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MOVIMIENTOS SOCIALES,

MOVIMIENTOS POLÍTICOS
Hablar de movimientos sociales es hablar de los Sujetos que se
mueven en una sociedad. Hablaremos entonces de la existencia de los
sujetos sociales que se mueven políticamente definiendo sus
relaciones de vida.

Por lo tanto, todos los movimientos sociales son movimientos políticos. Puesto que
estos Sujetos sociales construyen políticas relacionada a su convivencia social, a
su relación con la naturaleza y con lo sobrenatural. Estas relaciones dan cuenta de
la construcción permanente de sus identidades culturales. En definitiva, considero
que estas tres cuestiones no pueden tratarse separadamente, y desde esta visión
tratare de hacer mi aporte al debate de esta mesa.

Como aquí tenemos que hablar de América Latina, la primera pregunta a


responder será, ¿cuál es la identidad de los sujetos latinoamericanos? Y
debemos, entonces, empezar por sostener que América Latina nació como
consecuencia de un proyecto de dominación imperialista. Ejecutada por los
imperios europeos, quienes a fines del siglo XV invadieron todo un continente,
ocuparon política y militarmente estos territorios, generando el genocidio de sus
pueblos, la esclavitud, la explotación de los recursos, y el saqueo de sus riquezas.

Los sujetos invasores, en nombre y representación de las aristocracias


monárquicas europeas, impusieron en el continente, ahora americano, su sistema
político, social y económico, ejerciendo una sistemática violencia cultural sobre los
pueblos originarios. Asumiéndose, no solo como clases dominantes sino como
etnias superiores, introdujeron agresivamente sus concepciones, contrarias al de
los pueblos originarios en cuanto a las relaciones de convivencia humana, con la
naturaleza y con lo sobrenatural. De estas debemos tomar una que será
fundamental para nuestro análisis: el de la Propiedad. Los usurpadores, ahora
sujetos dominantes, definen una identidad política cultural nueva, la de los
Propietarios; base conceptual del Feudalismo y que en el continente ocupado será
la del Colonialismo.
JUSTICIA Y LIBERTAD

Esto se expresa en las revoluciones independentistas; donde son los sujetos


luchadores por la libertad y la justicia, los mentores de las nuevas nacionalidades
surgidas de los procesos emancipa torios. Pero, estas revoluciones se desarrollan
en medio de las revoluciones liberales que surgieron dentro de los propios
imperios. Revoluciones que al cuestionar los regímenes monárquicos absolutistas,
terminan transformándolos en las, ahora democracias burguesas. El nuevo sujeto
dominante, también está presente en América Latina, ya que es una burguesía
criolla la que triunfa políticamente en la construcción de las nuevas naciones
latinoamericanas.

El nuevo sistema, ahora liberal-capitalista, con la burguesía como su sujeto


dinámico, no modifica la concepción de clase dominante de los propietarios, sino
que debemos decir que la profundiza, estableciendo una nueva estructuración
donde ellos ascienden en la escala de clase socioeconómica. El nuevo sistema
constituye un orden institucionalizado político social y económico, que también
sostiene la identidad imperialista. Es importante incorporar en este proceso la
revolución industrial que, amén de ser el motor del ascenso burgués, también
genera un nuevo sujeto, los obreros. Estos, como clase trabajadora fundamental
en el nuevo sistema, se constituirán como movimiento obrero, ahora sindicatos,
para resistir la explotación capitalista.

Resulta de esto, que en los países, ahora independientes, la lucha por la justicia
social continuó en los Pueblos Originarios, en los gauchos campesinos y en los
trabajadores, ahora obreros sindicalizados. Esta será la historia de los sujetos
latíndoafroamericanos, por eso podemos identificarlos como él Sujeto Histórico, ya
que si recorremos nuestra historia nos encontraremos con etapas donde estos
sujetos avanzan en su liberación y soberanía ; y algo importante a tener en
cuenta, es que los ciclos de sus retrocesos fueron siempre por la fuerza, con
violencia.

cuando comenzó esta historia, con ocupación política militar de sus territorios,
genocidio, explotación del trabajo humano, de sus recursos naturales y saqueos
de las riquezas. Esta violencia política cultural profundizó las desigualdades
sociales, desestructurando los Estados sociales de Derecho construidos en etapa
de avance popular. Además, transnacional izaron la economía, se aumentó la
extranjerización y concentración de la propiedad de la Tierra, al igual que la de los
medios de la Producción y la dependencia financiera, es decir se instrumentó un
verdadero sistema de saqueo de riquezas.

IDENTIDAD DEL SUJETO

En la misma línea de pensamiento podemos ver una diferencia, que considero no


menor, en el representado por Artigas. Teniendo en cuenta al sujeto popular
revolucionario que encarnó su proyecto emancipa torio popular, me atrevo a decir
que él hubiera expresado esta idea de Bolívar de la siguiente manera, “... como
somos indios, mestizos, mulatos, negros y criollos... nos hallamos en el caso más
extraordinario y complicado... para construir nuestra naciente República, todas
nuestras facultades morales deben estar puestas en fortalecer la Soberanía
particular de los pueblos Unidos en Confederación...”. Aquí tenemos el planteo de
la construcción, también, de un Sujeto nuevo, pero asumiendo las identidades de
los sujetos que la componen, es decir, la Unidad de la Diversidad
Latíndoafroamericanos. Lograr esta unidad popular, es lograr su unidad política.
Es fácil razonar entonces, porque las fuerzas dominantes imperialistas siempre
actúan sobre la diversidad, sectorizando y fragmentando a los sujetos populares.
Y estando en Paraguay, es oportuno reivindicar que es el primer país, en esta
región, que declaró su independencia y construyó un proyecto autónomo, quienes
lo hicieron fueron mayoritariamente campesinos, mestizos y guaraníes. Por esto
también, es el mayor ejemplo de cómo actúan las fuerzas imperialistas, ya que el
imperio inglés, armó y financió una alianza entre Brasil, un Uruguay intervenido y
la Argentina unitaria porteña, y con la guerra de la triple infamia destruyeron todo
un pueblo sumando otro genocidio más en la historia de los pueblos
latinoamericanos.

Aquí está la situación compleja a resolver, que para construir la unidad popular es
imprescindible la unidad de la clase trabajadora. Y la situación extraordinaria es,
que ésta unidad de la clase está en construcción, en cada pedazo de territorio, en
los barrios, donde los sujetos populares resisten culturalmente. Quiero plantear
aquí que esto tampoco es nuevo, que también forma parte de la lucha y
construcción histórica de los sujetos sociales. Los barrios populares
latinoamericanos se identifican con los barrios de los inmigrantes, de los obreros,
donde desde la convivencia colectiva comunitaria construyen su identidad popular.
En las ciudades pequeñas del interior la construcción social de característica
“barrial” se da en la totalidad del mismo pueblo.

Ahora, en nuestra realidad tan destruida políticamente, tan fragmentada en los


sujetos, tan desintegrada socialmente, resulta imprescindible la profundización
democrática hacia el interior de los sujetos sociales; construyendo sus identidades
culturales colectivas para constituir un nuevo Contrato Social, que nos garantice el
ejercicio Universal de los Derechos Humanos. Entiendo a esta construcción
colectiva como construcción de la unidad popular, como unidad política del
complejo sujeto latíndoafroamericanos.

En las Cumbre de los Pueblos, en los Foros Sociales, los movimientos populares
se encuentran, comparten sus vivencias, sus luchas y se buscan para la
articulación política, social y cultural. Aquí demostramos que tenemos una gran
facilidad para unirnos en la resistencia, así lo hicimos contra el ALCA. Pero,
tenemos una gran dificultad para unirnos en la construcción, donde a nuestra
compleja diversidad, y como fragmentados sujetos populares que somos, se
agrega la crisis de representación política en la disputa del Estado. Dificultad que
aumenta con la crisis funcional de la Democracia burguesa, de su institución
política, los partidos políticos.

PARTICIPACIÓN Y DEMOCRACIA

En este sentido, quiero reafirmar lo expresado en el presente análisis. Que la


Política es lo que resuelve la forma de vida de toda la sociedad, es decir de los
sujetos sociales. Que la disputa política es, ¿Quiénes son los que resuelven el
funcionamiento socioeconómico de los sujetos en la sociedad? Si son unos pocos
o si son una mayoría, entendiendo que identificar quienes resuelven es identificar
quienes participan. El sistema neoliberal capitalista, además imperialista en
América Latina, tiene una institucionalidad para su funcionamiento, donde los
sujetos dominantes disciplinan el orden social. Esta institucionalidad está en crisis,
por su inviabilidad y fundamentalmente por la resistencia de los sujetos sociales,
cuya lucha popular puso en crisis la gobernabilidad del sistema. Más de doce
presidentes cayeron por estas luchas en Sudamérica en la última década.

Concluyo, entonces, que construir una nueva sociedad, es construir otra


funcionalidad política, social y económica de los sujetos populares; es construir
una funcionalidad nueva de la triada -Trabajo, Producción y Distribución- que
responda al desarrollo cultural de los sujetos populares. La construcción de esta
nueva funcionalidad exige la constitución de otra institucionalidad de los sujetos;
de nuevas relaciones socioeconómicas, de los sujetos y de los Estados. Esto hay
que hacerlo todo al mismo tiempo, desde la construcción del “entero” social, es
decir, desde la unidad popular; donde los “partidos” populares deben ser parte de
la imprescindible disputa política, del pensamiento y de la necesaria revisión de la
propia institucionalidad, en los movimientos sociales. La disputa política de
transformación es cotidiana, por lo que no es de todo o nada, es la construcción
libre y soberana de los sujetos en su realidad, que se fortalecerán si logran nuevas
institucionalidades económicas sociales y también del Estado.

Es por esto que nuestra responsabilidad política es ser consecuente con esta
construcción, de la fuerza popular para la recuperación del Estado Social de
Derecho; de poner al Estado al servicio del fortalecimiento de los sujetos sociales
para que puedan ejercer efectivamente sus derechos a vivir de acuerdo a sus
culturas. Este ejercicio cotidiano implica la construcción de espacios de soberanía.
Y un Estado, una Nación es Soberana si los Pueblos, los sujetos sociales que la
componen, son soberanos.

La convivencia de los sujetos sociales en hermandad, en igualdad de derecho solo


puede construirse democráticamente, participando. Sin participación no hay
construcción colectiva, por esto, la exclusión contradice la Democracia,
entendiendo a la Democracia como la construcción de consensos. Entonces, sin
participación no hay consenso, podrá haber aceptación pasiva pero no consenso.
La construcción colectiva de los sujetos sociales es la construcción de sus
consensos políticos.
Historia republicana del Perú
La historia republicana del Perú es la historia peruana bajo gobierno republicano
independiente, que se prolonga hasta la actualidad. Oficialmente, la historia del
Perú independiente empieza el 28 de julio de 1821, día en el que el general
argentino José de San Martín, jefe de la Expedición Libertadora, proclamó
la independencia del Perú en Lima, la capital del entonces Virreinato del Perú.
Para el historiador Jorge Basadre el punto de partida del nacimiento de
la República del Perú es la instalación del Primer Congreso Constituyente del
Perú, el20 de septiembre de 1822.1

Orígenes

La cultura peruana es una gran mezcla de componentes de distintas es

el territorio del Perú, las más etnias que habitaron y habitan lo que actualmente

importantes son el bloque aborigen y criollo o español, seguido por los

bloques afroperuano y asiático y en menor medida el italoperuano, todo esto es

potenciado por las tres principales regiones naturales, es decir la costa, la selva y

la sierra. Es por eso que la cultura peruana se la considera una cultura mestiza y

eso queda ampliamente demostrado en su gastronomía que es reconocida por su


variedad de platos, bebidas y postres, en las danzas como la marinera, el festejo,

el tondero, el huayno, el Huaylas, el wititi, la diablada, los huairuros entre otros.


Desarrollo de la República del Perú[editar]

Proclamación de la Independencia

El 28 de julio de 1821, el movimiento independentista dirigido por el general

argentino José de San Martín, proveniente de Chile, declaró la independencia e

instauró un nuevo estado: la República del Perú cuyo nombre lo consigna

tácitamente el Acta de Independencia de este país.1Sin embargo, recién

en 1824 el general venezolano Simón Bolívar logró expulsar definitivamente las

tropas realistas afincadas en la sierra sur tras las batallas de Junín (6 de agosto)
y Ayacucho (9 de diciembre). Los primeros años de independencia se

desarrollaron entre luchascaudillescas organizadas por los militares para alcanzar

la Presidencia de la República. En este contexto, entre 1836 y 1839, se conformó

laConfederación Perú-Boliviana, disuelta luego de la derrota de Yungay contra

el Ejército Unido Restaurador.

Religión[editar]

Artículo principal: Religión en el Perú

El Perú es un país religioso. Raúl Porras Barrenechea, historiador, dijo que el

peruano era probablemente el hombre más religioso del mundo. Y es que en el

territorio del Perú, como en otras partes del mundo, la religión ha jugado un papel

vital en el desarrollo social y cultural de las sociedades desde sus orígenes en los
Andes (12.000 a. C.), pasando por los procesos de gestación de su civilización

(3.000 a. C.), la formación política y cultural de las sociedades andinas

prehispánicas, y finalmente, la transformación religiosa a raíz de la caída del

Imperio Inca y la toma del poder por los españoles, quienes impusieron el

catolicismo.

En el Perú predomina la religión cristiana y, sobre todo, el catolicismo. Éste,

llegado al Perú acompañando a los conquistadores, tuvo un encuentro con la

religión politeísta incaica lo que produjo un sincretismo religioso, presente en todo

el país en diversas maneras y magnitudes. Las religiones originales andinas

concedían un alto valor a la ayuda mutua, la solidaridad, la asistencia a los más

necesitados y el pleno respeto a la naturaleza. Como lo destacó José Carlos


Mariátegui (1968:130), "Los rasgos fundamentales de la religión incaica son su

colectivismo teocrático y su materialismo...La religión del quechua era un código

Moral antes que una concepción metafísica,...el Estado y la Iglesia se identificaban

absolutamente; la religión y la política reconocían los mismos principios y la misma

autoridad."

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