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Según lo que hemos visto en la primera parte del presente trabajo, se puede colegir que, para
Bruner, el aprendizaje es activo, teniendo el individuo una estructura cognitiva basada en la
asociación con los conocimientos previos que le permite construir conocimiento y realizar
inferencias.
El niño representa eventos pasados a través de respuestas motoras, es decir, un bebé “sacudirá
un cascabel” que acaba de ser quitado o caído, como si se esperara que los propios movimientos
produjeran el sonido acostumbrado. Y esto no solo se limita a los niños.
Muchos adultos pueden realizar una variedad de tareas motoras (mecanografiar, coser una
camisa, operar una cortadora de césped) que les resultaría difícil describir en forma icónica
(imagen) o simbólica (palabra).
Se conoce a través del modo icónico cuando se emplean elementos visuales reconocibles y poco
simbólicos, como una fotografía o dibujo. Este modo consiste en representar cosas mediante
una imagen o esquema espacial independiente de la acción.
1
GUILAR, M (2009). “Las ideas de Bruner: de la revolución cognitiva a la revolución cultural”. Educere,
Caracas. Pág. 13.
2
BRUNER, J. S. (Ed.). (1980). “Investigaciones sobre el desarrollo cognitivo”. Pablo del Rio, Madrid. Pág.
122.
determinado de destreza y práctica motrices, para que se desarrolle la imagen correspondiente.
A partir de ese momento, será la imagen la que representará la serie de acciones de la conducta.
Su desarrollo va desde 1 a 6 años, edad en que la mayoría de niños y niñas son capaces de utilizar
este tipo de representación, debido a su mayor nivel de desarrollo.
Para algunas personas esto es un proceso consciente; mientras que otros afirman que no lo
experimentan.
Esto podría explicar por qué, cuando estamos aprendiendo un nuevo tema, a menudo es útil
utilizar diagramas o ilustraciones para que la información verbal sea más comprensible.
Conocer desde un modo simbólico implica que se obtiene la información a través de símbolos,
tales como palabras, conceptos, abstracciones y lenguaje escrito. El nivel de desarrollo
intelectual necesario para este tipo de representación es mucho mayor que las anteriores, pues
requiere tener capacidad de abstracción y reconocimiento de símbolos y su significado. Se
considera que este tipo de representación ha surgido alrededor de los siete años de edad en la
mayoría de niños y niñas.
La teoría constructivista de Bruner sugiere que es más eficaz, cuando se enfrenta con
información nueva, seguir una progresión desde la representación enactiva hasta la
representación simbólica; esto es cierto incluso para aquellos estudiantes ya adultos.
El trabajo de Bruner sugiere también que un alumno, incluso de una edad muy temprana, es
capaz de aprender cualquier tipo de información siempre y cuando esta esté organizada
apropiadamente, lo cual desafía la concepción y creencias de Piaget y otros teóricos de su época.