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Introducción .......................................................................................................................... 2
Iuspositivismo ....................................................................................................................... 2
Primer Argumento................................................................................................................................ 4
Iusnaturalismo ...................................................................................................................... 7
Primer Argumento................................................................................................................................ 8
Bibliografía .......................................................................................................................... 20
Introducción
En este ensayo, se analizará la sentencia proferida por la Corte Suprema de Justicia de los
Estados Unidos de América sobre el caso Loving et ux. v. Virginia del año 1967 a la luz de dos de
aplican sus fundamentos y principios al caso analizado. Para esto se realizará en la primera parte
del ensayo una evaluación del caso desde cada una de las perspectivas, teniendo en cuenta sus más
procederá a analizar el caso con más detalle, desde los planteamientos de dos de los representantes
más significativos de cada corriente, Hans Kelsen y Herbert Hart por parte del iuspositivismo y
Iuspositivismo
alta cantidad de defensores. Definir con exactitud lo que es el positivismo jurídico es una tarea
difícil puesto que han sido muchos los juristas y teóricos que han aportado sus interpretaciones y
pensamientos a la formación de esta corriente de pensamiento. De allí que se haya formado una
obstante, para permitir el análisis que se pretende en este ensayo, se describirán a continuación los
rasgos más generales del positivismo jurídico y se intentará esbozar una definición del
la moral que éste propone. En otras palabras, el positivismo jurídico defiende la idea de que no
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existe una relación necesaria o lógica entre lo que es la norma y lo que debería ser (Miss, 1981).
Para los positivistas, el criterio que da validez a una norma no es su relación o cercanía con la
moral sino el hecho de que ésta haya sido dictada por un poder soberano. A diferencia del derecho
natural, que da gran importancia a un bien común o conjunto de valores universales que pueden
considerarse como justos, el iuspositivismo es una visión mucho más formal del derecho que no
tiene como objetivo alcanzar un fin inmanente, es decir, no es trascendental (Marcone, 2005). La
distancia existente entre la moral y las normas jurídicas mencionada anteriormente, ha sido
ausencia de una relación entre las normas y la moral (Christiano & Sciaraffa, 2003).
La idea de una separación entre lo moral y lo legalmente válido va más allá de los primeros
promotores del positivismo jurídico. Una de las primeras personas en definir dicha separabilidad
fue el filósofo griego Aristóteles, quien diferenciaba entre lo que era “legalmente justo” y lo
“equitativo” (Priel, 2015). Para Aristóteles, una ley podía ser “legalmente justa”, es decir,
obstante, algunos de los defensores más recientes del iuspositivismo como Hart y Kelsen,
defienden de manera acérrima el ideal de que el derecho está desligado casi en su totalidad de
cualquier clase de ley humana o universal. Para ellos, el derecho es una práctica que puede ser
explicada a través de las actitudes humanas que la constituyen y su estudio no debe estar basado
aspectos como las relaciones lógicas existentes entre la ley, la obligación, la coerción, entre otras
(Priel, 2015).
En conclusión, el positivismo jurídico nace como una contraparte de la concepción que los
naturalistas tenían del derecho, con el objetivo de solucionar las fallas que los positivistas
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identificaban en su teoría. El pensamiento “Bien o mal, es ley” o la expresión “dura lex sed lex”
existencia de conductas anárquicas que el mundo de morales no coercitivo del iusnaturalismo deja
abierta y hace del derecho, algo más práctico y definido, no trascendental (Ferreira Da Cunha,
2013).
Primer Argumento.
puede concluir que la sentencia proferida por la Corte Suprema de los Estados Unidos se alinea
perfectamente con lo que el positivismo jurídico plantea. El ordenamiento jurídico de los Estados
Unidos y sus normas escritas y consignadas en la Constitución deben primar por encima de
cualquier juicio de valor. Sin importar lo que se pueda llegar a considerar como correcto en
términos religiosos en cuanto a la unión marital interracial, las leyes escritas, es decir, el derecho
positivo, son las que se deben hacer valer al momento de dar una sentencia. Por esta razón, un
defensor del iuspositivismo estaría de acuerdo con la decisión de la Corte Suprema de determinar
la pareja Loving como ilegal basándose únicamente en las leyes estatales y pasando por encima de
la Constitución y las leyes federales que prohibían la discriminación racial, sin justificación
racional, de toda ley escrita. A pesar de que el estado de Virginia contaba con un buen argumento
poder estatal, basándose en lo que la décima enmienda define como “los poderes no delegados a
los Estados Unidos por esta Constitución, ni prohibidos por ella a los estados, están reservados a
los respectivos estados o al pueblo.” (Legal Information Institute, n.d), dicho estado fallaba en su
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interpretación de la Cláusula de Protección Igualitaria contenida en la decimocuarta Enmienda, al
considerar que el trato igualitario al cual se refiere la cláusula, se trataba de una aplicación
igualitaria de las penas y no de un trato igualitario del derecho en sí. Por dicha razón, a pesar de
que, según la jurisprudencia americana y sus leyes escritas, el estado de Virginia estaba facultado
para regular el matrimonio sin la intervención federal, al violar uno de los principios básicos de la
en caso de existir cualquier tipo de contradicción entre las leyes estatales y federales, éstas últimas
deberán ser tomadas como supremas y prevalecerán por encima de las estatales (Legal Information
Institute, n.d).
No obstante, es importante resaltar que aun cuando la ley escrita tiene mayor relevancia
para el positivismo jurídico que los valores universales defendidos por el Derecho Natural, el
morales. Circunstancia que en el caso en cuestión se da puesto que, como la Corte Suprema lo
expresa, los Estados Unidos son “un pueblo libre cuyas instituciones se basan en la doctrina de
igualdad” (Corte Suprema de los Estados Unidos, 1967), es decir, la Corte, en su decisión, se basa
en un ordenamiento jurídico que, aunque creado por el hombre, está basado en un conjunto de
principios e instituciones de carácter superior, siendo éstas, entre otras, el principio de igualdad
entre ciudadanos.
Segundo Argumento.
El principio moral de carácter teológico sobre el cual están basadas las leyes que prohíben
las uniones civiles entre personas de diferentes razas en el estado de Virginia, aunque válido para
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dicha sociedad, es subjetivo. Lo que es correcto para una sociedad, puede ser considerado como
inmoral para otra o incluso para la misma en un momento diferente de la historia. Es por esa razón
que el iuspositivismo, más allá de debatir si una norma es justa o no, determina que toda norma es
válida siempre que sea dictada por un poder soberano. La definición que el jurista mexicano
como la de que éste, para ser tal, deba realizar la justicia, la libertad o el bien común.
Máynez, 1968)
Siempre que una norma haya sido formulada por dicho poder soberano de una manera
formal, no hay lugar para discusiones o interpretaciones morales de las conductas humanas. De
acuerdo a esto, un defensor del positivismo jurídico estaría en contra de la sentencia proferida en
primera instancia por el tribunal de circuito del condado de Caroline en la medida en que éste basó
su decisión en una interpretación moral del caso de carácter teológica. Aunque haciendo uso de
este mismo argumento, se podría considerar como válida la ley del Estado de Virginia puesto que
Unidos. En ese orden de ideas, aunque la ley del Estado de Virginia es ley, sin importar su carácter
inmoral o injusto (“dura lex sed lex”), la cuestión que prima en esta situación es la supremacía de
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la constitución y, por lo tanto, la ilegitimidad e inconstitucionalidad de la ley en cuestión tomando
Iusnaturalismo
con la creencia de que existen, por encima de las leyes creadas por el hombre, ciertos principios
de derecho natural. Estos principios de moralidad son inmutables y eternos, contrariamente a las
leyes humanas que pueden cambiar de una comunidad a otra y de tiempo en tiempo. Las leyes
humanas que se encargan de regular los asuntos más elevados o importantes de la comunidad
deben estar de acuerdo con los principios del derecho natural. En consecuencia, la validez
jurídica de las leyes creadas por el hombre depende necesariamente de lo establecido en tales
principios” (2006).
Romano. La corriente coge fuerza a lo largo del tiempo, y es cómplice de la creación de los
derechos naturales en el siglo XVII y XVIII. Después de recibir diversas críticas, resurge durante
la Segunda Guerra Mundial dándole credibilidad a su método (Bonorino & Peña, 2006).
El trabajo se basará en esta definición dada por la Escuela Rodrigo Lara Bonilla, pues
encontrar una definición universal del iusnaturalismo es una tarea complicada. Sin embargo, hay
varios atributos que toda definición del derecho natural posee. En todos los intentos por definirlo
aparecen los conceptos de moral, principios, valores inalienables, y se recalca que estos están por
encima de toda ley escrita. Grandes teóricos como Locke y Hobbes fueron en su momento fieles
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Argumentos del Iusnaturalismo
Primer Argumento.
Si el iusnaturalismo “se compromete con la creencia de que existen, por encima de las
leyes creadas por el hombre, ciertos principios de derecho natural” y “estos principios de
moralidad son inmutables y eternos…” (Bonorino & Peña, 2006), un hipotético defensor del
iusnaturalismo podría decir que la decisión tomada por la Corte Suprema de Justicia es injusta y
errónea.
Para efectos de contexto, vale la pena explicar que la esclavitud en el estado de Virginia
duró casi doscientos años hasta que finalmente fue abolida en 1808 por el Artículo 1, Sección 9 de
la Constitución de los Estados Unidos (Frey, 1983); es decir, la esclavitud había sido aceptada en
ese mismo territorio hace alrededor de 150 años, lo cual es relativamente poco en razón del cambio
de concepción Virginiano sobre las personas de color. Bajo esta premisa, si esta persona defensora
del iusnaturalismo creció en Virginia, bajo el seno de una familia conservadora del siglo XX y fue
criado con bases netamente cristianas, este individuo podría estar de acuerdo y adherirse con el
pensamiento del juez del estado de Virginia quien aclama con furor que “Dios Todopoderoso creó
las razas blanca, negra, amarilla, malaya y colorada, y las ubicó en diferentes continentes. De no
ser por la intromisión en su arreglo, no habría lugar a tales uniones. El hecho de que haya
separado las razas demuestra que no era su voluntad que las razas se mezclaran” (Corte Suprema
de los Estados Unidos, 1967). Para este defensor del iusnaturalismo su moral y valores están
jerárquicamente por encima de toda ley escrita, pues para el derecho natural el ordenamiento
origen de los derechos humanos no reside en la ley positiva, sino que parte de la naturaleza propia
del ser humano, una naturaleza que es superior y precedente a cualquier ley positiva (Forte, 1978).
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El sistema jurídico para el iusnaturalista se crea a favor del derecho natural para intentar
satisfacerlo, pero no para circunscribirlo (Marcone, 2005). Por ende, debido a que dichos
principios morales fueron fundados de una forma específica en un individuo, éste, consecuente a
su formación, va a creer que la moral y principios inculcados de que, según Dios el matrimonio
interracial debe estar prohibido porque así lo quiso el Señor, son unos dogmas que deben
prevalecer por sobre toda norma creada. Por lo anterior, el hombre podría estar en desacuerdo con
la sentencia y alegar que va en contra de los principios morales del derecho natural.
Segundo Argumento.
concepto de iusnaturalismo, un hipotético defensor del derecho natural podría estar de acuerdo en
su totalidad con la sentencia dictada, declarando al igual que la corte inexequible la ley 22-59 del
estado de Virginia que prohíbe el matrimonio interracial, “Pena por casamiento. Si una persona
blanca se casara con una de color, o si una persona de color se casara con una persona blanca,
éstas serán culpable de un delito, y será sentenciado a prisión por no menos de uno y no más de
cinco años” (Corte Suprema de los Estados Unidos, 1967). Este individuo iusnaturalista pudo
haber nacido en el estado de Vermont que es el estado con mayor índice de ateísmo (34%) de
Estados Unidos (Smith, 2011), en un ambiente liberal, ateo y meramente científico en el que se le
inculcaran las ideas de que las evoluciones del ser humano se han dividido a través del tiempo,
pero que todos los seres humanos vienen de un mismo origen (Keith, 1928). Asimismo, esta
persona pudo ser fundamentada en que todos los seres humanos son iguales y deben ser tratados
de tal forma porque así le quisieron enseñar sus tutores de vida o así operaban las personas que lo
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consecuencia, al esta persona estar atada a estos valores que le fueron infundidos y grabados en su
mente, va a actuar concorde a estos y por ende defenderá su postura expresando que la sentencia
que dictó la corte es legítima, pues no concibe cómo un estado como Virginia podría determinar
que no puede existir el matrimonio interracial con la premisa de mantener pura la raza y el pretexto
de que “Dios Todopoderoso creó las razas blanca, negra, amarilla, malaya y colorada, y las ubicó
uniones. El hecho de que haya separado las razas demuestra que no era su voluntad que las razas
A continuación, se procederá a un análisis más profundo del caso desde las interpretaciones
específicas de cuatro autores representativos de las corrientes de pensamiento que han venido
siendo tratadas en el ensayo. Como se mencionó previamente en el texto, a pesar de que, en cierta
medida es posible delinear unos principios fundamentales del derecho natural y el derecho
positivo, cada uno de los diferentes autores que han escrito acerca de la constante discusión y
definiciones y alcances tanto del iuspositivismo como del iusnaturalismo. Por esta razón, en la
siguiente sección se analizará lo sucedido en el caso entre los esposos Loving y el Estado de
Virginia desde las perspectivas de Hans Kelsen, Herbert Hart, John Finnis y Ronald Dworkin.
Para Hans Kelsen, un jurista austríaco del siglo XX, el positivismo jurídico es una corriente
completamente independiente a todo juicio moral. Esta ruptura entre la moral y el derecho es la
tesis principal de su obra más conocida “La Teoría pura del Derecho”. En dicha obra, Kelsen
busca responder a la recurrente pregunta “¿Qué es Derecho?” desde un punto de vista netamente
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jurídico y neutral, es decir, libre de cualquier influencia de otros estudios como la sicología, la
filosofía, la ética, etc. Para esto, Kelsen plantea en primera instancia que la percepción naturalista
de que toda norma, en especial el derecho positivo, nace de una ley humana que es superior y
universal, es totalmente errónea. Su crítica a esta idea se basa en que, para Kelsen, la noción de
moral es de carácter subjetivo y, por lo tanto, no puede ser aplicada universalmente (Saito, 2003).
El positivismo escéptico basa su visión del derecho en una serie de términos fundamentales
de los cuales hace uso para alcanzar una descripción neutral del derecho. Estos términos son: el
concepto de norma, la norma fundante básica (Grundnorm), el acto antijurídico, el deber jurídico
y el derecho subjetivo (Bonorino & Peña, 2006). Para Kelsen, una norma es un dictamen de cómo
voluntad cuyo sentido es a su vez un deber. Dicho deber es interpretado por Kelsen como un
comportamiento que es esperado del individuo. Otro aspecto relevante del concepto de norma de
Kelsen es su validez y los requisitos que llevan a ella. Para Kelsen, toda norma es válida siempre
que esta exista y haya sido postulada por una autoridad que garantice la coercibilidad de la norma
de forma válida y legítima. Para que una norma exista, debe desprenderse de una norma superior
que le antecede no sólo temporalmente sino, por consecuencia, jerárquicamente. No obstante, con
el objetivo de prevenir una cadena sin fin de normas conectadas a normas superiores, Kelsen
plantea el concepto de norma fundante básica la cual, aunque no hace parte como tal de un
ordenamiento jurídico, es aquella que da partida a todas las demás normas que componen un
sanciones por parte de la autoridad lo cual que permite introducir el tercer término de los cinco
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mencionados anteriormente, el acto antijurídico. El acto antijurídico se define como la conducta
que va en contra de una norma y por consecuente acarrea una sanción. Para Kelsen es importante
garantizar que la descripción de un acto antijurídico esté exenta de todo juicio moral o subjetivo.
Por último, los conceptos de deber jurídico y derecho subjetivo nacen del acto antijurídico puesto
que el primero puede ser considerado como la acción opuesta al acto antijurídico, es decir la
conducta o el comportamiento que debe tener el individuo para así no incurrir en el acto y ser
sancionado mientras que, por otro lado, el derecho subjetivo es la prerrogativa con la que puede
contar una persona en relación con otra que cuenta con una obligación jurídica hacia la primera
(Stranziger, 1977).
Así pues, habiendo aclarado con detalle el positivismo jurídico desde la perspectiva de
Hans Kelsen, se procede a analizar el caso en cuestión desde dicho punto de vista. Desde la
perspectiva del positivismo escéptico, Hans Kelsen o cualquier defensor de esta corriente, estaría
de acuerdo con la decisión tomada por la corta. No obstante, se encontraría en desacuerdo con
acuerdo con la sentencia proferida por la Corte Suprema basándose en la validez de las normas
que ésta utilizó para sustentar su decisión. En este caso, el acto antijurídico en cuestión sería el de
la decisión del Estado de Virginia de desconocer y anular el matrimonio de la pareja Loving, así
como también privarlos de su libertad. Dicho acto antijurídico podría ser considerado como tal
debido a que es una conducta que supone una contradicción de las normas válidas del
ordenamiento jurídico americano, las cuales, en el caso de la sentencia, son aquellas postuladas en
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es aplicable puesto que, a pesar de que las normas del Estado de Virginia son completamente
válidas desde una perspectiva Kelseniana, la Constitución federal puede ser considerada como ley
matrimonio como legal y la obligación jurídica del Estado de Virginia sería asegurarse de
No obstante, un defensor del positivismo escéptico diferiría con la sentencia dada por la
Corte en la medida que esta, como se citó anteriormente en el ensayo, sustentó su decisión no sólo
en lo dictaminado por la ley, sino también en una apreciación del Estado americano como un
“pueblo libre cuyas instituciones se basan en la doctrina de igualdad” (Corte Suprema de los
Estados Unidos, 1967), afirmación que, en cierta medida, permite asumir que la Corte Suprema
basó su decisión parcialmente en un conjunto de valores morales, los cuales, bajo la visión del
Sobre el positivismo metodológico de Hart, se puede decir que su principal aporte es el del
acercamiento de la teoría clásica del positivismo, planteada por juristas como Bentham y Kelsen,
trabajos fue el de tomar los principales fundamentos del iuspositivismo planteado hasta ese
momento, contrastarlo con sus críticas más frecuentes e intentar diseñar una teoría que, aunque
fiel a los supuestos del positivismo jurídico, se asemejara más a las realidades del mundo (Saurer,
2012).
Para alcanzar dicho objetivo, Hart partió desde lo que él consideraba como el principio
básico del iuspositivismo, el planteamiento realizado por John Austin “La existencia de la ley es
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una cosa: su mérito o demérito es otra” (Austin & Rumble, 1832). No obstante, a pesar de
compartir dicho pensamiento, Hart, sin definir la moral como parte del derecho, abrió la
posibilidad de que la moral tuviera, en efecto, cierta influencia en él. Es decir, a pesar de reconocer
que ambas disciplinas eran totalmente diferentes, Hart, a diferencia de Kelsen, decidió no descartar
por completo el impacto que la moral pudiese tener sobre el derecho y sus normas (Saurer, 2012).
la validez legal a través de la simple obediencia. Para Hart, la teoría imperativa que había sido
tratada por los juristas que le antecedieron en la cual, la validez de una norma estaba dada
las democracias de su época debido al constante cambio de las autoridades legislativas. Como
solución, Hart desmintió la idea de que el soberano era el autor de toda norma y planteó una nueva
tesis donde eran las normas los artífices de los soberanos. En otras palabras, Hart le dio vuelta a la
relación de causalidad que se tenía entre los soberanos y las normas (Saurer, 2012).
Finalmente, la herramienta que Hart utiliza para superar la teoría imperativa mencionada
sistema está conformado por lo que Hart denomina como la “unión de reglas primarias y
secundarias”. Las reglas primarias son aquellas que proporcionan mandamientos e instrucciones
inmediatas a los sujetos legales, mientras que las reglas secundarias se refieren a la validez de las
y públicos. Por otro lado, las reglas secundarias están divididas en tres categorías distintas: las
reglas de cambio facultan a ciertas personas o instituciones para cambiar el inventario de las reglas
particularmente a través de los órganos judiciales. Por último, la categoría más importante dentro
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de las reglas secundarias es la regla de reconocimiento. Esta regla de reconocimiento decide, como
la última base de un sistema legal específico, qué normas forman parte de este sistema. Su función
la unión de la que Hart habla se basa en el hecho de que, en un sistema legal, las reglas primarias
(Gerstein, 1985).
Una vez definida en términos generales la teoría del positivismo metodológico de Herbert
Hart, se puede proceder a analizar el caso de la pareja Loving contra el Estado de Virginia en virtud
de dicha teoría.
aspectos principales sobre los cuales es relevante discutir debido a que enriquecen el análisis que
las normas jurídicas empleadas para la solución del conflicto. Lo que la teoría de Hart logra
adicionar a la ya recurrente conclusión de que la sentencia dada por la Corte está completamente
fundamentada en los principios del positivismo jurídico es que, más allá ser una decisión válida
analizada desde el criterio netamente legal y neutro de Kelsen, se puede añadir que las leyes que
fueron utilizadas para dar sentencia, aunque creadas por los hombres, están basadas en una serie
de principios morales que buscan defender la justicia. Dichos principios morales de igualdad entre
todas las personas, como lo plantea Hart, a pesar de no hacer parte como tal de la norma, facilitaron
su creación.
El segundo aspecto sobre el cual es posible discutir y argumentar desde la perspectiva del
de Derecho” de Hart. Como reglas primarias de obligación pueden ser consideradas las leyes del
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Estado de Virginia, tanto aquella que prohíbe el cruce de razas (Art. 20-59) como la ley que castiga
la acción de salir del Estado de Virginia con el propósito de violar la ley (Art. 20-58). La razón
por la cual estas dos leyes pueden considerarse como primarias es debido a que ambas dan una
orden a los ciudadanos del estado y el incumplimiento de la orden da lugar a una sanción. Por otro
lado, tanto la “Cláusula de Supremacía” como la “Cláusula sobre Protección igualitaria” pueden
Supremacía” la distinción como norma secundaria de reconocimiento es sencilla puesto que dicha
ley aclara la falta de certeza que puede surgir en el caso de que una ley contemplada en el
ordenamiento jurídico de un estado vaya en contra de otra ley contenida en la Constitución de los
distinción como norma secundaria de reconocimiento se debe a que ésta describe el trato igualitario
al cual la nación se compromete a someter a sus ciudadanos sin importar ningún tipo de
característica discriminatoria.
Tradicional. En esta, lo que más se resalta es su teoría de que se debe configurar el derecho natural
como una serie de principios morales y que la función de estos principios es guiar el derecho
positivo (así como un instrumento para justificar el derecho natural), pero no proveer criterios de
validez jurídica. El derecho natural en vistas de Finnis es el grupo de principios que ordenan la
Los principios para el autor derivan de sus llamados “bienes básicos”. Estos se justifican
por sí mismos, y tienen valores objetivos que cualquier persona razonable los debería reconocer
como tal. Los bienes básicos son: el juego, el conocimiento, la vida, las experiencias estéticas, la
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amistad o sociabilidad, la religión, y la razonabilidad práctica. Esta última es la que forma el
carácter y lleva consigo nueve exigencias básicas para obtenerla; para efectos de practicidad, se
creó en favor de satisfacer el bien básico de la religión que “se trata de un bien cuyo contenido,
deberá́ ser determinado por cada persona, pues constituye la respuesta al interrogante sobre el
origen universal de las cosas” (Bonorino & Peña, 2006). En la religión cristiana se decía que “Dios
Todopoderoso creó las razas blanca, negra, amarilla, malaya y colorada, y las ubicó en diferentes
continentes. De no ser por la intromisión en su arreglo, no habría lugar a tales uniones. El hecho
de que haya separado las razas demuestra que no era su voluntad que las razas se mezclaran”
(Corte Suprema de los Estados Unidos, 1967). De acuerdo con este pensamiento, la constitución
de Virginia se creó a partir de una corriente moral específica para satisfacer los bienes básicos de
“Una ley injusta no es ley”, esta es la premisa que tiene Finnis para acatar o no las leyes
escritas. Por ende, la ley de prohibición matrimonios interraciales es derogada en 1967, pues la
sociabilidad práctica que se entiende como “un bien a través del cual se consigue la paz y la
armonía entre los hombres, y que consiste en la realización de actuaciones a favor de los
propósitos de otra persona por el simple bienestar de esa persona” (Bonorino & Peña, 2006), se
consideró como violada ya que esta ley vulneraba los propósitos de matrimonio de personas de
distinta raza.
satisfacer el bien básico de la sociabilidad práctica. Este fenómeno sucede dado que de acuerdo
con el tercer punto de Finnis sobre razonabilidad práctica que dice que “no se deben realizar
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preferencias arbitrarias entre personas en lo que atañe a la posibilidad de conseguir los bienes
esta exigencia, haz a los demás lo que quisieras que ellos hicieran contigo” (Bonorino & Peña,
2006), con seguridad a los blancos no les gustaría que no se pudieran casar entre sí. También la
ley termina siendo abolida por el séptimo punto de razonabilidad práctica que dice “Cuando se
ejecuta un acto se debe respetar cualquier bien básico que pudiera ser puesto en peligro al
hacerlo. No se deben cometer actos que por sí mismos causan daño” (Bonorino & Peña, 2006),
en el sentido de que el acto de prohibir el matrimonio interracial pone en peligro y vulnera el bien
básico de la sociabilidad.
El Iusnaturalismo Moderno alega que “existen pautas que son vinculantes para los jueces
y que determinan cuándo un juez puede rechazar o alterar una regla establecida y cuándo no
puede hacerlo. Esas pautas son los principios jurídicos” (Bonorino & Peña, 2006), y por ende el
positivismo debería reconocer estos principios como parte integral del derecho y obligando desde
de reglas y que su demanda no permite relacionarlas a unos principios jurídicos. Por tanto,
En vistas a los casos difíciles, Dworkin dice que sí hay una respuesta correcta (mejor
fundamentada) en un caso difícil. Dice que como los jueces son simples mortales y no tienen una
verdad absoluta en sus manos, estos deben considerar que la respuesta correcta será aquella que
esté respaldada con mejores fundamentos. En la pugna entre la familia Loving y el estado de
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Virginia, se evidencia cómo los jueces se enfrentan a uno de estos llamados casos difíciles. Según
Ronald no hay un juez, en este caso los jueces de la corte suprema, que sea capaz de tener en cuenta
todos los materiales relevantes y toda la vista periférica de los distintos contextos que se podrían
producir jurídicamente, es decir, que no existe un juez mundano que tome una decisión correcta
absoluta. Los jueces, su señoría Warren y Stewart, no pueden tener la decisión correcta y absoluta
sobre abolir la ley de Virginia que prohíbe el matrimonio interracial; empero, tomaron la decisión
específico.
En torno al principio legislativo de integridad, Dworkin propuso que, así como los que
prohibieron el matrimonio interracial, los legisladores traten de hacer del conjunto total de derecho
un conjunto moralmente coherente. Mientras tanto, el principio judicial de integridad exige a los
jueces, tales como su señoría Warren y Stewart, que resuelvan los casos difíciles como el estudiado
los ponderados por los jueces de la corte suprema, que permita dar cuenta de los derechos y
deberes, en este caso el derecho al matrimonio interracial, que tienen los miembros de esa
comunidad.
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