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Geografía de Chile

Chile es una república cuyo territorio se extiende por el oeste y suroeste de


Sudamérica; limita al norte con Perú, al este con Bolivia y Argentina, y al sur y al
oeste con el océano Pacífico. De norte a sur tiene una longitud aproximada de
4.300 km y una anchura cuyo promedio es de 177 km.
En la costa meridional de Chile se encuentran una serie de archipiélagos, desde
Chiloé hasta las islas Diego Ramírez, el punto más meridional del continente
sudamericano; entre ellos pueden mencionarse el archipiélago de los Chonos, el
archipiélago de las Guaitecas y la parte occidental de Tierra del Fuego. Otras islas
pertenecientes a Chile son las de Juan Fernández, la isla de Pascua, la de Sala y
Gómez y la de San Félix y San Ambrosio, todas ellas en el Pacífico sur.
El país tiene una superficie total de 756.626 km 2 . Además, Chile mantiene una
soberanía histórica en la Antártica, entre los 53º y los 90º de longitud Oeste.

La capital y principal ciudad es Santiago, con una población (1993) de 4.628.320


habitantes.
(Ver, Ubicación geográfica de Chile )
Territorio y recursos
La característica física dominante de Chile es la cordillera de los Andes, que nace
en la guajira colombo-venezolana y recorre el país de norte a sur, hasta Tierra del
Fuego.
Regiones fisiográficas
El relieve es un elemento geográfico decisivo en el poblamiento y en la economía.
Chile es un país de montañas, las planicies sólo representan el veinte por ciento
de superficie. Este rasgo condiciona con fuerza la distribución de la población, la
que se concentra sobre las planicies litorales y la depresión intermedia. Solo en el
norte desértico, en que las precipitaciones crean una faja de pastos por encima de
los 2.500 m. sobre el nivel del mar, hay población humana en altura. En el resto
del país los asentamientos humanos descienden: en Santiago a 1.400 m, en
Curicó a 1.000 m y en Llanquihue a 700 m. Hacia el sur, el hombre sólo se
establece en las partes bajas.
Sin embargo, si la montaña chilena, ubicada en medios templados, no favorece el
poblamiento, no podemos por ello olvidar el papel que cumple como generadora
de precipitaciones. Su carácter de reserva de aguas y de nieve origina los ríos que
irrigan la depresión intermedia y posibilita la obtención de energía eléctrica.
Además, la montaña encierra cuantiosos tesoros minerales. La montaña es un
elemento esencial en el funcionamiento del sistema geográfico chileno.

Cordillera de los
Andes (ampliar
imagen)
Chile puede dividirse longitudinalmente (en forma vertical) en tres regiones
morfológicas: la majestuosa cordillera de los Andes al este, la cordillera de la
Costa al oeste, y el área de la meseta y el valle Longitudinal o depresión
Intermedia , ubicada entre ambas cadenas. Latitudinalmente (en forma
horizontal), se distinguen tres importantes regiones geográficas y climatológicas: la
septentrional (árida), la central (mediterránea) y la meridional (templada oceánica).
La cordillera de los Andes es más ancha en la región septentrional, en donde se
encuentran amplios macizos y numerosas montañas con altitudes superiores a los
6.100 metros. Allí se sitúa el monte más alto del país, el Ojos del Salado (6.893
m).
La depresión Intermedia está ocupada por el extenso desierto de Atacama, el más
árido del mundo. Éste ocupa parte de la depresión Intermedia del Norte Grande.
En algunos sectores esta planicie se encuentra interrumpida por cordones
montañosos.

El Valle del Elqui,


ubicado en el Norte Chico
chileno. (ampliar imagen)
En la zona central, la meseta cede su lugar al valle Longitudinal, de unos 965 km
de longitud y una anchura que oscila entre los 40 y los 80 km, que es la zona más
poblada del país. La fértil área entre los ríos Aconcagua y Biobío constituye el
corazón agrícola de Chile. Los Andes centrales son menos anchos y más bajos
que los septentrionales; aquí se encuentran los pasos fronterizos más importantes
de los Andes y del país.
La región meridional (al sur) se caracteriza por no albergar a la depresión
Intermedia, ya que ésta desaparece en el seno de Reloncaví. La costa está
delimitada por largas cadenas de islas y fracturada por numerosos fiordos. En los
Andes meridionales, la altitud rara vez supera los 1.830 metros.
La cordillera de los Andes —como ya dijimos— es una de las mayores cadenas
montañosas de la tierra. Estudios geomorfológicos sostienen que en el extremo
austral se prolonga en forma submarina, emergiendo en las Antillas australes, y
finalmente en la Antártica. Allí, en la Tierra de O'Higgins, sus cumbres alcanzan
los 3.000 m.
Constituye un muro imponente, cuya altitud desciende paulatinamente de norte a
sur, desde las alturas del Nevado Ojos del Salado (6.893 m) en la provincia de
Atacama, hasta las modestas cumbres de Darwin (2.135 m), en la provincia de
Magallanes.
La cordillera de los Andes se extiende a lo largo de nuestro territorio en medios
templados y fríos. Sus colosales alturas en la vertiente occidental tienen
importancia climática y económica. Actúa como biombo climático, intercepta las
masas de aire húmedo occidentales y las obliga a elevarse y precipitar sobre su
vertiente. Así, es como se transforma en la reserva de aguas y de nieves que
genera a los ríos. Estos atraviesan transversalmente nuestro país y sirven para el
riego de los campos de la depresión intermedia, abastecen de agua las
aglomeraciones urbanas y permiten la obtención de energía a través de
plantas hidroeléctricas.
Chile se encuentra en una zona geológicamente inestable y sufre periódicamente
los efectos de la actividad sísmica y volcánica.
Hidrografía

Lago Llanquihue
(ampliar imagen )
Los numerosos ríos de Chile son relativamente cortos; nacen por lo general en los
Andes y fluyen en dirección oeste hacia el Pacífico. En las regiones septentrional y
central se alimentan fundamentalmente de las nieves eternas que cubren los
Andes. Los ríos más importantes son, de norte a sur, Lluta, Loa, Elqui, Limarí,
Choapa, Petorca, La Ligua, Aconcagua, Maipo, Rapel, Maule, Biobío, Imperial y
Toltén. Aunque de valor limitado para la navegación debido a sus cascadas, son
vitales para el regadío y la producción de energía hidroeléctrica. La mayoría de los
grandes lagos chilenos, entre ellos el Llanquihue, se concentran en la maravillosa
región lacustre del sur.
Clima
Debido a su gran extensión latitudinal (en sentido vertical), Chile cuenta con climas
diversos. En general, en la costa las temperaturas son moderadas por la influencia
del océano Pacífico.
La región septentrional (al norte) es casi enteramente desértica, una de las más
secas del mundo; sin embargo, las temperaturas están moderadas por la
presencia de la corriente fría de Humboldt. Las temperaturas de enero en
Antofagasta y Santiago tienen un promedio de 20,6° C y 19,5° C, respectivamente;
en julio la temperatura en Antofagasta alcanza los 14° C de promedio, y 8° C en
Santiago.

(Ampliar imagen)
Las temperaturas descienden cerca de 1° C por cada 150 metros de altitud en los
Andes. Las precipitaciones se incrementan hacia el sur, y la región central goza de
un clima mediterráneo. En esta zona, las precipitaciones suelen concentrarse en
los meses de invierno (de mayo a agosto), variando desde un total anual de 375
mm en Santiago a los 12,7 mm en Antofagasta; los inviernos son suaves y los
veranos relativamente cálidos. La región meridional se caracteriza por un clima
más frío y en ella las precipitaciones se distribuyen equitativamente durante todo
el año, llegando a un máximo de unos 5.080 mm en las cercanías del estrecho de
Magallanes. La temperatura media anual en Punta Arenas, en el extremo
meridional, es de 6,1° C. En el sur son comunes los fuertes vientos del oeste con
influencia marítima.
Factores climáticos
Por su extensión en el largo y por la disposición de su relieve, el territorio chileno
goza de una extraordinaria variedad climática, debido fundamentalmente a: la
latitud, la orientación del relieve, el mar y a la Corriente de Humboldt.
Las presiones y los vientos
Frente a las costas del norte de Chile, entre los 30º y 40º de latitud sur, se ubica
una zona de Altas Presiones Subtropicales. Dentro de ella encontramos
el Anticiclón del Pacífico ( A ), que se caracteriza por una gran sequedad
atmosférica, un marcado déficit de precipitaciones (pp), y por originar los vientos
del W., SW. y NW., todos los cuales afectan el clima.
Al sur del país, entre los 50º y los 60º de latitud sur, las Presiones ( P )
descienden considerablemente, formando una zona de Bajas Presiones
Subtropicales ( B ). Se establece, de este modo, una marcada oposición de
presiones entre los extremos del país, altas en el norte y bajas en el sur.
El Frente Polar es la zona de contacto entre las masas de aire de origen tropical,
cálidas y húmedas, con las masas de origen polar, secas y frías. Debido a las
marcadas diferencias térmicas entre ambas masas, se genera en la zona de
contacto la mayor parte de las lluvias frontales en el territorio chileno.
La temperatura
Chile es un país de considerable homogeneidad térmica, a pesar de su extensión
vertical (latitud). La diferencia de temperaturas medias entre Arica y el Cabo de
Hornos es de sólo 15º, valor modesto para una diferencia de 39º de latitud.
Dos grandes factores explican esta homogeneidad térmica: la influencia del mar
siempre presente y la corriente de Humboldt que reduce las temperaturas desde
los 40º hacia el norte. Además, los vientos transportan masas de aire cálido hacia
el sur y masas frías en sentido inverso, lo que, junto a lo anterior, explica la
uniformidad térmica en Chile.
Las temperaturas en Chile disminuyen de norte a sur y de oeste a este; es decir,
de mar a cordillera, por efecto de los cambios de altura que introduce el relieve.
Las precipitaciones
En Chile, las lluvias aumentan de norte a sur con gran regularidad. Mientras en
Arica éstas son casi inexistentes (0,7 mm. anuales), a la entrada occidental del
Estrecho de Magallanes llegan casi a 5.000 mm.
Además de la latitud, el relieve es el principal modificador de los montos de lluvia.
Así, las precipitaciones cambian a lo ancho del territorio. Aumentan notablemente
sobre las vertientes andinas, disminuyen en la Depresión Intermedia y aumentan
en el litoral.
Zonas biogeográficas
De norte a sur del país, las formaciones vegetales se suceden ciñéndose
estrechamente a las áreas climáticas y a la presencia del agua. Bajo este punto de
vista, Chile puede ser dividido en tres grandes zonas fitogeográficas:
a) Zona xeromórfica : se extiende desde el límite norte hasta el río Peteroa. Esta
zona corresponde a los climas áridos, lo que otorga a la vegetación características
desérticas y estepáricas.
La vegetación es escasa y se encuentra adaptada a la falta de agua, lo mismo que
los seres humanos. Además de escasa es discontinua, razones por las cuales
plantas y animales nativos existen sólo en número reducido. Los recursos
económicos más desarrollados son los bosques de tamarugos, los cítricos y olivos
de los oasis.
b) Zona mesomórfica : corresponde al dominio del clima mediterráneo y se
extiende entre los ríos Choapa al Itata. Mientras en las cordilleras la humedad es
alta, en la Depresión Intermedia disminuye. Las lluvias se encuentran
concentradas en invierno, con una marcada estación seca. En las zonas más
favorecidas por la humedad se desarrollan los bosques y en las más secas, los
matorrales densos y altos.
Esta zona concentra el mayor asentamiento humano del territorio y por
consiguiente la vegetación autóctona se presenta muy alterada.
c) Zona hidromórfica : se extiende desde el río Laja hasta el extremo sur del
país. En estos espacios no hay estación seca o ella se reduce a uno o dos meses
: es el dominio de los climas húmedos. En estas condiciones se produce un
desarrollo completo de vegetación, donde domina el bosque que incluye todas las
formas vegetales, donde domina el bosque tupido de varios estratos vegetales,
con rico sotobosque.
Pertenecen a esta zona los bosques de roble , cipreces , mañíos, araucarias y
la llamada "selva valdiviana".

Flora chilena
(ampliar imagen)
Flora y fauna
La flora autóctona de Chile varía según la zona climática. La región norteña
presenta pocas variedades de vegetación (coirón, llareta, pajonales y cactáceas) y
es uno de los mejores ejemplos de desierto absoluto en todo el planeta. El valle
Longitudinal, más húmedo, cuenta con diversas especies de cactus, arbustos
espinosos, pastizales y la araucaria, que produce piñones comestibles. Al sur de
Valdivia se encuentran densos bosques húmedos en los que abundan el laurel, el
roble, el raulí, el ñirre, el coihue, el ciprés, el mañío y el lingue, así como diversas
especies de coníferas. El extremo sur se caracteriza por una vegetación de pastos
esteparios.
La fauna es menos diversificada que en otros países de Sudamérica debido a la
barrera que ofrecen los Andes. Entre los mamíferos autóctonos merecen
mencionarse la llama, la alpaca, la vicuña, el guanaco, el puma, el zorro culpeo, el
huemul (cérvido de tamaño medio), el pudú (cérvido pequeño) y la chinchilla. Las
aves son variadas, aunque están ausentes los tipos sudamericanos
predominantes. Además de la trucha, que fue introducida desde América del
Norte, hay pocos peces de agua dulce en los ríos y lagos chilenos, destacando
únicamente el pejerrey y el salmón. En la costa del mar abundan los peces,
mariscos y mamíferos marinos gracias a la corriente fría de Humboldt.
Población
En comparación con otros países sudamericanos, Chile tiene una población
relativamente homogénea. Los primeros colonizadores españoles se mezclaron
con los indígenas, entre los que predominaban los araucanos; el mestizaje de
ambos pueblos constituye más del 92% de la población.
La inmigración europea no fue en Chile tan importante como en otros países de
América, ya que apenas se promovió en el siglo XIX. Sin embargo, los inmigrantes
alemanes han representado una importante influencia en la región de Valdivia-
Puerto Montt; también Italia, Suiza, Reino Unido, Yugoslavia y Francia han hecho
importantes aportaciones a la población.
En la actualidad, menos del dos por ciento de los habitantes son de origen
europeo, y sólo el seis por ciento es indígena, sobre todo araucanos,
concentrados en la región meridional de la Araucanía.
Características de la población
Los habitantes de Chile (según resultados del censo 2012) suman alrededor de
16.000.000 de personas.
Entre 1992, año del último censo del siglo veinte, y 2012, la población creció a un
ritmo promedio anual de 1,2 personas por cada cien habitantes. Durante la década
anterior (1982 a 1992) esta tasa fue de 1,6.
El 90% de la población reside en la región central, entre Concepción y La Serena.
Aproximadamente el 85% de los chilenos residen en centros urbanos y más de
una tercera parte del país se concentra en Santiago. Las comunidades del sur y
del desierto septentrional están bastante aisladas y separadas por largos tramos
prácticamente deshabitados. (El próximo censo de población se realizará el
2012). (Ver: Censo en Chile )

Centro de Santiago
Ciudades principales
Además de Santiago, las ciudades más importantes de Chile son Concepción, un
centro agrícola e industrial, Valparaíso, el principal puerto de mar; Viña del Mar, un
popular centro turístico; y Temuco, ciudad del sur del país.
Lenguas oficiales y habladas
El español es el idioma oficial de Chile, hablado prácticamente por toda la
población. El uso de lenguas aborígenes es limitado.
Religión
Hay libertad de culto, y los católicos constituyen aproximadamente el 81% de la
población chilena, aunque oficialmente la Iglesia se separó del Estado en 1925. La
mayor parte del resto de la población profesa la religión protestante pentecostal o
evangélica. Los indígenas que practican sus religiones tradicionales son una
minoría ínfima.
Educación y cultura
En gran medida, las artes y el sistema educativo de Chile se basan en modelos
europeos, aunque se ha desarrollado una tradición cultural propia que combina
elementos de los diversos grupos étnicos y que fue influida por la expansión de las
fronteras nacionales.

Educación
El moderno sistema educativo de Chile tuvo sus orígenes a mediados del siglo
XIX. En la actualidad, es gratuita y obligatoria la educación para todos los niños
entre 6 y 14 años. El sistema escolar está administrado por el gobierno nacional a
través del Ministerio de Educación. La tasa de alfabetización, que alcanza el 94%,
es una de las más altas de América Latina.
A finales de la década de 1980 asistían a las escuelas primarias unos 2.000.000
de alumnos, y más de 600.000 a las secundarias. Existe también un programa
preescolar. Entre las instituciones de educación superior destaca la estatal
Universidad de Chile (1842), de gran prestigio en el mundo. Otros centros de
educación superior son la Universidad Católica de Chile (1888), la Universidad de
Concepción (1919), la Universidad Católica de Valparaíso (1928) y diversas
universidades técnicas, entre ellas, la primera Escuela de Artes y Oficios (1849),
hoy Universidad de Santiago. En 1993 la población universitaria era superior a los
315.000 estudiantes.
Vida cultural
En Chile predominan dos culturas muy vivas y diferenciadas: la cosmopolita de la
solvente población urbana, y la popular de los campesinos, que presenta una gran
influencia de la cultura española aunque con legados araucanos y que es
predominante en la música y el baile chilenos. Chile cuenta con una rica tradición
literaria, y ha sido cuna de dos premios Nobel de Literatura: los poetasGabriela
Mistral y Pablo Neruda .
Instituciones culturales
Las instituciones culturales chilenas se concentran fundamentalmente en las
grandes ciudades de la región central. Entre ellas merecen mencionarse el Museo
Nacional de Bellas Artes, el Museo Histórico Nacional y el Museo Nacional de
Historia Natural, todos ellos en Santiago, y el Museo de Historia Natural de
Valparaíso. La mayor biblioteca del país es la Biblioteca Nacional de Santiago, con
un fondo de unos 3,5 millones de volúmenes.
Economía
Desde los albores del siglo XX, la economía chilena ha estado dominada por la
producción de cobre. A partir de la década de 1940, el sector industrial se ha
expandido rápidamente, en gran medida por iniciativas gubernamentales. En la
actualidad, Chile es uno de los principales países industrializados de América
Latina, así como uno de los más importantes productores de minerales. En la
década de 1970 se hicieron esfuerzos por impulsar al abandonado sector agrícola
y para reducir la dependencia del país de las importaciones de alimentos. Tras
una reducción de los cultivos más importantes a principios de la década de 1980,
la producción agrícola se recuperó hacia finales de la década.
Tras la caída del gobierno de Salvador Allende en 1973, el Estado ha jugado un
papel menos dominante en la economía, y la mayoría de las empresas
nacionalizadas han vuelto a manos privadas. En 1993 el presupuesto nacional
estimado era de 10.090 millones de dólares de ingresos y 9.241 millones de
dólares de gastos (valor de cambio a octubre de 1994).
Agricultura
Aproximadamente el 15% de la población activa chilena se dedica a la agricultura,
y los productos agrícolas representan cerca del 10% del producto interior bruto
(PIB). A excepción de la cría de ovejas, que predomina en el extremo sur del país,
el grueso de la actividad agrícola chilena se concentra en el valle Longitudinal.
Desde la década de 1960, los programas de reforma agraria han conseguido
incrementar el número de pequeños propietarios, y la productividad aumentó
gracias a los modernos métodos de cultivo; sin embargo, sólo un 7% del territorio
chileno se dedica al cultivo.
Los principales productos agrícolas son: trigo, papas (patatas), remolacha
azucarera, maíz, arroz, tomates y avena. El sector frutícola es muy importante y
comprende uvas, melones, manzanas, duraznos (melocotones), albaricoques
(damascos), ciruelas y cerezas; el país cuenta además con una prestigiosa
industria vitivinícola. En Tierra del Fuego y las llanuras de Magallanes es intensiva
la cría de ganado ovino, que suponía en 1994 más de 4,5 millones de cabezas; la
producción anual de lana es de unas 22.000 toneladas. También se crían ganado
vacuno (3,8 millones), porcino (1,4 millones) y caballar (348.000).
Silvicultura y pesca
Los bosques cubren un 12% de la superficie de Chile. A finales de la década de
1980, la producción de madera se elevaba a unos 16,5 millones de m 3 , dividida
en maderas duras (como el laurel) y blandas (como el pino), destinada a la
fabricación de tablas, pasta de papel y papel. Favorecido por incentivos fiscales
desde mediados de la década de 1970, el sector forestal representaba a finales de
la década siguiente más del 10% de las exportaciones del país.
Chile cuenta con uno de los sectores pesqueros más importantes de Sudamérica;
en el litoral se consiguen unas capturas anuales de aproximadamente 6 millones
de toneladas. Las principales especies son la sardina, la caballa, la merluza, la
anchoa y la langosta. La industria pesquera procesa en forma de harina, aceite y
conservas la mayor parte de la producción. (Ver, Recursos marinos )
Sin embargo, el mar constituye para Chile un lugar de la mayor importancia
geopolítica.
Tesis de las 200 Millas Marinas
En todo el mundo se ha desencadenado una gran competencia por el
aprovechamiento de las áreas de pesca. Además, en el Océano Pacífico se han
detectado cantidades de zonas de magnesio, cobre, cobalto y níquel.
Los factores geográficos que condicionan la existencia, conservación y
desarrollo de la flora y fauna marítimas en las aguas que bañan las costas de los
países, hacen que la antigua extensión del mar territorial de sólo tres millas
marítimas sea insuficiente para la conservación, desarrollo y aprovechamiento de
estas riquezas a que tienen derecho los países costeros. Cada Estado tiene
competencia para fijar su mar territorial hasta límites razonables, atendiendo a
factores geográficos, geológicos y biológicos, así como a las necesidades
económicas de su población y a su seguridad y defensa. Chile fue el primer país
del mundo en declarar las 200 millas marítimas jurisdiccionales en Junio de
1947.
Como consecuencia de estos hechos, los gobiernos de Chile, Ecuador y
Perú proclamaron en 1952 la soberanía y jurisdicción exclusivas, que a cada uno
de ellos corresponde, hasta una distancia de 200 millas marinas sobre el mar que
baña sus costas, incluyéndose el suelo y subsuelos respectivos. En las islas
chilenas, el perímetro del mar se mide paralelamente a sus costas, a 200 millas de
distancia, por todo su contorno.
Las 200 millas señaladas en esta Declaración Tripartita de 1952 no afectan a
ningún país próximo, por la inmensa extensión de Océano Pacifico y
corresponden, aproximadamente, a la influencia de la corriente de Humboldt ,
dentro de la cual se encuentran los recursos pesqueros más significativos de estas
naciones.
Se han realizado tres conferencias de las Naciones Unidas sobre el Derecho del
Mar , en Ginebra en 1958 y 1960, y en Caracas en 1974 , donde fue imposible
fijar una medida convencional internacional sobre la extensión del mar territorial y
mar patrimonial . Sin embargo, la tesis de las 200 millas jurisdiccionales se ha ido
abriendo camino rápidamente, hasta convertirse en una u otra forma en la posición
de un centenar de Estados. La doctrina del mar patrimonial está alcanzando cada
vez más adeptos. Ella se está definiendo como una relación entre el
reconocimiento de derechos soberanos al Estado costero sobre una zona de hasta
200 millas para la explotación de los recursos y la protección de las necesidades
de la comunicación internacional.
Para el Estado costero, competencias claras sobre los recursos, el control de la
investigación científica, la contaminación y las instalaciones artificiales en la zona;
para terceros Estados, libertad de navegación y sobrevuelo más allá de las 12
millas que se le aseguran al mar territorial.
Una manera práctica de afianzar la soberanía sobre las aguas que consideramos
propias es la de "poblarlas" con embarcaciones chilenas de tal manera que los
que puedan venir a pescar a ellas, sin derecho a hacerlo, no se sientan
amparados por la soledad. Que no continúe sucediendo el saqueo que se
experimenta, por ejemplo, en los mares próximos a las islas de San Félix y San
Ambrosio. Conviene tener en vista que, si es ampliamente justificado el esfuerzo
económico y de personal que se hace por mantener nuestras bases en la
Antártica, tanto o más se justifican los gastos que se hicieron en el sentido de
reafirmar nuestra soberanía en las aguas de las 200 millas, sea por razones de
subsistencia de la población actual como para preservar las productos de la pesca
a las generaciones futuras.

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