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INDICE ......................................................................................................................................... 2
ALTERACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE ERUPCIÓN ................................................. 3
DIENTES NATALES O NEONATALES ............................................................................. 3
ALGUNAS ANOMALÍAS EN LOS RECIÉN NACIDOS ...................................................... 8
Nódulos de Bohn, perlas de Epstein, y quistes de la lámina dentaría. ................. 8
EPULIS CONGENITO DEL RECIEN NACIDO ............................................................... 10
ALTERACIONES EN LA CRONOLOGÍA DE ERUPCIÓN
En el caso de optar por la primera opción, fas padres deberán ser informados
sobre la importancia de mantenerlos debido al hecho de pertenecer a la serie
normal. También deberán ser orientados sobre la importancia de mantener un
control de placa bacteriana mediante la higienización y sobre aplicaciones
tópicas de flúor profesionales Usualmente utilizamos barniz fluoretado, debido a
la facilidad de aplicación, pero esto no significa que no pueda ser usado otro
método alternativo de aplicación tópica profesional.
Estos dientes a veces necesitan de desgaste de los bordes incisales, ya que con
relativa frecuencia son observadas úlceras en la región ventral de la lengua del
bebé, lo que dificultará su alimentación y la volverá más irritable. Esta úlcera es
causada por la posición interiorizada de la lengua, durante la succión (biberón,
chupón o lactancia materna) y por la presión ejercida sobre el diente,
específicamente sobre el borde irregular de éste (flor de lis). Laceraciones en el
seno materno también han sido relatados como una complicación más causada
por este(os) diente(s), pero en muchos casos después del desgaste de los
bordes incisales, han sido solucionados.
Pero según Jogerson, esta clasificación citada por Fromm no es totalmente clara,
ya que las glándulas mucosas sobre las superficies vestibulares y linguales del
reborde son raras. Además, de eso no existen evidencias microscópicas
convincentes que establezcan el origen mucoso de los quites. Por lo tanto, una
terminología que no cree controversia y confusión sería interesante,
especialmente para los clínicos, ya que todas estas variaciones de términos sólo
traen dudas, siendo necesaria una evaluación hidrológica para aclararla. Así,
pueden ser encontrados estudios recientes de las décadas de 1980 y 1990 que
consideran los quistes como microqueratoquistes y los clasifican según su
localización: en quistes palatinos y alveolares. Estos autores consideraron
también que aquellos localizados en los rebordes alveolares son remanentes de
la lámina dentaría y los encontrados en el rafe medio son remanentes epiteliales.
Los autores también afirman que los quistes palatinos están restrictos al periodo
fetal, pero los quistes alveolares pueden continuar apareciendo después del
parto. Con relación a su prevalencia, Fromm relato que el 75,9% de los bebés
examinados presentan algún tipo de quistes de inclusión y que por lo tanto su
prevalencia estaba lejos de ser considerada rara. El autor relata también que su
frecuencia es menor en niños negros que en caucásicos siendo equivalente a 62
y 76, 8% respectivamente no fueron observados preferencias con relación a su
aparición en bebés de sexo masculino o femenino.
Fried et al relataron 58 % de quistes en la región paladar y 25 % en la región
alveolar. en el estudio desarrollado por por flick fue encontrada una prevalencia
de 74, 9 % de quistes en la mucosa bucal, siendo que el 68,4% se presentaron
en el paladar y 22% en el reborde alveolar.
al ser evaluada en el Brasil la presencia de quistes en la mucosa bucal se
observó que el 41,4 % de los niños lo presentaron siendo los quistes alveolares
los más frecuentes encontrados 25, 5% teniendo la superficie vestibular del
maxilar como lugar preferencial para localizar su presencia fue generalmente
múltiple variando de 2 a 5 quistes alveolares, en un único niño.
Con relación a los quistes
palatinos las autoras observaron
que no fueron encontrados en la
región de la premaxila lo que sería
explicado por el hecho de esta ser
la primera porción del paladar en
fusionarse y por lo tanto al
nacimiento los quistes formado en
esta área ya podrían haber
degenerado.
su localización más frecuente fue en la unión entre el paladar duro y blando y en
el rafe medio y sólo 12, 9% de los bebés evaluados los presentaron existiendo
divergencia con los hallazgos de la literatura que consideran su instalación más
frecuente que la de los quistes alveolares.
Probablemente esta diferencia está en parte relacionada al hecho que la muestra
sea pequeña 71 niños pero también los factores étnicos pueden estar
involucrados, por existir evidencias de una prevalencia menor de quistes
palatinos en niños negros y una prevalencia de 2,5 veces mayor en niños blancos
o caucásicos.
En este aspecto es importante resaltar que la mayoría de niños examinados en
lo referido al estudio eran negros o mestizos.
Con relación a la conducta que se debe ser adoptada por el odontopediatra
podríamos resaltar que en general los quistes palatinos o alveolares no necesitan
tratamiento específico por no existir un aumento de tamaño de estos y porque
por lo general se desprende espontáneamente pocas semanas después.
A pesar de ello es importante que los profesionales conozca estas
manifestaciones en los recién nacidos con el propósito de aclarar y tranquilizar
a los padres así como de mantener el acompañamiento del caso.