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Conflicto Armado En EL Municipio de Panzós Alta Verapaz

El escenario de la masacre fue la plaza central del municipio en el que se encontraban


concentrados unos mil campesinos, quienes manifestaban pacíficamente por la solución a
conflictos de tierra que llevaban sin resolverse desde años atrás. Los campesinos fueron
citados en dicho lugar por parte del alcalde Walter Overdick; sin embargo, no fueron atendido;,
ante la situación los ánimos se caldearon y el grupo de
militares apostados en el edificio municipal disparó sobre
los manifestantes, matando en el instante a unos treinta y cinco
y persiguiendo al resto.
Este hecho fue considerado como el inicio de la implantación
de una política de terror del Estado, ya que en los años
sucesivos se registraron múltiples masacres con las mismas
características durante el conflicto armado interno.

Proceso

Al conocerse la masacre surgieron varias versiones. La oficial indicaba que el Ejército actuó en legítima
defensa ya que los campesinos iban armados, incluso llegó a manifestarse de que Cuba tuvo
responsabilidad al haber “adoctrinado” a los campesinos.

Sin embargo, los campesinos y los sectores populares afirman que no iban armados y que fue una
emboscada planificada entre los terratenientes y las autoridades municipales y castrenses para detener
las manifestaciones solicitando la legalización de sus tierras.

El alcalde Overdick, por su parte, responsabilizó al Instituto Nacional de Transformación Agraria, por
no haber actuado a tiempo ya que no escuchó las demandas de los manifestantes.

A raíz de la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, se formó la Comisión de Esclarecimiento Histórico,
en la cual se recopilaron los testimonios de las víctimas del conflicto armado y se realizaron
excavaciones para encontrar los restos de miles de personas desaparecidas y asesinadas durante el
conflicto.

En 1997 se realizó la recuperación de varios restos de


víctimas de la masacre de Panzós y se concluyó de que
este hecho fue el inicio de una serie de desapariciones
forzadas, muertes extra judiciales y otras masacres
similares que acabaron con cualquier movimiento por
tierras y de reinvindicación que se estuviera forjando
por aquellos años.
La relevancia de la masacre de Panzós no estriba en la
cantidad de personas asesinadas, sino en que fue la
primera que se efectuó públicamente, con lujo de
impunidad, en la plaza del pueblo; el Ejército apostado en lugares estratégicos disparó
indiscriminadamente contra hombres, mujeres y niños, según indica la Fundación de Antropología
Forense, encargada de realizar las exhumaciones.

Tras el hallazgo de los restos, los familiares y sobrevivientes de la masacre iniciaron un proceso en el
Ministerio Público para exigir justicia.
En junio de 2011 el alcalde Walter Overdick, en ese entonces de 74 años de edad, declaró en el
Juzgado Primero de Alto Riesgo cómo ocurrió la masacre en su comunidad, en 1978.

Overdick narró con lucidez la forma como el Ejército ametralló a los campesinos el 29 de mayo de dicho
año. Afirmó que en una finca propiedad de Carlos Wohlers se planificó pedir la ayuda del Ejército, ya
que los dueños de los terrenos veían que los campesinos solicitaban acceso a la tierra. Eso ocasionó
que los terratenientes se organizaran y buscaran que el movimiento desapareciera.

“El Ejército llegó el 27 de mayo de 1978 y se instaló en el salón municipal, a la espera de órdenes para
ejecutar a los líderes. Al día siguiente el operativo empezó con la captura de los líderes campesinos
para sacarles información”, contó Overdick.

Al enterarse de que varios de sus compañeros habían sido secuestrados, los pobladores llegaron al
casco municipal para indagar por ellos. El alcalde manifestó que les advirtió que no fueran al parque
porque allí estaba el Ejército.

De acuerdo con Overdick, “el general del Ejército, Guillermo Arturo de la Cruz dijo textualmente: 'Yo
soy el responsable del pueblo y tomo el control de lo sucedido”. Según el exalcalde, De la Cruz le
explicó que llegarían dos helicópteros con medicina y médicos, y que los heridos serían trasladados,
pero eso nunca ocurrió.

En efecto, los helicópteros llegaron, pero llevaban armas en mal estado, y el alcalde debía informar que
los campesinos tenían ese armamento en su poder. “Ellos nunca llevaban armas; sólo el Ejército”,
aclaró Overdick, y añadió: “Lo único que hicieron las aeronaves fue evacuar a la tropa que ejecutó a
las personas del pueblo”.

Por su parte el 21 de julio de 2014 declaró en calidad de anticipo de prueba por el caso de la masacre,
uno de los sobrevivientes, se trata de Juan Maquín Caal, hijo de Adelina Caal, más conocida como
Mamá Maquín.
Maquín Caal relató que el día de la masacre, él junto a su madre y otros vecinos de las comunidades
Sebcoch y Cahaboncito llegaron a la Municipalidad de Panzós para intentar hablar con el alcalde de
esa época, Walter Overdick, durante el régimen del presidente Kjell Laugerud García, para entregarle
una nota del INTA en el que solicitaban a la población el pago de Q175 anuales, durante 20 años para
legalizar la propiedad comunal.

Pero cuando llegaron a la comuna, ésta ya estaba rodeada por militares. El jefe edil no les abrió la
puerta y al volver a tocar salió Overdick, recibió el sobre e ingresó en el edificio, entonces, se
escucharon balazos.

“Vi que se cayó mi mamá y salí corriendo empujando a otro señor. Di vuelta por la iglesia, y corrí
hasta encontrar unos lugares pantanosos, donde me escondí. Por eso me salvé”, dijo Maquín Caal.

A cuarenta años de la masacre no hay ningúna persona detenida, el Ministerio Público continúa en la
investigación para solicitar capturas por la masacre de Panzós, Alta Verapaz.

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