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ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL

Bryan Sánchez Sánchez

Danna Grisel Rosales Pérez

Andrea Jimena Rivero Martínez

Escuela Preparatoria Oficial Anexa a la Normal de Chalco

Materia: Métodos y pensamiento crítico l

Chalco, Edo. De México.

2017
ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL

Bryan Sánchez Sánchez

Danna Grisel Rosales Pérez

Andrea Jimena Rivero Martínez

Trabajo escrito en base al pensamiento crítico que propone Robert Ennis

Instructor

Prof. David Torres Parra

Escuela Preparatoria Oficial Anexa a la Normal de Chalco

Materia: Métodos y pensamiento crítico l

Chalco, Edo. De México.

2017
Introducción

1. El presente trabajo pretende recabar un conocimiento aproximado de la salud

sexual y salud reproductiva de los y las adolescentes entre 15 y 19 años

analizando la relación de reciprocidad entre la identidad genérica y las

nuevas formas de sexismo –a través de la internalización de los roles de

género en la construcción de la subjetividad adolescente- y las

manifestaciones de los conocimientos, actitudes y prácticas sexuales, para

comprobar en qué medida subyacen a éstos, las relaciones interpersonales

y la violencia simbólica entre los sexos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la Salud Sexual en 2000

como “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado

con la sexualidad; no es meramente ausencia de enfermedad, disfunción o

malestar. La salud sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso

hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de

obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de coacción,

discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga,

los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados,

protegidos y satisfechos” (Promoción de la Salud Sexual. Recomendaciones

para la acción, 2000. pp. 6). Es decir, los principales aspectos del hecho

sexual humano que plantea la OMS en su concepción de salud sexual son:

Actitudes positivas y respetuosas hacia la sexualidad y las relaciones

sexuales.
3
Posibilidad para obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de

coacción, discriminación y violencia.

Respeto, protección y satisfacción de los derechos sexuales, y

Ausencia de enfermedad, disfunción o malestar.

Ellos constituyen, por tanto, los cuatro ejes sobre los que se ha de construir

cualquier estrategia para la mejora de la salud sexual. En esta investigación

se pretende estudiar la sexualidad y las relaciones sexuales de personas

adolescentes, para poder profundizar en los procesos a través de los 6 cuales

se construyen las identidades adolescentes y cómo, a pesar de las

transformaciones sociales, las normas culturales y los discursos sociales

relativos a la masculinidad/feminidad continúan justificando y manteniendo

las asimetrías de poder entre los sexos, dificultando y problematizando los

conocimientos actitudes y prácticas sexuales de chicos y chicas al estar

influenciados por un imaginario cultural sexista y poco tolerante frente a las

prácticas e identidades no normativas (homosexualidades, bisexualidades y

transexualidades), con actitudes y valoraciones no exentas de violencia

explícita y/o simbólica que inciden negativamente en la construcción de la

subjetividad adolescente. La construcción de identidades de género en

chicos y chicas influye en las representaciones que elaboran sobre su

sexualidad, lo que hace necesario estudiar la forma en que se internalizan

los mitos, creencias y prejuicios -que se traducen en conocimientos, actitudes

y prácticas sexuales- en torno a la diferencia sexual y que están presentes


4
en el discurso social que envuelve la construcción de la subjetividad en los y

las adolescentes. Revisar los mitos, prejuicios y falsas creencias que se

continúan transmitiendo en el proceso de socialización adolescente

alrededor de la sexualidad puede ayudar a desvelar el sexismo que se oculta

bajo las nuevas formas de representación de la masculinidad y la feminidad

que se internalizan y, por otra parte, puede contribuir a disponer de

herramientas básicas y aplicadas para las intervenciones educativas

necesarias para la salud sexual de jóvenes, ya que las opiniones de los y las

adolescentes acerca de su sexualidad suelen ser reflejo del contexto socio-

cultural en el que se desenvuelven, al tiempo que contribuyen en la

construcción de su subjetividad.

5
Resumen

La educación sexual resulta controversial en la medida que el tema está atravesado

tanto por prejuicios de las familias y de los educadores como por diferentes posturas

políticas y religiosas. Por este motivo, se consideró relevante realizar una

investigación para intentar comprender razones y significados que le otorgan a la

sexualidad los adolescentes. En el presente trabajo se reflexiona en torno a algunos

conceptos relativos a la sexualidad y a la educación sexual. Asimismo, se muestra

el diseño de la investigación y se entregan algunos resultados de la misma, la cual

puede proporcionar datos relevantes tanto para padres como para profesores que

influyen en distintos factores como: Los embarazos a temprana edad,

implementación de la sexualidad, métodos anticonceptivos, etc.

Palabras clave: adolescencia, embarazo juvenil, escuela, sexualidad

6
Marco teórico

El embarazo en adolescentes

Hay tres ideas fundamentales que requieren ser abordadas respecto del tema de

embarazo adolescente y que son las que han motivado el presente estudio:

1. La creencia generalizada de que los seres humanos pasan por etapas definidas

y preestablecidas durante su vida, en relación con edades cronológicas específicas,

en las cuales es posible reconocer características físicas, psicológicas,

emocionales, 9 sociales de normalidad, propias de cada edad, en función de las

cuales se han formulado criterios para valorar una supuesta adolescencia universal.

2. La visión de una adolescencia vulnerable y en riesgo de padecer enfermedades

y generar problemas, en función de la cual se ha establecido una serie de

parámetros sobre aspectos físicos y fisiológicos de inaptitud, como es la idea de

una inmadurez biológica, sicológica y social de la mujer adolescente, causante de

una mayor incidencia de ciertas enfermedades y trastornos, a saber: problemas

obstétricos durante el embarazo y parto (desproporción céfalo – pélvica, prevalencia

de toxemia, anemia, eclampsia, etc.), además de las consecuencias obvias del

embarazo en la salud de los bebes por nacer de esas madres: mayor número de

niños prematuros y de bajo peso.

3. La creencia de que la sexualidad de los y las adolescentes, sobre todo en sus

relaciones sexuales, requieren de un control externo a varios niveles, ya que no se

encuentran “capacitados” ni “debidamente” informados para ejercer con


7
“responsabilidad” su propia sexualidad. Vale la pena analizar las consecuencias que

estas ideas y representaciones han tenido y cómo este tipo de pensamiento ha

marcado muchos de los programas, proyectos y políticas implementados para

“prevenir” los embarazos de adolescente, su sola mención ya constituye un primer

nivel de acercamiento a las formas de ver y hacer frente a un fenómeno que ni es

nuevo ni es el más grave de los sucesos contemporáneos que vive la sociedad

ecuatoriana, pero que sin embargo es visibilizado como importante. Una primera

constatación es que se habla de la adolescencia como si fuera única y universal y

se le atribuye a los sujetos que están en este período una serie de características,

pero además se les asigna ciertos roles. Todo aquello que sale de esta norma por

tanto se vuelve “anormal”, desconociendo por completo que cada ser es único e

irrepetible por su historia, por su cultura y por las formas personales con las que

asimila la compleja realidad social. A decir de Giddens: “Uno de los rasgos

distintivos de la modernidad es, de hecho, una creciente interconexión entre los dos

<> de la extensionalidad y la 10 intencionalidad: las influencias universalizadoras

por un lado y las disposiciones personales, por otro. (Giddens 1991:.9) No son

reconocidos los factores generadores de valores socio-culturales y la temporalidad

de la moral y su transformación histórica, el modelo es rígidamente dual y

dicotómico, por ejemplo respecto de la experiencia sexual de hombres y mujeres se

concibe la virginidad como una cualidad de la mujer soltera que respeta su cuerpo

y ha aprendido a comportarse absteniéndose de tener relaciones sexuales para

preservarse hasta el matrimonio, mientras el adolescente varón es estimulado a


8
perder su virginidad para adquirir experiencia, aquí no importa lo que sienta y desee

la mujer, sus propias necesidades o fantasías sexuales, sus temores; pero además

frente a este valor se contrapone confusamente el comportamiento sexual que se

espera del varón, precisamente lo contrario, debe demostrar su hombría, teniendo

experiencias previas que consoliden su virilidad, incluso se lo puede asumir como

un rito de paso, por el cual el joven se ”vuelve hombre”;. Una de las consecuencias

para las mujeres de romper con este comportamiento sexual deseable es que,

precisamente cuando se entregan al amor o la pasión, adquieren un sentimiento de

pérdida irreparable, que las acompaña por mucho tiempo si no es, por el resto de

su vida. Pero este sentimiento además es de desvaloración, pérdida de la

autoestima que se refleja en la actitud de las madres adolescentes durante su

embarazo y que muchas veces marca la relación con sus hijos/as. Pero además,

socialmente habría la noción de que la virginidad está relacionada única y

exclusivamente a la penetración. Por tanto, se considera preservada la virginidad

aunque haya habido juegos sexuales e incluso penetración anal. Es precisamente

en función de estas “verdades” confusas en que muchas y muchos jóvenes viven

su sexualidad contemporáneamente. Podríamos decir que “jugar con el riesgo” del

que tanto los han precavido es uno de sus mayores retos. Un elemento fundamental

que gira en torno a esta visión de riesgo es que se afirma que los y las jóvenes no

tienen suficiente información; quizás este sea uno de los problemas más graves, el

reducir el tema de la sexualidad a la entrega de información; pero ni siquiera esta

entrega de información es completa porque en muchas ocasiones se limita a dar a


9
conocer los anticonceptivos existentes, la anatomía femenina y masculina

especialmente de los genitales y 11 hacer un listado de todas las enfermedades

venéreas y VIH-Sida. Muchos jóvenes están cansados de que año tras año les sea

entregada esta misma información, que por supuesto no llena sus expectativas ni

toda la riqueza de reflexión que sobre las relaciones humanas se podría abordar.

Surge entonces la necesidad de preguntar: ¿Por qué se embarazan las

adolescentes? Una respuesta tentativa es que se embarazan por las mismas

razones que se embarazan las adultas, unas por desconocimiento de los métodos

anticonceptivos o porque los utilizan mal, otras porque así lo desean, otras porque

son sometidas a violencia sexual (violación, abuso, explotación sexual), otras

porque aman, otras porque la pasión de sus cuerpos es mucho más fuerte que la

prudencia o la reflexión sobre las posibles consecuencias. Las adolescentes que se

embarazan provienen de todas las clases sociales; por supuesto que, dependiendo

de su capacidad económica y de su cultura, enfrentarán el embarazo de muy

diversas maneras; accederán a un aborto aquellas que lo deseen y que tengan el

dinero para pagarlo, que tengan los contactos, también aquí se constatarán las

diferencias de acuerdo a sus posibilidades económicas; habrán otras mujeres

jóvenes que deseen tenerlo y reciban el apoyo de su familia y del padre del bebé;

habrá otras que no, que serán abandonadas por sus familias, por su pareja, otras

serán obligadas a contraer matrimonio, a pesar de que en todos los países las

estadísticas demuestran que son los matrimonios contraídos antes de los 18 años

los que se disuelven por divorcio, separación o abandono en un número


10
significativamente más alto. Lo que sí podemos afirmar, sin lugar a dudas es que

quien tiene mayores desventajas es la población adolescente con menos recursos,

las cifras que se dan a conocer provienen por lo general de los hospitales y otros

servicios públicos, no así de las clínicas y otros servicios privados. Parecería

importante compartir cifras. En relación al embarazo el 59.6% de los embarazos

adolescentes provienen del sector rural, que como bien sabemos son los sectores

más deprimidos económicamente; algunos estudiosos del tema como Kepling,

Ribar, han establecido que el aumento de la pobreza en la 3 Las cifras se han

tomado del Diagnóstico sobre salud sexual y reproductiva de adolescentes de

América y el Caribe del UNFPA. 12 adolescente madre promedio el 16 y 23 % y una

reducción promedio en educación del 2.6 años, lo cual en términos de acceso al

empleo es bastante significativo. Según hallazgos de una de las pocas

investigaciones sobre transmisión intergeneracional de la pobreza coordinada por

Buvinic en México, Guatemala y Chile dice que el ingreso de madres adolescentes

pobres cinco años después del alumbramiento es 50% más bajo y el sueldo un 25%

más bajo. Además predomina la idea de que existe una relación entre explotación

sexual y embarazo adolescente; como consecuencia de su condición de pobreza,

baja escolaridad y la necesidad de mantener a sus hijos/as. Según la encuesta

demográfica y de salud materno infantil (1999) el 25% de mujeres entre 15 y 19

años eran sexualmente activas, con un promedio de 16,6% de edad al momento de

su primera experiencia, en relación inversa con el grado de escolaridad, solo 11%

de ellas usaba anticonceptivos. Se estima que 20% ha estado alguna vez


11
embarazada y que tres de cada cuatro embarazos terminaron en aborto. La tasa de

nacimientos fue de 91 por 1.000 adolescentes de este grupo y representa 14% de

la fecundidad total. El 18% de partos atendidos en el país son en mujeres menores

de 20 años y entre 19 y 24% de los partos en hospitales estatales corresponde a

menores de 19 años.4 En todo caso la población adolescente ecuatoriana no es tan

diferente ni presenta problemas específicos en lo relacionado con el embarazo al

resto de la población de otras edades. En ellos y ellas se reproduce todo aquello

que está ocurriendo en la sociedad en general. Por lo dicho resulta bastante

incomprensible como los medios de comunicación en determinado momento

plantean de una manera simplista los problemas de la juventud, como si estos

estuvieran circunscritos a los y las adolescentes cuando los problemas que se

presentan involucran a toda la población. Alcoholismo, adicción compulsiva a

drogas, embarazos no deseados, abortos, varias parejas sexuales configura un

panorama extensivo a muchos grupos y sectores de la sociedad ecuatoriana.

Pervive una especie de ilusión de que los y las jóvenes deberían estar protegidos

por una especie de “cápsula mágica” que evitaría el “contagio” o los volvería

“inmunes” a todo tipo de situación peligrosa. 4 “La salud en las Américas”. OPS.

Washington D. C. 2002. p 231 13

12
Prejuicios sobre la sexualidad adolescente

Un aspecto que vale la pena mencionar son los múltiples prejuicios que sobre la

sexualidad, sobre el cuerpo y sobre el sexo adolescente existen en la sociedad

ecuatoriana. No solo no se los conoce sino que además producen inmensos

temores en los adultos, especialmente en padres y madres responsables del futuro

de esos adolescentes, aunque pase a segundo plano su presente. Es mucho más

fácil, repetir frases hechas, discursos, refugiarnos en una moral, la mayor de las

veces contradictoria y confusa que más bien sirve para esconder nuestra propia

incapacidad de reconocer nuestros propios deseos. Es muy fácil exigir a los otros/as

aquellas cosas que no logramos cumplir. La adultez se ha convertido en una

pantalla de procesos inacabados, dudas, vergüenzas, temores e ignorancia. Se ha

convertido en el salvo conducto para juzgar a los demás y que aparentemente

acredita nuestra madurez, capacidad, conocimiento, infalibilidad. ¡Cuán lejos

estamos de aquello! “Antes de embarazarme tenía muchos amigos, después ya no

porque me miraban como a un extraterrestre, como que fuera un desperdicio, y

hubiera hecho algo sucio....llanto. Yo no quiero saber más de enamorados, me da

miedo y rabia pensar y sentir lo que sentía por el papá de mi hijo.” 5 La supuesta

inmadurez emocional y falta de responsabilidad imputada a adolescentes es uno de

esos prejuicios que subyace a algunas de las acciones que con carácter “preventivo”

o disuasivo se implementan para enfrentar el embarazo adolescente. Cabría

preguntar si es posible ser maduro y responsable siguiendo solamente los consejos

13
y prescripciones de otros, también cabe sospechar que ese imaginario social de

minusvalía asignada a adolescentes es en cierta manera un autoreconocimiento de

procesos interrumpidos e interferidos de crecimiento personal y autonomía de los

mismo adultos. El estigma de la promiscuidad adolescente pervive como un

fantasma de la moral cristiana, al punto de forjar un comportamiento persecutorio

en muchos padres y madres que quien precautelar la honra, especialmente de sus

hijas. 5 Ana, joven participante grupo focal hospital de Sangolquí. 14 La homofobia

es otra fuente de estereotipos ofensivos: las experiencias de auto y

heteroreconocimiento corporal y exploración de sensaciones de muchos

adolescentes son vistas como pecaminosas y causas de desviaciones, como si la

identidad homosexual y las otras orientaciones sexuales no heterosexuales fueran

causadas solo por este tipo de experiencias, que por otra parte son parte de un

aprendizaje “normal”.

14
Un problema de salud pública

La razón, quizás determinante, para que el embarazo adolescente se haya

convertido en un problema de salud pública es la constatación de que hay un gasto

público importante que se incrementa, a la par que crece el porcentaje de los casos

que demandan atención; especialmente en Estados Unidos de Norteamérica, el

gasto es mucho mayor puesto que las jovencitas al no tener posibilidades

económicas acuden a la asistencia pública, que debe mantenerlas durante todo el

tiempo necesario, hasta que ellas puedan valerse por sí mismas. Esta sería una de

las puntas del ovillo que pone en la agenda pública el tema, a realizarse el

levantamiento de estadísticas que den cuenta del problema; y, es esta preocupación

técnica y su cuantificación la que llega a América Latina como tema de actualidad,

que sin mayor criterio y sin mayor investigación se traslada mecánicamente a

nuestros países, volviéndose también en un tema central para cuyo abordaje no se

cuenta con cifras estadísticas confiables, mucho menos investigación cualitativa

que nos permita dimensionar este hecho social más claramente de manera de

comprenderlo mejor, incluso en las formas encubiertas que asume en nuestro país.

No se pretende afirmar que el fenómeno social del embarazo adolescente y sus

consecuencias no esté dándose en el país, pero si evidenciar que no se cuenta con

información suficiente con la que trabajar y que los planteamientos, tanto teóricos

como técnicos, son principalmente asumidos sin mayor reflexión y crítica. Si bien se

ha sostenido y hay datos que corroboran que el embarazo adolescente no presenta

15
dificultades de salud específicas o exclusivas en las adolescentes, ciertos datos

como los de mortalidad materna permiten apreciar otro panorama, ya que la

mortalidad es inferior entre 16 madres adolescentes (5.7%), en comparación con

mujeres entre 20 y 24 años (6.6%), mujeres entre 25 y 29 años (7.9%), y más de 35

años (16.1%); los problemas de salud existentes, más bien, estarían relacionados

con la pobreza y por tanto son las condiciones socioeconómicas, las cuales deben

tomarse en consideración a la hora de hacer política pública. Sin embargo debemos

reconocer que un embarazo no deseado que se convierte en un hijo/a no deseado,

presenta cualitativamente diferencias entre una adolescente y una mujer adulta, al

margen de su situación económica, social y cultural. Algunos autores afirman que

el embarazo temprano incluso presenta ventajas biológicas, por ejemplo en el caso

de la población afroamericana de los Estados Unidos, Geronimus (1987, 1992)

plantea que desde el punto de vista fisiológico el embarazo en la adolescencia tiene

cierta racionalidad, debido a los mayores problemas de salud (hipertensión y

diabetes) que las mujeres negras enfrentan típicamente a partir de los 25 años.

(Guzmán 200:151) Muchas preguntas surgen en torno a este tema: ¿En qué grupos

es mayor la incidencia de embarazos adolescentes y por qué? ¿Cómo afecta la

situación social y económica de la madre adolescente a la percepción social de su

embarazo? ¿Si, las condiciones de desventaja de las madres adolescentes se debe

a su embarazo o son condiciones previas? Sobre esta última pregunta vale la pena

compartir un hallazgo de uno de los grupos focales de madres adolescentes

realizado en Sangolquí (2002), el 90% de las madres adolescentes habían


16
abandonado la escuela antes de su enamoramiento y embarazo. En gran parte de

la literatura revisada se relata que muchos de los problemas que enfrentan las

adolescentes embarazadas o madres son condiciones preexistentes a su propio

embarazo. Tanto así que los investigadores europeos han hecho un giro en sus

investigaciones para estudiar el embarazo en madres solteras y no solo en

adolescentes, aunque paradójicamente se ha observado que la mayor parte de

madres solteras son adolescentes. Por otro lado, una investigación de la

Universidad Central de Colombia sobre las agrupaciones juveniles parches, que en

otros países son conocidas como pandillas, de la ciudad de Bogotá, encontró como

un elemento benefactor al embarazo en las adolescentes que pertenecían a estos

grupos, ya que esta nueva situación se convertía en un “estímulo” para salir de las

pandillas o para disminuir la violencia de los padres adolescentes. Así lo 17

manifestaron varios de los jóvenes en sus testimonios de cómo un hijo haría cambiar

su estilo de vida. Dice García: “Querer mantener la relación afectiva es motivo

suficiente para cambiar, más aún cuando la pareja llega a vivir juntos o a tener un

hijo. Algunos siendo aún muy jóvenes, tienen hijos que les brindan el momento

propicio para procurar otra forma de vida. Sin embargo, algunos jóvenes plantean

que por una mujer no van a cambiar, aunque reconocen que en ocasiones lo han

hecho; en términos referenciales, para ellos es necesario tener un hijo, pues por él

definitivamente se “ajuiciarían” (…) (García 1998:110) Parecería entonces que es

imprescindible una mayor reflexión sobre el embarazo en adolescentes, hacer más

investigación, porque es un tema complejo y tiene muchas variables que


17
intervienen; por un lado, se constata que existen en muchos casos condiciones

económicas previas que serían las que inciden entre las adolescentes pobres para

un embarazo; también se ha visto que hay elementos para descartar esa visión de

riesgo, a la que autores actualmente reconocen como exagerada. En ciertas

poblaciones juveniles por motivos de salud, así también como agente motivador al

cambio de circunstancias negativas, el tener hijos puede convertirse en un elemento

positivo, habrían grupos que encaran el embarazo de otras formas, sin que esto

signifique el fracaso de las vidas jóvenes involucradas, por supuesto no se puede

descartar que por otro lado también hay graves problemas sociales vinculados. En

relación con mortalidad materna los estudios realizados a nivel mundial han

encontrado que en el grupo de madres adolescentes entre 15-19 años en términos

biológicos, no existe diferencia, ni mayor peligrosidad en relación al embarazo frente

a otros grupos de edad mayores. Sin embargo entre menores de 15 años si se

encuentra riesgos mayores. También es importante reconocer que en todos los

grupos de edad, el factor pobreza incide en el proceso del embarazo. En cuanto a

la mortalidad infantil existen porcentajes levemente superiores cuando las madres

se encuentran en grupos de edad adolescente, es algo que se debería mirar con

atención, porque las causas son muchas y de muy variados contextos, que según

diversos autores irían 18 desde una actitud sicológica diferente, el proceso de

rechazo del que son víctimas en sus entornos y el temor o no asistencia a revisiones

periódicas a causa de la actitud de juzgamiento por parte de los prestadores de

servicios de salud.
18
Paternidad: ¿quién mismo es el padre?

Un aspecto poco discutido es la paternidad adolescente, si bien las estadísticas nos

dicen que la mayor parte de padres de los hijos e hijas de madres adolescentes no

son adolescentes sino adultos, aún así, existe un porcentaje aproximado de

alrededor del 40%6 de padres adolescentes (porcentaje que además está

creciendo). Sin embargo es poco lo que conocemos sobre qué está ocurriendo con

estos padres, cómo enfrentan el embarazo y el posterior nacimiento, qué ocurre con

sus estudios, con sus uniones –si las hay-. En general, interesa conocer qué

problemáticas están enfrentando en su nuevo rol, cuándo lo asumen o qué ocurre

con ellos cuando abandonan y huyen y rompen la relación de pareja. Tal vez, en

gran parte no asumen su paternidad, porque hay un sentimiento de culpa o castigo

ligado a las responsabilidades. Tanto la sociedad como la familia, les hacen sentir

a los adolescentes padre y madre el rigor de las consecuencias de sus actos

“impropios e inapropiados”. Las implicaciones van desde obligarlos a casarse

(aunque no quieran), no permitirles casarse (si así lo desean), hacerles abandonar

los estudios (aunque no sea necesario), en muchas ocasiones más bien se les quita

todo apoyo y se les reprocha permanentemente. En función de esto es siempre más

sencillo evadir sus responsabilidades, este aspecto y sus implicaciones ameritaría

una investigación propia. “Tengo malas experiencias con los adultos porque ellos

nos juzgan, nos critican, nos recriminan, ellos deberían entendernos más, ser

comprensivos, decirnos como están, como les va y si cometemos algún error no

19
darnos las espaldas, a mí me dieron las espaldas muchas personas, aquellas que

creí que eran mis amigos, para mi bien mi mamá siempre me ha comprendido

(llanto), ella reconoce que todos cometemos errores, que nadie es perfecto.”7 6

Porcentaje que surge de la elaboración de una media entre cifras internacionales y

nacionales revisadas por la autora. 7 Acuario.- seudónimo de una chica de 15 años

que asistió a grupo focal en el Sur de Quito. 19 Es indiscutible que el tema, por

muchos años se ha centrado en la mujer. Esto por supuesto no es casual, sino que

responde a que el estudio de esta y otras problemáticas asociadas parte de las

exigencias de los movimientos femeninos y se da como resultado de las grandes

conferencias mundiales sobre mujer. Imaginarios femeninos de adolescentes

varones A continuación compartimos algunas ideas elaboradas por “ellos" en uno

de los grupos focales. “A mi criterio, una mujer que habla sobre píldoras

anticonceptivas o de algún otro método de planificar la familia, se trata de alguien"

recorrida". Cuando se tiene relaciones sexuales no se piensa en el riesgo de

contraer enfermedades de transmisión sexual, más bien el temor es por un posible

embarazo.” “Con las chicas, el tema de conversación no es la sexualidad, pero entre

nosotros sí, sobre todo de la virginidad no en el sentido de quién la pierde primero

porque eso ahora ya no importa, es problema de cada cuál.” “En la familia nos dicen

sobre lo importante de conservarse casto, sobre todo en la mía por la experiencia

de mi hermano que tuvo un hijo a los 20 años, yo trato de cuidarme de no tener

relaciones.” “En las charlas que nos dan en el Colegio nos hablan de los riesgos de

las relaciones sexuales, no nos hablan del placer y de lo bonito que pueden ser las
20
mismas, si nos hablan de métodos anticonceptivos para que nos cuidemos.”8 Como

podemos observar son diversas las posturas y aunque se podría encontrar

contradictorias, éstas conviven en la práctica cotidiana de los chicos, además estas

ideas los jóvenes las intercambian permanentemente sin generar problemas graves

de relacionamiento 8 Frases dichas por jóvenes en grupo focal en un sector de

Quito. 20 entre los jóvenes que las sostienen, incluso no son posturas inamovibles

sino que al contrario son ideas completamente flexibles e intercambiables de

acuerdo a la situaciones que deban experienciar. La mayor parte de ellas se ajustan

a los valores socio-culturales ya mencionados, tal vez por convicción de los

muchachos, tal vez porque reproducen un discurso que creen que es lo que el adulto

desea escuchar, sin embargo es muy interesante que también se mencione la

necesidad de hablar sobre el placer y no solo de hablarlo sino de reconocerlo como

una parte integral e integrante de las relaciones sexuales, algo que jamás está

contemplado dentro de los parámetros de educación en sexualidad. Estos aspectos

olvidados de manera sistemática: el cuerpo y el placer, para nada un olvido casual,

sino que responde a una cosmovisión del mundo judeo-cristiana y cartesiana que

construye de manera dualista y polar: el bien frente al mal, lo bueno frente a los

malo, etc., la moral sexual, la misma que se incorpora en este sujeto adolescente.

Se segmenta su “realidad” desde posiciones espaciales que determinan una

definición de arriba y abajo; por supuesto arriba estaría lo ideal y abajo lo que debe

ser superado. En este sentido y como útil al tema que concierne en este ensayo,

importa detenerse en la construcción social que se hace del cuerpo,


21
dicotomizándolo de mil maneras: alma / cuerpo; mente / cuerpo; lo racional / de lo

carnal, lo divino espiritual / lo mundano carnal. En este mundo dual el cuerpo es

algo inferior al alma y a la mente, y por supuesto tiene el estigma de lo irracional.

Por esta razón la lucha es contra lo carnal y todo lo relacionado con esto: es malo,

pecaminoso, inferior; pero además se relaciona directamente a la mujer con lo

carnal, con la tentación y por supuesto con lo inferior; encasillando a las mujeres

como emocionales (histéricas) quienes, por tanto, no se mueven por los cauces

racionales. A pesar de que este pensamiento cartesiano ha dominado el mundo

desde hace muchos siglos y continúa –en mi opinión- siendo bastante común. En el

modernismo tardío existe una clara tendencia del cuerpo a volverse cada vez más

central para la noción de identidad en las personas desde diferentes aspectos como

la salud, la forma y la apariencia, todo un proceso de individualización que se está

construyendo y que incluye una sexualización y politización de este cuerpo

moderno. 21 Espinosa (2003) señala: “Como una forma de respuesta al

racionalismo impuesto por Descartes y la mirada cartesiana del sujeto, surgen

orientaciones que rescatan la importancia de las emociones, la vida afectiva, los

deseos. El cuerpo es visto como un sujeto de sensibilidad y emociones, con gran

necesidad de intimidades corpóreas.” (Espinosa 2003:.6). Como se lo había

mencionado arriba, en la actualidad los seres humanos estamos inmersos en un

contexto social que es preponderante en la misma conformación de la identidad de

yo; así, el elemento vital que dinamiza esta construcción es el relacionamiento; el

“yo” y el otro” son los dos elementos necesarios e interdependientes en su


22
existencia, a partir de los cuales se generan espacios de intersubjetividad que

producen y son producidos por esta dinámica;. El cuerpo es espacio social para

diferenciar y ejercer diferenciaciones. El cuerpo sirve para denunciar, visibilizar,

reafirmar en un proceso permanente de subjetivación y objetivación. Algo que es

definitivamente innegable es que la actividad sexual de los y las adolescentes ha

cambiado dramáticamente durante los cuarenta últimos años, ha cobrado

legitimidad el desarrollar la vida sexual de una manera activa, incluyendo juegos

sexuales, coito, sexo oral, sin excluir para nada de esto al amor, al romance y a las

culpas; pero éstos últimos vistos de una temporalidad diferente, más pasajera, más

coyuntural, sin embargo no menos profunda o intensa, pero si reconociendo la

finitud de las relaciones que se entablan. “Yo tenia una amiga con la que

hablábamos de sexo, las cosas íntimas y me decía que la primera vez era doloroso

pero que después era muy bonito. Ella lo hacia con el enamorado, pero en una fiesta

hizo con un amigo en el carro y fue diferente, sintió mas placer.”9 “A mi me gustan

los que tienen espalda ancha y musculosos. Yo si les veo el pompis y me imagino

su miembro. A veces en los bailes que se baila cogido, se siente su pene duro.”10

9 Valeria grupo focal del sur 10 Rita grupo focal del sur 22 Otro cambio sustancial

es que tanto hombres como mujeres esperan tener y dar (en mayor o menor medida)

placer sexual a través de estas relaciones, se convierte entonces el placer en un

requisito indispensable para una relación satisfactoria, sin que esto signifique que

los cambios mencionados son universales, ni generales y que los aspectos

23
culturales, sociales, económicos cruzan permanentemente estos ámbitos y que

existen sectores de población apegados a las tradiciones.

24
La biopolítica ejercida sobre los cuerpos adolescentes En varias partes del mundo

se camina por los cauces de un desarrollo económico y tecnológico que empieza a

generar otras preocupaciones, sumado al fenómeno, menos reciente, de

sobrepoblación, pobreza y recursos limitados y escasos. Nuevos temores se ciernen

sobre el planeta y algunos de ellos se constituyen en emblemas de la nueva cruzada

moral, ahora en aras del control de la natalidad. La nueva moral secular enfrentada

abiertamente con la moral religiosa tradicional por la regulación de la sexualidad

adolescente. El argumento es que el planeta podría solo favorecer la vida en

condiciones aceptables para un número “adecuado” de habitantes y por tanto había

que comenzar a controlar la cantidad de población, a lo que se suma el riesgo muy

alto de contraer enfermedades, algunas mortales, como el VIH-SIDA o la hepatitis

B. 7 “Actualmente, señala el reporte del Fondo de Población de Naciones Unidas

2003, millones de adolescentes y jóvenes enfrentan perspectivas de matrimonio

precoces, procreación temprana y educación incompleta, además de la amenaza

del VIH-SIDA. De todas las nuevas infecciones con el VIH, la mitad ocurre en

personas de 15 a 24 años de edad.” (UFPA 2003:1). En función de esta nueva

política poblacional se establecieron diversas formas para el control de la natalidad.

Pero, estas políticas se implementan de diferentes maneras en los países

desarrollados y en los países pobres, éstos últimos con las mayores tasas de

crecimiento. Las estadísticas revelan que la tasa de partos en adolescentes

comienza a resurgir y se incrementan vertiginosamente, como en la “época de las

abuelas”. Una razón más para luchar contra el lastre que representan las culturas
25
tradicionales. Los cambios en la sociedad ecuatoriana, muy particularmente en

algunos grupos humanos a su interior, han afectado también a las relaciones entre

géneros y generacionales. La inserción de la mujer en el mercado laboral y sus

nuevos protagonismos sociales más allá del ámbito doméstico, la popularización de

la píldora anticonceptiva y otros métodos, incluyendo el aborto y la píldora

anticoncepcional de emergencia (PAE), la mayor movilidad social y espacial de las

poblaciones jóvenes son algunos de los elementos más representativos del nuevo

panorama de la sexualidad adolescente. Entre los impactos más visibles en la vida

de los y las adolescentes, en su cotidianidad y en sus relaciones están los que tienen

que ver con los conocimientos, actitudes y prácticas sexuales y de su sexualidad, y

como son percibidas por las instituciones y sujetos adultos. Las vivencias de las

sexualidades adolescente hacen parte de la noticia que recoge la prensa, de la

alarma sanitaria y demográfica que consigan los informes de las agencias

internacionales de cooperación y, como si esto fuera poco, de la curiosidad científica

de los investigadores. La mirada del investigador en esta oportunidad se ha

centrado en las nuevas formas de relacionamiento intra e intergeneracional que se

complejizan, o como dice Giddens (1992) se asiste a una reestructuración de la vida

íntima, una de las razones es la separación de la sexualidad y la reproducción, lo

que permite el ejercicio más libre y “desordenado” de la sexualidad adolescente, los

emparejamientos de distinto tipo y duración con predominancia de los no formales,

además la emancipación de la mujer ha permitido que ellas ya no tengan 8 que

admitir el dominio sexual del hombre y ahora éstos deben negociar, han irrumpido
26
en la escena pública movimientos de homosexuales, lesbianas y otros sujetos. Las

concepción sobre pureza, virginidad y matrimonio son desplazadas

vertiginosamente por otras de sentido contrario. Lo que se podría llamar el sector

oficial, esto es el estado, la iglesia, el sistema educativo y sanitario ven con

preocupación estas nuevas realidades adolescentes y consideran su fundamental

cometido la “orientación” y el buen encuasamiento de las conductas de las nuevas

generaciones, a través de una biopolítica que regule más eficazmente el

“desenfreno juvenil”, nuevos mecanismos de control se han ido implementando

frente a la constatación de que los y las adolescentes “adolecen de problemas

serios”. Los esfuerzos se encaminan a reforzar un discurso que sustentan una visión

de riesgo desde lo negativo y cargada de moralismos. Además debemos reconocer,

que este mismo discurso, así como su aplicación en la práctica, asume formas

diferentes en función del grupo económico y social a la que pertenece esa juventud.

Vale la pena citar ejemplos que corroboran esta aseveración; así tenemos que la

iglesia ha levantado una fuerte campaña a favor de la abstinencia, su ratificación

sobre el rechazo al uso de contraceptivos, su oposición al aborto. Programas

educativos de educación sexual formulados desde una orientación biomédica que

pone el acento enfermedades y trastornos, y que descuidan los aspectos

sicológicos, emocionales, sociales y culturales del cuerpo y entorno adolescente, en

los cuales, por supuesto, la dimensión erótica y placentera de la sexualidad cuenta.

En la escuela y en las familias cotidianamente se refuerzan los roles sexuales

27
tradicionales, que encasilla a la mujer en un rol pasivo y subordinado, y al hombre

en un rol activo y dominante.

28
De senderos y huellas

Todo eso paso por sentir en el cuerpo un montón de sensaciones reunidas a la vez,

donde el deseo es inevitable, claro que eso ha cambiado ahora, porque nos

cuidamos y hay comprensión. Fue una experiencia muy bonita, había sencillez,

dulzura, suavidad, unas caricias increíbles con las que me llevaba a mantener

relaciones y sobre todo por el amor que se siente y la confianza que se tiene, me

entregue totalmente... Tener un bebe en la adolescencia para mi no es un

truncamiento, también puede ser una manera de salir adelante, ser mas

responsable, los hijos son una inspiración para salir adelante, para terminar los

estudios si no los han terminado. 1 ¿Cómo se puede seguir abordando la sexualidad

y el embarazo adolescente sin considerar éstos aspectos fundamentales? La

cultura, el cuerpo, las emociones, los sentimientos, las sensaciones, las

confusiones, los contextos y muchos otros elementos hacen parte de la sexualidad

adolescente, y son estos aspectos los que se revelan como importantes, ya no es

admisible la sola censura, en sus más variadas formas y matices. Lo que María José

comparte en su testimonio, tal vez, no es algo nuevo y que no se lo haya tenido en

cuenta en algún momento, y sin embargo es algo que, quizá, queremos ignorar; que

el peso racionalista y moralista de las convicciones adultas lleva a subestimar u

olvidar las dimensiones eróticas y lúdicas del sexo y la sexualidad, y sobreestimar,

por otro lado, el carácter 1 María José, joven de 17 años que participó en los grupos

focales. 4 culpabilizador y pecaminoso con los que han sido marcados en la cultura

29
judeocristiana de occidente. En la línea de las investigaciones de W. Reich (1970)

cabría sospechar que el ejercicio de culpabilizar y penalizar el cuerpo sexuado de

los y las adolescentes es un recurso de la moral patriarcal para preservar la

institución familiar y disciplinar las pulsiones, de manera de asegurar la

productividad laboral, la higiene y el progreso (Barrán, 1996:182) La hipótesis que

resulta reforzada a partir de las opiniones recogidas en las entrevistas, grupos

focales e historias de vida, es que el supuesto desconocimiento de toda la riqueza

y complejidad de lo que es la sexualidad y cómo ésta está presente en la vida de

los y las adolescentes resulta ser un mecanismo deliberado de ocultamiento que

entra en tensión con las actitudes y prácticas cada vez más libres de una población

más informada y más empoderada sobre sus derechos sexuales y reproductivos.

Para mi la sexualidad es algo que tenemos desde el mismo momento en que nos

concibieron hasta nuestra muerte, la sexualidad se expresa en la forma como nos

comportamos, que nos vestimos, en la forma de relacionarnos con los otros, de

expresarnos al mundo, es la forma común de expresarnos como chicos o chicas

haciendo evidente de una u otra manera nuestra propia manera de ser y sentir

nuestra propia sexualidad.2 Por otro lado, no se ha analizado con suficiente

profundidad, el proceso de creación de identidad sexual en la adolescencia, en parte

por no reconocer la interrelación que se genera entre la cultura y la individualidad y

los procesos de relación intersubjetiva que se crean y recrean, entonces las

simplificaciones sobre la sexualidad adolescente están al orden del día: “seres

vacíos a quienes se moldea”, o pensar en ellos y ellas como “vasijas en las que se
30
deposita cultura o valores.” Pero ellos y ellas han demostrado que son seres que

construyen y deconstruyen su realidad, que aún asumiendo discursos de la

sociedad lo hacen de una manera personal y única y que definitivamente son

quienes más respuestas contraculturales generan. 2 Johanna, joven de 16 años

participante en los grupos focales. 5 Antes de que existiera el sujeto adolescente

para la ciencia, el estado y la sociedad se hablaba de primera infancia, segunda

infancia, pubertad y mocedad, muchos eran los caminos para entrar a la mocedad;

las mujeres entraban a la adultez a través del matrimonio que podía realizarse entre

los 12 a 18 años mayoritariamente y entre los 21 y 25 en porcentajes menores. La

iglesia admitía y sacramentaba matrimonios en mujeres desde los 12 y en hombres

desde los 14 -al parecer siempre hubo esa percepción de la madurez temprana de

la mujer-. En todo caso los púberes varones entraban al mundo adulto a través del

ejército, del trabajo o de la educación; desde los 11años era común que los hijos

varones abandonaran el hogar para cualquiera de estas actividades según la

posición económica familiar. En muchas sociedades y en algunos periodos

históricos la población juvenil ha sido mayoritaria, en muchos casos jóvenes e

incluso niños estuvieron obligados a desarrollar las actividades y responsabilidades

adultas, sobre todo en sociedades tradicionales, menos letradas y amenazadas en

su supervivencia. En este tipo de sociedades, prácticamente eran inexistentes los

conflictos intergeneracionales, a pesar de que existir fenómenos como el maltrato a

los niños, niñas y jóvenes, como parte “necesaria” de la educación de esas épocas.

La frialdad y dureza ejercida sobre los varones era lo predominante en la enseñanza


31
porque existía la idea de que la rudeza viriliza y el mimo feminiza. En relación con

la sexualidad, se imaginada y practicaba un tipo de identidad sexual “natural” y

“abierta”, más bien cabría decir permisiva, al menos, para los hombres, y, en menor

medida, para las mujeres de los estratos sociales bajos, no así en las clases sociales

más acomodadas para quienes la “honra” y más aún las apariencias eran

fundamentales. Tampoco había una condena estigmatizante a la masturbación

juvenil. Tal vez se podría llegar a afirmar que, en la práctica, existía un ejercicio de

la sexualidad menos culposo, había una cierta tolerancia, o simplemente no era

motivo de persecución, la sexualidad del pueblo llano, la cual se legitimaba

simplemente por el deseo. La literatura de la época, en el caso de América Latina,

parecería revelar jóvenes desprovistos de culpa y vergüenza por el aparecimiento

de la atracción sexual. Al asomarnos a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX,

se va perfilando un nuevo sujeto social, el y la adolescente; y por diferentes razones

económicas, sociales, culturales y aspectos puntuales como la edad de contraer

matrimonio, la escuela y la presencia de niños y niñas en ella cobra importancia, los

años de escolaridad se prolongan paulatinamente, la 6 necesidad de educación se

vuelve prioritaria, ya no es suficiente con haber ido a la escuela, el colegio y luego

la universidad aparecen como itinerarios obligados de las nuevas generaciones, por

lo cual también se difiere el momento de entrar al mundo laboral, en definitiva se

prolongan los años de dependencia económica y, por que no decirlo, también

emocional con respecto a los padres y madres. Es entonces que se produce la

aparición de la adolescencia. A decir de Barrán: (…)una nueva figura, el


32
adolescente. (...)otro ser que vive por primera vez -así es descrito- o debe vivir su

sexualidad conteniéndola y sintiéndola culposamente, un ser que debe ser vigilado

en sus juegos, sus lecturas, su salud y, sobre todo, en su soledad (Barrán 1996:

175). Un personaje, éste o ésta, “obligado” por las circunstancias a permanecer

subordinado a la moral familiar, a consentir, de manera tácita, la regulación de sus

pulsiones, en todos sus aspectos y básicamente en su sexualidad y en su cuerpo.

Parecería que durante la primera mitad del siglo XX se consigue, de alguna manera,

el propósito de dominación, aunque siempre hubieran ovejas descarriadas y

rebeldes que fueron la excepción.

33
Metodología

El objetivo del curso es familiarizar a los alumnos con los desarrollos recientes de
la investigación socio antropológicas sobre la sexualidad. Se analizarán
contribuciones respecto de la esfera sexual en su relación con el tema de la
corporalidad y de marcadores de clasificación social, tales como el género, la
raza/etnia y la generación, con particular énfasis en la construcción y ejercicio de la
heterosexualidad en contextos latinoamericanos. El curso enfatizará los aspectos
metodológicos involucrados en las investigaciones sobre sexualidad, ofreciendo
entrenamiento sobre las técnicas cualitativas de investigación sobre el tema.

Objetivos generales

Al finalizar el seminario, los y las estudiantes habrán sido familiarizados con

desarrollos teóricos recientes acerca de la sexualidad como objeto de estudio de las

ciencias sociales, habiendo sido capacitados para traducir observaciones acerca de

prácticas, valores y convenciones relativas a la sexualidad al diseño de una

investigación de campo.

Objetivos Específicos

 Conocer los principales debates teóricos y las disputas políticas


contemporáneas en torno de la sexualidad y el género.
 Conocer el panorama actual de los derechos sexuales y reproductivos y de
las políticas públicas aplicadas a la sexualidad y las relaciones de género en
América Latina.
 Conocer los fundamentos teóricos y metodológicos que actualmente orientan

34
la investigación social en sexualidad, en sus vertientes cualitativas y
cuantitativas.
 Reflexionar acerca de las cuestiones éticas involucradas en la investigación
e intervención social en el campo de la sexualidad.
 Examinar aspectos técnicos de las prácticas de investigación e intervención
en el campo de la sexualidad, en la perspectiva de las ciencias sociales.
 Examinar algunos objetos clave de investigación y reflexión en el campo de
la sexualidad: salud sexual y reproductiva, prácticas sexuales, derechos
sexuales.
 Formular un diseño de investigación que contemple las relaciones
constitutivas de un objeto en el campo de la sexualidad como hecho social,
operando un recorte empírico de unidades de estudio y de análisis, y
seleccionando los procedimientos de campo apropiados.

35
Resaltados

En torno a la atención que reciben los y las adolescentes es necesario privilegiar la

calidad de esa atención en los servicios de salud sobre el gasto público, tomando

en cuenta que la variable más importante es la situación económica y de pobreza.

Las propuestas deberían ser el resultado de investigaciones cuali-cuantitativas, de

la participación juvenil y del compromiso de autoridades locales y nacionales para

establecer recursos permanentes para todo un proceso que implique también la

revisión de las actitudes del personal hasta la infraestructura y el tipo de servicios.

No se puede soslayar la evidencia de que a lo largo de la historia de la humanidad

y ahora en los últimos siglos, el modernismo ha construido diferencias de género

que han colocado a la mujer en una situación de desventaja frente a la sexualidad

y otros aspectos de la vida. Esto, en la actualidad no del todo superado, se

encuentra en franco cuestionamiento. No hay políticas que permitan una educación

de calidad y completa, no hay trabajo, el empleo y subempleo juvenil es alto. Este

estado de cosas representa una situación adversa para las y los jóvenes

embarazados que pronto serán padres y madres.

No hay investigaciones que hagan un seguimiento a largo plazo de lo que ocurre

con estas madres, padres y sus hijos/as. En todo caso sabemos que el aspecto que

habla del ciclo de pobreza de la mujer tiene fundamento en la situación actual y

entonces habría que abordarlo desde distintos frentes y perspectivas.

36
Discusión

El análisis cualitativo de los discursos de los y las adolescentes ha tomado como

referencia el material recogido en la realización de 4 grupos de discusión, cada uno

de los cuales estaba compuesto entre 6 y 8 adolescentes. Los chicos y las chicas

acudieron voluntariamente a los grupos, en horario escolar y después que se les

informara en base a la selección realizada por el y la psicopedagogo/a del centro

educativo al que pertenecían. Cada uno de los grupos de discusión ha tenido una

duración aproximada de 1 hora y 15 minutos, habiéndose grabado en audio las

sesiones de trabajo realizadas, previa petición de permisos parentales para la

grabación de los grupos. Los grupos se han configurado de acuerdo a las siguientes

variables. Se han considerado tres variables sociodemográficas a la hora de

delimitar el número y la composición de los grupos de discusión, con la finalidad de

cubrir/saturar el campo estratégico de la información sobre los aspectos

relacionados con la salud sexual de los y las jóvenes. Estas tres variables a tener

en cuenta en la formación de los grupos son: género, edad y nivel socio-cultural. Se

realizará, fundamentalmente, un recorrido por la variable género entendida como

dimensión simbólica del discurso social y por la variable edad y nivel socio-cultural,

procurando poner en expresión el propio discurso de jóvenes ante la sexualidad, la

salud sexual, el sexismo y las 114 diversidades sexuales. En la formación de los

grupos se ha identificado la variable “nivel socio-cultural”, en función del nivel de

estudios de la madre y del padre. Se consideran de un nivel socio-cultural medio

37
alto a los y las estudiantes que están escolarizados en IES, cuyos padres (padre y

madre) tienen ambos como mínimo estudios medios o, al menos, uno de ellos

estudios universitarios. Así mismo, se consideran de un nivel socio-cultural medio

bajo, los grupos formados por estudiantes escolarizados en el IES, cuyos padres

(padre y madre) tienen como máximo estudios primarios. Todos los grupos de

estudiantes pertenecen a Institutos Públicos de Educación Secundaría de las

poblaciones de Grau de Gandia y Callosa d`en Sarriá. La distribución de los grupos

ha sido la siguiente: SEXO EDAD NIVEL SOCIOCULTURAL ESTUDIOS

Grupo 1. CHICOS 15-16 años. Nivel medio- alto. 4º ESO

Grupo 2. CHICAS 15-16 años. Nivel medio-bajo. 4º ESO

Grupo 3. CHICOS 17-18 años. Nivel medio-bajo. BACHILLERATO

Grupo 4. CHICAS 17-18 años. Nivel medio-alto. BACHILLETATO

38
Conclusiones

Posibilitar una formación en salud sexual para los y las adolescentes educando en

actitudes positivas y respetuosas hacia la sexualidad y las relaciones sexuales. Se

debe favorecer el desarrollo saludable de las identidades masculinas, así como el

de las femeninas trabajando sobre los múltiples procesos de subjetivación en los/

las adolescentes. La flexibilización de los roles de género en la familia, en el sistema

educativo y en el entorno social se han de dar desde edades muy tempranas, si

queremos que jóvenes y adolescentes tengan relaciones igualitarias, equitativas y

horizontales. El trabajo con los mitos, prejuicios y falsas creencias alrededor del

hecho sexual humano y la sexualidad puede contribuir a disponer de herramientas

básicas y aplicadas para las intervenciones educativas necesarias para la salud de

los/las jóvenes y adolescentes. La conceptualización de la sexualidad como un valor

saludable en la construcción de la identidad de chicos y chicas así como una idea

de promoción de la salud sexual, es básico si deseamos contribuir a una salud

integral en estas etapas evolutivas. La importancia de trabajar los grupos de

discusión ha sido evidente por el valor de la información recopilada y por la

posibilidad que ofrecen para profundizar y detectar los discursos que conforman el

imaginario adolescente alrededor de sus vivencia de la sexualidad y de sus

relaciones interpersonales. Se hace necesario trabajar sobre el imaginario cultural

alrededor de la sexualidad de chicas y chicos para promocionar una significación de

la sexualidad como un valor a cultivar, pues la O.M.S. (2002), indica que una 150

39
buena salud sexual mejora la calidad de vida de las personas y da una mayor

longevidad. Posibilitar a través de las intervenciones en educación sexual con

los/las adolescentes, chicas y chicos, a resignificar las identificaciones infantiles e

idealizadas, permitiendo desarrollar identificaciones, donde la igualdad, la

corresponsabilidad, las relaciones igualitarias y las diversidades del deseo sean

posibles en el contexto educativo y social. Se hace evidente la falta de

intervenciones psicoeducativas contempladas en el sistema educativo que

contemplen, tal y como plantea García (2009), el Hecho Sexual Humano abarcando

a todos y a todas, tratando de hablar de sexualidades en plural, de las personas, de

edades, culturas, capacidades y realidades diferentes. Es básico y fundamental

tener en cuenta en todos los trabajos de educación para la salud, y en concreto en

educación sexual, la perspectiva de género, ya que en la adolescencia se re-

significan las identidades de género y así contribuir al cambio de roles adscritos y

asumidos de género. Es necesaria la Educación Sexual en todas las edades. Hablar

de sexualidad es hablar de los cuerpos, de los afectos, de las caricias, es hablar de

placer y sobre todo de encontrarse a gusto como varón o mujer,

independientemente de la orientación e identidad sexual. Hay que facilitar y

promover la comprensión a la ciudadanía que la diversidad como regla- y no como

excepción- en cuanto a la sexualidad humana afecta a personas y grupos. El trabajo

tiene que tender a cambiar los paradigmas únicos y heterosexistas de nuestra

sociedad, posibilitando un futuro más justo, equitativo y solidario entre todas las

personas. Como plantea el catedrático de Psicología de la Sexualidad de la


40
Universidad de Salamanca, Félix López (1995), la educación sexual se convierte en

uno de los contenidos esenciales de la educación para la salud, puesto que, la 151

necesidad de contacto, la actividad sexual, y las relaciones interpersonales íntimas,

son algunas de las necesidades básicas de cuya satisfacción depende, en gran

manera, el bienestar de las personas.

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