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Los 5 obstáculos en la meditación

Una manera de entender lo que hacemos cuando nos sentamos en zazen, es


reconocer que a través de nuestra sesión es para conocer a otra persona, es
decir, una persona mucho más grande que está sentada con nosotros, una
persona que no es exactamente diferente de ti y de mí, pero que tampoco es
exactamente igual. Sólo el proceso de sentarse nos ayudará a descubrir a esta
persona. Y luego, a medida que continuamos con nuestras vidas, poco a poco,
encontramos la manera de permitir que esta persona actúe a través de nosotros, a
través de nuestras vidas, y entonces vemos que es posible dejar de lado el miedo
y la ansiedad, y simplemente confiar en esta persona, en esencia, confiar en la
sabiduría profunda de nuestras propias vidas.

Hay una breve historia de Zen, sobre Tozan, que le pregunta un monje, “¿Por qué
estás trabajando tan duro?” Y él responde: “Lo hago en nombre de otro.” El monje
dice: “¿Por qué no lo hace lo mismo?” Tozan dice: “Él no tiene las herramientas.”

Si meditas, con el paso de los años, empezamos a ver nuestra vida como una
herramienta de esta otra persona y podremos sentir cada vez más que la fuente
de nuestra felicidad es la forma en que utilizamos nuestras vidas en nombre de
esa persona.

Hay un Koan sobre 2 discípulos de Zen llamados Daowu y Yunyan. Yunyan


estaba barriendo, y le dice Daowu, “muy ocupado”. Yunyan dice: “Usted debe
saber que hay alguien que no está ocupado.” Daowu dice: “Oh, quiere decir que
hay dos lunas?” Y Yunyan sostiene su escoba y le dice: “¿Cuál luna es esta?”

La historia describe a esta otra persona de las que les estoy hablando, es la
persona que no está ocupada, que siempre está dispuesta y es capaz de aceptar
lo que es, sin importar que tan difícil sea; la persona que está presente en nuestra
vida, incluso cuando estamos demasiado ocupados, incluso cuando estamos
sufriendo demasiado, incluso cuando estamos muy confundidos. Sentados en
zazen, crece nuestra confianza en esa persona. Entendemos que no hay dos
lunas, que esa otra persona está aquí justo donde estamos, y poco a poco
confiamos que es el verdadero guardián de nuestras vidas.

En el budismo “clásico” hay una discusión muy útil para la práctica de la


meditación en términos de los cinco obstáculos. Nos sentamos y vemos cómo
estos cinco obstáculos surgen, y se trabaja con ellos como el camino hacia la
calma. Los cinco obstáculos son: el apego, la aversión, la pereza, la emoción
(como excitación o exaltación), y la duda. La pereza es a menudo traducido como
“pereza y apatía.” A veces la excitación se traduce como “frenesí y preocupación.”
La emoción es muy popular en nuestra cultura no creen?. La gente dice: “eso fue
muy emocionante!” Y le damos un significado positivo, “Esto es emocionante!
¿Tienes un nuevo trabajo? Eso es emocionante!”

Entonces, cómo estos obstáculos se presentan en la meditación de Zazén?


Vamos a ver uno por uno a continuación:

1. Apego: estás sentado y surge un pensamiento, y tu te enganchas, te agarras


de el, y peor, haces más de el, elaboras. Ese pensamiento lo usas para la
fabricación de otro pensamiento, y más pensamientos, más sentimientos, más
sensaciones. Cuando te das cuenta que eso pasa, y claro que te pasa, lo
reconoces como lo que es – el apego – y en ese momento, vuelves a la
respiración. Es por eso que la respiración es una herramienta muy grande, porque
no importa donde esté tu mente, la respiración siempre está ahí, la respiración
siempre está sucediendo. Así, observas el apego y vuelves a la respiración. Tú
gentilmente abres la mano del pensamiento y dejas de lado el pensamiento o la
sensación.
2. A veces es todo lo contrario. El obstáculo es la aversión. Estás sentado ahí, y
te das cuenta que estas evitando un pensamiento o una sensación. Esto es más
difícil de ver porque la aversión oculta el pensamiento o el sentimiento por
completo, pero mientras estás sentado meditando, puedes darte cuenta que estás
evitando algún pensamiento a través de las sensaciones físicas en tu cuerpo. A
veces estás sentado y, de hecho tratas de escaparte del ponme intento, te
mueves, y detrás de la sensación física está la sensación de evasión. Cuando
sientes tensión o la sensación de estar bloqueado en tu sesión, de nuevo, puedes
utilizar la respiración para suavizar e ir hacia ese lugar en el cuerpo o en el
corazón. Puedes usar la respiración para guiar y suavizarte, de modo que no
tienes que retroceder y verlo desde una distancia.

3. Y luego está la pereza. A veces el trabajo que tuviste en el día fue duro y
cansado, y puede ser que te sientes en la meditación y te de sueño. A veces te
das cuenta de que, aunque dormiste bien, tan pronto como te sientas en la
meditación, te pones a dormitar, y mente se vuelve aburrida. La pereza, sueño, la
apatía puede ser una manera de que el cuerpo reacciona con aversión. Así como
dejas ir para contrarrestar el apego, y contrarrestas la aversión mirando hacia
dentro de ti, para contrarrestar la pereza, tratas de elevar tu energía, abres los
ojos más, pones atención a la luz en la habitación, tratando de hacerla más
brillante. Ahí es cuando es un buen momento para introducir prácticas que te
despierten, como cantar un sutra a ti mismo. Si nada de esto funciona, puedes
ponerte de pie y meditar, y luego si te quedas dormido, te caes, golpeas tu cabeza
contra la pared o piso y tendrás un incentivo para no hacer eso! Cualquier persona
que está demasiada dormida en zazen puede ponerse de pie. Puede ponerse de
pie delante de su asiento y meditar, y eso te mantendrá despierto.

4. La emoción, como excitación, es cuando la mente está agitada. No puedes


quedarte quieto. La mente no se detiene. Una buena manera de contrarrestar la
emoción para calmar la mente es estar con cada respiración, aclarando con cada
respiración.
5. La duda es un obstáculo si ves que estás sentado, meditando y no estás
haciendo ningún esfuerzo. Esto significa que no estás aplicando la práctica. Para
contrarrestar duda, tienes que comprometerte a ti mismo, consciente, al principio o
en medio de la sesión, para aplicar la práctica y prestar atención a tu mente.
Pero, con todos estos obstáculos y formas de darnos cuenta de ellos en la
meditación, hay veces que no funciona nada en absoluto. Aquí, el maestro
Norman Fisher nos dice: sólo practica la resistencia, paciencia, con esa situación
imposible que no puedes corregir.

Así que esta es una manera de mirar la práctica de meditación. No tenemos que
tratar de materializar los cinco obstáculos y hacer mucho rollo de ellos. Cada uno
tenemos nuestra propia manera de trabajar en nuestra meditación, pero es útil oír
hablar de los cinco obstáculos y “afinar” nuestra práctica de meditación. Y con
esto, les pensaba proponer que cada uno de ustedes podría desarrollar una “lista
de la vida”. Las personas que hacen observación de aves, hacen una lista de la
vida de todas las aves que han visto. Cada uno de nosotros podemos desarrollar
nuestra propia lista de vida de los obstáculos. ¿Cuáles son tus obstáculos
favoritos? Estoy hablando de tu vida, no sólo de la meditación. ¿Cuáles son tus
cinco, diez o veinte obstáculos que te tirarán de tu asiento, que te hacen confundir,
que te hacen fallar y crear más sufrimiento para ti mismo? Todos tenemos
diferentes debido a nuestro karma y personalidades. Lo que es un obstáculo para
una persona es una brisa para otra.

Ahora hablaré un poco sobre las emociones.

Las emociones destructivas: ¿qué es lo que significa “destructiva” y qué es lo que


significa “emociones”? Por un lado, las emociones destructivas son aquellas que
causan daño, como una explosión de ira contra alguien o contra nosotros. Pero
me gustaría ir más lejos y hablar no sólo sobre las emociones que son
directamente perjudiciales sino también sobre las emociones que son habituales y
nos hacen infelices.
En Occidente nos enseñan que hay una diferencia categórica entre el intelecto y
las emociones. La inteligencia consiste en cosas tales como la búsqueda de la
verdad, y es visto como algo superior y más realista. Se considera como
masculino. La Emoción, por el contrario, es visto como irracional, más femenina,
un poco rebelde, y trivial. Hay profundas raíces en la filosofía occidental que
causan ese tipo de pensamientos, básicamente nos enseñan que el intelecto está
separado de las emociones. Creemos que mientras más intelectuales somos, las
emociones menos nos importan, y estamos más en control.

En el budismo, no hay distinción entre el intelecto y las emociones. En el mapa


budista de la mente, hay 51 factores mentales que forman la conciencia. De los 51
factores, algunos se llaman cognitivos y otros se les emocionales, es decir, no se
consideran como categorías separadas. Se ven como factores diferentes que se
mezclan siempre en la manera en que afectan a la mente. Sabemos que esto es
verdad de nuestra experiencia en la meditación, cada vez que hay una emoción,
siempre hay un pensamiento, y cada vez que piensas en algo, hay una cualidad
emocional asociada. El intelecto y la emoción se mezclan. No hay estado
emocional puro o intelectual puro. Estamos tratando de reconocer este hecho en
nuestra vida y ponerlo a la vista para ser más concientes de los pensamientos y
las emociones que surgen en nuestra mente. Hay palabras en el budismo para
distinguir lo emocional y lo intelectual. La palabra citta significa la mente y el
corazón. En nuestra práctica, la mente no tiene la tarea de averiguar o entender a
las emociones, mas bien, la mente y las emociones son un solo flujo.

Con lo que les platiqué la semana pasada, de no poder estar en calma y atorarme
en pensamientos, emociones y sentimientos, he estado tratando de hacer una
distinción entre emociones y sentimientos. Si lo que acabo de decirles del
budismo, que no hay diferencia entre intelecto y emoción, entonces la emoción la
puedo ver como el conjunto de pensamientos, junto con mi historia, mi identidad, y
algún objeto que activa mis emociones. Yo creo que todo este “complejo” de
cosas, donde es imposible identificar a un elemento por si mismo, porque no están
separados, es lo que es la emoción. Y, es muy personal y particular a una
situación. El edificio de las emociones se construye sobre la base de los
sentimientos. Los sentimientos son más simples que las emociones. Son las
respuestas humanas básicas, de las cuales somos generalmente inconscientes.
Por lo regular, nos agitamos en el nivel de la emoción, pero no somos conscientes
del sentimiento que lo provoca. El sentimiento es territorio nuevo, no se trata ya de
“mi”, sino de un fenómeno más profundo, humano, tal como el miedo, la aversión o
el deseo. Con la práctica de la meditación y la aplicación intencional de la
conciencia, tenemos una mayor capacidad para discernir los sentimientos reales.
Cuando somos capaces de ponernos en contacto con nosotros en el nivel de
atención plena, la comprensión de nuestra sensación puede resultar en estar más
en calma.

La práctica de meditación y de estar concientes, en atención plena, para saber lo


que estamos sintiendo. Por ejemplo, podemos tener una confrontación o conflicto
que sigue y sigue, causando problemas cada vez más, y la raíz de eso es el miedo
o la ira, y no tiene nada que ver con la situación real. Cuando nos ponemos en
contacto con los sentimientos de raíz, podemos llegar a ser libre de ellos.

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