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CCONSEJO
onsejo EDITORIAL
José Antonio
AntonioAguilar
editorial
AguilarRivera,
Rivera, Roderic
Roderic Ai Camp,
Ai Camp, Ale-
SOCIEDAD ABIERTA
Alejandra
jandro Anaya, Anaya, Antonio
Antonio Annino,
Annino, ÁlvaroÁlvaro
AragónAragón
Rive-
Rivera,
ra, IsraelIsrael Arroyo,
Arroyo, María María Luisa Barcalett
Luisa Barcalett Pérez, Pérez,
Miguel 17 A LA BÚSQUEDA DE LA ESTÉTICA PERDIDA. SOBRE LA BIENAL
Miguel Carbonell, José Antonio Crespo,
JaimeJorge David
Carbonell,
Cortés
José Antonio
Moreno, Jaime
Crespo,
del Arenal
del Arenal
Fenochio, Rafael DE VENECIA por Mario Perniola
Fenochio, Rafael Estrada Michel, Néstor García
Estrada Michel, Néstor García Canclini, Armando
Canclini, Armando González Torres, Paola Martínez
González Torres, Paola Martínez Hernández, María
Hernández, María de los Ángeles Mascott Sánchez, 19 DANY-ROBERT DUFOUR: “LOS DISPOSITIVOS DE INCITACIÓN
Jean Meyer, Edgar Morales Flores, Leonardo Morli-
- DEL MERCADO LIBERAN AL SUJETO PERVERSO” Entrevista reali-
res, Leonardo
no, José Luis Morlino,
Orozco, José
Juan Luis Orozco,
Pablo JuanBaliño,
Pampillo Pablo zada por Pablo Gaytán Santiago
Pampillo
Mario Baliño,Ugo
Perniola, Mario Perniola,
Pipitone, UgoManuel
Juan Pipitone, Juan
Ramírez
Manuel
Saíz, Ramírez
Víctor Saíz, Xavier
Reynoso, Víctor Rodríguez
Reynoso, Xavier
Ledesma,Ro-
dríguez Ledesma,
Roberto Sánchez, Roberto
Antolín Sánchez,
Sánchez Antolín
Cuervo,Sánchez
Angel
24 SALUD Y ENFERMEDAD. EL CUERPO HUMANO EN LA TEORÍA
Cuervo, Ángel
Sermeño, Sermeño,
Federico Federico
Vázquez Calero,Vázquez Calero,
Silvestre Ville- HUMORAL DE LA MEDICINA por Gerardo Martínez Hernández
gas Revueltas,
Silvestre Danilo
Villegas Zolo. Danilo Zolo.
Revueltas,
31 DEMOCRATIZANDO AL ENEMIGO. OLLANTA HUMALA Y LAS
Coordinador de Debates del presente número:
PERSPECTIVAS POLÍTICAS E INSTITUCIONALES DEL NUEVO GO-
Álvaro
Israel Aragón Rivera
Covarrubias BIERNO EN PERÚ por Jesús Tovar y Ana Cárdenas González de Cosío
diseño, composición y diagramación 40 LA UACM Y LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS por Arturo Santillana Andraca
Manuel Ahuactzin
Marisol Hernández Santamaría
SOCIEDAD Y PATRIMONIO
121 JARDINES DE CINTA CANELA, por Pablo Gaytán Santiago y José
Manuel Valdés
DISYUNCIONES
ENTRE EL HOMBRE Y EL ANIMAL
Adriana Hernández G. *
Mi ala está dispuesta a dar impulso,
“
No se trata aquí, de todos modos, de intentar trazar nuevo las ideas y recibiendo otras a la par, perdiéndo-
los contornos ya no más humanos y ya no más se esa aparente continuidad, lo cual lo hace, al menos
animales de una nueva creación que correría el desde mi punto de vista, mucho más disfrutable. Así,
riesgo de ser tan mitológica como la otra” (Agamben, descomponiendo Lo Abierto, iniciaremos este camino.
-
ria, en el epílogo de misma?, ¿seremos posmodernos, muestra Agamben, se resiste a creer que ese resto que
modernos? Ciertamente aquí no se pretende abordar a
fondo este asunto, pero sí trazar caminos desde el texto lado de las prácticas animales. Y es que si en este res-
de Agamben, de modo que surja una invitación a hacer to queda todo lo que hace al hombre estar contento,
más cuestionamientos al respecto; que abran una posi- es interesante cuestionarnos qué es ese todo del que
bilidad de pensar el mundo tal vez fuera de la dialéctica habla Kojève. Un resto en el que queda el todo de una
hegeliana. Iniciando con un hospitalario “Sí” antes de parte, pero transformado en la animalidad. ¿Podría
la cuestión, retomando a Derrida, aunque esto llevara quedar todo desde una anulación de la acción, después
no necesariamente a una respuesta, pero a un espacio del pasaje a la animalidad? No, por ello ese resto de
abierto -
tica que resiste a la cuestión. Sino “sí” para que una de la Historia, no es tan distante de lo que es redimido
cuestión se plantee, para que una cuestión se dirija a dentro del Paraíso (la vida contemplativa), es decir, las
alguien […] para dirigirles la palabra, incluso si es para “funciones animales” quedan relegadas fuera del Pa-
no decir nada” (Derrida, 1977).
Lo Abierto es un texto que si bien lleva una especie de los beatos, la divina de la salvación deja
de línea, entrelazando casi perfectamente una a una sus
veinte partes, es también un texto que se presenta de
forma un tanto fragmentaria, jugándose, moviéndose, y del Paraíso, es la afectividad, lo humano.
chocando, uniéndose, separándose y encontrándose de Para Bataille es inaceptable este epílogo animaliza-
Psicoanalista.
*
do de la Historia; para él, si bien no podría ser huma-
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DISYUNCIONES ENTRE EL HOMBRE Y EL ANIMAL I DEBATES
no, tampoco animal, tendríamos que hablar de una otra dad de abordar ya no las conjunciones, sino las separa-
forma del hombre, una criatura sin cabeza ¿todavía? ciones, los límites, las marcas que dividen, la disyunción
Fin de la Historia, cese de la acción, regreso a la del hombre y el animal en el hombre mismo. De las pala-
animalidad. Sin embargo, Kojève, después de su via-
je a Japón, pareciera reconciliarse con la idea de que
el hombre existe históricamente sólo en la tensión dia- En nuestra cultura, el hombre ha sido siempre pensado como la arti-
léctica que separa al hombre del animal, por lo que el culación y la conjunción de un cuerpo y de un alma, de un viviente
y de un lógos, de un elemento natural (o animal) y de un elemento
hombre, para Kojève, en la época poshistórica tendrá sobrenatural, social o divino. Tenemos que aprender, en cambio, a
forma humana mientras existan animales de la especie pensar el hombre como lo que resulta de la desconexión de estos
Homo Sapiens que sostengan, que soporten lo huma- dos elementos y no investigar el misterio metafísico de la conjun-
no en el hombre, pero, “[…] puede ser humano, sólo ción, sino el misterio práctico y político de la separación. ¿Qué es el
en la medida en que trascienda y transforme el animal hombre, si siempre es el lugar –y, al mismo tiempo el resultado- de
divisiones y cesuras incesantes? Trabajar sobre estas divisiones, pre-
antropóforo que lo sostiene, sólo porque a través de la
guntarse de qué modo –en el hombre– el hombre ha sido separado
acción negadora, es capaz de dominar y, eventualmente del no-hombre y el animal de lo humano, es más urgente que tomar
posición acerca de las grandes cuestiones, acerca de los denomina-
Entonces, ¿qué resto queda ahora?, ¿cómo es el epílogo
desde este lugar que muestra Kojève?, ¿será más cerca-
no a la criatura acéfala de la que nos habla Bataille? De- Hablar desde la desconexión, desde la separación,
permite tomar distancia de la maquinaria que genera
una especie de inmunidad del hombre, sostenida en la lo humano desde una dialéctica de inclusión-exclusión.
negación de su animalidad (trascender y transformar el Por lo tanto, abrir el espacio para una nueva concepción
animal que lo sostiene), y así también de la vida, cor- del mundo y del hombre, ya que el límite entre lo hu-
tando toda potencia de la actualidad, de la acción, pero mano y lo animal está justo al interior del mismo hom-
-
espacio de lo político desde aquí? Regresaremos a esta rior párrafo, me parece esencial, ya que es claramente
cuestión constantemente, de manera un tanto velada, su postura política frente a su propia teorización, pero
como lo hace Agamben a lo largo de su libro. es también una invitación a replantear, desde un otro
Agamben marca irremediablemente aquello que Ko- lugar, lo importante de la “actualidad”.1 En efecto, es
jève no advirtió (al privilegiar la negación y la muerte), mucho más importante situar el análisis desde la sepa-
la vuelta al cuerpo, el hecho de que en la modernidad el ración que desde la conjunción cuerpo-alma, viviente-
hombre está mirando su animalidad, está ocupándose lógos, etcétera, para que de esta forma no nos situemos
de su vida animal, cuestión que es abordada en Fou- en los discursos vacíos de los valores y los derechos
cault desde el biopoder (el Estado moderno a partir del humanos y así se abra la escucha hacia otro lado. Pare-
siglo XVII comienza a incluir entre sus tareas esencia- ciera que Agamben estuviera alertando de aquello que
les el cuidado de la vida de la población, como patri- posiblemente se está “dejando pasar”, aquello olvida-
monio biológico de la misma). Pareciera que este no do… que sólo podremos observar desde la disyunción.
advertir la vuelta al cuerpo, posibilita a Kojève seguir ¿Qué es esto que se deja de lado si no se pone aten-
sosteniendo una dialéctica moribunda, en la no acción. ción en la desconexión, en la disyunción? Agamben
De esta manera, no le será posible ver lo que Agamben
los dos términos colapsan uno contra el otro –como
parece conservar alguna seriedad es la ‘gestión inte- parece suceder hoy–, también la diferencia entre el ser
gral’ de la vida biológica, es decir de la propia anima- y la nada, lo lícito y lo ilícito, lo divino y lo demoniaco
disminuye y, en su lugar, aparece algo para lo que has-
esta mirada en el cuerpo, en la animalidad del hombre?
De esta forma, pareciera que esta tensión dialéctica 49). Una violencia total (totalitaria), tal vez podríamos
pensar que surge algo del campo de lo ominoso.2
1
Actualidad, entendiéndola también como potencia, posibilidad, como acción.
LA DISYUNCIÓN 2
79
DEBATES I ADRIANA HERNáNDEZ G.
80
DISYUNCIONES ENTRE EL HOMBRE Y EL ANIMAL I DEBATES
en el que todos los animales tienen un lugar, ordenados Heidegger encuentra en el aburrimiento profundo
jerárquicamente dentro del mismo. Él, por el contrario, el operador metafísico de la antropogénesis en el ser
- devenir Dasein del viviente hombre. Para él, el abu-
ceptivos, todos conectados entre sí, pero en una no co- rrimiento es el ser tenido en suspenso, abandonado en
municación que los hace recíprocamente excluyentes, el vacío de golpe, ya que las cosas no tienen nada que
por lo que todo acercamiento al ambiente animal es un ofrecer, y sin embargo no podemos librarnos de ellas.
Este estar enclavado en lo que aburre, presenta las po-
80). Para Uexküll, existe un espacio objetivo en el que sibilidades que yacen inactivas. El aburrimiento pro-
se mueve un viviente (Umgebung) y una Umwelt, el fundo sería para él eso que une y separa la pobreza del
ambiente constituido por marcas, a las que denomina mundo animal, del mundo del hombre. “El Dasein es
- simplemente un animal que ha aprendido a aburrirse,
teresan al animal, relacionándose con ellas, para actuar se ha despertado del propio aturdimiento y al propio
en su ambiente, sin entrar en relación con el objeto. aturdimiento. Este despertarse del viviente a su propio
Heidegger, retomando a algunos investigadores de ser aturdido, este abrirse, angustioso y decidido, a un
la biología y la zoología, principalmente a Uexküll,
por supuesto, habla de la pobreza de mundo del ani- De esta manera, para Heidegger el hombre es en la
apertura a la clausura de la animalidad y es esto lo que
pobre de mundo y el hombre es formador de mundo. permite la existencia de la polis y de la política. Pero
La pobreza de mundo del animal se muestra en su im- Agamben da cuenta de la contradicción a la que llega
posibilidad de hacer relación con el objeto, más que -
- tenida sino a través de la suspensión de la animalidad
nomina desinhibidores. La forma en que se relaciona y debe por lo tanto mantenerse abierta a la clausura de
con el desinhibidor es a través del aturdimiento, y así, ésta, ¿en qué sentido el intento heideggeriano de captar
absorbido por éste, el animal es capaz sólo de compor- “la esencia existente del hombre” escapa al primado
tarse, es decir, no puede percibir algo en tanto algo. Lo metafísico de la animalitas
que se muestra por un lado, es la práctica instintiva del Se abre aquí la cuestión de la polis, de la comuni-
animal, pero también que el estatuto ontológico del dad, de la política. Agamben retoma a Hegel, a través
ambiente animal está abierto, pero no accesible (no se de Kojève, para pensar que si el hombre ha alcanzado
le revela el ente del ambiente, ni de sí mismo). ya su télos
Heidegger coloca su concepto de lo abierto desde la despolitización de las sociedades humanas, o bien
la alétheia la asunción de la vida biológica como tarea política,
Para él, el animal está abierto en un no develamiento, a la vida natural y su bienestar como la última tarea
través del aturdimiento en el desinhibidor, aturdimien- histórica de la humanidad, un entonces, último e im-
to que se presenta como una intensa apertura cerrada en
la opacidad. Esta intensa apertura cerrada en el no de- esto sucede así, y ya vimos que la modernidad tiende
velamiento, este aturdimiento es lo que Heidegger une ahora a ocuparse del cuerpo (de la propia animalidad),
con el hombre en el aburrimiento profundo, es decir, el siguiendo a Heidegger el ser hace de su propio ser su
hombre en el aburrimiento toca lo cerrado del animal. desinhibidor, olvidando su humanitas, es decir, ca-
yendo en una animalización integral del hombre.
mundo humano los que deban ser presupuestos, para Desde aquí puede entenderse la breve, no velada,
luego alcanzar por vía de una sustracción –median- aunque muy fuerte crítica que hace Agamben al psi-
te una observación destructiva– lo animal; quizá sea coanálisis (y a Nietzsche), colocándolo en el olvido
del ser, en la animalización integral del hombre, y por
esencial entre develamiento y velamiento –sólo puede
ser alcanzada por una operación efectuada sobre lo no
abierto del mundo animal. Y el lugar de esta opera- Tanto en Nietzsche como en Rilke está actuando aquel olvido del
ción –en la cual la apertura humana en un mundo y la ser “que está en la base del biologicismo del siglo XIX y del psi-
coanálisis”, cuya consecuencia última es una “monstruosa antro-
apertura animal al desinhibidor parecen por un instante
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DEBATES I ADRIANA HERNáNDEZ G.
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DISYUNCIONES ENTRE EL HOMBRE Y EL ANIMAL I DEBATES
trata de gobernarla y tomarla a su cargo a través de la tivo que Agamben hago uso de una obra, para hablar
técnica; b) el hombre, el pastor del ser, se apropia de de la sin obra, del otium, aparentemente contradicto-
su propia latencia, de su propia animalidad, que no rio, Agamben muestra de forma aporética, a través de
permanece escondida ni se hace objeto de dominio, Tiziano, lo abierto como inoperante en la humanidad.
sino que es pensada como tal, como puro abandono” Los amantes en la pintura de Tiziano han perdido su
misterio, ¿qué misterio es éste?, ¿qué surge más allá de lo
Tal vez, desde el estar abierto no a una nada, sino humano y lo animal después de esta pérdida? Esta pérdi-
a otro (siguiendo a Levinas), tal vez también en un da, que como mencioné anteriormente deja sólo la huella
responsabilizarse de la propia animalidad, del cuer- de una melancolía, un duelo imposible, ante la pérdida
- de un sin objeto. Pareciera entonces que no se ha supe-
rado la melancolía tan característica de la modernidad.
apertura de un nuevo inicio. Para concluir, Agamben regresa a la separación, la
disyunción, y el hueco que se abre en ella. Como inicié este
DEL PAPEL DEL ARTE
Para Benjamin, el arte funda la historicidad, aún
cuando lo coloca del lado de la Naturaleza, junto con sino mostrar ese hueco, ese vacío en el cual hay un miste-
las ideas, en la “noche salva”. Para Benjamin la natu- rio, que en la ignorancia permita permanecer en el fuera del
raleza es un mundo de clausura y de la noche; la his-
toria, en cambio es la esfera de la revelación. El hom-
bre, que es también naturaleza, se encuentra en una En nuestra cultura, el hombre –lo hemos visto– ha sido siempre
constante tensión entre ambos. La tensión en su ser el resultado de una división, y, a la vez de una articulación de
lo animal y lo humano, en la cual uno de los dos términos de
(también parte naturaleza), la tensión de esta relación, la operación era también lo que estaba en juego. Volver inope-
- rante la máquina que gobierna nuestra concepción del hombre
da como el dominio de la relación entre naturaleza y
humanidad, en un estado de suspensión de la máquina
antropológica y en una no coincidencia, abriendo este hiato que separa –en el hombre– el hombre y el animal, arries-
shabbat tanto
espacio (en el que insiste Agamben), un “entre”, del
que surgiera algo que ya no es animal y ya no es hom-
bre y que “se sostiene en la relación dominada, en la
REFERENCIAS
La naturaleza entonces es el mundo de la clausura Agamben, G. (2002), -
y la noche, mantiene también un misterio. Este miste- mal, Buenos Aires, Adriana Hidalgo.
rio que aparece no resuelto, ni develado, pero alivia al Benjamin, W. (2008) “Sobre el concepto de la histo-
hombre del misterio mismo, en la satisfacción sexual. ria”, en W. Benjamin, Obras, libro 1, vol. 2, Ma-
Agamben, en la penúltima parte de su libro, mues- drid, Abada editores.
tra de una forma exquisita, a través de la obra de Tizia- Benjamin, W. (2008), “El concepto de crítica de arte
no La Ninfa y el pastor, este develamiento del misterio en el romanticismo alemán”, en W. Benjamin,
entre dos amantes (que no son por eso menos impene- Obras, libro 1, vol. 1, Madrid, Abada editores.
trables), colocándolos en una vida nueva, ni animal ni De Gaulejac, V. (2002), “Lo irreductible social y lo irreduc-
humana. “Desnudos o vestidos, ya no están ni vela- tible psíquico”, , diciembre.
dos ni develados sino más bien inaparentes […] En la Derrida, J. (1977), “Decir el acontecimiento ¿es posi-
satisfacción los amantes que han perdido su misterio, ble?”, Montreal, Centro Canadiense de Arquitectura.
contemplan una naturaleza humana que permanece Esposito, R. (2005), -
desou- ción de la vida, Buenos Aires, Amorrortu.
vremet -
C. Fernández y M. L. Tavera (coords.), -
Este ocio, este sin obra que aparece en la naturaleza , México, Univer-
humana, llama la historicidad y así, a una obra, a un sidad Nacional Autónoma de México-Facultad de
actuar, a una postura política. Resulta del todo llama- Estudios Superiores Iztacala.
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