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Equipo de Pastoral Litúrgica

Común de Santa María Virgen


Virgen de la Alegría
La Virgen María en la Resurrección del Señor

Estas misas se utilizan para la celebración de la memoria de santa María en el


sábado, y para las misas votivas de la Virgen.

1
RITOS INICIALES

Monición Inicial
Hoy la iglesia saluda a la santísima Virgen y la invita a alegrarse, porque concibió al Hijo llena de fe y esperó
su resurrección, es ella el modelo de la obediencia y el amor, con que debemos reconocer a Cristo nacido de la
Virgen, Dios y Hombre verdadero. Celebrando esta Eucaristía, nos unimos cada vez más al Cristo vivo; y
contemplando a María, aprendemos a vivir como resucitados.

Antífona de entrada Sedulio


Alégrate, Madre de la luz, porque Cristo, el sol de justicia, ha vencido las tinieblas del sepulcro e ilumina el
mundo entero. Aleluya.

Oración colecta
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
has llenado el mundo de alegría,
concédenos por intercesión de su Madre,
llegar a alcanzar los gozos eternos.

Por nuestro Señor Jesucristo.


LITURGIA DE LA PALABRA

Monición para la Primera Lectura

Se nos anuncia en esta lectura una ciudad nueva, un tabernáculo nuevo, en definitiva una ―presencia‖ nueva de
Dios con la humanidad. La nueva Jerusalén es la imagen de María, Madre del Amor y Reina de la gloria.

Primera Lectura
Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo

Lectura del Libro del Apocalipsis 21, 1-5ª

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya
no existe.
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia
que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono:
- Esta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos.
Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios.
Enjugará las lágrimas de sus ojos.
Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor.
Porque el primer mundo ha pasado.
Y el que estaba sentado en el trono dijo:
- "Todo lo hago nuevo".

Palabra de Dios.
Monición para el Salmo
Reconozcamos junto al Salmista a María, revestida de Jesucristo, como la Mujer Nueva y la Madre gloriosa,
modelo perfecto del creyente. Ella congrega en su regazo a todos los pueblos y los instruye en el amor y la
justicia.

Salmo Responsorial
Is 61, 10a-d y f. 11; 62, 2-3

R. Tú, María, eres la ciudad de Dios en que habita la justicia.

Desbordo de gozo con el Señor,


Y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como novia que se adorna con sus joyas. R.

Como el suelo echa sus brotes,


como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos. R.

Los pueblos verán tu justicia,


y los reyes tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios. R.
Monición para el Evangelio
La Palabra nos revela que mientras buscamos sin fe, en la tristeza y la oscuridad de la muerte, la más gloriosa
de las Marías, la Madre del Dios viviente, aguardó con fe inigualable el cumplimiento de la promesa de su Hijo,
que dijo "Resucitaré al tercer día".

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
Dios te salve, santa María, que, sufriendo junto a la cruz, compartiste los dolores del Hijo; ahora gozas de su
serena alegría. R.

Evangelio
Decid a sus discípulos que ha resucitado

† Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 28, 1-10

En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a

ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y

acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve;

los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: –«Ustedes, no

teman; ya sé que buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como había dicho. Vengan a ver el

sitio donde yacía y vayan aprisa a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de

ustedes a Galilea. Allí lo verán." Miren, se los he anunciado.» Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro;

impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos.

De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: –«Alégrense.» Ellas se acercaron, se postraron ante él y le

abrazaron los pies.

Jesús les dijo: –«No tengan miedo: vayan a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»

Palabra del Señor.


Oración de los fieles
Dios, Padre de los pobres y de los humildes, ha elegido a María para templo de su gloria. A él dirigimos
nuestra confiada oración diciendo:

R. Te imploramos Señor, con la Madre del Resucitado.

-Para que la santa Iglesia de Dios, figura de la nueva Jerusalén, con renovado entusiasmo, pueda anunciar a
todos los pueblos la Buena Nueva de la victoria pascual.
Roguemos al Señor.

-Para que el Papa Francisco, los obispos y sacerdotes, al desempeñar el ministerio pastoral, en su vida y en sus
actos, hagan presente a Jesús Resucitado, Dios misericordioso y compasivo.
Roguemos al Señor.

-Para que quienes niegan a Jesucristo, por la práctica del amor, sin saberlo, entren en comunión con Él, y así,
sean salvos.
Roguemos al Señor.

-Para que las personas que están física o espiritualmente privadas de su libertad, vean rotas sus cadenas, por el
misterio de la Pascua del Señor.
Roguemos al Señor.

-Para que las familias que viven en el amor, la paz y la unidad, dones pascuales del Señor, socorran con gestos
concretos de escucha, consejo y ayuda a las que viven divididas.
Roguemos al Señor.

Padre misericordioso, tú que conoces nuestro corazón, ven en ayuda de la debilidad humana y, por
intercesión de María, virgen orante, escucha nuestras súplicas.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


LITURGIA EUCARISTICA

Oración sobre las ofrendas


Al celebrar la memoria de santa María, siempre Virgen,
te presentamos, Señor, nuestras ofrendas
y te suplicamos que tu Hijo Jesucristo,
sacerdote y víctima en el altar de la cruz,
nos socorra siempre con su gracia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio
La Bienaventurada Virgen esperó creyendo la Resurrección del Hijo

V. El Señor esté con vosotros.


R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Porque en la resurrección de Jesucristo, tu Hijo,


colmaste de alegría a la santísima Virgen
y premiaste maravillosamente su fe:
ella había concebido al Hijo creyendo,
y creyendo esperó su resurrección;
fuerte en la fe contempló de antemano
el día de la luz y de la vida,
en el que, desvanecida la noche de la muerte,
el mundo entero saltaría de gozo
y la Iglesia naciente, al ver de nuevo a su Señor inmortal,
se alegraría entusiasmada.

Por él,
los ángeles te cantan con júbilo eterno,
y nosotros nos unimos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo.

Monición para la Comunión


En este momento de la Comunión del Cuerpo glorificado del Señor, pidamos a María, Madre del Pan de Vida,
que nos enseñe a adorar a Jesús y que nos ayude a cumplir su voluntad.

Antífona de la comunión
Alégrate, Virgen Madre, porque Cristo ha resucitado del sepulcro. Aleluya.

Oración después de la comunión


Dios todopoderoso,
confírmanos en la fe de estos misterios
que hemos celebrado,
y, pues confesamos a tu Hijo Jesucristo,
nacido de la Virgen,
Dios y hombre verdadero,
te rogamos
que por la fuerza salvadora de su resurrección
merezcamos llegar a las alegrías eternas.

Por Jesucristo, nuestro Señor.


Bendición solemne

V/. El Dios, que en su providencia amorosa


quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
nos colme de sus bendiciones.
R/. Amén.

V/. Que nos acompañe siempre la protección de la Virgen,


por quien hemos recibido al Autor de la vida.
R/. Amén.

V/. Y a todos ustedes,


reunidos hoy para celebrar con devoción
esta fiesta de María,
el Señor les conceda la alegría del Espíritu
y los bienes en su reino.
R/. Amén.

V/. Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
Nuestra Señora de Fátima
La Virgen María, salud de los enfermos

Estas misas se utilizan para la celebración de la memoria de santa María en el


sábado, y para las misas votivas de la Virgen.

2
RITOS INICIALES

Monición Inicial
La santísima Virgen, por ser madre de Cristo, Salvador de los hombres, y madre de los fieles, socorre con amor
a sus hijos cuando se hallan en dificultades. Por esto, muchos acudimos a los santuarios marianos a pedir su
intercesión. Hoy, frente a la imagen de Nuestra Señora de Fátima, hagamos, de esta la casa del Señor, ese
santuario, y glorifiquemos a Dios Padre, que nos ha dado a la santísima Virgen por patrona y ejemplo a los
fieles enfermos.

Antífona de entrada Cf. Sal 34 (35), 3; Jon 2, 3


Yo soy la salvación del pueblo. Cuando me llamen desde el peligro, yo les escucharé.

Oración colecta
Te pedimos, Señor,
que nosotros, tus siervos,
gocemos siempre de salud de alma y cuerpo,
y por la intercesión de santa María, la Virgen,
líbranos de las tristezas de este mundo
y concédenos las alegrías del cielo.

Por nuestro Señor Jesucristo.


LITURGIA DE LA PALABRA

Monición para la Primera Lectura

Cuanto dolor vivió nuestra Madre al ver al Hijo padecer siendo un inocente, que se entrega por amor, ese dolor
que revive cada vez que uno de nosotros experimenta el sufrimiento, pero así como tomó a su Hijo para aliviar
en su regazo el martirio, de esa misma forma maternal nos trae alivio también a nuestra vida.

Primera Lectura
Él soportó nuestros sufrimientos

Lectura del libro del profeta Isaías 53, 1-15. 7-10

¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor?


Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores,
acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y
humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.
Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja
ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron.
Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes
ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia,
prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano.

Palabra de Dios.
Monición para el Salmo

La actitud de Dios hacia los pecadores no es la de un Juez inapelable, sino, la de un padre bondadoso. Elevemos
entonces, junto al salmista, este himno que refleja la infinita bondad del Señor, que se brinda incesantemente a
los hombres.

Salmo Responsorial
Sal 102, 1-2. 3-4. 6-7. 8 y 10 (R.: 1a. 3a)

R. Bendice, alma mía, al Señor; él cura todas tus enfermedades.

Bendice, alma mía, al Señor


y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios. R.

Él perdona todas tus culpas


y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R.

El Señor hace justicia


y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a loa hijos de Israel. R.

El Señor es compasivo y misericordioso,


lento a la ira y rico en clemencia;
no nos trata como merecen nuestro pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R.
Monición para el Evangelio

María es el modelo de comunidad fiel que sabe escuchar y practicar la Palabra de Dios. Al describir la
visitación de María, la Palabra nos enseña qué deben hacer nuestras comunidades para transformar la visita de
Dios en servicio a los hermanos.

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
Dichosa tú, Virgen María, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. R.

Evangelio
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de

Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó

Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: –«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó

de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

María dijo: — «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha

mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha

hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en

generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a

Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de

Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor.


Oración de los fieles
Dirijamos confiados nuestra oración a Dios Padre, que ha prometido habitar en los corazones de aquellos
que, como María, guardan su Palabra.

R. Por la intercesión de María en la advocación de Nuestra Señora de Fátima, escúchanos, Señor.

- Por los pastores de la Iglesia: para que, a ejemplo de María, sean fieles mensajeros de la Palabra de Dios y
dispensadores incansables de su misericordia.
Roguemos al Señor.

- Por los pueblos afligidos a causa de la guerra y de las adversidades: para que todo hombre se convenza de que
la paz tiene su raíz en la conversión del corazón, que hace pasar del egoísmo a la generosidad y de la violencia
al respeto del prójimo.
Roguemos al Señor.

- Por todos los cristianos: para que, encontrando en la Virgen la fuente de la salud, vivan con autenticidad su
propia vocación, dando testimonio de fidelidad radical al mandado del amor.
Roguemos al Señor.

- Por los enfermos: para que hallen en María ayuda y consuelo, y en los hermanos solidaridad generosa que
aliente su esperanza.
Roguemos al Señor.

- Por nosotros, aquí reunidos: para que, guardando la Palabra que hemos escuchado, seamos servidores fieles y
testigos del Reino entre los hombres.
Roguemos al Señor.

Oh Dios, fortalece en nosotros el deseo del bien,


refuerza nuestra esperanza,
confírmanos en la caridad,
por intercesión de María,
que nos precede en la peregrinación de la fe.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


LITURGIA EUCARISTICA

Oración sobre las ofrendas


Señor, escucha las plegarias y recibe las ofrendas
que te presentan los fieles
en honor de santa María, siempre Virgen;
que sean agradables a tus ojos
y atraigan sobre el pueblo
tu protección y tu auxilio.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio
La Bienaventurada Virgen María brilla como signo de salud para los enfermos
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias


y deber nuestro glorificarte, Padre santo.

Porque la santa Virgen María,


participando de modo admirable en el misterio del dolor,
brilla como señal de salvación y de celestial esperanza
para los enfermos que invocan su protección;
y a todos los que la contemplan,
les ofrece el ejemplo de aceptar tu voluntad
y configurarse más plenamente con Cristo.
El cual, por su amor hacia nosotros,
soportó nuestras enfermedades
y aguantó nuestros dolores.

Por él,
los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales
celebran tu gloria,
unidos en común alegría.

Permítenos asociamos a sus voces


cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo.

Monición para la Comunión

María, se convierte en el primer Sagrario de la historia, por eso hoy, al comulgar, somos invitados a llevar a
Cristo en nuestro ser, y ser reflejo de tan alto honor llevando a cabo la misión de anunciar el Evangelio.

Antífona de la comunión
El Señor es mi fuerza y mi energía, Él es mi salvación.

Oración después de la comunión


Hemos recibido gozosos, Señor,
el sacramento que nos salva,
el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito,
en la celebración de su Madre,
la bienaventurada Virgen María;
que él nos conceda los dones
de la vida temporal y de la eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.


Bendición solemne

V/. El Dios, que en su providencia amorosa


quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
nos colme de sus bendiciones.
R/. Amén.

V/. Que nos acompañe siempre la protección de la Virgen,


por quien hemos recibido al Autor de la vida.
R/. Amén.

V/. Y a todos ustedes,


reunidos hoy para celebrar con devoción
esta fiesta de María,
el Señor les conceda la alegría del Espíritu
y los bienes en su reino.
R/. Amén.

V/. Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
María Madre de la Iglesia
La Virgen María, imagen y Madre de la Iglesia

Estas misas se utilizan para la celebración de la memoria de santa María en el


sábado, y para las misas votivas de la Virgen.

3
RITOS INICIALES

Monición Inicial
Son múltiples las relaciones que vinculan a la Iglesia con la santísima Virgen, pero en esta celebración
recalcaremos la función maternal que santa María, según el beneplácito divino, ejerce en la Iglesia y en favor de
esta misma. Hagamos pues, viva nuestra relación con Cristo como su Iglesia e hijos de su santísima Madre.

Antífona de entrada Cf. Hch 1, 14


Los discípulos se dedicaban a la oración en común, junto con María, la madre de Jesús.

Oración colecta
Oh Dios, Padre de misericordia,
cuyo Hijo, clavado en la cruz,
proclamó como Madre nuestra
a santa María Virgen, Madre suya,
concédenos, por su mediación amorosa,
que tu Iglesia, cada día más fecunda,
se llene de gozo por la santidad de sus hijos,
y atraiga a su seno a todas las familias de los pueblos.

Por nuestro Señor Jesucristo.


LITURGIA DE LA PALABRA

Monición para la Primera Lectura

Desobedecer las órdenes de un padre, es atentar contra la forma que tiene para educarte. Dios nos pone límites
para que sepamos por donde dirigirnos en la vida y por ello escoge a María como Madre nuestra para ser guía
de obediencia y entrega.

Primera Lectura
Establezco hostilidades entre tu estirpe y la estirpe de la suya mujer

Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20

Después que Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó: — ¿Dónde estás?
Él contestó: — Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.
El Señor le replicó: — ¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te
prohibí comer?
Adán respondió; — La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí.
El Señor Dios dijo a la mujer: — ¿Qué es lo que has hecho?
Ella respondió: — La serpiente me engañó y comí.
El Señor Dios dijo a la serpiente: Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del
campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer,
entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza, cuando tú la hieras en el talón.
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Palabra de Dios.
Monición para el Salmo

María es obra poderosa de Dios, obra de amor, en quien toda la humanidad ha sido bendecida. ¡Alabemos y
agradezcamos junto al Salmista su presencia amorosa en nuestras vidas!

Salmo Responsorial
Jdt 13, 18bcde. 19 (R.: 15, 9d)

R. Tú eres el orgullo de nuestra raza.

El Altísimo te ha bendecido, hija,


más que a todas las mujeres de la tierra.
Bendito el Señor, creador de cielo y tierra. R.

Que hoy ha glorificado tu nombre de tal modo:


que tu alabanza estará siempre
en la boca de todos los que se acuerden
de esta obra poderosa de Dios. R.
Monición para el Evangelio

Nuestro camino de fe está unido de manera indisoluble a María desde el momento en que Jesús, muriendo en la
cruz, nos la ha dado como Madre, Jesús nos confió a aquella que fue la primera en creer, y cuya fe no decaería
jamás. Y su corazón de Madre, herido, nos acoge a todos los hombres y nos ama como nos ama Jesús.

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
Dichosa eres, santa Virgen María, y digna de alabanza: de ti salió el sol de justicia, Cristo, nuestro Señor. R.

Evangelio
Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 19, 25-27

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y

María la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería,

dijo a su madre:

— Mujer, ahí tienes a tu hijo.

Luego dijo al discípulo:

— Ahí tienes a tu madre.

Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor.


Oración de los fieles
Elevemos nuestra oración a Dios, fuente de la sabiduría, que revela sus misterios a los pobres y sencillos.
Lo hacemos animados por la mediación de María la Madre de la Iglesia.

R. Que la llena de gracia interceda por nosotros, Señor.

- Por los pastores del pueblo de Dios: para que sean fieles dispensadores de la palabra de la verdad y no se dejen
contagiar nunca por la mentalidad engañosa del mundo.
Roguemos al Señor.

- Por los gobernantes y políticos: para que trabajen eficazmente por conseguir una convivencia en justicia y
libertad.
Roguemos al Señor.

- Por los pobres y los que sufren: para que, experimentando el misterio de la cruz, sientan también la presencia
cercana y maternal de la Virgen María.
Roguemos al Señor.

- Por nosotros, reunidos en torno al altar: para que, perseveremos unánimes en la escucha de la Palabra, el pan
eucarístico y la oración con María, la Madre de la Iglesia.
Roguemos al Señor.

Acoge, Padre, nuestras súplicas


y derrama sobre nosotros la luz de tu Espíritu,
para que, a ejemplo de la Virgen María,
sepamos glorificar tu nombre
con la santidad de la vida.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


LITURGIA EUCARISTICA

Oración sobre las ofrendas


Acepta, Señor, nuestros dones
y conviértelos en sacramento de salvación
que nos inflame en el amor de la Virgen María,
Madre de la Iglesia,
y nos asocie más estrechamente, con ella,
en la obra de la salvación de los hombres.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio
María, modelo y Madre de la iglesia universal
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
y alabarte debidamente
en esta celebración en honor de la Virgen María.
Ella, al aceptar tu Palabra con limpio corazón,
mereció concebida en su seno virginal,
y, al dar a luz a su Hijo,
preparó el nacimiento de la Iglesia.

Ella, al recibir junto a la cruz


el testamento de tu amor divino,
tomó como hijos a todos los hombres,
nacidos a la vida sobrenatural
por la muerte de Cristo.

Ella, en la espera pentecostal del Espíritu,


al unir sus oraciones a las de los discípulos,
se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante.

Desde su asunción a los cielos,


acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina,
y protege sus pasos hacia la patria celeste,
hasta la venida gloriosa del Señor.

Por eso,
con todos los ángeles y santos,
te alabamos sin cesar, diciendo:

Santo, Santo, Santo.


Monición para la Comunión

Al comulgar dejemos que María nos encienda la llama de la fe en la resurrección de su Hijo, y convirtiéndose
así en fuente de esperanza y de verdadera alegría para nosotros su Iglesia.

Antífona de la comunión
Dichosa eres, María, llena de gracia, madre y virgen; tú resplandeces en la Iglesia como modelo de fe,
esperanza y caridad.

Oración después de la comunión


Después de recibir la prenda de la redención y de la vida,
te pedimos, Señor,
que tu Iglesia, por la ayuda maternal de la Virgen,
anuncie a todas las gentes el Evangelio
y llene el mundo entero
de la efusión de tu Espíritu.

Por Jesucristo, nuestro Señor.


Bendición solemne

V/. El Dios, que en su providencia amorosa


quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
nos colme de sus bendiciones.
R/. Amén.

V/. Que nos acompañe siempre la protección de la Virgen,


por quien hemos recibido al Autor de la vida.
R/. Amén.

V/. Y a todos ustedes,


reunidos hoy para celebrar con devoción
esta fiesta de María,
el Señor les conceda la alegría del Espíritu
y los bienes en su reino.
R/. Amén.

V/. Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
María Auxiliadora
La Virgen María, auxilio de los cristianos

Estas misas se utilizan para la celebración de la memoria de santa María en el


sábado, y para las misas votivas de la Virgen.

4
RITOS INICIALES

Monición Inicial
La Iglesia ha experimentado muchas veces la valiosísima ayuda de la Madre de Dios, en las persecuciones
promovidas por los enemigos de la fe cristiana. Por esto, hoy en esta celebración, y como desde los primeros
tiempos de la era cristiana, invocaremos a la santísima Virgen como auxilio nuestro. Disfrutemos entonces junto
a María de la palabra y del Pan vivo en esta celebración.

Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 19


Tu alabanza estará siempre en la boca de todos los que recuerden la hazaña de Dios.

Oración colecta
Oh Dios, que has constituido a la Madre de tu amado Hijo
en madre y auxiliadora del pueblo cristiano,
concede a tu Iglesia vivir bajo su protección
y alegrarse con una paz duradera.

Por nuestro Señor Jesucristo.


LITURGIA DE LA PALABRA

Monición para la Primera Lectura

En la primera lectura seremos testigos del papel corredentor de la Virgen María. María es la figura de la mujer
que ha engendrado en sus entrañas la Nueva Alianza: la salvación por el Hijo de Dios. No podemos entender la
figura de María desligada de Cristo.

Primera Lectura
Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal

Lectura del libro del Apocalipsis 11, 19a; 12, 1. 3-6a. 10ab

Apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce
estrellas. Estaba encinta, y gritaba entre los espasmos del parto, y por el tormento de dar a luz.
Apareció otra señal en el cielo: Un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las
cabezas.
Se trabó una batalla en el cielo; Miguel y sus ángeles declararon guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus
ángeles, pero no vencieron, y no quedó lugar para ellos en el cielo. Y al gran dragón, a la serpiente primordial
que se llama diablo y Satanás, y extravía la tierra entera, lo precipitaron a la tierra y a sus ángeles con él.
Se oyó una gran voz en el cielo:
–«Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue
precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos lo vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron
tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estén alegres, cielos, y los que viven en sus tiendas.»
Despechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los que
guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.

Palabra de Dios.
Monición para el Salmo

Aceptemos la invitación que nos hace el Salmista, para manifestar la alabanza, que nace del corazón agradecido
a Dios, por la victoria y la renovación de la certeza de su presencia divina dentro de la creación.

Salmo Responsorial
Jdt 16, 13. 14. 15 (R.: 1d)

R. Ensalcen e invoquen el nombre del Señor.

Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:


Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible. R.

Que te sirva toda la creación,


porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento, y la construiste,
nada puede existir sin tu voz. R.

Sacudirán las olas los cimientos de los montes,


las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles. R.
Monición para el Evangelio

La intercesión de María, la madre del Señor, adelanta la "hora" de Jesús, en la realización del milagro. Su
maternidad divina es la explicación cumplida de su vida y misión; así como en la prolongación de Jesús en la
vida de la Iglesia por el Espíritu.

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
Dichosa la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá. R.

Evangelio
Jesús comenzó sus signos

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos

estaban también invitados a la boda. Faltó el vino y la madre de Jesús le dijo: — No les queda vino.

Jesús le contestó: — Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.

Su madre dijo a los sirvientes: — Hagan lo que él diga.

Había allí colocadas, seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.

Jesús les dijo: — Llenen las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.

Entonces les mandó: — Saquen ahora, y llévenlo al mayordomo. Ellos se lo llevaron.

El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues

habían sacado el agua), entonces llamó al novio y le dijo: — Todo el mundo pone primero el vino bueno y

cuando ya están bebidos, el peor; tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora.

Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él.

Palabra del Señor.


Oración de los fieles
Dirijamos, hermanos, nuestras súplicas a Dios Padre, por la intercesión de María, modelo de fe y de
esperanza, para que la venida del Salvador haga florecer la justicia, la paz y el amor en nuestro mundo.

R. Que la madre de misericordia y auxilio de los cristianos interceda por nosotros.

- Por la santa Iglesia: para que sepa animar con la caridad evangélica todos los esfuerzos orientados a la
construcción del reino de Dios entre los hombres.
Roguemos al Señor.

- Por los responsables de los gobiernos, para que pongan a la base de su compromiso civil, el valor primario de
la persona humana, según la enseñanza y el ejemplo de Cristo Maestro.
Roguemos al Señor.

- Por los que no creen en Cristo: para que en nuestra acogida fraterna hallen un estímulo que los empuje hacia
Él con un corazón abierto y confiado.
Roguemos al Señor.

- Por nosotros, reunidos en esta celebración: para que el Espíritu Santo nos dé la valentía necesaria para que
seamos a ejemplo de María siervos fieles y discípulos dóciles de Cristo.
Roguemos al Señor.

Te rogamos, Señor,
que nos concedas gozar de continua salud de alma y cuerpo
y por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


LITURGIA EUCARISTICA

Oración sobre las ofrendas


Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza
al celebrar con alegría la memoria de la Madre de tu Hijo;
haz que, con el auxilio de esta madre,
experimentemos tu ayuda en todas las necesidades.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio
La Bienaventurada Virgen María, Madre y auxiliadora del pueblo cristiano
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Porque has constituido a la Inmaculada Virgen María,


Madre de tu Hijo,
en madre y auxiliadora del pueblo cristiano,
para que, bajo su protección,
participe valientemente en el combate de la fe,
persevere con fidelidad en la enseñanza de los apóstoles,
y camine seguro entre las dificultades del mundo,
hasta alcanzar gozoso la Jerusalén del cielo.
Por eso, Señor,
con todos los ángeles
te aclamamos ahora y por siempre, diciendo:

Santo, Santo, Santo.

Monición para la Comunión

Ese vino de la boda, que María consigue, es anticipo festivo del banquete de la eucaristía a la comunidad del
reino de Dios del que ahora seremos participes.

Antífona de la comunión
El Señor será tu alabanza, él será tu Dios, pues él hizo a tu favor hazañas.

Oración después de la comunión


Recibidos estos sacramentos del cielo
y apoyados en el auxilio de la santísima Virgen María,
te pedimos, Señor,
que, despojados del hombre viejo,
nos revistamos de Jesucristo, autor de la nueva humanidad.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Bendición solemne

V/. El Dios, que en su providencia amorosa


quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
nos colme de sus bendiciones.
R/. Amén.

V/. Que nos acompañe siempre la protección de la Virgen,


por quien hemos recibido al Autor de la vida.
R/. Amén.

V/. Y a todos ustedes,


reunidos hoy para celebrar con devoción
esta fiesta de María,
el Señor les conceda la alegría del Espíritu
y los bienes en su reino.
R/. Amén.

V/. Y la bendición de Dios todopoderoso,


Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
R/. Amén.

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