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También es evidente que, lo mismo que ocurre con las señales verbales, la
capacidad para emitir y recibir correctamente esas señales no verbales es esencial
para el desarrollo de la competencia social, ya sea en la oficina, la sala del tribunal,
el bar o el dormitorio, y también es importante cuando queremos tender puentes
sobre diferencias sociales y o culturales.
Casi toda la capacidad que tenemos para emitir y recibir señales no verbales
proviene del aprendizaje en la práctica misma del oficio; y en este caso el oficio es
el proceso mismo de la vida cotidiana. En resumen, aprendemos conductas no
verbales (no siempre de un modo consciente), mediante la imitación y el auto
modelado conforme a los demás, y también adaptando nuestras reacciones a la
instrucción, la retroalimentación y el consejo de los demás.
No sólo aprendemos la clase de conductas que hemos de adoptar, sino
además cómo se ejecutan, con quién, cuándo, dónde y con qué consecuencias.
Naturalmente, algunos poseen más y mejores "ayudantes" que otros: algunos
buscan más o menos ayuda. Se puede practicar la emisión y la recepción no verbal
con cierta frecuencia, pero sin una efectiva retroalimentación regular, la capacidad
no mejora.
En última instancia, el desarrollo de las habilidades no verbales dependerá
de lo siguiente:
Motivación: Cuanto más se desee adquirir habilidades no verbales, mayores
son las oportunidades que se tienen para hacerlo. A menudo esta motivación
se desarrollará cuando el sujeto sienta que dichas habilidades le ayudarán a
mejorar tanto profesionalmente como en la vida personal.
Actitud: Los individuos suelen participar en situaciones de aprendizaje con
actitudes productivas o improductivas, como, por ejemplo, "puedo hacerlo"
frente a "no puedo hacerlo", "será divertido", frente a "será aburrido". Por
motivados que estemos, las actitudes improductivas respecto de la situación
de aprendizaje disminuirán inexorablemente el resultado del aprendizaje.
Conocimiento: El desarrollo o refuerzo de cualquier capacidad depende en
parte de la comprensión de la naturaleza de la capacidad en cuestión. Parece
que inconscientemente obtenemos un gran volumen de conocimiento a partir
de la observación de los demás a medida que crecemos. Parte de este
conocimiento sólo lo adquirimos cuando oímos o leemos acerca de ello en
una fuente distinta. Esta "conciencia naciente" puede ser un ingrediente
importante en las adaptaciones futuras.
Experiencia: No se pueden aprender tales habilidades estando aislado. Con
una guía adecuada y una útil retroalimentación, la práctica nos ayudará a
desarrollar las capacidades no verbales. Cuanto mayor sea la variedad de las
propias experiencias, mayores serán las oportunidades de aumentar el
aprendizaje. Toda experiencia dada puede proporcionar información útil para
el desarrollo futuro de la capacidad, aún cuando se carezca totalmente de
ella en esa precisa situación particular.
2.- Perfil de emisores y receptores no verbales:
Los métodos que se pueden utilizar para poner a prueba las habilidades no
verbales de una persona son muchos.
En cuanto a la capacidad de codificación o emisora, se suele pedir al sujeto
que registre una oración o una serie de letras al tiempo que expresa diferentes
estados emocionales- actitudinales.
Para la codificación facial se pide a la persona que exprese facialmente una
serie de estados emocionales y o actitudinales.
La capacidad decodificadora o receptora se valora normalmente pidiendo a
los sujetos que identifiquen el estado emocional o actitudinal que expresa otra
persona, ya sea en directo o en película, en videotape, fotografía o registro sonoro.
El tests PONS (perfil de sensibilidad no verbal) es un filme sonoro en blanco
y negro de 45 minutos, que contiene unos 220 fragmentos auditivos y visuales a los
que deben responder los espectadores. Cada fragmente consta de una secuencia de
dos segundo de duración tomada de una escena representada por una mujer
norteamericana.
8.- Resumen
Hoy en día, lo único que podemos asegurar es que el desarrollo de las
capacidades no verbales se incrementará con un fuerte deseo o motivación de
mejorar, con las actitudes positivas o productivas respecto de la situación de
aprendizaje, con una adecuada comprensión del conocimiento en relación con la
conducta no verbal, y con la experiencia y práctica orientadas hacia una diversidad
de situaciones.
El instrumento más completo y que más ampliamente se ha puesto a prueba
es el que desarrollaron Rosenthal y sus colegas en la Universidad de Harvard con
el nombre de PONS (Profile of Nonverbal Sensitivity), Perfil de Sensibilidad No
Verbal.
Los resultados proporcionaron la siguiente información acerca de las
capacidades de recepción no verbales:
como grupo, las mujeres tienden a ser mejores decodificadoras que los
varones.
las capacidades decodificadoras tienden a aumentar con la edad hasta los
veintitantos años.
parece ser mínima la relación existente entre inteligencia y otras medidas
verbales y la capacidad de decodificación de señales no verbales.
la personalidad de los decodificadores idóneos parece reflejar extroversión,
sociabilidad, autocontrol y juicios de eficacia interpersonal por parte de los
demás.
los actores, los estudiantes de conductas no verbales y los estudiantes de
artes visuales tienden a puntuar mejor en los test de capacidad de
decodificación no verbal, pero de aquellos que reciban dentro de su grupo
profesional la calificación de excelente se puede esperar que posean buenas
facultades para la decodificación no verbal.
los test en los que se utilizan estímulos faciales, corporales y vocales típicos
de sujetos estadounidenses provocan los mayores puntajes en las culturas
más similares a la norteamericana, pero las calificaciones de acierto
sugieren la posibilidad de un componente multicultural en la conducta de
decodificación no verbal.
la excitación fisiológica y la práctica también parecen incrementar la
capacidad de decodificación de una persona.
1.- El observador:
Algunos están mejor capacitados para observar la conducta humana que
otros. No están claras las razones de estas diferencias, pero podemos ofrecer
algunas ideas sobre la base de la experiencia personal.
El observador eficaz ha de ser capaz de mantener un sutil equilibrio entre el
papel erudito de un perito y una cierta ingenuidad e ignorancia. El buen
observador debe adoptar una actitud de cierto distanciamiento respecto de
aquellos a quienes observa.
Es probable que los observadores eficaces hayan pasado por una muy
variada gama de experiencias educativas y personales. Esta base experimental
ayuda el observador a procesar estímulos complejos y fugaces y a situar más tarde
las observaciones en la perspectiva adecuada. Es decir el observador ha de tener la
habilidad suficiente como para descubrir el hilo unificador y los conceptos
generales que conectan las múltiples observaciones aisladas. Para conseguirlo se
necesita paciencia y perseverancia.
También debe poseer una cierta capacidad de conocimiento propio,
advirtiendo y aceptando tanto las cualidades positivas como las negativas de uno
mismo.
Para determinar las características comunes de observadores eficientes debe
considerarse la información que buscan y lo que consiguen. La siguiente lista
puede ser útil a los observadores de cualquier transacción humana:
Indagar acerca de los participantes.
Descubrir datos relativos al ambiente donde tiene lugar la interacción.
investigar sobre los fines de la interacción, meta.
buscar indicios acerca de la conducta social.
indagar sobre la frecuencia y duración de tales conductas
6.- Resumen:
Los buenos observadores deberán familiarizarse con las posibles fuentes de
distorsión de la observación y tendrán que adaptarse consecuentemente.
Respecto al tratamiento de la percepción humana se ha analizado la forma
en que proyectamos nuestras necesidades, deseos y expectativas en aquello que
estamos observando; también el hecho de que a veces solo percibimos lo que tiene
sentido para nuestra propia visión de la conducta humana, como nuestras primeras
observaciones pueden afectar a las observaciones posteriores y a la inversa, como
las expresiones de nuestras observaciones pueden ser fuente de deformación
perceptiva y lo cuidadosos que debemos ser para diferenciar los hechos de las
inferencias.
El análisis global otorga una cierta consistencia para orientar las
observaciones iniciales y confiamos en que sirva como estimulo de ideas
adicionales que se pueden aplicar y adaptar prácticamente a cualquier encuentro.