You are on page 1of 2

¡Quiero dejar de sufrir!

Durante los últimos días camino al colegio se detenía en aquel puente y me


preguntaba: ¿si me arrojo desde aquí crees que me muera?, enojada por su broma
siempre le respondía: ¡vamos que se hace tarde! Sonaba el timbre y ya no la
encontraba en la salida, apresurada corría para poder alcanzarla y siempre la
encontraba en ese puente, ¿Qué tenia de especial aquel lugar? ¿Por qué cada
mañana me hacía la misma pegunta? ¿Qué estaba pasando? Me acerque para
preguntar, pero ni siquiera sintió mi presencia, estaba tan inmersa en su
pensamiento mirando fijamente el movimiento de los autos que pasaban debajo de
ella, giro y se marchó a casa ¡ya no tiene sentido! Dijo con un suspiro muy apagado,
ya no tiene sentido ¿qué? Repetí, pero no hubo respuesta.

Nuevamente pase por ella a casa y esta vez no se detuvo en ese lugar, se dirigió
directamente al colegio, durante el receso estaba sola, algunos compañeros la
molestaban, pensaba que era normal, muchas veces decía que no se sentía
cómoda aquí, que no encajaba en ningún lugar, pero no la escuchaba totalmente,
me dedicaba a mis actividades y muchas veces la deje sola. Mientras caminaba por
el pasillo escuche cuando dijo ¡basta, estoy harta de ustedes, de todos! Tomo sus
cosas y grito con un nudo en la garganta ¡fue la última vez! Y salió del colegio, trate
de detenerla, pero fue imposible. Tenía que correr tras ella no estaba bien,
necesitaba saber que pasaba, algo no estaba bien.

Más tarde salí del colegio, cuadras antes había escuchado la sirena de una
ambulancia que me rebasaba, apresuré el paso, más adelante había personas
observando ¡era tan joven! ¿Por qué lo habrá hecho? Fue lo que escuchaba
mientras me acercaba a ese lugar a ese puente. Corrí, traté de meterme entre la
gente, poco pude reconocerla pues el daño ha sido brutal, pero, era mi amiga dije
con lágrimas en los ojos mientras el forense subía el cierre de la bolsa.
Suicidios en aumento, segunda causa de muerte entre los jóvenes.

El suicidio es un fenómeno que se ha estudiado en diferentes países del mundo


desde distintos puntos de vista involucrando los cambios sociales, culturales,
económicos y tecnológicos decretando este fenómeno como un problema muy
grave a tratar, de esta manera podemos ubicar a los altos índices de suicidio y que
cada vez son más alarmantes.

Según Emilio Durkheim “Se llama suicidio a todo caso de muerte que resulta directa
o indirectamente de un acto positivo o negativo, cumplido por la víctima misma, que
sabía debía producir ese resultado”, la persona lleva a cabo un atentado contra la
propia vida ante experiencias relacionadas con conflictos, desastres, violencia,
abusos, pérdidas y sensación de aislamiento.
La Organización Mundial de Salud (OMS) estima que alrededor de 800 000
personas cometen suicidio cada año: esto equivale a una muerte cada 40 segundos
por esta causa. En México, el fenómeno ha tenido un crecimiento alarmante durante
las últimas décadas, en especial entre los adolescentes. Este fenómeno se está
colocando entre los jóvenes de edades correspondientes de 15 a 29 años
declarándose ya como la segunda causa de muerte, solo por debajo de los
accidentes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Anego)
en México, en 2016, se detectaron más de 6.285 suicidios lo que representa 5,2
muertes por cada 100.000.

“Los factores de riesgo suicida pueden estar presentes en los adolescentes, lo cual
los hace una población vulnerable; sin embargo, el desarrollo de mecanismos de
protección permite disminuirlos”, señala Norma Coffin. Esto se logra ofreciéndoles
oportunidades reales de crecimiento personal en las áreas laboral y educativa, y
para un uso adecuado del tiempo libre, así como herramientas para la adquisición
de habilidades sociales.

Existen varios mitos sobre el suicidio en los jovenes, que se pueden considerar
como señales de alerta sobre este insidente:uno de los mitos existentes sobre las
personas que hablan de suicidarse, y aquellos que realmente lo intentan, es que se
trata simplemente de una llamada de atención o de una petición de ayuda. Los niños
que hablan o escriben acerca de matarse no son tomados en serio y se les
considera excesivamente melodramáticos: ¡obviamente no lo dicen en serio! Pero
no debemos nunca ignorar una amenaza de suicidio, incluso cuando provenga de
una niña que ha amenazado con suicidarse ya tantas veces que estamos tentados
a dejar de tomarla en serio. Es importante responder seria y cuidadosamente a
dichas amenazas y a otras señales de advertencia. Estas no significan que un niño
vaya a intentar suicidarse. Pero es una posibilidad que no se puede descartar.

Fuentes:

You might also like