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GUÍAS CLÍNICAS
Aunque en algunas guías no se hace referencia a concentraciones concretas para la definición de la hipercolesterolemia, en la práctica, a
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efectos definitorios, podemos utilizar la clasificación simplificada que aparece en la tabla 2.
Tabla 2. Criterios definitorios de las dislipemias. (Álvarez Cosmea A, 2012; Ascaso JF, 2017; Catapano AL, 2016; Jellinger
PS, 2012)
Límite Definida
Dislipemia mixta*** CT >200 mg/dl (5,17 mmol/l) y TG >150 mg/dl (1,7 mmol/l).
* En prevención secundaria y en pacientes diabéticos hablamos de hipercolesterolemia definida para valores de colesterol
>200 mg/dl (5,17 mmol/l).
** En prevención secundaria y en pacientes diabéticos hablamos de hipertrigliceridemia definida para valores >150 mg/dl
(1,7 mmol/l).
*** Aunque no se aplica, se podría categorizar también en definida o límite.
**** Propuesta pragmática de diagnóstico (Ascaso JF, 2017).
cHDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; cLDL: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad; CT:
colesterol total; TG: triglicéridos.
La mayoría de los pacientes con cardiopatía isquémica presentan cifras de colesterol total entre 200 y 250 mg/dl (5,17-6,45 mmol/l), por lo
que el límite de 250 mg/dl (6,45 mmol/l), aplicado para hablar de hipercolesterolemia definida en prevención primaria es arbitrario, ya que, al
ser la arteriosclerosis un proceso inflamatorio de origen multifactorial, en cuyo desarrollo se implican múltiples factores de riesgo
cardiovascular (FRCV), el riesgo que confiere cualquier nivel sanguíneo de colesterol va a depender de la coexistencia de dichos FRCV
(Piepoli MF, 2016), por eso, lo realmente importante en un paciente con hipercolesterolemia es el cálculo del RCV.
Para la valoración del RCV debemos considerar los siguientes FRCV (Álvarez Cosmea A, 2012; Stone NJ, 2013; Piepoli MF, 2016):
1. Edad y sexo.
2. Historia familiar, en parientes de primer grado, de enfermedad cardiovascular prematura (hombres menos de 55 años,
mujeres de 65 años).
3. Consumo de tabaco.
4. Hipertensión arterial.
5. Elevación de colesterol total (o colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad [cLDL]).
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6. Descenso del colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (cHDL).
7. Diabetes mellitus.
Cualquier alteración en los niveles de colesterol o triglicéridos debe confirmarse con otra determinación en un periodo de 2 a 8 semanas; si
la diferencia es superior al 25% para el colesterol o 65% para los triglicéridos se harán sucesivas determinaciones hasta obtener dos
consecutivas con diferencia inferior a la citada, utilizando la media para decidir. La determinación de cLDL no suele hacerse de manera
directa, sino que se calcula mediante la fórmula de Friedewald (válida si los triglicéridos son <400 mg/dl-4,45 mmol/l) (Álvarez Cosmea A,
2012):
cLDL= colesterol total - cHDL - triglicéridos/5 (en mg/dl) o triglicéridos/2,1 (en mmol/l)
Para mantener la fiabilidad en las determinaciones de lípidos, se recomienda estandarizar las condiciones analíticas y preanalíticas:
Retrasar cualquier extracción por lo menos 3 semanas tras una enfermedad leve o modificación dietética (vacaciones, Navidad, etc.); 3
meses tras cirugía, traumatismo o enfermedad grave (por ejemplo, síndrome coronario agudo); fin de un embarazo o lactancia.
En los pacientes que han padecido un infarto, otros síndromes isquémicos agudos o cirugía de revascularización, la determinación de
lípidos realizada durante las primeras 24 horas es representativa de la situación del paciente.
Suspender cualquier medicación no imprescindible al menos un mes antes de la extracción (a menos que sea un hipolipidemiante y se
desee comprobar su efecto).
Mantener al paciente con su dieta, estilo de vida habitual y peso estable durante las 2 semanas previas a la extracción.
Evitar el ejercicio físico intenso durante las 24 horas previas a la extracción.
El individuo debe estar sentado por lo menos 5 minutos antes de la extracción.
La extracción de sangre se realizará de manera cuidadosa, siempre en la misma postura (sentado) y evitando la estasis venosa
prolongada (≤1 minuto).
Para las determinaciones de colesterol y triglicéridos, las muestras de suero o plasma pueden conservarse a 4 ºC si su procesamiento
no se va a retrasar más de 4 días (si se usa plasma deben corregirse los valores multiplicando por 1,03).
Utilizar técnicas enzimáticas automatizadas que minimicen la imprecisión e inexactitud a un máximo del 3% en laboratorios que
realicen controles de calidad internos y externos.
Realizar la extracción tras 12-14 horas de ayuno si, además de colesterol total, van a determinarse triglicéridos y cHDL.
Aunque la determinación en ayunas se sigue haciendo de rutina, un consenso reciente establece que no es necesario estar en ayunas para
la realización del perfil lipídico (Nordestgaar BG, 2016) salvo en determinados casos: si los triglicéridos superan los 440 mg/dl, tras padecer
una pancreatitis por hipertrigliceridemia (HTG), uso de medicación que ocasione HTG grave, HTG ya conocida en seguimiento, cuando se
hacen otros test simultáneamente que sí requieran ayunas. En diabéticos se ha descrito que en estado postprandial se reduce el cLDL hasta
23 mg/dl (0,6 mmol/l), por lo que se recomienda hacer la determinación en ayunas (Catapano AL, 2016).
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Autor
Fernando Lago Deibe Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria