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por M. At-Al
Para la gran mayoría de las personas del mundo moderno, el universo está formado solo
por aquello que puede ser percibido por los sentidos, y por aquellos elementos, que aun
invisibles o inaprensibles de forma directa, pueden ser investigados por los métodos e
instrumentos de la ciencia.
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técnica. Se trata de un arte que nos renueva, porque con la meditación podemos
profundizar en el conocimiento y la experiencia de nuestra propia realidad interna. La
técnica variará de persona a persona y de escuela oculta a escuela oculta. Todos
meditan de forma diferente, porque lo único importante es que deben meditar. La
meditación es el arte de la renovación de uno mismo.
Sin embargo, antes de penetrar en dichas técnicas, vamos a aportar algunas claves que
harán posible que la meditación e investigación oculta sean fructíferas y estén
debidamente orientadas. De esta forma, el secreto básico que abrimos a nuestros
estudiantes para que puedan iniciar su investigación oculta es que el univer so es interno
y externo al mismo tiempo. Este es un conocimiento que solo se realiza --esto es, se
actualiza, se hace vivo-- en forma de iniciación, y que poco a poco va calando en la
forma de ser del iniciado, hasta producir una completa renovación, que da muerte al
hombre viejo y alumbra al Dios Interior.
Todo lo que vemos a nuestro alrededor, lo cual constituye el llamado mundo objetivo,
decimos que está FUERA. Este mundo se nos presenta sólido y estable y toda
incertidumbre parece venir de uno mismo, pues parece que nos movemos nosotros y
sentimos que hemos nacido, crecido, envejecido y que moriremos, mientras que el mundo
que nos rodea es más estable y más duradero, ya que solo cambia en detalles y seguirá
existiendo después de nuestra muerte. De esta forma, pensamos que estamos
cambiando y moviéndonos más rápidamente que el mundo físico que nos rodea. Sin
embargo, para los Maestros, ese mismo mundo está realmente DENTRO del Todo y por
lo tanto dentro de nosotros mismos, y así comprendemos a los grandes iniciados de la
antigüedad cuando dijeron que todo lo que existe no es otra cosa que el pensamiento de
Dios. Esta doctrina del exterior que es interior ha sido enseñada desde la creación del
mundo por los Maestros a los iniciados y es por eso por lo que se te está enseñando
ahora.
De esta forma, para poder comprender el mundo que nos rodea debemos recordar que la
naturaleza humana es el elemento interno del universo, es el misterio que hace que el
lema de todo ocultista sea el que desde los templos de la antigüedad nos dice: "Hombre,
conócete a ti mismo". Esto se consigue pensando profundamente, meditando y probando
al propio yo interno. Este es el campo en el que hay que explorar, porque para poder
explicar qué es el universo, hay que explicar primero qué es el último Yo Soy de la
existencia individual de cada ser humano, que es asimismo el Yo Soy de la existencia de
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todas las cosas externas. De esta forma, dentro de nosotros está la clave de nuestro
conocimiento de lo que está fuera.
Podemos obtener una mayor penetración sobre lo que estamos diciendo cuando
observamos que cada sensación que tenemos posee el elemento de lo misterioso. Así
nos ocurre con la contemplación de un color, pues en un momento sentiremos que nos
separamos del cuerpo, pareciendo existir un acto de experimentación del color, y esto es
lo mismo para cualquier cosa, aunque a priori nos parezca extraña o lejana. De esta
forma desarrollamos el sentido de lo exterior que es interior. Este es un método de
expansión de la consciencia común a las enseñanzas orientales y occidentales. Este
simple ejercicio, bien desarrollado, nos capacitará para recibir la experiencia mística
elemental, pues la identificación con la sensación nos capacita para alcanzar las
verdades internas que enseñan que vivimos en medio de un mundo espiritual que es la
verdadera esencia de los místico.
Por eso debemos tomar consciencia de que no estamos separados del reino de la luz y
que cada una de nuestras experiencias está relacionada con el mundo espiritual, que es
mucho más real que cualquier cosa del mundo visible o material. Pero no podremos
llegar a ver esa luz espiritual divina y eterna en el mundo que nos rodea hasta que
realicemos la iniciación. Solo entonces podremos ver la realidad espiritual que existe
dentro de las impresiones que nos aportan nuestros sentidos desde el mundo exterior y
llegaremos a ser una sola cosa con la Consciencia del Todo. La vida debe ser una
investigación continua de la esencia íntima de nuestro ser y de todas las demás cosas.
Teniendo en cuenta la naturaleza espiritual oculta del universo, nuestro mundo interno no
es demasiado diferente del mundo que nos rodea, salvo por lo limitado de las
posibilidades de este último, y por ello dicho mundo interno está lleno de magia y cuando
se trabaja con él, podemos dirigir las fuerzas internas y focalizarlas a voluntad en
dirección externa. Esta vitalidad del mundo interior es importantísima para el iniciado.
Hemos de buscar en nuestro interior la armonía espiritual que no existe en el mundo
exterior, porque en éste último abunda hoy en día la disarmonía y el caos que el hombre
ha creado. La realidad interna tiene el germen del equilibrio que nos facilitará la
liberación de esa disarmonía exterior.
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Aun hay una cosa más que debemos tratar antes de penetrar más profundamente en el
mundo de la meditación, y es que el ocultismo debe ser considerado como una ciencia y
un arte a la vez. Si nos limitamos al conocimiento mental y racional de las cosas, no
avanzaremos en el sendero oculto, aunque leamos muchos libros y tengamos una buena
formación sobre la historia oculta y sus distintos sistemas. Esto no es suficiente, y por sí
solo representa una pérdida de tiempo. El ocultista debe aplicar a su propia vida todo lo
que aprende en el terreno teórico, y esta adaptación de las enseñanzas a la vida diaria y
ordinaria, es el arte a que nos referimos. Cada ocultista hace de su vida una obra de arte
precisamente por la forma en que incorpora su conocimiento a su existencia. La
realización de esta obra de arte debe ser el objetivo de la vida de cada iniciado, donde el
conocimiento y la destreza se desarrollan armoniosamente y con la misma intensi dad.
Este procedimiento debe extenderse a toda la vida, y aunque el iniciado llegue a ser un
Maestro estará sujeto a la misma ley oculta, pues siempre habrá nuevas áreas de
exploración y la consiguiente necesidad de incorporar en la propia vida los nuevos
conocimientos. De esta forma lo real y lo ideal se van uniendo cada vez más en la propia
vida del ocultista, en su constante proceso de profundización en la vida real y espiritual
que es la existencia y el universo.
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diaria, permitiendo que el individuo llegue a ser un medium de expresión, o templo de
manifestación, para los Espíritus y Dioses que habitan las regiones superiores y más
espirituales de nuestra mente, los cuales forman la ley universal del ser. Así, definimos
este mediumnismo espiritual como: EL SENDERO DORADO DE HACERSE UNO CON
LO ABSOLUTO, DE HACERSE UNO CON EL UNO.
Así, a través de la comunión con esta luz, podemos elevarnos hacia los niveles
superiores de existencia metafísica conocidos por los filósofos más sabios, y unir nuestro
ser con lo más alto, y ser lo más alto para siempre. Esta es la transformación metafísica
que nos aguarda en el mundo interno de la meditación.
Este tipo de meditación no necesita ningún ambiente especial, así como tampoco objetos
externos que sirvan de desencadenantes de la meditación. Esto es debido a que la
fuente de la meditación está dentro de la propia mente. Solo se necesita una actitud
relajada y la posibilidad de no ser distraído demasiado frecuentemente. Solamente es
necesario que uno se sienta cómodo en un ambiente confortable y desplazar el foco de la
mente desde el mundo externo hacia la visión interna de la mente. Mediante la
meditación interna, el iniciado puede encontrar su propia creatividad e intuición espiritual.
Ambas se manifiestan en forma de luz (iluminación) y es precisamente esta luz, la que le
hace profundizar cada vez más en la meditación para llegar al final a la realidad interna.
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demasiado devocional y basado en alguna fuerza externa a la mente, tal como materiales
sagrados u objetos de ritual, y así la simplicidad se pierde y rápidamente se introduce
una complejidad extraña y generalmente desmoralizante en la mente del estudiante. En
la O.T.O.A. cubrimos este posible desánimo presentando una técnica sencilla, pues no
decimos que sea necesario adoptar posturas o desarrollar métodos de concentración,
respiración o similares, ni practicar en lugares específicos, o escenarios preparados de
antemano, pues la meditación puede llegar a realizarse mientras se está paseando,
trabajando, o haciendo algo activamente que no requiera una completa atención, sino
solo una supervisión mental relajada. Nuestro método es diferente, y su cualidad está en
que parte de la esencia misma, que es que la mente en toda su complejidad sistemática
puede ser entendida por medio de un método simple y claro de autoconocimiento. Lo
primero es querer conocer la propia mente de uno, de la misma forma que conocemos
otros aspectos de la yoidad, tales como nuestros cuerpos físicos o nuestros sentimientos.
Esto es lo importante, puesto que ya portamos de forma natural los elementos necesarios
para realizar la meditación, porque tener mente significa que en ese preciso momento la
persona puede meditar, y meditar es pensar y ser consciente de lo que se hace para un
propósito específico. De aquí que no sea importante usar cualquier otro método para
llegar a la esencia de la meditación, porque YA ESTAMOS ALLI. Esto es lo esencial y lo
más importante. De esta forma ponemos al descubierto el método básico de meditación
de la siguiente forma:
Por lo tanto, meditar simplemente significa entrar en la acción de la mente a través del
pensamiento puro, es decir, el pensamiento que es básico solo para la mente y no está
relacionado con el desplazamiento del foco de atención hacia algo externo. A medida que
el iniciado entra más y más en el mundo de las ideas puras y del pensamiento puro,
podemos decir que la germinación de la mente a través de la meditación se está
produciendo. Mientras la mente está en meditación profunda es posible comprender
muchas verdades del universo, y cuando el iniciado está completamente imbuido del
estado de meditación llega a un nivel de participación y visión al que llamamos
contemplación.
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que es una experiencia total, son los aspectos gemelos de la misma realidad común a
todos los seres. Por esta razón, no estamos enseñando como meditar apropiadamente, lo
cual es asunto de cada uno, porque cada persona es única en su propio valor y tiene su
propio método de meditación, que debe descubrir, si es que aún no lo ha hecho. Lo que
sí decimos es que el gozo espiritual completo y profundamente satisfactorio puede ser
nuestro como resultado de este símple método de volverse hacia lo interior.
Ha habido y aún hay, corrientes de pensamiento que consideran que el plano espiritual
está totalmente separado del mundo material, y que ambos son incompatibles. Esto es
totalmente incierto y se trata solamente de un desarrollo doctrinal que partió del
Maniqueismo, reliquia de la lucha entre la luz y la oscuridad del Mazdeismo. En realidad
no hay conflicto entre espíritu y materia, porque es a través de ésta, es decir, de la propia
manifestación existencial, la única forma en la que el hombre puede acceder al mundo
espiritual. En realidad los objetos materiales no están separados de sus esencias
espirituales, de las que no son más que aspectos. Estos objetos son en realidad ideas en
la mente del alma del mundo que toman forma cuando son percibidas. El hombre elabora
un mundo irreal al separar en su mente las formas percibidas y las esencias espirituales
que contienen.
El mundo espiritual es real y la fuente de toda la existencia. Para hacer contacto con esa
fuente de poder, solo hay que entrar en estado de meditación y ejercitar silenciosamente
el poder que tiene la mente para pensar sobre sí misma. Se desarrolla de esta forma el
mediumnismo espiritual, que es la posibilidad de experimentar dicho mundo. De esta
forma es como uno se hace cada vez más consciente de las dimensiones que hay dentro
de la mente. Es así como los poderes del mundo espiritual nos dan a conocer lo que
realmente sucede en el mundo de la mente.
Hay dos tipos de Maestros, los Maestros externos que habiendo experimentado ellos
mismos la iluminación, nos dirigen y aconsejan desde fuera para que nosotros podamos
realizar también nuestra meta, y el Maestro Interior que es exclusivamente nuestro y de
naturaleza transcendente y que se manifiesta en forma radiante a aquellos que han
llegado a conectar con la Luz y el Sonido que emanan del Logos mismo.
Solo aquel que nos enseña a buscar dentro de nosotros mismos y no fuera es un Maestro
verdadero. Solo aquel que nos enseña a escuchar nuestra propia Voz interior y no la
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suya, es un verdadero Maestro. Un Maestro verdadero sabe que todos los Maestros son
en realidad manifestaciones del Logos mismo, de la propia divinidad y que también el
discípulo que está en camino de llegar a ser un Maestro lleva dentro de sí esa misma
transcendencia.
Los Maestros tienen armonía interna y son capaces de transferir este poder a los que la
buscan. Cada hombre tiene un Maestro Interior a la puerta de su mundo interno, que
dirigirá y facilitará la exploración de dicho mundo, por ello es importantísimo invocarlo y
hasta llegar a evocarlo, es decir, hacerlo visible en uno mismo, porque solo a través de la
unión con el Maestro Interior se alcanza la realización de Dios.
Si penetramos por esa puerta interior, nos damos cuenta que todo lo que hemos dicho
anteriormente es cierto. No se requiere un método especial para penetrar por esa puerta,
porque es un proceso natural de la consciencia. El secreto no es más que hacerlo y por
supuesto, adecuadamente, lo cual significa que debemos desarrollar nuestro gusto
interno en tales asuntos, para que nuestra cultura oculta y esotérica se vaya haciendo
cada vez más refinada. De esta forma, meditar es nuevamente un ejercicio de arte, y
nunca una obligación tediosa.
Una vez atravesada la puerta hacia su propio interior, el inicia do puede usar su mente
intuitiva para explorar esos mundos internos que no tienen en realidad ninguna limitación.
Esos mundos no tienen una configuración rígida y pueden ser explorados por la mente,
deslizándose por ellos de una forma potencialmente ilimitada. De la misma forma que
para poder vivir aspiramos el aire del mundo externo, para poder mantener nuestra
vitalidad interna debemos aspirarla del mundo interno. Todo el mundo sabe cuando
necesita comer, o dormir para reponer las energías y funcionar adecuadamente en el
mundo físico, y de la misma forma, nuestros estudiantes deben percibir en ciertos
momentos del día la necesidad de meditar para reponer sus energías mágicas y místicas.
La mente intuitiva es dirigida en los mundos internos desde dentro de esos mismos
mundos. Es precisamente el foco luminoso que yace en el interior de esos mundos, el
Maestro Interior, el que nos guía por los senderos internos de lo invisible, produ ciendo lo
que se denomina "imaginación transcendental." Esta "imaginación transcendental"
proporciona imágenes, ideas o percepciones claras que nos van mostrando el camino
para obtener la revelación, y es la verdadera facultad de todo trabajo oculto, mágico y
psíquico de un carácter esotérico. Es imposible hacer algo espiritual sin el desarrollo de
este poder, que es una región de consciencia y experiencia que excede por completo a
cualquiera de las formas de consciencia existentes, y esto es debido a que no pertenece
a nosotros, sino al Maestro Interno. La imaginación transcendental nos permite conocer
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la topología del mundo interno, configurada por las múltiples expresiones de la
consciencia y enseñanza del Maestro Interno, o infinidad de mundos.
El poder mágico procede del mundo interior, y se conecta con nuestra mente y forma un
sistema de ideas que es la base de nuestra acción. Los significados que aporta la
imaginación transcendental proceden del mundo interior, y en la meditación se pone en
acción dicha imaginación cuando nuestra consciencia penetra en el mundo interno. Las
acciones que son el resultado del poder mágico emanado de tal forma, no son acciones
ejecutadas con nuestro poder normal limitado, sino que tienen una naturaleza totalmente
mágica y poderosa.
La simple idea de invocar, crea un campo de fuerza que hace posible a la mente intuitiva
transformarse en imaginación transcendental. A veces, cuando las personas no tienen
experiencia del mundo oculto, ni han evocado nunca a su Maestro Interior, quizás les
pueda resultar difícil conseguir la imaginación transcendental. En ese caso deben recurrir
a la invocación ritual; para ello basta concentrar la mente hacia dentro de uno mismo y
decir las palabras siguientes: MAESTRO INTERIOR, OTORGAME LA PRESENCIA DE
TU IMAGINACION TRASCENDENTAL.
Una vez realizada la imagen, deberá tener un detalle o un punto que represente lo que
mayor interés tiene para nosotros y éste será el punto de entrada. Luego la voluntad y la
imaginación unidas (imaginación mágica), harán posible la entrada en ese mundo interior
para que la consciencia recorra el sendero. Permaneceremos en dicho mundo interior
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mientras persista nuestro interés en la exploración del mismo. Luego, para volver al
mundo de la consciencia ordinaria, solamente hay que desearlo y ésta vuelve de nuevo a
colocarse delante de la puerta. La técnica mejora constantemente conforme se realiza y
además con el tiempo, al incrementarse los conocimientos teóricos, la imagen que sirve
de puerta es cada vez más perfecta. LLegará un momento en que la puerta se haga una
parte de nosotros mismos y con gran facilidad nos encontremos en el mundo interno solo
con orientarnos mentalmente hacia él. Debemos descubrir un rumor o tono saludable de
certeza y confianza en nuestro campo oculto de meditación. Este debe ser un rumor
genuino y ético que dé el tono correcto de conducta terapéutica.
Nada puede sucedernos que no seamos o tengamos ya en esencia. Todo lo que existe
proviene del mundo arquetípico (espiritual) de las esencias y por lo tanto subyace en
dicho plano desde toda la eternidad.
El candidato a la iniciación debe tener auténtico amor por lo que está haciendo, pues de
lo contrario, lo único que consigue en la meditación es crear simples pensamientos. Por
eso podemos decir que el amor es la base de toda actividad en la meditación, porque
para que la mente pueda acceder a lo ideal, debe estar apoyada en el amor. De esta
forma, se produce una evolución en el concepto de meditación y contemplación y ahora
decimos que meditación es la acción de la mente apoyada en el amor y dirigida hacia el
ideal, y que contemplación es la acción de la intuición identificada con el ideal.
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Muchas veces, cuando uno asciende en el mundo espiritual, encuentra que las formas de
pensamiento que ha creado en esos mundos aparecen como criaturas autoconscientes.
En realidad estos seres o inteligencias, son reflejos del propio meditador, porque no son
más que modificaciones de su energía mental. Lo que ocurre es que si el trabajo se hace
adecuadamente, aparecen formas maravillosas de existencia en el mundo de la mente y
son creaciones que siguen un modelo o estructura ideal. A pesar de ser mentales, estas
creaciones no han de ser aceptadas como irreales, porque gradual mente van a
descender hacia el mundo de la percepción objetiva para manifestarse.
La Mente Cósmica es una creación mental ideal que los adeptos han creado y seguirán
desarrollando en sus trabajos y experiencias internas, para que los arquetipos o energías
esenciales tomen forma mental. Se trata de una creación ideal y más abstracta que la
existencia objetiva, porque está organizada en base al mundo de las formas abstractas o
símbolos y no al de la materia. El mundo tal como es manipulado y transformado por la
humanidad, es un intento grosero y en su gran mayoría fallido de llevar este ideal a la
realidad física. Los adeptos entran en la "Ciudad Jeroglífica" y encuentran allí su propio
ser y el del universo, y enriquecen la "Ciudad" con su aportación individual y en cierta
forma se quedan para siempre a formar parte de esa "Ciudad" arquetípica. Salvo
aquellos que pueden entrar en ella desde diversos senderos (filosófico, científico,
artístico, esotérico, místico, etc.), la mayoría de las personas permanecen solo a la
sombra que proyecta esa "Ciudad" y permanecen durante sus vidas, y también después
de ellas, fuera de sus muros arquetípicos ideales.
Por medio de la Ciudad Jeroglífica es posible entrar en comunica ción con estudiantes de
otros planetas tal como se encuentran en la mente universal. Estos estudiantes, que
hacen las distintas fases de la ciudad jeroglífica, son en realidad esencias avanza das
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que actúan como final opuesto de nuestra línea de búsqueda, esto es que son los que
inspiran para que busquemos las verdades de los mundos invisibles. Cuando hayas
erigido y guardado tu propio puente de fuego, cuando hayas sido capaz de cruzarlo,
entonces te encontrarás al otro lado y entonces comprenderás lo que en estas lecciones
estamos enseñando.
Es muy importante protegerse con el conocimiento para que no penetre ningún elemento
extraño en la mente. Para ello es necesario adquirir armonía de intuiciones,
pensamientos y sentimientos dentro de la mente. Esto supone un flujo ordenado de estos
elementos mentales desde lo percibido en el pasado hasta las conclusiones futuras.
Debe por tanto seguirse un orden a modo de trama, por el cual los elementos de la
experiencia mental se ajusten entre sí. Solo entonces existe la armonía dentro de la
mente y los elementos de error y confusión son excluidos para que permanezcan los
bellos y ordenados.
Para que la meditación llegue a ser armónica es necesario este análisis de los elementos
de la experiencia para que luego puedan ser colocados adecuadamente en el esquema.
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Con la palabra análisis se quiere significar la separación de los elementos (intui ciones,
pensamientos y sentimientos) para su posterior inclusión en un lugar u otro.
La meditación no puede ser algo pasivo, sino una exploración de los elementos de la
experiencia para armonizarlos. Ello presupone una base de conocimiento indispensable
del tema sobre el que se desea meditar. Una persona no puede realizar una meditación
cabalística si no conoce los elementos necesarios del Arbol de la Vida. Veamos un
ejemplo de ejercicio de visualización para la meditación con armonía de intuiciones,
pensamientos y sentimientos.
Se trata de visualizar un templo simbólico de la esfera de Tipha reth del Arbol de la Vida
cabalístico. Consiste en una sala hexagonal en cuyo suelo se encuentra una cripta de
mármol rosado de un Rey Caballero Templario. Al Este de la cámara hay un altar con una
Cruz dorada en cuyo centro hay una Rosa roja. En el altar hay también un Cáliz dorado
con amatistas incrustadas en su pie y a ambos lados unas velas de color rosa que
iluminan la estancia. La bóveda semiesférica de la capilla está sostenida por seis arcos
que reposan sobre columnas de mármol blanco. Un aroma de rosas llena la estancia, que
pertenece a la capilla de un castillo templario.
El elemento ideal lo constituyen aquí la Cruz de oro con la Rosa roja y el Cáliz que hay
sobre el altar. Lo ideal es aquí la base de todo el proceso meditativo y es lo que ocupa el
punto de máxima atención. Todo lo demás hace referencia a lo ideal, propósito esencial o
razón de la existencia del templo o capilla.
El iniciado puede construir sus mundos de armonía y meditar sobre los elementos de la
experiencia, porque conoce lo que necesita para construir la escena donde realizará la
meditación. Aquí la habilidad o destreza va íntimamente unida al conocimiento, porque
solo así puede ser introducido lo ideal dentro de la experiencia.
Conforme vamos añadiendo elementos ideales, nos acercamos cada vez más a la
consciencia transcendental, porque nos acercamos al ideal puro. En este ascenso en la
perfección de la experiencia, ésta se va refinando y acercándose a lo ideal, que es la
perfección de cualquier estado de existencia. Pero esta idealidad solo puede
experimentarse parcialmente y no en su totalidad. Aún así, estas manifestaciones
parciales de lo ideal son necesarias para estimular el deseo de perfección, sin el cual la
vida no tendría sentido.
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desde allí el iniciado puede ver directamente al Absoluto, es decir, al aspecto más
abstracto de la Divinidad.
Este último estado de contemplación divina es una experiencia que Plotino describió
como "vuelo del solitario hacia la soledad". La razón de ello es que cuando el iniciado
queda frente a la Divinidad y llega a unirse conscientemente con ella, toda la
manifestación universal es vista en el tiempo y en el espacio como una sola cosa. Es el
Uno o Unico del Hermetismo y en El no hay separatividad sino una unidad de esencia y
existencia. Cuando nuestra mente llega a unirse con la esencia del Absoluto, no hay
nada fuera de nosotros mismos y somos también el Uno. Es por eso que la experiencia
es denominada por Plotino: "vuelo de soledad".
Los que han llegado a ver cara a cara la "Luz inefable", comprenden los misterios de la
existencia universal y al mismo tiempo contemplan su propio destino. La contemplación
es la mente del iniciado dentro de la Mente Cósmica y desde ese estado es desde donde
puede alcanzar el Absoluto. Esta es la forma en que lo "superior" se revela a lo "inferior",
y en la que lo "inferior" se apoya en lo que le ha sido revelado.
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TECNICA DE MEDITACION
Para el principiante es preferible comenzar a meditar sentado en una silla o sillón con los
pies apoyados en el suelo tocándose uno con otro, las palmas sobre las rodillas o
muslos, con la punta del pulgar tocando la del índice. Los ojos deben estar cerrados y de
cara a una ventana si es de día o a una fuente luminosa si es de noche. Es preferible
usar una habitación o lugar alejado de ruidos y libre de cualquier interrupción y
distracción o molestia física.
Es vital asegurarse comodidad física para evitar distraerse, por lo que lo mejor es
sentarse con la columna vertebral perpendicular al suelo y a menos que el que medita
domine las técnicas del Yoga, será mejor para él sentarse en una silla con respaldo.
La respiración debe ser controlada, de tal manera que se haga rítmica y profunda,
haciéndose uno consciente del aire que es inhalado y exhalado. Esto ayuda a relajar el
cuerpo y la mente de cualquier tensión e induce a la consciencia a apartarse de los
objetos externos.
Lo primero que tiene que hacer el que desea meditar es hacer que su mente deje de errar
o distraerse continuamente. Luego debe concentrar su visión interna sobre la zona que
hay entre las cejas, de tal forma que se encuentra mirando hacia dentro de su propio
cráneo. La visión debe estar atenta así como el oido interno a cualquier cosa que pueda
suceder dentro y dejar de prestar atención a lo que pueda suceder fuera.
Para activar la concentración y evitar que la atención se vaya, es preferible cerrar los
ojos y dirigir la visión hacia dentro, en el punto medio entre los mismos. Esto es debido a
que normalmente las personas localizan en ese punto el ojo de la mente. En realidad
este el punto de entrada al mundo de la visión interior.
Este es el momento para que si se ha de usar algún mantra, sea repetido mentalmente
con objeto de ayudar la concentración previa a la meditación. Es necesario que en este
periodo preparatorio a la meditación, uno no intente buscar un punto en la oscuridad de
la mente. Lo importante es olvidarse de los ojos e incluso del cuerpo mismo.
Una vez que se consigue el estado adecuado para la meditación, puede llegar a verse
una luz blanca que se forma en la zona central de la visión interna, precisamente adonde
se encuentra focalizada la consciencia. Esta luz aumentará de intensidad y de tamaño
hasta llegar a inundar todo el contenido de oscuridad que se veía al principio dentro del
cráneo. Debe acompañarse esta técnica con un fuerte deseo de ver esa luz interna.
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Una vez con seguida la visión interna de la luz, el que medita debe concentrar su
audición interna e intentar oír el sonido interior. Este sonido solo puede oírse cuando uno
deja de dirigir el sentido del oído hacia fuera y lo concentra sobre su propio interior. Es
posible que al principio solo sea un murmullo, pero más tarde llegan a oírse una serie de
melodías y vibraciones que son tan reveladoras como las imágenes que la visión interna
pueda proporcionar en la meditación.
Cada meditador puede investigar si tiene una cualidad personal natural más intensa para
ver la luz interna u oír el sonido interior o ambos a la vez. En cualquier caso, debe
comenzar a experimentar con ambos, aunque tendrá más experiencias en el campo que
tenga más desarrollado de forma natural.
Es necesario practicar la meditación diariamente como mínimo 5-10 minutos, bien por la
mañana al levantarse o por la tarde después de la puesta de sol. Es preferible realizar un
baño de limpieza o bien una dicha antes de realizar la meditación, no solo por sus
efectos relajantes, sino por la limpieza física y mental que supone.
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