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Anderi-Lasso

POSTDATA SOBRE LAS SOCIEDADES DE CONTROL – DE GILLES DELEUZE


Profesorado en Disciplinas Industriales. UTN
Anderi, Pablo; Lasso Mauro

Cuestionario:

1. ¿En qué período se ubican las sociedades disciplinarias para Foucault y qué características tienen?

2. ¿Qué es un lugar de encierro? Mencione algunos ejemplos.

3. ¿Cómo denomina Deleuze al modelo de sociedad que vendría a reemplazar a las sociedades disciplinarias de
Foucault?

4. ¿Qué características tienen los internados? ¿Cómo se diferencian de los aparatos de control?

5. ¿Qué máquinas se mencionan como más propias de un momento y de otro?

6. ¿Qué características asume el capitalismo en esta etapa de las sociedades de control?

7. ¿Qué mecanismos de control aparecen en este período?

8. Mencionen 5 palabras que considere clave del punto III”Programa”

9. Esbocen una reflexión general sobre el texto. Considere el momento histórico en que fue escrito.

Respuestas

1. Según Deleuze, Foucault situó las sociedades disciplinarias en los siglos XVIII y XIX; las cuales alcanzan su
apogeo a principios del XX, y proceden a la organización de los grandes espacios de encierro.
2. El autor analiza el pasaje de las sociedades de encierro, a las sociedades de control. El encierro es un lugar
físico, un molde, módulos distintos (los distingue de los controles, a los que considera modulaciones). Así, el
individuo no deja de pasar de un espacio cerrado (encierro) a otro, cada uno con sus leyes. En este sentido,
reconoce como ejemplos de encierro, en primer lugar, a la familia, después la escuela (“acá ya no estás en tu
casa”), después el cuartel (“acá ya no estás en la escuela”), después la fábrica, de tanto en tanto el hospital, y
eventualmente la prisión, que es el lugar de encierro por excelencia.
3. Deleuze denomina al modelo de sustitución de las sociedades disciplinarias descriptas por Foucault como
sociedades de control. Hay un reemplazo progresivo de las sociedades de disciplina, la cual requiere de
estructuras físicas o moldes tales como la familia, la escuela, el cuartel y eventualmente la presión, para
disciplinar, a una sociedad de control, en donde, a diferencia de la sociedad disciplinaria, no hay
compartimentos estancos, sino que hay una presión continua y constante, que sólo modula su intensidad, pero
que no cesa ni recomienza. En estas sociedades el individuo parece ser una abstracción, un número: y por su
cifra se lo controla, se le permite o deniega el acceso a esta sociedad.
4. Los diferentes internados o espacios de encierro por los cuales pasa el individuo son variables independientes:
se supone que uno empieza desde cero cada vez, y el lenguaje común de todos esos lugares existe, pero es
analógico. Mientras que los diferentes aparatos de control son variaciones inseparables (genera una
continuidad), que forman un sistema de geometría variable cuyo lenguaje es numérico.
5. Deleuze hace corresponder a cada sociedad con distintos tipos de máquinas (tecnologías), dado que, para el
autor, las máquinas expresan las formas sociales capaces de crearlas y utilizarlas. Las viejas sociedades de
soberanía manejaban máquinas simples, palancas, poleas, relojes; pero las sociedades disciplinarias recientes
se equipaban con máquinas energéticas, con el peligro pasivo de la entropía y el peligro activo del sabotaje;
las sociedades de control operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo
peligro pasivo es el ruido y el activo la piratería o la introducción de virus.
6. El autor considera que esta asociación con las máquinas y la sociedad que las crea, no es sólo una evolución
tecnológica, sino más profundamente aún, una mutación del capitalismo. que puede resumirse así: el
capitalismo del siglo XIX es de concentración, para la producción, y de propiedad. En la situación actual, en
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cambio, el capitalismo ya no se basa en la producción, que relega frecuentemente a la


periferia del tercer mundo, incluso bajo las formas complejas del textil, la metalurgia o el petróleo. Es un
capitalismo de superproducción. Ya no compra materias primas y vende productos terminados: compra
productos terminados o monta piezas. Lo que quiere vender son servicios, y lo que quiere comprar son
acciones
7. Los mecanismos de control, en este período son ejercidos por el mercado: El marketing es ahora el
instrumento del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos. El control en este periodo es de
menor duración y puede rotar rápidamente, sin embargo es también continuo e ilimitado, mientras que la
disciplina era de larga duración, infinita y discontinua. El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre
endeudado.
8. Palabras clave:
 Dividual: (de individual, o individuo): al quitarle el prefijo in, la palabra describe a seres controlados
como un número, sin identidad propia
 Empresa: en este contexto, parece ser el objetivo al que aspiran las sociedades de control: se es en la
medida que se produce o se es útil a una “causa” o empresa
 Dominación: el éxito del control en una sociedad de control
 Marketing: representa el único discurso válido en estas sociedades que es capaz de considerar lo que
sirve o no, lo que es funcional en un momento dado.
 Modulación: considerada aquí como un cambio a partir del concepto de molde de las sociedades
disciplinarias. El molde es estático y fijo, finito. La modulación, en las sociedades de control, tiene la
capacidad de modificarse y cambiar, de adaptarse para seguir dominando.
9. El texto resulta alarmante. Según Deleuze, la evolución de la sociedad disciplinaria es la sociedad de control, a
la cual describe, a nuestro entender, mucho más perversa y potenciada en su objetivo final de dominación y
moldeado de la sociedad para satisfacer los objetivos del poder. En las sociedades de control, no solamente
son percibidos en menor grado los instrumentos del poder, sino que además son tomados de buen grado por el
dominado. Esta nueva forma de control, consiguió quitar de la vista, de la percepción, el objeto que domina,
transformando el lugar de encierro en un lugar abierto y omnipresente.En cierta forma lo volvió invisible, pero
mucho más abarcativo y capaz de impregnarse en la sociedades y hacerse incluso- y paradójicamente- parte
de las libertades por las que opta una sociedad.Ahora la dominación no requiere de paredes, se basa en el
discurso siempre cambiante y siempre atrayente del marketing. Mientras que en las sociedades disciplinarias
parecía haber un interés en “enderezar” al sujeto encerrado de acuerdo a las expectativas del poder, en las
sociedades de control el individuo dejó de existir, pasó a ser una cifra que lo describe de acuerdo por ejemplo,
a sus hábitos de consumo, o su incidencia en los gastos de una empresa de la que es usuario. Aun peor es la
ausencia de un rostro: en las sociedades de control no hay a quién se le pueda reclamar: es el sistema, que
nadie sabe cómo funciona ni quien lo puso a funcionar el que en última instancia decide si se es parte o no.
El texto fue escrito a inicios de la década de 1990, una década marcada por el vaciamiento del contenido en
pos de la forma, el inicio del marketing como única voz. En este sentido el ensayo resulta fascinante por su
capacidad para adelantarse en la descripción de una sociedad que, a nuestro entender, se empezó a fraguar
en esa época, pero que no ha dejado de perfeccionarse respecto a sus mecanismos de control, a tal punto,
que es la propia sociedad la que los avala y los aplaude.

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