Professional Documents
Culture Documents
2) Segregación en Mérida. En medio de las represiones por parte de los grupos porriles,
aquel 4 de julio un joven presente en Paseo de Montejo expresó que se oponía a la
construcción del paso deprimido por razones distintas a las de “los del norte” de la
ciudad. El motivo de su inconformidad era que mientras unos —“los del norte”— no
querían que se construyera una obra en esa zona de la ciudad, otros, “los del sur”, sí
quieren que se realicen varias obras en la zona que habitan: pavimentación de calles,
alumbrado público, centros de salud, espacios educativos y recreativos, entre otros. El
discurso de aquel joven, desapercibido en medio de la violencia política, resulta muy
ilustrativo del grave problema de segregación urbana en Mérida. Por debajo de esta
violencia política manifiesta en las agresiones de los porros contra los manifestantes,
encontramos una violencia estructural en la que más de la mitad de la población de
Mérida se mantiene al margen de los satisfactores, servicios y oportunidades, como ha
sido documentado en el libro Segregación, recreación y calidad de vida en Mérida de la
doctora en Urbanismo, Susana Pérez Medina.
El problema de la segregación en Mérida va acompañado de un crecimiento
desencadenado de la ciudad, sin planeación, que genera diversos problemas urbanos —
entre ellos, el tráfico de transporte, la especulación irracional de terrenos y la carencia de
servicios en diferentes zonas del municipio. Éste debe ser, sin duda, uno de los puntos
urgentes en la agenda de la nueva administración municipal.
3) Los aspectos sociopolíticos. Tal como escribió la semana pasada en estas páginas Juan
Chaia, integrante de Poder Ciudadano. Colectivo 4 de Julio, la represión del 4 de julio
tuvo diversas repercusiones sociopolíticas en Mérida. Acaso una de las consecuencias
más visibles sea la pérdida de la alcaldía por parte del PRI. Varios analistas políticos
coinciden en que los ciudadanos de Mérida han ejercido un voto de castigo —tanto en
2012 como en 2015— en contra del PRI. Esto debe llevarnos a pensar seriamente en qué
tanto la oposición goza de los errores del gobierno en turno y en qué medida el respaldo
que obtiene de los ciudadanos proviene de sus propuestas y acciones.
Si el grave problema de segregación en Mérida llevó a algunos a calificar a las
manifestaciones contra el paso deprimido como una protesta de “los del norte” que no les
competía a “los del sur”, el marcado bipartidismo en el estado condujo a considerar a los
inconformes como “panistas” en contra de los gobiernos municipales y estatales del PRI.
Por mi propia experiencia, puedo confirmar que las manifestaciones contra el paso
deprimido no provenían sólo de simpatizantes del PAN. Estos estereotipos, muchas veces
reproducidos por los medios de comunicación, son sumamente perjudiciales pues
contribuyen a deslegitimar las protestas y a desviar la atención de las causas de los
problemas (la corrupción, el desvío de recursos, la segregación…).