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Semillas estelares

Siempre pensé que había algo mal en mi…


Inadaptada, abandonada, excluida, suelta, loca, incorregible…
¡Qué rara que eres! Es lo primero que decía la gente cuando se acercaba lo suficiente como para
poder verme. El resto del tiempo, siempre permanecía escondida en medio de la multitud.
Intentando ser como los demás, sin éxito.
Pero un día llegó a mi casilla de email el libro de Dolores Cannon Tres olas de voluntarios y la
Nueva Tierra. A partir de ese momento mi vida fue una sucesión de acontecimientos que me
condujeron a descubrir que no hay nada de malo en mi. Simplemente soy una semilla estelar.
Bueno, pero… ¿qué es una semilla estelar?
Es un alma que viene por primera vez al Planeta Tierra para apoyar el proceso de transformación
que se está viviendo aquí y ahora. Y elevar el nivel de vibración con mayor o menor intervención en
el proceso.
En tal sentido, no trae karma ni relación alguna con las almas que están en la rueda de encarnación
del Planeta, aún cuando puede haber venido con algunos compañeros de misión.
Sin embargo, al elegir encarnar, le aplican las generales de la ley del Planeta: olvido y desarrollo de
un ego. Es por esta razón que al adquirir una experiencia humana se pierde el recuerdo de quién
uno es y de lo que ha venido a hacer.
Pero, en 1987 con la convergencia armónica planetaria, ese recuerdo comenzó a aflorar lentamente
en todos nosotros. Un katún despues (20 años en términos de los mayas), la resonancia original
comenzó a hacerse mas poderosa. A partir del 2007 muchas personas han notado un cambio
fundamental en sus vidas… Les hemos llamados síntomas del despertar… aunque no coincido con
esa denominación “despertar”, no estábamos dormidos, simplemente estábamos esperando las
condiciones propicias.
Fue a partir de ese año que las cosas comenzaron a hacerse mucho mas claras y los síntomas
mucho mas profundos. Síntomas físicos y síntomas no físicos. Por ejemplo, dolores de cabeza,
espalda, fibromialgia, ataque de pánico, visión borrosa, zumbidos en los oídos, náuseas, malestares
estomacales, cansancio, insomnio, taquicardia, y otros de similares características. Y los no físicos:
cambio de lugar de trabajo, de profesión, de pareja, de grupo de referencia, de amigos, mudanzas,
separaciones, muertes, accidentes, modificaciones en la alimentación, y otros.
Así llegamos al 21.12.12 pensando que, finalmente, no pasó nada… aunque nuestra vida
comparada con la vida anterior que llevábamos había cambiado por completo. Y la energía que
administrábamos en nuestra cotidianeidad era otra, definitivamente.
De ahí en mas ya nada fue lo mismo.
De a poco, cada semilla estelar comenzó a recordar su misión y su origen.
Mi tarea se modificó de ser profesional de ciencia económicas consultora de empresas
internacionales, a vagar por el mundo apoyando el proceso de reestablecer la resonancia original
de las semillas estelares.
Algun tiempo todos los que me rodeaban pensaron que finalmente me había vuelto loca.
Pero otros, comenzaron a sentir que describía sus vidas cuando describía mi vida.
Y se animaron a soltar la estructura para buscar la verdad que se esconde detrás de la repetición
de rituales sin sentido (comer, dormir, trabajar, juntar dinero para las vacaciones, vacacionar una
semana y volver a empezar todo de nuevo).
En ese vagar por el mundo de habla hispana he acompañado procesos de recuerdo de personas
comunes y corrientes que se descubrieron como almas que vienen de Orión, Pleyades, Arcturus,
otras galaxias, otras realidades, y hasta de la luz directamente, entre otros. En misiones tales como:
elevar la vibración, sanar, cambiar la educación, comunicar, observar, informar, traer seguridad o
proteger a lugares y personas, contagiar alegría, transformar el concepto de realidad, cambiar la
concepción del tiempo, y otros.
Lo interesante es que todas ellas, si hacían una regresion a vidas pasadas descubrían que vienen
con un implante de vidas anteriores para entender lo que es vivir en el Planeta Tierra. No importa
cuantos implantes de vidas anteriores trajeran, muy adentro conservan el recuerdo de su HOGAR y
añoran volver a casa, porque saben que no son de acá.

Fue en este proceso individual que luego se convirtió el colectivo, que entendí que no hay nada de
malo en mí. Simplemente no soy de acá.

Gracias a todas las almas que se aventuraron a venir a este paraíso para apoyar el proceso de
recobrar la resonancia original.

Claudia Gonzalez De Vicenzo


claudiagonzalezdevicenzo.org
semillasestelares.com.ar
Buenos Aires – Argentina – Planeta Tierra.

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