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Bogotá

VIVIANA RIVERA R.

Teniendo en cuenta el texto de apoyo y los dos videos, relaciona los temas y
elabora un breve resumen de los cinco puntos planteados en la lectura: “Zizek
contra los Derechos Humanos

1.- SIN LIBERTAD DE ELECCION

El autor critica a continuación la libertad de elección como presupuesto de los


derechos humanos en la medida en que las condiciones en las que se toma dicha
elección son tan estrechas que hacen que la elección no sea libre. Tomando esta
vez el ejemplo de las mujeres de religión musulmana, afirma que la decisión de
algunas de ellas de llevar el velo es fuente de subordinación porque la única
elección libre para los liberales es, en realidad, aquélla des-incardinada de los
particulares mundos de la vida ya que cuando las personas asumen fuertes
convicciones religiosas son inmediatamente acusadas de fundamentalismo.

Es más, la lógica de la libertad de elección ha llevado, según Žižek, a la extraña


conclusión de considerar la extrema flexibilización del mundo laboral como el
espacio de multiplicación de los espacios de elección: “Si este razonamiento te
asusta, los ideólogos de la “segunda modernidad” concluirán que quieres “escapar
de la libertad”, que estás unido inmaduramente a las viejas formas de estabilidad”

2.- LA POLÍTICA CONTRA EL GOCE

El goce es causa y efecto que como petitio principii legitima y reproduce la


sociabilidad, o sea, la intersubjetividad. Es el designante rígido que funciona como
fantasía la cual no se interpreta, sino que es atravesada (Žižek, 2003b: 173) Es
decir, la fantasía dada en el goce es asumida como factor de sociabilidad. Por
tanto, es el punto ciego de un proceso de socialización que asume la cultura como
un sistema cerrado, el cual presupone su propia suplementariedad.
Dentro de la dinámica žižekiana, sin embargo, es claro que el goce, que es causa
y efecto, no es explícitamente el puente tendiente hacia la muerte. Por lo menos,
no es el puente hacia la muerte bio-lógica, pero tal vez sí hacia la simbólica.Para
esto, el superyó crea un hedonismo que “combina el placer con la restricción (…)
la cosa misma que causa el daño debe ser ya la medicina que lo cura” (Žižek,
2006b: 134). Así, el castigo va inserto en el mismo sitio del placer: la muerte es
lenta y dolorosa.
3.- ¿DEFENSA CONTRA EL PODER?

Con esta crítica en mente, Žižek plantea la reasunción del concepto de clases
sociales (the working class) 18 debido a que “La política posmoderna lógicamente
acepta la airmación que ‘las clases sociales han desaparecido’ y su corolario, la
creciente irrelevancia de los antagonismos de clases tout court” (2000: 39).19 O
sea, la posmodernidad desplaza el antagonismo interclasista hacia los conlictos
identitarios, dentro de las actuales sociedades consumistas, con lo cual el punto
por discutir no es la repartición de la riqueza, sino la tolerancia y la solidaridad
como medios para superar las diferencias:20 “En el nuevo vocabulario, los
problemas de la explotación de clases es transformada en una problemática
culturalista de ‘intolerancia del Otro’ (Žižek, 2000: 44).21.

Hasta aquí, Žižek se presenta de manera muy coherente, debido a que lo


simbólico (el imperativo social) aparece como el elemento represor tanto en lo
individual (el goce), como en lo social (la posmodernidad y el multiculturalismo).
Pero, ¿de qué manera juegan un rol importante lo real y lo imaginario de la pensée
lacanienne dentro del pensamiento žižekiano? Esto es lo que veremos a
continuación.

4.- LA PUREZA HUMANITARIA

en el momento en que los derechos humanos se despolitizan, el discurso


relacionado con ellos tiene que cambiar: la oposición prepolítica entre el Bien y el
Mal debe movilizarse de nuevo. El actual «nuevo reinado de la ética», claramente
invocado, por ejemplo, en la obra de Ignatieff, descansa por consiguiente en un
gesto violento de despolitización, privando al otro discriminado de cualquier
subjetivación política. Y, como señala Rancière, el humanitarismo liberal à la
Ignatieff se encuentra inesperadamente con la postura «radical» de Foucault o
Agamben respecto a esta despolitización: la noción que estos autores presentan
de la «biopolítica» como culminación del pensamiento occidental acaba cayendo
en una especie de «trampa ontológica», en la que los campos de concentración
aparecen como destino ontológico: «cada uno de nosotros estaría en la situación
del refugiado de un campo. Cualquier diferencia entre democracia y totalitarismo
se desvanece y cualquier práctica política demuestra estar ya encerrada en la
trampa biopolítica».
Llegamos así a una posición «antiesencialista» convencional, una especie de
versión política de la idea foucaultiana de que el sexo está generado por la
multitud de prácticas de la sexualidad. El «hombre», el portador de los derechos
humanos, está generado por un conjunto de prácticas políticas que materializan la
ciudadanía; los «derechos humanos» son, como tales, una falsa universalidad
ideológica, que enmascara y legitima una política concreta del imperialismo
occidental, las intervenciones militares y el neocolonialismo. ¿Es esto suficiente,
sin embargo?

5-EL RETORNO DE LA UNIVERSALIDAD


Se ha propuesto una solución muy elegante a la antinomia entre los derechos
humanos, pertenecientes al «hombre como tal», y la politización de los
ciudadanos. Aunque los derechos humanos no se pueden plantear como un Más
Allá «esencialista» y ahistórico con respecto a la esfera contingente de las luchas
políticas, como «derechos naturales del hombre» universales exentos de historia,
tampoco deberían tacharse de fetiche reificado, producto de procesos históricos
concretos de politización de los ciudadanos. La diferencia entre la universalidad de
los derechos humanos y los derechos políticos de los ciudadanos no es, por
consiguiente, una diferencia entre la universalidad del hombre y la especificidad de
la esfera política. Por el contrario, «separa a toda la comunidad de sí misma».

Lejos de ser prepolíticos, los «derechos humanos universales» designan el


espacio preciso de la politización propiamente dicha; a lo que equivalen es al
derecho de universalidad como tal: el derecho del agente político a afirmar la no
coincidencia radical consigo mismo (en su identidad particular), a presentarse
como el «supernumerario», aquel sin un lugar adecuado en el edificio social; y por
consiguiente como agente de la universalidad de lo social en sí. Se trata, por
consiguiente, de una paradoja muy precisa, y simétrica a la paradoja de los
derechos humanos universales en cuanto derechos de aquellos reducidos a la
inhumanidad. En el preciso instante en que intentamos concebir los derechos
políticos de los ciudadanos sin referencia a los derechos humanos universales
«metapolíticos», perdemos la propia política; es decir, la reducimos a un juego
«pospolítico» de negociación de intereses particulares.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Documento de apoyo http://www.milenio.com/cultura/slavoj-zizek-devela-falsedad-libertad-eleccion
Zizek contra los Derechos Humanos
Video:
 Informe anual Amnistía Internacional 2016/2017 https://youtu.be/zB7cJSTgoE8
 Situación actual de los DDHH en el mundo: https://youtu.be/xgIpZvBt7V0

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