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POCALIPSIS COSMOLÓGICO

Einstein hablaba con tanta frecuencia de Dios que casi podemos


considerarlo un teólogo enmascarado.
FRIEDRICH DüRRENMATT, ALBERT EINSTEIN

He recibido su carta del 10 de junio. Nunca he hablado con un


sacerdote jesuita en mi vida, y estoy asombrado por la audacia de
tales mentiras sobre mi, Desde el punto de vista de un sacerdote
jesuita, soy, por supuesto, y he sido siempre, un ateo.
CARTA DE ErNsTEIN A Gtrv H. RANER,

FECHADA EL 2 DE JULIO DE 1945

( .on motivo del 70 cumpleaños de Albert Einstein [1879-1955],


l'nul A. Schlipp tuvo la iniciativa de editar y publicar un volumen
1•11 la colección The Library of Living Philosophers, bajo el título Albert

I iinstein: Philosopher-Scientist [ 1949] .1 En este volumen se daban cita


,ilgunos de los físicos y pensadores más prominentes de la época,
entre ellos el astrofísico y sacerdote belga Georges Lemaitre, quien
,ilgún tiempo después habría de valorar este monográfico como
1111a de las obras más importantes de la historia de la ciencia.2 Las
"Notas autobiográficas"3 que Einstein escribió tres años antes para

1. Paul A. Schilpp (ed.), Albert Einstein: Philosopher-Scientist [1949], Sothern lllinois


University, Carbondale, 1995 (The Library of Living Philosophers, vol. v11).
Georges Lema1tre, "Rencontres avec A. Einstein", Revue des Ouestions Scien-
tifiques, 129, núm. 1, 1958, pp. 129-132, citado por Kurt Roessler, "Georges
Lema1tre, das expandierende Universum und die kosmologische Konstante", en
HilmarW. Duerbeck y Wolfgang R. Dick (eds.), Einsteins Kosmos. Untersuchungen
zur Geschichte der Kosmologie, Retetivitetstbeorie und zu Einsteins Wirken und
Nachwirken, Verlag Harri Deutsch, Frankfurt am Main, 2005, pp. 178-179.
3. Albert Einstein, "Notas autobiográficas" [1949], trad. esp. de Adriana Castel ar, en
José Manuel Sánchez Ron (ed.), Albert Einstein. Obra esencial, Crítica, Barcelona,
2005, pp. 43-83.
que hoy. La necesidad condenaba a participar en esa carrera por la
el libro de Schlipp comenzaban con estas dramáticas palabras:" Aq11 supervivencia, pero aunque resolviera sus necesidades tísicas, no satisfa-
me encuentro, a mis sesenta y siete años, preparado para escribir' ,il1tt cía al hombre como ser que piensa y siente. La religión era la primera
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así como mi propia necrología". Para entonces hacía ya mucho q11 opción que el sistema educativo ofrecía a los niños. Así, aunque mis
Einstein había desistido de defender un modelo de universo t·~t padres eran judíos absolutamente descreídos, yo fui profundamente reli-
tico, abiertamente incompatible con cualquier comprensión l'~t ,1 gioso hasta que cumplí doce años. Los libros de divulgación científica
tológica del cosmos, si bien aún mantenía vivo un "sentimiruu que leía me demostraron que los relatos bíblicos no podían ser ciertos
5
religioso cósmico" , tal como lo describiera en otra ocasión. A ni. · , · d lib d f ' . [ J La
y, consecuentem.ente, terrnme sien o un 1 repensa or anaoco ··· ·
sentimiento religioso se había referido como "el motivo más fu1•11 impresión de aquellos años derivó en una desconfianza hacia toda auto-
y más noble de la investigación científica: sólo quienes enticmhu ridad, en un escepticismo hacia las creencias de cualquier sociedad, acti-
los inmensos esfuerzos y, sobre todo, esa devoción sin la cual s1•1 l,1 ·
tu d que pmas' a b an d one,
' si· b.ien mas
' tar d e, cuan d o al canee' un a mejor
imposible el trabajo innovador en la ciencia teórica, son cap.u i
comprensión de las realidades causales, se moderó.
de captar la fuerza de la única emoción de la que puede surgir t.11 Ahora sé que la pérdida de aquel paraíso religioso de la infancia fue
empresa, siendo como es algo alejado de las realidades inmedi.ua . .
rru pnmer .
intento d e lib
1 erarme
d e 1 as ata d uras " meramente persona-
. a
de la vida". 6 Desde este punto de vista, "las únicas personas p111 les" de una vida dominada por sueños, anhelos y sentimientos pnrn -
fundamente religiosas son los investigadores científicos serios".' lu rios. Más allá e independientemente de los hombres, se extendía el gran
pero
unos términos algo más matizados, no obstante, hubo de exprcsm ~• mundo que se alza ante nosotros misterioso, enorme y eterno,
al comienzo de sus "Notas autobiográficas", en un pasaje que i,111 comprensible, al menos parcialmente, mediante la investigación Y el pen-
to sentí
duda merece citarse en toda su extensión: samiento. Contemplarlo parecía liberar de esas ataduras y pron
que más de un hombre a quien yo apreciaba y admiraba había alcanzado
Muy pronto tomé conciencia de la insignificancia de las aspiraciones 1
la libertad y la paz interior dedicándose a ello con devoción. De manera
ilusiones que abruman sin descanso a la mayoría de los hombres dui ,111 . . . 1 ., d d . viéndome
consoente o inconsciente, a comprension e ese mun o sir
te toda su vida. Tampoco tardé en ver qué cruel era esa inquietud, rny,1 . id d , . D idi . a aquellos
d e mis capaci a es paso a ser rru meta suprema. eci 1 seguir
dureza entonces se disfrazaba de hipocresía y grandes palabras n 1l:11,1 . d 1 . . . 1 asado y en
h omb res que, anima os por as nusmas mouvaoones, en e P · o no
el presente, habían comenzado a comprenderlo. Aunque el canun
. . 1 , li . h d -ostrado ser
4. /bid., p. 44. Como indicó Jacques Merleau-Ponty en su monografía sobre Einst11h1 era tan faac i1 111 tan atractivo como e paraiso re g10so, a en-
8
no era ésta precisamente una coquetería. Véase su Einstein, Flammarion, P1ttl
tan sólido que jamás me he arrepentido de haberlo tomado.
1993, p. 109.
5. Albert Einstein, "Religión y ciencia" [ 1930], trad. de Ana Goldar, en José Ma1111ul
- d' : "La
Sánchez Ron (ed.), Albert Einstein. Obra esencial, op. cit., p. 292. La literauu 8. Albert Einstein, "Notas autobiográficas", op. cit., pp. 43-44. Einstein .¡;na 'ª
plica una
especializada sobre Einstein y la religión es muy abundante. En lengua castaílnnn
variedad de las circunstancias externas y los momentos concretos ,rn n h orn-
puede verse Hermes H. Benítez, Einstein y la religión. Relaciones entre ciencfr, V especie de atomización de la vida de cada uno. El giro decisivo en ivamente u
creencia, RIL, Santiago de Chile, 2007. bre de mi talante se produce cuando la atención se separa progres retens1on .,
6. Albert Einstein, "Religión y ciencia", op. cit., p. 292. de lo momentáneo y de lo meramente personal y se centra en la P
7. ldem.
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Cuando un rabino neoyorkino llamado Herbert S. Goldstuu minante en la temprana aceptación, por parte de Einstein, de las
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le envió un telegrama a Einstein para preguntarle si creía en 1 ) 111 xoluciones estáticas en la cosmología relativista.

Einstein respondió de la forma más breve: "Yo creo en el 1 )111 A nuestro juicio, estos presupuestos teológicos tienen no poca
de Spinoza, que se revela en la armonía natural de los seres, 1111 relevancia a la hora de explicar la vehemencia con la que Eins-

en un Dios que se apropia de los destinos y acciones humarux'' tcin hubo de rechazar en un primer momento las soluciones no
En este sentido, la apelación al misterio del mundo en las "Nota estáticas" propuestas de manera independiente por el matemático y

autobiográficas" podemos entenderla como una forma pcculut meteorólogo rusoAlexander Friedmann [1888-1925] y el astrofísico
de religiosidad -después de todo-, de religiosidad cósmica,
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q11 y sacerdote belga Georges Lernaitre [1894-1966], en 1922-1923 y
se especificaría en la apertura a la transcendencia objetiva del 11111 1027, respectivamente.14 En último término, los modelos no estáti-

verso: un auténtico punto de fuga tanto de la metafísica como d,•I


mundo de la vida. Una forma de religiosidad semejante, empan·11 12. Max Jammer, Einstein und die Religion, op. cit., p. 38. Una apretada síntesis de la
historia de la cosmología relativista en Luis E. Otero, "La cosmología relativista:
tada con el Deus sive natura spinocista,11 no sólo había de elimiuu del universo infinito y estático al universo en expansión", Umbral. Revista de la
de raíz el topos de la salvación personal, sino también dar por d1•\ Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico, 2008, pp. 1-34.
contados la eternidad e inmutabilidad del cosmos: "el gran mumlu' 13. Ana Rioja y Javier Ordóñez, Teorías del universo, vol. 3, Síntesis, Madrid, 2006,
p. 335: "Einstein planteó una serie de ecuaciones tensoriales que describían la
independiente de los hombres. No en vano se ha conjeturado (llll
curvatura del espacio-tiempo en función de la intensidad de los campos gravi-
el influjo de la teología natural de Spinoza pudo haber sido dcrn tatorios. Según el tipo de soluciones que se obtuvieran, las aplicaciones cos-
mológicas de dichas ecuaciones serían unas u otras, o dicho de otro modo, el

de aprehender conceptualmente las cosas". /bid., pp. 44-55. Para un 0111111 universo teórico resultante tendría unas características u otras".

sis del "talante" de Einstein se puede ver Lorraine Daston, "A Short History 111 14. En esta nómina habría que incluir también a Willem de Sitter: "en el mismo año
Einstein's Paradise beyond the Personal", en Peter Galison, Gerald Holton, Sllvnn en que aparecieron las 'Consideraciones cosmológicas', un astrónomo holan-

S. Schweber (eds.), Einstein forthe 21" Century, Princeton University Press, N11t1v dés amigo de Einstein[ ... ] publicaba un escrito en las actas de la Academia de
Ciencias de Ámsterdam (concretamente el 31 de marzo de 1917), en el que some-
Jersey, 2008, pp. 15-26.
9. Citado por Max Jammer, Einstein und die Religion, Universitátsverlaq Konst1111 tía a discusión el resultado obtenido por su ilustre amigo. Profesor de Astronomía

Konstanz, 1995, p. 31: "lch glaube an Spinozas Gott, der sich in der geso1,lt Teórica de la Universidad de Leiden y posteriormente director del observatorio

chen Harmonie des Seienden offenbart, nicht an einen Gott, der sich mil cl1111 astronómico de dicha ciudad, De Sitter ponía de manifiesto que la solución

Schicksalen und Handlungen der Menschen abgibt". La traducción es n11 hallada por Einstein a las ecuaciones de campo no era la única posible (pre-

tra. Véase también Michael R. Gil more, "Einstein's God. Just What Did Einot11lt1 servando la constante cosmológica,\). Y puesto que el modelo teórico de uni-

Believe About God?", en Skeptic Magazine, vol. 5, núm. 2, "The God Ouestluu verso resultante dependía del tipo de solución planteada, quería decirse que,

1997, pp. 62 y ss; y Friedrich Dürrenmatt, Albert Einstein, Diogenes Vorlr1 partiendo de las mismas ecuaciones, al menos más de un modelo de universo
era posible. En el caso del denominado 'modelo de Sitter', nos enfrentamos a
Zürich, 1979.
un universo, o si se quiere, a un espacio-tiempo 'vacío' de materia, por opo-
1 o. /bid, pp. 44-5.
11. Max Jammer, Einstein und die Religion, op. cit., p. 31; y Jürgen Audroun li sición al universo 'lleno' (aunque muy poco denso) de Einstein. Se trata de

"Vorwort", en ibid., p. 8. Para el transfondo teológico y religioso de la cosmolouí una construcción puramente matemática, en la que se pone de manifiesto

moderna, véanse los libros de Helge Kragh, Matter and Spirit in the Untvtn» que la introducción de partículas materiales de prueba daría lugar a un proce-

Preludes to Modern Cosmology, Imperial College Press, London, 2004; y Ent,0¡1/ so de alejamiento de unas con respecto a otras. De Sitter deducía así la expan-

Creation. Religious Contexts of Thermodynamics and Cosmology, Ash!-'.)llh sión del universo a partir de la teoría general de la relatividad". Ana Rioja y
Javier Ordóñez, op. cit., pp. 338-339.
Aldershot, 2008.

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cos de universo conllevaban un "exceso" de misterio inasuruilj] 11, UNIVERSO COMO GAS DE ESTRELLAS:
el apacible panteísmo cósmico defendido por Einstein. 111, PRIMER MODELO COSMOLÓGICO DE EINSTEIN
Si bien "la más profunda y maravillosa experiencia que p11 1 'orno es conocido, el momento fundacional de la cosmología
tener un hombre es el sentido del misterio", 15 las implicacio111•, 11•l:1tivista se fecha en 1917, cuando Einstein publicó sus "Kosmo-
catológicas de los modelos de Friedmann y Lemaitre forzosnuu-n ln~ische[n] Betrachtungen zur allgemeinen Relativitatstheorie"!"
habían de resultarle intolerables a Einstein. Pero a pesar de tod.1 1•11 la Real Academia Prusiana de Ciencias de Berlin.P En este
reticencias, de la peculiar mística desmundanizadora de la qut• 11,11 t.unoso artículo, Einstein propuso un modelo de universo estático
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gala y de la comprensión griega clásica del cosmos a ella asoci.111,1 1•spacialmente cerrado y caracterizado por una distribución uni-
Einstein no pudo evitar el destino que Friedmann y Lernaitre lrnhl,1 forme de materia;" es lo que se ha venido a denominar el modelo
preparado para su cosmología relativista: convertirla en una cosn 111111 1•stático de la cosmología relativista clásica.22 En este primer mo-
gía escatológica. Es por ello que no debe extrañarnos que la p111pl delo, Einstein aplicaba la teoría general de la relatividad al univer-
cosmología física contemporánea incluya a su vez una comprc11N11111 so en su conjunto, haciendo uso de la geometría riemanniana para
escatológica del universo. La paradoja histórica consistió en qu« ,•I describir la métrica del espacio-tiempo, y mostrando así la inex-
arranque de la cosmología científica a comienzos del siglo xx" li11l111 tricable relación entre la gravedad y las propiedades estructurales
de coincidir con la reocupación cosmológica de la escatología. del universo a gran escala.23 En palabras del propio Einstein: "según
la teoría general de la relatividad, el carácter métrico (curvatura)
del continuo espacio-temporal tetradimensional está definido en
15. Albert Einstein, "Mi credo", discurso pronunciado ante la Liga Germana d
Derechos Humanos en Berlín en el otoño de 1932, recogido en Michael Wlill
cada punto por la materia en dicho punto y el estado de dicha
y John Gribbin, Einstein, a Life in Science, Simon & Schuster LTD, Londres, 191/ 1
p. 262. De este modo continúa la cita: "Aquel que nunca haya tenido esta ex11
riencia me parece, si no muerto, al menos ciego. Sentir que detrás de cualqulm 19. Albert Einstein, "Kosmologische[n] Betrachtungen zur allgemeinen Relativi-
cosa que se pueda experimentar existe algo que nuestra mente no puede ab111 tátstheorie", Sitzungsberichte der Koniglich PreuBischen Akademie der
car y cuya belleza y sublimidad nos alcanza sólo indirectamente como un dólill Wissenschaften zu Berlín, 1917, pp. 142-152. Trad. esp. de Javier García Sanz,
reflejo, esto es religiosidad. En este sentido sí soy religioso. Para mí es suficienlt "Consideraciones cosmológicas sobre la teoría de la relatividad general", en José
con maravillarme con estos secretos e intentar humildemente de hacer en 1111 Manuel Sánchez Ron (ed.), Albert Einstein. Obra esencial, op. cit., pp. 494-506.
mente una imagen de la elevada estructura de todo lo que existe".
20. Una revisión de las aportaciones de Einstein a la cosmología puede verse en
16. Max Jammer, Einstein und die Religion, op. cit., p. 53.
Tobías Jung, "Einsteins Beitrag zur Kosmologie - ein Überblick", en Hilmar
17. Véase Alberto Fragio, "La ontología cosmológica en la obra temprana de Han11 W. Duerbeck y Wolfgang R. Dick (eds.), Einsteins Kosmos. Untersuchungen zur
Blumenberg: las Beitreoe y Die ontologische Distanz", Res Publica, núm. 23, Geschichte der Kosmologie, Relativitatstheorie und zu Einsteins Wirken und
Murcia, 201 O, pp. 93-122; y "La destrucción de las comprensiones teológicas d Nachwirken, Verlag Harri Deutsch, Frankfurt am Main, 2005, pp. 66-107.
la Modernidad", ÉNDOXA: Series Filosóficas, núm. 26, 201 O, pp. 243-278.
21. /bid., p. 68.
18. Una buena reconstrucción de este periodo sigue siendo la de Jacques Merleau 22. Erhard Scholz, "Einstein-Weyl Models of Cosmology", en Jürgen Renn (ed.),
Ponty, Cosmologie du XX" siecle. Étude épistémologique et historique des théorie Albert Einstein. Chief Engineer of the Universe. One Hundred Authors for Einstein,
de la cosmologie contemporaine, Gailimard, París, 1965, pp. 35-108. Véase asi- WILEY-VCH: Berlín, 2005, p. 395.
mismo el magnífico trabajo de Malcolm Longair, The Cosmic Century. A History of 23. Para más detalles puede verse Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang
Astrophysics and Cosmology, Cambridge University Press, Cambridge, 2006. [1997], Seuil, París, 2004, pp. 31 y ss.

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24
materia". En consecuencia, "la curvatura del espacio es v;11 1.1hl r usmológica". Dado que en este modelo la materia se encontraba
en el tiempo y el lugar, según la distribución de materia". dL~tribuida de manera discreta y poseía movimientos peculiares des-
La metáfora cosmológica de referencia de este modelo dl' 11111 nrdcnados, en ausencia de una fuerza que compensase exactamente
verso -de gran valor heurístico- era el gas de estrellas.26 Ei11~1i•I l,1 densidad de energía de las masas estelares en reposo, se habrían de
consideraba el universo como un gas en equilibrio, somct id, 1 producir una expansión o una contracción crecientes31 y, por ende,
la ley de distribución de Boltzmann.27 Pero debido a la fol1.1 ti l.1 métrica del universo se volvería variable en el tiempo. 32 Sin cons-
uniformidad en la distribución de las estrellas -la materia del 11111 1.111 te cosmológica cualquier pequeña variación de la densidad de
verso en este modelo- la estructura métrica debía ser "por liw1 materia produciría una evolución irreversible del cosmos: o bien
extraordinariamente complicada. Pero si estamos interesados \1'11 romenzaria a expandirse, o bien a contraerse.33 Es decir: el universo
en la estructura a gran escala, podemos representarnos la 111;1t,·1 j (cndria un principio y un final, adquiriría una historia.
uniformemente distribuida sobre espacios enormes, de modo q11 Muchos años después de proponer su primer modelo cos-
su densidad de distribución es una función variable, que varf.i 11 mológico, Einstein hubo de justificar sus primeros planteamien-
forma extraordinariamente lenta". 28 los destacando que "no había razón alguna por la que dudar de
Así planteadas las cosas, el universo en su totalidad podía la naturaleza estática del espacio" .34 Por más arbitraria que ahora
"groseramente aproximado por medio de un espacio esférico"
Este espacio esférico poseería un radio fijo y estaría uniforrnemeun
rellenado con el gas estelar a la manera de un fluido ideal de lll,1\,! 31. Jordi Cepa, Cosmología física, Akal, Barcelona, 2007, p. 155. Cepa nos recuerda
que "ya Newton hizo notar que si el universo no estuviera uniformemente lleno
y densidad constantes.P Sin embargo, para que esta suerte de A11i
de estrellas, se colapsaría debido a la atracción gravitatoria, empezando por
do cósmico permaneciera en equilibrio gravitatorio, Einstein se v111 las partes más densas". /bid., p. 15. Véase también Ana Rioja y Javier Ordóñez,
obligado a introducir en las ecuaciones relativistas una fuerza ad l,11, 1 Teorías del universo, op. cit., pp. 316-317 y p. 336: "desde hacía tiempo se sabía
que todo intento de extrapolar [la teoría newtoniana de la gravi1ación] se enfre-
de carácter repulsivo, que compensaba la atracción gravitatoria t·11
taba con la siguiente dificultad: o toda la materia existente se concentra en
tre las masas puntuales del gas de estrellas, la denominada "constauu una región finita del espacio infinito, en cuyo caso el sistema es inestable, o la
materia está uniformemente distribuida en el espacio hasta el infinito, en cuyo
caso el campo de gravitación debe ser infinito en cada punto". Para la historia
24. Albert Einstein, "Consideraciones cosmológicas sobre la teoría de la relativid.nl de la paradoja cosmológica de la gravedad en la mecánica newtoniana véase
general", op. cit., p. 501. Berthold Suchan, Die Stabilitat der Welt. Eine Wissenschaftsphilosophie der kos-
25. /bid., p. 506. mologischen Konstante, Mentís, Paderborn, 1999, pp. 28-44.
26. Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., pp. 32-33. 32. Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang [1997], Seuil, París, 2004, pp. 33-34;
27. Albert Einstein, "Consideraciones cosmológicas", op. cit., p. 496. Jean-Pierre Luminet, Le Destin de l'Univers. Trous noirs et énergie sombre [2006],
28. !bid., p. 501. t. 11, Gallimard, Paíis, 201 O, pp. 798-799.
29. tbid., p. 506. Podemos ubicar esta aseveración en la tradición kepleriana qu« 33. Mijaíl V. Sazhin, Cosmología moderna [2002], trad. esp. de Aldo L. Malea, Editorial
despojaba al cosmos de sus características geométricas como expresión de 011 URSS, Moscú, 2005, p. 69.
perfección. 34. Kurt Roessler, "Georges Lemaltre, das expandierende Universum und die kosmo-
30. Erhard Scholz, "The Standard Model of Contemporary Cosmology", en Jürgo11 logische Konstante", en Hilmar W. Duerbeck y Wolfgang R. Dick (eds.), Einsteins
Renn (ed.), Albert Einstein. Chief Engineer of the Universe, op. cit., p. 388. Kosmos, op. cit., pp. 177-178.

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nos pueda parecer la introducción de la constante cos01ol111•.I 1 :01110 ya hemos mencionado, Alexander Friedmann y Georges
conviene recordar que en la época en la que Einstein propu«: l cmaitre no tardaron en proponer soluciones no estáticas a las
modelo de universo nada se sabía de objetos cosmológiru 1•1·uaciones de Einstein, que arrojaban el resultado de un modelo
pectaculares como estrellas supermasivas, agujeros negros, 11111 1 dinámico de universo. La cosmología relativista pasaba así a conver-
35
galácticos o cuásares. De hecho ni siquiera estaba estable, 111 1il'se en una cosmología evolutiva," en la que el universo entero ha-
que hubiese otras galaxias o cuerpos extragalácticos de 1111 lfHl bría de desplegar sus acontecimientos en una temporalidad histórica
36
tipo: "en estas circunstancias, y dada la escasez de datos, (.'1,1 ti lineal o, eventualmente, cíclica. El universo adquiría una historia y,
tural suponer a priori un universo estático". 37
No obstante, d p,, 1•011 ella, una escatología.
pio Einstein había cerrado con prudencia sus "Kosmologisclu-ju] A nuestro modo de ver, el lugar en el que se operó esta
Betrachtungen" señalando que, si bien su modelo era "Iógicauiou rcocupación cosmológica de la escatología fue en el debate sobre
te consistente" y el "más accesible" para la teoría general d1• 1 la constante cosmológica, 41 el misterio por excelencia. Al preser-
relatividad, no creía conveniente entrar a valorar si acaso era t.1111 var la estaticidad del mundo, la constante cosmológica había im-
bién "sostenible desde el punto de vista del conocimiento aNI 111 pedido una comprensión escatológica del universo, alejando las
38
nómico presente". ·ategorías de inicio y fin, y perpetuando la comprensión griega
clásica del cosmos y sus prerrogativas de eternidad, racionalidad
LA REOCUPACIÓN COSMOLÓGICA DE LA ESCATOLOGÍA: y seguridad (VS 30-33). De esta manera no sólo había quedado
LOS MODELOS NO ESTÁTICOS DE UNIVERSO garantizada la transcendencia objetiva del universo, sino que se
La deriva escatológica de la cosmología relativista clásica era c•11 ·liminaba de raíz cualquier concepción mesiánica o apocalíptica
cierto modo inevitable, y los esfuerzos de Einstein por presci V,11 del tiempo cósmico.
la inmutabilidad del universo se demostraron inútiles. Si la tco, l,t Pero cuando Alexander Friedmann halló las soluciones diná-
general de la relatividad permitía que la curvatura del espacio va, 1,1 micas de las ecuaciones de Einstein, la escatología se instaló en la
se localmente con el tiempo, parecía razonable suponer que la 1111 cosmología y adquirió de paso un sólido respaldo matemático. En
trica del universo en su conjunto también pudiera cambiar, dando 1922 Friedmann publicó en la revista alemana Zeitschrift für Phy-
lugar a fenómenos de contracción o dilatación del medio cósmico." sik el célebre artículo "Über die Krümmung des Raumes" ["Sobre

35. Matthias Schemmel, "Gekrümmte Universen von Einstein: Karl Schwarzschllil 40. /bid., p. 775. Véase también Kurt Roessler, "Georges Lemaltre, das expandie-
kosmologische Spekulationen und die Anfange der relativischen Kosmoloqlu rende Universum und die kosmologische Konstante", en Hilmar W. Duerbeck y
en HilmarW. Duerbeck y Wolfgang R. Dick (eds.), Einsteins Kosmos, op. cit., p. 1,11 Wolfgang R. Dick (eds.), Einsteins Kosmos, op. cit., p. 162.
36. Jordi Cepa, Cosmología física, op. cit., p. 154. 41. Para un estudio pormenorizado de la constante cosmológica, véase Berthold
37. ldem. Suchan, Die Stebilite: der Welt. Eine Wissenschaftsphilosophie der kosmologi-
38. Albert Einstein, "Consideraciones cosmológicas sobre la teoría de la relativld schen Konstante, op. cit., pp. 103-134. El lector interesado también podrá encon-
general", op. cit., p. 506. trar una breve reconstrucción histórica en Mijaíl V. Sazhin, Cosmología moderna,
39. Jean-Pierre Luminet, Le Oestin de l'Univers, op. cit., t. 11, pp. 781-782. op. cit., pp. 69 y SS.
la curvatura del espacio"], en donde afirmaba que la 111(•l 11i 11 11,1m fue Georges Lemaitre47 quien unos pocos años después reintro-
universo era susceptible de variar en el tiempo. 42 Las c1 11111 1 ,li11·iría la constante cosmológica en un nuevo modelo dinámico de
propuestas por Friedmann prescindían de hecho de la co11st.1111i uurvcrso, y ofrecería una interpretación cosmológica consistente de
mológica, y predecían que el universo no será, en general, l'Nl.111 111~ hallazgos observacionales de Vesto Slipher [ 1875-1969] y Edwin
48
Si bien era cierto que no había causa alguna por la cual el 11111v l111wcll Hubble [1889-1953] sobre los desplazamientos al rojo de
debiera expandirse o contraerse, una vez que empezara
métrica no cesaría de hacerlo.
, Un breve repaso de la vida y aportaciones científicas de Georges Lema1tre, en
En El mundo como espacio y tiempo Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., cap. 8.
dos tipos de universo: el universo estacionario y el universo v,11 111, Así lo resume Jordi Cepa: "Vesto Slipher midió por primera vez, entre 1912 y
44 1925, líneas de emisión en los espectros de 40 'objetos nebulares'. Sorprendido,
ble. En el primero de ellos la curvatura del espacio no se 111od1f
constató que [las] líneas espectrales[ ... ] se habían 'desplazado al rojo'. Este fenó-
en el transcurso del tiempo, mientras que en el segundo sí lo h,1 meno afectaba a todos los objetos medidos en aquellos años, salvo la nebulosa

"como ilustración del primer tipo de universo puede servii 11 de Andrómeda. Por aquel entonces, ni siquiera estaba establecida la naturaleza de
dichos objetos nebulares como galaxias similares a la nuestra. Los 'objetos nebu-
esfera cuyo radio no varía con el tiempo; la superficie bidirncusl
lares' o 'nebulosas' constituían una categoría que englobaba una gran variedad
nal de esta esfera será precisamente un espacio bidimensiou.rl 11 de objetos tanto galácticos, consistentes en nebulosas de emisión o reflexión,
curvatura constante. Por el contrario, el segundo tipo de univr-r planetarias, bipolares, regiones HII, etc.; como extragalácticos, consistentes en
galaxias de todas las clases y tipos morfológicos. Los objetos nebulares que
puede ser representado mediante una esfera que cambia contiiuu
estudió Slipher pertenecían al tipo de 'nebulosas espirales', es decir, lo que en la
mente, bien expandiéndose, bien disminuyendo su radio como ~1 actualidad conocemos como galaxias espirales. Posteriormente, Edwin Hubble y
comprimiera". 45 Milton Humason (personaje singular que pasó de ser el mulero que transportaba
material y suministros a Mount Wilson a ser el portero del observatorio, luego el
Einstein no aceptó en modo alguno las soluciones de Fr1nl
asistente de Hubble y finalmente su colaborador) extendieron la lista de Slipher
mann,46 que consideró erróneas y que pronto cayeron en el olvuln a más galaxias pertenecientes a distintos cúmulos, y encontraron que no existía
ninguna cuyo espectro estuviera desplazado al azul". Jordi Cepa, Cosmología
física, op. cit., pp. 33-34. Las observaciones astronómicas de Hubble, llevadas
42. Dos años después, en 1924, publicó en esa misma revista el no menos célul 11 a cabo durante los años 1922 y 1924, le permitieron probar que las nebulosas
"Über die Méiglichkeit einer Welt mit konstander negativer Krümmung" ("S0l11 espirales eran en realidad galaxias enteras independientes de la Vía Láctea y que
la posibilidad de un universo con curvatura negativa constante"], Zeitschrllt /1 estaban compuestas por millones de estrellas: "Los trabajos de Hubble abrían
Physik, 21, 1924, p. 326. decididamente la puerta a un gigantesco universo poblado de nebulosas a modo
43. Jordi Cepa, Cosmología física, op. cit., p. 134; Jean-Pierre Luminet, Le Destln ¡/, de 'otras vías lácteas', a miles de millones de años luz. Los componentes de ese
l'Univers, op. cit., t. 11, p. 799. universo ya no eran estrellas sino 'galaxias', tal como Shapley propuso deno-
44. Alexándr Alexándrovich Friedmann, El mundo como espacio y tiempo (19:> 11 minar a las nebulosas extragalácticas". Ana Rioja y Javier Ordóñez, Teorías del
trad. esp. de Guillermo Peña, Editorial URRS, Moscú, 2003, pp. 196 y ss. universo, vol. 3, Síntesis, Madrid, 2006, p. 328. Muy oportunamente, Ana Rioja y
45. /bid., p. 197. Javier Ordóñez señalan "que hay una frontera que distigue y separa el estudio
46. Para los detalles sobre la recepción de Einstein de los trabajos de Friedrnruur del universo de las estrellas del de las galaxias". En este sentido, "al contemplar
véase Jean-Pierre Luminet, Le Destin de l'Univers, op. cit. cap. 5, pp. 47-57. Vét11111 todo lo acaecido en astronomía en las últimas décadas del siglo XIX y primeras
asimismo Georg Singer, "Die Kontroverse zwischen Alexander Friedmann untl del siglo xx no es de extrañar que se haya hablado de un 'segunda revolución
Albert Einstein um die Méiglichkeit einer nichtstatischen Welt", en Hilmar W astronómica' por contraposición a la que se iniciara con la obra de Copérnico en
Duerbeck y Wolfgang R. Dick (eds.), Einsteins Kosmos, op. cit., pp. 142-161. el siglo XVI". /bid., pp. 326 y 332.
las nebulosas espirales.49 Para Lernaitre la velocidad ck 1n !I' lecbnology (MIT)-52 le permitieron preparar el marco teórico

de las nebulosas extragalácticas no era sino el indicio de LIII 11111 li' i11terpretación en el que los nuevos hallazgos observacionales
en expansión." En estos términos ha explicado Stephen I law~III ilquirirían una inusitada significación cosmológica ... abominable
encrucijada del momento: l,·~dc el punto de vista de Einstein.

En esa época casi todos esperaban que las galaxias se estuvieran 111111·1 MISTERIOS ABOMINABLES: LA EXPANSIÓN DEL UNIVERSO

do de forma más bien aleatoria, y en consecuencia esperaban 1•1111111 IA REOCUPACIÓN COSMOLÓGICA DE LA CREAT/0 EX NIHILO

tantos espectros desplazados al azul como desplazados hacia el 111111. I !\penas si alcanzamos a imaginar la extrañeza que el joven físico
eso fue una sorpresa descubrir que todas las galaxias aparecía» d1·,pf 1 lcorge Lemaitre, ataviado con su hábito de sacerdote católico, pudo
zadas hacia el rojo. Cada una de ellas se estaba alejando de !1(1~111 luber causado en Einstein en el momento de su primer encuen-
Todavía más sorprendente era el resultado que Hubble publicó l'II u 110.53 Éste se produjo en Bruselas, en 1927, ciudad a la que Einstein
tampoco el tamaño del desplazamiento hacia el rojo de las galnxu había viajado con motivo del Quinto Congreso Solvay, dedicado a
aleatorio, sino que era directamente proporcional a la distancia d, l.1 mecánica cuántica. Lemaitre recordó el encuentro tardíamente
galaxia a nosotros; o, en otras palabras, cuanto más lejos estaba la g.1L1 1•11 una locución de radio grabada en conmemoración de los dos
con más rapidez se alejaba. Eso significaba que el universo no ¡111111 .iños de la muerte de Einstein:54 "paseándose por el parque Leopold,

ser estático, como se creía hasta entonces, sino que en realidad st· nl,1 111e hablaba de un artículo, poco conocido, que yo mismo había es-
55
ba expandiendo. La distancia entre las diferentes galaxias aurncut.rh .rito el año precedente sobre la expansión del universo, y que un
56
continuamente. 51 amigo le había recomendado. Tras algunos comentarios técnicos

Los sucesivos periodos de investigación de Lemaí'tre en Ingl:111


52. Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., pp. 87-9.
rra -en 1923, donde pudo colaborar estrechamente con Artlun
53. Kurt Roessler, "Georges Lema1tre, das expandierende Universum und die kosmo-
Eddington en Cambridge- y en los Estados Unidos -en 19-'·I logische Konstante", en Hilmar W. Duerbeck y Wolfgang R. Dick (eds.), Einsteins
donde tuvo oportunidad de trabajar con Harlow Shapley y t ll Kosmos, op. cit., p. 169. Para una descripción del encuentro se puede ver Jean-
Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., pp. 102 y ss. Véase también
nocer de primera mano los resultados preliminares de los traba]. 1
Odon Godart y Michael Heller, "Eínstein-Lernaitre: Recontre d'idées", Revue des
de Vesto Slipher y Edwin Hubble en el Massachusetts Instituu Ouestions Scientifiques, 150, 1979, pp. 23-43; Dominique Lambert, Un atome
d'univers. La vie et l'oevte de Georges Lemaftre (2000], Lessius, Bruxelles, 2011.
54. Kurt Roessler, op. cit., p. 168.
49. l.arnaitre tuvo oportunidad de asistir a la famosa reunión de Washington clt 55. Parece que Lemaltre se refería a su artículo "Un Univers hornoqene de masse
finales de 1924 en la que Edwin Hubble demostró que la Vía Láctea no era 111 constante et de rayan croissant, rendant compte de la vitesse radia le des nébu-
única galaxia existente. Para más detalles véase Jean-Pierre Luminet, L'inventio11, leuses extra-galactiques", Annales de la Societé scientifique de Bruxe/les, serie
op. cit., p. 89. A, t. XLVII, abril de 1927, pp. 29-39 (49-59).
50. Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., pp. 90-91 y 101-102. 56. Se cree que este amigo podría ser Théophile De Donder, con quien Einstein
51. Stephen W. Hawking, La teoría del todo. El origen y el destino del universo [ 199'1 I, colaboró en Bruselas en la preparación del Quinto Congreso Solvay, precisa-
trad. esp. de Javier García Sanz, Debolsillo, Barcelona, 201 O, p. 30. mente. Véase Kurt Roessler, op. cit., pp. 168-169.

10A 195
favorables, concluyó que, desde el punto de vista de la fís11 ,1. ( plw,1miento al rojo de las nebulosas espirales extragalácticas, y no

aquello le resultaba abominable ['tout a fait abominable' I". ¡111110 sino aceptar la expansión del universo y renunciar a la cons-
63
A pesar del inesperado exabrupto, Lemaitre no p11d1 • 1111tc cosmológica.
agradecer a Einstein que le diera noticia de los trabajos d~· 1 t l Einstein propuso entonces dos modelos de universo en ex-
64

mann, 58 que por entonces todavía ignoraba. 59


Dado que 11,11 ¡1i111sión, el denominado "universo de Friedmann-Einstein" -en
65
deseoso de continuar la conversación, el acompañante de 11.111\! 11r11- y el "universo de Einstein-De Sitter" -en 1932, en un ar-
Auguste Piccard, invitó a Lemaitre a que se fuera con ellos 1111 11nilo escrito en coautoría con el matemático y astrónomo ho-
taxi, pues tenían previsto visitar los laboratorios de la Univvi ,1\1 l,111dés Willem de Sitter-. En ambos casos, se asumía un modelo
de Bruselas. Según Lemaitre, en el taxi pudo hablarle a E1m11.1I ,k universo espacialmente cerrado pero desprovisto de constante

"de las velocidades de las nebulosas extragalácticas", pero "u·11h11 1 osmológica.


66

impresión de que [Einstein] no estaba al corriente de los ht•,~í11 Es por todo ello que el segundo encuentro entre Einstein y
t.cmaitre'" en Pasadena, en 1933, había de poseer una transcenden-
astronómicos". 60
La ulterior "conversión" de Einstein a un modelo no t'Sl.111 cia especial para ambos. No sólo porque Lernaitre había tenido ra-
68

co de universo, esto es, la rotunda aceptación de las implicaciou •¡,Ón sobre Einstein -a pesar de la fuerte oposición de este último-,

físicas y aun teológicas de un cosmos en expansión, hubo de p111


11i siquiera porque para entonces ya gozase de una reputación bien

<lucirse algunos años después, cuando Einstein viajó a Californin'" 'r


tuvo oportunidad de conocer el California lnstitute of Technok 'f'.'r
63. /bid., pp. 84-95. Por entonces Arthur Eddington demostraría que el universo de
el Mount Wilson Observatory y encontrarse con Edwin Huhhl Einstein se encontraba en equilibrio inestable: A. S. Eddington, "On the lnstability
y Richard ChaceTolman [1881-1948], entre otros astrónomos a,11 of Einstein's Spherical World", Monthly Notices of the Royal Astronomical Society,

ricanos.62 Fue entonces cuando vio con sus propios ojos el d1• vol. 90, 1930, pp. 668-678.
64. Albert Einstein, "Zum kosmologischen Problem der allgemeinen Relativitats-
theorie", Sitzungber. Preu/3. Akad. Wiss., 96, 1931, pp. 235-237.
65. Albert Einstein y Willem de Sitter, "On the relation between the expansion
57. Citado por Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., p. 103; tamblen
and the mean density of the universe", Proceedings of the National Academy
por Kurt Roessler, op. cit., p. 168.
of Sciences of the United States of America, 18, 1932, pp. 213-214. Las apor-
58. Que el propio Einstein había reseñado en dos ocasiones: Albert Einstolu,
taciones de Einstein también dieron lugar a los así conocidos como modelos
"Bemerkung zu der Arbeit von A. Friedmann: Über die Krümmung des Raumw.",
Einstein-Weyl. En estos modelos se trataba de preservar un universo estático y
Zeitschfrift für Physik, 11, 1922, p. 326; "Notiz zu der Arbeit von A. Friedmann: Übt11
explicar, al mismo tiempo, el fenómeno del desplazamiento al rojo. Véase, por
die Krümmung des Raumes", Zeitschfrift für Physik, 16, 1923, p. 228.
ejemplo, Erhard Scholz, "Einstein-Weyl Models of Cosmology", en Jürgen Renn
59. Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., p. 101.
(ed.), Albert Einstein. Chief Engineer of the Universe. Einstein's Life and Work in
60. Citado por Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., p. 103.
61. No sin antes pasar por La Habana. Véase Angel Marqués Dols, "Albert Einstein: Context, WILEY-VCH, Berlín, 2005, pp. 394-397.
treinta horas en La Habana", Desde Cuba, 7 de julio de 2011. 66. Tobías Jung, op. cit., p. 68.
67. Para los ulteriores encuentros entre Einstein y Lema1tre, véase Kurt Roessler,
62. Véase Pierre Speziali, Albert Einstein-Michele Besso: Correspondence 1903
"Georges Lema1tre, das expandierende Universum und die kosmologische
1955, A. Hermann, París, p. 268, citado por Tobías Jung, "Einsteins Beitrag zur
Kosmologie - ein Überblick", en Hilmar W. Duerbeck y Wolfgang R. Dick (eds.), Konstante", op. cit., pp. 172 y ss.
Einsteins Kosmos, op. cit., p. 88. 68. /bid., p. 162.

197
69
establecida, sino porque la abominable reocupación CON11111I , 1 ~o había sido muy diferente respecto a su estado actual. Si hoy el
de la escatología se había consumado y portaba ya las n rd1 I 1 uulvcrso se encuentra en expansión, ello se debe a que en el pasado
les de una ciencia de vanguardia. Más aún: Lernaitre la hnhi.1 11 , 1,1 inmensamente más denso y condensado,75 una suerte de quantum
78
un poco más lejos con su audaz hipótesis del átomo primitivn 1111ico76 o núcleo atómico gigantesco,77 cuya sucesiva desintegración
lugar de considerar el mundo estático de Einstein como t 111 ,,,_, y ulterior fragmentación dio inicio a la expansión del universo. De
inicial desde el cual concebir el modelo dinámico, Lemait« I¡ 1 ~ll! modo, "las nociones de espacio y tiempo no tendrían signifi-
preferido pensar que el universo comenzó su expansión a ¡w1 U 1 .ulo en el comienzo, sino que adquirieron algún sentido progresi-
un estado singular". 71
De acuerdo con Lemaitre, además d~· t· v.unente, cuando el quantum original se dividió [ ... ] en un número
dirse, el universo poseía un origen designable y excepcionnl, uficiente de quanta parciales" .79 A saber, "el comienzo del mundo
80
En Pasadena, Einstein no se encontró "con un joven y 11 l u vo lugar un poco antes que el del espacio y el tiempo", y era
conocido científico cualquiera, sino con un hombre cuyas 111 ,, partir de ese momento que la historia del universo podía "ser
habían dado mucho que hablar,[ ... ] promotor de un modcln 11 rscrita etapa por etapa". 81
mológico capaz de predecir la ley de Hubble"." El rr de ent1111I
1933, Einstein asistió a un seminario que Lemaitre estaba i111p,1
año 50, serie 4, t. XX, 1931, pp. 391-41 O. Para más detalles véase Jean-Pierre
tiendo en esa ciudad californiana, y que en cierto modo sup1111I
Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., pp. 111 y ss.
el reconocimiento oficial de su teoría por parte de la comu1111L11I 5. Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., pp. 90-91; Ana Rioja y
73
científica. Lernaitre aprovechó la ocasión para exponer su II I Javier Ordóñez, Teorías del universo, op. cit., pp. 341-347.
76. Georges Lemaltre, "L'origine du monde du point de vue de la théorie quanti-
del nacimiento del universo a partir de un "átomo primitivo", 1111
que" [1931] -título original: "The beginning of the World from the point of view
como había sugerido recientemente en sus tres artículos "The 1·~ of quantum theory"-. recogido en Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang,

panding Universe", "The beginning of the World from the po1111 op. cit., p. 129.
77. Étienne Klein, Discours sur /'origine de /'univers, Flammarion, París, 201 O, p. 36,
of view of quantum theory" y "L' expansion de l' espace", tod11
nota 2.
ellos aparecidos en 1931.74 En su opinión, el comienzo del 11111 78. Georges Lemaitre, "L'oriqine du monde du point de vue de la théorie quantique",
op. cit., p. 129.
79. "Si le monde a commencé par un quantum unique, les notions d'espace et de
69. Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., p. 138. temps n'auront absolument plus de signification au commencement rnérne:
70. Georges l.ernaitre, "L'hypothese de l'atome primitif", Actes de la Société holw mais elles acquerront progressivement quelque sens, quand e quantum origine!

tique des sciences naturelles, 1945, pp. 77-96, recogido en Jean-Pierre LumltHII. se sera divisé[ ... ] un nombre suffisant de quanta partiels." ldem. La traducción es
L'invention du Big Bang, op. cit., pp. 203-226. nuestra.
71. loid., p. 109. 80. "[ ... ] le début du monde a [eu] lieu un peu avant celui de l'espace et du temps."
72. /bid., pp. 138-139. ldem. La traducción es nuestra.
73. Kurt Roessler, op. cit., p. 170. 81. "[ ... ] il n'est pas nécessaire que l'histoire entiere de l'Univers ait été inscrite dans
74. El primero de ellos, de carácter técnico, apareció en marzo de 1931 en Monthly le premier quantum, comme une mélodie sur le disque d'un phonographe. La
Notices of the Royal Astronomical Society, vol. 91, 1931, pp. 490-501, mientra totalité de la matiere de l'Univers doit été présente des commencement, mais

que el segundo y el tercero eran versiones divulgativas simplicadas, publl l'histoire qu'elle nous raconte peut etre écrite étape par'étape." ldem. La traduc-
cadas en Nature, vol. 127, p. 706, y en la Revue des questions scientiiiquen, ción es nuestra.

198 199
oria de algunas de sus especulaciones más aventuradas, sino que es
Así planteadas las cosas, la protesta de Einstein no se hizo cs111·
una configuración interna, históricamente constituida, de su orden
rar. La hipótesis del átomo primitivo no sólo le parecía insostcuihh
disciplinar y epistemológico. Es por ello -y por razones de claridad-
desde el punto de vista de la fi.sica, sino una conjetura inverosiuul
que creemos conveniente distinguir entre cosmología escatológica y
82
inspirada por la doctrina cristiana de la creación. Einstein se 11q.1,11
,1pocalipsis cosmológico. Por la primera entendemos la reocupación
en redondo a discutir sobre la hipótesis del átomo primitivo, pt1n
rosmológica de la escatología, que se especifica en la producción de
consideraba que en este punto +como en tantos otros- el sacerdou
1111a cosmogonía mítico-científica encaminada a describir y explicar
83
belga no estaba siendo científicamente objetivo y se había dcj« h 1
•I origen del tiempo cósmico; así como en la formulación de una
llevar por los dogmas de la teología cristiana. Pero los desarrollos 1·11
promesa escatológica, que bajo la forma de la predicción científica
astrofísica y cosmología producidos durante las décadas siguientes dr ,lugura que el final del universo habrá de llegar de manera necesaria.
mostraron -una vez más- que Einstein se equivocaba y que Lemait 11
Reservamos, en cambio, la noción de apocalipsis cosmológico
tenía razón. La execrable reocupación cosmológica de la aeatio I'\
para referirnos a las representaciones mítico-científicas del final del
nihilo dio lugar a la teoría del Big Bang y, ulteriormente, al Ilarmu 111
84
universo, incluyendo también los eventos cósmicos excepcionales
"modelo estándar de la cosmología contemporánea". de índole cataclísmica- que puedan afectar a algunas regiones del
universo conocido, previamente singularizadas por su significación
ESCATOLOGÍA Y APOCALIPSIS EN PERSPECTIVA COSMOLÓGICA
para el hombre. En este sentido, cabría diferenciar a su vez entre
Hasta aquí hemos intentado mostrar que la dimensión escatológu ,1
un apocalipsis cosmológico a pequeña escala (o apocalipsis vica-
de la astronomía contemporánea no se limita a una cualidad acre
rio) y un apocalipsis cosmológico a gran escala, si bien este último
significado habría de prevalecer sobre el primero cuando se hace
referencia al apocalipsis cosmológico en cuanto tal.
82. Georges Lemaitre: "Rencontres avec A. Einstein", Revue des Questions Sciet11fll
A nuestro juicio, tanto la cosmología escatológica como el
ques, 129, núm. 1, 1958, p. 130, citado por Kurt Roessler, op. cit., p. 171. Vóu
también Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., p. 139. apocalipsis cosmológico habrían practicado a su vez una reocu-
83. Jean-Pierre Luminet, L'invention du Big Bang, op. cit., p. 139. pación (astronómica) del mito y de la metáfora. Los hallazgos en
84. Jordi Cepa, Cosmología física, op. cit. pp. 176-177; Erhard Scholz, "The Standnu]
astronomía observacional y en astrofísica extragaláctica produci-
Model of Contemporary Cosmology", en Jürgen Renn (ed.), Albert Einstein. C/J/11/
Engineer of the Universe, op. cit., pp. 388-393. De este modo lo explican /\1111 dos durante los siglos xx y xxr, así como la subsiguiente multi-
Rioja y Javier Ordóñez: "La cuestión de la expansión del universo y de la rot u plicación de especialidades y subespecialidades que componen en
sión (isotrópica) de las galaxias conduce a plantearse la sucesiva evolución dul
la actualidad la ciencia astronómica -como la geología planetaria, la
estado del universo en un tiempo anterior. En efecto, si retrocedemos hnr 1
el pasado, necesariamente nos vemos conducidos a estados de mayor d1111 astrometría, la radioastronomía o la astronomía en otras longitudes
sidad, en los que el espacio interestelar e intergaláctivo hubo de ser prog1
sivamente menor hasta alcanzar la materia un estado primero de densldurl
infinita (punto de curvatura infinita del espacio). Se trata de lo que se co1111 condiciones iniciales. En definitiva, nos vemos abocados a algún tipo de 'gran
. ce con el nombre de singularidad (en sentido matemático) inicial. Cuaiquhu explosión' originaria, a partir de la cual todo se habría formado". Ana Rioja y
intento de explicar científicamente el origen del universo pasa por descrlhlt Javier Ordóñez, Teorías del universo, op. cit., pp. 340-341.
el modo en que galaxias y estrellas han podido constituirse a partir de cioun

201
de onda del espectro electromagnético, entre otras- no s(1l11 h
permitido la pervivencia del mito sino que además han pn>plt
do su secreta renovación. Con sus sensacionales descubrinuruí
la astronomía contemporánea ha remitificado el cosmos, p1111h
ciendo de paso nuevos mitos del origen y del final del u11iv1·1
en clara consonancia con la tradición cosmogónica en la q11

hecho se inscribe.
Como ya vimos, la astronomía contemporánea ha extc:1111111
entre sus mitos y metáforas del origen y del final del tiempo 11·1
mico, una densa metafórica organicista y biologicista con l,1 1111
dar cuenta de la formación y la evolución del universo. La 1111·1
fora dominante de las edades del universo ha permitido artk ul
el "pathos escatológico" ["eschatologische Pathos"] ( VS 32) d1· 1
cosmología física contemporánea, y hacer de sus "visiones 3JH 11 ,,

lípticas" ["apokaliptischen Visionen"] ( VS 253) el contenido de 1111


85
fenomenología escatológica del cosmos. Con ello se demuexu 11
una vez más, la necesidad humana de poseer una imagen del hu11di
miento de todas las cosas.

85. Tomo la expresión "fenomenología escatológica" ["phiinomenologln< 11


Eschatologie"J de Philipp Stoellger, "Über die Grenzen der Metaphorolo¡¡h,
Zur Kritik der Metaphorologie Hans Blumenbergs und den Perspektiven 1111111
Fortschreibung", en Anselm Haverkamp y Dirk Mende (eds.), Metaphoro/011/,
Zur Praxis von Theorie, Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main, 2009, p. 226.

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