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"El celibato no es la causa de la

crisis de abusos sexuales en la


Iglesia; lo es el sacerdocio"
"Pedro se apañó sin sacerdotes. También lo hizo
Pablo. Y todos los primeros cristianos"

(Cameron Doody).- El celibato obligatorio sacerdotal no es la causa de la


"depravación" de abusos que ha azotado a la Iglesia desde Australia hasta
Alemania. Lo es el sacerdocio en sí. Esta es la tesis de Gary Wills,
periodista y escritor estadounidense especializado en la política, la historia
y la religión, quien sostiene que "el sacerdocio en sí es una afrenta al
Evangelio".

"No hay sacerdotes en los Evangelios, con excepción de los


sacerdotes judíos, algunos de los cuales conspiraron contra Jesús", ha
escrito Wills en una polémica tribuna en el Boston Globe. A Jesucristo
"solo se le llama sacerdote en la tardía y sospechosa Carta a los
Hebreos", ha recordado el escritor, "donde se le hace sacerdote en la línea
de un mítico no judío, Melquisedec - y aún así es el único y último
sacerdote" de la tradición cristiana, ya que "Pedro y Pablo nunca se
llaman sacerdote a ellos mismos ni a ningún otro cristiano".
"Más allá de la Carta a los Hebreos, los únicos títulos del Nuevo
Testamento para el servicio a la comunidad son episkopos (supervisor),
presbyter (presbítero), apostolos (emisario) y diakonos (siervo), nunca
sacerdote (hiereus)", ha recordado Wills.

La mutación hacia ver a los curas como casta aparte en el cristianismo se


dio, según Wills, en la Edad Media, cuando el sacerdocio empezó a
"subordinar toda actividad cristiana a la superintendencia
sacerdotal", tal como se ve en el desarrollo de los siete sacramentos, los
cuales marcan ritos de paso claves en la vida de los fieles. "No es de
extrañar que los líderes de la Iglesia intentaran desesperadamente proteger
este gobierno imperial sobre la totalidad de la vida católica, procurando
acallar o borrar cualquier revelación denigrante respecto a la depradación
sacerdotal", ha observado Wills a este respeto.

Toda esta exégesis de la historia del cristianismo lleva al historiador y


periodista a preguntarse por qué los católicos de hoy día "creen que no
pueden adorar de verdad a Dios sin sacerdotes". "Los católicos están tan
convencidos que solo un sacerdote puede realizar el milagro de la
transubstanciación" -la transformación del pan y vino de la eucaristía en el
cuerpo y sangre de Cristo- que creen "que si ningún cura se aparece en la
misa, no hay nada que los creyentes puedan hacer sino volverse a casa", ha
lamentado Wills. "Que no hay ningún milagro sin el mago", ha
ironizado. "Pero ¿por qué no? Pedro se apañó sin sacerdotes. También lo
hizo Pablo. Y todos los primeros cristianos".

Para salir al paso de la acusación de que su planteamiento le convierte en


protestante, Wills, católico de convicción, responde: "Es verdad. No soy
mejor que un protestante. Todos los cristianos somos hermanos y
hermanas, se presenten los sacerdotes en sus reuniones o no".

Todo esto lleva a Wills a huir de la idea de que "si solo el escándalo de
abusos llegara a su fin, todo estaría bien con el sacerdocio - o de que
algunas reformas, tales como eliminar la norma del celibato u ordenar a
mujeres, harían que el sacerdocio funcionara de nuevo". "No creo que
deba funcionar de nuevo", ha afirmado el escritor: la tentación de
proteger el aura de la casta consagrada es demasiado grande.

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