptados determinantes.
Señala la tendencia generalizada de los organismos a aproximarse a todo
aquello que produce placer.
La interacción social
La interacción social es uno de los más importantes, pues se ha
comprobado que la interacción entre las personas tiene realmente un
efecto motivador: está comprobado la influencia del grupo en la
motivación para aceptar una situación determinada, o la influencia que
ejercen las figuras de autoridad que nos motivan para obedecer.

Los 7 pasos del proceso motivacional


1. Se identifican necesidades y expectativas personales.
2. Se generan impulsos o fuerzas motrices y se establecen objetivos.
3. Se seleccionan conductas y estrategias orientadas a la consecución de los
objetivos.
4. Se realizan los trabajos, intentando conseguir los resultados esperados.
5. Se recibe información de retorno, recompensa y gratificación.

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6. Se revaloran las necesidades y expectativas cubiertas.
7. En función de las satisfacción o frustración, se toman decisiones que
afectan a la motivación.

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