You are on page 1of 4

LA GEOGRAFÍA DEL SACRIFICIO Y LA TRANSFORMACIÓN

Las leyendas del Amancay, de la Mutisia, de los Copihues y del Ceibo, y los mitos de
Ifigenia y Eco y Narciso: sacrificio y transformación.

América y Europa también existieron en tiempos y espacios diferentes, pero hubo


una esencia que marcó la unión entre los mitos de la cuna de la civilización occidental, la
Grecia Antigua y algunas de América.
Pero en ella no intervienen seres superiores a los hombres.
La leyenda es un relato localizado en un tiempo y espacio determinados, aunque
éstos no estén demasiado precisos. Sus personajes no son arquetípicos. Surge como
fruto de la creación de un individuo y luego logra la aceptación popular, porque responde
a inquietudes y sentimientos colectivos.
El mito se presenta como ahistórico. Sus protagonistas son dioses, semidioses o
héroes, quienes actúan en un tiempo que está fuera de la medida humana. Tiene
proyección cosmogónica: se refiere al nacimiento, a la vida y acciones de dioses y
semidioses que dieron origen al mundo. El mito suele explicar la formación del mar, del
aire, o el destino.
La leyenda explica, tal vez menos ambiciosamente, la formación de una flor, de una
piedra, de un pájaro, de un río.
Ambos, mito y leyenda, vienen de lejos, del fondo de los tiempos y las culturas,
envueltos en bordes difuminados, en niebla indecisa.

Cuando la tragedia se acaba

Otro rasgo de similitud estaría representado por la metamorfosis o transformación.


En la Leyenda del Amancay la joven se transforma en flor que crece mediante su sangre
y toma su color; en versión de don Gregorio Alvarez, los latigazos asestados contra la
fragilidad de la flor, se convierten en sangre; asimismo en la leyenda de los Copihues, las
gotas de sangre del corazón de Licayén se transforman en hermosos copihues rojos.
Ifigenia, en el mito griego, se transforma, en ciervo, y es llevada por la diosa Diana
a territorio bárbaro para consagrarla a su sacerdocio. También, en la Leyenda de la Flor
Mutisia, en el lugar del suplicio de los jóvenes amantes, crece la flor que tiene el color de
la sangre derramada. Un rasgo de transmutación similar sucede en la Flor del Ceibo,
donde según la versión de que se trate, se da la transmutación de cuerpos y sangre en
flor, árbol y ave.
La transformación de cuerpos y sangre en flor tendría conexión con el mito griego de
Narciso: el joven enamorado de sí mismo al morir se transforma en la flor que lleva su
nombre.
En culturas originalmente diferentes, se estarían registrando relaciones similares.
Por un lado, se percibe en la cosmogonía de los pueblos originarios el respeto de
mapuches, araucanos y charrúas-guaraníes hacia la tierra y la naturaleza, su cuidado y la
búsqueda de armonía con los elementos. Se sienten parte de ellos y el daño que se les
pueda ocasionar, les afecta tanto como si se les hiciera a ellos mismos.
Los pitagóricos (Grecia, siglo VI a. C.) consideraban al universo como un gran todo
armónico: el cosmos y la música de las esferas eran el origen admirable que reina en los
movimientos de los cuerpos celestes. Los pueblos primigenios que habitan Argentina
están ligados a ceremonias rogativas que tienden a preservar la armonía en las escalas
ininterrumpidas de los seres desde la planta hasta el dios, sin excluir piedras, ríos,
minerales y antepasados. Ellas son interpretadas por las mujeres de la tribu, quienes
llevan la voz cantante en los rituales.

Indicaciones
1- Resumen del primer informe de investigación correspondiente a "Rasgos de
Oralidad y Escritura en mitos y leyendas de los pueblos originarios de América y la
tradición clásica", Neuquén, 2000, en proceso, elaborado por las profesoras: (por orden
alfabético) Rita Fabaro, lorenzon@infovia.com.ar Diana Márquez, elojoe@infovia.com.ar,
Lidia R. Muñoz, lidiar@arnet.com.ar, Ma. Beatriz Suárez, con la dirección de la Dra. Ma.
Inés Palleiro (CONICET-UBA).

2 -Version de Andrés Capdevielle.


3- Versión de Bertha de Koessler.
4- Versión registrada como anónima en López,Cl. Y otras, Lengua 5, 2° ciclo EGB,
AZ editora, 1998.
5- Versiones de la argentina Nidia Gobiella y del montevideano Humberto Zarrilli.
6- Versión de Andrés Capdevielle.
7- Se sigue a Peirce, Charles, en La ciencia de la semiótica, Ediciones Nueva Visión,
Bs. As.1986.
8- Se considera el término en la acepción de receptor activo, productor de sentidos.
9- El Churrinche es conocido como "brasita de fuego" y como pájaro de la libertad.

El valor de la muerte

En las Leyendas del Amancay (mapuche-quechua)2, de la Mutisia (mapuche) 3, de


los Copihues, 4 (mapuche) y de la Flor del Ceibo, 5 (charrúa “ guaraní”), así como en los
mitos clásicos de Ifigenia y de Eco y Narciso es posible ir delineando tópicos temáticos
comunes como el del sacrificio y el de la transformación o metamorfosis, a la vez que un
tercer rasgo referido la aproximación al conocimiento de los textos a través del detalle.
En los diferentes textos se marca una estructura conectiva del recuerdo y la memoria con
puntos de contacto y contaminación en aspectos de la historia, a través de líneas de
identificación de rasgos culturales.
Existiría una estructura conectiva del recuerdo a partir de una misma matriz
folclórica que tejería redes entre la antigua Grecia a través del mito de Ifigenia y el
sacrificio humano y leyendas de los habitantes de los pueblos primitivos argentinos.
Agamenón no vacila en matar a su hija Ifigenia para aplacar la ira de los dioses que
mantenían varadas a las naves griegas en Aulide y no les permitían avanzar hacia la
conquista de Troya.
En las leyendas mapuches y araucanas se repite el sacrificio humano de Amancay6
que ofrenda su corazón al cóndor para salvar la vida de su padre Maripán o bien la de su
amado Quintral. En el Amancay, hay una machi que aconseja la solución de buscar la
yerba mágica que sanará y que sólo la otorga "El dios de las alturas" (Manque, el
cóndor). En "Los Copihues", Licayén, la hija del cacique, ofrenda su corazón para salvar a
su pueblo de la erupción del volcán Osorno. Se reitera el detalle del cóndor que se lleva
el corazón de la princesa a la cima de las altas cumbres como simbolizando el encuentro
con la divinidad.
Dar la vida por salvar al pueblo también se manifiesta en "La leyenda de la flor del
ceibo" de origen guaraní: Anahí, una fea indiecita de maravillosa voz, es quemada viva
por defender a su comunidad del invasor español. Otra versión de "La flor del ceibo y el
churrinche", también se repite el sacrificio voluntario, en este caso de hombre y de
mujer, con mediación de adivino. En "La leyenda de la Mutisia" los enamorados hijos de
caciques de tribus enemigas son ajusticiados por defender su amor.

Radiografía de los mitos

MITO DE IFIGENIA

Las naves griegas se encuentran varadas en Aulide, sin poder dirigirse a Troya.
Presionado por los tripulantes, los Jefes griegos acuden a Calcas, el adivino, quien
consulta el oráculo de Apolo. Este indica la necesidad de sacrificar a Ifigenia, la hija de
Agamenón, Jefe de Jefes griegos, en el altar de Diana, la diosa cazadora. Agamenón
accede al sacrificio de su hija, pese a la oposición de Clitemnestra, su esposa, y madre
de Ifigenia. En algunas versiones, la diosa Diana sustituye a la joven por una cierva,
mientras que Ifigenia es llevada como sacerdotisa de la diosa a tierra extranjera.

ECO Y NARCISO

Eco, la ninfa charlatana, fue condenada por Juno (reina de los dioses) a repetir
siempre la última palabra que escuchaba. Un día, en el bosque conoce a Narciso, un
hermoso y joven cazador. Eco se enamora de Narciso y ante su rechazo, comienza a
adelgazar hasta que su cuerpo desaparece y sólo queda su voz resonando en las rocas.
En tanto Narciso, al ir a beber a una fuente, se enamora de su propia imagen allí
reflejada. Pasan los días, y consumido por ese amor, muere. Cuando las ninfas van a
rendirle su último homenaje encuentran en lugar de su cuerpo una flor de centro amarillo
y pétalos blancos a la que llaman "Narciso".

LEYENDA DEL CEIBO Y EL CHURRINCHE

Los españoles habían desembarcado en las costas del Paraná-Guazú, territorio


charrúa. El cacique consulta al adivino, quien recibe de Tupá la respuesta de que serán
vencidos, a menos que se sometan. Los charrúas no aceptan ser sometidos y sólo cabe la
posibilidad de quedar en la memoria. El adivino indica que el primer guerrero que vierta
su sangre en la lucha hará que nazca una flor roja sustentada por un árbol con espinas,
que recordará las glorias del pueblo charrúa. A su vez, la joven que enjugue la sangre de
ese primer guerrero, será transformada en pájaro. Zuanandí, el hijo del cacique, quiso
ser el primer guerrero herido y Churrinche, dulce y bella joven de la tribu, pidió enjugar
la sangre del guerrero con sus manos. Ambos se transformaron en ceibo y pájaro,
respectivamente.

EL CEIBO

En la ribera del Paraná vivía una indiecita fea de hermosa voz. Con la invasión de los
hombres blancos es llevada cautiva. Tras matar a un centinela es condenada a morir en
la hoguera. La ataron a un árbol e iniciaron el fuego. A medida que éste avanzaba, la
indiecita Anahí se fue convirtiendo en árbol de verdes hojas relucientes y flores rojas
aterciopeladas.

LEYENDA DEL AMANCAY

En un lugar de la cordillera vivía una tribu de indígenas mapuches. Quintral, el hijo


del cacique, se enamora de una joven india de humilde origen llamada Amancay. Quintral
cae enfermo, y ante la imposibilidad de lograr su mejoría, Amancay es guiada por la
Machi para que prepare una infusión con una flor que crecía en la cumbre como una
solución. Una vez en la cima t con la flor, encuentra un cóndor quien le exige le entregue
la flor. Ante la negativa de Amancay, le propone que le entregue su corazón a cambio. La
joven acepta y el cóndor parte con el pequeño corazón entre las garras tiñendo de gotas
negras su camino. De esa manera surge una hermosa flor que lleva el nombre de
Amancay.

LA MUTISIA

En la leyenda de la Mutisia, la hija del cacique de una tribu, se enamora del hijo del
cacique de la tribu enemiga. El pájaro agorero anuncia la desgracia. la transgresión a la
tradición no se perdona y los jóvenes son ajusticiados. En el lugar del suplicio nace la
flor.

LOS COPIHUES

Licayén, la hija del cacique, ofrenda su corazón para salvar a la tribu de la erupción
del volcán Osorno. Su enamorado le quita el corazón y el cóndor se lo lleva al cráter del
volcán.

Los ecos a través del tiempo

Un tercer rasgo se refiere a la circulación de la matriz oral acudiendo al uso del


detalle en la reconstrucción de la identidad. Este proceso de reconstrucción del recuerdo
y de la memoria se liga con el concepto de abducción, entendiéndolo como una forma
inferencial de acercarse al conocimiento conjetural desde los detalles marginales,
aparentemente cotidianos, obvios o factibles de desechar, que luego se convierten en
fundamentales para las hipótesis provisorias. Es posible imaginarse el resurgimiento de
vestigios de las antiguas sociedades matriarcales a través de la presentación de un
universo femenino donde la mujer es la que se sacrifica para sostener un universo
colonizado por hombres.
En versiones de Amancay, la protagonista se presenta diferente, ya que es una
joven humilde. Esta humildad no impide el comportamiento valiente, capaz de dar su
vida por el ser amado.
En el Ceibo encontramos el detalle en las características distintas a las de las
heroínas de cuentos maravillosos: en la versión más popular, la protagonista es fea, con
una voz dulce y a su vez, es muy valiente. Este último rasgo que la asimila más a los
héroes masculinos, los elegidos de la cultura patriarcal, da pie a otro detalle que llama la
atención, ahora en una versión uruguaya, donde quien se trasmuta en flor de ceibo es un
varón, el joven charrúa Zuanandí. Similar transmutación se observa en el mito de
Narciso.
En mitos como en leyendas, hay rasgos escriturales por sobre los orales. Las de los
pueblos primigenios de Sudamérica suelen ser elaboradas desde el receptor como
especies puras de transmisión oral, cuando en realidad sufrieron transformaciones a lo
largo de los siglos, sobre todo por los pueblos que les han impuesto su cultura. Como el
de Ifigenia y el de Eco y Narciso, se elaboran y reciben desde el receptor (8) como
literatura clásica, sin tal vez tener en cuenta el origen oral, anónimo y folclórico.

Bibliografía

Anónimo, La leyenda del ceibo y del churrinche, Edición Internet, 1998, en


www.chasque.apc.org
Anónimo, El Ceibo, versión de Nidia Gobiella.
Esquilo y Sófocles, 1957, Agamenón, en La Orestíada, Traducción de José Alemany
Bolufer, en Obras completas, El Ateneo, Bs.As.
Eurípides, 1951, Traducción de Eduardo Mier y Barbery, Ifigenia en Aulide –
Ifigenia en Táuride, en Obras Completas, El Ateneo, Bs.As.
Palleiro, Ma.Inés, 2000, Bibliografía del Seminario de Post-Grado Lingüística,
Semiótica y Teoría de la Comunicación: una aproximación introductoria, Facultad de
Ciencias de la Educación, Universidad Nacional del Comahue, Cipolletti, Río Negro.
Ovidio Nasón, 1988, Narciso y Eco, en Metamorfosis, texto revisado y traducido por
Antonio Ruiz de Elorrio, Vol. I (Lib. I-V), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones
Científicas.

You might also like