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EL DOCENTE UNIVERSITARIO COMO TUTOR Y ASESOR APOYADO CON

LAS TECNOLOGIAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN


Claudia Guadalupe Hernández Fuentes*
Francisco Javier Arriaga Reynaga *
Verónica Santa Rosa López*
RESUMEN
La intervención de los docentes y asesores psicopedagógicos en la construcción cognitiva es
fundamental y estratégica en la formación profesional. Los docentes inciden en el logro del
trabajo y los contenidos académicos, y la asesoría coadyuva a un acercamiento más personal
a las formas de pensamiento, a los sentimientos y al comportamiento social de los estudiantes.
Durante los estudios universitarios se presentan dificultades que pueden afectar a los
estudiantes y con la intervención oportuna se pueden prever situaciones críticas en la
actuación y en su desempeño, disminuyendo la posibilidad de fracaso o de deserción escolar.
La tutoría y la asesoría son actividades que recaen en los docentes y en los asesores
psicopedagógicos, es por ello que para poder ofrecer un apoyo adecuado, se requiere una
serie de elementos, espacios, materiales, momentos, técnicas y metodologías. Es menester
que los docentes y los asesores psicopedagógicos obtengan competencias que les permitan
sensibilizarse sobre las problemáticas de los estudiantes. En este sentido, el uso de las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) permite establecer espacios amables
para mantener el contacto cálido y asertivo en la resolución de dificultades que interfieran en
su desempeño y en su interrelación social.
* Universidad Autónoma de Baja California.
INTRODUCCIÓN
La actividad docente en el aula es compleja ya que demanda una serie de actividades y
funciones que los alumnos requieren. La tutoría o asesoría se vuelve un proceso cotidiano
que se presenta con mayor o menor intensidad en cada oportunidad de interacción con los
alumnos. Para ello, el docente requiere desarrollar competencias; al respecto, Ayala (2003)
señala que un profesor, además de ser un experto en su área y poseer habilidades didácticas
para motivar a sus alumnos, debe tener una actitud dispuesta a las relaciones interpersonales
que se entablan en el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde ser tutor o asesor se vuelve
una actividad propia del perfil docente. En este artículo se presenta un análisis comparativo
de los modelos tutoriales de algunas universidades públicas del norte de México,
específicamente de la zona fronteriza, con el propósito de conocer las herramientas que
ofrecen y brindan a los estudiantes, y la metodología que utiliza el docente tutor o asesor. Por
otra parte, también se aborda la función y los propósitos de la asesoría, así como de la tutoría,
destacando el papel del docente como tutor y del tutor como asesor. Finalmente, se menciona
la intervención de las TIC en la actividad de la tutoría y la asesoría, cuyo apoyo ha permitido
que trascienda el trabajo de los profesores. De acuerdo con Maggio (2000), una condición
necesaria para ser un buen tutor es ser un buen docente. La presencia del tutor y del asesor
se ha vuelto fundamental en el modelo educativo del siglo XXI, permitiendo que los grupos
vulnerables de la sociedad se puedan integrar al proyecto educativo nacional. Al mismo
tiempo, el apoyo en las TIC ha dado un giro al trabajo de los docentes en estos aspectos, pues
permiten expandir su presencia más allá de los espacios tradicionales, hacen posible la
ampliación de los tiempos de atención al alumno y enriquecen las actividades de apoyo. El
trabajo docente tiene aspectos que no se limitan a la transmisión de contenidos educativos,
aunque todas las actividades confluyan en el logro académico de los estudiantes.
En este caso, la labor del profesor trasciende al nivel técnico de la aplicación de conocimiento
de la labor pedagógica, su papel incluye actividades que van más allá de su rol y se acercan
más a la persona. Es aquí donde se unen dos de las acciones docentes más importantes: la
asesoría y la tutoría. Para Rodríguez (1995, citado en Fernández, 2004), el desempeño de
ambas se corresponde con el paradigma proceso-producto, en tanto que se enfatiza la
formación basada en competencias.
Ambas actividades son inherentes a la labor de los profesores en el ámbito de la escuela. La
actividad académica se ve fortalecida en tanto se cuente con acciones alternas, pero
coincidentes en impulsar las posibilidades de éxito de los estudiantes. Etimológicamente, la
palabra "tutor" (del lat. tutela) significa protección, y fue aplicada por los griegos para definir
la responsabilidad adquirida por una persona. En este caso, la aceptación y adopción del
concepto de "tutoría" en el ámbito educativo se ha cargado de varios significados; finalmente,
más aceptado es el que lo considera como un conjunto de actividades que propician
situaciones de aprendizaje y apoyan el buen desarrollo del proceso académico, con el fin de
que los estudiantes orientados y motivados desarrollen en forma autónoma su propio proceso
(UNESCO, 1998).
ANTECEDENTES DE LA TUTORÍA
La acción tutorial en el ámbito universitario no es una acción novedosa, ya que desde varios
siglos atrás los profesores, como parte de su tarea docente, la han puesto en acción como un
recurso para lograr la interacción con los alumnos. Sin ir más lejos, la universidad en la Edad
Media buscaba, en coherencia con su tiempo histórico, la transmisión del conocimiento o
saber absoluto, el respeto a la verdad y el desarrollo del espíritu de estudio. El papel del
profesor era guiar, orientar, autorizar la conducta moral, social e intelectual de sus alumnos
en la búsqueda del conocimiento como una vía para el crecimiento personal, en un marco de
relación personal estrecha.
En el nivel internacional existe una verdadera preocupación por mejorar la calidad y
eficiencia de las instituciones de educación superior. En la Declaración mundial sobre la
educación superior en el siglo XXI: visión y acción, presentada por la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 1998, se establece
la necesidad de modificar el proceso de aprendizaje en la educación superior, ya que
considera que ante la velocidad de los cambios sociales es urgente desarrollar una nueva
visión y un nuevo modelo de enseñanza que se centre en las necesidades y capacidades del
estudiante. Los antecedentes de modelos tutoriales desarrollados en algunas universidades a
lo largo de la historia han permitido identificar las acciones que en materia de tutoría a nivel
internacional y nacional se han realizado y que ha retomado la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).
En América Latina, el Centro Regional para la Educación Superior en América Latina y el
Caribe (CRESALC) establece como eje rector para el mejoramiento de la educación superior,
la construcción de la calidad de la docencia sobre la base de la superación pedagógica del
profesorado y de la concepción de una formación integrada en el diseño y desarrollo de los
programas, a fin de que puedan egresar graduados creativos, reflexivos, poli-funcionales y
emprendedores, en el marco de sistemas de formación avanzada, continua, abierta y crítica,
en donde el alumno asuma su calidad de sujeto activo, protagonista de su propio aprendizaje
y gestor de su proyecto de vida (Fernández, 2004). Finalmente, podremos entender el
concepto de tutoría en la educación superior, tal y como lo plantea el autor, como el proceso
auxiliar de la orientación educativa y ocupacional que retoma los aspectos relacionados con
el contexto escolar y busca formar a los profesores y alumnos con cierto potencial y con un
perfil especial, con el objetivo de apoyar a los estudiantes que presenten problemas de diversa
naturaleza, siempre y cuando se relacionen con su rendimiento y adaptación al ambiente y su
ritmo escolar y académico.
TIPOS DE TUTORÍA
• Psicológica. Es parte del proceso de orientación y apoyo al alumno para ab6rdar alguna
circunstancia relativa a las relaciones familiares o interpersonales y/o cualquier problema
relacionado con el crecimiento del estudiante.
• Académica. Es aquella en la que el alumno recibe una atención personalizada para estimular
sus habilidades profesionales, como un examen, un curso de regularización, la realización de
una práctica profesional, servicio social, realizar una investigación o elaborar un trabajo de
tesis, entre otros.
• Presencial. En este ámbito hay de dos tipos:
a) Individual. Son actividades referentes a la resolución de problemas de aprendizaje, de
técnicas de estudio y. problemas en alguna materia que se trabaja con un solo estudiante.
b) Grupal. Son las acciones que se enfocan al análisis y la resolución de problemas escolares
que competen a un grupo: conflictos con un profesor, rendimiento escolar del grupo,
problemas de indisciplina, carencia de técnicas de estudio y desconocimiento del reglamento
escolar. También se puede enfocar a elevar el nivel cultural del grupo realizando visitas a
museos, teatros, círculos de lectura y grupos de discusión.
• No presencial. Aquí también hay dos tipos:
a) Telefónica. Se realiza cuando el estudiante no puede asistir en persona; son breves y de
carácter urgente para resolver dudas, dar información y, si el asunto es complejo, dar un
seguimiento.
b) Por correo electrónico. Se realiza cuando el estudiante no puede asistir y no tiene el recurso
del teléfono particular o celular; ya que en muchos trabajos no se les permite el uso del celular
es más fácil que los estudiantes se comuniquen por esta vía, además de que se trata de un
asunto académico que necesita más tiempo para su resolución.
La tutoría escolar y educacional se caracteriza por brindar una ayuda de naturaleza
multidisciplinaria en el marco de un servicio psicopedagógico y de orientación donde su
campo de influencia y de trabajo está delimitado y especificado (Fernández, 2004). La tutoría
en la educación superior tiene su origen en la Open University de Inglaterra y en la
Universidad Nacional de Educación a Distancia de España, que a partir de 1982 intentaron
adaptar los sistemas de universidad abierta de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) y de otras universidades del país (Santuario, 1982, citado en Fernández, 2004). La
tutoría más personalizada de apoyo a los cursos regulares se aplicó en Estados Unidos a través
del llamado Plan Keller, en donde el tutor aclara dudas y explica los contenidos del curso en
una sesión más reducida y con una modalidad más individualizada.
Se conocen varios modelos de tutoría; entre ellos se encuentra, por ejemplo, el de emergencia,
que ayuda a preparar a los estudiantes para un examen específico. También está la tutoría
personalizada con fines religiosos formativos, que emplean algunas instituciones educativas
a manera de orientación, apoyo espiritual y formativo de actitudes y conductas. Asimismo,
se han derivado modelos y programas para atender diversos tipos de problemas que, sin tener
un rigor metodológico en su planeación y evaluación, han intentado respetar los límites y
funciones de la tutoría con respecto a la orientación. Al respecto, es importante conocer las
características de los sistemas de tutorías que manejan actualmente las universidades públicas
de la región fronteriza en México para acercarnos y establecer una línea común de trabajo en
esta área.

CONCLUSIONES
Las universidades públicas de la región fronteriza en el norte de México tienen retos propios
de la globalización y del siglo XXI para guiar a los estudiantes en la sociedad del
conocimiento a través del aprendizaje colaborativo. Es así como la tutoría-asesoría ha sido
actualizada a través de las TIC, dando por resultado la creación de sistemas de tutoría
particulares que bajo el enfoque por competencias busquen desarrollar en los estudiantes:
conocimiento, pensamiento crítico, pensamiento científico, compromiso con la sociedad,
innovación, habilidades, aptitudes, valores y un balance integral entre su vida profesional y
personal.
En estos sistemas de tutoría predomina un proceso de mejora continua en los aspectos
fundamentales de la institución y del estudiante para lograr el perfil de egreso deseado y los
estándares de calidad que se esperan en los niveles internacional, nacional y local. Cabe
destacar la innovación de cada sistema de tutoría creado por cada una de las universidades,
como un proceso de acompañamiento integral que propone la UABC; un laboratorio de
orientación educativa que presenta la Unison; la cultura de la tutoría que propone la UACH;
el diseño de una ruta académica que recomienda la UADEC; el sistema de tutoría enfocado
al logro particular de cada carrera que propone la UANL, y la formación escolar del
estudiante y su compromiso social que propone la UAT.

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