La salsa es un género musical bailable resultante de la síntesis del son cubano y
otros géneros de música caribeña, con el jazz y otros ritmos estadounidenses. La
salsa fue consolidada como un éxito comercial por músicos de origen puertorriqueño en la ciudad de Nueva York en la década de 1960,3 si bien sus raíces se remontan a décadas anteriores en países de la cuenca del Caribe.4 La salsa finalmente se extendió a lo largo de Colombia5 y al resto de América, dando lugar a escenas regionales puertorriqueña, panameña, venezolana, cubana, dominicana, colombiana y de otros países de América Latina. La salsa abarca varios estilos como la salsa dura, la salsa romántica y la timba. El director cubano Machito afirmó que la salsa era lo que él había tocado durante cuarenta años (entre 1930 y 1970 aproximadamente) antes de que el género musical se denominara así.6 Por otro lado, el músico neoyorquino de ascendencia puertorriqueña, Tito Puente, negaba la existencia de la salsa como género en sí, afirmando que «lo que llaman salsa es lo que he tocado desde hace muchísimos años: se llama mambo, guaracha, chachachá, guaguancó, todo es música de influencia cubana».[cita requerida] El músico Eduardo Morales define la salsa como «un nuevo giro de los ritmos tradicionales al son de la música cubana y la voz cultural de una nueva generación», «una representación de la identidad cubana e hispana en Nueva York».[cita requerida] No obstante, aunque el son cubano es la espina dorsal de la salsa, el elemento fundamental en el surgimiento de la salsa es el papel de los músicos puertorriqueños y su cultura, tanto en la isla de Puerto Rico como en su diáspora neoyorquina. En ese sentido, se señala el peso específico de los puertorriqueños en Nueva York que, aunque minoría, eran numéricamente muy superiores a cualquier asentamiento latinoamericano. También se aduce que el corte en el intercambio cultural entre puertorriqueños y Estados Unidos en la escena musical latina de Nueva York.