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El Desarrollo Moral……………………………………………………………………………………………………….…….1
Niveles y Estadios……………………………………………………………………………………………………………….11
Pre-convencional………………………………………………………………………………………………………………..11
Convencional………………………………………………………………………………………………………………………12
Dilema moral……………………………………………………………………………………………………………………..15
Bibliografía………………………………………………………………………………………………………………………...18
EL DESARROLLO MORAL
El desarrollo moral se refiere a las reglas y convencionalismos acerca de la justa
interacción entre las personas.
No obstante, a pesar del volumen de investigación realizado en este campo en las
últimas décadas, no existe todavía un modelo teórico que dé cuenta, de forma conjunta,
del desarrollo de los tres componentes fundamentales de la moralidad: el cognitivo, el
emocional y el conductual.
Lo que encontramos son distintos enfoques, cada uno de ellos centrado especialmente
en un aspecto en particular el cognitivo-evolutivo, en el razonamiento o juicio moral; las
teorías del aprendizaje, en la conducta moral y el enfoque psicoanalítico, en las
emociones morales.
Juicio moral:
Es un acto mental que permite diferenciar entre lo correcto o incorrecto. Es una
valoración que la persona realiza frente a una acción juzgando si es buena o mala.
Se identifica con el razonamiento o con el conocimiento moral (componente
cognitivo), situándolo como el aspecto más importante de la moralidad para los
autores del enfoque cognitivo-evolutivo. (Kohlberg, 1971; Turiel y Nuccí, 1978). En
el componente cognitivo, el tema clave es cómo los estudiantes razonan o piensan
acerca de las reglas de la conducta ética.
La conducta moral:
La conducta moral significa un comportamiento que se conforme al código moral
del grupo social. La conducta moral se ve controlada por los conceptos de
moralidad, las reglas de conducta a las que se han acostumbrado los miembros de
una cultura y que determinan los patrones esperados de comportamiento de todos
los miembros del grupo.
Se identifica con la conformidad a las normas sociales. Ha sido estudiada
fundamentalmente por las teorías del aprendizaje, y recientemente por el enfoque
cognitivo-evolutivo.
En el domino conductual, el centro de la atención está en cómo se comportan los
estudiantes realmente, en lugar de basarse en la moralidad de su pensamiento.
El desarrollo moral de los niños implica las formas en que llegan a comprender y
seguir (o no) las reglas de su mundo social. Las reglas sociales suelen dividirse en
dos tipos principales: las reglas morales y las convenciones sociales.
Las reglas morales regulan el modo de cómo deben relacionarse las personas
entre sí en lo que atañe a la justicia, los derechos, la libertad o el bienestar,
protegen el bienestar de los individuos y garantizan sus derechos. En la mayoría
de las sociedades no se permite matar, dañar a otra persona o robar las
propiedades ajenas.
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Las convenciones sociales regulan usos sociales como las formas de vestir, el
saludo, esperar a que en una cola nos llegue el turno. Tanto las reglas morales
como las convenciones sociales pueden variar de un lugar a otro. Los niños deben
aprender, por lo tanto, qué diferencias importantes puede haber entre las reglas
de su familia y las reglas de su clase. Adquirir este conocimiento sobre las reglas
sociales constituye una parte muy importante del desarrollo del niño.
La investigación contemporánea sobre el desarrollo moral se divide en dos
grandes categorías: la conducta moral- interés en explicar la conducta del niño-
y el razonamiento moral-investigar cómo piensan los niños respecto a lo que
hacen ellos y los demás.
1. La herencia genética:
El papel de la herencia genética se reduce a la transmisión de la estructura moral y de
los mecanismos psicobiológicos del conocimiento y la regulación de acciones. Estos son,
en gran medida, formales, es decir, se pueden rellenar con diferentes contenidos que
deben extraerse de alguna otra fuente.
Este carácter de transmisión genética de las estructuras y no de los contenidos no es
exclusivo de la moral, y ni siquiera de la especie humana. La estructura básica que
permite que se dé este fenómeno es la capacidad de aprendizaje. Los etólogos destacan
la existencia en muchas especies animales de repertorios de conductas aprendidas, pero
los seres humanos somos capaces de comportamientos aprendidos en una medida en
que ningún otro animal lo es. Somos capaces de aprender a construir y usar
instrumentos y herramientas complicados e inventar para ellos nuevos usos. Somos
capaces de aprender lenguajes complejos que nos permiten describir situaciones,
emociones y propósitos. Somos capaces, de aprender las reglas de organización del
grupo en que vivimos, pensar sobre ellas y compararlas con las de otros grupos. El
aprendizaje, el lenguaje y la cultura, son nuestros instrumentos de adaptación y las guías
de nuestra conducta.
2. El desarrollo cognitivo:
Prácticamente todo lo concerniente a una persona cambia a lo largo del ciclo de vida, la
psicología del desarrollo incluye todos los temas estudiados por los psicólogos, como
pensamiento, lenguaje, inteligencia, emociones y conducta social. Pero los psicólogos
del desarrollo se concentran sólo en ciertos temas: cómo y por qué se presentan
cambios a medida que la gente envejece.
Los etólogos destacan la existencia en muchas especies animales de repertorios de
conductas aprendidas, pero los seres humanos somos capaces de comportamientos
aprendidos en una medida en que ningún otro animal lo es. Somos capaces de aprender
a construir y usar instrumentos y herramientas complicados e inventar para ellos nuevos
usos. Somos capaces de aprender lenguajes complejos que nos permiten describir
situaciones, emociones y propósitos. Somos capaces, de aprender las reglas de
organización del grupo en que vivimos, pensar sobre ellas y compararlas con las de otros
grupos. El aprendizaje, el lenguaje y la cultura, son nuestros instrumentos de adaptación
y las guías de nuestra conducta.
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generales aplicables a situaciones parecidas entre sí. Esta base biológica permite y
determina la existencia de capacidades psíquicas que, aunque forman parte integrante
del repertorio de capacidades humanas transmitidas genéticamente, pueden
desarrollarse de distinto modo en cada individuo. Estas capacidades son lo que de la
moral se hereda, y constituyen la estructura moral. Lo demás no está en los genes y
dependerá del desarrollo personal y social de cada uno de los seres humanos. A partir
de esto, tenemos que aceptar que la construcción de la moral de cada persona depende
en gran medida de su desarrollo psicológico. Este hecho no ha pasado inadvertido a los
psicólogos, los cuales han añadido a sus teorías sobre el desarrollo cognitivo y afectivo
del individuo distintas teorías sobre el desarrollo moral.
Lawrence Kohlberg En concreto, cree que una vez consumado el desarrollo psicológico,
en relación con las aptitudes cognitivas, tiene lugar el desarrollo moral. Las aptitudes
cognitivas se refieren, entre otras cosas, a las aptitudes de razonamiento características
del pensamiento lógico y abstracto, la capacidad imaginativa y la capacidad para
efectuar una categorización conceptual significativa -que los animales y la tierra
pertenecen a diferentes categorías morales; que dañar simplemente a una persona, de
manera accidental y sin negligencia, es diferente de causarle un daño intencionado. Así
pues, puede entenderse que entre estas aptitudes figura la capacidad de captar la
manera en que unas acciones (y en general los acontecimientos) pueden diferir entre sí.
3. La sociedad:
La socialización es ese proceso por medio del cual la cría humana, animal, indefensa e
ignorante se convierte en miembro de pleno derecho del grupo social, adquiere las
habilidades que la misma estima necesarias para sobrevivir, pautas de comportamiento
exigidas por el mismo, interioriza los valores, las normas, los símbolos fundamentales
de ese grupo, aprende la utilidad y la utilización de sus principales herramientas e
instrumentos...
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Acabamos de plantear que la familia, la escuela, la iglesia, los grupos e instituciones
sociales, son agentes de socialización. Como tales, transmiten modelos de conducta
adecuada e intentan conseguir que los individuos se adapten a ellos. Describe algunos
medios que se usan en tu familia, en el instituto o en tu grupo de amigas y amigos para
conseguir que los individuos actúen sólo según los modelos de conducta aceptados.
La historia:
Podemos establecer que un valor surge en la historia como demanda de un grupo social.
Los contenidos morales aparecen cuando un grupo social, en unas condiciones históricas
concretas, cree que son necesarios para la convivencia, o incluso para la supervivencia
del mismo grupo. Podemos analizar, por ejemplo, cómo va cambiando el concepto de
virtud a lo largo de la historia. Para ello, nos situaremos en el siglo VIII antes de Cristo,
en las polis griegas arcaicas. En ellas los nobles tenían el poder económico y político, así
como la primacía social. Las constantes guerras y luchas entre las distintas polis hacían
que fuera prioritaria la defensa de la ciudad sobre otros asuntos. Los nobles, los únicos
con capacidad económica para poder tener armas de guerra, se ocupaban de mantener
las fronteras de sus ciudades o de la anexión de nuevos territorios, y basaban su primacía
social en esta función. En esta situación las virtudes principales eran el valor y la fuerza.
En el siglo V antes de Cristo, los nobles comparten la primacía social y política con
aquellos ciudadanos que se han enriquecido con el comercio en las colonias de Grecia
continental y de Italia meridional. En esta época, una vez pasado el tiempo de luchas
constantes, parece conveniente un perfil de ciudadano diferente.
El ciudadano virtuoso será aquel capaz de participar en la dirección de la poli y vencer
en el campo de batalla de la Asamblea o el Consejo. Las dotes de buen político se hacen
primordiales y se diluyen los valores regios de los héroes de las polis arcaicas; aunque
subsisten los valores guerreros, pierden su primacía y exclusividad (las nuevas técnicas
de combate hacen que ciudadanos con menos medios económicos puedan armarse y
participar en la defensa de la poli).
4. Factor afectivo:
Para que los niños puedan interiorizar las normas, las reglas, valores necesita en el
adulto que le propone la regla o la prohibición, vincularse efectivamente a un adulto o
una persona con mucha más experiencia, para que la norma se interiorice, ante más
confianza y más apego hacia la persona adulta la regla sera mejor entendida y mucho
más aceptada y cumplida sin temor.
Capacidad endopatía (identificación con el otro y con sus problemas)
· Imitación (sobre todo en los primeros años): entendida como proceso identificador que
adquiere diversas modalidades.
· Pudor, vergüenza, remordimiento, en cuantos indicadores de moralidad.
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TEORÍA DEL DESARROLLO MORAL SEGÚN PIAGET
Para Piaget, pionero en el estudio del desarrollo moral, el sujeto construía sus principios morales
a partir de su desarrollo cognoscitivo y de sus experiencias sobre las relaciones sociales. Señalaba
que aprendemos a sentir desde adentro el deseo de tratar a los demás como nosotros mismos
desearíamos ser tratados.
Piaget se basó en dos aspectos del razonamiento moral para formular su teoría: El respeto por
las reglas y la idea de justicia.
Para el autor, “toda moral consiste en un sistema de reglas y la esencia de cualquier moralidad
hay que buscarla en el respeto que el individuo adquiere ante esas reglas” La comprensión de
esas reglas, decía, está en función del juicio moral y por ello, su interés gira alrededor de ese
aspecto.
Como resultado de sus estudios sobre las reglas del juego de canicas en niños ginebrinos,
distinguió cuatro momentos en la COMPRENSIÓN Y PRÁCTICA DE REGLAS:
Conciencia de la regla
Se identifica a ésta en la manera en que los niños de distintas edades representan el carácter
sagrado o decisorio de las reglas del juego. Piaget identificó 3 estadios en la conciencia de la
regla, que se enuncian a continuación:
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La regla se considera sagrada e intangible, toda modificación el niño la considera como
transgresión. Se desarrolla junto al apogeo del estadio de egocentrismo y la primera mitad
del estadio de cooperación, de la práctica de la regla.
Para Piaget (1.983) existen dos tipos de nociones diferentes de justicia. Se considera a una sanción
como justa cuando: se castiga a un culpable, se recompensa a un inocente o, en general, se
establece una relación proporcional entre el mérito o la falta. A este tipo de justicia se le denomina
distributiva puesto que se apoya sobre la base de la igualdad: todos tenemos los mismos derechos
y los mismos deberes, por lo que el castigo no debe ser arbitrario, debe guardar correspondencia
con el acto que lo ocasiona. Por otra parte, cuando la sanción o recompensa guarda poca
correspondencia con la falta o el mérito, estamos hablando de una justicia retributiva
Tomando en cuenta los dos tipos de nociones de justicia y su relación con la presión adulta, Piaget
pudo identificar tres estadios en el desarrollo de la noción de justicia.
Primer Estadio (hasta los 7-8 años):” La justicia se subordina a la Autoridad Adulta”.
No está presente aún una distinción entre las nociones de justicia y deber y de
injusticia y el no acatamiento de órdenes.
Las sanciones se consideran legítimas y necesarias, aunque es más frecuente la
sanción por expiación (la sanción no guarda relación con el acto cometido) que por
reciprocidad.
Los niños creen en la justicia inmanente, es decir, admiten la existencia de sanciones
automáticas, que emergen de las cosas en sí mismas.
Aquí, la igualdad entre los niños es deseable, pero frente a eventos conflictivos,
optan por la presión adulta.
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Tercer estadio (a partir de los 12 años):
La equidad es pretendida por los niños, lo cual hace que las sanciones y las leyes
sean consideradas con prudencia, dependiendo de la situación. Distintas sanciones
por reciprocidad según el acto, nos hablan de una justicia distributiva.
Para Piaget, la mentira no constituye para la conciencia del niño un conflicto mucho más grave y
más insistente que la torpeza o incluso actos excepcionales como los hurtos. Esto porque la
tendencia a mentir es una tendencia natural, cuya espontaneidad y generalidad es el resultado del
pensamiento egocéntrico del niño, más particularmente del encuentro entre las actitudes
egocéntricas con la presión moral del adulto.
Las definiciones de mentira dadas por los niños en sus estudios, le permitieron al autor identificar
tres estadios en la evolución del concepto de mentira:
Estadio I (2-6 años)” Las mentiras son cosas malas, inclusive errores involuntarios y
accidentes”:
El único criterio para que algo sea considerado como mentira es si puede resultar en un
castigo, de lo contrario, el acto no es considerado como una mentira.
Estadio II (7- 10 años) “Las mentiras son cosas que no son verdad, independientemente
de las intenciones”
Estadio III (11-12 años) “Las mentiras son cosas que intencionalmente no son verdad”.
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Simple censura aplicada de manera no autoritaria, sin castigo.
Esta etapa abarca los cinco primeros años de la vida del niño, cuando aún no tiene mucha
conciencia o consideración por las reglas. De los dos a los seis años los niños son capaces de
representar las cosas y las acciones por medio del lenguaje, esto les permite recordar sus
acciones y relatar sus intenciones para el futuro. Sin embargo, no pueden aún realizar
razonamientos abstractos, por lo que no pueden comprender el significado de las normas
generales. Estas normas son impuestas por los padres.
El adulto se desvela por enseñar a los niños los distintos tipos de normas; desde las que se
basan en la prudencia, con el fin de evitar acciones peligrosas, hasta las más básicas de
relación con los otros que pretenden defender el bienestar físico y psicológico, en un intento
de evitar la mentira, respetar la propiedad, etc., para lo que se valen de diversas formas de
control con el fin de procurar que se cumplan.
En esta etapa, aunque los padres pueden tener estilos educativos diferentes, las
particularidades intelectuales del niño a esta edad, hacen casi imposible que pueda entender
el sentido de muchas de las normas que se les proponen. En consecuencia, en su relación
con el adulto, es probable que el niño experimente una cierta coacción o presión del adulto
como autoridad que da órdenes, exige obediencia e impone sanciones o premios.
Según Piaget, este tipo de relación promueve necesariamente una moralidad heterónoma o
de obediencia a la autoridad, basada en el respeto unilateral del niño al adulto y en el
acatamiento de normas que son externas a su conciencia. Si el niño no tuviera la oportunidad
de practicar otro tipo de relaciones, se mantendría en un estado de subordinación moral.
Pero esto no es así: Como veremos seguidamente, Piaget se da cuenta de que existe una
gran diferencia entre lo que uno ve hacer al niño en la práctica, y lo que hay en su conciencia.
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Esta moral se despliega aproximadamente a partir de los 10 años, en conjunto con la etapa
de las operaciones concretas del desarrollo cognitivo. Se origina a partir de la cooperación
entre pares, el niño piensa menos egocéntricamente, por lo tanto, en esta moral se genera
un respeto mutuo, en donde el otro tiene derechos y faltarle el respeto es faltármelo a mí
también. En esta etapa se evidencia la capacidad para valorar las normas y las conductas, la
regla ya no sólo se practica, sino que más bien se concientiza, y el niño las juzga en función
de sus propios criterios.
El niño, en su relación con otros compañeros de su misma edad, tiene experiencias de otra
índole. El niño, entonces, se sitúa frente a otro igual y, al considerarlo así, deja a un lado la
coacción que sentía frente al mayor y se implica de manera más directa en actos de
cooperación y reciprocidad. El tipo de respeto que surge de este tipo de relación entre
iguales es muy diferente del que siente el niño por una figura de autoridad adulta. Se trata
de un respeto mutuo, donde todos tienen los mismos derechos y ninguno debe subordinarse
a los mandatos de otro. Todos estos elementos son fundamentales, según Piaget, para el
desarrollo de una moralidad autónoma basada en el principio de justicia y no en el de
autoridad. En la moral autónoma, el niño hace suyas ciertas normas y las interioriza en un
proceso de toma de conciencia, reflexión y reelaboración de normas que antes eran externas
a su propia conciencia.
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LA TEORIA DEL DESARROLLO MORAL DE KOHLBERG
La contribución especial de Kohlberg a la psicología moral ha sido aplicar el esquema de
desarrollo en estadios que elaboró Piaget para estudiar el pensamiento, al estudio de
cómo evoluciona el juicio moral en el individuo. El juicio moral es un proceso que
permite reflexionar sobre los propios valores y ordenarlos en una jerarquía lógica,
especialmente cuando se enfrenta un dilema moral. Debido a que la práctica de la
moralidad no es solo para momentos de nuestra vida sino para cada proceso de
pensamiento y los conflictos morales que nos ocurren en la vida diaria.
En el enfoque cognitivo-evolutivo, un estadio sería un modo consciente y distintivo de
aprehensión de lo real. Los estadios cognitivos tienen las siguientes propiedades
Según Enrique Barra Almagiá, de lo leído en O'Connor, 1977:
1. Implican formas cualitativamente diferentes de pensar y de resolver los mismos
problemas.
2. Estas diferentes formas de pensar pueden ser ordenadas en una secuencia
invariante.
3. Cada una de estas formas de pensar forma un todo estructurado. O sea, en cada
etapa todas las creencias del individuo están organizadas alrededor de esa particular
forma de pensar.
4. Cada estadio sucesivo es una integración jerárquica de lo que había antes. Los
estadios superiores no reemplazan los inferiores sino, más bien, los reintegran.
Kohlberg ha establecido la existencia de seis estadios progresivos del juicio moral,
mostrando que el desarrollo del pensamiento de las personas sobre temas morales se
caracteriza por los criterios señalados.
Entrevista sobre el Juicio Moral
La metodología utilizada para determinar el estadio de desarrollo moral de un individuo
consiste en una Entrevista sobre el Juicio Moral compuesta por tres dilemas hipotéticos.
Cada dilema involucra a un personaje que se encuentra en la necesidad de escoger entre
dos valores conflictivos, como por ejemplo el valor de la vida versus el valor de la ley, o
el valor de la autoridad versus el valor del contrato. La persona debe responder una serie
de preguntas acerca de cómo debería el personaje resolver el dilema y por qué esa sería
la mejor manera de actuar. Luego el investigador analiza las respuestas para determinar
las estructuras del juicio moral. Su interés se centra en la forma o estructura del
razonamiento del sujeto, y no en el contenido específico de su pensamiento.
La teoría cognitivo evolutiva de la moral, trata de explicar: cómo se desarrollan las
etapas del juicio moral a partir de la interacción del individuo y su medio ambiente;
cómo un individuo pasa de una etapa a la siguiente y por qué algunas personas se
desarrollan más que otras.
Kholberg considera la invariabilidad necesaria en la sucesión de etapas. Este autor,
encuentra que las etapas son las mismas en los diversos países en la que se realizaron
los estudios, tales como México, Taiwán, pueblos rurales de Turquía y Estados Unidos.
El contexto cultural marca las diferencias no el orden. (Grimaldo, 2007). No se han
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encontrado diferencias en el desarrollo del pensamiento moral de católicos,
protestantes, judíos, budistas, Mahometanos o Ateos. Siendo lo único afectado el ritmo
en el cual los individuos progresan a través de esta secuencia.
NIVELES Y ESTADIOS
A partir de sus investigaciones, Kohlberg distingue tres grandes niveles de desarrollo
moral, cada uno de los cuales se compone de dos estadios de desarrollo moral. "Los
niveles definen enfoques de problemas morales; los estadios definen los criterios por
los que el sujeto ejercita su juicio moral"
Los tres niveles son considerados como 3 diferentes tipos de relación entre el yo y las
normas expectativas de la sociedad. (Grimaldo, 2007)
Desde el punto de vista cognitivo, Kohlberg mantiene la propuesta de Piaget; sin
embargo, desde el punto de vista evolutivo se diferencia, al plantear una evolución de
carácter lineal jerárquica del desarrollo, en donde el estadio superior, es el mejor, ya
que trata de lograr formas de mayor equilibrio en la interacción organismo-medio.
Cada estadio, se define por tres elementos: a) Una perspectiva en relación con las
normas sociales, b) Un conjunto de razones para juzgar las acciones concretas como
‘’buenas o malas’’ y c) Un conjunto de valores preferidos. (Grimaldo, 2007)
Así, se obtiene un primer nivel denominado:
PRE-CONVENCIONAL
Característico de niños pequeños, algunos adolescentes y muchos delincuentes.
(Grimaldo, 2007)
Se enfocan los problemas morales desde la perspectiva de los intereses concretos de los
individuos implicados, y de las consecuencias concretas con que se enfrentaron los
individuos al decidir sobre una acción particular. (BARRA 1987)
En este primer nivel, pre-moral los juicios se basan en criterios externos, es decir en el
castigo o la recompensa que recibe el autor de la acción. Lo correcto y lo incorrecto,
constituyen criterios absolutos, establecidos por la autoridad de los padres,
principalmente. En este nivel el individuo no ha alcanzado a entender y mantener las
normas sociales convencionales.
En la primera fase del desarrollo moral, que según Kohlberg suele durar hasta los 9 años,
la persona juzga los acontecimientos según el modo en el que estos la afecten a ella.
Encontramos dos estadios, siendo:
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adulto, porque considera su superioridad’’ (Grimaldo, 2007)
Puesto así el niño evitará ‘’portarse mal’’
‘’Someterse a las reglas apoyadas por el castigo; la obediencia por sí misma; evitar el
daño físico a las personas y a la propiedad’’. (BARRA 1987)
Esta etapa es similar a la etapa Heterónoma de Piaget, en el que la gravedad de la
transgresión depende de daños producidos
Desde la perspectiva social, un punto de vista egocéntrico, no considera los intereses
de otros ni reconoce que difieren de los propios; no relaciona dos puntos de vista. Las
acciones se consideran físicamente más que en términos de los intereses psicológicos
de los demás. Confusión de la perspectiva de la autoridad con la propia. (BARRA 1987).
CONVENCIONAL
Kohlberg estableció a partir de sus investigaciones, que era típico en la mayoría de los
adolescentes y adultos. Aquí el castigo, la recompensa, lo agradable y desagradable
pierden importancia. Lo juicios, se basan en normas y expectativas de grupo Lo que el
grupo es correcto. (Grimaldo, 2007)
Pues aquí ya se encuentra la importancia de los criterios de la familia y de los grupos en
los que se relaciona la persona. Observándose la identificación de la persona con las
normas y reglas sociales y la sociedad en sí con la que se siente o forma parte.
Ellos ven a los individuos intercambiando favores, pero aún no existe una identificación
con los valores de la familia o la comunidad.
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-->La mente del niño en la etapa 1, el castigo está vinculado con maldad; el castigo
“demuestra” que la desobediencia es errónea. En contraste, en la etapa 2, el castigo es
simplemente un riesgo de que uno naturalmente quiere evitar.
Encontramos dos estadios, siendo:
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robo puede terminar en el encarcelamiento. Por el contrario, los encuestados en etapa
4 tienen una concepción de la función de las leyes para la sociedad en su conjunto – una
concepción que supera a aquella de niños más pequeños.
El tercer nivel, denominado:
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ellos también lo harían. En la etapa 5, en contraste, la gente está haciendo un mayor
esfuerzo para develar lo que cualquier sociedad debe valorar. A menudo razonan, por
ejemplo, que la propiedad tiene poco significado sin la vida. Ellos tratan de determinar
de manera lógica cómo una sociedad debe ser y funcionar.
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3. Suponiendo que la persona que se muere no es su mujer, sino un extraño, ¿debe Heinz
robar la medicina para un extraño? ¿Por qué?
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ley cada vez que tiene una buena razón? El resultado sería el caos, la sociedad no podría
funcionar.
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BIBLIOGRAFÍA:
Barreiro, A. (18 de mayo de 2018). El desarrollo moral de niños y adolescentes: aprendizaje y
construcción conceptual. Obtenido de https://es.scribd.com/document/381635158/Clase-5-
El-Desarrollo-Moral-de-Ninos-y-Adolescentes-Aprendizaje-y-Construccion-Conceptual
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