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Materia:
Historia Mundial I
Trabajo:
Independencia de Hispanoamérica.
Actividad de aprendizaje
1. Describe y analiza el proceso revolucionario de la independencia de
América Latina (incluye Brasil) ¿cuáles son las causas que las
desencadenan?, ¿Cuál de ellas es más importantes? ¿Cómo se
desarrolla? ¿Cómo concluye?
Una ideología que sirvió de inspiración es la guerra que había en España
cuando se sublevo en contra de Francia, es aquí cuando se vio la necesidad de
establecer gobiernos locales y no uno central que era España. Comenzando por
Buenos Aires, Chile, Perú, Colombia y Venezuela; aprovecharon la ocasión
para tener una autentica independencia. Aparecieron los personajes de Bolívar
en el norte, con su precursor Miranda, y San Maritn en el Sur. Con los
siguientes descontentos: Proclamaban que América del Sur no era para España
más que un inmenso campo de explotación. Los criollos, de origen español
aunque nacidos en las colonias, se sentían orgullosos y conscientes de su
importancia; en cambio, se les negaba todo derecho político e incluso el poder
ejercer influjo alguno en la administración de su propio país.
La idea y el impulso de independencia obtuvieron un éxito rotundo. Los criollos
se sublevaron contra sus dominadores españoles y San Martín se colocó al
frente del movimiento del sur, partiendo de Buenos Aires, y Bolívar en el norte,
de Venezuela al Perú. Lo que ocurrió en América a partir de 1810 fue bastante
más que una revolución: representó la independencia de todo un continente.
Entro a Venezuela con un discurso en el que citaba la emancipación de Estados
Unidos con Inglaterra. Después del terremoto que azoto a Venezuela se trasladó a
Nueva. región vecina a Venezuela, e inició los preparativos para la reconquista de su
país. Al abandonar Miranda la escena política, Bolívar pasaba a ser el único jefe del
movimiento. Fernando VII recuperó el trono español a la caída de Napoleón y España
pudo pasar a la ofensiva en sus Colonias rebeldes. En 1816, «la revolución vuelve a
ponerse en marcha», y esta vez para triunfar. Bolívar, al obtener por fin los indispen-
sables apoyos, regresó a América del Sur, liberando en primer lugar a Venezuela y
dirigiendo acto seguido su ofensiva contra los españoles de Nueva Granada. Bolívar
hizo su entrada en la capital, Bogotá, entre las aclamaciones populares, declarando
que venía a pagar la deuda que Venezuela contrajera con Nueva Granada. Un nuevo
estado surgió entonces, Colombia, que reunía las dos antiguas colonias españolas de
Nueva Granada y Venezuela, liberadas ambas por Bolívar y a las que adjudicara un
nombre que evocaba el de Colón, descubridor de América. Como era de esperar, el
Libertador fue elegido presidente de la joven República y uno de sus admiradores
afirmó: «Colombia es hija del inmortal Bolívar». Independizada ya la Argentina, el
general San Martín se estableció en una ciudad aislada situada al pie de los Andes
occidentales, con objeto de organizar el ejército que proyectaba conducir a Chile para
luchar contra los españoles. San Martín poseía una completa formación militar recibida
cuando sirvió bajo las banderas de España. San Martín emprendió la marcha y
atravesó los Andes, hazaña tan notable como la que llevara a cabo Bolívar poco
después. Sólo necesitó año y medio para liberar Chile por entero. Para demostrar su
agradecimiento a San Martín, el pueblo chileno le ofreció la dictadura, pero el
Libertador la rechazó porque no aspiraba a desempeñar el papel de un vulgar
conquistador. Se proponía seguir combatiendo, avanzar hacia el Norte, ocupar el Perú
y, gracias a nuevos subsidios ingleses que le permitieron adquirir barcos de guerra en
los Estados Unidos, consiguió, en 1821, llegar a Lima. El Perú se declaró
independiente y por esta vez San Martín aceptó el título de «Protector» del país. Al
producirse la ocupación napoleónica del país en 1807, el regente portugués huyó al
Brasil y no regresó hasta 1821, ocupando el trono con el nombre de Juan VI; al año
siguiente, hizo proclamar a su hijo Don Pedro «emperador constitucional» del Brasil.
La independencia del Imperio brasileño fue reconocida tres años más tarde. Juan VI
murió en 1826 y la Corona portuguesa fue heredada por el citado emperador don
Pedro, no sin tenaz resistencia por parte de su hermano don Miguel.
Para evitar una guerra civil, don Pedro afirmó que resignarla la corona a favor de su
hija doña Maria, pero a condición de que Portugal disfrutara de una Constitución liberal
al ser reconocida Maria como soberana. Era notoria la inclinación de don Miguel hacia
el absolutismo monárquico, con lo que el apoyo de Fernando VII de España lo tenía
asegurado de antemano, y no era menos evidente que la Gran Bretaña, siempre mi
fresada por cuanto ocurriera en tierras portuguesas, se colonial a favor de los
constitucionales. Georges Canning envió tropas a Portugal, los partidarios de don
Miguel fueron derrotados y se proclamó la Constitución.