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SÍNTESIS TEOLÓGICA
Guía de Estudio – Katniss Gokū Etzbe’onît
1. INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA
1.1.1. Definición
1.1.2. Objeto
B) Objeto formal (Es el punto de vista especifico desde el cual se conte mpla la
realidad)
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1.2. Fe y Teología
Las verdades de la Revelación son accesibles, en cuanto a que por medio de la fe sus
contenidos son creíbles (ut credibilia) y por medio de la Teología las verdades reveladas
son inteligibles (ut intelligibilia).
La fe es asentir una verdad que es digna de ser creída.
El motivo formal de la fe es la autoridad de Dios que revela
El motivo formal de la Teología es la percepción de la razón que se obtiene de la
comprensión de lo creído.
La teología es el desarrollo de la dimensión intelectual del acto de fe.
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1.4. La Revelación y la Resurrección de Cristo
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La fe es la intermediaria entre lo divino y lo humano
Hay un ámbito o un momento en donde se lleva a cabo la Revelación, donde Dios se
da a sí mismo como un don a la contemplación, a la voluntad, al afecto, a la acción
del ser humano de ser capaz de recibir la comunicación divina.
La Revelación de Dios es el acto por el cual Él se manifiesta como Palabra viva y
como Amor infinito y Trascendente.
Su voluntad, su amor y su luminosidad infinita son recibidas por el ser humano a
través de las mediaciones objetivas y las actitudes humanas que Dios mismo ha
elegido y preparado.
El Logos de Dios, impregnado por su Amor sustancial, se comunica a los seres
humanos como Gracia y Vida y se revela como Luz, es decir, como la Salvación y
el Amor, que son Dios mismo.
El Logos se hizo carne: Cuando Dios realiza en su carne es Palabra y Acción de
Dios
Encarnación
Vida escondida y pública
Cruz
Resurrección
La Palabra y la Vida de Cristo es el centro y la cumbre de la Revelación, es la
manifestación de Dios por excelencia
Dios se revela como un Dios «personal», inteligente, libre y amante
Es un Dios personal: Cuando se aplica la palabra «personal» a Dios, quiere decir
que se comunica entiende y ama, con Palabra de Verdad y con Aliento de Amor.
El amor gratuito de Dios que interviene gratuita y libremente en la creatura consciente
Dios al crearnos a su imagen y semejanza nos ha dotado de inteligencia y de
capacidad de amar, como consecuencia de esto, el ser humano al estar dotado de la
capacidad moral está sometida su mente a la latencia o gravitación de Dios, que es
previa a toda revelación categorial.
Dios ha introducido en nuestra mente la idea de Dios, la cual es como la gravitación
(«descansar o hacer fuerza un cuerpo sobre otro») del infinito real sobre la
inteligencia y la capacidad de amar del ser humano.
El ser humano con esta gravitación de Dios recibe una cierta presencia y llamada de
Dios por el hecho de la existencia de ambos: De Dios y del ser humano. Esta
presencia y llamada de Dios se hacen presenten en la meditación de la mente
humana y de las criaturas, lo que permite que el ser humano pueda tener una cierta y
oscura percepción de la realidad de Dios.
La acción de Dios desborda toda meditación religiosa, por lo que es más grande que
cualquier área confesional. Dos afirmaciones:
La meditación cristiana es meditación verdadera de Dios: «El Verbo de Dios ha
asumido como carne suya la meditación de Cristo, y Cristo ha asumido y amado
a la Iglesia hasta presentársela a sí mismo sin mancha ni arruga» (Ef 5, 27).
La meditación es necesaria para recibir todo lo que Dios quiere en plenitud para
el ser humano.
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La Creación y la Historia son el doble ámbito en el que Dios se manifiesta
La Creación y la Historia son los escenarios de la Revelación: el tiempo del cosmos
y el acontecer en el que el ser humano es el sujeto de la acción y Dios es el Amor
providente hacia su creación.
Dios y el ser humano en la revelación trinitaria de la Palabra y del Amor
La recepción de esta comunicación de Dios incluye la «escucha» de la Palabra y la
«conversión del corazón» al Espíritu de Verdad y del Amor.
Trinidad manifestada o Económica: Dios Uno in-engendrado se ha comunicado por
medio de su Palabra, que es comunicación y comprensión que impera y es fuerza
viva, que no puede ser comprendida con palabras humanas. Para que esta Palabra
sea entendida, Dios ha regalado el Don de su Espíritu, para que el ser humano sea
capaz de hacerlo entrar en su Verdad y en su Amor. Desde el principio, Dios habla
al ser humano por medio de su Palabra, comunicándole su propio Espíritu de
Sabiduría o de Profecía como aliento de vida, le hace partícipe de la filiación divina
y la herencia preparada desde el principio mediante el Espíritu de del Hijo
Jesucristo.
De la Creación a la Trinidad:
La Revelación es la Trinidad personal que se da a sí mismo a los seres humanos en
la Encarnación del Hijo, en la Cruz y en la donación del Espíritu Santo por
Jesucristo glorioso.
Escatología incoada: Acontecimiento y Palabra anticipan en el tiempo y en el espacio
humano los dones de Dios que se revela.
En Cristo se cumple lo prometido desde el principio, Él, al ser glorificado y ser
constituido como el Eschaton vive para siempre, es el primero y el último.
Jesucristo está revestido de la plenitud de la gloria divina, constituye el foco de luz
y el futuro escatológico que se anticipa como primicia gratuita de los bienes que
espera el ser humano.
Cristo es la Palabra viva de Dios, es mediación de Dios para los seres humanos. Es
la primera mediación que constituye ser un signo de igualdad referido
simultáneamente hacia Dios y hacia el ser humano. Igualdad hacia Dios como
Logos, igualdad hacia el ser humano como sarx. La encarnación, por lo tanto, es
ejercicio de la mediación reveladora: El Logos de Dios se ha hecho sarx.
La revelación cristiana toma como principal elemento la escatología incoada, el
Verbo hecho carne. Este principio actúa como promesa, y su cumplimiento se dará
el último día, al final de los tiempos. Esta promesa ha tenido una historia real: el
paso de Cristo de muerte a Vida; Vida que se anticipa en Cristo vivo y glorioso que
ha de venir para ser todo en todos, en el mundo y en la historia.
«La teología es la ciencia que estudia en la Escrituras la promesa de Dios, su
cumplimiento en la historia de Cristo y en el horizonte escatológico, y su
cumplimiento anticipado en el hoy de la caridad y de los sacramentos».
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1.4.2. La resurrección de Cristo, centro de la Revelación
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como el futuro escondido en Dios se anticipara en el presente, quedando el mal
vencido por Dios.
La Resurrección como futuro anticipado en lo humano
El futuro se ha anticipado haciéndose presente por la Cruz de Cristo, que ha sido el
punto límite y el punto abierto por el cual, el núcleo del Reino de Dios, que es
Cristo glorificado, se ha introducido en el mundo para anticipar la nueva creación,
el Reino de Dios en el Espíritu Santo que se ha dado a los seres humanos como
gracia y anticipación de la gloria que se espera.
«La resurrección de Cristo es la anticipación plena de la vida de Dios en el hombre,
humillado y crucificado»: Es el cumplimiento de las promesas de Dios hechas a los
pobres y a los sufrientes, y al mismo tiempo, la resurrección es la culminación de
todo el proceso de la Revelación judeo-cristiana.
La resurrección, desde el punto de vista antropológico representa la participación
más alta que puede recibir el ser humano en la vida de Dios. Cristo glorificado da
una salvación real al ser humano, debido a que con su poder divino puede
comunicar la gloria del Espíritu Santo a los seres humanos.
La resurrección es la respuesta coherente de Dios a la apertura del ser humano a lo
divino y sagrado. Esta respuesta incluye en sí misma que Dios tiene en cuenta los
sufrimientos y frustraciones del mundo y que va acorde a su amor infinito. Dios no
olvida a lo que ama, por lo que la resurrección es el milagro de Amor que gravita
sobre el ser humano como anticipo de la experiencia de Dios.
La vida de Jesús en unidad con el acontecimiento de la Resurrección
La vida de Jesús se ha de entender como una línea continua y única: encarnación,
nacimiento, vida oculta, predicación, curaciones, confrontación con los fariseos,
confrontación con el mal del mundo, pasión, muerte y resurrección, ascensión y
pentecostés.
Cristo en la cruz manifiesta el amor más grande y su entrega total a la voluntad del
Padre. Es después de la Resurrección que el Hijo de Dios ejerce el poder de dar el
Espíritu Santo a los seres humanos.
La fe y el motivo para creer en la resurrección se hacen presentes al conocer los
testimonios de los Apóstoles acerca de la resurrección, y el querer participar vitalmente
en la vida del Resucitado es el acercarse e incorporarse a Cristo siendo revestidos por Él
en el Bautismo, formando en el futuro un solo Cuerpo y un solo Espíritu en la
Eucaristía.
Vivencia y concepción de la Resurrección por los Apóstoles
Confesión de fe en la resurrección: Los Apóstoles entendieron que Cristo está vivo
después de haber sido crucificado y haber muerto en la Cruz, es por ello que
proclamaron que Cristo había resucitado de entre los muertos, Jesus vive por el
poder de Dios.
Kerygma: Dios Padre ha resucitado a Cristo de entre los muertos, y sentado el Hijo
a la derecha del Padre, nos ha dado su Espíritu, junto con los dones pascuales (el
gozo, la paz, el perdón y la misión).
Los testimonios:
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El sepulcro vacío
Las apariciones del Resucitado a los Discípulos tienen como base la iniciativa
de Dios que se concreta en la presencia de Jesús vivo a los Apóstoles
El signo memorial de la fracción del pan, que al realizar este signo en nombre de
Jesucristo se actualiza su presencia, como recuerdo y actualización de las
apariciones de Cristo.
El cumplimiento de la promesa de Salvación se ve realizada en la Resurrección
de Jesús.
La luz y la donación del Espíritu Santo hace aparecer el objeto divino, que es
Jesús glorioso en la vida de Amor de Dios Padre.
Experiencia eclesial del Resucitado en la actualidad
La actualización de la experiencia del Resucitado se lleva a cabo en la Palabra, la
Caridad y los Sacramentos, de la misma forma en que la experimentaron los
Apóstoles:
El vacío de la ausencia a la Palabra: Del dolor humano a la llamada personal del
sujeto, es una comunicación.
La experiencia del Resucitado como un hecho que desborda la inteligenc ia
humana y que es creída por medio de la fe.
La experiencia de Cristo en su encuentro y compañía para con el ser humano,
que después de los encuentros personales y espirituales con el Resucitado puede
brotar la misión.
La escucha de la Palabra llega a la fe y al corazón del creyente en la celebración
de la Eucaristía, la fracción del pan con el justo.
El hecho de la Resurrección contiene el infinito Amor del Padre, dado y reflejado en
el acontecimiento pascual de su Hijo, que se actualiza en la celebración eucarística
del Misterio Pascual de Cristo, quien al ser glorificado entrega como don su Espíritu
al ser humano.
Los loci theologici son los principios de los cuales los teólogos extraen sus pruebas y
argumentos, estos principios se encuentran en las fuentes que testifican las verdades de
la revelación. El criterio fundamental de toda argumentación descansa en la autoridad y
luego en la razón.
Son siete los lugares teológicos que están basados en la autoridad de los testimo nios de
la revelación (Fides Eccelsiae) y el octavo, mejor llamado como depósito está
constituido por la razón natural.
La autoridad de la Sagrada Escritura.
La autoridad de la Tradición de Cristo y de los Apóstoles.
La autoridad de la Iglesia Católica
La autoridad de los Concilios, Ecuménicos o Generales en los que reside la
autoridad de la Iglesia Católica.
La autoridad de la Iglesia Romana, también llamada la autoridad del Sumo Pontífice.
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La autoridad de los Padres de la Iglesia.
La autoridad de los teólogos escolásticos
La autoridad de la razón natural, que se ejerce por el cultivo de las ciencias naturales.
Las autoridades extrínsecas al quehacer teológico: la autoridad de los filósofos y la
autoridad de la historia humana.
Otro lugar teológico es la liturgia, la cual contiene o actualiza el acontecimiento de la fe.
Confiesa la fe mediante la profesión del Credo.
Entiende la fe al ser un lugar hermenéutico o sede de la interpretación eclesial de la
fe.
Indica la orientación práctica que ha de seguir la fe eclesial para actuar la caridad.
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Los teólogos y los exégetas trabajan en estrecha colaboración para realizar los
estudios bíblicos o ciencia bíblica, donde la interpretación científica consiste en el
método histórico-crítico, teniendo como principales recursos: la filología, la historia
y la arqueología.
Los exégetas establece las bases del estudio e interpretación de la Sagrada Escritura,
mientras que el teólogo continúa la labor considerando los otros lugares teológicos
que contribuyen al desarrollo de los dogmas.
Los conceptos de la Exégesis: «La Exégesis es la intelección de un fragmento del
texto en relación con su contexto próximo», busca el sentido literal y espiritual del
fragmento, mediante el método histórico-crítico de acuerdo a lo establecido por el
texto y por el autor. Los recursos utilizados por el exégeta son: Crítica textual
(tiende a establecer el texto bíblico mediante el análisis lingüístico y el análisis
semántico), crítica literaria (discierne las diversas unidades textuales, teniendo
como finalidad de determinar el género literario, su origen, evolución, sus rasgos
específicos y su ambiente socio-cultural), crítica de las tradiciones y la crítica de la
redacción. Se analiza el texto tanto en su aspecto sincrónico (estado final) y su
aspecto diacrónico (su génesis y su evolución).
La teología bíblica abarca la historia, la evolución y la realidad actual del texto
bíblico, realizando la lectura del texto manteniendo simultáneamente los valores de
la revelación divina y la cultura humana.
La teología sistemática realiza la lectura del texto bíblico teniendo en cuenta la
tradición patrística y eclesial, es decir, la historia de la Iglesia y de la teología.
La Sagrada Escritura es el alma de la Teología.
La Teología tiene como fundamento perenne la Palabra de Dios que se encuentra
plasmada en la Sagrada Escritura, porque «ella es la única capaz de estructurar y
animar todo el cuerpo del saber teológico, orientándolo hacia su centro y fin que es
Jesucristo vivo, revelador de Dios».
La teología es una extensión científica de la Sagrada Escritura, teniendo como
finalidad que la revelación pueda ser entendida e inculturada en cada tiempo y
espacio culturales.
El carácter científico de la teología incluye la función pastoral, que mira al servicio
del anuncio y a la inculturación del Evangelio.
La aportación que proporcionan los estudio de la Sagrada Escritura a la Teología
Sistemática versa:
Desde el punto de vista de los contenidos, la determinación de la exégesis del
género literario, del sentido literal de los fragmentos, del contexto histórico,
cultural y social, de los diversos estratos de la redacción del texto, y de la
descripción del proceso de la revelación.
Desde el punto de vista formal: Los teólogos sistemáticos asumen los aportes de
la exégesis sumergiéndose en la Escritura, enlazando las tradiciones teológicas
de los Padres de la Iglesia y de los teólogos medievales, presentando de forma
sistemática y metódica el sentido de la acción de Dios, su manifestación en la
revelación, su cumplimiento en Cristo y el sentido que ha tenido en la Iglesia a
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través de los tiempos, con el fin de poder aplicarlos en la vida práctica. La
teología dogmática o sistemática por lo tanto, no se reduce al estudio de los
dogmas eclesiales, sino al estudio diacrónico, con carácter científico, de la fe de
la Iglesia, dentro del conjunto de la Tradición viva eclesial, teniendo como
finalidad encontrar en la Tradición una cierta comprensión de los misterios.
1.5.2. Tradición
1.5.3. Magisterio
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1.6.2. Teología Especulativa
A) Teología patrística
Siglos I-VIIl.- Está marcada por los Padres apostólicos y los Padres apologetas,
originada por la confrontación con las culturas paganas, pero también la necesidad de
aclarar y de profundizar intelectualmente el «hecho Cristo». Orígenes (185-253), primer
creador de una gran síntesis teológica. Agustín (354-430), gracias a las controversias
teológico-trinitarias, cristológicas, y antropológicas se recapitula la teología a través de
aclaraciones tan pertinentes que lo convirtieron en maestro autorizado y guía espiritual
de la teología medieval.
B) Teología monástica
Nacida con las órdenes monásticas y en auge hasta el siglo Xll puede considerarse
como el último desarrollo de la teología patrística. Las fuentes a las que acude son los
santos Padres, de sus raíces, la teología monástica asume también el fin y el método de
hacer teología.
Su finalidad no tanto era el conocimiento de la verdad como el amor a la verdad, la
satisfacción no tanto de la inteligencia como del corazón. El fin del conocimiento
teológico no tenía que ser la scientia con sus exigencias de racionalidad. Si no la
sapientia para llegar así a una vida inmersa escatológicamente en Dios, verdadero y
único estado para obtener un intellectus fidei pleno y perfecto. El método que se adoptó
en este proceso sapiencial fue la collatio, es decir la lección o la enseñanza impartida
por el abad a sus monjes, todo ello para sumergirlos en la meditatio,
En el centro estaba la sagrada Escritura, cuya lectura espiritual constituía el principio
único sobre el cual organizar toda reflexión de fe (la sacra página). La te ología
monástica acusó a la escolástica de querer reducir a las categorías humanas de tipo
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racional lo que no procedía del hombre, sino que tenía su última y verdadera
comprensión sólo en el corazón.
C) Teología escolástica
Procede del latín scholasticus, el que enseña o estudia en la escuela. Término que, desde
el Renacimiento, se aplica al pensamiento filosófico que se desarrolló a lo largo de la
Edad Media en todo el ámbito conocido de la cristiandad pero existen también, con
iguales derechos, una Escolástica árabe y una Escolástica judía. Se concibe como la
«ciencia que se enseñaba en la escuela»: primero las artes liberales y luego la filosofía y
la teología.
Se caracteriza por un doble, y problemático, recurso a la autoridad, representada por los
textos sagrados de la Biblia y la tradición de los Padres de la Iglesia (a la fe, en
definitiva), y a la razón, que de manera creciente se aplica a la interpretación de la
autoridad y hasta al libre juego de la reflexión propia. Mantuvo el lema, enunciado por
Agustín de Hipona y Anselmo de Canterbury, «la fe que busca comprender». Se apoya
en la dialéctica, o lógica medieval, y sobre todo con las sucesivas entradas de la obra de
Aristóteles en occidente, Florece en un cierto racionalismo que, con frecuencia, resulta
sospechoso a la teología.
La temática general, sin embargo, quedaba determinada por los encuentros
problemáticos entre fe y razón a que aquella temática en concreto obligaba. Si el
hombre es, para el escolástico, imagen de Dios, nada impide que, al abordar problemas
teológicos sobre la Trinidad, por ejemplo, se trataran también cuestiones psicológicas
del espíritu humano. La Escolástica se caracteriza preferentemente por su método, el
cual alcanza su pleno desarrollo formal con la llegada de las universidades medievales,
entre los siglos XII y XIII.
Su metodología, las disputas académicas organizadas sobres cuestiones polémicas, los
Cuatro libros de sentencias de Pedro Lombardo (s. XII) han sido una obra fundamental
en la producción literaria de la Escolástica, las facultades de teología lo usaron como
libro que todo aquel que se iniciaba en la enseñanza debía comentar.
D) Teología controversística
E) Teología postridentina
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teología práctica y de la teología política: Fray Bartolomé de las Casas (1474-1566).
Son los dominicos guardianes de una tradición que seguramente no se renueva tal como
lo pide una cultura imparablemente abierta hac ia la presentida Ilustración.
Escuela de Tübingen
Como reacción a una teología puramente deductiva, carente de creatividad, sin
relación apenas con la cultura de la Ilustración, aparece en Tübingen una escuela,
fundada por Johann Sebastian Drey (1777-1853), que tiene que ver con el
movimiento romántico de la época. Valoriza la tradición mediante el retorno a los
santos Padres, contempla la Iglesia como comunidad de fe centrada en Cristo vivo y
que supera el sabor a racionalismo tanto de la teología escolástica, agotada.
La Escuela Romana
Compaginó su formación escolástica con la apertura a la tradición patrística. De ella,
Kleutgen fue también el eclesiólogo decisivo en el Concilio Vaticano I. Mostraba
una fuerte inclinación hacia el intelectualismo, por eso valoró tanto la función de la
razón en el interior de la fe, la «ratio fide illustrata» del Vaticano I—, quizá en
contraste, m con el sentido de la Tradición, más congruente con el romanticismo,
que caracterizó a la Escuela de Tübingen.
J. H. Newman
Vale por una escuela. Tiene en alta estima la razón pero no es ni escolástico ni
racionalista, sino el hombre que valora la intuición que surge de la investigación
metódica de los signos que llevan al sentido (de ahí su «gramática del asentimiento»)
Con él adquiere vigencia y relieve el método inductivo aplicado a la Teología.
Estima la Tradición como evolución orgánica del dogma (de ahí su doctrina del
«desenvolvimiento»).
G) Teología neoescolástica
La encíclica Aeterni Patris de León XIII elevó el tomismo al rango de teología perenne,
lo que supuso el relanzamiento de la neoescolástica. No sólo se da un fuerte impulso al
neo-tomismo, sino que entreveran su fuerte intelectualismo con las corrientes nuevas
del método histórico (E. Gilson) y del personalismo (J. Lacroix).
La crisis modernista- El fin de siglo se ha presentado como una crisis de fondo —más
que de valores— de orientación fuertemente antropológica. En este terreno hay que
buscar los presupuestos sociales y psicológicos del modernismo. El deseo de
autenticidad crítica movía a los biblistas a establecer lo esencial y a prescindir de lo
«añadido»; la libertad y el sentimiento eran tan contrarios al dogmatismo que se
buscaba una religión que irrumpiera libre y afectiva del fondo de la conciencia subjetiva
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«Nouvelle Théologie»
La neoescolástica después del modernismo adquiere una acentuación apologética,
centrada en los motivos de credibilidad y en la prueba objetiva de Dios. Se abre a la
ética política, al método histórico y al personalismo. La «Nouvelle Théologie»,
hacia el final de la segunda guerra mundial (1945), despliega su programa, nunca
explícitamente escrito, pero que puede sintetizarse como un intento de situar «los
hitos del pensamiento teológico en su propio marco histórico lo pone en relación
con la cultura de su tiempo, y lo más importante, para el tema de Dios, entiende la
revelación como historia y auto manifestación que como sistema de ideas
transmitidas por Dios al hombre. El retorno a la Biblia y el retorno a los Padres,
una característica medular.
Teología de la «muerte de Dios»
La crisis profunda del fin de siglo, fue traumático, el tiempo subsiguiente a la
segunda guerra mundial, en el que Occidente hizo la experiencia tremenda de las
dos Guerras. Entre otros fenómenos sociales, estos repercutieron en la pregunta
insistente ¿dónde estás? La fe cristiana podía asemejarse a la fe subjetivizada de
algunos autores modernistas, pero —poco después— los teólogos subsiguientes
radicalizaban el mensaje todavía más e intentaban una amalgama de cristianismo y
ateísmo. La «necesidad» de un Cristo secularizado y abstracto, inmanente a la época.
A) Disciplinas histórico-bíblicas
B) Teología Sistemática
C) Teología práctica
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Teología Pastoral - explica el arte de formar a los hombres conforme a su carácter de
hijos de Dios y de llevarlos hasta la última plenitud celestial.
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