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La experiencia estética en el taller literario: escenario de formación para la lectura y la

escritura en la escuela1

Roland Iosif Jaramillo Oviedo2 - Jaime Andrés Ospina Pinzón3 - Andrea Fernanda Reyes Bulla4

Abstract

El artículo presenta, desde un punto de vista focalizado en el saber pedagógico y en la


hermenéutica filosófica, los hallazgos sobre la experiencia estética de la literatura en el escenario
del taller literario, producto de una investigación de corte cualitativo hermenéutico, realizada en
un colegio público de Bogotá D.C cuyo objetivo fundamental fue analizar las formas estéticas
que ofrece el taller literario como escenario pedagógico para la constitución del ser, de la
experiencia, del sentido y de la imaginación en la formación de lectores y escritores. Lo que se
buscó fue caracterizar las formas de acción suscitadas a partir de una nueva visión del texto
literario y de su enseñanza en niños y niñas, participantes del estudio, cuyas edades oscilaron
entre los 10 y los 13 años.

Palabras claves
Experiencia estética literaria, taller literario, formación y pedagogía de la subjetivación.

Introducción
La instrumentalización de la literatura al interior del currículo en la escuela que busca llevarla
a posiciones moralizantes o de desarrollo de competencias, la obligatoriedad del acto de leer, la
estandarización de métodos de lectura, la enseñanza de una periodización literaria sin
trascendencia, el influjo de teorías literarias como maneras de abordar la literatura en el aula con
los estudiantes y su distanciamiento sobre una visión de la formación del sujeto contemporáneo,
se convierte, para el profesor de lenguaje, de español o de lengua castellana en el pretexto
investigativo que intenta dilucidar la expresión de una estética literaria que transita en las tácticas
del taller literario para abogar por cierta idea de formación desde las prácticas de lectura y
escritura.

1
Investigación realizada en el marco de la Maestría en educación en la Pontificia Universidad Javeriana de la Línea
de investigación: prácticas de enseñanza, prácticas discursivas y lenguaje en el campo educativo. Los
investigadores son maestros vinculados en propiedad a la planta docente de la Secretaría de Educación del
Distrito. Bogotá D.C. El informe de investigación completo se puede consultar en
https://repository.javeriana.edu.co/handle/10554/35195
2 Colegio Nueva Colombia I.E.D. poulet1110@hotmail.com
3 Colegio Nueva Colombia I.E.D. jaospinap@educacionbogota.edu.co
4 Colegio Fanny Mickey I.E.D. andreafe@outloook.es
Teniendo en cuenta lo anterior la pregunta central que se constituyó como eje principal de la
investigación fue ¿Cómo incide la experiencia estética de la literatura en la formación de lectores
y escritores en la escuela? Y los objetivos planteados para cumplir con el propósito de la
investigación se organizaron en objetivo general: analizar la experiencia estética en el escenario
del taller literario con estudiantes de grado sexto para comprender la incidencia en su formación
como lectores y escritores, y tres objetivos específicos: caracterizar la experiencia de la lectura y
la escritura de los estudiantes de grado sexto del colegio Nueva Colombia IED. Postular una
visión de la experiencia estética dentro del campo del saber pedagógico para la formación de
lectores y escritores. Y, explorar las posibilidades pedagógicas del taller literario, como
experiencia de lectura y escritura de invención, en el contexto de la escuela.

Hacia una construcción del sujeto en el acontecimiento estético de la literatura

Muchos autores de la tradición filosófica occidental han discutido sobre el concepto de


experiencia. Desde la visión metafísica en Kant y Hegel en tanto que conocimiento del mundo
hasta la visión fenomenológica en Schopenhauer de la experiencia como acontecimiento del
desencanto, anticipada por Spinoza en cuanto a la restauración del cuerpo como potencia de la
acción. Con Nietzsche (2007), pasamos de la experiencia como acontecimiento a la experiencia
estética en su reflexión sobre el fundamento dionisiaco de la expresión estética, según Nietzsche
(2007) en el convencimiento de que el arte es una tarea suprema y la actividad propiamente
metafísica de la vida, se llega a que la expresión literaria cobre un sentido sublime, de modo
schopenhaueriano, es decir, en el nivel de la conmoción y novedad imperceptible, generados por
el hecho artístico, no simplemente la atracción sensorial o el placer, es decir, por lo bello.

Lo que nos lleva, a apelar a una visión estética de la existencia en Foucault (1990), en la cual,
las prácticas de lectura y escritura desprovistas de un estatus mecanicista e instrumentalista se
postulan como -tecnologías del yo-, es decir, como espacios discursivos que posibilitan las
prácticas de sí como prácticas de la libertad. Este modo de práctica de libertad incluye la
posibilidad de considerarse a sí mismo como objeto de la literatura desde criterios de un “arte de
la existencia, es decir, la consideración de sí mismo como trabajo sostenido sobre sí desde
prácticas literarias, con la finalidad de darse a sí mismo, una forma bella, un cierto estilo de la
existencia” (Foucault,1990, p. 48)
Para ello, se requiere pensar la lectura como formación, como una actividad que tiene que ver
con la subjetividad del lector: no solo con el conocimiento del lector, sino con lo que es. “Se trata
de pensar la lectura como algo que nos forma (o nos de-forma o nos trans-forma), como algo que
nos constituye o nos pone en cuestión con aquellos que somos.” (Larrosa, 2003, p. 12). Este
principio suscribe, por tanto, la experiencia literaria como un saber subjetivo, inseparable del
individuo, configurador de su estar en el mundo y, además, según Larrosa, que trasciende en la
búsqueda de una vida buena y plena.

Bajo esta mirada, la escritura, para el filósofo francés Gilles Deleuze (2006), procura una
condición para asumir una actitud frente a la vida que se traduce, primero en un distanciamiento
frente a las enfermedades del mundo y luego en un remedio (pharmacon) para asumir la
existencia. La escritura entonces, “Es un proceso, es decir un paso de Vida que atraviesa lo
vivible y lo vivido (…) inseparable del devenir; escribiendo, se deviene–mujer, se deviene–
animal o vegetal, se deviene–molécula hasta devenir–imperceptible.” (p. 8) En otras, palabras, el
acto de escribir deviene el nacimiento de un hombre nuevo.

Para finalizar, se acudió a la noción de experiencia estética en la teoría de la recepción de


Jauss como una posibilidad para cartografiar (caracterizar) la experiencia de los estudiantes. Para
Jauss (1986) la experiencia estética es un concepto complejo. Inicia en un comportamiento
estético que se caracteriza por un ciclo que comienza en un motivo de seducción asociado a la
curiosidad, que culmina con el asombro ante el esplendor del objeto de placer “representa la
manifestación sensorial de una manera perfecta, provocando el placer por el objeto en sí” (p.32).
Pero luego el concepto se desplaza hasta las formas de vencer el desencanto de la vida por los
problemas inherentes a esta. Ya que la experiencia estética permite que “soporten mejor sus
propias miserias y vuelvan al trabajo con más alegrías” (p.32).

Atender esas presunciones teóricas requirió la reflexión sobre el taller literario, que se postula
como escenario de formación en tanto que su diseño, según Andruetto y Lardone (2011) debe
ofrecer un espacio diferente que estimule la palabra mediante diversos recursos como la plástica,
la música, la fotografía entre otras. Es la oportunidad de explorar lo imaginario, la percepción y
la memoria afectiva desde el acercamiento a materiales no convencionales, a través de juegos
para accionar la capacidad productiva del lenguaje, y en su dinámica generar un espacio para la
diversidad y el encuentro con el otro.
La conjunción de la hermenéutica, la etnografía y la observación reflexiva en educación.

El método investigativo se basó en el trabajo de Teresa Ríos (2005), Esta investigadora


propone “un camino hermenéutico de investigación educacional articulando coherentemente una
filosofía hermenéutica (Ricoeur) con una antropología hermenéutica (Geertz) cuyo puente es un
método reflexivo fenomenológico (Schutz)” (Ríos Saavedra, 2005, p. 65). (Ver figura 1)

Figura 1. Descripción de la dinámica metodológica. Nota: elaboración propia

Se trabajó sobre la interpretación de cuatro tipos de relatos; primero, los textos literarios
creados por los estudiantes en el marco del taller; segundo, relatos biográficos narrativos sobre
su experiencia en el taller; tercero, entrevistas semiestructuradas a los estudiantes para indagar de
forma directa sobre su experiencia; y cuarto, los diarios de campo trabajados por los
investigadores que recogieron la información en video de cada encuentro con los estudiantes.

La institución seleccionada para la investigación fue el Colegio Nueva Colombia IED ubicado
en la localidad Suba. Los estudiantes pertenecen a los estratos 1 y 2. Se trabajó con los cursos
601 y 602 de la jornada tarde para un total de 80 participantes cuyas edades promedian 12 años,
quienes participaron en cuatro talleres literarios de poesía, cuento y libro álbum y en varias
sesiones de lectura de sus creaciones, entre los meses de septiembre y noviembre de 2017. Se
trabajaron cinco categorías de análisis que se describen a continuación desde el análisis de los
resultados.
Rostridad de las emociones a propósito de la lectura y la escritura

Caracterizar esa experiencia estética supuso entonces, en primera instancia, el examen de los
relatos de la experiencia estética, es decir, indagar y analizar toda una red de afirmaciones,
posturas, sentencias, reflexiones y juicios, de los estudiantes sobre las interacciones del taller; y
en segundo lugar, recorrer, de manera reflexiva y consciente las evidencias fácticas sucedidas en
cada una de las lógicas literarias que transitaron con los estudiantes, para abogar por una cierta
materialidad de la experiencia estética. Dicho de otro modo, lo que se rastreó, además de los
relatos, en la secuencia de los talleres literarios fue La expresividad de las emociones mediante el
cuerpo.

Los talleres reivindicaron la expresividad de las emociones mediante el cuerpo. La


expectativa por la escritura creció cuando dentro del taller, el estudiante fue consciente de que su
voz merece ser escuchada. Las risas, en efecto, retumbaron el espacio, lo que en el contexto de la
clase es reprochable, dentro del taller, fue la evidencia del contagio estético que producen las
palabras. Pues estas ya no son solo grafía, son imagen. “Cada uno ha expresado lo que ha
sentido, para destapar eso que uno tiene guardado (gesto de apresada). Y es bueno sacar las
cosas, porque uno se siente aliviado… y no debe guardarlo, sino que debe sacarlo”, afirmó la
estudiante Brigitte Perdomo en una entrevista en la sesión de cierre.

La cartografía hermenéutica de la experiencia: el goce estético

El objetivo fue establecer un sujeto que se denominó estudiante/lector/escritor. El análisis de


los indicios que revelaron las evidencias se llevó a cabo en tres subcategorías. Al cruzar los
aspectos de la teoría de la recepción (Jauss, 1986) con los planteamientos teóricos que aporta el
profesor Pedro Baquero (2017) en una entrevista concedida para este trabajo, para la
investigación estas subcategorías se estructuraron en Poiesis como sentirse autor, Aisthesis al
permitir que la experiencia me transforme (empoderamiento del estudiante/lector/escritor) y
Catarsis cuando hay una transformación colectiva.

Con respecto a la subcategoría de Poiesis, las evidencias permitieron descubrir al estudiante


como autor que a través de la escritura como creación artística-estética puede “satisfacer su
necesidad general de ser y estar en el mundo y sentirse en él como en casa al quitarle al mundo
exterior su fría extrañeza y convertirlo en obra propia, alcanzando en esa actividad un saber”.
(Jauss, 1986, p. 28). Al respecto el profesor Pedro Baquero (2017) afirma que:
Es importante que el estudiante se sienta autor y descubra que hay un poder creador en la
palabra que él usa. Eso hace que de verdad se formen escritores y lectores. Por esa razón me parece
que es fundamental que los muchachos aprendan a expresar también sus posibilidades, sus
condiciones afectivas y emocionales de una manera estética y literaria. (p. 7)

La segunda subcategoría Aisthesis buscaba identificar los momentos de transformación del


estudiante como lector/escritor. La primera sensación era de la crisis, en cuanto a la dificultad de
la comunicabilidad de su experiencia, por la timidez y la vergüenza que produce el ser escuchado
por un público. La trasformación fue evidente al intentar ponerse en el lugar de los demás.

Y finalmente la subcategoría de Catarsis que es la función comunicativa de la experiencia en


la transformación colectiva. En la revisión de la evidencia una estudiante está hablando sobre un
libro álbum que trata sobre un papá ejemplar y ella le dice a la docente-tallerista “pues me gustó,
porque dice muchas sobre un papá, yo no tengo papá, pero quisiera tener un papá igual a ese”. La
catarsis libera al receptor de las opresiones de su realidad cotidiana, (Jauss, 1986). Esto es lo que
sucede con la niña que desea un padre ideal que no tiene y a través de la experiencia estética
puede comunicarlo, no como algo cotidiano, si no como algo bello.

Visión ética y estética de la formación: hacia una pedagogía de la subjetivación

¿Qué relación existe entre un devenir ético y estético dentro del taller con una presunta idea
de formación? Para responder tal cuestionamiento, es necesario sentar las bases sobre lo que
constitutivamente pudo suceder en el sujeto para que su experiencia en las tácticas del taller
motivaran, en primer lugar, una Percepción de sí, del otro y de la existencia, es decir,
desterritorializarán los modos, discursos, mecanismos, instituciones y conductas naturalizadas en
una sociedad como la escolar; al mismo tiempo, y casi como repercusión inmanente, se
concretarán formas de Reflexión sobre la realidad: el entorno, las rutinas cotidianas, las
acciones, las formas reglamentadas de enfrentar el tiempo y el contacto con el espacio; y por
último, como ejercicio dialógico (porque pone la experiencia del maestro al lado de la
experiencia del estudiante) se produjera un Cuestionamiento del saber literario y el acontecer
pedagógico fundamentado en una idea subversiva frente a las disposiciones curriculares de la
escuela.
Tensión entre la instrumentalización racional de la lengua y la subversión de la
imaginación.

La imaginación, desde su relación productiva con el lenguaje permite crear mundos posibles,
aumentar y transformar la realidad. De cierta manera al lanzar una consigna, se da un voto de
confianza en la capacidad de invención de los estudiantes ligada esencialmente a sus saberes
culturales, emociones y los conocimientos que poseen sobre la lengua. Al respecto, Pedro
Baquero (2017) dice: “La imaginación no puede estar al margen de la información, una persona
bien informada es una persona con más posibilidades de imaginación que aquel que tiene
hipótesis precarias del mundo” (p. 7)

Se evidenció, en la subcategoría de valor de cognoscitivo de la imaginación, que el juego


poético dio paso a la exploración lúdica haciendo de las palabras un material maleable para que
los estudiantes pudieran arriesgarse a encontrar nuevos sentidos.

El taller como espacio de la experiencia (La torsión del espacio)

El taller constituye una alternativa pedagógica para la formación de lectores y escritores. Esto
se logra a partir de unas Condiciones espacio temporales para propiciar la experiencia estética,
lo cual significa un uso diferente de los lugares tradicionales de la escuela, mediante unos
recursos materiales y humanos que dinamizan las relaciones entre los sujetos y su realidad.

Una segunda subcategoría, Experimentación para asumir la novedad en las relaciones del
taller, muestra cómo se modificaron las dinámicas entre los participantes en función de unas
estrategias implementadas al interior del taller. La primera consiste en la divulgación y
reconocimiento de los productos del taller para promover la participación; una segunda
estrategia, la mediación del docente como factor clave en un ambiente de confianza y libre
expresión; tercera, la voz y escucha de las producciones en el reconocimiento del otro y de sí
mismos; y cuarta, el conocimiento sensible dirigido a generar una mirada aguda sobre la
realidad. De las estrategias surgieron, en el espacio de acción del taller, dos tácticas, la primera
estuvo encaminada a la democratización de las relaciones del taller para favorecer la
participación y el respeto; la segunda, la revisión textual que consistió en compartir la
experiencia para reelaborar o ampliar el sentido. Al respecto, algunos estudiantes opinan de esa
transformación de las dinámicas en clase: “Aprendimos que hay una forma de expresarse sin
conflictos, solo con poemas”, “Me gustó trabajar en equipo porque cada uno tiene una
habilidad para algo.” Estudiantes 601.

Conclusiones
La experiencia estética dentro del taller literario es una experiencia de la subjetivación: finita,
intransferible, íntima y vinculante al cuidado de sí como práctica de libertad. Es una experiencia
corporal que moviliza y potencia la rostridad de los instintos, pasiones y emociones como
ejercicio ético, como ejercicio para habitar el mundo.

La experiencia estética de la literatura (como autor, como lector individual y como lector
parte de un grupo) moviliza el empoderamiento del individuo como dueño de un lugar en el
mundo (que se encuentra adentro y afuera de sí), en otras palabras, ayuda a darle sentido a la
vida. De esta manera, la literatura posibilita que el individuo tenga una voz, a manera de un
empoderamiento que posibilita expresar su mundo interior.

La experiencia estética de la literatura transforma al individuo porque le permite pasar de


vivenciar la experiencia propia a compartir la experiencia ajena (ruptura del principio de
individuación: desindividuación larrosiana) como parte de una estética de la formación. Cuando
taller literario moviliza los principios de reflexividad, subjetividad y transformación adquiere una
dimensión formativa desde la experiencia estética literaria.

El taller como alternativa a la clase tradicional de la lengua transforma las relaciones de los
estudiantes, las vuelve más dinámicas y participativas dentro de un espacio dispuesto para la
acción creativa. Propiciar la imaginación en el marco del taller de escritura significa
proporcionar las herramientas y los espacios para que los estudiantes expresen sus sentimientos,
percepciones y conocimientos de una manera más amplia.

Referencias

Andruetto, M. T., & Lardone, L. (2011). El taller de escritura creativa. Córdoba: Comunicarte.

Baquero, P. (10 de 06 de 2017). La experiencia estética en el taller de literatura. (A. F. Reyes


Bulla, J. A. Ospina Pinzón, & R. I. Jaramillo Oviedo, Entrevistadores)
Deleuze, G. (2006). Crítica y clínica. Barcelona: Anagrama.
Foucault, M. (1990). Tecnologías del yo. Buenos Aires: Paidós.
Gadamer, H. (1992). Verdad y método II. Salamanca: Sígueme.

Herrera, J. D. (2010). La comprensión de lo social. Bogotá: Javeriana.

Iser, W. (1987). El acto de leer. Madrid: Taurus.


Jauss, H. R. (1986). Experiencia estética y hemenéutica literaria. Madrid: Taurus.
Larrosa, J. (2003). La experiencia de la lectura. Estudios sobre litearatura y formación. México:
Fondo de Cultura Económica.
Nietzsche, F. (2007). El nacimiento de la tragedia. Madrid: Biblioteca Nueva.
Ríos Saavedra, T. (2005). La hermenéutica reflexiva en la investigación educacional. Revista
Enfoques Educacionales, 51-66.

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