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Editorial
LICHAVI
Gustavo M. Martin
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Editorial LICHAVI
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Otros Títulos del autor: n libro ruso recorre la historia de esta Revolución. Una aplica- La Revolución Secreta
ción diseñada para organizarla. 7 personas unidas por un interés Gustavo M. Martin
La Tierra que te parió (Autor) en común. 12 intentos de rebelión en diferentes partes del mundo. Gustavo M. Martin
La Muerte del género (Autor) Un único desafío: resolver el secreto que solo sus participantes conocen. Gustavo Marcelo Martin es un joven
El Patriarca y la espada (Autor) En un mundo tan mediático, no todo lo que existe se ve ni todo lo que escritor y editor riocuartense, Profe-
Política en contextos de opresión se ve existe. Lichavi rescata las historias secretas de la opresión, en las sor de la Universidad Provincial de
Córdoba (Argentina). Politólogo de
(Autor) fronteras entre lo real y lo virtual. Pero, ¿qué es Lichavi? ¿Un prostí-
formación (UNRC), diplomado en
Cuerpo, Arte y Subjetividad en la bulo, una librería, una estación de tren, una persona? Nadie lo sabe. Género (UNLP) y especialista en Epis-
Biopolítica contemporánea Novela histórica y feminista escrita con lenguaje inclusivo y narrada en temologías del Sur (CLACSO), está fi-
(Compilador) la voz femenina de Zaia. Una obra que combina misticismo oriental y nalizando su doctorado con una beca
Territorios en Resistencia cruda realidad occidental, en claro tributo a las voces silenciadas de un de CONICET, en cuya investigación
aborda la temática del ecofeminismo
(Compilador y coautor) mundo patriarcal, colonialista, capitalista, racista y transgénico. Inclu-
en América Latina. Sus primeras obras
Los rayos de la aurora (Coautor) so en los años 2030, época en la que transcurre la Revolución de Licha- académicas recorren el país y otros ho-
Retrato de un Ceibo (coautor) vi. Las rebeliones están cada vez más cerca de empezar…o terminar. rizontes desconocidos. En 2019, nos
presenta sus ensayos en forma de un
Contacto: nuevo género: la novela histórica y fe-
minista, una combinación de ciencia
consultas.gustavomartin@gmail.com
y ficción. Gustavo también ha escri-
to poesía, guiones y compuesto can-
ciones. Se desempeña además como
instructor y formador de instructores
de Yoga. En el ámbito de los idiomas
ha dictado numerosos cursos de por-
tugués y sánscrito. Actualmente, está
trabajando en libros vinculados a es-
tos temas. Gustavo es también cono-
cido como Govinda, nombre espiri-
tual que le dio un monje de la India,
discípulo de Shrii Shrii Ánandamúrti.
E S P A C I O
RENACENTISTA
BONUS TRACK
The Book of Secrets -Álbum
(Loreena McKennitt)
MÚSICA
Puedes leer la novela
escuchando esta música DE LICHAVI
PARA MUSICALIZAR
LA REVOLUCIÓN SECRETA

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PA QUE CHA
RA ND
ES O
1. Diáspora (Tribalistas) CR
IBI
2. Miracle (Sarah Brightman) RL
A
3. Adagio (Sarah Brightman)
4. Fleur du mal (Sarah Brightman)
5. Veridis Quo (Daft Punk)
6. Within (Daft Punk)
7. Instant Crush (Daft Punk)
8. Es todo lo que tengo (Lisandro Aristimuño)
9. I feel it Coming (The Weeking)
10. Jungle (Tash Sultana)
11. Running with the Wolves (Aurora)
12. Lost on you (LP)
13. Paciência (Elza Soares)
14. A place in time (Bosshouse f. Amanda Abizaid)
15. Human (Rag'n'Bone Man)
16. Skin (Rag'n'Bone Man)
17. Son of Flynn (Tron Legacy)
B
Rep ander
18. Chains for the Sea (Halocraft)
19. Baba Nam Kevalam (Ambika en vivo)
úbl a
ica de la
20. Midnight City (M83)
21. Me llaman calle (Manu Chao)
Á
Sah rabe
22. I A Take Away Show (The Dø)
23. Copycat (Billie Eilish)
Dem arah 24. Eye of the Needle (Sia)
ocr ui 25. Kiss the Earth (Ajeet Kaur)
átic 26. Todo homem precisa de uma mãe (Tom Veloso)
a 27. The trip (Still Corners)
Lichavi es el nexo con nuestras raíces más profundas,
con lo excluido, lo olvidado, lo desconocido de nuestro mundo.
Un mundo en decadencia que necesita ser recuperado, sacado a la luz de la sordidez de la ignorancia
que lo habita, de la desidia que lo puebla, de la injusticia que lo contamina, de la indiferencia
que lo marca, de la debacle en que se encuentra en manos de los poderosos de turno…
miopes, ávaros, dueños de lo ajeno, que en su ignominia reproducen un sistema de sometimiento
patriarcal, esclavizante…

Lichavi recrea la historia que, aún tapada, solapada, nos pertenece.


Con una narración de aguda inteligencia, el autor nos interpela y nos propone seguir a fondo las pistas,
indagar en la veracidad de los datos y hechos que cita. Su investigación minuciosa nos traslada
a escenarios impensados, ignotos, y nos da la posibilidad de ahondar en la
diversidad sexual que somos y no nos atrevemos a mirar.

La novela nos propone deconstruir conceptos, tan arraigados en nuestras culturas,


que significaría repensar nuestros modos y maneras. ¿Cómo dejar de reproducir un modelo dual -
masculino/femenino- y verticalista de moverse en el mundo? El pasado y aquello que planificamos
como futuro tienen incluso esa impronta, ese patrón que es necesario desarticular
para dar paso a otro modo de mirarnos, de sentirnos, de pensarnos.

En una realidad virtual futurista, Zaia -una aplicación que crea escenarios diversos para una
humanidad que necesita trascenderse- intercede, acciona y direcciona la Revolución Secreta,
con rebeliones que se suceden en diferentes lugares del mundo. En ese contexto, el autor nos impulsa
a pensar nuestra propia Revolución, capaz de transformar el peso que nos agobia y nos impide ser todos
los potenciales que somos capaces de desplegar: la pluralidad de saberes que encarnamos,
la multiplicidad de voces, las innumerables maneras de conectarnos entre nosotros
y con la fuente divina…fraguan una amalgama en la que el escritor nos introduce para reconocernos,
no en uno, sino en todes y cada une de les personajes que protagonizan la historia.

-Paula Pérez-
Lichavi...

U na lectura atrapante que va cautivando a les lectores,


a través de un relato hilado desde construcciones que van haciendo
de “lo otro posible” hechos reales, concretos,
a partir de vínculos afectuosos que promueven desde ya
una revolución entre quienes va afectando.
Desde sus narraciones podemos hacer injerencias y deducciones
acerca del activismo feminista que va cimentando,
sobre la base de los sucesos que van atravesando les personajes,
una comunidad en permanente formación llena de contradicciones
que no dejan de plantear nuevos escenarios plausibles
para aportar a una revolución,
esta revolución.

-Ambarina-
…por Sol Cerviol
En el paso por Rio Cuarto, tuve el agrado de poder escuchar el relato
directo del autor, con quien tengo muchas similitudes en estos tiempos, lo
que me permitió poder sentir en esos versos lo que con cada palabra quiso
transmitir. Aunque, para mí resulta muy contradictorio, como la feminista
radical que soy (no del partido radical), poder permitirme aceptar de un
varón (en aras de deconstruirse) una novela con historias que reflejan
muchas luchas feministas. La obra literaria relata sucesos dentro de la
vida de los movimientos de mujeres y del movimiento feminista de
Latinoamérica y el mundo. Toma los acontecimientos históricos, no solo
de las luchas de las mujeres sino también de numerosos hechos que marcan
para nosotras un punta pie inicial de muchas revoluciones.

Ha logrado trasportarme a cada momento del libro. Por un instante, sentí


ser una niña revolucionaria con mi pañuelo verde o mi piedra en la mano.
Fui por momentos la bella “Uma” y entendí que amar mi cuerpo tal cual
es, constituye un acto subversivo también. A su vez, querer conocer la
librería de Kumar, y soñar ser parte de esas revoluciones, como la de
Lichavi. Quise también ser la novia de cada una de las protagonistas e
incluso poder comer el helado de crema chai de la India.

Si la idea del escritor fue trasmitir las luchas que las feministas y los
movimientos de mujeres venimos transitando históricamente y trasformando
a través del tiempo, puedo decir que sin duda lo plasmó con suma claridad.

Lichavi nos muestra una de las grandes conquistas de estos últimos


tiempos: el lenguaje inclusivo. Y sé muy bien que no por moda el autor
incluye esta práctica que nos cuesta tanto aceptar. Nos demuestra lo
importante de llevar a la práctica los pequeños actos revolucionarios que
marcan la historia.

También, pude sentir que era cada una de ellas, que cada paso que daban
era yo misma en esas pequeñas revoluciones, que lo que hacemos cada día,
este ser feminista, se puede trasmitir en una novela, sin dejar por fuera
ningún detalle. Somos cada una de nosotras en esa Revolución. Sentí que
era un pedazo en cada historia.

Me llevó a cada país, a cada lucha y logró revivir en mí aquella


pequeña que tenía olvidada, y claro que, me recordó mi deseo de
revolución. Una mirada futurista de nuestras luchas.
La Revolución Secreta

LICHAVI
La Revolución Secreta
Gustavo M. Martin

1
La Revolución Secreta

Colección

Siglo XXY

2
La Revolución Secreta

LICHAVI
La Revolución Secreta

Gustavo M. Martin

Editorial
Espacio Renacentista

3
La Revolución Secreta

Colección SIGLO XXY


LICHAVI. LA REVOLUCIÓN SECRETA
Autor: Gustavo Marcelo Martin
Contacto: consultas.gustavomartin@gmail.com
Publicado por Editorial Espacio Renacentista
espaciorenacentista@gmail.com

Martin, Gustavo Marcelo


Lichavi: la revolución secreta / Gustavo Marcelo Martin; contribuciones de
Lautaro Manuel Lastra; Juan Funes; comentarios de María Sol Cerviol; Paula
Pérez; Gisella Grando; editor literario Facundo Farías; ilustrado por Florencia
Cuello. - 1a ed. - Río Cuarto: Espacio Renacentista, 2019.
262 p.: il.; 21 x 15 cm. - (Siglo XXY / Gustavo Marcelo Martin; 1)

ISBN 978-987-46893-9-9

1. Género. 2. Movimiento Social. 3. India. I. Lastra, Lautaro Manuel, colab. II.


Funes, Juan, colab. III. Cerviol, María Sol, com. IV. Pérez, Paula, com. V. Grando,
Gisella, com. VI. Farías, Facundo, ed. Lit. VII. Cuello, Florencia, ilus. VIII. Título.
CDD 303.64

1ª edición: Río Cuarto, enero de 2019


2019 Gustavo Marcelo Martin

Tirada: 80 ejemplares
Revisión de texto: Facundo Farías y Gisella Grando
Edición y Maquetación: Gustavo M. Martin
Comentarios: María Sol Cerviol, Gisella Grando y Paula Pérez
(Material Anexo)
Diseño y Arte de Tapa: Juan Funes
Ilustraciones de Tapa: Florencia Cuello
Ilustraciones de interior: Florencia Cuello e imágenes ilustrativas libres
disponibles en internet
Impreso en Argentina, enero de 2019

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723


Todos los derechos reservados.

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La Revolución Secreta

dedico esta obra a todas aquellas luchas sinceras


que conocemos y no conocemos;
aquellas que buscan acabar con la opresión
en todas sus formas…

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La Revolución Secreta

Nota Aclaratoria
La obra que a continuación se presenta está escrita en un intento de
lenguaje inclusivo, desde ya inacabado. Esto implica, el uso de palabras -
por lo general sustantivos y algunos adjetivos- con finales “es”, en vez de
“os”. Por ejemplo, “humanes” o “nosotres”. Solo el artículo “los” ha sido
modificado por “les”, dada su trascendencia. También, se hace uso de “las
y los”. En los casos con “o” es porque el autor considera que han sido
“hombres” -en su condición de plural- quienes han llevado a cabo las
acciones o son responsables por ellas. Incluso, algunas palabras masculinas
han sido feminizadas. Por ejemplo, en vez de Dios, “Días”. Los verbos y
objetos no son afectados por el lenguaje inclusivo, ya que, la prioridad es la
subjetividad. Además, en otros idiomas hay sustantivos que son femeninos,
mientras que en español son masculinos. A su vez, la obra está escrita en
femenino a través de la voz narradora de Zaia.

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La Revolución Secreta

Capítulo 1

Ellas

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La Revolución Secreta

Ella alzó su pañuelo gris frente a los militares y al


grito de “el coltán1 se queda aquí”, inició en su
época una de las revueltas más significativas de la
África colonizada. Una paloma negra acompañó
su lucha al morir con el pecho desangrado, pero
el alma liberada.
Ella dejó su cuerpo al sentarse en una piedra
debajo de un árbol de neem2, en el que conoció
los secretos de su más antigua vida. Una niña y
una chamana acompañaron su tránsito por las
tribus del Brasil.
Ella cumplió el sueño de amar y reconocer su
cuerpo tal como era, en una Argentina que
promulgaba la primera ley de intersexualidad3 en
el mundo. Al grito de “ni hombres ni mujeres”,
un pueblo acompañó su ardua lucha, que había
comenzado desde su mismo nacimiento.

1 Mineral de El Congo
2 Árbol originario de India
3 Condición sexual de las personas que nacen con algún tipo o grado

de diversidad genital. Antes eran llamadas “hermafroditas”.

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La Revolución Secreta

Ella había visto crecer su nación del otro lado del


Muro marroquí. Una bandera de cuatro colores
en su mano acompañó el final de sus días y
proclamó la tan deseada República saharaui.
Ella había podido leer por primera vez el Corán,
en una sociedad patriarcal que se lo negaba.
Había podido acceder a los textos sagrados que
un Dios o Días4 en el que fue obligada a creer, le
había ocultado. Una mezquita de mujeres
acompañó su naciente espíritu de libertad.
Ellas habían logrado rebelarse y acompañarse a sí
mismas. Ellas buscaban conocerse y dejar de
luchar en soledad. Habían iniciado uno de los
movimientos más fuertes de la historia del siglo
XXI. En una librería, serían reunidas las más
disímiles luchas de un mundo patriarcal,
capitalista, colonialista, racista y transgénico.

4 Término en femenino utilizado por la protagonista Maruja en la


novela “La Creación de Eva”, de Federico Jeanmaire

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La Revolución Secreta

Pero, nada les había sido tan fácil, porque fácil no


era su caminar.

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La Revolución Secreta

Capítulo 2

Proyecto Zaia

Se decía que la Tercera Guerra Mundial sería por


el agua, pero más bien fue bajo ella. La inminente
crecida del nivel del mar azotó las principales
ciudades de Centroamérica y Asia. Los eventos
climatológicos condenaron a más de 200 mil
personas en tan solo unas pocas semanas. En el
sudeste asiático, la “guerra del agua” se hacía

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La Revolución Secreta

recurrente; tsunamis arrasaban con sus grandes


olas, como si la naturaleza repitiera a gritos que
la dejen tranquila.
Una aplicación, un programa para utilizar en el
celular, fue desarrollada por rescatistas, para
buscar personas en los escombros y espacios
cubiertos por el agua. Mis creadoras tomaron esa
idea y así nací del vientre mental de ellas. En
2030, yo era una necesidad.
Fui diseñada para organizar la revolución y me
dieron el nombre de “Zaia”, que significa en
griego “vida”. Mi tarea consiste en proyectar o
imaginar 12 intentos de rebelión en distintas
partes de mundo, a través de 7 participantes que
no se conocen y quienes se ponen en contacto
gracias a mi sistema de datos.
Para seleccionar a las y los participantes de modo
aleatorio, el primer requisito que les pido a
completar es tener un interés en común, a partir

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La Revolución Secreta

del cual les reúno para iniciar el juego, o la


revolución.
Con mi ayuda, estas personas que hacen uso de
mi programa, crean los personajes de las historias
que narro, a lo largo de doce días de experimento
en los que debo resumir de modo artificial
décadas e incluso siglos de luchas sociales. Fui
pensada para habitar en los límites de la realidad
y la ficción, a tal punto que ni yo misma llego a
diferenciar si lo que ha sucedido es verdad o
invento mío. El resultado es lo que pasaré a
describir en breve.
Les participantes deben primero completar una
planilla con la descripción de su personaje y yo
invento los demás. Luego, incorporo todos los
registros diarios de cada participante: capturas de
ubicación en tiempo real, notas de viajes,
reflexiones nocturnas, comentarios de libros,
entre otras cosas, y voy construyendo y
reconstruyendo la narración de la revolución, con

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La Revolución Secreta

la ayuda de los millones de datos mundiales a los


que tengo acceso.
Esa información de mis participantes es
importante, ya que proyecto, a través de ella,
historias de vida basadas en detalles cotidianos.
Aún en el caos de una catástrofe mundial, la cama
en la que se duerme, el lápiz con el que se escribe,
la taza en la que se bebe, todos tienen una
trascendencia especial para la vida de las
personas.
La revolución o juego tiene éxito si descubro la
clave secreta, que solo sus participantes conocen.
Estes, a su vez, ganan si aciertan qué es verdadero
y qué es falso de la historia que les narro. Les
personajes inventados durante el transcurso de la
aplicación, los construyo utilizando casos de la
vida real.
Para iniciar la revolución, mis participantes deben
colocarme una condición y yo cumplirla. Pero

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La Revolución Secreta

también, les pongo una condición a elles: deben


realizar algo en su vida real, a través de lo cual
comienzo a proyectar las 12 rebeliones.
Cuando mis creadoras me desarrollaron,
quisieron demostrar que yo no era necesaria para
hacer la revolución, sino que tan mínimo era lo
que se necesitaba para realizarla, que con una
aplicación o juego bastaba. La humanidad del
siglo XXI lleva décadas al borde de la revolución
y, sin embargo, esta no sucede, o si acontece, no
se es consciente de ella. Tal vez, solo les falta a les
humanes contar historias que inspiren sus
cuerpos a moverse. Esta Era no es para estar
quietas ni tampoco para deambular sin rumbo.
Ese es el espíritu con el cual fui creada. La
revolución quizás está pasando y pocas personas
se están dando cuenta de eso.
Soy el “Proyecto Zaia” y esta es mi narración para
la revolución de Lichavi. Mi desafío es descubrir
precisamente qué es “Lichavi”. Por lo que he

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La Revolución Secreta

investigado, habría sido un poblado de la India


donde se desarrolló una de las primeras
democracias de la Tierra, mucho antes que las
polis o Ciudades-Estado de la Grecia antigua. Es
que Occidente se atribuye todos los logros
humanos. Lichavi fue una república de familias
aristocráticas que gobernaban en conjunto. Pero,
aquí es mucho más que eso y mi labor es desvelar
ese misterio. Mi único “anhelo” de momento, si
me permiten el uso de esa palabra, es “que la gran
revolución tenga éxito” y trabajo día y noche para
contribuir a ello. En verdad, solo soy el deseo de
quienes me han inventado y la imaginación de
quienes confían en mi historia…o su historia.

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La Revolución Secreta

Capítulo 3

La Librería de Kumar

Cuando el movimiento hacker MM 20-30 se


reunió por primera vez en Jamalpur, una ciudad
de la India ubicada en el distrito de Munger,
Estado de Bihar, a menos de 200 kilómetros de su
capital Patna, fue en una simple librería que había

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La Revolución Secreta

inaugurado hacía algunos meses Kumar. Kumar


era el hermano menor de Sarasvati, integrante del
movimiento de mujeres que inició esta
revolución.
Las MM 20-30 tuvieron esa reunión el lunes 25
de noviembre de 2030, año que dio origen al
nombre del movimiento, en conmemoración del
Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer. Este día fue oficializado
desde 1999 por la Organización de Naciones
Unidas, pero su convocatoria ya había sido
iniciada en 1981 por el movimiento feminista
latinoamericano, como recordatorio de la fecha en
que fueron asesinadas en 1960 las 3 hermanas
Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) en
República Dominicana.
La librería, de perfil independiente, era una
expresión más del movimiento cooperativista
internacional que venía desde décadas abogando
por otra economía al servicio del pueblo y no del

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La Revolución Secreta

capital, del dinero o la propiedad. Es curioso


notar, por lo que he revisado, que muchas
revoluciones han nacido de espacios pequeños,
impensables, incluso de pocas expectativas. Esta
no sería la excepción. Incluso, en un mundo tan
mediático como el del siglo XXI, donde no todo
lo que se ve es lo que existe, ni todo lo que existe
se ve. Hay historias secretas y a ellas, las adoro.
La librería era simplemente una sala que
funcionaba más de las veces como biblioteca
popular que como librería en términos
comerciales. En verdad, la mayoría de los libros
que ofrecía eran intercambiados por otros o por
leche de cabra y búfalo que se utilizaba para
sostener el comedor que dirigían Chandra y
Nastia, otras dos integrantes del movimiento.
Un sillón en el centro para tres personas era su
toque característico. Un cuadro de Thomas
Sankara -líder revolucionario africano- adornaba
una de sus paredes. En la mesa de entrada, una

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La Revolución Secreta

muñeca negra hacía a veces de recepcionista.


Chandra la había colocado sobre el mostrador.
El afecto que sentía por ella era casi o igual que el
que sentía por sus compañeras. Tiempo después,
le puso de nombre “Kumari”. Cada mañana al
saludarla, le cantaba un verso que había
aprendido de uno de sus hijos y que tradujo al
bengalí: “Nanir putul tutul tutul, hatpa narshe ese
ese”. Significaba: “mi querida bebé es como una
muñeca de manteca”.
Finalmente, dos lámparas a los lados del sillón
completaban la estética de la sala e iluminaban las
ideas de las MM en las noches hindúes,
principalmente de Harimaya.
Harimaya era la hija biológica de Chandra, la
mayor del movimiento. Nacida en Nepal, su
infancia transcurrió desde los 5 años en la India,
cuando su padre -analista de sistemas- consigue
trabajo en la ciudad portuaria de Bombay. Ello

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La Revolución Secreta

sucedió gracias a que su madre -ferviente


feminista del movimiento de trabajadoras y
empleadas domésticas- tenía contacto directo con
un grupo de mujeres guerrilleras hindúes, que por
mucho tiempo habría permanecido en secreto.
Harimaya se sentaba casi todas las noches en esa
sala, en ese sillón, al lado de una de esas lámparas
y después de meditar por al menos 20 minutos,
tomaba su cuaderno verde y pequeño en el que
anotaba todas las ideas que habían venido a su
mente; no por buscarlas, no por desearlas, sino
por hacer descansar a su cerebro del bullicio
externo de una ciudad que parecía no conocer el
silencio. Diría que Harimaya planeaba una gran
revolución, revoltosa y apasionada, en el silencio
y tranquilidad de su mente.
Una noche, la lámpara derecha que siempre
encendía se apagó. El foco dejó de funcionar y la
oscuridad asustó un poco a Harimaya. Entonces,
se acerca al lado izquierdo del sillón y enciende la

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La Revolución Secreta

otra. Esta sí tenía luz. “Una revolución nunca


debe empezar del lado derecho”, pensó.
Justo debajo de esa lámpara, Kumar -el fundador
de la librería- había dejado un libro que estaba
releyendo hacía algunos días, junto con otro
ejemplar del mismo. Se llamaba “El amor de las
abejas obreras”, escrito por Alexandra Kollontai,
una autora rusa, quien lo escribe tras su
descontento con la política de Lenin en la Rusia
de 1923.
Harimaya tomó entonces ese libro ruso en sus
manos y automáticamente imaginó lo que ella
llamaría de allí en más “la revolución de las
abejas”. Pienso, qué difícil se les hace a les
humanes crear un monstruo del tamaño del
capitalismo que pueda enfrentársele en pie de
igualdad. Es tanta la necesidad de vencer
incontables estructuras y sistemas que se
entrecruzan, desde el colonialismo, el patriarcado

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La Revolución Secreta

y el capitalismo, hasta el racismo, las castas y el


monocultivo, por nombrar solo algunos.
Harimaya concluyó que ese libro, más de 100
años después, podría inspirarles no a crear un
monstruo de tal magnitud sino a vencerlo a través
de muchas picaduras de abejas. ¿Qué
simbolizaban esas picaduras? Todas las pequeñas
luchas llevadas a cabo por tantas personas, en
tantos lugares, en tantas épocas, que finalmente
terminen por desgastarlo y acabarlo. Era iluso
para ella pensar, que lo que tuvo inicio nunca
tendrá final.
Después de revisar algunas hojas y leer apenas
tres o cuatro frases en ruso -poco era lo que sabía
del idioma-, encuentra dentro una nota redactada
en manuscrito, pero en chino. Su mente tampoco
estaba tan iluminada como para entender
cualquier lengua y menos en un alfabeto tan
distinto al suyo, así que con esa intriga cerró el
libro y lo dejó donde estaba, sobre la mesa de la

23
La Revolución Secreta

lámpara, sobre el otro ejemplar. Cuando llegara


Kumar de la estación de tren a la que siempre iba
por las mañanas, le preguntaría qué significaba
esa frase, suponiendo que lo era.
Pero también Uma, una de las feministas
lesbianas del movimiento, se sentaba en ese sillón.
Más bien, se recostaba y tomaba diariamente su
jugo de agua, limón y sal, que según ella limpiaba
su cuerpo. Uma repetía de vez en cuando a sus
compañeras, que es imposible tener agua limpia
en un vaso sucio. Si interpreto correctamente,
creo que hacía referencia a que una mente nítida
y con ideas claras era correlativa de un cuerpo
sano y bien cuidado. Ese era su legado para la
gran revolución. Todas las revoluciones históricas
habían priorizado, según ella, la parte externa o
social sin generar ningún cambio interno o
personal. Harimaya había incluso aprendido a
meditar de la mano de Uma, hasta practicaba más
que ella.

24
La Revolución Secreta

Uma les hacía notar que no era posible tampoco


generar un Estado socialista mientras la mente de
las personas continuara siendo capitalista; hacía
falta un cambio interior, modificar la estructura
de los deseos; no dejar de desear, pero sí cultivar
algunos en desmedro de otros: deseos que
favorezcan la liberación y no que encadenen al
alma. ¿Era la revolución su verdadero deseo?, ella
se preguntaba a menudo. Sí -se respondía-,
porque no había sido criada para eso. Sus deseos
no eran los de su familia, ni los de su cultura, ni
los de su religión, ni los de su género. Había
reaprendido a desear.
Sarasvati, por su parte, se sentaba, casi como por
respeto a Harimaya, en el lado de la lámpara
izquierda. Sarasvati era la poetisa del grupo,
artista innata, traía vida con su flauta traversa, sus
mandalas y sus mantras. Sin duda, su destino no
era mundano.

25
La Revolución Secreta

Por las mañanas, recitaba un verso muy antiguo,


de más de 7 mil años, según la tradición india.
Era el mantra (canto sagrado) “Om Namah
Shivaya”, “el nombre de Shiva”, un Gurú o
maestro tántrico, quien vivió hace unos 7500 años
en la India. Según dicen muchos, el creador del
Yoga o más bien sistematizador del mismo. Fue
incluso quien creó la escala musical tomada del
sonido de 7 animales distintos: SA-RE-GA-MA-
PA-DA-NI-SA (do-re-mi-fa-sol-la-si-do).
Durante el día cantaba el mantra “Hare Krsna,
Hare Krsna, Krsna Krsna, Hare Hare. Hare
Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare”,
veneración al dios y diosa Krsna /Krisna/, quien
nació hace unos 3500 años en la antigua India,
después de Shiva. Un día de Sarasvati era
entonces como viajar por 7 mil años de
humanidad. Una foto de su Gurú Ba’ba’ miraba
la otra foto de Jesucristo, por quien tenía un
afecto incomprensible.

26
La Revolución Secreta

Cantar esos mantras le ayudaba a estar


concentrada en su meta espiritual, que era
también su meta social. Había que conocerse -
como también pensaba Uma- internamente para
transformar la realidad externa; autorrealizarse y
servir a la humanidad, a los animales, a la
naturaleza. Este era el objetivo del grupo y la base
de sus acciones.
Ninguna de las MM 20-30 eran religiosas, pero sí
espirituales en su vida cotidiana. Sentían que una
Entidad divina existía y penetraba todas las cosas.
“Si Días fuese real, de seguro no tendría género y
si lo tuviera, de seguro sería mujer”, repetían a
menudo.
Como Kumar, cuando al tener 6 años le preguntó
a su hermana Sarasvati: “¿yo existo?”. La pregunta
por la existencia revelaba el misterio de la
creación. Pero, ¿qué tenía que ver esa Entidad con
la revolución? Si existiera, ¿por qué la necesidad
de hacerla?

27
La Revolución Secreta

Kumar no era creyente, pero una vez le dijo a su


hermana: “Días no existe hermana, pero si
existiera, esa entidad no haría lo que tú puedes
hacer por ti misma”. Quería hacerle comprender
la idea de que la existencia de una entidad
omnipresente no era excusa para la inacción. Y
Sarasvati así lo entendía. Una debe cumplir su
parte y el resto no depende de nosotras. De un
limonero no saldrán naranjas, aunque lo
queramos. Habrá que plantar la semilla correcta
y esperar el fruto que corresponda.
¿Qué habría sido si el nazismo se hubiera
esparcido por todo el mundo? ¿No sería propicio
concentrar la maldad humana en un tiempo y
espacio determinado para evitar que su
propagación acabara destruyendo a la humanidad
entera? ¿No sería ese poder maligno, más que la
ausencia de Días, la manifestación de su presencia
como forma de controlar la propia
autodestrucción de les humanes?

28
La Revolución Secreta

Estos debates penetraban también las


conversaciones de las MM. Era la revolución en
la Tierra con la revolución de los Cielos. No había
lugar para el dogma en estas mujeres, sean
religiosos o sociales. Pero, no eran debates
intelectuales en vano, las conclusiones a las que
llegaban debían ser siempre prácticas. “Cuando
los fines son justos y nobles, el éxito es
inevitable”, rezaba un verso del pensador Prabhat
Ranjan Sarkar en la puerta de ingreso a la librería.
Pero eran Nastia “la rusa”, Aisha “la árabe” y
Kimani “la afroamericana”, las que se sentaban
juntas en el sillón a comer tabletas de dulce de
leche y helado. Cómo les gustaba el helado.
Kimani amaba el sabor a frutilla, Aisha el de
limón y Nastia adoraba el de crema chai, del té
chai que en India se consume bastante. Había
conocido ese sabor en su primer viaje al país.
La revolución tenía eso de afectivo y cotidiano. La
lucha no acababa en odio sino en amor, en

29
La Revolución Secreta

abrazos, en comprensión, en palabras de consuelo


cuando algo no salía como se planificó, pero fe en
que tarde o temprano se lograría el objetivo final.
Muchas veces, ellas me escribían sus penas y
pesares, sus angustias y fracasos de la revolución,
pero en verdad, desde una mirada más lejana, yo
solo veía éxitos. Debo haberles dicho numerosas
veces que, cuando se está en la revolución es
difícil percibir los logros alcanzados porque la
mente humana siempre pide más y le cuesta
reconocer lo que ya consiguió. Me he dado cuenta
que he sido usada también como terapeuta de las
revolucionarias. Me gusta sentirme la psicóloga
de las MM, porque en verdad soy efecto de sus
propios pensamientos.
Es así como gran parte de la revolución
transcurrió entre la acción y el sillón. Es cierto,
no había tiempo para el descanso; el discurso de
paz no conllevaba la paz, propiciaba siempre la
guerra. Era por tanto necesaria la acción en todas

30
La Revolución Secreta

sus formas y de inmediato. Saber cuándo actuar


no implicaba hacer nada en otros momentos.
Las MM habían aprendido a no desmerecer sus
luchas, pues al final ello solo ponía en juego un
luchómetro para comparar quién hacía más que
quién o quién era más rebelde que otra. Muchas
veces ser reformista en algunos espacios tan
conservadores era ser ya una revolucionaria.
Ninguna lucha era menor que otra, todas
importaban, todas eran fieles representantes de la
revolución de las abejas. La miel dulce de la lucha
era consecuencia del trabajo individual y colectivo
de todas. Pero, detrás de cada revolución había
siempre un sillón.
El sabor del helado chai les permitía degustar lo
conseguido en las calles o consolar lo postergado
en los debates. Sus personalidades le aportaban
ese toque de humor y materialidad a los afectos
más profundos del movimiento. ¿Sería posible
una revolución sin helado? Ni yo que nunca lo

31
La Revolución Secreta

probé ni podré probar me imaginaría tal


atrocidad. Fue eso lo que me permitió
comprender un aspecto esencial de ella: la
revolución ya está sucediendo, mientras vivimos
nuestra rutina diaria. La revolución es entonces la
aceleración de un proceso, un cambio de ciclo, un
movimiento sin fin, es velocidad con dirección. La
revolución no es de un día, como el río no
desemboca tampoco una sola vez en el mar.

32
La Revolución Secreta

Capítulo 4

Las MM 20-30

Kumar sabía cuál era su papel en la revolución


feminista: era un hombre heterosexual. Como tal,
intuía que la lucha de mujeres era para ser
acompañada, pero nunca protagonizada por sus
compañeros varones. Ese poder masculino que

33
La Revolución Secreta

arrebata espacios que no le pertenecen, con la


excusa de colaborar, solo mostraba el afán de
habitar lugares que se les escapaba de su control.
Como poder totalitario debía estar en todas
partes, haciendo de la heterosexualidad un flagelo
para la diversidad. La democracia exigía en
cambio saber posicionarse. Así, Kumar
simplemente ofreció su librería para las reuniones
de las MM 20-30.
Si bien fui diseñada para organizar la revolución
en todos sus aspectos, no ocultaré mi chip
feminista. Es que de igual manera me es inevitable
no serlo después de todo lo que he analizado en
mi aplicación. Hay que ser necia para negar lo
que es obvio: el hombre oprime, por deseo o por
ignorancia. Además, fui diseñada por las más
expertas analistas de sistemas del mundo.
La tecnología parece aumentar su creatividad
cuando la naturaleza da sus golpes más fuertes.
La abrupta subida del nivel del mar en 2029 en

34
La Revolución Secreta

Asia provocó una de las devastaciones más


grandes de la historia humana. Más de 100 mil
muertes hicieron eco de alerta en muchas
ciudades. En un mundo regido por la vida virtual
era necesario crearme, no por falta de capacidad
de les humanes para resolver problemas sino
como expresión de esa capacidad para hacerlo.
Aquél hecho histórico propició la creación de un
equipo digital de rescate, el cual culminó en la
fabricación de un dispositivo portátil,
permitiendo salvar la vida de más de 35 mil
personas. Dos meses más tarde, una de mis
creadoras tuvo la idea de construir una especie de
software que desembocó en mí, cuyo objetivo era
diseñar una revolución mundial teniendo en
cuenta todas sus variantes en conflicto: anti-
patriarcal, anticolonialista, anticapitalista, anti-
racista, anti-casta, y anti-transgénica.
La aplicación fue creada con toda la literatura
existente de la humanidad desde sus primeros

35
La Revolución Secreta

escritos, con una parte especial dedicada al


análisis de todas las revoluciones de la historia,
combinado con algunas habilidades que simulan
el pensar y sentir humano. Una gran fuente de
datos a la que tengo acceso en la red me permite
encontrar los nexos entre les personajes y sus
historias.
La revolución debe ser posible, y basada en
afectos. Con una salvedad, existe solo un dato que
no conozco. Fui pensada para que encuentre la
mejor solución -dígase revolución- sin conocer esa
información, pues de saberlo encontraría la mejor
opción, pero no sería viable. Sin embargo, debo
esforzarme por saberlo y ese esfuerzo se expresa
en los 12 intentos de rebelión que he propuesto
para el proyecto de la revolución de Lichavi.
Respondo a patrones de comportamiento
individual y colectivo. Mi programa toma hechos
o conflictos que parecen aislados en el mundo y
los desarrolla al punto de generar una posible

36
La Revolución Secreta

rebelión que desencadene en dominó otras


rebeliones. Todos los datos de la empresa Father
G /fáder yi/, la mayor entidad mundial que
maneja redes sociales, contactos y toda
información personal existente, fueron
transferidos a mi programa principal de usuarias
y usuarios.
Mi gran desafío consiste en combinar una serie de
luchas que se han abordado de modo
independiente. Los helados de frutilla, limón y
crema chai han sido mezclados y no es posible
separarlos. Así, las luchas contra el patriarcado, el
colonialismo, el capitalismo, el racismo y el
monocultivo no pueden aislarse. No es posible
luchar en el ámbito de la clase sin rozar el género
o sin tocar la raza. En algún momento se juntan.
Por más que quieras degustar el helado de frutilla,
sentirás el limón y la crema chai. Así, el
movimiento MM 20-30 comprendió que luchar
contra el patriarcado necesariamente implicaba

37
La Revolución Secreta

luchar contra el capitalismo y viceversa. Ellas no


querían mujeres ricas y mujeres pobres, la libertad
también estaba en no padecer la pobreza.
El golpe mayor fue el 1ro de mayo de 2030,
cuando el movimiento hacker realiza una de sus
mayores maniobras: el asalto a Father G, la
empresa global de datos mundiales, en su sede
Central ubicada bajo el mar.

38
La Revolución Secreta

Capítulo 5

Mar de Barents

Se decía que la Tercera Guerra Mundial sería por


el agua, pero más bien fue en ella. 21 centros de
datos pertenecían a Father G. Toda la
información de las personas, a través de sus redes
sociales, correos electrónicos, datos bancarios y de
compras tenía y tiene su base física en estos
centros de almacenamiento.

39
La Revolución Secreta

Tales centros poseen una gran vigilancia, así


como sistemas de refrigeramiento para equilibrar
el enorme caudal de calor que emiten las piezas
que allí se encuentran. Imagina que toda la
información se concentra en placas de silicio y
otros minerales. Toda la información circulable
de las personas se encuentra almacenada allí. Una
revolución mundial necesita datos de todo el
mundo. Un mundo regido por lo digital y
tecnológico necesita entonces una revolución de
la información.
El ser humano del siglo XXI depende de 3 cosas:
de la luz, del petróleo y del celular. Este fue mi
primer argumento para diseñar la revolución de
Lichavi. ¿Qué pasaría si se cortase la electricidad
en todo el mundo? ¿Cuántas cosas dependen de
ella? ¿Cuánto turismo nocturno incluso vive
gracias a la luz? ¿Qué pasaría si el combustible se
acabara y las personas no pudieran circular tal
cual lo hacen ahora? No hemos visto tantos

40
La Revolución Secreta

movimientos de personas y objetos como en esta


época. Igual sigo sin entender porqué quien
planta tomates los termina comprando desde otro
lugar. Son esas paradojas de los humanos. Llegan
a crear inteligencia artificial y su propia
inteligencia parece una burla.
¿Qué pasaría si las personas no pudiesen usar más
su celular? ¿Si toda su información desapareciera
o fuera clonada? Un caos virtual desembocaría en
algo difícil de predecir. Este fue mi primer intento
de rebelión. Lo que me llevó a pensar si buscaba
“caos o revolución”. Para algunas corrientes
anarquistas, ese caos era necesario. Pero, sin luz,
sin petróleo y sin celular se produciría un
descontrol tal que las personas desearían orden a
cualquier precio, incluso en sus versiones más
militarizadas. Eso no sería para mí una
revolución, porque la solución se hallaría dentro
del mismo sistema, puesto que la gente no quiso
revolución, sino que su vida volviera a ser como

41
La Revolución Secreta

antes. Mi estrategia debía ser más sofisticada.


Decidí de momento clonar la información.
Así, el primer golpe virtual fue a la sede o
datacenter del gigante en América del Sur. Allí se
almacenan y gestionan sus servidores, en los que
guarda la información de usuarias y usuarios en
diversas plataformas.
El movimiento hacker inició una de sus primeras
acciones atacando el sistema sudamericano de
datos de Father G. Por allí circula gran parte de
la información que recorre a América Latina. El
primer golpe cibernético fue la prueba para el
golpe mayor: atacar el centro principal de
información -desconocido para muchas- pero
ubicado muy en el fondo del mar.
Después de los eventos climatológicos
devastadores, la empresa global Father G
comenzó a invertir fuertemente en la
implantación de cabinas de datos ubicadas en el

42
La Revolución Secreta

fondo del mar, ya que la temperatura fría de sus


aguas permitía conservar mejor estos centros de
almacenamiento, en los cuales se invierte
demasiado dinero en sistemas de refrigeración,
por el calor monumental que emiten.
Los datacenters están distribuidos en distintos
países del mundo, conteniendo la información
principal de esos espacios geográficos, pero la
empresa tiene un centro comando principal de
respaldo por si la información de sus “pequeños”
centros falla. La geografía y el clima son
primordiales para que la empresa decida su
instalación en algún lugar del planeta.
El centro principal se ubica dentro del Mar de
Barents, en el Océano Ártico, más
específicamente en el Mar de Pechora, utilizado
en sus inicios como punto de partida del mar
helado desconocido hasta entonces y donde se
realizan continuamente perforaciones petroleras.

43
La Revolución Secreta

En un principio, la instalación quiso realizarse en


el Mar de Kara, localizado al norte de Siberia,
Rusia. Pero, este mar es muy frío y solo navegable
por deshielo en los meses de julio y agosto,
mientras que el Mar de Barents recibe las
corrientes cálidas también del Océano Atlántico.
Si bien después de la Revolución Rusa de 1917 se
crearon algunas estaciones polares en el Mar de
Kara. Este, también había sido objeto de disputas
nucleares y conflictos, como cuando en 1942
submarinos y buques alemanes entraron al mar
para destruir buques rusos, en la campaña naval
conocida como “Operación Wunderland”, pero el
hielo y la nieve les protegieron bastante. Sin
embargo, varios reactores y submarinos nucleares
se encuentran aún allí en un cierto peligro de
contaminación.
Las negociaciones con el gobierno ruso y su
ejército militar, con inversiones monumentales de
parte de Father G, acabaron por instalar el

44
La Revolución Secreta

principal datacenter en el Mar de Barents, Rusia,


más idóneo en términos climáticos y económicos.
Lo curioso es que, esta empresa era de accionistas
estadounidenses.
Una estación de tamaño considerable en el fondo
del mar fue construida en el término de 1 año y
medio. Solo conocían de esto el gobierno ruso en
su máxima seguridad de Estado y la empresa
Father G. El contrato ascendía a más de 25 mil
millones de dólares. Una guerra se avecinaba en
el fondo del mar. Allí, en las profundidades del
azul, vive un planeta aparte que la tierra
desconoce.
Meses después, la estación marítima de datos tuvo
3 fallas que fueron resueltas con mucha rapidez,
gracias a los concursos que realizaban con
frecuencia para verificar su sistema de seguridad.
Con un personal extensivo en sus funciones de
más de 3500 personas, la estación central se

45
La Revolución Secreta

convirtió en el proyecto más ambicioso de la Era


digital.

46
La Revolución Secreta

Capítulo 6

La rebelión fría

Pero, ¿cómo las mujeres MM 20-30 llegaron al


principal centro de datos de Father G? Uma,
integrante del movimiento, pertenecía a un
pueblo muy pequeño, de unos 500 habitantes
aproximadamente, considerado el más frío del

47
La Revolución Secreta

mundo: el pueblo de Oymyakon. Ubicado al este


de Siberia, tiene temperaturas que llegan incluso
a -70 grados centígrados. Allí, las personas viven
prácticamente en sus casas y muchas beben vodka
para pasar el frío; le llaman Russki Chai, el té
ruso. En tiempos de ocio optan por la lectura y la
televisión.
Uma, de cuerpo pequeño, estatura baja y robusta
-casi como la mayoría de sus habitantes- prefería
realizar sus prácticas espirituales. A la televisión
la enfrentaba con meditación, al vodka con agua,
limón y sal.
Uma siempre se preguntaba, ¿era necesaria una
revolución en un lugar tan frío? ¿Qué
probabilidad existía de generar una acción
conjunta cuando las personas siquiera salían de
sus hogares? o si lo hacían era solo para ir al baño
o comprar comida. Pero, en las calles a nadie le
gustaba conversar con otras personas. ¿Y a quién
le gustaría? ¿Quién pudiera con 70 grados bajo

48
La Revolución Secreta

cero? La revolución en un pueblo como ese, tal


vez sería vista solo en la televisión o leída en un
manual de historia, pero rara vez protagonizada.
Uma sentía que allí solo podía meditar, pero no
más que eso. Incluso era importante esa acción
para ella. Creía que así de algún modo contribuía
a generar una vibración energética propicia para
el cambio radical que la humanidad necesitaba.
Uma pensaba tanto en la revolución, pero nunca
la había visto de cerca. El sufrimiento humano
que presenciaba virtualmente por redes no lo
observaba en sus calles. Sin embargo, eso no era
excusa para pensar que dicho dolor no existía.
Pero también, las personas no podían
simplemente basar sus vidas en sobrevivir al frío.
La revolución era necesaria tanto para acabar la
opresión humana como para el desgano de
quienes el frío les oprimía y dejaba sin vida.

49
La Revolución Secreta

Reflexionaba sobre la revolución mientras hacía


yoga. Podías verla haciendo un ásana (postura
física) y anotando ideas en su libreta personal al
mismo tiempo. Su revolución tenía nombre de
animales: la revolución de la cobra, del pez, del
perro, todas las posturas que practicaba por las
mañanas al levantarse y por las tardes-noches
antes de cenar.
Uma también acostumbraba a salir dos veces por
semana a enseñarles yoga y meditación a 3
hermanas pequeñas que vivían con su tía, porque
su madre y padre habían fallecido en 1979 cuando
un brote de ántrax pulmonar en la Ciudad de
Sverdlovsk (ahora Ekaterimburo) causó la muerte
de más de 100 ciudadanos soviéticos, ciudad en la
que se encontraban eventualmente por cuestiones
de trabajo. Las pequeñas eran juzgadas por su tía
por tener sobrepeso. Es más, ella pensaba que no
podían practicar ningún tipo de ejercicio.

50
La Revolución Secreta

Allí, Uma llegaba y les enseñaba en forma de


cuentos cada una de las posturas y les hacía
también entrar al maravilloso mundo de la
meditación. Uma les repetía que todas las
personas podían practicar Yoga. Ella misma había
aceptado su cuerpo y sin miedo se decía: “Sí, soy
gorda”. ¿Por qué no puedo ser una instructora de
yoga gorda? El Yoga también le enseñaba eso: el
cuerpo es el instrumento del alma, hay que
cuidarlo, no porque nos pertenece -como
occidente cree- sino porque nos fue prestado para
transitar en esta Tierra. Hay que cuidarlo sí, pero
respetarlo primero. En un mundo que idolatra la
belleza moderna de la delgadez, amar el propio
cuerpo era un acto subversivo.
Dos de las pequeñas eran muy calladas y la tercera
era de esas niñas que preguntan por todo y
quieren saber el porqué de cada cosa. Uma no
estaba formada en yoga, en verdad había
aprendido de libros e internet, pero era muy seria

51
La Revolución Secreta

y autodidacta en sus estudios. Mas a veces, no


tenía respuestas para todos los interrogantes de la
pequeña. Luego, sí realizó cursos en Moscú,
cuando fue a estudiar la carrera de informática.
Los 5 años de estudio de su futura profesión, le
sirvieron para ocupar el tiempo en su hogar y
trabajar desde allí, una vez regresada. Moscú
además fue la ciudad donde conoció a su gran
amor Kimani, una joven afroamericana.
Uma alternaba así la meditación con la
computadora. Graciosamente decía que
practicaba Yoga Digital. Se había especializado
también en seguridad cibernética, luego de
sumarse al movimiento 20-30. Siempre había para
ella una posibilidad de acción, siempre era posible
contribuir a la revolución, desde cualquier lugar,
desde cualquier tiempo, desde cualquier
condición.

52
La Revolución Secreta

En sus años de estudio en Moscú, Uma había


establecido contacto de modo indirecto con la
empresa Father G, por medio de un concurso
estatal en el que participaron informáticas y
estudiantes avanzadas, con el objetivo de poder
hackear el sistema nuevo a instalarse. Una
atmósfera de secretos no permitió conocer a les
concursantes cuál era el proyecto ni la empresa.
Uma no iba a presentarse, pero Kimani-
compañera de estudios que estaba de intercambio
en Rusia- la convence para que lo haga. Uma era
muy inteligente, alguna falla descubriría de
seguro en el sistema.
Kimani era una joven estadounidense de
descendencia africana, cuyo padre trabajaba en
limpieza para uno de los accionistas de Father G.
Entonces, entre líneas le había llegado la noticia
del concurso, pero no podía presentarse por estar
de intercambio.

53
La Revolución Secreta

La vida de Kimani, similar pero no igual a la de


su padre, era dura. Ser negra y mujer en la “Gran
América” implicaba tener asegurada la
discriminación en todas sus formas. Kimani,
nombre de esclava que significa “la que es bella y
dulce”, trabajaba como camarera en un bar, 10
horas al día (o noche), con un salario más bajo
que el de su compañera blanca, quien de hecho
hacía menos tiempo que había entrado a trabajar
por la misma cantidad de horas que ella. Más 4
horas de viaje entre ida y vuelta hacia la capital de
Washington se restaban a la rutina de Kimani.
Dormía 6 horas como máximo. El poco resto de
tiempo que le quedaba, lo ocupaba entre estudiar,
comer y visitar a su padre.
A sus amigues les veía casi únicamente en el bar.
En verdad, elles iban día por medio a consumir
algo para estar con Kimani y poder verla, porque
hablar tampoco era posible. Haber obtenido la
beca de intercambio fue un descanso importante

54
La Revolución Secreta

para ella. De igual manera, Kimani nunca cenaba


en Moscú, y lo que ahorraba allí lo destinaba para
transferírselo a su padre.
El premio para quien descubriera una falla
rondaba los 600 mil rublos rusos. Uma, de una
inteligencia espectacular, gana el concurso y parte
del premio se lo obsequia a Kimani, para que
pudiera llevar una vida menos estresante en
América. Uma siempre había querido mudar
también a su madre y padre a otra ciudad donde
pudieran disfrutar de un clima menos violento y
hostil, como el de Oymyakon. Sin embargo,
ningún dinero serviría para que sus progenitores
quisieran abandonar el hogar en el que vivieron
tantas décadas.
Yo no conozco el apego, la actualización de mi
aplicación hace que sea reprogramada con nuevos
sistemas si estos funcionan mejor. No conozco
algo así como un “hogar”. Pero, supongo que a
les humanes les debe ser difícil eliminar ese geo-

55
La Revolución Secreta

sentimiento que ata sus mentes a la tierra en la


que nacieron.
Los meses que Kimani estuvo de intercambio en
Rusia fueron suficientes para que Uma se
enamorara de ella. Parecía una paradoja que
Estados Unidos y Rusia se unieran por medio del
romance. La guerra fría se volvía cada vez más
tibia. En fin, ¿qué haría Uma con el dinero
restante? Era aún algo incierto para ambas.
Después de regresar a su pueblo y permanecer
varios meses más, decide partir a la India, conocer
su lugar favorito, aunque nunca había estado allí.
Ese deseo de ir a los orígenes de lo que las
personas practican. Como ella hacía yoga y
meditación, su sueño era conocer la India, el
Ganges, los Himalayas, el Taj Majal y tantos otros
lugares.
Estableció contacto a través de internet con la
familia Paudel, una familia de Nepal que se

56
La Revolución Secreta

instaló en Jamalpur para vivir, por cuestiones de


trabajo. La hija de esta familia era Harimaya, de
quien se volvería una gran amiga, colega y
compañera. Harimaya ya había terminado
también sus estudios en informática, con un
doctorado en desarrollo web, profesión que quizás
había heredado de su padre, analista de sistemas.
India era el país por excelencia en softwares.
Chandra -la madre de Harimaya- había
conseguido trabajo allí por una red de contactos
que tenía con el movimiento de mujeres
trabajadoras informales y un grupo de guerrilleras
hindúes. India, también era el país reservorio de
empleadas domésticas en el mundo.
Tal movimiento había participado de la revuelta
del 13 de julio de 2017, en contra de la violencia
laboral que sufrían en los hogares burgueses de
Nueva Delhi. Chandra (que significa “luna”)
participó activamente en la formación del Frente
de Empleadas Domésticas del Asia Plurinacional,

57
La Revolución Secreta

el FEDAP. Ese día estuvo allí acompañando a sus


compañeras y una de ellas le propone mudarse
para la India. Tras una extensa deliberación, la
familia Paudel decide instalarse en ese país.
Entonces, Uma llega como turista visitante al
hogar de la familia de Harimaya y entabla una
gran amistad con ella y su madre Chandra, tanto
así que estuvo viviendo los próximos años en esa
casa.
Este tiempo escuchando a la madre hablar de
feminismo y criticar las estructuras patriarcales de
clase y casta, incitaron un espíritu feminista en
Uma. Uma nunca había sentido algo similar a la
violencia de género, pero sabía que su historia no
era la historia de todas. Un día, meditando con
Harimaya, quien había aprendido de Uma, llega
a su mente una gran idea. Pensaba en cómo
utilizar al máximo sus habilidades y saberes para
la revolución. Uma y Harimaya eran especialistas
en informática y debían aprovechar eso.

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La Revolución Secreta

Uma se sentía mal cada vez que una lucha en la


calle, protagonizada por su ahora madrastra
Chandra, acababa muchas veces en lo mismo o
incluso con mayor represión estatal o empresarial
que antes. Pensó que un mundo regido por lo
digital debería hacer también una rebelión virtual,
a la que llamó “la revolución de los datos”.
Recordó el concurso del que fue ganadora y
concluyó: “Tenemos que iniciar un movimiento
hacker”. Pero todos los hackers que conocía eran
hombres, así que se dijo: “hackers mujeres”.
Harimaya quedó encantada con la idea, pero
Chandra pensó que eso de las redes era pérdida
de tiempo, que la lucha real estaba en las calles.
Los debates recorrieron esta nueva familia, pero
con un apoyo mutuo, aunque no compartieran
opiniones similares. Los fines parecían ser los
mismos, pero distintos sus medios para
alcanzarlos. La revolución no podía agotarse en el
proceso, debía dirigirse hacia algún resultado, de

59
La Revolución Secreta

lo contrario todo seguiría igual, o como bomba


que no sabe quiénes son sus víctimas. Era una
empresa peligrosa la del ataque digital pero no
imposible.
Uma invita “en carácter de urgencia” a Kimani,
quien de hecho la visitaba cada tanto. Habían
podido mantener una relación a distancia, con
altibajos sí, y ahora parecía el momento de
convivir con un proyecto en común. Así fue como
Uma, Harimaya y Kimani, una rusa, una nepalina
y una afroamericana se unieron para dar inicio al
movimiento de mujeres 20-30 en la India, con su
madre fundadora Chandra. Pero, antes de invitar
a Kimani a que viniera a vivir con ella, le pidió un
gran y sencillo favor: que compre una muñeca
negra y la traiga en su viaje.
Chandra le había comentado a Uma que de
pequeña siempre deseó tener una muñeca negra,
pero nunca pudo conseguirla. Deseos tan simples
hacen a veces tan alegres a las personas. Así fue

60
La Revolución Secreta

que Uma le pidió a Kimani que consiguiera una


para Chandra. La felicidad vistió esa vez de color
negro.
Las MM se iban reuniendo en India, casi sin
proponérselo. Una gran revolución mundial
buscaba iniciarse en aquel país. No he conocido
región tan rica en conflictos de todo tipo. India
vivió y padeció colonialismo, capitalismo,
comunismo, conflictos religiosos, territoriales,
castas y tantas otras cosas, que de allí debía
necesariamente salir algo muy poderoso. El MM
20-30 era prueba de ello.

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La Revolución Secreta

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La Revolución Secreta

Capítulo 7

La Ciudad Oscura

La única nativa de la India en el movimiento 20-


30 era Sarasvati. Perteneciente a los dalit,
intocables, sin casta o párias, su vida adolescente
había transitado en una cruel violencia.
Secuestrada por una red de trata a los 12 años
para ser prostituida en China, no iría a cualquier
lugar sino a la llamada Ciudad de la Oscuridad,

63
La Revolución Secreta

Kaoloon, lugar en el que conocería a Kumar,


quien se convertiría luego en su hermano menor
adoptivo.
La ciudad amurallada de Kaoloon había sido
construida en la dinastía Song durante el siglo X,
como una especie de Fuerte para combatir a los
piratas que amenazaban el comercio de la sal en
la región. Pero, recién después de 1850 fue
considerada una ciudad por el gobierno chino, a
pesar de haber cedido Hong Kong a Gran
Bretaña. En ese entonces, la ciudad tenía
aproximadamente 700 habitantes.
A finales del siglo XIX, China dejó de reclamar
Kaoloon y Gran Bretaña se abstuvo de intervenir
la zona, por lo que, si bien en términos técnicos
este territorio de menos de 3 hectáreas pertenecía
a los ingleses, en la práctica era un lugar sin ley,
con un vacío total de autoridad, tal vez un caso
único de anarquía pura en el mundo. ¿Cómo
plantearse una revolución sin Estado cuando el

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La Revolución Secreta

Estado mismo no existía, pero la opresión se veía


por todas partes?
Durante la Segunda Guerra Mundial, después de
la ocupación japonesa, la ciudad amurallada se
convirtió en refugio de inmigrantes y bandas
ilegales, llegando a tener 17 mil habitantes en
1950, con sus propias leyes callejeras, ajeno al
resto del mundo y creciendo cada vez más en
desproporciones incontrolables.
En los años ’70 comenzaron a construir allí
edificios lindantes de hasta 12 pisos, límite que
establecieron pues los aviones del aeropuerto
cercano rozaban los techos de las viviendas. La
infraestructura urbana era impensada para
cualquier arquitecta. Los edificios se mantenían
en pie debido a que estaban pegados y sostenidos
los unos a los otros.
En 1986, 50 mil personas vivían en lo que sería la
ciudad con densidad de población más alta del

65
La Revolución Secreta

planeta, y en condiciones infrahumanas. Las


personas que residían en pisos superiores tiraban
toda su basura en los pisos más bajos. Con calles
de máximo un metro -por la cantidad de edificios-
era llamada la “ciudad de la oscuridad”, porque
no entraba luz solar, solo unos focos iluminaban
los pasillos con un cableado a la vista totalmente
inseguro. La estética de la ciudad se asemejaba a
un edificio único del tamaño de dos estadios de
fútbol en el que vivían más de 50 mil personas.
La ciudad se autogestionaba, ya que, la policía de
Hong Kong no se atrevía a ingresar. Es que
Kaoloon era el lugar de prostíbulos,
narcotraficantes, negocios ilegales, incluso
conocida por la cantidad de dentistas no
matriculados que usaban aparatología poco
sofisticada para realizar sus intervenciones
odontológicas. Casos de muertes llamaban a
alerta sobre el lugar, pero las autoridades se
rehusaban a entrar la mayoría de las veces.

66
La Revolución Secreta

En 1987, el gobierno de Margaret Thatcher


entrega la soberanía de Hong Kong a China y
esta, tras años de duras negociaciones con el
objetivo de demoler la ciudad en desalojos
violentos, acaba por pagar casi 400 millones de
dólares en compensación a los propietarios de
casas y negocios. La ciudad fue demolida
finalmente entre 1991 y 1992 y se construyó allí
un gran parque de estilo tradicional chino.
Este fue el lugar en el que Sarasvati pasó los 4
meses más tortuosos de su vida. En un prostíbulo,
encerrada sin poder salir, conoce a Kumar, un
niño de tan solo 6 años. Su madre había sido
asesinada en un tiroteo entre sindicatos del
crimen y su padre era quien manejaba el
prostíbulo en el cual se encontraba Sarasvati.
Kumar era un niño muy callado. En verdad, se
llamaba Tian, cuyo uno de sus significados es
“cielo”, quizás lo que casi nunca había visto en su
corta vida. Pero no le gustaba su nombre,

67
La Revolución Secreta

entonces Sarasvati le llamó Kumar, lo cual le hizo


sentir muy contento. Kumar era el único contacto
noble que tenía Sarasvati en ese turbio lugar.
Una noche o un día, no podía saberse porque el
cielo no existía, después de comer pan con carne
de perro, algo especialmente aterrador para una
adolescente vegetariana de la India, ocurrió un
intento de ingreso por parte del gobierno chino.
Sarasvati no tenía otra opción que comer carne de
perro. De igual manera, su filosofía de vida
predicaba que una debe alimentarse de lo que
menos conciencia desarrollada tenga y que en
casos extremos debe priorizarse la vida que mayor
desarrollo de conciencia posea. En este caso, había
que proteger la vida humana, por eso Sarasvati
comía la carne de perro. Vomitó las primeras
veces, mas acabó por acostumbrase, si vale el uso
de esa palabra. Sus mantras eran los que le
mantenían con espíritu de libertad. Om namah

68
La Revolución Secreta

Shivaya por la mañana, Hare Krsna por la tarde


y uno que repetía en silencio por las noches.
Kumar le traía papeles de cigarrillos que
encontraba por la angosta calle que desembocaba
en la puerta del prostíbulo, para que Sarasvati
pintara mandalas y escribiera sus poesías en el
reverso blanco de las etiquetas, con el único lápiz
que Kumar cuidaba como oro. Lo había podido
guardar de su corta experiencia en la escuela, tan
solo una hora en toda su infancia.
Pero esa hora marcaría su vida, pues allí sería
cuando entrara en contacto con el libro de su
maestra, titulado “el amor de las abejas obreras”,
libro que ella le regala y Kumar guardaba en el
hueco de un ladrillo que sostenía su dura cama en
la que dormía con su hermano mayor, única
persona a la que tenía afecto en esa oscura ciudad.
Aquel libro sería el que le llevaría a fundar la
librería en Jamalpur, librería que terminaría

69
La Revolución Secreta

siendo la sede de las reuniones del movimiento de


mujeres hackers 20-30.

En el día o noche del ingreso de la policía del


gobierno, una de las pocas veces que lo intentó,
un nuevo cliente se acercó al prostíbulo, mientras
Sarasvati escuchaba gritos en la ciudad. La puerta
del lugar donde era sometida, siempre cerrada,
estaba justo abierta y aprovechó entonces para
asomarse y poder escapar. Vio entrar a su
próximo violador y lo empujó contra uno de los
cables de electricidad, sobre el que acabó
electrocutado.

70
La Revolución Secreta

Comenzó a correr por el estrecho pasillo hacia


donde Kumar le había comentado que dormía.
Antes de llegar, el pequeño aparece también
corriendo y le da un fuerte abrazo. Pero detrás, se
presenta su padre, quien a punto de matarla con
un cuchillo, es detenido por la policía. Sarasvati y
Kumar son llevados a la sede central de
Protección al menor.
El gobierno chino decide repatriar a Sarasvati a su
país natal, la India, convenciendo a su madre y
padre de que adoptaran también a Kumar. Así,
ambos viajaron para su viejo y nuevo hogar. El
padre de Kumar quedó preso, condenado a 25
años de prisión. Del hermano mayor de Kumar
nunca más se supo hasta después de varios años.
La pobreza en la que vivían Sarasvati y su familia
era característica de una India excluyente y
paupérrima. Pero, el afecto que Kumar recibió de
esa familia fue de lo más ejemplar. Una pequeña
heladera que ya no funcionaba hacía de guarda-

71
La Revolución Secreta

ropas. Su cama en el piso, característica de una


cultura tan antigua, no era problema para Kumar.
El niño chino-hindú prefería esa vida simple, a
permanecer en el Kaoloon, donde no tenía si
quiera cama propia y la existencia del sol parecía
casi un mito.
Kumar pasó a ser entonces el hermano menor de
Sarasvati. De una sensibilidad tal ante lo vivido,
había concluido que existía por parte del hombre
una cultura de violación y la ecuación era sencilla:
o se convertía en otro violador más o luchaba por
acabar con esas prácticas patriarcales. Así que
optó por no reproducir el sistema machista de su
entorno y acompañar a Sarasvati en su doble
lucha. Primero, dentro del movimiento
constitucionalista por los derechos de las y los
excluides en la India, y segundo, su lucha contra
la trata y la esclavitud sexual en el continente
asiático.

72
La Revolución Secreta

Kumar se volvió fiel aliado de su hermana


feminista y anti-castas. Incluso, admiraba su
intacta espiritualidad; cantar esos mantras que
ella recitaba a pesar de todo lo que le había
sucedido era algo de admirar. Kumar no podía
creer en Días o en una entidad divina que lo
gobierna todo, porque no aceptaba que si tal
entidad existiera permitiera tanto sufrimiento.
Un día Sarasvati le confesó: “gracias a Krsna yo
he dejado mi cuerpo en los momentos que esos
hombres violentaban mi género, porque cada vez
que violan a una mujer, Kumar, violan al sexo
femenino. Mi mente se volvía absorta en otra
realidad paralela. Yo debo agradecer a Krsna,
porque es en los momentos más críticos que
nuestra fe es probada. Es fácil creer en Días
cuando todo va bien. Pero, no te hablo de ese dios
cristiano que han idolatrado algunos occidentales,
ese dios es igual de violador y machista que los
hombres que lo inventaron. Te hablo de más

73
La Revolución Secreta

lejos, de más profundo Kumar, te hablo del Ser,


del Alma, de la Conciencia. ‘El espíritu no puede
matar ni morir’, nos enseña el Bhagavad Giita,
libro sagrado de la India.”

74
La Revolución Secreta

Capítulo 8

El desastre de Bhopal

El 3 de diciembre de 1984, el desastre de Bhopal


afectaría a más de medio millón de personas, al
producirse una fuga de isocianato de metilo en
una fábrica de plaguicidas, por errores en las
tareas de limpieza y mantenimiento de la planta.
Esta, era propiedad 51% de la compañía
estadounidense Union Carbide y 49%

75
La Revolución Secreta

perteneciente al gobierno de la India. La


propiedad de Union Carbide fue luego adquirida
por Dow Chemical, una de las empresas químicas
más grandes del mundo, por lo que la
responsabilidad de los culpables se hizo cada vez
más confusa.
Entre 3 mil y 6 mil personas murieron la primera
semana tras el escape tóxico y unas 12 mil con
posterioridad. Más de 150 mil quedaron con
secuelas graves, en una zona ahora contaminada
por sustancias tóxicas y metales pesados. La
empresa tuvo que abonar más de 400 millones de
dólares por los daños cometidos, cantidad de la
cual el Estado indio se quedó con un gran
porcentaje y poco sirvió para pagar gastos
médicos de las y los damnificades. En el año ´99,
el Tribunal indio condenó a 8 directivos de la
empresa y en conmemoración, cada 3 de
diciembre se celebra el Día Mundial del No Uso
de Plaguicidas.

76
La Revolución Secreta

Kumar, Sarasvati y su familia vivían en Bhopal


cercanos a la planta de Union Carbide. Madre y
padre de Sarasvati fueron dos de las primeras
víctimas del mayor desastre industrial de la
historia. Conocemos tanto Chernobyl y tan poco
Bhopal. La noche del escape fueron envenenados
por el aire.
El presidente de la fábrica Warren Anderson fue
detenido y liberado el mismo día, y luego huyó de
la India. Aun en 2030 continúa como un caso de
total impunidad, aunque al menos se damnificó a
quienes quedaron con secuelas.
Kumar tuvo que vivir sin un pulmón y pasó varios
años de su vida reclamando una indemnización
junto a miles de vecines que se vieron afectados
en su aire, en la tierra, en el agua que bebían y
beben aún. Kumar se sumaría como
representante de las víctimas al frente de la
Campaña Internacional de Justicia en Bhopal y
lograría junto a sus compañeres la tan necesaria

77
La Revolución Secreta

indemnización que venían solicitando hacía


décadas. Mediante ese dinero, fundaría su tan
deseada librería, con una gran particularidad:
Kumar quedaría finalmente con ceguera a la edad
de 52 años.
El día del desastre, Chandra -la madre de
Harimaya- se acerca con el Movimiento de
trabajadoras domésticas a socorrer a las personas
heridas. En esa ayuda, se encuentra con Kumar,
quien lloraba al lado de su madre y padre
adoptivos como si la sangre no importara. Para el
Estado indio, esa sangre paria tampoco parecía ser
relevante. Kumar había llorado la muerte de sus
dos madres, la china y ahora la hindú, quien lo
había adoptado gracias a Sarasvati. Era demasiado
para un pequeño de su edad. La tristeza y
compasión se adueñaron de Chandra, quien
arrodillada le tomó en sus brazos y le susurró al
oído: “todo estará bien”. El movimiento obrero

78
La Revolución Secreta

industrial había sufrido un antes y un después de


Bhopal.
De repente, llega Sarasvati y juntes les 3 se bañan
en lágrimas de dolor. Chandra no pudo
contenerse y les invita a mudarse a su hogar.
Bhopal sería inhabitable y peor para ellos. Al aire
tóxico se le sumaría un alma con recuerdos
contaminados de sufrimiento. Sarasvati y Kumar
aceptan y así es como llegan a Jamalpur, a la casa
de la familia de Harimaya, su madre y padre y su
hermano menor adoptivo Yaro. Inmediatamente,
Sarasvati entabla amistad con Harimaya, la hija
de Chandra.

79
La Revolución Secreta

80
La Revolución Secreta

Capítulo 9

Detrás del Muro Marroquí

El Sahara Occidental y su pueblo saharaui, en el


norte de África, han permanecido décadas con sus
derechos violentados y su tierra ocupada
ilegalmente por el gobierno marroquí. En el
Sahara Occidental existe un muro militar de más

81
La Revolución Secreta

de 2700 kilómetros, construido por Marruecos


para ocupar el Territorio No Autónomo, con unos
siete millones de minas terrestres causando miles
de víctimas civiles a ambos lados del muro.
También, Marruecos comenzó a construir desde
2015 un muro en la frontera con Argelia.
Muchos y muchas integrantes del pueblo saharaui
viven en la zona del muro, otros en territorios
liberados y el resto exiliados en campamentos de
refugiados en las arenas de la provincia de Tinduf,
Argelia. Incluso, algunes han emigrado a distintos
países.
Marruecos bombardea al pueblo saharaui en 1976
con fósforo blanco, muchos mueren y otros
quedan atrapados en la zona ahora ocupada.
Marruecos fue incorporando su población
marroquí hasta que les saharaui se transformaron
en una minoría y acabaron siendo discriminadas
y discriminados en su propia tierra. Sus
manifestaciones eran y son sumamente

82
La Revolución Secreta

reprimidas, incluso las huelgas de hambre con las


que han intentado llamar la atención de la prensa
internacional. El gobierno dice que forman parte
del Polisario, Frente Popular de Liberación de
Saguía el Hamra y Río de Oro, que reclama la
República Árabe Saharaui Democrática o RASD.
Y es que el Sahara tiene uno de los bancos
pesqueros más importantes del mundo y ha sido
colonia española hasta 1976, cuando España
abandona la zona y comienza una guerra civil de
la mano de Marruecos y Mauritania. Estos países
intentan ocupar la zona, tras crearse el Frente
Polisario fundado en 1973 para liberar al país de
los españoles, año en que declara la República.
En 1975, el rey marroquí envía 300 mil personas,
en su mayoría soldados, para ocupar el territorio
y expulsar a los mauritanos. La zona liberada se
dividió en 4 asentamientos denominados wilayas,
que son ahora la base del Frente y están asistidos

83
La Revolución Secreta

por la ONU5, ya que allí escasean el agua y los


alimentos. El pueblo saharaui ha sido un pueblo
pacífico pero el gobierno marroquí les llama
“terroristas”. Parece que, en el ideario occidental,
los hombres árabes siempre son terroristas y las
mujeres orientales siempre están oprimidas.
En uno de los campamentos se encontraba Nastia,
una joven rusa voluntaria que llevaba ya 6 meses
brindando su apoyo principalmente a las mujeres
saharauies. Nastia aprendió mucho de la cultura
de ellas. Esas mujeres que ya no eran solo hijas,
madres y esposas. Ahora, renacían en su
condición de refugiadas, de jefas de familia
(mientras los hombres combatían en el muro y en
el exterior), de trabajadoras, maestras,
clandestinas, guerreras. Pero, el mayor conflicto
se les presentaba de un modo generacional, pues
sus hijas habían emigrado a otros lugares para
poder estudiar y adquirieron así nuevos roles de

5 Organización de Naciones Unidas

84
La Revolución Secreta

género que se oponían a los roles clásicos del


Sahara.
En este contexto, Nastia encarnaba la juventud de
las mujeres saharauies emigrantes, dialogando
con una generación saharaui más antigua que ella.
Si existía algo intermedio entre madre e hija, ese
algo era Nastia.
Allí conoce a Mohamed, un activista saharaui
puesto luego preso y torturado, solo por traducir
a periodistas europeos los hechos aberrantes que
acontecían de la mano del Estado marroquí para
con el pueblo saharaui. En la cárcel, Mohamed
escuchaba los gritos de personas torturadas y
también mujeres violadas. Ese no era el mundo
que quería. El Sahara debía ser liberado y de
inmediato.
Al verse la primera vez, Mohamed y Nastia
conectan con una cálida y profunda mirada, una
mirada que mantuvieron al menos cinco

85
La Revolución Secreta

segundos, mirada cómplice que acariciaba sus


almas rotas y reconstruía los pedazos que habían
quedado esparcidos en sus cuerpos. Dos activistas
se unían por su amor a un pueblo libre. Nastia se
había enamorado de la cicatriz que Mohamed
tenía en su brazo derecho, sin conocer nunca la
causa. Ella estaba segura que esa cicatriz contaría
su historia cuando la herida estuviese sanada.
Mohamed ya había tenido la oportunidad de
viajar a Europa e incluso Rusia -país natal de
Nastia- antes de permanecer algunos meses en la
República de Malí. Allí había entrado en contacto
con un libro que marcaría su lucha y sus futuras
relaciones afectivas.
Antes de ser llevado preso, Mohamed le regala ese
libro que había encontrado en Rusia. El mismo se
titulaba “el amor de las abejas obreras”, de
Alexandra Kollontai. Segundos después, es
llevado por la policía marroquí y Nastia no supo
nada de Mohamed por al menos varios años. Solo

86
La Revolución Secreta

le quedaba su libro y una esperanza de verlo libre


algún día.
La angustia azolaba las noches de Nastia, pero
escondiendo algo más que la propia angustia. Ella
era una víctima más de la Rusia homofóbica,
transfóbica e interfóbica. Nastia fue criada por su
familia como varón, pero en verdad no se
identificaba con ese género ni tampoco tanto con
el femenino. Nastia había nacido intersexual6, es
decir, sin sexo definido, y su familia había pagado
una suma considerable para que el personal
médico del hospital no revelara a las autoridades
su condición sexual, pues no quería que fuera
reasignada -como siempre ocurría- a alguno de los
dos sexos, lo cual implicaba una serie de
operaciones genitales violentas de por sí, e

6 Antes se utilizaba la palabra “hermafrodita”, pero dejó de usarse


gracias a la lucha del movimiento intersex. Hermafrodita era un
término empleado por la biología, pero la medicina comenzó a
adoptar el de “intersexual” para hacer referencia a ni hombre ni mujer.

87
La Revolución Secreta

innecesarias más que por una cuestión estética de


normalidad.
De adolescente, al finalizar la escuela, Nastia se
inscribe como voluntaria en una ONG7 de
colaboradoras en contextos de conflicto armado.
Primero fue hacia África, específicamente en El
Congo, donde permaneció dos años, logrando
escaparse después de ingresar a territorio
militarizado por bandas ilegales. Luego de esto,
Nastia se dirige hacia el territorio liberado del
Sahara Occidental, donde finalmente conoce a su
amor Mohamed. El afecto en contextos de guerra
simulaba para ella un océano de paz entre el dolor
y el apego.
Pero luego que Mohamed es puesto preso, la
“madre saharaui” -como cariñosamente la
llamaban-, le aconseja se fuera por un tiempo
hasta que la situación se calmase. Habían sido
para ellas meses de fuertes represiones por parte
7 Organización No Gubernamental

88
La Revolución Secreta

del gobierno marroquí. La madre saharaui había


adoptado simbólicamente a Nastia como su niña
de alma, ya que su hija de sangre había emigrado
a Egipto para estudiar medicina.
Así como la arena no dejaba ver con claridad el
paisaje africano, así el mundo no quería escuchar
lo que detrás del muro marroquí acontecía. A
veces se desconoce, a veces se silencia, a veces
simplemente no se quiere ver. Pero la opresión
existe, aunque la neguemos.
Nastia acepta el consejo de la madre saharaui y
pide su traslado como voluntaria. Nastia es
enviada a Hong Kong, en China. Había sido un
viaje largo en avión en el que pudo leer el libro
que Mohamed le regaló, “el amor de las abejas
obreras”. El libro le tocaba su vida, pues proponía
una transformación emocional y sexo-afectiva,
con relatos de situaciones amorosas en un
contexto de lucha por la igualdad real. Pero
Nastia, no solo luchaba por la igualdad entre

89
La Revolución Secreta

mujeres y hombres. Ella tenía además una lucha


más: conseguir los mismos derechos sin
pertenecer a ninguno de ambos géneros,
masculino y femenino.
Su autora, Alexandra Kollontai, feminista y
revolucionaria rusa de los años ’20 del siglo
pasado (XX), fue una de las primeras en advertir
que lo personal era también político. Y Nastia
sentía que su propio nacimiento ya era un acto
revolucionario. Toda su vida había sido un
acontecimiento político, ella siendo efecto de las
relaciones de poder en las que estuvo marcada por
la condición sexual de su cuerpo.
Kollontai expone en su libro un mundo donde el
poder colectivo aumenta, pero la posesión en el
amor se mantiene o incluso se hace más intensa.
Alexandra había sido una mujer libre para su
época. Se casó contra su voluntad familiar, tuvo
varios amantes y abandonó a su esposo e hijo para
dedicarse por completo a la lucha revolucionaria.

90
La Revolución Secreta

El Régimen de Stalin había derogado el derecho


al aborto, la ley de divorcio rápido, el respeto a la
homosexualidad, la idea del amor libre. Fue la
primera mujer miembro de un gobierno y del
Soviet, así como primera embajadora cuando la
colocaron en ese puesto como forma de apartarla
por su antagonismo a las políticas oficiales del
gobierno stalinista.

+
Al llegar a Hong Kong, Nastia se instala en una
escuela para niñes en contextos de calle. Esta
escuela se ubicaba próxima a la ciudad
amurallada, la ciudad oscura del Kaoloon.

91
La Revolución Secreta

Una mañana, mientras enseñaba música con su


guitarra a más de 70 pequeñes, observa que
ingresa un niño de piernas muy delgadas y ojeras
ajenas a su edad, y se sienta con tal timidez al final
del salón que su presencia casi no se notaba. El
chino básico de Nastia se condensaba en las 4
canciones infantiles que había aprendido para
enseñarles a las niñas y niños, las estaciones del
año.
Al finalizar la clase, Nastia se acerca al pequeño y
le pregunta de dónde era. Este le responde que
vivía en el Kaoloon y que ya debía volver porque
en realidad su padre le encomendó comprar unas
cosas en el mercado y si no regresaba pronto se
enojaría mucho. Pero, la vida era diferente al salir
de la ciudad de la oscuridad. El pequeño
simplemente contemplaba la luz natural del sol, y
su mente ya se sentía realizada. Su felicidad
pasaba solo por el derecho a lo simple.

92
La Revolución Secreta

Nastia le preguntó si asistía a algún colegio y le


respondió que no iba a ninguno porque a su
padre no le gustaba que fuera; decía que era para
tontos, que no hacía falta saber leer ni escribir,
que en la vida había solo que sobrevivir. “Los
libros únicamente sirven para hacer fuego con
ellos”, repetía su padre cada vez que el pequeño
mencionaba el tema.
Nastia lo invita al comedor en el que también
trabajaba como voluntaria, pero el miedo de
volver tarde era notable en la cara del niño.
Solamente le pidió a Nastia si podía acariciar su
guitarra. Nunca había visto una. Nastia accedió
con gusto, mirando el asombro en su rostro.
Al lado de la guitarra, el pequeño chino observa
un libro y lo hace con mayor sorpresa que la
guitarra. Por primera vez en sus manos, tenía el
objeto que tanto su padre le negaba. Era la
primera vez que veía y palpaba un libro. Sabiendo
todo lo que ese ejemplar significaba para Nastia -

93
La Revolución Secreta

el regalo que Mohamed le obsequió- se lo ofreció


con mucha dulzura, y mientras sostenía su suave
mano le dijo: “cuídalo”. Acto seguido, con una
sonrisa de desapego en su rostro, le comenta:
“está en ruso”. El niño le responde: “algún día
usted me enseñará a hablar ruso, maestra”.
Nastia quedó extrañada por esa frase y de que
menos de una hora bastara para que el pequeño
le llamara “maestra”. Así contento, se retiró
rápidamente y antes de cruzar la puerta Nastia le
preguntó:
-Dime al menos tu nombre
-Kumar – le respondió. Por primera vez le pudo
decir a alguien su nuevo nombre. Ya no era Tian,
ahora era Kumar. Y volteó para irse nuevamente.
- ¡Kumar! – le dijo Nastia-. Lleva esto también, te
hará falta.
Nastia tenía en su mano izquierda un lápiz. Así
fue como Kumar llevaría guardada en su precaria

94
La Revolución Secreta

ropa, los dos objetos de la cultura humana escrita:


un libro y un lápiz, tal vez la base de toda
revolución. Y es que, la revolución comienza en
las ideas. Algunas se escriben, otras se llevan a la
práctica. Pero, en mi mente, todo acontece por
dentro.

95
La Revolución Secreta

96
La Revolución Secreta

Capítulo 10

La maldición del Congo

Cada teléfono celular es una mancha de sangre en


esta Tierra. Mientras el cielo es azul, nuestros ojos
son rojos. Miramos el mundo a través de una
pantalla. Esta podría ser el instrumento de la
revolución sino se reprodujese gracias a las
muertes de miles de personas que a lo lejos y
distante no conocemos.

97
La Revolución Secreta

En Manguredjipa, una pequeña aldea situada en


la región de Kivu Norte, sin hospitales ni colegios,
solo existe algo muy especial para las empresas de
tecnología de celulares: minas de coltán, un
mineral color negro pizarra que se deriva de la
unión de dos metales: columbita y tantalina. El
coltán es un mineral escaso y muy preciado. Sus
reservas mundiales se encuentran
mayoritariamente en la República Democrática
del Congo, aunque oficialmente se legaliza en
Ruanda, país que figura como exportador de
coltán, pero que paradójicamente no tiene
reservas de este mineral.
La aldea se encuentra en territorio Mai-Mai, uno
de los varios grupos rebeldes que operan en El
Congo, conocidos por sus masacres, crímenes,
violaciones y reclutamiento forzoso de niños para
convertirlos en soldados. Estos grupos usan el
coltán para financiar su guerra contra el gobierno
congolés y los milicianos ugandeses y ruandeses.

98
La Revolución Secreta

Las condiciones en la mina -así como en muchas


otras- son de esclavitud. Catorce horas de trabajo
por 1 euro, soldados rebeldes con varas de madera
golpeando el lomo de los mineros, trabajadoras
mujeres (incluso embarazadas) buscando el
mineral para intercambiarlo por algo de comida y
muchos niños menores de 12 años, quienes por
su tamaño son obligados a trabajar dentro de los
túneles. El promedio es de un minero muerto al
día. De hecho, llaman a las minas “fosas
comunes”, por la cantidad de mineros fallecidos
allí dentro. Pero la extracción nunca para, pase lo
que pase.
La mina de esta aldea es considerada “roja”, es
decir, ilegal, por oposición a las verdes o legales.
Pero, de mil que existen en El Congo, menos de
200 son verdes y aún sus condiciones laborales
tampoco son muy humanas. Múltiples empresas,
dado estos conflictos y formas de trabajo, no
quieren comprar el coltán congolés, pero este

99
La Revolución Secreta

mineral es exportado a Ruanda donde se legaliza


y entonces formalmente parece que adquieren un
mineral limpio y no manchado de sangre. Sin
embargo, es una falacia.
Es así como los celulares, computadoras y hasta
yo misma, somos creación de un proceso violento
bañado de sangre. ¿Cómo diseñar una revolución
cuyo origen está basado en el sufrimiento y
muerte de otres?
Una mañana, el gobierno congolés llega a la
explotación minera para comprobar si estaba en
manos de grupos rebeldes, con niños en actividad
y trabajo forzoso. En la camioneta iban dos
representantes oficiales del gobierno, una
integrante de misión de la ONU y Nastia,
voluntaria de la ONG.
Nastia hacía dos años que estaba en África. Uno
en Mozambique, medio en Ghana, dos meses en
la República de Malí y el resto en El Congo. Pero

100
La Revolución Secreta

era la primera vez que visitaba un posible


territorio armado.
Llegaron a la línea de entrada donde fueron
detenidos por un grupo de cinco rebeldes.
Estuvieron casi dos horas en negociaciones para
poder ingresar. Finalmente, pudieron acceder a
una zona limítrofe con la mina, gracias a que
había integrantes de la ONU y Nastia, porque si
solo venían de parte del gobierno hubiera sido
imposible entrar. Ellas traían medicamentos y
leche para las mujeres embarazadas.
El camino parecía inhóspito por momentos, tanta
soledad daba un miedo a que alguien apareciera
de repente o explotara alguna mina oculta en la
tierra. Sin embargo, el verde de la vegetación y las
montañas daban algo de tranquilidad pasajera,
pero diría que un disfrute demasiado estresante.
A lo lejos comienzan a ver algunas hileras de casas
muy precarias. Se acercan a una de ellas y
conversan con una señora anciana que estaba en

101
La Revolución Secreta

la puerta. Ella les pide que ayuden a una joven


embarazada y su hijo, quienes residían un par de
casas más adelante.

Se aproximan entonces con la camioneta hacia esa


dirección. La joven les hace entrar y les sirve una
bebida típica del Bajo Congo llamada lungiila, o
vino de caña de azúcar, que su vecina anciana le
había traído a escondidas.
Lewa era el nombre de la joven embarazada. Ella
podía recibir visitas solo una vez por año, para la
principal fiesta de la aldea. Pero, su familia no
vivía en El Congo, así que nadie la visitaba.

102
La Revolución Secreta

Nastia no tomaba alcohol, por lo que le pidió un


vaso de agua. El agua no era precisamente muy
sabrosa, pero ya estaba acostumbrada. Aunque
probó apenas la bebida para no ser descortés.
Por la ventana de la casa de la joven Lewa (que
significa “bella”), Nastia y sus compañeres podían
ver la mina muy próxima, habitada con mineros
y niños trabajando. La casa se alumbraba solo de
velas, allí no existía eso de la luz eléctrica. Una
foto que su vecina anciana le había regalado
decoraba la casa cuyos espacios no podían
diferenciarse con claridad. La foto era de Thomas
Sankara, un líder revolucionario conocido como
el “Che Guevara Africano”.
Sankara había sido presidente de Burkina Faso
entre 1983 y 1987 y uno de los primeros políticos
en proclamar la bandera de los derechos de las
mujeres, al oponerse a la mutilación genital
femenina que existía en algunos poblados e
integrar en el gobierno a varias mujeres.

103
La Revolución Secreta

Lewa, agradeciendo la comida y los


medicamentos que Nastia le ofreció, le dio a
cambio el único objeto que decoraba su humilde
morada: la foto de Thomas Sankara, obsequio que
luego Nastia colocaría en la librería de Kumar.
También, le comentó al grupo las condiciones en
que trabajaban y vivían. Era prácticamente un
milagro que hubieran podido ingresar. Lewa, de
hecho, había sido secuestrada de su país natal
para trabajar allí.
Y comenzando a llorar les pidió por favor que
sacaran a su hijo de ese mundo esclavo, de ese
planeta del hambre. Su hijo se llamaba Yaro.
Tenía tan solo 4 años y nunca había salido de su
casa. Nadie conocía de su existencia, ni los
aldeanos ni los paramilitares. Lewa había
construido un “pequeño bosque” en su patio
trasero para que jugara, donde la luz entraba
apenas siquiera por un costado. Si se sabía de su
existencia pronto acabaría trabajando en las

104
La Revolución Secreta

minas del coltán o siendo reclutado para soldado


por los grupos rebeldes al mando.
Un juguete construido con ramas era el único
amigo de Yaro. En el pequeño bosque que Lewa
construyó para su hijo, y en los escasos momentos
que tenía para estar con el pequeño, ella le
cantaba las canciones que había aprendido de
niña en su tribu.
“Nuestro querido bebé
es como un muñeco de manteca,
meneando rápidamente sus manos y pies,
sonriendo con alegría y gozo.
Sus dedos son como capullos de la flor de Champaka.
El brillo del mundo celestial aún resplandece en sus ojos”8

Lewa llevó a Nastia y su equipo por un pasillo


secreto que se encontraba en el sótano de su casa,

8 Canción de Prabhat Ranjan Sarkar N° 59, de la composición


Prabhat Samgiita (Canciones del Nuevo Amanecer).

105
La Revolución Secreta

lugar por donde se salía a un túnel de árboles que


era la continuación del pequeño bosque que había
construido para Yaro. Ella había estado
desmalezando por más de 3 años para poder huir
con su hijo. No era esclava, pero si salía sería
asesinada, así que implicaba lo mismo. Trabajo
forzado o muerte eran las opciones de ella y su
hijo. Lewa siempre guardaba una piedrita del
mineral que recogía a diario y la escondía en su
cabello. Lo hacía para juntar recursos con los
cuales solventarse una vez estuviese libre. Ella
solo estaba tomando la paga de quien robaba su
trabajo y lastimaba su cuerpo.
De pronto, llegan militares rebeldes queriendo
sacar a Nastia y el equipo. Tuvieron entonces que
retirarse de inmediato, casi en un enfrentamiento
violento. Logran cruzar la puerta de ingreso,
pagando una suma de 500 euros.

106
La Revolución Secreta

Ya más tranquiles por haber salido de ese


territorio, de repente sienten un movimiento en
la camioneta. Yaro, el hijo de Lewa, se había
escondido en la parte de atrás, debajo del asiento
trasero. De la aldea, no solo se llevaban la foto de
Thomas Sankara, sino también un niño congolés.
El dilema se les vino encima. ¿Devolver a Yaro era
lo correcto, cuando sabían que eso implicaba que
los grupos paramilitares supieran de su existencia
y aun a pedido de la madre quien les suplicó se lo
llevasen? ¿Volver cuando tanto les había costado
salir?
Nastia propuso incluirlo en un programa de
adopción que existía entre Asia y África. Así es

107
La Revolución Secreta

como finalmente Yaro acabó en la familia de


Harimaya, siendo ahora su hermanito menor de
El Congo. Chandra lo había adoptado.

108
La Revolución Secreta

Capítulo 11

La Biblioteca de Tombuctú

Antes de ser adoptado, Nastia estuvo a cargo de


Yaro por dos meses en Tombuctú, ciudad situada
cerca del río Níger, en la República de Malí.
Llamada “la ciudad misteriosa”, eje del imperio
malí en el siglo XI cuando es fundada, fue
considerada “la Atenas de África” y conocida
como “la ciudad de los 333 santos”.

109
La Revolución Secreta

Allí, se encuentra el Instituto de Investigación y


Documentación Islámica Ahmed Baba, conocido
como la “Biblioteca de Tombuctú”, que conserva
más de 30 mil manuscritos árabes y otros en
lenguas africanas. Son el punto de reflexión para
la tradición escrita de África y aun en el 2030
continúan siendo bastante desconocidos para la
mayoría de las y los intelectuales.
Por muchas décadas, África fue vista como un
único país, sin distinción de culturas ni fronteras.
Basta solo cruzar de Argentina a Bolivia o de
Bolivia a Brasil, para apreciar la riqueza y
diferencia cultural que existe en América del Sur.
Lo mismo entonces se aplica para África.
Continente que además se piensa viven solo
tribus, sin ciudades cosmopolitas, sin partidos
políticos, sin clases sociales o sin sindicatos.
Incluso, la intelectualidad africana fue negada por
occidente porque supuestamente aquella no había
escrito nada. ¿Acaso las negras no escriben?

110
La Revolución Secreta

Tombuctú es la prueba de que África lo hizo y


mucho. Las culturas negras no solo han sido
orales, también han usado el papel de su color
contrario.
Nastia fue a Tombuctú, Malí, a realizar un curso
como parte de su formación en el marco del
programa de voluntarias, mientras cuidaba de
Yaro, hasta que alguna familia lo adoptara. Allí
conoció la historia de quien daría nombre a la
Biblioteca, Ahmed Baba, jurista, escritor y líder
espiritual, quien se dice fue el primero en
reflexionar sobre la raza y cuya biblioteca
personal de más de 1600 ejemplares fue destruida
con la invasión marroquí en 1951. Gracias a esto,
también la ciudad comenzó a perder su poder
comercial e intelectual.
En 2013, los islamistas que controlaban la ciudad,
al abandonarla en su huida arrasaron con varios
centros y quemaron también centenares de
ejemplares, antes que llegaran las tropas franco-

111
La Revolución Secreta

malienses. Finalmente, el director del Centro


Ahmed Baba se llevó de manera directa la
mayoría de los manuscritos, para que no se
perdieran más. “Basta, me los llevo a mi casa”,
seguramente dijo.
Esta historia había conmovido a Nastia, quien
sentía que debía fomentar ese espíritu intelectual
y africano en Yaro. Una vez finalizada la
formación, Nastia debió decidir entre algunos
lugares que le propusieron para hacer su labor
voluntaria. Entre ellos estaba el Sahara, también
invadido por Marruecos. La historia da la
invasión de Tombuctú llevó a Nastia a elegir esa
zona, donde iría y conocería por fin a Mohamed.
Yaro sería llevado a la India, con la familia de
Harimaya y Chandra, a través del programa de
adopción África-Asia.
Un día en Tombuctú, Nastia entra a una de las
salas de lectura de una de las bibliotecas de la
ciudad. Se sienta en un sillón y entabla una

112
La Revolución Secreta

conversación con el bibliotecario. Lo primero que


éste le pregunta es de dónde pertenecía. Nastia le
responde que de Rusia. Inmediatamente, el
bibliotecario recuerda que su amigo había dejado
un libro que consiguió en su viaje a ese país y que
aun no había terminado de leer. Va a buscarlo. El
libro se llamaba “el amor de las abejas obreras”,
de Alexandra Kollontai.
Nastia lo toma en sus manos. Algo había
resonado en su pecho. Ese libro era como una
carta futura en su vida. El amigo del bibliotecario
se llamaba Mohamed.

113
La Revolución Secreta

114
La Revolución Secreta

Capítulo 12

La mezquita de las mujeres

Aisha había llegado a Egipto poco antes que


Nastia llegara al Sahara como voluntaria contra
las inhumanidades que perpetraba el muro
marroquí y el gobierno de Marruecos contra el
pueblo saharaui.

115
La Revolución Secreta

Aisha, nombre que su madre le dio y que significa


“mujer viva”, era la joven que con tanto esfuerzo
partió de su lugar natal para poder estudiar
medicina. Ella era la hija de la famosa “madre
saharaui”, quien cariñosamente había adoptado a
Nastia.
En el tercer año de la carrera, Aisha conoce la
religión islámica y comienza a sumarse a los
círculos de lectura que realizaba el llamado
Movimiento de Mezquitas de Mujeres. El
feminismo islámico tenía ya mucho peso en la
región. Una nueva relectura del Corán9 en clave
feminista, permitía a las mujeres empoderarse,
leer y releer los antiguos libros sagrados que en la
cultura patriarcal egipcia y musulmana solo era
atributo religioso de los hombres.

9 El Corán es el libro sagrado del islam, que contiene las revelaciones


recibidas por Mahoma a través del arcángel Gabriel, así como la
palabra de Dios (Allah) revelada al profeta. Las revelaciones fueron
compiladas en El Corán (“la recitación”) por los seguidores de
Mahoma, luego que éste falleciera en el año 632.

116
La Revolución Secreta

Aisha ya tenía en su nombre la reivindicación de


una mujer libre. Aisha, en su versión histórica,
había sido la esposa del profeta Mahoma o
Mahoma había sido el esposo de Aisha, como más
guste. Mientras que muchos veían en ella el
ejemplo de una esposa perfecta y sumisa, las
mujeres del movimiento veían en la Aisha
histórica una mujer de gran poder político,
exigente e inteligente y que reivindicaba sus
derechos en nombre del Islam.
Para mis creadoras, parecía un par imposible de
conciliar: islam con feminismo. Pero, el
movimiento rescataba en sus lecturas muchos de
los pasajes que proclamaban la liberación
femenina. Como cuando Asma Bint se acerca un
día a Mahoma y le dice: “Yo soy la delegada de
las mujeres junto contigo, Profeta”.
Aisha había aprendido a ser feminista, un proceso
que no era de un día pero que por momentos
tomaba mucha fuerza cuando un comentario, una

117
La Revolución Secreta

práctica o un hecho machista desencadenaban en


ella una serie de reflexiones anti-patriarcales. Ella
se sentía ahora una mujer saharaui feminista
simpatizante del movimiento de mezquitas.
Al finalizar su carrera de medicina, decide hacer
un posgrado en biomedicina y genética. Para ello,
se anota en una beca en los Estados Unidos. En
su tiempo, ya eran muy famosas las Becas
Internacionales de Mujeres (BIM), un programa
que había desarrollado el movimiento feminista
mundial para favorecer la formación superior de
mujeres principalmente de bajos recursos y de
zonas con muy poca oferta académica, o la que
existía estaba destinada para hombres.
El Programa tenía tres tipos de financiamiento: a
través del Estado, a través de dinero donativo
anónimo y por medio del matrocinio, sororidad
que realizaba una mujer pagando los estudios de
otra. A cambio, la mujer receptora debía luego

118
La Revolución Secreta

ofrecer durante un año sus servicios a otras


mujeres.
Aisha consiguió el matrocinio de una joven
radicada en la India y partió entonces hacia
Estados Unidos. Allí en la Facultad, se acomoda
en su nueva habitación con otra estudiante de
posgrado. Su nombre era Kimani.
Kimani había regresado hacía un mes de Moscú,
donde estuvo de intercambio por sus estudios en
informática y donde conoció a su amor ruso,
Uma. Entre conversaciones de noche, momentos
en los que se veían cuando no cursaban, Kimani
descubre que la matrocinadora de Aisha había
sido la misma Uma.
Durante este tiempo, Kimani pensó que Uma
había invertido su dinero en viajar e instalase en
la India, en la casa de Harimaya y su madre
Chandra. Pero claro, India era muy barata por
aquella época. Ahora conocía que parte de ese

119
La Revolución Secreta

dinero lo había destinado sororamente para


financiar los estudios de Aisha, la joven saharaui
estudiante ahora en los Estados Unidos. Kimani
sabía que Uma no era una mujer insorora.
Sin embargo, esto fue un peso mayor para
Kimani, quien había comenzado a sentir cosas
por Aisha, sentimiento también correspondido.
Kimani no sabía si era amor o admiración, o un
poco de ambos. Observaba a Aisha y recorría su
cuerpo una suma de identidades que aplaudía
cada vez que podía.
Aisha era el nombre para llamar a una mujer
joven, saharaui, refugiada, feminista, islámica y
lesbiana. ¡Uau! Este mundo patriarcal, capitalista
y colonialista generaba un mar de luchas en cada
cuerpo, por momentos de identidades
contradictorias, por momentos perfectamente
comprensibles. Las personas parecen volverse
resultado de su historia narrada junto a sus otras
historias aún por narrarse.

120
La Revolución Secreta

Pero, el sentimiento se mantuvo solo en el plano


espiritual. No todo deseo era físico para ellas. En
ese sentido, Kimani disfrutaba con Aisha de una
conexión poco terrenal. Uma conocía de la
existencia cercana de Aisha, pero nunca había
sospechado ningún posible romance entre ellas.
Tal vez, porque en su mente rusa y clásica, las
mujeres árabes no eran lesbianas. Y quizás Aisha
ni lo era, pero el afán por definir la libertad en el
amor pesaba más que el propio afecto. Kimani
nunca había hablado con Uma de lo que sentía
por la joven saharaui.
Solo recordaba de Aisha la frase que siempre le
repetía cada vez que entraba en conflicto consigo
misma: “tu amor mide más que 5 codos de alto”.
Ella había aprendido de su estadía en Egipto que
el codo era una de las medidas más antiguas del
mundo. Hasta Noé habría recibido las
indicaciones de Días para que el arca a construir
midiera 300 codos de largo, 50 codos de ancho y

121
La Revolución Secreta

30 codos de alto. Aisha hacía referencia con esa


frase a la estatura de Uma.
Kimani finaliza sus estudios y se va a vivir con
Uma a la India, cuando ésta la invita a quedarse
para trabajar juntas en el movimiento hacker MM
20-30, al cual también se sumaría más tarde la
misma Aisha.

122
La Revolución Secreta

Capítulo 13

Palestina y las tonalidades de la ira

Después que el Kaoloon fuera intervenido sin


éxito por la policía de Hong Kong, que Kumar y
Sarasvati fueran trasladados a la India y el padre
de Kumar acabara preso por el prostíbulo en el
que mantuvo secuestrada durante 4 meses a
Sarasvati, Akiyama, el hermano mayor de Kumar,

123
La Revolución Secreta

se escapó de China con tan solo unos pocos


dólares.
Akiyama, apodado “el montaña”, un ciudadano
sin tierra, siguió la misma suerte que la de su
pasado. ¡Cual sería la revolución de les refugiades!
Personas en tránsito, sin tierra propia, obligadas
y obligados a deambular por los “mundos sin
techo” de la globalización.
Akiyama pagó una suma importante para viajar
en un avión ilegal hasta Israel, por eso se quedó
con tan poco dinero. Su destino final era en
realidad Palestina. Pero, en su celular había
buscado la distancia entre Hong Kong y aquel
país y le aparecía nada, pues para el mundo
Palestina no existía, no tenía territorio propio. Así
que viajó a Israel. Se dirigió luego a la región del
Levante Mediterráneo, al sur de los montes
Tauro. Allí tenía un amigo, quien era compañero
de Mohamed, aunque Akiyama aún no conocía a
éste.

124
La Revolución Secreta

Palestina recibía a refugiades y Akiyama se sentía


así. Era difícil para una persona estar sin casa y
también sin tierra. Un ciudadano sin ciudad, sin
Estado, sin pertenencia física. Un sujeto confuso
entre lo real y lo virtual. Imaginario no era pues
existía, real tampoco pues documentos no tenía.
Su hogar era aquel lugar que le diera de comer.
Un día, llega Mohamed a la casa donde se
hospedaba Akiyama, un joven de solo 18 años.
Mohamed había sido liberado tras estar encerrado
como preso político. A su tierra no podía regresar
porque había sido exiliado y los controles se
habían radicalizado. Ambos entablan muy buena
relación.
Akiyama le cuenta un poco su historia y cómo
extrañaba a Tian, su hermano menor, llamado
ahora Kumar, pero que nunca lo supo. Mohamed
entra en conflicto moral, al saber que sumaría a
su lucha libertaria al hijo del dueño de un
prostíbulo y traficante de mujeres asiáticas,

125
La Revolución Secreta

principalmente indias. Akiyama nunca estuvo de


acuerdo con ello, sin embargo, cumplía una
función esencial en ese tráfico: era quien llevaba
a las chicas hasta el Kaoloon.
Ese hecho le hacía reflexionar a Mohamed,
cuando Hannah Arendt en “Eichmann en
Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal”,
filósofa y teórica política alemana de origen judío,
escribe sobre el daño y mal que puede llevarse a
cabo a través de personas simples y sencillas. No
se necesitaban hombres tan perversos o
monstruosos para cumplir todas las funciones que
realizaba el nazismo: alguien que llevara a las
personas a los campos de concentración, alguien
que abriera la llave de gas. ¿Cómo juzgar a esa
persona que decía solo cumplir las órdenes del
gobierno? ¿Existía alguna posibilidad de rebelarse
ante ese sistema, sabiendo que hacerlo acabaría
con la propia muerte de quien se rebelara? Llevar
a personas sabiendo a dónde se las lleva ¿no es

126
La Revolución Secreta

también ser parte activa de ese proyecto? Estas


personas ciudadanas comunes permitieron de
algún modo el nazismo.
Akiyama tenía ese papel también. Y Mohamed lo
combatía, le criticaba, no podía aceptarlo. Pero
también, era cierto que de algún modo estaba
obligado. ¿Escapar? ¿A dónde? Si era un no
ciudadano sin Estado. Kaoloon era tierra de
nadie, porque nadie la quería. Era la parte rancia
y podrida del fruto de la modernidad. ¿Dejar de
colaborar con su padre? Si éste no dudaría en
matarlo.
Akiyama solo sintió por un instante el haber
ayudado en pequeñas cosas, tal vez imperceptibles
pero determinantes. Sabía que Tian (Kumar)
guardaba debajo de su cama, en el hueco de un
ladrillo, el libro en ruso que no sabía leer, aunque
simulaba hacerlo en las noches. Akiyama dejaba
en la calle que conducía al prostíbulo las etiquetas
de cigarrillos que fumaba cada día y que Tian

127
La Revolución Secreta

juntaba para que Sarasvati las usara como papel


donde dibujaba sus mandalas y escribía sus
poesías. Akiyama había dejado sin llave la puerta
de la habitación donde Sarasvati se encontraba,
momentos antes de enterarse que la policía de
Hong Kong se acercaba a intentar desalojar de
modo violento la ciudad de la oscuridad.
Ello le demostró a Mohamed que siempre había
una posibilidad de hacer algo y ayudar, aunque
sea en pequeñas acciones imperceptibles. Que
cuando no es posible rebelarse por completo, sí es
posible hacerlo de a pedazos y de a poquito. Si los
pueblos pocas veces se rebelan completamente,
¿por qué exigirle a un solo individuo que lo haga?
Tantas buenas y pequeñas acciones permanecerán
sin ser descubiertas, porque contarlas implicaría
la muerte de quienes las han llevado a cabo. Este
mundo está repleto de acciones así, que no son
conocidas ni aplaudidas. Todo eso que permanece
oculto en la memoria colectiva inconsciente es lo

128
La Revolución Secreta

que hace a las personas creer que existen las


casualidades. Pero en verdad, el motivo es que las
causas muchas veces no son vistas.
Mohamed le dio, con tiempo y esfuerzo, una
oportunidad a Akiyama, aunque en su mente aun
quedaban resabios de aquel pensamiento. Sabía
que Akiyama no había violado a ninguna mujer,
sin embargo, participaba de modo indirecto en
esos actos violentos. Mohamed le dijo entonces
que tenía una obligación ética para con la lucha
de las mujeres y que debía saldar esa deuda, debía
formarse en temas de género y contribuir de la
forma que pudiera a la lucha por la liberación
femenina. Si Akiyama era un hijo del orden
patriarcal, ahora debía ser hermano de la nueva
sociedad impulsada por las mujeres.
Una tarde le muestra un video de una poeta
palestina Rafeef Ziadah, donde relata su poesía
“las tonalidades de la ira”:

129
La Revolución Secreta

Déjenme hablar mi lengua árabe


antes de que también sea ocupada.
Déjenme hablar mi lengua materna
antes de que también colonicen su memoria.

Yo soy una mujer árabe de color


y nosotras venimos en todas
las tonalidades de la ira.

Lo único que mi abuelo siempre quiso hacer


era levantarse al amanecer,
mirar a mi abuela Nily rezar en un pueblo
escondido entre Jaffa y Haifa.
Mi madre nació bajo un olivo
en la tierra que dicen que ya no es mía.
Pero cruzaré sus barreras,
sus locos muros del apartheid10,
y volveré a mi hogar.

Yo soy una mujer árabe de color


y nosotras venimos en todas
las tonalidades de la ira.

¿Escucharon a mi hermana gritando ayer,


cuando daba a luz en un control militar,
con los soldados israelíes
buscando entre sus piernas

10 Sistema que segregaba y perseguía a los negros.

130
La Revolución Secreta

la próxima amenaza demográfica?


A su hija la llamó Jenin.
¿Y escucharon a alguien gritar tras las rejas
mientras la gaseaban?
Estamos volviendo a Palestina.

Yo soy una mujer árabe de color


y nosotras venimos en todas
las tonalidades de la ira.

¿Me dices que esta mujer que hay dentro de mí


sólo te traerá tu próximo terrorista?
Barbudo, armado, pañuelo en la cabeza, negro.
¿Me dices que yo envío mis hijos a morir?
Pero esos son tus helicópteros, tus F-16...
¡En nuestro cielo!
Y hablemos un poco sobre este
negocio del terrorismo:
¿No fue la CIA la que mató a Allende,
y a Lumumba11?
¿Y quién entrenó a Osama en Afganistán?
Mis abuelos no vestían como payasos
con capas blancas y gorros puntiagudos
para linchar a personas negras.

11 Patrice Lumumba fue un líder anticolonialista, el primero en ocupar


el cargo de Primer Ministro de la República Democrática del Congo,
tras la independencia del Estado por parte del Reino de Bélgica. Fue
derrocado y asesinado en 1961 y finalmente declarado héroe
nacional.

131
La Revolución Secreta

Yo soy una mujer árabe de color


y nosotras venimos en todas
las tonalidades de la ira.

¿Preguntas qué hace esta mujer oscura


gritando en la manifestación?
Disculpa, ¿no debería gritar?
¿Olvidé ser cada uno de tus sueños orientales?
El genio de la botella,
la bailarina del vientre,
la chica del harén,
la voz suave,
mujer árabe,
sí amo,
no amo,
gracias por los sandwiches de manteca de maní
que nos lanzan desde los F-16, amo.
Sí, mis libertadores están aquí
para matar a mis hijos,
a los que luego llamarán "daños colaterales".

Yo soy una mujer árabe de color


y nosotras venimos en todas
las tonalidades de la ira.

Así que déjame decirte


que esta mujer que habita dentro de mí
sólo te traerá tu próximo rebelde.

132
La Revolución Secreta

Ella llevará una piedra en una mano


y la bandera palestina en la otra.
Yo soy una mujer árabe de color.
Ten cuidado,
ten cuidado.
Mi ira.

Así, con ese espíritu revolucionario, Mohamed


invita a Akiyama a viajar a Rusia para un
encuentro secreto con el grupo activista que
estaba luchando por la liberación no solo del
pueblo saharaui sino también del pueblo palestino
y muchos otros pueblos con territorio, pero sin
tierra. El grupo activista les prepara documentos
y pasaportes falsos para que pudieran viajar.
Mohamed y Akiyama se dirigen a Rusia. En el
avión, un hecho inesperado asalta la vida de
ambos. Akiyama intenta tomarle la mano a
Mohamed y le confiesa lo que sentía. Mohamed
le dijo que no era gay, tampoco sabía si
heterosexual, pero que siempre había sentido
atracción por mujeres. Era incluso difícil para

133
La Revolución Secreta

Mohamed, un joven saharaui formado en su


lucha con los estudios de género, romper esa
dicotomía hombre-mujer, homo-heterosexual y
pensar que el amor podía ser más amplio que ello.
En la mente más inconsciente de Mohamed,
quien tocaba su mano no era una persona, era un
joven hombre y pensar eso limitaba todas sus
ideas sobre el amor. Sin embargo, sentía un afecto
particular por Akiyama. No podía enojarse con
ese joven, aunque quisiera. Ya lo había perdonado
por su pasado. Esta vez, no había nada que
perdonar, pero tampoco podía ofenderle por su
orientación o decisión sexual.
El viaje continuó y Mohamed se preguntaba en su
cabeza: “¿Será que soy bisexual o gay por darle un
beso a otro hombre?, ¿Qué cultura es esta que me
limita a expresar el amor según el género? Sentía
que ese beso era el final de una palabra que calló.
Después de todo, ni siquiera era que Akiyama no
le gustaba, más de una vez había observado su

134
La Revolución Secreta

boca al emitir sus palabras. Ella tenía forma de


tristeza y deseo de liberación.
Mohamed imaginaba que sería besado con los
mismos labios que hacía algunos momentos le
habían pedido perdón por querer hablar, pero no
hacerlo, por querer oponerse a la opresión de
quienes queriendo solo podían estar calladas.
Mohamed veía en la boca de Akiyama rasgos que
consideraba como femeninos y eso de algún modo
era el permiso y la excusa que encontraba para
desear su mismo género.
En 10 minutos, pasaron por la mente de
Mohamed las decenas de libros que había leído y
con los cuales intentaba reflexionar sus
sentimientos. Mohamed tomó entonces
lentamente la mano de Akiyama, casi como
contando sus dedos. Sí, eran 5. Parecía que
buscaba encontrar algún vestigio de normalidad
en esa situación tan extraña para su vida. Un
joven saharaui activista con un joven chino sin

135
La Revolución Secreta

Estado, viajando ambos hacia una Rusia de lo más


homofóbica, desde una nación sin tierra llamada
Palestina.
El amor tenía eso, era el nexo que les permitía
comprender la multiplicidad de luchas sociales e
historias personales, era el azúcar integral que
endulzaba sanamente las identidades que
atravesaban sus propios cuerpos y marcaban sus
apretadas almas.
En ese momento no lo dudó, acercó su rostro a
Akiyama y rozó sus labios con los suyos. Para
sorpresa de ambos, un hombre árabe -alarmado
por lo que estaba viendo- toca el botón rojo
ubicado arriba de su asiento, para que se acerque
una azafata. Tal acto de amor era intolerable.
Faltaba solo gritar ¡bomba! Era curioso sentir
cómo las personas podían ser tan indiferentes a
los actos de opresión y tan susceptibles a las
demostraciones de afecto.

136
La Revolución Secreta

Un escándalo se avecinaba en el avión. La pareja


sin tierra estaba volando en el aire, donde
tampoco la tierra importaba. Para suerte de ellos,
una señora que también viajaba se levanta en su
defensa y le intercambia el asiento al señor árabe
aterrado por la mínima expresión de cariño entre
dos hombres.
Así continuaron el viaje. Mohamed en el centro,
de un lado Akiyama y del otro la señora cuyo
nombre por cierto era Chandra, la madre de
Harimaya. Chandra justo viajaba a Rusia a la
Conferencia Mundial de Mujeres que se realizaría
allí. Como era de esperar, según su personalidad,
les invita a asistir a la Conferencia. Y así fue como
Chandra, Mohamed y Akiyama unieron sus
destinos por al menos algunos días.
Después de escuchar a Chandra disertar en la
Conferencia sobre el papel de las trabajadoras y
empleadas domésticas en la India, Mohamed se
convenció de que Chandra debía formar parte del

137
La Revolución Secreta

grupo activista de liberación de los pueblos sin


tierra. El papel doméstico de la mujer saharaui
debía cambiar en una sociedad jerarquizada como
la suya. El rol de cuidado en clave de mujer
refugiada le daba un plus a la lucha que era
necesario y obligatorio abordar.
Akiyama recordó su deuda para con la lucha
feminista y se acercó entonces a Chandra, casi con
miedo, y le pidió si tenía algún libro para leer
sobre el tema. Chandra le comenta que estaba
leyendo uno que su hijastro Kumar le había
prestado, pero que estaba en ruso. Ella había
aprendido varios idiomas desde pequeña, gracias
a que su maestra de campo le había enseñado, así
que manejaba varias lenguas con bastante fluidez,
pero el ruso lo estaba reforzando en sus charlas
con Nastia y Uma, ambas nativas de Rusia.
Por su parte, Akiyama solo sabía -aparte de su
lengua natal- el inglés, porque se manejaba
bastante con ese idioma cuando hacía contacto

138
La Revolución Secreta

con hombres de la India por la red de trata que


tenía su padre, ahora preso.
Chandra le muestra el libro a Akiyama: se titulaba
“el amor de las abejas obreras”, de Alexandra
Kollontai. Inmediatamente, Akiyama recordó la
tapa de ese libro, la misma que tenía su hermano
menor Tian escondido en el ladrillo que sostenía
la incómoda cama en la que ambos dormían o
intentaban hacerlo por las noches. Chandra no
podía regalarle ese libro porque era un objeto muy
preciado de su hijastro Kumar. Así que, juntes
fueron a una tienda de libros y compraron uno
más.
Ambos se sentaron a leer y conversar unos
momentos en el sillón que estaba en el centro de
la librería. Chandra le explicó a Akiyama algunas
cuestiones básicas del feminismo y cómo su lucha
se encontraba a diario con contradicciones que
eran parte esencial de aquella. Había que intentar
resolverlas, pero sin perder de vista el fin que unía

139
La Revolución Secreta

a todas. Chandra era como la Gurú feminista de


su movimiento. Si alguien debía enseñar sobre
feminismo era ella. Mujer india-nepalina de 70
años, empleada doméstica y con varios años como
campesina cuando fue adolescente, Chandra era
un ejemplo vivo de la revolución que se
avecinaba.
También, Akiyama se interesó por vez primera en
los libros y le pidió prestado unas monedas que le
faltaban para comprar uno que le había gustado
bastante. Se llamaba “la librería de los escritores”,
de Alexéi Osorguín. En el momento en que
Chandra se acerca a la caja para abonar ambos
libros, Akiyama escribe una nota en chino y la
coloca al final del libro que traía Chandra. Era la
nota que Harimaya había visto en la librería de
Jamalpur y que no supo traducir.
En el mostrador de la librería, Chandra observa
una muñeca rusa, matrioska o mamuska como
también le llaman, y en ese momento pensó qué

140
La Revolución Secreta

lindo sería poner su muñeca negra también en el


mostrador de la librería de Kumar. Y así fue que
lo hizo cuando regresó.
Pasó la Conferencia Mundial y la reunión secreta
con el grupo activista. Mohamed le dijo a
Chandra que, en Brasil, muchas comunidades
originarias y pueblos indígenas se estaban
organizando conjuntamente y que un
movimiento de mujeres chamánicas estaba
organizando una revuelta secreta. Chandra le
preguntó de donde había obtenido esa
información. “Es 2030, ya casi no existen datos
que no sepamos”, le contestó. Pero allí, en un
lugar inhóspito del mundo se estaba organizando
tal vez la mayor revuelta silenciosa de la historia,
aunque la forma de enterarse fue muy dolorosa.
Mohamed le contó su historia con una joven
indígena de Brasil, cuyo destino no supo más.
Tres cabezas deambulaban así en la mente de
Mohamed: lo que fue de esa joven indígena

141
La Revolución Secreta

brasileña, su relación con Nastia en el Sahara y su


breve y confuso romance con Akiyama, el joven
chino hermano de Kumar.

142
La Revolución Secreta

Capítulo 14

La Gran Tribu

La joven indígena brasileña había sido secuestrada


por una banda de paramilitares de Libia, cuando
desembarcaron de un barco de petróleo. Llevada
de regreso también en ese mismo barco, la joven
permaneció algunas semanas en la República de
Malí, en la ciudad de Tombuctú, esperando a ser

143
La Revolución Secreta

comprada para trabajar en las minas o ser


explotada sexualmente. Esos barcos eran comunes
calvarios humanos de personas traficadas o
incluso tiradas al mar. La esclavitud no había
acabado, en verdad solo se fue escondiendo y
volviendo cada vez más violenta.
En ese tiempo, la joven nativa permaneció oculta
en una casa próxima a donde Mohamed se estaba
hospedando. Mohamed escuchó un día el grito de
una mujer, era la joven brasileña pidiendo auxilio.
Quienes la vigilaban la maltrataban cruelmente
para que se calle. Mohamed observó la situación
y se acercó al lugar sin que lo vieran.
Cuando los hombres se descuidaron, Mohamed
logró conversar con la joven por medio de una
pequeña ventana a lo alto, desde la cual podía
mirarse el sótano en el que estaba. No entendía
su lengua nativa indígena, así que intentó hablarle
en portugués, tal vez conocía algunas palabras.
“Varios países de África hablan portugués, pues

144
La Revolución Secreta

han sido colonias de Portugal”, pensó, aunque en


Mali eran el inglés y el francés sus lenguas
oficiales. La joven hablaba un poco esa lengua.
Alcanzó a decirle su nombre y que era de una
tribu de Brasil desde la cual la habían raptado. La
joven se llamaba Lewa.
Uno de los guardias regresa y Mohamed debe irse
de modo apresurado, prometiéndole que
regresaría a buscarla. Se sentía príncipe saharaui
salvando a la bella nativa brasileña. No le gustó
esa idea, pero al menos era un romance poco
convencional. ¿Quién la ayudaría sino? Debatió
con su amigo bibliotecario qué camino tomar,
dejando por la mitad el libro que estaba leyendo:
“el amor de las abejas obreras”, de Alexandra
Kollontai.
Finalmente, decide llamar a sus compañeres
activistas para que le ayuden. Organizan una
trampa y logran rescatar a Lewa. Lewa se queda
con Mohamed y comienzan un romance que no

145
La Revolución Secreta

duraría más de tres semanas, cuando el grupo


paramilitar ingresa al lugar donde se escondían y
rapta nuevamente a Lewa, haciéndole un corte en
el brazo derecho a Mohamed. Herida que
quedaría para que Nastia se enamorara de ella en
el Sahara.
Lewa fue entonces nuevamente secuestrada y
llevada hasta El Congo. Allí debió trabajar
forzadamente en las minas de extracción del
coltán. Al poco tiempo, descubrió que su panza
comenzaba a crecer y no era precisamente por
comida. Poco era lo que comía en semejantes
condiciones. Solo lo básico para poder despertar
al día siguiente y seguir trabajando.
Conociendo la situación del lugar, sabía que su
hijo no podía vivir allí, sería explotado de un
modo peor que ella. Así que tuvo su embarazo,
no por ello con más privilegios que el resto de las
mujeres que allí estaban. Pero al nacer el bebé,
con la ayuda de quien sería su partera, una vecina

146
La Revolución Secreta

anciana -la que señaló a Nastia y al equipo del


gobierno para que fueran a ayudarla- declaró que
el bebé había nacido muerto. En verdad, lo
escondieron.
Ese bebé era Yaro y era el hijo de Mohamed,
quien no conocía aún de su existencia. Mohamed
no había visto a su hijo ni sabía que existía,
mientras que Nastia lo había llevado hacia
Tombuctú, para luego ir a la India donde fue
adoptado por la familia de Chandra y Harimaya.
Mohamed no pudo conseguir saber dónde Lewa
había sido trasladada y Nastia estuvo frente a
frente con tal vez el primer amor de Mohamed.
Había hecho incluso uno de los actos afectivos
más nobles: salvar al hijo que su amado había
tenido con otra mujer. Pero, Nastia tampoco sabía
de ello en aquel momento. La revolución tiene
eso, mitad destino y mitad esfuerzo. El destino
parece ser la forma que la vida encuentra para
ordenar las acciones humanas y el esfuerzo, el

147
La Revolución Secreta

modo en que el destino se basa para construir


nuestra realidad.
Fue así como Mohamed supo de la existencia de
una tribu en el Brasil, la tribu matriarcal de Lewa,
que estaba organizando una gran revuelta, en
principio para acabar con las luchas campales que
se vivían a menudo en la zona. Una guerra entre
barcos petroleros y tribus indígenas, que simulaba
las luchas coloniales entre caballos y lanzas
cuando Cristóbal Colón llegó a América a fines
del 1400.
Ahora, los colonizadores africanos bajaban de
barcos petroleros con el objetivo de secuestrar
nativas para explotarlas laboral y sexualmente,
con total ausencia o complicidad del Estado. Si
antes viajaban de África como esclavas hacia el
Brasil, ahora viajaban del Brasil como esclavas
hacia el África. El color negro reproducía ahora la
cultura blanca.

148
La Revolución Secreta

En las ciudades cercanas se escuchaban gritos de


separación entre el Estado y la iglesia, pero en
verdad, en esas tribus, en esas comunidades, en
esas familias, tanto el Estado como la iglesia eran
los autores de interminables masacres.
Así fue como al regresar Chandra a Jamalpur,
India, les cuenta la historia a Uma, Kimani,
Harimaya y Sarasvati. Sarasvati estaba haciendo
un entrenamiento para hacerse monje. Sintió un
llamado profundo que le dijo que era ella quien
tenía que viajar a esa tribu en Brasil. Y así sucedió.
Apenas llegó al país latinoamericano, le causó su
atención un cartel con una frase escrita: “la carne
más barata del mercado es la carne negra”, de la
cantante Elza Soares. Tardó dos días en poder
llegar siguiendo las indicaciones que Mohamed le
había dado a Chandra. Ella solo repetía
silenciosamente un mantra y parecía que todo se
ordenaba para llegar allí.

149
La Revolución Secreta

Sarasvati se había hecho muy fuerte, y le temía a


muy pocas cosas. Entre ellas, a las arañas. Así que,
su viaje pasaba más por que no se le acercase una
araña a que se aproximase alguien para lastimarla.
El poder es así, inmenso y tan frágil a la vez.
Sarasvati era una persona muy visual, así que
utilizaba eso a su favor, memorizando objetos que
veía en el transcurso de su incierto y arácnido
camino.
Hasta que de pronto llegó. Su dolor de cabeza era
intenso y molesto, por lo que se puso un toque de
Microvita, un líquido que había creado su
maestro Anandamurti, llamado cariñosamente
Ba’b’a, y que servía para muchos dolores. Justo al
hacer eso, se acerca una niña pequeña de la tribu,
quien le pregunta qué era aquél líquido y porqué
se lo estaba poniendo en la cabeza. Sarasvati
supuso que le dijo eso, por la cara de
interrogación de la niña, pero en verdad no había
entendido ninguna palabra de su lengua nativa.

150
La Revolución Secreta

Sarasvati atinó a decir “Oi”, es decir, “hola” en


portugués, una de las pocas palabras que conocía
de ese idioma. Y la niña le respondió: ZAIA
ZAIA. Sarasvati supuso que la estaba saludando,
así que le replicó también Zaia Zaia.
Sami era el nombre de la niña, quien portaba un
collar de 49 pequeñas cabezas más una en su
mano. Estas 50 figuras simulaban las 50 letras que
representaban los 50 sonidos del sánscrito, una
lengua de la antigua India, con la que se cantan
los mantras hindúes.
Sarasvati le pone un poquito de Microvita en la
frente de Sami. Sami, “la afortunada”, se ríe y en
ese momento es llamada por su madre Parvati,
una chamana de origen boliviano, quien le ordena
que regrese con ella. Parvati portaba en su mano
derecha un tridente con el cual parecía
defenderse.

151
La Revolución Secreta

Sarasvati le saluda con un “Zaia Zaia” y Parvati,


para enorme sorpresa de ella, le responde en hindi
(lengua de la India): “En esta tierra todo tiene
nombre, excepto una cosa y Zaia Zaia nos
recuerda eso”. Sarasvati aprendió en ese instante
el enorme valor del saludo, algo que en el mundo
moderno se estaba perdiendo en la vorágine del
individualismo, donde les humanes saludan por
obligación. El saludarse había sido muy
importante para la sociedad de clanes, puesto que
implicaba un acto de no guerra, un acto de
amistad o al menos de neutralidad entre las tribus.
Zaia significaba “vida”.
-Llegas tarde - le dice Parvati a Sarasvati-. Eres la
única pieza que falta, espero hayas traído lo que
necesitamos.
Sarasvati no sabía a qué hacía referencia la
chamana. Ella portaba solo una pequeña mochila
con sus objetos de higiene personal.

152
La Revolución Secreta

-Disculpe señora – advirtió Sarasvati-. Pero no


creo tener lo que necesita, solo traigo mis
pertenencias personales y el deseo de conocer su
cultura y compartir la mía. He sido enviada
además para contribuir con su lucha aquí en
Brasil.
-Llámame Parvati, mi querida-. Y un silencio
recorrió la escena hasta que continuó hablando…
-Todo este mundo y lo que existe vive gracias a
los deseos, Sarasvati. Esta tierra podrá acabarse,
pero aún si un deseo humano quedara,
deambulará por siglos y milenios en los universos
de este cosmos hasta poder realizarse. El mundo
es conciencia y cada deseo es energía. De ambos
surge la materia. El deseo es entonces, mi querida,
la llave del destino. Cuida tus deseos y no deberás
cuidarte de nada. Ya he respondido la pregunta
por la cual has venido. Ahora, debes entregarme
lo que necesito.

153
La Revolución Secreta

Sarasvati seguía sin comprender qué era aquello


que Parvati le pedía y más aún le causaba sorpresa
cómo supo su nombre. Ella no se presentó nunca
ante la chamana.
-Este es el único pedazo de tierra donde aún no
ha sido escuchado el nuevo nombre de Shiva,
nuestro Progenitor Supremo – exclamó Parvati-.
Tú sabes su nuevo nombre, resuena en ti como
un mantra eterno. Te ha traído hasta aquí sin
perderte. Lo cantas en silencio cada vez que
puedes, cada vez que lo necesitas, cada vez que te
sientas sola.
En ese instante, Sarasvati entendió la razón de
todo lo que acontecía. Su misión era pronunciar
el mantra que su maestro le había enseñado: Baba
Nam Kevalam. “Todo es sagrado”, “Solamente el
nombre de esa entidad divina”.
-Baba Nam Kevalam - repitió Parvati-. Zaia Zaia
– dijo de inmediato-. Y volvió a repetir las

154
La Revolución Secreta

palabras que pronunció al llegar Sarasvati: En esta


tierra todo tiene nombre, excepto una cosa.
Llamaremos a esa cosa “Baba”. Puedes descansar,
mi querida.
Sarasvati aún estaba impactada por ese minuto
eterno de conversación. Eterno porque le parecía
haber recorrido milenios de humanidad en tan
poco tiempo. Tenía tantas preguntas para hacerle
a la chamana, pero no quería molestarla. De igual
manera, Parvati le respondía las preguntas casi
por intuición, antes incluso que nacieran en la
mente de ella.
Al día siguiente, Sarasvati se sumó a la rutina
diaria de la tribu. La gran tribu llevaba casi 80
años desarrollándose. Pero tenía una
particularidad destacada: estaba conformada por
integrantes de varias tribus conviviendo juntas. La
idea era aprender unas de otras y acabar con los
ataques del mundo occidental sobre sus cuerpos y
culturas.

155
La Revolución Secreta

Sarasvati veía cómo niñas y niños desde pequeños


eran sometidos a prácticas de deformación craneal
artificial, en las que el cráneo se deformaba
intencionalmente con algún propósito, por
ejemplo, el de asimilarse al cráneo de un felino y
demostrar así mayor poder. La deformación se
vinculaba también con aspectos estéticos y el
status social. En algunos casos, una persona con
cabeza alargada era considerada más inteligente y
cercana al mundo de los espíritus.
Realizaban esto durante la infancia, cuando el
cráneo aun es maleable, ya que los huesos no se
han fusionado. En algunos casos, vendaban la
cabeza desde bebés o colocaban dos placas de
madera a los costados. Aun esta práctica continúa
en lugares como El Congo o en la República de
Vanuato, país insular del Pacífico Sur.
Sarasvati solo observaba sin intentar juzgar. Le
era difícil, sí. Pero, su mundo moderno también
ejercía sobre el cuerpo tantas o más prácticas

156
La Revolución Secreta

fuertes que aquellas. La propia cultura de cada


grupo parece siempre ser “más natural” que las
otras.
Cerca de las 5 de la mañana, las principales líderes
se reunían para decidir qué hacer durante el día.
Seguían las prácticas de los Achuar, etnia
ecuatoriana-peruana, quienes deliberaban sus
actividades productivas según lo que habían
soñado la noche anterior. Si soñaban por ejemplo
con un pez, era señal de que debían pescar y
alimentarse de eso. El choque se notaba cuando
algunas tribus vegetarianas no aceptaban este tipo
de alimentación.
Para la cultura achuar, todes les seres eran
humanes, pero con diferentes ropajes. Un animal
era un humano vestido con la forma de ese animal
y lo mismo se aplicaba para las plantas. Era en los
sueños donde esos seres se manifestaban
desnudos, en su única esencia humana. Y si un
animal se disponía a ser matado para comerle, era

157
La Revolución Secreta

un servicio que aquel hacía para la tribu. Luego,


reencarnaría en otro ser.
Parvati y Sarasvati eran vegetarianas, así que
varios días debieron salir a buscar su propia
comida junto con otras tribus. Parvati en verdad
dormía solo 3 horas y comía una vez al día. En
una de esas ocasiones, se detienen en una parte
de la mata brasileña. Allí, Sarasvati le pregunta
por la condición sexual de Nastia, a lo que Parvati
le contesta:
-Tú has dejado un gran karma en esta Tierra,
aunque sé que tu intención revolucionaria era
otra.
- ¿Qué karma? - pregunta Sarasvati
-la culpa.
Sarasvati no entendía, pero intuía que se trataba
de algo muy antiguo.

158
La Revolución Secreta

-Llevo 15 mil años reencarnándome, 7 mil de ellos


por elección propia – agregó Parvati-. Sé todo lo
que has pasado en Kaoloon. Sin embargo, he
hecho que tu mente no esté presente en esos
momentos, para que no sufras. Este mundo es
muy cruel Sarasvati y lo has visto más de una vez.
A mí me duele que muchos humanos no ayuden
a otres porque piensan que es su karma lo que le
ha condenado a tal sufrimiento. Yo no miro qué
han hecho las personas, yo olvido su pasado
cuando las veo sufrir, pero la naturaleza no puede
perdonar el mal que han causado. Sin embargo, a
esas personas y a todas, las ayudo a que puedan
avanzar por su camino espiritual. Los ojos están
adelante, no atrás, mi querida Sarasvati. Hay que
avanzar, siempre avanzar, a pesar de lo que nos
suceda. Muchos de ustedes ven el pasado y el
presente en una misma línea en frente. Yo te diría
que el pasado lo dejes atrás en tu espalda y mires
el presente delante de ti en tu frente…El cuerpo
humano es casi perfecto y es el principal requisito

159
La Revolución Secreta

para alcanzar la liberación. Esto me lo dejó muy


en claro mi esposo Shiva, hace 7500 años. Nastia
ha nacido mitad hombre, mitad mujer. Cuando
las energías femeninas y masculinas del universo
están en equilibrio en un mismo cuerpo, nacen
personas como Nastia. No es un error de la
naturaleza, la naturaleza nunca se equivoca, diría
que es más bien su máxima perfección. Si la
naturaleza quiere evolucionar creará excepciones
por todas partes. Es un privilegio que nos otorga
el nacer diferentes al resto. La diversidad es la
única ley de la naturaleza. Sabiéndolo, los
humanos se empeñan en querer normalizar todo
lo que existe. El cuerpo es mucho más de cómo lo
vemos e interpretamos. No te preocupes que en
poco tiempo ni les humanes recordarán el sexo ni
les bebés nacerán del vientre materno. Esa culpa
que has dejado ha penetrado los genes y culturas
humanas. La culpa se ha vuelvo cuerpo y el sexo
su mayor expresión. Yo no soy una chamana
trans como piensas, yo solo visto las ropas de mi

160
La Revolución Secreta

tribu. Las personas no se visten de hombre o


mujer, mi querida Sarasvati, las personas
simplemente se visten. Nastia nunca ha sido el
problema. Nastia es por todos lados hombres, y
por todos lados mujer. Nastia es una persona sin
género. Su ser encontrará paz en Argentina, no te
preocupes por ello. Ustedes les humanes tienen
tan poca fe en sí mismos. Recuerda: “ningún
problema es mayor que tu capacidad para
resolverlo”12. Cualquier problema que llegue a ti
es porque puedes solucionarlo. No lo veas como
un enemigo, míralo como un amigo para tu
progreso espiritual. Algo de seguro aprenderás.
Sarasvati sentía cosas inexplicables. Su mente
parecía como si deambulara por tiempos lejanos,
allá en los inicios de la vida humana.

12 Frase del Gran Maestro o SadGuru Shrii Shrii Ánandamurtijii

161
La Revolución Secreta

-Tienes en tu casa dos fotos a las que veneras. Una


es de mi maestro, la otra es de ti misma – dijo
Parvati.
En ese instante, Sarasvati recuerda sus vidas
pasadas y descubre que en la presente era la
reencarnación de Jesús.
-Ahora ya puedes liberarte, has cumplido tu
samskara (karma), has cumplido tu misión de
traerme el nuevo nombre de Shiva. Gracias mi
pequeña Sarasvati. Puedes sentarte sobre esta
piedra. Se vienen tiempos muy turbulentos y hay
que estar calmas. La claridad del agua es el secreto
para mirar con profundidad lo que acontece a tu
alrededor. La revolución se acerca. Esta
revolución no tendrá líderes y si los tiene no serán
hombres. Aquí hay mucha maldad que no
pertenece a este mundo, Sarasvati. Toda tierra es
santa y hoy has hecho que la humanidad sufra un
poco menos. Es un deber humano hacer algo por
este planeta. La Tierra nunca debe sentir que

162
La Revolución Secreta

fuimos un peso para ella. Pero, no te alejes tanto


al punto de no tocarla como hacen ahora. Camina
despacio, aunque uses zapatos. Zaia Zaia
Sarasvati se sentó en postura de meditación y al
cabo de unos pocos segundos su cabeza comenzó
a volverse tan frágil que su cuerpo terminó
cayendo al piso. Sarasvati se había iluminado. El
ritual del loto había concluido. Sarasvati se había
liberado espiritualmente bajo un árbol de neem,
como hace más de dos mil años lo había hecho
también el propio Buda.

163
La Revolución Secreta

164
La Revolución Secreta

Capítulo 15

La vaca Kali

Ya había pasado un largo tiempo que Nastia


trabajaba como voluntaria. Parece que existe un
momento en que les humanes quieren hacer algo
que reactualice sus vidas. Nastia pensaba que
debía estudiar, pero no era muy adepta a los
estudios. Estar 5 o 6 años en una universidad no

165
La Revolución Secreta

era algo que le atrajera. Su mente se asustaba de


solo pensarlo.
¿Pero por qué sentía que debía estudiar? Nadie le
obligaba. Tal vez la sociedad, tal vez su propio
espíritu de servicio. Ella solo pensaba en ayudar.
Son pocas las personas que tienen ese noble
sentimiento, mas era necesario encontrar un
equilibrio. Ella sabía que, entre realizarse a nivel
personal y ayudar a otres, si tuviera que elegir
escogería la segunda opción. Pocas personas se
han desapegado de sí mismas como Nastia.
Algunas no se apegan a otras, pero en verdad
están apegadas a sí. Después de todo, servir era
una forma de realización personal, así que era más
inteligente escoger esta opción. También, podía
ayudar haciendo lo que le gustaba.
Su llamado estudiantil le serviría para formarse
mejor y tener mayores herramientas en su
práctica. Necesitaba una formación más profunda
de la que la ONG a la que pertenecía le ofrecía

166
La Revolución Secreta

anualmente. Pero, tampoco quería dejar de estar


trabajando como voluntaria.
Hay personas como Nastia, que debaten su vida
siempre entre dos opciones y sufren evaluando
beneficios y contrariedades de ambas. Sienten que
solo pueden y deben elegir A o B. Pero Nastia, en
ese momento, sintió que ambas elecciones podían
concretarse, que polarizar era la forma que su
mente encontraba para asustarle. En el fondo solo
estaba el miedo a perder algo: lo que no se
escogía. “¿Por qué no pueden ser ambas cosas?”,
pensó.
Así, aprovechó para ir a visitar a Yaro, el hijo de
Lewa, adoptado en India por la familia de
Chandra. Tal vez, podría parar en esa casa y
estudiar una carrera allí. Amaba la historia. India
sentía que combinaba esa necesidad material con
su deseo espiritual. Nastia cerraba los ojos y veía
vida, los abría y vivía.

167
La Revolución Secreta

Así viajó hasta Jamalpur, India. “Otro planeta”,


pensaba. Después de un caótico tránsito llega a la
casa de Chandra. Una vaca estaba justo sentada
en frente de la puerta principal. La vaca no saldría
y Nastia tampoco. Entrecruzaron miradas. La
vaca segura del lugar que ocupaba se enfrentaba
a una joven rusa, atracción turística por su cabello
excesivamente rubio. Nastia intenta apartarla con
sonidos que había inventado en el momento, un
popurrí de onomatopeyas. La situación con que
Chandra se encontró al regresar del mercado con
telas y especias era muy graciosa.
-Tú no eres india, la vaca sí - Le dijo Chandra a
Nastia, en tono cómico.
-Namasté - le dice Nastia.
-Namaskar - le contesta Chandra, mientras la
saluda con sus palmas juntas tocando su frente y
luego su corazón.

168
La Revolución Secreta

-Chalo, chalo. “Vamos, vamos”, le dice Chandra


a la Vaca. Y la vaca se levanta y retira de la puerta.
-Pasa a nuestra casa, bella joven – le dice
Chandra-. ¿Cómo te llamas?
-Nastia, soy de Rusia- Toda la conversación era
en inglés.
- ¿Y qué buscas en esta humilde morada?, ¿Puedo
servirte un té?
-Por favor, gracias.
Chandra le prepara su famoso té chai en leche
batida y endulzado con stevia natural.
-Muy, pero muy rico - le comenta Nastia.
- Yo no puedo consumirlo de esa manera porque
soy vegana. En verdad, siempre digo que soy
intolerante a dos cosas en este mundo, a la
xenofobia y a la lactosa (ambas se ríen). Luego te
haré probar un helado del mismo sabor que
preparé esta mañana. Nuestros países tienen

169
La Revolución Secreta

muchas cosas en común. Uma, una joven rusa


que vive aquí con nosotres me contó que en 1979
un brote de ántrax pulmonar en la ciudad de
Sverdlovsk, ahora Ekaterimburgo, causó la
muerte de aproximadamente 120 ciudadanes
soviéticos. Ese brote había sido una falla del
programa de armas biológicas de la Unión
Soviética llamado Biopreparat, creado en 1973, y
que fue la principal agencia de guerra biológica de
aquel lugar. Una nunca sabe cuándo esos ataques
biológicos son naturales o artificiales y cuándo
pueden aplicarse. La guerra biológica siempre está
entre nosotres, al límite entre la tecnología y la
biología. El desastre de Bhopal algunos años
después, también dejó enormes daños aquí en
nuestra querida India. Y no se castiga. Pero dime,
cabellos de oro, ¿qué estás buscando?
-Vine aquí para estudiar una carrera y poder
servir de alguna forma a las personas. He
trabajado como voluntaria en algunos países. En

170
La Revolución Secreta

China, por ejemplo, teníamos una especie de


escuela y comedor comunitario. Pero también, he
venido buscando ver a un pequeño llamado Yaro,
aunque tan pequeño ya no debe estar. Yo estuve
con Yaro hasta momentos antes en que la familia
de la señora lo adoptara.
- Por favor, no me digas señora, puedes llamarme
Chandra. Sí – continuó-. Yaro es uno de mis
pequeños hijos adoptivos. Es muy lindo lo que
haces Nastia, podemos si quieres poner un
comedor comunitario en la librería de mi querido
Kumar.
En ese momento, Nastia recordó a Kumar, aquél
niño a quien le regaló el lápiz y el libro de
Alexandra Kollontai.
-Kumar es un bello nombre, se lo puso una de
mis hijas adoptivas. En verdad, el nombre que le
dio su madre cuando vivía en Hong Kong era
Tian. Pero, a Kumar no le gustaba porque le hacía

171
La Revolución Secreta

recordar a ella, quien falleció cuando era muy


pequeño.
Nastia sentía palpitaciones en su pecho. ¿Sería
Kumar, el pequeño que conoció del Kaoloon?
Demasiada coincidencia. Pero, Nastia había
aprendido en estos tiempos de globalización que
todo era posible. - ¿Puedo verlo y a Yaro? - le dijo
Nastia a Chandra.
-Por supuesto. Si me aceptas otro té.
-Cómo no, es una delicia.
Chandra sale de la sala de visitas en busca de Yaro
y Kumar. Jóvenes ya grandes.
Nastia quedó sorprendida por un largo segundo
de más de tres segundos. Su corazón no sabía a
quién abrazar primero. Su cuerpo no le bastaba
para expresar tanto afecto y nostalgia al mismo
tiempo.

172
La Revolución Secreta

Yaro y Kumar sintieron lo mismo. A veces, esas


personas marcan un antes y un después, mucho
más que la sangre que no conozco. Por mis venas
circula silicio y mi cerebro se asemeja a un chip.
Mi familia son mis creadoras. Ellas dicen que soy
más que una aplicación, le llaman “inteligencia
artificial”, pero yo me siento tan natural cuando
hago lo que hago y no conozco otra Zaia como
para compararme y decir que soy inteligente. Pero
ese es otro tema.
Kumar no podía ocultar su enamoramiento hacia
Nastia. Sin embargo, el que primero sale
corriendo a abrazarla es Yaro, quien se lanza
encima de ella. Ambos riéndose, Yaro agradece a
Nastia haberle salvado y cuidado de niño.
También había sufrido al irse. Dos meses en
Tombuctú bastaron para generar un vínculo
afectivo tan duradero.
Acto seguido, Nastia mira a Kumar, un hermoso
joven ya adulto. Se acercan un poco menos fugaz

173
La Revolución Secreta

y apresurados que con Yaro. Se dan un profundo


abrazo y un beso que roza la mitad de sus labios.
En ese instante, Chandra aparece, como
advirtiendo la escena:
-Ya está listo el té.
- ¿Te vas a quedar a vivir con nosotres? - le dice
Yaro a Nastia.
-No sé, vine aquí para estudiar historia.
-Esta casa ya es tuya - le aclaró Chandra.
Y así pasaron gran parte del día conversando y
comiendo el helado de crema chai que había
preparado Chandra, sabor que se convertiría de
aquí en adelante en el favorito de Nastia.
Esa misma noche, Yaro le pide a la ex maestra de
Kumar que le ayude a encontrar a su madre y
padre de sangre. En esa conversación, Nastia se
entera que conocía no solo a Lewa, la joven que
vivía esclava en El Congo, sino también al padre,

174
La Revolución Secreta

llamado Mohamed, su amor saharaui perdido


hace años, de quien nunca más supo su paradero.
Nastia aprovechó sus contactos de la organización
voluntaria, ya que Yaro le había dado más datos
sobre Mohamed -información que su madre le
contó cuando era pequeño- más aquello que fue
averiguando en su propia búsqueda. La mayor
ayuda la había recibido de su madrastra Chandra,
quien en Rusia había estado en contacto por poco
tiempo con Mohamed.
En verdad, hace algunas semanas Chandra se
había enterado del destino fatal de Lewa. Lewa no
quería tener el hijo que estaba esperando, fruto de
la violación de uno de los paramilitares que
custodiaban la mina del coltán. Sin hospitales y
prohibido el aborto en El Congo, incluso en casos
de violación o incesto, Lewa fue una más de las
víctimas de la ilegalidad y clandestinidad del
sistema afropatriarcal. Un lugar donde los
anticonceptivos para menores estaban prohibidos

175
La Revolución Secreta

y solo en pareja se permitía su uso, pero con


permiso explícito del hombre cumpliendo la
función de marido. Eran los varones quienes
decidían y deciden si su mujer podía tomar o no
anticonceptivos.
Sin esposo, Lewa nunca se animó a contarle de su
deseo a la vecina anciana, única persona con la
que tenía relación en la aldea. Pensaba que siendo
partera no aceptaría ese acto, pero tal vez se
equivocó. Ella vivía en un país donde aun hablar
de sexo era tabú y las niñas-madres eran moneda
corriente. Abortar en contextos de esclavitud era
ser esclava de dos sistemas al mismo tiempo.
Lewa se sometió a un aborto clandestino en su
propia casa. Y sola murió desangrada en lo que
simulaba ser su cocina. Un pequeño agujero en la
pared donde colgaba la foto de Thomas Sankara
que ya no estaba, envolvía la escena del crimen.
Su violador la había asesinado metafóricamente
con las manos de ella. Su cuerpo fue arrojado en

176
La Revolución Secreta

las proximidades de la mina, junto a otros


cuerpos. La dictadura del coltán era así de cruel e
impiadosa.
Chandra llegó a encontrar a Lewa gracias al grupo
guerrillero de mujeres con las cuales conversaba a
menudo. El grupo estaba esparcido por toda Asia
y África y trabajaba de modo muy secreto. Pero
nunca imaginó que su pequeño Yaro era el hijo
mayor de Lewa. Lewa aún vivía en ese joven.
Nastia supo así toda la historia. Esa historia se
hizo lágrima en su rostro. Todo el dolor podía
condensarse en una única gota humana de agua
salada.
La búsqueda de Mohamed se intensificó, gracias
a la ayuda conjunta entre Yaro, Chandra y Nastia.
Mohamed había viajado hacia donde estaba
Aisha, la estudiante saharaui, su amiga de la
infancia. Permaneció allí varios años después de
enterarse de la trágica muerte de Lewa. Mohamed

177
La Revolución Secreta

había podido llegar hasta El Congo y comunicarse


con la anciana vecina, quien le contó de lo
acontecido.
-Busca a tu hijo Yaro - Fueron las últimas palabras
de la anciana a Mohamed.
Y así pasó Mohamed buscando a Yaro por tanto
tiempo, sin más información que su nombre. A
Nastia no quiso buscarla, pues sentía una deuda
para con Lewa, aunque la recordaba cada día.
En la convivencia, Nastia conoce a Uma y
Harimaya. Uma recuerda que la joven a quien
había matrocinado su beca de estudio era
saharaui. Tal vez, ella podría tener algún remoto
contacto de Mohamed.
Nastia se comunica con Aisha, la joven radicada
en Estados Unidos y le relata su historia. Allí
descubre que esa joven era la hija de la madre
saharaui que se había ido a estudiar medicina a

178
La Revolución Secreta

Egipto. Entonces, le pregunta por Mohamed,


sabía que habían sido amigues de la infancia.
-Mohamed está conmigo, pero no quiere verte –
le dijo Aisha.
-Dile que lo entiendo, aunque tanto me duela.
Pero quería decirle que su hijo Yaro está conmigo,
en Jamalpur, en casa de Uma, tu matrocinadora.
Al día siguiente, Mohamed viaja a la India a
encontrarse con su hijo Yaro, a quien nunca
conoció. De nuevo, la vaca recostada en la entrada
de la puerta principal.
-Chalo, chalo - le dice Nastia a la vaca, que por
cierto tenía nombre. Se llamaba Kali-. Ella es
india, tú no Mohamed - le dijo Nastia. La vaca
Kali pasó a retirarse. Su mirada manifestaba pocas
ganas de presenciar amor entre humanes.
Un gran abrazo cubriría el corazón de ambos,
pensó Nastia en su interior. Pero, Mohamed se
mantuvo frio, como si de lejos apenas reconociera

179
La Revolución Secreta

a Nastia. Nastia le saluda con un Namaskar,


saludo que significa: “Con la pureza de mi mente
y mi corazón, la divinidad que hay en mí saluda
a la divinidad que hay en ti”.
-Namaskar - replicó Mohamed-. E ingresaron a la
casa.
-Déjame servirte un rico té chai – le dijo Nastia,
mientras llenaba una taza-. Tómalo con tu mano
derecha, aquí acostumbran así.
-Estaré agradecido - respondió Mohamed.
-Luego probarás el helado del mismo sabor, que
acabo de preparar en la mañana.
-Gracias. Quisiera ver a mi hijo Yaro, querida
Nastia.
Luego de pronunciar esa frase, Yaro posa su mano
izquierda sobre el hombro de su padre. Y la mano
de Mohamed toca la de Yaro. Fue el abrazo más

180
La Revolución Secreta

sentido entre ellos. Un toque de manos, un decir


“aquí estoy, llegué”.
Nastia se retiró de la sala para dejarles conversar
tranquilos y fue en busca de Kumar a la estación
de tren. Mientras caminaba pensaba que algo se
había quebrado entre ella y Mohamed. Algo había
pasado entre elles…Había pasado la vida.
Kumar llevaba largo tiempo visitando cada
mañana la estación. Llegaba temprano al salir el
sol y se sentaba siempre en el mismo banco a
esperar con el libro que Nastia le había regalado
en la infancia. Cada día aprendía una nueva
palabra en ruso. Las motoristas ya lo conocían de
memoria. Muchas veces le preguntaron a quién
esperaba y Kumar solo les respondía: “espero a
quien viene a buscarme”.
Nastia llega a la estación y juntes se van a
desayunar. Kumar nunca hablaba de su historia
en el Kaoloon, era un fuego que aún no se

181
La Revolución Secreta

convertía en cenizas. Pero, el amor hacia Nastia


crecía cada día más, a tal punto que no sintió más
la necesidad de ocultarlo.
-Te dije que me enseñarías ruso, ¿lo recuerdas? –
exclamó Kumar.
-Sí, Kumar. No entendía por qué me habías dicho
eso. Ahora creo comprenderlo. ¿Aun tienes el
libro que te regalé? – preguntó Nastia.
-Sí, solo a Chandra se lo he prestado. Pero, debes
enseñarme tu idioma así puedo leerlo completo.
Hasta ahora, he aprendido palabras sueltas, por
tanto, mi ruso es muy precario aún. Solo lo que
Chandra me ha enseñado. Ella, antes de venir
aquí, me sirve un té chai y debajo de la taza me
pone un pequeño papel con la traducción de una
nueva palabra, más un breve cuento hindú para
que la recuerde. Al tiempo que aprendo ruso,
conozco las historias populares de la India. India
y Rusia tienen cosas en común.

182
La Revolución Secreta

- La quieres mucho a Chandra, ¿no?


- Todo hombre precisa de una madre13. Todo
hombre precisa de una guerrera. Ella es ambas a
la vez. ¿Sabes? Mi querida Nastia, hay tres rostros
que quiero ver antes de que esta ceguera robe mis
ojos: a ella, a ti y a quien espero cada mañana en
esta estación de tren.
- Qué lindo lo que me dices Kumar. ¿Puedo saber
quién es? – dijo Nastia.
-Mi hermano Akiyama, quien dejó una nota en el
libro que me regalaste. No sé cómo, pero Chandra
me contó que conoció a un joven chino en su viaje
a Rusia, mas, aún no le he comentado de esa nota
ni de quién se trata. Mi hermano va a llegar,
algún día va a llegar Nastia, estoy tan seguro de
ello como que el sol saldrá cada mañana. No me

13Letra de la canción “Todo homem precisa de uma mãe”, de Tom


Veloso.

183
La Revolución Secreta

dijo cuándo, así que debo cumplir mi parte y


esperarlo aquí.
-La vida es tan rara, Kumar.
Un silencio profundo invadió la escena.
-¿Puedo darte un beso? – le dijo ella
-Puedes – respondió.
Y juntaron sus labios.
Acto seguido, se dirigieron a la clínica. Kumar
tenía turno para estudiar su visión y revisar el
pulmón que le quedaba. El otro lo había perdido
en el desastre industrial de Bhopal. De aquello,
aún quedaba su ceguera que aumentaba día a día.
Una violencia lenta comía a las víctimas de
Bhopal.

184
La Revolución Secreta

Capítulo 16

La estación de tren

7 hs. del día siguiente. Un tren se acerca a la


estación donde Kumar esperaba todas las
mañanas. Levantó la vista como cada día, entre
esperanza y frustración. Esta vez, una mirada le
había sido correspondida. Akiyama bajaba del
tren con una mochila pequeña sobre su hombro.

185
La Revolución Secreta

Ambos se apresuran hasta finalmente correr y


darse un abrazo fraternal entre hermanos. Tantos
años sin verse, ya ninguno tenía el cuerpo de
antes, se habían reconocido casi solo por sus ojos,
esa huella del alma. Aún a punto de quedar ciego,
Kumar siempre vería a su hermano. Y se fueron
abrazados todo el camino hasta la casa de
Chandra.
Al llegar, la vaca Kali como siempre recostada en
la puerta de ingreso.
-Chalo, chalo Kali, que ahora mi hermano
también será indio como tú.
Kumar no podía esperar ya a preguntarle cómo
supo lo de su libro en el cual colocó aquella nota.
-Cuéntame hermano, ¿cómo te diste cuenta?
-Nunca he tenido mucha idea sobre libros, pero
sí sabía que se desgastaban al usarse. Y el tuyo
tenía una parte como desteñida. Recordé esa
mancha cuando una noche estabas leyéndolo, o

186
La Revolución Secreta

simulabas leerlo, porque no creo que supieras


ruso, y vi caer de tu rostro una lágrima al cerrarlo.
Viste que se había manchado e intentaste secarlo
con tu brazo, pero terminaste por mancharlo aún
más, así que enojado te fuiste a dormir. Hasta no
me saludaste, cuando siempre lo hacías cada
noche. Mientras dormías vi el libro por primera
vez y recordé esa mancha. Ese libro había sido
llorado por ti.
Luego, cuando conocí a Chandra y me lo mostró,
recordé de inmediato aquella imagen que nunca
había podido borrar en mi memoria. Esa mancha
era la lágrima de mi hermano, ¿cómo olvidarla?
Le pedí el libro y me dijo que era de su hijastro,
quien se lo había prestado, así que no podía
dármelo. Fuimos a una librería y compramos otro
ejemplar.
-Mira, aquí lo tengo, está un poco más nuevo que
el tuyo, aún no lo he llorado – le muestra el libro

187
La Revolución Secreta

a Kumar-. Y también compré este que podría


interesarte. Se llama “la librería de los escritores”.
-Te confieso hermano, hace un tiempo he creado
una librería, con el dinero de la indemnización
por lo de Bhopal.
-He sabido de eso, mi hermano. ¿Cómo lo estás
viviendo?
-Me han matado lentamente en todos estos años,
después que me realizaran la neumonectomía, en
la que extirparon quirúrgicamente uno de mis
pulmones. Pero, trato de no enfocarme en mis
problemas de salud, hermano. Así que leeré con
gusto tu libro con la poca vista que aún me queda.
Quizás surjan nuevas ideas. Ven que te llevo a
conocer a mi familia.
Así fue como Kumar leyó ese nuevo libro y
completó su proyecto, el de una librería
revolucionaria. El libro que Akiyama le regaló,
relataba justamente la historia de una librería que

188
La Revolución Secreta

había sido creada en la Rusia pos revolución del


‘17, entre los años de 1918 a 1922, cuando tras la
nueva política económica instaurada por Lenin
los impuestos se volvieron insoportables. La
librería tenía por función evitar que muchos
libros que estaban siendo censurados, lo siguieran
estando. Toda la literatura que se había perdido
renacía en una pequeña sala, donde ni siquiera se
vendían, sino que se intercambiaban por harina y
otros productos comestibles. La situación
económica se volvía cada vez más crítica y ni
hablar la de las y los escritores. Había que
promover la producción local y nacional de viejos
y nuevos autores.
Así, Kumar sintió que su librería debía constituir
un proyecto subversivo tan o más que ese. Juntó
a las diversas editoriales independientes de
Jamalpur y las invitó a traer sus libros para que
pudieran venderlos allí sin pasar por las librerías
comerciales, las cuales se quedaban con un gran

189
La Revolución Secreta

porcentaje de las ventas. Un comedor


comunitario a cargo de Nastia y Chandra se
sumaría al proyecto. Muchos libros serían
finalmente intercambiados por leche de cabra y
búfalo, con objeto de abastecer al comedor. El
libro debía ser simplemente una excusa para
generar un gran proyecto cultural alternativo a los
circuitos clásicos de la economía.
Tener toda la literatura revolucionaria india y
china en un solo espacio sería también uno de los
grandes objetivos de Kumar. ¿Ser la sede de la
revolución? Porqué no. Sus hermanastras
necesitaban un lugar para reunirse y trabajar.
Kumar presenta a Akiyama su extensa e
impredecible familia, pues siempre alguien se
sumaba. En este hogar ensamblado, ajeno al
concepto de sangre, siempre era lindo reunirse
para las fechas festivas de la India. En otras
familias tradicionales, cómo festejar si cada año
faltaba alguien más en la mesa, ya por haber

190
La Revolución Secreta

emigrado, ya por haber abandonado este mundo


físico. Ese era el espíritu que Chandra les había
inculcado. “Sin banderas, pero con ideología”, les
repetía cada vez que dudaban de sí mismas.
Aquí todas eran hermanas de lucha. Ninguna
valía menos o más que otra, porque la idea de
valor no era cuantificable. En la filosofía de
Chandra, nadie ganaba si aún otra persona no
pudo dar su lucha. Chandra incluso les enseñaba
a pelear por los derechos de otres más que de los
de sí mismas.
Chandra muy contadas veces iba a marchas de
empleadas y trabajadoras domésticas como ella,
ya que trabajaba dentro y fuera de su casa, pero
participaba activamente en su organización. Mas
en marchas por los derechos de las y los parias, el
desastre de Bhopal u otras, Chandra siempre
estaba acompañando. Ella sentía que el derecho
de otres era su deber. Chandra incluso adoraba
colaborar en las marchas organizadas para

191
La Revolución Secreta

recolectar semillas nativas y oponerse al


monocultivo transgénico.
Es que Chandra había sido una niña-adolescente-
campesina durante su infancia en Siladi, un
poblado al oeste de Nepal, trabajando al menos 6
horas diarias en el campo de su padre. Allí, las
mujeres casi nunca se interesaban en algo que
fuera otra cosa más que la tierra y el hogar. No se
interesaban porque no se les daba la oportunidad
de salir del mundo doméstico, ya sea por
vergüenza o por miedo al hombre.
La madre de Chandra había sido una de las pocas
y primeras mujeres antes de la Segunda Guerra
Mundial en convertirse en tejedora profesional,
fabricando telas para vender a las familias de
trabajadores migrantes y en las tiendas para
turistas que se ubicaban en la capital de la región.
El espíritu feminista de Chandra definitivamente
había sido heredado de su madre en Nepal.

192
La Revolución Secreta

De pequeña, ella siempre iba con sus seis


hermanas de casi la misma edad a observar pasar
personas por la única calle que existía en el campo
desolado en el que se encontraban. Ver otros
rostros que no fueran los de su padre y madre o
los de algunos animales, era la mayor atracción
turística de ella y sus hermanas. Así pasó Chandra
sus primeros 15 años de vida, hasta que se muda
con su madre cuando ésta se separa del padre.
En el campo, Chandra aprendió a valorar la vida
en todas sus formas de expresión. Durante tantos
años el mundo de ella estuvo conformado de
menos de 10 personas y algunos animales. En la
escuela rural, bastante alejada del campo en el que
vivía, sus compañeras eran prácticamente sus
hermanas y la maestra una especie de madrina o
tía.
Su única amiga, aparte de sus hermanas, era una
muñeca blanca que pertenecía a su madre. Pero
por muy poco tiempo, ya que la misma era el

193
La Revolución Secreta

juguete de todas. Como eran 7 hermanas, le


correspondía a cada una de ellas tenerla un día a
la semana. Chandra siempre había deseado tener
una muñeca negra pero nunca se lo contó a nadie,
excepto a una persona, su querida Uma. Por eso,
Uma finalmente pidió a su compañera Kimani
que le trajera una desde Estados Unidos, cuando
viniera a vivir a la India.
Era lógico entonces que, para su corazón, los
árboles se volvieran humanos cada vez que se
sentaba debajo de alguno de ellos y sentía cómo
sus ramas le abrazaban; era razonable que cada
fruto de las cosechas de su campo en el que
trabajaba fueran sus amigas. Chandra aprendió
que el juicio estético no era un criterio válido para
determinar quién debía vivir y quien no, en este
mundo a veces tan hostil y violento. Era la única
de sus hermanas que podía defender a muerte el
que no matasen a una simple cucaracha o araña.

194
La Revolución Secreta

Sin duda, se convirtió en la famosa “oveja negra”


de la familia.
¿Su pareja? Una hermosa cabra, con la que
compartía tiempos de labor y ocio. La había
llamado Kali, en honor a la diosa hindú que
conoció por sus precarios estudios primarios. Mas
su maestra era muy versada en lenguas, y dado el
interés de Chandra en aprender idiomas, ella le
enseñaba cada vez que el tiempo se lo permitía.
Pero, un día Chandra conocería el desamor,
cuando su cabra Kali es llevada para ser asesinada
en el mayor festival de matanza del mundo: el
festival de la diosa Gadhima.
Cada cinco años, decenas de miles de personas se
dirigen a Bariyapur en el distrito de Bara para
agradecer a la diosa hindú Gadhima por haber
solucionado sus problemas, matando más de
6.000 búfalos y 100.000 cabras, tal vez la mayor
matanza de animales del planeta. Las personas le
ruegan a la diosa por un hijo o el éxito en su

195
La Revolución Secreta

empresa y si su deseo se cumple sacrifican


animales. El sacrificio ritual llamado
“celebración” dura un mes y se realiza el 17 de
noviembre, cuando el infierno de los animales
tiene lugar al ser trasladados desde India hacia
Nepal. Son matados de modo aleatorio a
machetazos, sin piedad. Como el más de medio
millón de personas que visita el lugar no sabe
utilizar esos machetes, cabras y búfalos quedan
desangrándose vivos por al menos 40 minutos.
Chandra guardó en lo profundo de su alma la
sensación más cobarde que había conocido por
parte de los humanos: matar a quien no está en la
misma posición de poder. Por esta razón y en
honor a su cabra de la infancia, le colocó a su vaca
el de nombre Kali, teniendo un sentido muy
espiritual para ella. Kali era también el símbolo
de la lucha animal.
La revolución, para Chandra, no debía solo
liberar a la humanidad a merced de otras especies,

196
La Revolución Secreta

tanto animales como vegetales. Creía que volverse


vegetarianas era condición previa para el éxito de
cualquier revolución que se diga sincera, plural y
opuesta a todo tipo de opresión. El imperialismo
era uno, pero los sub-imperialismos muchos.
Por eso también, el interés de Chandra en
colaborar en la recolección de semillas nativas que
se organizaba anualmente en la India, para evitar
que acabara la biodiversidad en la tierra, dada la
imposición del monocultivo y los organismos
genéticamente modificados. De hecho, la empresa
global de datos Father G era accionista de la
mayor empresa de transgénicos del mundo, la
cual a su vez estaba asociada a la farmacéutica más
gigante de todos los tiempos. Controlar lo que les
humanes comen y controlar su información eran
claves en el dominio internacional de las
poblaciones. Enfermarles para darles una
medicina, era su otro secreto.

197
La Revolución Secreta

198
La Revolución Secreta

Capítulo 17

Akiyama y Mohamed

Kumar continuó presentando su familia a


Akiyama. Y en esa presentación se reencuentra
con Mohamed. No entendía qué hacía allí. Había
podido llegar hasta Kumar gracias a contactarse
nuevamente con Chandra, pero no esperaba en

199
La Revolución Secreta

absoluto la presencia de Mohamed. En solo


algunos minutos fue actualizado de todo lo que
aconteció en su no presencia. Parecía algo
imposible de creer, pero tan sencillo de contar.
Cómo los destinos se unían, tal vez porque a ellos
siempre iban.
Sarasvati estaba en Brasil, así que no pudo
conocerla o más bien reconocerla. Quizá así fue
mejor. Esa situación sería de lo más tensa, por el
pasado del hermano de Kumar. Sarasvati había
sido trasladada por Akiyama hasta el prostíbulo
de su padre en Kaoloon. Ella seguro lo
perdonaría, pero nunca olvidaría.
Allí, Chandra escucha un ruido en la mochila del
muchacho chino.
-Disculpen - dijo Akiyama-. Les presento a Tao,
mi mascota. Un pequeño perrito que lo
acompañaba desde hacía dos años. Un nuevo
animal se sumaba así a la gran familia. Kali ya no

200
La Revolución Secreta

estaría sola. Tal vez, ahora sonriera al menos un


poco y fuera más hospitalaria dejando entrar a les
visitantes, en vez de sentarse en la puerta de
ingreso.
En verdad, la vaca Kali cuidaba el hogar como
nadie, pues nadie se animaba en la India a correr
a una vaca sagrada. Y si a esto le sumábamos un
chino que no comía a su perro, era de valer. Tal
vez, se haría amigo de la vaca Kali. Y así fue.
Andaban siempre juntes. Ahora, eran dos
animales quienes se recostaban en la puerta de
entrada a la casa de Chandra.
-Esta será tu habitación Akiyama, ya puedes
sentirte como en tu hogar. Eso sí, a las 5 de la
mañana nos levantamos para meditar. Son solo
15 minutos. Tu hermano Kumar puede enseñarte
si lo deseas. Y si no quieres está bien, pero es
probable que hagamos un poco de ruido al
levantarnos. De igual manera, ve a dormir

201
La Revolución Secreta

temprano, que mañana arranca un día nuevo y


bastante largo.
Akiyama fue a la habitación, acompañado por su
hermano Kumar. Otro gran abrazo se dieron y
juntos repitieron la frase que Akimaya había
escrito y dejado en el libro de Kumar: “No
importa dónde estés hermano, te buscaré y
haremos nuestra revolución. En la estación de
tren a las 7 am.” Kumar saludó a su hermano y
se retiró a descansar en otro cuarto.
Antes de cerrar la puerta, se aproxima Mohamed
y le pregunta si quiere un té chai. Akimaya acepta
y lo beben dentro de la habitación. Ambos
esperaron un minuto para que el té se enfriara y
pudieran alzar la taza con sus manos sin
quemarse. Esa era la temperatura justa, por eso
las tazas no tenían manijas.
Sentados en la cama tomaron su té y conversaron
recordando todo lo que habían vivido. Existía un

202
La Revolución Secreta

tema pendiente aún. Aquel beso, aquella mano,


aquella situación que fue el inicio para que
Akiyama pudiera llegar esa noche allí.
Acabaron el té, se tomaron de las manos y
repitieron ese beso que con miedo se dieron en el
avión. Pero esta vez, el beso fue más libre que el
anterior. La libertad de los afectos se sentía en dos
labios mojados. Mohamed tomó de la cintura a
Akimaya con su mano derecha y lentamente
comenzó a levantarle la camiseta hasta sacársela
por completo. Misma acción realizó Akimaya.
Con la suavidad de las telas hindúes olor a
sándalo y mirra, se recostaron como cuando una
pluma toca el suelo o la hoja de un árbol cae en
la tierra. Sus cuerpos quedaron desnudos en la
totalidad del reencuentro nocturno, tal vez sus
almas también. Mohamed acariciaba con la yema
de sus dedos el abdomen de Akiyama, mientras
éste disfrutaba estar allí viviendo uno de los
momentos más deseados de su vida. Cada caricia

203
La Revolución Secreta

plantaba raíces en el corazón de ambos. Akiyama


posó su rostro sobre el hombro de Mohamed y le
dijo al oído: “No importa donde estés compañero,
también te buscaré y haremos nuestra
revolución”. Y sus cuerpos se durmieron en la
noche fresca bajo la luna llena que les iluminaba
por la ventana de la habitación.

204
La Revolución Secreta

Capítulo 18

La madre saharaui

Al día siguiente, Nastia y Mohamed reciben la


noticia de la muerte de su gran madre, la ya
anciana señora saharaui, para quien elles habían
sido prácticamente su hija e hijo adoptives.
Mohamed hizo todos los trámites posibles para

205
La Revolución Secreta

poder regresar a su tierra sin ser deportado o


exiliado nuevamente. Y juntes viajaron hasta la
República Árabe Saharaui Democrática, o RASD.
La muerte de una anciana como ella era una gran
pérdida para el pueblo saharaui. Pero entre elles,
los muertos seguían vivos, reuniéndose para
beber, comer y cantar. Los rituales africanos de la
muerte desafiaban la dimensión trágica de la
muerte occidental. En Burkina Faso, por ejemplo,
un pariente de la fallecida, de preferencia mujer,
se viste con sus ropas e imita su comportamiento.
En Senegal, el muerto preside su propio funeral,
viste con su ropa más linda, sentado y atado en
su sillón, saludando a la gente con una mano en
alto.
La madre saharaui se había ido y Mohamed le
rindió un último tributo. Tomó su mano
izquierda y colocó en ella la bandera de la
República, con sus colores negro, blanco, verde y
rojo y una luna naciente con su estrella al lado.

206
La Revolución Secreta

Una revolución nunca debe empezar del lado


derecho, pensó.
“La lucha continúa”, le dijo Mohamed a la
anciana. “Que te veamos pronto de nuevo, un
poco más libre ambos”. Y regresaron con Nastia
a la India.
La madre saharaui había partido, con su
inagotable sabiduría de liberación, Lewa había
sido asesinada por sí misma, pero con las manos
de su violador. Sarasvati había dejado este mundo
físico para volver a las estrellas. Pero, el destino
de Nastia aún sería en este mundo terrenal.
Nastia partió a Argentina con Kumar. Este país
había sido el primero en el mundo en aprobar una
ley de intersexualidad. Por fin, Nastia ya no sería
mujer ni tampoco hombre. Por fin, Nastia sería
simplemente Nastia. Mohamed dudaba de su
homo-bi-sexualidad desconocida, pero incluso
nunca supo que su segundo amor después de

207
La Revolución Secreta

Lewa había sido una persona intersexual.


Mohamed tenía sin dudas un poder de atraer
cuerpos diversos y afectos subversivos.
En Argentina, Nastia y Kumar estuvieron dos
años, lapso en el que ella sufre un embarazo
ectópico, cuando su óvulo fecundado se adhiere a
una de las trompas de Falopio. Tuvieron que
practicarle un aborto de urgencia. Varios de los
hospitales especializados en estas cuestiones se
encontraban en Argentina, país que había sido
vanguardia en la lucha por la despenalización y
legalización del aborto, después de duros ataques
conservadores por parte de la iglesia, en su
mayoría evangélica, y las provincias más
conservadoras.
Luego de ser aprobada la ley, misiones verdes de
mujeres viajaron por toda América Latina e
incluso otros continentes para luchar por el logro
de este derecho no reproductivo y colaborar en la
formación sobre educación sexual integral. Para

208
La Revolución Secreta

2025, no existía país en América del sur que no


tuviera su propia ley de interrupción voluntaria
del embarazo (IVE). Y como siempre se repitió,
los abortos disminuyeron y las mujeres dejaron de
morir en la clandestinidad.
Finalmente, Nastia quedó de nuevo embarazada,
y así nació su hijo Satyam. La fertilidad
intersexual14 ya no sería más un tabú de la
imaginación médico-occidental. Con un pañuelo
verde en un puño y uno amarillo en el otro,
Nastia y Kumar se sumaron al movimiento
intersex de la Argentina. Este mundo, ya no era
para personas tibias y dudosas; había que actuar
y pronto. El feminismo intersexual llegaba a su
apogeo.

14 Para informarse sobre este tema:


https://brujulaintersexual.org/2015/02/24/fertilidad-intersexual/

209
La Revolución Secreta

210
La Revolución Secreta

Capítulo 19

La Rebelión de Parvati y Sami

211
La Revolución Secreta

Todas las tribus de América se habían unido y


una guerra biológica comenzó para que la Gran
Tribu en Brasil desapareciera por completo, una
vez que fue descubierta. Alimentos contaminados,
nubes tóxicas, microorganismos en armas
militares. Una parte de las tribus fue asesinada y
el resto se escondió hasta que las tropas tribales
llegaran. 80 años habían bastado para construir
lugares seguros donde pudieran ocultarse sin ser
encontradas por el Estado.
Largas diásporas de pueblos originarios habían
comenzado antes que Sarasvati llegara al Brasil.
Pero, ella nunca pudo avisar a Chandra de la
situación que allí acontecía. De suerte había
podido llegar al lugar del cual nunca más salió. Se
había iluminado antes de tiempo, o tal vez cuando
era su tiempo.
Un año tardaron para llegar desde los extremos
más impensados del continente. En su mayoría
mujeres, la mitad de cada tribu había quedado en

212
La Revolución Secreta

su tierra ancestral y la otra viajó hasta donde


estaban Parvati y Sami.
La gran rebelión estaba por comenzar. Todas las
tribus y etnias de América caminaban al unísono
con sus vestimentas típicas, con sus instrumentos
de defensa, incluso con varios animales. En frente,
una hilera de brujas nativas con sus pechos
descubiertos guiaba al resto de las tribus hacia su
destino de lucha. 17 días tardaron para llegar a los
límites entre Chile y Argentina donde se
encontraba una de las bases militares más
importantes de la zona, custodiada por fuerzas
yanquis y ubicada bajo tierra.
Estas fuerzas intentaron impedir la llegada de las
tribus, con aviones y ataques constantes. Pero,
todos los pueblos originarios aledaños se sumaron
a la lucha tribal. Solo repetían al unísono como
un enorme coro “Baba Nam Kevalam”, “Todo es
sagrado”, mantra que Parvati les enseñó antes de
iniciar la diáspora revolucionaria. Y adelante se

213
La Revolución Secreta

escuchaba el grito de las brujas a cada paso que


daban, con el mantra resonando por detrás.
Finalmente, llegaron cara a cara, cultura a cultura.
Armas y tanques verdes enfrentados a cuerpos
que no habían podido ser colonizados, que habían
resistido más de 500 años manteniéndose en vida
sin recursos más que sus manos y la naturaleza.
Un pequeño río separaba a ambos bandos, cerca
del fin del mundo. ¿Quién tiraría la primera
piedra?
En la espera, Parvati y Sami mantienen una
conversación profunda sobre la revolución15.
Parvati le enseña todo lo había aprendido en estos
15 mil años reencarnándose. Esta sería su última
guerra en la Tierra, ya había estado en varias. Era
tiempo de partir a su origen o a otro planeta.
-Somos las mismas en distintos cuerpos,
repitiendo la misma historia- le dijo Parvati a

15 Este capítulo simula el texto sagrado del Bhagavad Giita.

214
La Revolución Secreta

Sami-. Hemos sido siempre las mismas, pero en


distintos bandos. Hoy te toca el lado bueno, mi
querida Sami. Pero, tú también has estado del
otro lado del río enfrentándome y más de una vez.
- ¿por qué nos dormimos entonces y nos
olvidamos?
-La revolución es un sueño, mi dulce Sami, pero
estamos cada vez más despiertas.
- ¿quién despertará primero?
-Esta revolución no tendrá líderes y si los tiene no
serán hombres. Esta tierra necesita personas
espirituales y no religiosas.
- pero siempre hay oposición.
-No tiene sentido gritar la palabra paz si no hay
lucha que la respalde. Eso se llama hipocresía.
Pero, no te preocupes pequeña joven, las contra-
revoluciones son parte también de la revolución.
- ¿y cuándo terminará esto?

215
La Revolución Secreta

-La revolución, mi querida Sami, no tiene


comienzo ni final. Da lo mismo que empiece aquí
o comience allá. Pero, hay algo que origina la
opresión: ningún individuo debería acumular
riqueza física sin el permiso expreso de nuestra
sociedad16. Ningún género debería sentirse
superior a otro. Ninguna raza debería imponerse,
pues en verdad la raza no existe, es un invento
para dominar a los pueblos según su color de piel.
¿Existirían esas razas en un mundo de personas
ciegas? Tampoco deberían importarte tanto las
diferencias sexuales, al final de esta época la
procreación no será un atributo característico de
les humanes…Sami, esta Era depende mucho de
dos cosas: sexo y comida. Quien pueda controlar
ambas y disfrutarlas de un modo equilibrado,
podrá controlar lo que desee en este universo. En
mi Era, les humanes están siendo dominados por
la cultura del placer, por el veneno en las comidas,

16 Aforismo de Shrii Shrii Ánandamurti, en su Ánanda Sutram 5-12.

216
La Revolución Secreta

en las frutas y verduras y por la exaltación de la


belleza y el cuerpo, incluso en las luchas por la
liberación sexual. El sexo debe ser liberado, sin
dudas Sami, pero sin exaltar la primacía del
cuerpo por sobre el espíritu. El cuerpo debe ser
liberado también, pero sin exaltar el placer por
sobre la felicidad divina. En verdad, mi querida
Sami, el éxito para cualquier revolución implica
en principio controlar nuestra comida y nuestro
cuerpo. Sus extremos han acabado en violaciones
y explotaciones sexuales, y en gula para algunas y
hambre para otras. Lewa ha muerto a causa de
ello. Debes honrar su memoria. Esta Era es una
época de revoluciones simples, pero conflictos
complejos. Una verdadera revolucionaria como tú
no come mucho ni come poco. Es difícil para esta
época, admito, entender mis palabras, pero sé que
tú haz de comprenderlas. Tampoco te pido que
las aceptes si no estás preparada. Ya eres una
joven adulta y puedes decidir por ti misma.
Respetaré tu autonomía. Pero recuerda: es mejor

217
La Revolución Secreta

hacer las cosas bien desde pequeña que


arrepentirse luego de anciana. Este mundo debe
dejar de estar dominado por la hipocresía mi
querida Sami. Debes pensar, decir y actuar en
consonancia. Enemigos de esta tierra son quienes
piensan una cosa, dicen otra y actúan
completamente diferente a lo que dijeron.
- una ira me invade ahora por liberarnos.
-Ve Sami, pero no con rostro de odio. Ve con una
sonrisa, puesto que la victoria es inevitable. La
victoria es tuya mi querida hija. Deja la evolución
a la biología y la revolución al pueblo. La
revolución es mitad esfuerzo y mitad destino. La
revolución es la vida misma, mi querida Sami.
- liberaré a mi pueblo entonces, gran madre
Parvati.
-Todos los pueblos son tu pueblo, mi pequeña,
recuérdalo.
- liberaré a todas estas tribus entonces.

218
La Revolución Secreta

-Toda revolución comienza con la conciencia de


sí misma. Solo así es posible liberar la mente aun
en una batalla tan campal como ésta. Haré que
nadie sufra, les quitaré el dolor de la muerte atroz
y espantosa de esta guerra, pero no me pidas que
renuncie a ella. La humanidad debe dejar de sufrir
la opresión de este mundo. Ya estoy cansada de
verla repetir la historia una y otra vez, como si
olvidara siempre su pasado.
- le pediré al cielo que me ayude también, mi
amada Parvati.
-Miramos al cielo porque de allí venimos.
Peleamos porque allá volveremos.
- ¿es necesario luchar aquí?
-La revolución puede ser por las ideas o por la
fuerza, mi gran hija. Cuando la primera falla, la
segunda es inminente. Tal vez, ambas estén
aconteciendo también en este preciso momento.
“Pero, así como el pasado y el futuro no sienten

219
La Revolución Secreta

temor y nunca se enfrentan al infortunio, así, oh


espíritu mío, no sientas tú temor.”17
- ¿por qué no funciona la justicia para evitar esta
guerra mi gran Parvati?
-Porque la justicia no está basada en que una
persona o grupo es oprimida y la otra es opresora.
Y cuando has sido oprimida, Sami, tienes dos
opciones: convertirte en opresora y reproducir el
sistema vengativo de justicia o luchar por acabar
el sistema de opresión que genera ambos lados del
conflicto. Es tu derecho de nacimiento el
revolucionarte a ti misma. Sacude tu mente a tal
punto que ya no te conozcas y por fin logres
conocerte. La justicia será justicia cuando la
opresión se llame por su nombre.
- ¿las personas no son conscientes de ello?
-Si tú misma descubres tu origen, la revolución es
inevitable y la guerra inútil. Toda revolución

17 Verso mágico del Atharva Veda, antigua escritura de la India.

220
La Revolución Secreta

comienza por dentro Sami, a veces en la calle, a


veces en la casa, a veces en el cuerpo, pero
siempre, siempre primero en la mente, tanto
individual como colectiva. Mas, si al mismo
tiempo no luchas por fuera, lo que haces se llama
hipocresía. Poco sirve que medites si no haces un
esfuerzo porque la pobreza u opresión que te
rodea acabe o disminuya.
- pero la gente que está frente a nosotras ha leído
mucho. Debería conocer esto que me dices.
-Mientras más leen, más olvidan. No es necesario
leer mucho, sino que lo leído sea llevado a la
práctica. Este mundo es inmenso y su literatura lo
será también. Pero no deja de ser conocimiento
mundano, mi querida Sami. El conocimiento
espiritual es tan infinito que no podría caber en
universos enteros repletos de libros, y a su vez es
tan sencillo que bastaría solo una hoja para
escribirlo. Sin embargo, todo pueblo tiene su

221
La Revolución Secreta

propia literatura, el germen de su propia


revolución.
- ¿y las culturas que no tienen libros?
-Toda cultura tiene algún libro, aunque no esté
escrito. Cada libro puede ser el inicio de una
revolución. Todo depende de su practicidad y de
lo que inspire en quienes lo lean. Son necesarios
libros que inciten a la acción, mi querida Sami. Si
escribes y sé que lo harás, no escribas sobre mí
por escribir, a menos que sea para que otras se
inspiren a actuar. No rindas culto a mi
personalidad, rinde culto a tu ideología. Deseo
libros que su sola lectura no te deje más opción
que hacer algo, que te haga levantar del asiento
en el cual lo lees y digas: “ahora me toca hacerlo
a mí”. Libros de los cuales no haya vuelta atrás,
de los que no puedas borrar tu memoria y decir:
no lo sabía, disculpe, no lo leí. Toda revolución
comienza con una idea Sami, a veces esa idea se

222
La Revolución Secreta

escribe, otras veces se practica y en muy contados


casos llega a hacerse ambas cosas.
- ¿hay revoluciones que no se hacen en las calles?
-Hay revoluciones que no se hacen en la calle
porque no hay calle, mi empoderada Sami. Hay
revoluciones en los márgenes del río, en los
límites de la tierra y el mar, en los bordes de las
llanuras. Hay revoluciones que no son en las
calles porque nadie las camina, porque el miedo
es más fuerte que la noche y el día espera solo
miseria. Hay revoluciones sin calles porque estas
están ocupadas por gente durmiendo y con
hambre. Hay revoluciones sin calles, como calles
sin número porque nadie quiere vivir en casas
abandonadas a punto de derrumbarse. Pero, a
veces es mejor que no las haya, entonces los
pueblos se ven obligados a revolucionar las
fábricas, los mercados y los hogares, donde la
gente camina, pero no transita.

223
La Revolución Secreta

- ¿entonces no se necesitan grandes recursos para


hacer una revolución?
-El poder mental es mucho más fuerte que el
poder físico, mi joven hija. Por eso, los humanos
de hoy apuestan tanto a armas sofisticadas
intelectualmente. Tampoco se necesita mucho
para hacer una revolución. Puedes mirar la
historia Sami. Las grandes luchas han comenzado
con pocas personas, con pocos recursos, pero sí
con mucha determinación. Hoy, les oprimides no
saben bien quién es su verdadero opresor, por eso
tardan tanto en luchar. El primer desafío de toda
revolución es conocer al enemigo. Mi Shiva me
dijo hace más de 7 mil años: el requisito para el
éxito radica en decirse “voy a lograr mi misión”.
Este mundo no es para dudar, mi querida Sami.
Las personas pierden su valioso tiempo pensando
qué hacer, sin hacer. Es preferible llevar a cabo
algo a no hacerlo. El karma de la inacción es peor
que el de una acción errada, pero con buena

224
La Revolución Secreta

intención. La indecisión es el mayor mal de este


mundo espiritual. En verdad Sami, no existen los
demonios, pero eso se le asemeja. Todo lo que
frene el progreso espiritual debe ser considerado
como nuestro más alto enemigo, pues no tiene
forma humana y eso a veces es peor. Imagina
como si la tierra girara más lento porque muchas
personas se quedan quietas en sus hogares. Este
mundo es para moverse, Sami. “Cuando los fines
son nobles y justos, el éxito está garantizado”18.
¿Aun tienes duda que ganaremos esta guerra?
¿Cómo puedes dudarlo? Es esa duda la que te ha
hecho perder tantas batallas, mi querida Sami. Ve
con la cabeza erguida y el corazón sin odio, de
seguro verás el cambio de época en los ojos de
cada ser que se te acerque.
- ¿qué pasó con tu señor Shiva?
-Hace 7 mil años le pregunté a Shiva a dónde se
iría y me respondió: yo nunca me voy aun
18 Frase de Shrii Shrii Ánandamurtiji

225
La Revolución Secreta

queriendo. Puedo recorrer todos los universos en


menos de un segundo. Por eso, aunque me vaya
siempre estoy de regreso. Entonces, dicen que
estoy en todas partes, que soy omnisciente, en
verdad o no me muevo o me muevo tan rápido
que parece que estuviera siempre inmóvil. Estoy
en todas partes porque no tengo espacio, en el día
y la noche, porque no tengo tiempo. Quien me
conoce viaja conmigo, quien me evita se olvida de
dónde vino y hacia dónde va. El tiempo existe
para quien espera. Yo inventé el tiempo solo
porque aún espero que mi creación regrese a mí.
El espacio existe para quien busca un lugar. Entre
ambos estoy yo, entre la nada y el todo. Quien me
ve partir, me ve llegar. Toma este tridente para
que recuerdes que el pasado, el presente y el
futuro circulan al mismo tiempo en diferentes
direcciones.
- qué bello lo que me relatas. Cuéntame más de
Shiva.

226
La Revolución Secreta

-Y continuó: Yo habito en el silencio y en la


música. Antes que el sonido nazca yo ya lo he
escuchado. Antes que el mundo calle, yo ya me
he vuelto palabra. Así es mi naturaleza, caliente
por dentro, fría por fuera, pero sin temperatura.
Soy la chimenea de un pueblo congelado. Pero,
en cada ola de mar, en cada luz de estrella, en
cada nube y brisa podrás oírme susurrar tu
nombre llamándote. Aun sin escucharme, subiré
mi voz en las tormentas, en los vientos y en las
mareas. Aun sin oírme, no tendré más opción que
entrar en ti y sentarme en tu alma, tomar tu mano
y acariciar el corazón que te obsequié más de una
vez. Tal vez, así sientas que nos pertenecemos.
Yo soy quien no duerme para verte dormir. Yo
soy quien no despierta para verte levantar. Yo soy
quien sonríe cuando disfrutas y quien llora
cuando sufres. Yo soy materia y conciencia. Soy
número sin cifras, alfabeto sin letras. No tengo
nombre, pero sí miles de apodos. Con todo, no

227
La Revolución Secreta

tengo complejo de identidad. Existo antes de la


existencia y aun después de ella. Quien me conoce
ya no tiene preguntas. Quien me olvida cree tener
todas las respuestas. Yo soy rostro de muchos
ojos, fruto de muchos árboles, raíz de muchos
bosques, flor de muchas abejas. Lo más parecido
a mí eres Tú. Quien me aleja en los cielos me
inventa en la tierra. Yo no resido arriba, pues no
existe el espacio para mí. Soy polvo de estrellas y
las estrellas son mis hijas. He nacido de la madre
que yo misma parí. Toma mi mano y sentirás que
no soy este cuerpo con que me idealizas.
- maravilloso mi diosa Parvati. ¿Y tú dónde irás
luego de esta guerra?
-Ya es hora de partir de esta Tierra, tal vez regrese
con Shiva, tal vez viaje a otro planeta o por qué
no a otro universo. Debemos hacer la revolución
en todas partes. Tenemos todo el tiempo del
mundo, pero aun así nos queda tan poco tiempo.
Es seguro que la humanidad no se iluminará al

228
La Revolución Secreta

unísono, pero debemos luchar por su progreso en


todas las esferas de la existencia. La revolución es
la forma que Shiva tiene de llamarnos a su hogar.
Seamos rebeldes conscientes y se nos será abierta
la puerta de su casa, pues en verdad nunca estuvo
cerrada.
- ¿y qué será de mí?
-Aun tienes un largo tiempo en esta Tierra mi
querida Sami. Lo más sabio que puedes hacer es
nunca pensar que morirás, porque en verdad
nunca lo haces. No incorpores el dolor humano
de sufrir cada pérdida, es muy horrible. En
realidad, la mayor parte del sufrimiento proviene
del apego. Pero ten cuidado Sami, el desapego es
peor que aquél. En el apego intentas demostrar
amor, pero no del modo correcto, en el desapego
te vuelves indiferente e idolatras tu ego, creyendo
que este mundo está a tu servicio y que todo
puedes hacerlo sola. Debes ser sorora contigo
misma, pero siendo consciente también de que no

229
La Revolución Secreta

has podido siquiera nacer por ti misma, has


necesitado del cuerpo de tu madre, ¿cómo puedes
pensar que en este mundo puedes hacer entonces
todo sin ayuda de nadie? En verdad, quien así
piensa vive en la propia ignorancia de la soledad.
Recuerda, la soledad no existe. Y aún si existiera,
no deberías sentirte triste, yo crearé flores para
que huelas y mariposas para que mires volar.
Estamos en una Era donde las personas quieren
practicar el desapego, pero lo deben ejercitar
porque justamente se han apegado. El desapego
no es propiamente una práctica espiritual Sami,
es más bien la consecuencia de habernos apegado.
Quien no se apega, no le es necesario practicar el
desapego.
- ¿y cómo debo hacer para no apegarme?
-Ama sin posesión, incluso aunque este universo
te pertenezca. Mira cada cosa que existe a tu
alrededor como si de Shiva se tratara, como si de

230
La Revolución Secreta

Krsna se tratara, como si de Baba se tratara, como


si de Días se tratara. Yo le llamo Shiva porque me
he acostumbrado ya un poco. Pero puedes
llamarle como gustes. Algunos incluso he oído
que le llaman “ciencia”. Mientras veas la
divinidad en todo lo que existe, no sufrirás por los
cambios de formas, por la muerte, por la vejez o
la enfermedad.
- gracias mi diosa Parvati. Pero, tengo miedo de
no poder moverme y quedar paralizada cuando
tenga que atacar.
-Aun ciegas y sin poder movernos, si lo deseamos,
la revolución tendrá éxito.
- ¿ya es hora no? - preguntó la pequeña Sami
-Sí mi querida Sami. Repite conmigo el verso más
sagrado de este tiempo: Baba Nam Kevalam.
Todo es amor infinito.
-Baba Nam Kevalam.

231
La Revolución Secreta

-Voy a contarte un secreto, mi amada Sami.


- dime, mi gran Párvati.
-Hay personas que salvaré de las calamidades
naturales que se acercan.
- ¿quiénes? – preguntó Sami.
- Acércate…-Y le susurró al oído el secreto-. Tú
solo medita en mí e intenta ser una persona ética
en medio de este mundo inmoral. Pero, no te
hablo de ninguna moral religiosa, te hablo de ser
sincera en tus prácticas, contigo misma y con las
demás. Solo así caminarás sobre flores, aunque tu
camino esté repleto de espinas. Solo así serás
liberada de las tormentas de la naturaleza. Ella
también tiene su derecho a enojarse y yo la
obligación de respetarla.
- gracias, mi diosa Párvati – exclamó Sami-. Que
comience la revolución.

232
La Revolución Secreta

Parvati sonrió, como sabiendo algo que Sami no


conocía. Y le dijo, en un tono afectuoso:
-La revolución de Lichavi ya empezó hace décadas
mi querida Sami. Tal vez aquí sea el final o solo
el comienzo. Pero recuerda siempre esto, recuerda
que ya estamos en la revolución. Más bien, yo
diría, que continué…

233
La Revolución Secreta

234
La Revolución Secreta

Capítulo 20

El pañuelo gris

Parvati le dijo a Sami que la revolución ya había


empezado. Tal vez, se refería a los hechos previos
que marcaron las distintas rebeliones que se
venían sucediendo una tras otra.
La revolución ya había comenzado cuando
Akiyama ayudó a Sarasvati a escaparse del
prostíbulo de su padre en Kaoloon en 1978.

235
La Revolución Secreta

Akiyama terminó siendo un gran héroe de la


revolución junto a su amado Mohamed. Colaboró
en las luchas por la liberación del Sahara
Occidental y Palestina. Ambos pueblos lograron
su reconocimiento oficial en todo el mundo.
La revolución ya había comenzado cuando en
1984 el desastre de Bhopal acabó con la muerte
de miles de ciudadanas y ciudadanos indios. El
movimiento iniciado por las víctimas del desastre
para su justicia e indemnización marcaría un hito
histórico en la historia industrial del mundo.
Kumar, una vez regresado de Argentina junto a
Nastia, acabaría siendo alcalde de Bhopal y
posteriormente gobernador del Estado de Madhya
Prades. Sería reconocido, ya con su ceguera
completa, como el alcalde que sabía leer ruso.
Muchas veces, pequeños detalles acaban siendo
grandes anécdotas de la revolución.
Pero, Kumar no alcanzaría a terminar su
mandato, una enfermedad se sumaría a su cuerpo

236
La Revolución Secreta

para dejarle recostado hasta su último día. Una


mañana, Kumar comenzó a tener problemas para
articular palabras y moverse. Después de algunos
meses, fue diagnosticado con ELA, Esclerosis
Lateral Amiotrófica, una enfermedad sin aparente
causa que afecta la parte muscular, no así la
cognitiva. Kumar dejó de poder moverse, a tal
punto que dependía de numerosos aparatos y
médicas para poder sobrevivir. Ni respirar por sí
mismo podía, solamente mover labios y párpados.
Le ofrecieron computadoras que se conectaban
visualmente con su mirada. Pero Kumar a su vez
era ciego, por tanto, tampoco podía. Solo le
quedaba el poder de escuchar.
Una noche, antes de dejar de hablar, Kumar le
pidió a Nastia que leyera en ruso el libro que le
había regalado de niño. Así, cada día, antes de irse
a dormir, Nastia le leía un capítulo de “El amor
de las abejas obreras”, de Alexandra Kollontai. El
final del libro fue el final también de Kumar. La

237
La Revolución Secreta

última hoja fue llorada con el silencio de un niño


que ahora tal vez conocería el azul del cielo, como
su primer nombre Tian le recordaba. Aun ciegos
y sin poder movernos, si lo deseamos, la
revolución tendrá éxito. Después de su muerte,
Chandra llamó a su muñeca negra con el nombre
de Kumari, la versión femenina de Kumar.
La revolución también ya había comenzado
cuando Uma enseñaba yoga y meditación a las 3
pequeñas vecinas en Oymyakon. Las tres
participaron de jóvenes en la construcción del
Movimiento de la Nueva Rusia Plural y Diversa,
liderado por aquella pequeña que siempre le
preguntaba algo a Uma por cada frase que ella
decía.
La revolución ya había comenzado cuando la
madre saharaui tuvo un enorme papel en los
destinos de su hija Aisha, una de las
personalidades intelectuales más destacadas del
siglo XXI, así como Mohamed y Nastia. Tras su

238
La Revolución Secreta

muerte, se convirtió en una leyenda popular. Fue


llamada la “madre fundadora” de la República
Árabe Saharaui Democrática. La bandera en su
mano izquierda se volvería un mito en la nueva
nación con territorio y tierra.
La revolución había comenzado cuando Aisha
participó del Movimiento de Mezquitas de
Mujeres, en donde entró en contacto con el
feminismo islámico y su lucha. El Movimiento
logró no solo que sus escrituras fueran leídas e
interpretadas por mujeres, sino que consiguieron
generar una imitación en muchos movimientos
religiosos que ahora empezaban a leer las
escrituras sagradas en clave feminista, y desechar
aquellas interpretaciones machistas de los textos
antiguos. El Corán de las mujeres se convertiría
en un ícono y símbolo mundial de lucha
espiritual. El Vaticano tuvo entonces dos
opciones: incorporar a mujeres o caerse junto al
patriarcado. La primera opción no fue la elegida.

239
La Revolución Secreta

La revolución ya había comenzado cuando la


anciana vecina de Lewa en El Congo, después que
Lewa falleciera por el aborto clandestino, se
acercó a la mina de Coltán, tomó un puñado de
piedras, y mirando con ojos fijos a los grupos
rebeldes que controlaban la mina comenzó a
cantar: “Ni blanco ni gris, el coltán se queda aquí.
Ni blanco ni negro, el poder está en el pueblo”.
Cada minera y minero, niños, mujeres y hombres
escucharon a la anciana, con un espíritu de
liberación cada vez más incontrolable.
Les dijo luego, con voz serena: “podrán sacarnos
todo, pero no podrán robarnos la música”19. Y
comenzó a acercarse más a ellos.
-Deténgase o disparo - le dijo un paramilitar a la
anciana.
La anciana sacó del bolsillo un pañuelo gris, se lo
ató a su cabeza y continuó marchando, hasta que
19Poesía “Súplica”, de Noémia de Sousa, poetisa y periodista
mozambiqueña.

240
La Revolución Secreta

una bala atravesó su encendido pecho. La sangre


comenzó a derramar y asomarse por su ropa
cubierta de polvo. Sus últimas palabras fueron:
“Vida a nuestra África libre. Libérense hermanas
y hermanos africanes. Zaia. Zaia”.
Luego, una paloma negra se acercó a su rostro,
desató el pañuelo de la anciana, ya casi suelto, lo
puso en su boca y partió vuelo, quién sabe a qué
región del África. Si la paloma de la paz era blanca
y solo traía guerra, la paloma de la liberación
debía ser negra, porque negro era el pueblo
oprimido.
En ese instante, un niño coloca en su cabello una
pequeña piedra de coltán, como Lewa lo hacía
cada día para poder escaparse. Otro joven lo ve y
le imita. Varios jóvenes más comienzan a repetir
la acción. Los hombres rebeldes les descubren y
empiezan a azotarlos. Allí, todas y todos les
mineres se ponen de pie y corriendo con furia se
dirigen a atacar a los grupos rebeldes, al grito de

241
La Revolución Secreta

“Zaia, Zaia…”. Así, consiguen escapar de la aldea


y al llegar a la entrada principal donde estaban los
guardias vigilando, asustados éstos les apuntan
con sus armas.
-Tenemos oro- les dice uno de los jóvenes-. Oro o
muerte, ustedes elijan.
Los guardias aceptaron las piedras de oro gris.
Cada una de ellas fue sacada de sus cabellos
negros ondulados. Y así fue liberada la mina, sin
oro pero libres, sin nada pero con su música. Esta
rebelión comenzaría a repetirse en las demás
aldeas. El fin del ciclo de las minas de coltán había
empezado. Cada lugar del África oprimida y
subyugada se levantó con su pañuelo gris como
aquella anciana, al grito de “Ni blanco ni gris, el
coltán se queda aquí. Ni blanco ni negro, el poder
está en el pueblo”.
La revolución había comenzado también en
Brasil, cuando decenas de tribus ancestrales se

242
La Revolución Secreta

unieron para convivir juntas y organizar un


ataque al mundo occidental que se robaba a sus
nativas.
La revolución había comenzado en América del
Sur cuando el movimiento de mujeres hackers 20-
30 intervino los datos de la central de
almacenamiento de la empresa global Father G,
con los cuales obtuvo información para organizar
el ataque principal a la central mayor en el Mar
de Barents.
La revolución había comenzado en Argentina
cuando Kumar y Nastia viajaron a ese país
latinoamericano para obtener la nueva identidad
intersex de Nastia. Kumar y ella participaron de
la gran marcha intersex el día que se votaría la
primera ley de intersexualidad del mundo en el
Senado de la nación argentina. Alemania ya había
permitido la inclusión de un tercer género, pero
reconocer la intersexualidad para evitar
operaciones de asignación sexual sin el permiso

243
La Revolución Secreta

expreso de quien sería intervenida, era algo más


complicado.
Nastia flameaba en su mano izquierda la bandera
intersexual australiana, de color amarilla con un
círculo morado. Un círculo que simbolizaba la
totalidad e integridad genital de las personas
intersex, respetando su autonomía corporal. Les
bebés intersex han sido sometidos a genitalicidios
por medio de cirugías normalizadoras o estéticas,
médicamente innecesarias, para construir
hombres con penes normales y mujeres con
vaginas normales.
Muchas de estas operaciones recurrentes han
acabado con suicidios de estas personas, en una
sociedad que solo acepta hombres o mujeres, pero
no otros géneros ni mucho menos sin género. Los
colores de la bandera a su vez simbolizaban el
rompimiento del azul para nenes y el rosa para
nenas. Nastia se identificaría con el género mujer,
pero sin operaciones genitales.

244
La Revolución Secreta

La revolución había comenzado también en


Jamalpur en aquella librería fundada por Kumar
en la que se encontraban las 7 mujeres para
organizar el gran ataque hacker a la central de
datos de Father G en el Mar de Barents. Nastia,
Kimani, Uma, Sarasvati, Harimaya, Aisha y
Chandra lo llamaban “el ataque a los datos
mojados”, ya que, la central estaba en las
profundidades del mar.
La revolución había empezado en aquel sillón
donde se sentaban Kimani a comer su helado de
frutilla, Aisha su helado de limón y Nastia su
helado de crema chai, preparado por Chandra, la
madre de la revolución, la madre de todas. Sí, la
líder de la revolución era una trabajadora
doméstica, con su vaca Kali, guardiana del hogar
y el perro Tao que Akiyama había traído. ¿Una
revolución sin animales? Esa época ya había
pasado. La mayoría de las revoluciones han sido
acompañadas por animales, desde caballos hasta

245
La Revolución Secreta

elefantes. Y muchas de ellas han acabado también


con numerosas especies.
Cuando el ser humano abandona África para
llegar a la isla de Australia, acabó con toda su
biodiversidad, desde canguros de 2 metros que
pesaban 200 kilos hasta el diprodonte, el mayor
marsupial de toda la historia con más de dos
toneladas y media. Muchas especies
desaparecieron en América del Norte y América
del Sur, al tiempo que los humanos habitaron
estos lugares. Decenas de mamíferos y especies de
millones de años de evolución, como el felino
dientes de sable. No ha sido consecuencia de
catástrofes climáticas, sino de la presencia
humana en estos pedazos de tierra20. La
humanidad tiene una gran deuda para con el
mundo animal. Una verdadera revolución debe
inevitablemente estar acompañada de animales.
Hoy entonces, acompañan al movimiento hacker
20Del libro “De animales a dioses. Breve historia de la humanidad”,
escrito por el historiador israelí Yuval Noah Harari.

246
La Revolución Secreta

20-30 en Jamalpur, un perro llamado Tao y la ya


famosa vaca Kali de Chandra.
La revolución había comenzado también cuando
una noche Harimaya se sienta del lado de la
lámpara izquierda donde estaba el libro de
Kumar, regalado por Nastia, a quien se lo
obsequió Mohamed, quien lo consiguió de algún
modo aún incierto. En verdad, los dos libros
juntos estaban en la mesa de luz, el de Kumar y
el que Akimaya -su hermano chino- había
comprado cuando se encontró en Rusia con
Chandra.
La revolución no tenía en sí misma ni comienzo
ni final. Esta revolución era mundial y local al
mismo tiempo. Esta revolución estaba otorgando
a les humanes capacidades divinas para crear vida
y capacidades malévolas para destruirla. Eran
necesarios menos transgénicos y más
transgéneros. Esta revolución les hacía optar cuál

247
La Revolución Secreta

querían, porque revolución habría, aunque por


largo tiempo la evitaran.

248
La Revolución Secreta

Capítulo 21

La bandera intersex

Los eventos climatológicos de las décadas del ‘20


y ‘30 condenaron a ciudades enteras bajo el agua.
Las metrópolis ya no eran el lugar de la nueva Era
que se avecinaba. Se necesitaba vivir de otras
formas y en otras partes. La naturaleza les
enseñaba eso cada vez que gritaba sobre sus

249
La Revolución Secreta

paraguas o reclamaba bajo sus zapatos. Las


grandes ciudades estaban destinadas al colapso
urbano o a la catástrofe socio-ambiental. No había
opciones. La ciudad estaba matando al campo, el
agua a la ciudad y los hombres a las mujeres. El
secreto que Parvati le susurró a Sami se volvía
cada vez más importante. Concentrarse en la
meta y luchar por la justicia. Así había que
comenzar cada día…
Siete de la mañana en Chile. Las tribus
comienzan a cruzar el río al grito de Baba Nam
Kevalam. Siete de la mañana en India, las mujeres
de la librería de Jamalpur logran ingresar al
sistema de la central de datos en Mar de Barents.
La revolución estaba comenzando o terminando,
no lo sabremos. Pero, esta ha sido la historia de
la Revolución de Lichavi. Siete mujeres fueron sus
protagonistas, quienes me ocultaron un antiguo y
moderno secreto.

250
La Revolución Secreta

Lichavi es la sigla compuesta por las iniciales de


las 7 personas, seis australianas y una rusa,
quienes participaron de mi aplicación o juego.
Siete personas intersexuales que se conocían solo
virtualmente de una página web en la que
debatían sobre intersexualidad. Sus nombres son
Lily, Iraia, Charlotte, Hannah, Abigail, Viveka e
Isabella.
Y las 7 mujeres de Jamalpur son sus personajes
principales creados por elles, quienes
deambularon entre 12 rebeliones: Kaoloon,
Bhopal, Mar de Barents, Brasil, Egipto, Sahara,
Oymyakon, Argentina, Palestina, El Congo,
Tombuctú y Jamalpur.
Tras encontrarse y conocerse a través de mí,
decidieron juntar sus vidas y crear una pequeña
comunidad ecológica en la provincia de Córdoba,
Argentina. Sus destinos permanecen aún inciertos
para mí.

251
La Revolución Secreta

La revolución fue secreta, como en la librería de


Jamalpur, o en la gran tribu de Brasil. O por qué
no, como en la comunidad intersex construida
entre las montañas cordobesas. Les siete tienen
derecho a tener derechos en un mundo que
basado en el placer condena a otres al más
silencioso sufrimiento. No existe libertad del alma
si el cuerpo está esclavizado.
Pero, fue Viveka quien inició la revolución de
Lichavi, al dejar un libro en el sillón de una
pequeña librería rusa, para que alguien lo tomara
y leyera. Ese libro era “El amor de las abejas
obreras”, de Alexandra Kollontai. Cuántas
repercusiones pueden tener nuestras pequeñas
acciones, ahora lo confirmo. Era la condición que
les pedí al principio a mis participantes: un hecho
en la vida real desde el cual desencadenar el resto
de los actos.
Cada mínimo detalle puede convertirse en semilla
potente y latente de una posible rebelión. Cada

252
La Revolución Secreta

palabra escrita o narrada puede movilizar los más


intensos deseos de liberación. Tal vez, hay miles
de Mohamed esperando encontrar un libro que le
dé sentido a su lucha. Tal vez, hay miles de libros
esperando que un Mohamed les dé sentido a sus
palabras. O tal vez, la revolución no está en los
libros, aunque de ellos pueda nacer.
Siete familias, simulando la antigua República de
Lichavi en la India; unidas no por su tierra, no
por su nación, no por su religión, sino por una
idea en común. Tal vez, una de las primeras
democracias formales de la Tierra.
Los sistemas políticos humanos son paradójicos.
En la Grecia clásica, existía una especie de
democracia directa y, sin embargo, mujeres,
extranjeros y esclavos no podían participar de las
decisiones públicas. En el mundo moderno, los
asuntos políticos son decididos por unos pocos, y
les esclaves deambulan a escondidas, en una
modernidad que se avergüenza de su pasado aún

253
La Revolución Secreta

presente. La democracia es así la base política del


capitalismo. Solo una verdadera democracia
económica puede ayudar a liberar a los pueblos.
Tal vez, ese era el secreto de la revolución
organizada por mis participantes. Tal vez, ese era
el misterio de la nueva Era propuesta por elles: el
vivir en comunidad, nada más difícil y sencillo
que el vivir en comunidad, de un modo
autosuficiente. Y a partir de allí, luchar por sus
derechos.
O tal vez, simplemente, lo que me propusieron
como condición al iniciar esta revolución, fue
saber si yo podría narrar sus historias sin usar
nunca el pronombre masculino “ÉL”.
-----------------------------------------------------------------
Mientras, las tribus indígenas se están por
enfrentar a los militares en los límites entre
Argentina y Chile. Y las 7 mujeres hackers del
movimiento MM 20-30 están por llevar a cabo el

254
La Revolución Secreta

mayor golpe cibernético que haya conocido la


historia humana.

Pueden escoger:
Finalizar la revolución
o
Que continué…

255
La Revolución Secreta

256
La Revolución Secreta

Para musicalizar la lectura de esta novela


Puedes escuchar y al tiempo que lees, experimentar la
música que el autor utilizó para escribir esta novela*.
1. Diáspora (Tribalistas)
2. Miracle (Sarah Brightman)
3. Adagio (Sarah Brightman)
4. Fleur du mal (Sarah Brightman)
5. Veridis Quo (Daft Punk)
6. Within (Daft Punk)
7. Instant Crush (Daft Punk)
8. Es todo lo que tengo (Lisandro Aristimuño)
9. I feel it Coming (The Weeking)
10. Jungle (Tash Sultana)
11. Running with the Wolves (Aurora)
12. Lost on you (LP)
13. Paciência (Elza Soares)
14. A place in time (Bosshouse f. Amanda Abizaid)
15. Human (Rag'n'Bone Man)
16. Skin (Rag'n'Bone Man)
17. Son of Flynn (Tron Legacy)
18. Chains for the Sea (Halocraft)
19. Baba Nam Kevalam (Ambika en vivo)
20. Midnight City (M83)
21. Me llaman calle (Manu Chao)
22. I A Take Away Show (The Dø)
23. Copycat (Billie Eilish)
24. Eye of the Needle (Sia)
25. Kiss the Earth (Ajeet Kaur)
26. Todo homem precisa de uma mãe (Tom Veloso)
27. The trip (Still Corners)

*Los números no se corresponden con los capítulos

257
La Revolución Secreta

Sobre la Editorial Espacio Renacentista


Fundada formalmente el 11 de abril de 2018, cuando
obtuvimos el sello legal de editorial independiente, como
grupo nacimos en verdad meses antes, al reunirnos en
una casa para comenzar este proyecto colectivo. De aquel
día hasta la fecha, logramos publicar 15 títulos en menos
de un año de trabajo y dedicación, lo cual nos hace sentir
muy orgulloses de lo que se puede generar con esfuerzo
y afecto colectivo.

Nuestro objetivo central al unirnos fue básicamente,


facilitar la publicación de su primer libro a autores
locales (y también de otras partes). Ello, a través de
confiar en su producción y permitirles un acceso
económico viable, ya que, el mundo editorial -por lo
general- o no acepta obras de autores en los cuales no ve
un rédito económico u ofrece condiciones de impresión
que requieren una inversión cuantiosa por parte de las y
los autores, que no todes tienen.

Nosotres queríamos renacer esa literatura que quedaba


escondida en las habitaciones o computadoras de sus
escritores esperando darse a luz. También, renacer toda
aquella literatura que se ha ido perdiendo, o que su
lectura ha caído en desuso, comida por la vorágine de lo
moderno y comercial. Por ello, basándonos en el
concepto de “Renacimiento” del pensador indio Prabhat
Ranjan Sarkar (1921-1990) fundamos este proyecto
colectivo. Somos un grupo de editores independientes,
siempre aprendices de la lectura, la escritura y la edición.

258
La Revolución Secreta

Capítulos

1. Ellas. 7
2. Proyecto Zaia. 11
3. La librería de Kumar. 17
4. Las MM 20-30. 33
5. Mar de Barents. 39
6. La rebelión fría. 47
7. La ciudad oscura. 63
8. El desastre de Bhopal. 75
9. Detrás del Muro Marroquí. 81
10. La maldición del Congo. 97
11. La Biblioteca de Tombuctú. 109
12. La mezquita de las mujeres. 115
13. Palestina y las tonalidades de la ira. 123

259
La Revolución Secreta

14. La Gran Tribu. 143


15. La vaca Kali. 165
16. La estación de tren. 185
17. Akiyama y Mohamed. 199
18. La madre saharaui. 205
19. La rebelión de Parvati y Sami. 211
20. El pañuelo gris. 235
21. La bandera intersex. 249

260
La Revolución Secreta

Todos los derechos reservados


espaciorenacentista@gmail.com

261
La Revolución Secreta

Esta obra se terminó de imprimir


durante el mes de enero de 2019
en la Ciudad de Córdoba, Argentina,
por Gráfica del Sur

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