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¿Alguien ha visto una flor de higuera? Seguramente por mucho que busquéis no la
encontrareis; de hecho, ni el propio Linneo, el gran botánico sueco, pudo descubrir
el enigma de las flores de la higuera y cuando describió la especie y le puso nombre
(Ficus carica L.), señaló que era una especie sin flores! ¿Pero entonces como se
reproduce y forma su delicioso fruto de verano; el higo?
UN CASO DE MUTUALISMOOBLIGADO
Las flores de la higuera, de hecho, no se pueden ver ya que crecen escondidas dentro del
receptáculo que las soporta, el higo. Han desarrollado una relación de mutualismo tan
estrecha con sus polinizadores que no necesitan florecer externamente ofreciendo
recompensas azucaradas. De hecho, cada una de las especies del género Ficus (contiene
unas 750, de la familia Moraceae) es polinizada por una especie única de avispa
(familia Agaonidae; Blastophaga psenes para la higuera mediterránea) de la cual
depende para su reproducción. Es un caso extremadamente complejo de coevolución
entre una planta y su insecto polinizador en el que ninguna de las dos especies podría
sobrevivir sin la otra.
El mecanismo de polinización funciona como un engranaje perfecto. Las avispas
femeninas son las primeras en visitar el higo, donde llegan atraídas por un olor que
desprenden cuando las flores femeninas están maduras. Las avispas femeninas poseen
unas adaptaciones especiales para poder penetrar en el higo y conseguir su objetivo
final: poner los huevos en su interior. Tienen unos dientes invertidos en las mandíbulas
y ganchos en las patas para poder avanzar dentro del fruto. Sin embargo, sólo tienen una
oportunidad para depositar los huevos ya que la mayoría de avispas pierden las alas y
antenas una vez entran en el higo y por lo tanto ya no pueden buscar otra. Una vez
eclosionan los huevos, las larvas de avispa se alimentan del contenido del higo. Las
larvas de avispas masculinas son las primeras en completar su desarrollo, y una vez
alcanzada la madurez sexual buscan las avispas femeninas, las fertilizan y mueren. Las
avispas femeninas no salen del higo hasta al cabo de unos días, coincidiendo con la
maduración de las flores masculinas y favoreciendo así que salgan del higo cargadas de
polen. Estas avispas fecundadas y llenas de polen son las que volverán a buscar otro
higo donde dejar el polen y poner los huevos. Así el ciclo vuelve a empezar de nuevo.
REFERENCIAS
Byng W (2014). The Flowering Plants Handbook: A practical guide to families and
genera of the world. Plant Gateway Ltd., Hertford, UK.
Cruaud A, Cook J, Da-Rong Y, Genson G, Jabbour-Zahab R, Kjellberg F et al.
(2011). Fig-fig wasp mutualism, the fall of the strict cospeciation paradigm? In:
Patiny, S., ed., Evolution of plant-pollinator relationships. Cambridge: Cambridge
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Machado CA, Robbins N, Gilbert MTP & Herre EA (2005). Critical review of host
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Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA 102: 6558–6565.