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DEFIN IC IÓN DE REALIDAD

La realidad es aquello que acontece de manera verdadera o cierta, en oposición a lo

que pertenece al terreno de la fantasía, la imaginación o la ilusión. Lo real, por lo tanto, es lo

que existe efectivamente.

Por ejemplo: “No puedes vivir de sueños, tienes que asumir la

realidad y actuar en consecuencia”, “Pese a las declaraciones de los

funcionarios, la realidad muestra que la economía ha caído en los

últimos meses”, “Nuestra realidad es muy diferente a la de nuestros

abuelos”.

La definición de la realidad supone un problema filosófico. Determinar qué es real y qué

no lo es ha sido motivo de análisis y debate durante toda la historia de la humanidad. No se

puede decir que la realidad está formada sólo por cosas materiales, ya que las emociones y los

sentimientos también son “reales”. Del mismo modo, la fantasía podría considerarse como

parte de la realidad en tanto hay personas que la desarrollan.

El concepto de Dios también se encuentra vinculado a la idea de realidad: ¿Dios es real,

aunque no haya forma empírica de demostrar su existencia? La ciencia, por lo general, toma

como real aquello que puede presentarse ante la experiencia.

Para el neopositivismo, una corriente filosófica de la ciencia también conocida

como empirismo lógicosurgida a principios del siglo XX, es real solamente lo que existe,

razón por la cual es necesario que pueda cuantificarse, o sea, ser individual, ya sea como parte

de un sistema o como elemento independiente. Dicha posición, sin embargo, no pudo

sostenerse luego de las dificultades que encontraron los neopositivistas, como ser las

paradojas lógicas y el intento de aislar los elementos que constituyen la materia.


Jacques Lacan, famoso psicoanalista y psiquiatra

francés del siglo XX, distinguía lo real de la realidad: entendía lo realcomo el conjunto de

las cosas, independientemente de que las personas sean capaces de percibirlas; la realidad,

por otro lado, la definía como las cosas tal como las percibimos. En otras palabras, para

Lacan la realidad es un fenómeno y en ella se apoyan nuestras fantasías.

Otro filósofo que dedicó sus esfuerzos al estudio de este concepto fue el español Xavier Zubiri,

nacido a finales del siglo XIX. Para él, la realidad se manifiesta ante nosotros y la

conocemos en aprehensión de realidad, o sea, que ésta se actualiza constantemente.

En el lenguaje cotidiano, suele entenderse la realidad como el conjunto de factores y

situaciones que una persona vive a diario. En este sentido, la realidad de una persona

contempla haber nacido en un país X, tener una familia Y, trabajar en una empresa M, etc. A

nivel social, se supone que los medios de comunicación informan qué pasa en la realidad,

aunque la visión que presentan siempre está influenciada por diversos intereses y por la

subjetividad.

En este sentido, es posible usar el término realidad como sinónimo de “vida“. Por ejemplo, si

una persona asegura que su realidad le pesa mucho, puede referirse a que una serie de

acontecimientos que están teniendo lugar en el presente y, quizás, ciertas cuestiones tales

como traumas del pasado le resultan muy difíciles de superar, le impiden avanzar y disfrutar.

Se conoce como realidad aumentada, por otra parte, al proceso que agrega elementos

virtuales a una imagen de la realidad capturada a través de una cámara, para dar la sensación
de que ambos mundos coexisten. Se trata de una técnica con un gran potencial en varios

ámbitos, como ser el entretenimiento, la comunicación y el desarrollo. En los videojuegos,

por ejemplo, permite agregar personajes y objetos con los cuales interactuar a una

filmación en tiempo real, de manera que éstos aparezcan en la casa del usuario, y le

hagan sentir que están realmente allí.

En esta era de sobreabundancia de información, ¿cómo podemos


diferenciar lo bueno de lo malo? Trata de utilizar estas técnicas
para “saber realmente lo que sabes”.
A lo largo de la historia el pueblo judío ha sobrevivido como una minoría que va en contra de
la corriente social, arraigándose fuertemente a sus propios caminos a pesar de las constantes
persecuciones.

¿Cómo lo ha hecho?

Teniendo una absoluta confianza en la veracidad de sus convicciones.

Pero, ¿cómo sabemos que lo que percibimos es la realidad? ¿Somos objetivos? ¿Cómo
podemos estar seguros de algo?

Poniéndolo a prueba
Todos somos susceptibles a ser influenciados cuando estamos bajo presión. Si fueras un
periodista que busca una buena historia, estarías dispuesto a ir a la Secta Moon y decir:

“Aquí estoy. Estoy tan seguro de mis creencias que no tengo miedo de pasar un mes
con ustedes”.

Muchos tendrían miedo de hacerlo, porque siempre está la posibilidad de salir de allí
pensando que el Reverendo Moon es Dios. Después de todo, esta secta ha tenido bastante
éxito con los lavados de cerebro.

Tener miedo implica una falta de confianza en nuestras creencias. Pero si “sabes lo que
sabes”, entonces incluso la estrella de la secta no podría convencerte.
Creencias sociales
Es crucial que tengamos una claridad absoluta sobre nuestras convicciones, ya que la
sociedad en la que vivimos tiene una gran influencia en la manera en la cual pensamos. Si
hubieras nacido en China, probablemente serías un comunista creyente. Y si hubieras nacido
en una familia de una tribu tradicional en Haití, probablemente tendrías una muñeca vudú.

Cada sociedad produce gente que está apasionadamente convencida de que sus creencias
son las correctas, a tal extremo que incluso están dispuestos a morir por ellas. Pregúntale a
un iraní que va camino a matar algunos iraquíes: “Perdóneme señor, ¿si usted hubiera nacido
300 kilómetros al sur, en Irak, estaría viniendo con un arma a matarse a sí mismo?”.

Este hombre no ha analizado los hechos de manera objetiva.

Vuélvete intelectualmente independiente de la sociedad que formó tus creencias.


La mayoría de los seres humanos son producto de su sociedad. Es matemática simple: Hay
muchos millones de cristianos en el mundo y muchos millones de musulmanes. Cada religión
sostiene que la otra está equivocada. De una u otra manera, ¡muchos millones de personas
están viviendo erróneamente!

Esto no suena políticamente correcto... quizás no existe tal cosa como una verdad absoluta.

Pero piénsalo bien. Tiene que haber alguna verdad absoluta, ya sea que existe un Dios o que
no existe. Dios no comenzará a existir si crees en Él ni desaparecerá si un ateo lo niega. Eso es
ridículo. O Dios está ahí y el ateo está equivocado, o no está allí y el rabino está cometiendo
un error. Ambas opciones no pueden ser correctas.

Tienes que convertirte en una persona intelectualmente independiente de la sociedad que


formó tus creencias. De lo contrario, sólo serás un títere de la sociedad. Y la sociedad puede
estar cometiendo graves errores...

¿Cómo sabes que eres tú?


Imagina que tu nombre es Diego Korman, un abogado de Montevideo, Uruguay. Estás
caminando por las calles de Jerusalem y ves un letrero que dice:

Diego Korman

Montevideo / Jerusalem

Abogado
¡Qué increíble coincidencia! Curioso de conocer a esta persona, tocas la puerta. Una voz te
contesta:

—¡Shalom! Por favor, pasa. ¿Quién eres?

—Soy Diego Korman.

—¡Diego Korman! ¡Qué coincidencia! ¿De dónde eres? ¿A qué te dedicas?

—Soy un abogado de Montevideo.

—¡Yo también, que increíble! Dime, ¿dónde vives?

—En Av. Libertad número 10.

—¡Wow! ¡Esa es mi dirección! ¿Cómo se llaman tus padres?

—Alicia y Daniel.

—Hey, esos son mis padres. ¡Eres un fraude! ¡Estás asumiendo mi identidad!

¡Absurdo! ¡El hombre de Jerusalem te está acusando de asumir su identidad!

Cualquiera que haya estudiado psicopatología habrá escuchado del fenómeno de asumir
otras identidades. Los más ambiciosos creen ser Napoleón o la Reina Elizabeth, pero alguien
podría pensar: “No, yo no quiero dominar al mundo, pero Diego Korman es un buen hombre,
¡quiero ser él!”.

El hombre de Jerusalem llama a la policía y les dice que vengan inmediatamente. Tienes
mucho que explicar, pues este Diego Korman que vive en Jerusalem tiene amigos y clientes
que van a hablar a favor de él. ¡Qué vacaciones tan locas!

Pero, ¿cómo sabes que tienes razón? ¿Estás seguro de que eres tú?

La policía está en camino y deberás convencerlos. Entonces, vas a buscar tu pasaporte; esa es
una buena evidencia: Diego Korman, tu fotografía y tu dirección.

Pero, ¿cómo sabes que tienes razón? ¿Estás seguro de que eres tú?
¡Pero has perdido tu pasaporte! ¡En que mal momento has venido a perderlo!
El hombre de Jerusalem saca de su bolso un pasaporte: Diego Korman. ¡Su fotografía y tu
dirección! (Esta persona se metió en muchos problemas para obtener el pasaporte. Pero en
psicopatología la gente hace todo tipo de cosas).

Llega la policía.

—Está bien señor, ¿puede probar que usted es realmente Diego Korman?

—Tengo una idea —dices tú— vamos a llamar a mamá. ¡Eso probará que yo soy Diego!

Marcas el número de tu madre. Ella contesta y pones el teléfono en altavoz.

—¡Mamá!

—¿Quién habla?

—¡Mamá soy yo, Diego! No es tiempo para bromas. ¡Estoy en problemas! Por favor,
Mamá...

El otro individuo comienza a hablar y ella dice:

—Oh, hola, Diego, ¿quién era el otro hombre?

¿Todavía estás seguro de que tienes razón?

¡Esto tiene que ser una broma! Probablemente una cámara oculta o algo así. Pero, ¿cómo lo
sabes?

La policía saca un chaleco de fuerza para ti. Haces el último esfuerzo. Comienzas a
bombardear al individuo con preguntas: ¿Cuántos cuartos hay en la casa de Av. Libertad
número 10? ¿Dónde está la cocina? ¿Tiene un sótano? ¿Cuántos escalones tiene la escalera?
¿Cómo se llaman los vecinos? ¿Dónde está la farmacia más cercana?

Mientras continúas con tu interrogatorio, la verdad se descubre: esta persona es un fraude.


Puede haber engañado a todos hasta cierto punto, pero nunca podrá saber todos los
detalles.

¡Qué alivio!

La claridad absoluta es alcanzable


La vida puede ser confusa. Para obtener claridad sobre lo que sabes tienes que investigar los
hechos.

Incluso si a mucha gente le falta claridad acerca de los temas más básicos de la vida, no dejes
que eso te haga creer que la verdad no es alcanzable. Busca honesta y diligentemente y
descubrirás la verdad.

Si no has encontrado la verdad es porque no la has buscado.


Si no has encontrado la verdad es porque no la has buscado.

Nuestra vida diaria está llena de experiencias que demuestran nuestra creencia en una verdad
absoluta. Cuando discutimos con alguien, solemos sentir que si la otra persona fuese un poco
más abierta, aceptaría la verdad.

Por ejemplo, estás seguro del hecho de que tienes cinco dedos. Si alguien argumenta que tú
realmente tienes 7 dedos, o 21 dedos, eso no va a hacerte dudar de ninguna manera. Dado
que puedes contar cinco dedos en tu mano, tienes una convicción inamovible.

El judaísmo dice: Obtén una “claridad de cinco dedos” sobre todas tus creencias y valores.

Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil. Un eslabón frágil en la mitad de una
larga cadena hace que toda la cadena sea prácticamente inservible. Sería mejor una cadena
más corta, ¡al menos podrías utilizarla!

Tu conocimiento básico es como una cadena. Las áreas de confusión deben ser aisladas para
que no debiliten tu confianza en ti mismo. Una vez que hayas apartado los puntos sobre los
cuales no tienes claridad, podrás mantener las convicciones que tienes en otras áreas. Estas
convicciones conforman los eslabones poderosos, y te permiten expandir y fortalecer tu
conocimiento con confianza en ti mismo.

Conocimiento, creencia, fe y socialización


Todas las convicciones pueden ser clasificadas en una de estas cuatro categorías:

1. Conocimiento: Estás absolutamente seguro de algo; por ejemplo, del hecho que
tienes cinco dedos.

2. Creencia: Tienes algo de evidencia, pero es incompleta.

3. Fe: Tienes un deseo de creer, pero sin ninguna evidencia que lo apoye.

4. Socialización: Lo aceptas basado en el condicionamiento social.


Si alguien te dice que tu hermano robó un banco esta semana, no le vas a creer... la buena
reputación de tu hermano es una buena evidencia de que no robó el banco, pero no puedes
estar absolutamente seguro. Si te presentaran testigos, huellas digitales y un vídeo en el que
se ve a tu hermano entrando a un banco con un arma y gritando: “¡Denme todo su dinero!”,
tú dirías: “Huau, nunca lo hubiera pensado”.

Sin embargo, si te mostraran un vídeo y testigos que dicen: “Tú robaste un banco”, dirías:
“Esto es un montaje, es ridículo”, porque sabes que es mentira. Esa es la diferencia entre
conocimiento y creencia.

La fe es un salto en contra de la lógica, un producto del deseo.


La fe es un salto en contra de la lógica, un producto del deseo. ¿Te han dado alguna vez un
consejo muy bueno sobre el mercado de valores en el que te garantizaban triplicar tu dinero?
Mucha gente con buen sentido común todavía pierde su dinero tentada con la promesa de
dinero rápido. Eso es fe.

La socialización son ideas de tu sociedad que aceptas sin analizar. En Estados Unidos es el
capitalismo, en China es el comunismo. Para los iraníes Mahoma es el enviado de Dios; para
los italianos es Jesús. ¿Alguna vez has examinado la evidencia, o te dejas llevar por la
corriente?

La obligación de saber
El primero de los diez mandamientos declara: “Debes saber que existe un Dios”.

La lógica que hay detrás de este mandamiento parece difícil de entender. Alguien que ya
cumple los mandamientos de Dios, obviamente cree en Su existencia, entonces, ¿para qué
necesita este mandamiento? Y si alguien no cree que Dios existe, ¿por qué habría de escuchar
este mandamiento?

Entonces, ¿para quién es esta mitzvá?

La respuesta es que no debemos creer en Dios nada más que con la fe. ¡Investiga la
evidencia! Obtén conocimiento. Profundiza. Estudia. Analiza. Es un principio básico del
judaísmo: Tienes que saber, no sólo creer.

Dios está seguro que Su existencia será obvia para nosotros.


Debes cuidarte de cualquier sistema que desaliente el cuestionamiento. Cualquiera que
reprima las preguntas lo hace porque tiene miedo que se descubra la falsedad de sus
creencias.
Dios está seguro de que si utilizamos nuestra cabeza y buscamos sinceramente la verdad,
entonces Su existencia será obvia para nosotros.

¿Cómo ha tenido el pueblo judío la fuerza de sobrevivir a todas las persecuciones? Gracias a
una sólida creencia en la veracidad de sus convicciones.

¿Tenían razón? Eso es algo que tendrás que descubrir por ti mismo. Descubre qué es lo que
te molesta y busca respuestas. Sé sincero en tu búsqueda. Haz el esfuerzo. ¡Debes saber lo
que sabes!

La relación del alma y el cuerpo


El alma es el principio real de todos los seres vivos, aquello por lo que los seres viven. El alma es lo
que hace que el cuerpo sea una unidad y que sea vivo. Por tanto el hombre y los animales poseen alma.
Por ello lo propio del hombre no puede ser el alma como se suele decir. El hombre es, en rigor, un ser
que posee un alma espiritual, esto si es lo propio del ser humano. Un alma espiritual es un alma capaz
de pensar, de querer y por la cual somos libres.

De todos modos el hombre no es sólo alma, sino que presenta en su ser una dualidad, alma y cuerpo.
¿Cuál es la relación entre el cuerpo y el alma? A lo largo de la historia se han ofrecido dos respuestas.
Una primera respuesta fue formulada por Platón y continuada por Descartes. El filósofo francés
considera que los seres vivos son como máquinas que están en constante movimiento. En el caso del
hombre esa máquina estaría completada por un alma espiritual que viviría dentro de ella. Siglos antes,
Platón insinuó algo parecido al expresar que la relación entre el cuerpo y el alma es parecida a la del
jinete con su caballo. En definitiva, tanto para Platón como para Descartes el hombre en el fondo sería
exclusivamente un alma atrapada en un cuerpo, una especie de ser angelical. La segunda respuesta,
ofrecida por Aristóteles y seguida por Santo Tomás de Aquino, se contrapone a la anterior. Ambos
consideran que el alma y el cuerpo se corresponden unívocamente, es decir, el hombre tiene el cuerpo
que le corresponde a un alma que es capaz de pensar y viceversa, pues un alma que piensa necesita el
cuerpo del hombre (manos…) para actuar y completar la imperfección del cuerpo humano que no está
predeterminado (sino que se construye con los actos humanos).

Por otro lado, no es un hecho casual que el hombre sea el único ser que entierra a sus muertos. Desde
tiempos antediluvianos hemos pensado que el cuerpo humano tiene una dignidad que le corresponde
por el hecho de ser el cuerpo de un alma espiritual. Pensar, podemos pensar, este es el principio del ser
humano, pero el pensar no se puede dar sólo en un cuerpo material, sino que necesita de un alma
espiritual, del principio del ser que se da en un ser corpóreo, ya que no puede existir sola por sí misma,
sin la carne no sería humana, como el cuerpo tampoco podría ser espiritual sin el alma.

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