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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

TEMA:

CÁTEDRA : Derecho de Familia.


CATEDRÁTICO : Dr. Denjiro Del Carmen Iparraguirre
ALUMNAS : Apari Araujo, Carla.

HUANCAVELICA – PERÚ
2019A

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

DEDICATORIA

Agradecer a Dios por todo lo que he recibido y todo


lo que aún está por llegar. El presente trabajo va
dedicado a mi hijo quien es mi mayor apoyo, mi
familia que siempre están conmigo y al docente que
nos brinda nuevos conocimientos día a día, para
poder ser mejores cada día.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

Contenido
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 4

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA .................................... 5

1. PRINCIPIO DE PROTECCIÓN DE LA FAMILIA: ........................................................ 5

1.1. LA FAMILIA EN OTROS PAISES: ............................................................................ 7

1.1.1. BOLIVIA. ............................................................................................................. 7

1.1.2. BRASIL:................................................................................................................ 7

1.1.3. PANAMÁ: ............................................................................................................ 7

1.1.4. PERÚ..................................................................................................................... 8

2. PRINCIPIO DE PROMOCIÓN DEL MATRIMONIO: ................................................... 8

3. EL PRINCIPIO DE RECONOCIMIENTO INTEGRAL DE LAS UNIONES DE


HECHO:.................................................................................................................................. 11

3.1. NATURALEZA JURÍDICA DE LA UNIÓN DE HECHO: ...................................... 14

a) TEORÍA INSTITUCIONALISTA: ......................................................................... 14

b) TEORÍA CONTRACTUALISTA:.......................................................................... 14

c) TEORÍA DEL ACTO JURÍDICO FAMILIAR: ..................................................... 15

3.2. FORMAS DE RECONOCER LA UNIÓN DE HECHO ............................................ 15

a) NIVEL JUDICIAL: ................................................................................................. 15

b) NIVEL NOTARIAL ............................................................................................... 16

3.3. FILIACIÓN EXTRAMATRIMONIAL .......................Error! Bookmark not defined.

3.4. DISOLUCIÓN DE LA UNIÓN DE HECHO ..............Error! Bookmark not defined.

4. EL PRINCIPIOS DE PROTECIÓN ESPECIAL DE LA NIÑEZ, ADOLESCENCIA,


MATERNIDAD Y ANCIANIDAD: ...................................................................................... 17

4.1. PRINCIPIO DEL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO: .............................................. 18

4.2. PRINCIPIO DE PROTECCIÓN DEL CÓNYUGE MÁS DÉBIL ............................. 20

5. PRINCIPIO DE IGUALDAD DE LOS HIJOS FRENTE A LOS PADRES: ................ 21

CONCLUSIÓN ........................................................................................................................... 24

BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................... 25

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INTRODUCCIÓN
Los actuales principios del Derecho de Familia son fruto, entonces, de la incorporación
de las progresivas reformas enunciadas, las que han sido generadas a la luz de los tratados
sobre derechos humanos1. Estos últimos, en virtud de lo que dispone el artículo 5° de la
Constitución Política de la República, constituyen, por una parte, un límite al ejercicio de
la soberanía y, por otra, un deber del Estado y de sus órganos, de promover y respetar los
derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana2.

En este sentido, importa determinar en primer lugar qué entendemos por principio. De
esta manera, siguiendo a Ronald Dworkin, cuando hablamos de principios nos estamos
refiriendo a un estándar que ha de ser observado, no porque favorezca o asegure una
situación económica, política o social que se considere deseable, sino porque es una
exigencia de la justicia, la equidad o alguna dimensión de la moralidad3.

Para Miguel Cillero, en el marco de un sistema jurídico basado en el reconocimiento de


derechos, puede decirse que los principios son derechos que permiten ejercer otros
derechos y resolver conflictos entre derechos igualmente reconocidos4.

Para Robert Alexy, en tanto, los principios "son normas que ordenan que algo sea
realizado en la mayor medida posible, dentro de las posibilidades jurídicas y reales
existentes"5.

A continuación, se realizará un análisis de los nuevos principios del Derecho de Familia


y se propone la siguiente sistematización: principio de protección a la familia, promoción
al matrimonio, principio de igualdad (de los cónyuges y de los hijos), protección del más
débil (interés superior del niño y cónyuge más débil), autonomía de la voluntad y, por
último, el principio de intervención mínima del Estado.

1
Cfr. Declaración Universal de Derechos Humanos. Adoptada y proclamada por la Resolución de la
Asamblea General 217 A (III) del 10 de diciembre de 1948.
2
Lepin (2013a), Pp. 95-96.
3
Dworkin (1989), P. 72.
4
Cillero (2007), P. 133.
5
Alexy (2008), P. 67.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE


FAMILIA
1. PRINCIPIO DE PROTECCIÓN DE LA FAMILIA:
Cuando en el artículo 4 de la Constitución de 1993 se precisa que la comunidad y el
Estado protegen a la familia, resulta evidente que en el texto constitucional no se reconoce
un derecho subjetivo de la familia a ser protegida. Por el contrario, la familia se presenta
en la Constitución como tarea de la política social y económica de los poderes públicos,
es decir, como fin de estado.

La Constitución quiere proceder a trazar una barrera de protección alrededor de la familia.


Los materiales de esa barrera serán jurídicos, económicos y sociales. La familia aparece
así como instancia, cuya protección habrá de ser tarea de los poderes públicos.
La definición de cuáles son las tareas que los poderes públicos deben desplegar para la
efectiva protección, exige determinar, conocer cuál es el modelo de familia previsto en la
Constitución. Despejar esta incógnita jurídica se requiere para conocer los límites y las
garantías de esta protección constitucional y a quienes abraza, o a quienes, por el
contrario, deja fuera de este amparo jurídico.

Precisamente, en artículos anteriores estimamos haber precisado el modelo de familia de


la Constitución de 1993 y las implicancias de esa determinación. Por ello, hoy se puede
señalar que la familia que la Constitución ordena proteger es aquella iniciada o basada en
el matrimonio y en la convivencia more uxorio; con lo que no cabe diferenciar entre
familia matrimonial y familia extramatrimonial, pues la familia es una sola sin importar
su base de constitución.

La importancia de la familia queda consagrada en la mayoría de los tratados


internacionales sobre derechos humanos. Así, por ejemplo, la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, artículo 16.3, se dispone:

"la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a


la protección de la sociedad y del Estado" 6.

Por su parte, el preámbulo de la Convención sobre los Derechos de los Niños reitera el
deber de protección de la familia, al señalar:

6
En términos similares, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el artículo 23.1.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

"convencidos de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio


natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular
de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir
plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad".

Luego agrega:

"reconociendo que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su


personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad,
amor y comprensión".

Por su parte, nuestra Constitución Política de 1993, ya en el artículo 4°, prescribe:

“La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la


madre y al anciano en situación de abandono. También protegen la familia y
promueven el matrimonio (…)”

Para Javier Barrientos:

"la familia y la vida en ella constituyen un espacio vital en el que las personas
pueden perseguir y alcanzar 'su mayor realización espiritual y material posible' y,
desde esa perspectiva, la citada base de la institucionalidad que se declara en el
inciso 3° del artículo 1° de la Constitución Política de la República informa y
explica el que la familia ocupe un lugar central en el derecho de las personas, en
cuanto a que todas tienen un determinado status familiae" 7.

De esta forma, la familia es la institución que mejor cumple con las funciones esenciales
para el desarrollo de todo ser humano, a saber: la función biológica (sexual y
reproductiva), educativa (socializa a los niños en cuanto a conductas, hábitos y valores),
económicas (alimentación, salud, habitación, vestuario y recreación) y la función
protectora (seguridad y cuidados de sus integrantes, principalmente de los más débiles,
niños, ancianos e incapaces).

7 Barrientos (2011), p. 3.

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1.1. LA FAMILIA EN OTROS PAISES:


1.1.1. BOLIVIA.
En su Constitución Política, en su parte primera denominada “Bases fundamentales del
Estado, derechos, deberes y garantías”, título dos de “Derechos fundamentales y
garantías”, capítulo quinto “Derechos sociales y económicos”, sección VI “Derechos de
las familias”, artículos 66 a 72, establece que:

[…] el Estado reconoce y protege a la familia, a sus integrantes, que existe igualdad
de derechos, obligaciones y oportunidades entre todos sus integrantes así como a las
uniones de hecho que sean mantenidas por personas con capacidad legal, existe
igualdad entre los hijos que la ley protegerá el patrimonio de familia, el régimen de
seguridad social, la educación, la violencia intrafamiliar, lo mismo de los niños, niñas
y adolescentes, y buscará la protección del interés supremo del menor, debo hacer
notar que anterior a esta reforma en el año de 1995 se establecía la creación de un
código especial para regular las relaciones familiares.8

1.1.2. BRASIL:
Cuenta con un apartado especial, título VIII “Del orden social”, capítulo VII “De la
familia, del niño, del adolescente y del anciano”, artículos 226 al 230, reconoce:

[…] al matrimonio civil y otorga al matrimonio religioso efectos civiles, reconoce la


entidad familiar como unión estable entre el hombre y la mujer, establece los derechos
y deberes entre los cónyuge así como la igualdad entre los mismos, el estado brindará
asistencia para cohibir la violencia intrafamiliar, señala el deber de la familia,
sociedad y estado para que los niños y adolescentes tengan derecho a la vida, salud,
alimentación, educación, respeto, convivencia familiar y comunitaria así como su
protección contra toda discriminación, explotación y violencia, regula el respeto de
los mayores así como su derecho a la vida, su dignidad y a su participación en la
comunidad en general, teniendo una alta protección a la sociedad.9

1.1.3. PANAMÁ:
Su Constitución vigente, en el capítulo II “La familia”, de su título III “Derechos y
deberes individuales y sociales”, establece que:

8
Constitución Política de Bolivia.
9
Constitución de la República Federativa del Brasil.

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[…] el Estado protege al matrimonio, maternidad y la familia, que el matrimonio es


el fundamento legal de la familia descansando este en derechos iguales entre los
cónyuges pero también reconociendo la unión de hecho como integradora de una
familia, habla de los deberes y derechos que tienen los padres en relación con sus
hijos y del mejoramiento social y económico de la familia mediante la organización
de un patrimonio de familia y con la obligatoriedad del estado de crear un organismo
destinado a su protección.10

1.1.4. PERÚ
En su Constitución de 1993, artículo 4, establece que “la comunidad y el estado protegen
al niño, al adolescente, madre, anciano en situaciones de abandono, a la familia y
promueve el matrimonio como institutos naturales y fundamentales de la sociedad”; el
artículo 13 regula la “obligatoriedad de los padres de educar y participar en el proceso
educativo de sus hijos”, y el artículo 24 habla sobre “el derecho del trabajador para una
remuneración para él y su familia”.11

2. PRINCIPIO DE PROMOCIÓN DEL MATRIMONIO:


Entiéndase también como; la forma matrimonial y su influencia en el régimen de
invalidez del matrimonio.

De acuerdo al párrafo final del Articulo 4 de nuestra Constitución Política de 1993, se


desprende lo siguiente; significa que el matrimonio que debe promoverse es el celebrado
conforme a la ley civil; estableciéndose esta forma como única y obligatoria para alcanzar
los efectos matrimoniales previstos en la legislación. Ello no impide que en la ley se
contemple diversas maneras de contraer matrimonio, por cuanto al final siempre se lo
celebrará de acuerdo con la ley. Así, puede contemplarse una manera ordinaria de
contraerlo frente a una extraordinaria que, sustentado en determinadas circunstancias
excepcionales, justifique prescindir de algunos requisitos formales no esenciales. Tal es
el caso del matrimonio celebrado en peligro de muerte, del matrimonio civil comunitario
o de aquel contraído para regularizar una unión de hecho.

10
Constitución Política de la República de Panamá.
11
Constitución Política del Perú.

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El matrimonio alcanza consagración en los principales tratados sobre derechos humanos,


así, por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo
16.1, señala:

"los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción
alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia,
y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio
y en caso de disolución del matrimonio".

Y en el artículo 16.2, agrega:

"sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá


contraerse el matrimonio"12.

En España se ha sostenido:

"el artículo 12 del Convenio europeo para la protección de los derechos humanos
y de las libertades fundamentales, de 4 de noviembre de 1950, establece que 'a
partir de edad núbil, el hombre y la mujer tienen derecho a casarse y a fundar una
familia según las leyes nacionales que rijan el ejercicio de este derecho'. Esta
disposición ha llevado a considerar en algunos países que el derecho a contraer
matrimonio se incluye entre los derechos fundamentales del hombre, aunque
directamente no aparezca mencionado en la lista de los mismos"13.

Para concretar este principio, la Nueva Ley de Matrimonio Civil consagra una serie de
herramientas orientadas a obtener un consentimiento más serio e informado y para
procurar mantener o recomponer el vínculo matrimonial.

En primer lugar, aumenta la edad para contraer matrimonio, de doce años las mujeres y
catorce los hombres, a dieciséis años para ambos, considerando un mayor grado de
madurez psicológica y no solo la madurez sexual, en cuanto les habilita para procrear (art.
5 N° 2 de la NLMC).

12 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo 23.2.


13 Roca (1999), p. 93.

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En segundo lugar, privilegia la preservación del vínculo matrimonial como se desprende


de lo dispuesto en el art. 3° de la NLMC, regulando que, en los juicios de separación,
nulidad y divorcio,

"conociendo de estas materias, el juez procurará preservar y recomponer la vida


en común en la unión matrimonial válidamente contraída, cuando ésta se vea
amenazada, dificultada o quebrantada".

En el mismo sentido, el art. 67 de la NLMC dispone:

"solicitada la separación, sea que la demanda se presente directamente o de


conformidad al artículo 29, o el divorcio, el juez, durante la audiencia preparatoria,
deberá instar a las partes a una conciliación, examinando las condiciones que
contribuirían a superar el conflicto de la convivencia conyugal y verificar la
disposición de las partes para hacer posible la conservación del vínculo
matrimonial".

El ámbito de protección durante la vigencia del matrimonio se genera a partir de una serie
de efectos patrimoniales que la doctrina ha denominado estatuto protector del
matrimonio, que según Álvaro Vidal:

"confiere a ambos cónyuges una dosis de seguridad, sobre todo aquel que, durante
su vigencia, se sacrifica en una mayor medida por dedicarse a las labores del hogar
común y/o al cuidado de los hijos, dejando de desarrollar una actividad
remunerada. Entre las expectativas se cuentan, el título legal para demandar
alimentos, los regímenes matrimoniales del tipo participativo, como la sociedad
conyugal y la participación en los gananciales, la posibilidad de demandar la
declaración de un bien familiar, la cobertura de los sistemas de seguridad social y
de salud, y los derechos sucesorios que la ley reconoce para el caso de
fallecimiento"14.

Sin lugar a dudas, el conjunto de derechos y obligaciones de carácter patrimonial cuya


titularidad y ejercicio se funda en la existencia del matrimonio, denominado estatuto
protector, se encuentra disperso en nuestro ordenamiento jurídico, como el derecho de

14 Vidal (2006), p. 225.

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alimentos para el cónyuge (art. 474 del CC), el régimen de sociedad conyugal (art. 292
del CC segundo párrafo y art 65 del CPC) y el régimen de participación en los
gananciales (art. 295 del CC).

El derecho de alimentos se presenta como una forma de proteger, en este caso, al cónyuge
que se encuentre en estado de necesidad, que no pueda subsistir sin la ayuda económica
del otro cónyuge, lo que se debe solicitar al juzgado de familia correspondiente. Por su
parte, los regímenes patrimoniales de carácter participativo, son expresión de la
solidaridad familiar y de la protección del patrimonio familiar, a través de los gananciales
en la sociedad conyugal o de la determinación del crédito de participación en el régimen
de participación en los gananciales.

3. EL PRINCIPIO DE RECONOCIMIENTO INTEGRAL DE LAS


UNIONES DE HECHO:
De acuerdo con el artículo 5 de la Constitución de 1993, la unión de hecho origina una
comunidad de bienes que se sujeta a las disposiciones del régimen de sociedad de
gananciales, en cuanto le fuere aplicable. De ello se deduce, en primer lugar, que el
régimen patrimonial de las uniones de hecho es único y forzoso; en segundo término, que
ese régimen es el de comunidad de bienes; y, por último, que a esa comunidad de bienes
se aplican las reglas del régimen de sociedad de gananciales en lo que fuere pertinente.

De estas precisiones, se advierte claramente que los convivientes no pueden convenir una
"separación de patrimonios" para regular sus relaciones patrimoniales. La previsión
constitucional evidencia lo expuesto cuando señala que la unión de hecho "da lugar a una
comunidad de bienes".

El artículo 326 del Código Civil, en concordancia con el artículo 5 de la Constitución de


1993, condiciona la aplicación de las normas del régimen de sociedad de gananciales a la
comunidad de bienes originada de una unión de hecho, a que ésta haya durado por lo
menos dos años continuos. Esto significa que, mientras no se cumpla con este plazo, los
convivientes someten sus relaciones patrimoniales a las reglas de la comunidad de bienes
y, en su caso, a las de copropiedad, en vista de no existir regulación sobre la primera en
el Código Civil.

En tal sentido, una vez cumplido el plazo señalado, a la comunidad de bienes existente
entre los convivientes se le aplicarán las reglas de sociedad de gananciales, en cuanto

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fuese pertinente; lo que no importa una conversión de la comunidad de bienes en sociedad


de gananciales. Esto último es relevante cuando se compruebe la impertinencia de la
aplicación de las normas de sociedad de gananciales; en estos casos, las disposiciones de
la comunidad de bienes y, en su caso, las de copropiedad serán las pertinentes.
Ahora, cuando en el texto constitucional se señala que la comunidad de bienes está sujeta
a las disposiciones del régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable,
se debe apreciar que la aplicación extensiva que propone de las disposiciones del régimen
de sociedad de gananciales a la comunidad de bienes de los convivientes tiene límites.

Ello se comprueba con la frase "en cuanto le fuere aplicable". Esto quiere decir que no se
trata de una aplicación automática de tales disposiciones, sino sólo de aquellas que
resulten pertinentes. Vale decir, que ante un problema patrimonial de los convivientes la
solución se debe encontrar, en primer lugar, en las normas del régimen de sociedad de
gananciales que resulten pertinentes aplicar; y, en caso comprobar la impertinencia de tal
aplicación extensiva, sólo en este caso la respuesta estará en las disposiciones del régimen
de copropiedad.

En la actualidad muchas parejas en el Perú prefieren unirse para hacer vida en común sin
haber celebrado matrimonio, figura que en el derecho se conoce como unión de hecho, el
cual con el pasar del tiempo adquirido ciertos derechos para los convivientes que antes
no los tenían, encontrando, poca protección por parte de nuestra legislación.

Es cuando al encontrar poca o casi nada de protección con respecto a esta figura, es que
se le reconoce y por tanto se le brinda una protección jurídica a la unión de hecho propia,
reconociendo la sucesión.

Pero esto no fue siempre así, ya que como se conoce la sociedad peruana siempre ha sido
una sociedad tradicionalista, donde la religión jugó un papel importante y la sociedad veía
con mala cara o con desdén a las parejas que solo convivían sin que antes hubieren
formalizado y por ende contraer nupcias, muy por el contrario los rechazaban, los
excluían; incluso la Constitución de 1979 promovía el matrimonio, a la familia; entonces
que pasaba con aquellas personas que convivían, acaso no tenían derecho hacer protegidas
constitucionalmente y que se les reconozca y más aún que se las equipare al matrimonio.

Actualmente, la Unión de Hecho no cuenta con una regulación sistemática e integral,


únicamente es recogido por el artículo 5 de la Constitución del Estado, y concordante con

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

el principio de amparo de la unión de hecho, es regulado en el único artículo 326 del


Código Civil. “La tesis de la apariencia al estado matrimonial, que sigue nuestro
ordenamiento jurídico, está admitida también en el artículo 326 del Código Civil cuando
señala que con la unión de hecho se persigue “alcanzar finalidades y cumplir deberes
semejantes a los del matrimonio”. Se comprueba, por tanto, que no hemos adoptado en el
Perú la teoría de la equiparación al estado matrimonial, según la cual la unión de hecho
produce los mismos efectos que el matrimonio.

A entender de la Dr. Sandra Manrique, docente de la Universidad Privada Antonio


Guillermo Urrelo, acerca del tema de las uniones de hecho, hace mención a la
Constitución de 1979:

“si las Uniones de Hecho bien antes no eran legisladas pero se daban o eran muy
comunes dentro de la sociedad peruana, éstas no generaban ningún derecho,
porque nuestra sistema jurídico anterior al actual se basó totalmente en considerar
al matrimonio única fuente de la familia, pero sobre todo discriminar ciertos actos,
ciertos roles, que eran marginados, porque los contextos de ordenamiento público,
el aspecto valorativo, estaban marcados por gran influencia del aspecto religioso;
por lo que estar unidos sin estar casados era algo inmoral.”

Inicialmente la Unión de Hecho en nuestra legislación civil no tiene mayor protección.

Es a partir de la Constitución de 1979 es donde podemos apreciar una situación que genera
el establecer el derecho sobre uniones de hecho, en ese sentido tenemos el Principio de
Protección de la familia y del matrimonio consagrada en la Constitución de 1979.

En el primer principio, se hace énfasis que la forma tradicional de fundar una familia era
a través del matrimonio. El Principio de protección de la familia matrimonial influenció
toda la regulación civil hasta la vigencia de la Constitución de 1993 que desvincula
familia de matrimonio y, hoy, el principio de protección es a la familia, la que puede
surgir de un matrimonio o de una unión de hecho.

Mientras que el segundo principio, significa que el matrimonio que debe promoverse es
el celebrado conforme a la ley civil, estableciéndose de esta forma como única y
obligatoria para alcanzar los efectos matrimoniales previstos en la legislación. Ello no
impide que en la ley se contemple diversas maneras de contraer matrimonio, por cuanto
al final siempre se lo celebrará de acuerdo con la ley.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

Entonces estos principios alcanzaban no solo a los cónyuges sino a los hijos concebidos
dentro del matrimonio, dejando de lado a los hijos extramatrimoniales o de uniones de
hechos.

La constitución del 1979 solo reconoce a las uniones de hecho con respecto a efectos
patrimonial, tal como las sociedades de bienes y hace prescribe que el Estado protege el
matrimonio y la familia como sociedad natural e institución fundamental de la sociedad

En la Constitución de 1993 se habla del Principio de Protección a la Familia, pero también


se habla de un Principio de promoción del matrimonio, se habla del Principio del
Reconocimiento de las uniones de hecho, el de igualdad y el de asistencia.

La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al


anciano en situación de abandono, pero también establece que protege a la familia y
promueve el matrimonio.

3.1. NATURALEZA JURÍDICA DE LA UNIÓN DE HECHO:


A nivel doctrinal se plantean tres teorías para establecer la naturaleza jurídica de la unión
de hecho:

a) TEORÍA INSTITUCIONALISTA:
Partimos en reconocer que el matrimonio es una institución, en ese sentido, a la unión de
hecho le correspondería una naturaleza jurídica similar, en razón de que es un acuerdo de
voluntades y cumple los elementos propios del matrimonio, como son los deberes de
cohabitación, fidelidad y asistencia, generando consecuencias jurídicas. Esta teoría es la
más aceptada y considera que la unión de hecho al ser fuente de familia debe ser
considerada como una institución.

b) TEORÍA CONTRACTUALISTA:
La unión de hecho se presenta como una relación exclusivamente contractual, siendo el
factor económico el sustento de la existencia de las relaciones convivenciales. Al igual
que en el matrimonio, las razones por las cuales una pareja decide convivir no se ciñen al
tema económico, sino que existen aspectos personales que trascienden las obligaciones
propias al deber de asistencia y ayuda mutua.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

c) TEORÍA DEL ACTO JURÍDICO FAMILIAR:


Esta teoría pone énfasis en la voluntad de sus integrantes en generar relaciones familiares.
El Tribunal Constitucional ha señalado que se “está ante una institución que se
fundamenta en la autonomía de la voluntad de quienes la integran y que en puridad se
caracteriza por su informalidad en cuanto a su inicio y su desarrollo” (Plácido 2011, 386-
387)15.

3.2. FORMAS DE RECONOCER LA UNIÓN DE HECHO


En los últimos años a los convivientes se les ha reconocido no solo derechos patrimoniales
sino también derechos personales, lo cual se ha dado no solo a nivel legislativo sino
también jurisprudencial.

Para que una unión de hecho goce de la totalidad de derechos reconocidos es imperioso
e ineludible que esta sea declarada judicialmente o que se encuentre inscrita en el Registro
Personal de Registros Públicos (Artículo 39 de la Ley 26662 y Ley 29560). A
continuación, explicaremos ambas opciones:

a) NIVEL JUDICIAL:
El proceso judicial de reconocimiento de unión de hecho se inicia, en la mayoría de los
casos, cuando uno de los convivientes fallece o debido a la decisión unilateral de uno de
sus integrantes de dar por concluida la convivencia.

Algunos de los problemas al acudir a esta vía son las pruebas y la duración del juicio, ya
que estamos ante un proceso de conocimiento, por lo cual lo más recomendable es que en
un mismo juicio se plantee como pretensión principal el reconocimiento de la unión de
hecho y como pretensión accesoria, la liquidación de los gananciales. Asimismo, debe
quedar establecido, de manera fehaciente, el inicio y la culminación de la unión de hecho
a fin de hacer un adecuado reparto de los gananciales si los hubiere.

Coincidimos con el profesor Benjamín Aguilar en que la sentencia de reconocimiento


de unión de hecho es declarativa debido a que reconoce una situación de hecho pre
existente y sus efectos se retrotraen al momento al inicio de la convivencia. “Si la
sociedad de bienes se equipara a la sociedad de gananciales, y si ésta aparece con el
matrimonio, entonces deberíamos concluir que igualmente la sociedad de bienes aparece

15
Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea).

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cuando se inicia esta unión de hecho, y reconocido que sea el concubinato, entonces sus
efectos deberían retrotraerse al comienzo del mismo”. (Aguilar 2016, 157-158).

Es preciso agregar que la Casación 1532-2013-Lambayeque nos recuerda que el artículo


17 de la Convención América de Derechos Humanos establece que el derecho a fundar
una familia es un derecho humano, lo cual está regulado de manera implícita en el artículo
5 de nuestra Constitución. En ese sentido, “la acción de reconocimiento de unión de hecho
no está sujeta a plazo prescriptorio, pues los derechos humanos son por su propia
naturaleza imprescriptibles, según la Convención de Viena”.

b) NIVEL NOTARIAL
Uno de los graves problemas que acarrea el goce de derechos para los convivientes es la
acreditación de la unión de hecho, para lo cual la única vía posible era la judicial. Con la
finalidad de contrarrestar esta dificultad, se dio la Ley N° 29560 la cual otorga facultades
a los notarios para tramitar el reconocimiento de unión de hecho.

La inscripción en el Registro Personal es un procedimiento no contencioso que requiere


el consentimiento de ambos integrantes, que hayan convivido no menos de dos años
continuos y debe contener la fecha de inicio de la convivencia. Se presenta una solicitud
ante el notario, quien manda publicar un extracto de dicha solicitud en el Diario “El
Peruano” y otro diario de amplia circulación. Transcurridos quince (15) días útiles desde
la publicación del último aviso, sin que se hubiera formulado oposición, el notario
extiende la escritura pública con la declaración del reconocimiento de la unión de hecho
entre los convivientes y remite los partes al registro personal del lugar donde domicilian
los solicitantes. En caso de oposición, el notario remite los actuados al Poder Judicial. Si
los convivientes desean dejar constancia de haber concluido su estado de convivencia,
podrán hacerlo en la escritura pública en la cual podrán liquidar el patrimonio social, para
este caso no se necesita hacer publicaciones. El cese de la convivencia se inscribe en el
Registro Personal.

Cabe agregar que encontramos un incremento en las inscripciones de las uniones de hecho
ya que de enero a diciembre de 2016 se registraron 2,588 uniones de hecho en todo el
país, en comparación, con el año 2015, cuando se inscribieron solo 673 uniones de hecho
(2). No obstante, aún existe mucho desconocimiento sobre el trámite para registrar la
convivencia y los gastos a los cuales hay que incurrir pueden generar una barrera

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económica que limita el acceso a ella, por lo cual, todavía hay muchas parejas que no
regularizan su unión.

Por otro lado, es trascendental que se reconozca a los concubinos como parientes por
afinidad, adicionalmente, que se incorpore en el artículo 241 del Código Civil, como uno
de los impedimentos absolutos del matrimonio a quienes tengan una relación de
convivencia inscrita en el Registro Personal o declarada judicialmente. Lo cual debería
encaminarse hacia la incorporación, dentro de los documentos requeridos para contraer
matrimonio, el exigir a los contrayentes el Certificado Negativo de Unión de hecho,
expedido por el registro personal de la oficina registral donde domicilian los solicitantes.
Ello en vista de que al no existir el estado civil conviviente, el integrante de la unión de
hecho sigue figurando en su Documento Nacional de Identidad (DNI) como soltero por
lo cual, puede contraer matrimonio con una persona distinta a su conviviente aun estando
inscrita su convivencia en el Registro Personal16.

4. EL PRINCIPIOS DE PROTECIÓN ESPECIAL DE LA NIÑEZ,


ADOLESCENCIA, MATERNIDAD Y ANCIANIDAD:
El principio constitucional de protección del interés superior del niño, niña y adolescente
constituye un contenido constitucional implícito del artículo 4º de la Norma Fundamental
en cuanto establece que “La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente, (…)”.

Tal contenido de fundamentalidad es reconocido a su vez por la “Convención sobre los


Derechos del Niño” de 1989, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas
el 20 de noviembre de 1989 y ratificada por el Estado Peruano mediante Resolución
Legislativa N.º 25278 del 3 de agosto de 1990, publicada en el diario oficial El Peruano
el 4 de agosto de 1990. El texto de la mencionada Convención se publicó en Separata
Especial el 22 noviembre 1990 y mediante Ley N. º 25302, publicada el 4 de enero de
1991, se declaró de preferente interés nacional la difusión de la "Convención sobre los
Derechos del Niño".

Con la tendencia igualatoria de derechos, surge la necesidad de proteger a las personas


que se encuentran en una situación de especial indefensión o desamparo, que haga

16
Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea).

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

imperiosa la intervención del Estado a través de sus órganos, especialmente, por la


judicatura de familia.

La debilidad puede tener su origen en distintas situaciones, como la violencia


intrafamiliar, la vulneración de los derechos de los niños o por razones económicas, y
puede afectar a uno de los cónyuges, a los niños, incapaces o ancianos.

Así lo consagran los tratados internacionales sobre derechos humanos, por ejemplo, la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en su artículo 25 N° 2, señala:

"La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales.


Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a
igual protección social"17

El Derecho de Familia tiene una especial función protectora de los derechos de quienes
resultan ser los más débiles en las relaciones de familia. Nos referimos a la protección de
los derechos de los niños y del cónyuge más débil, según se analizará a continuación.

4.1. PRINCIPIO DEL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO:


Este principio, alcanza reconocimiento internacional con la Convención sobre los
Derechos de los Niños, en su preámbulo se puede leer:

"Considerando que el niño debe estar plenamente preparado para una vida
independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados
en la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu de paz, dignidad,
tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad ... Teniendo presente que, como se
indica en la Declaración de los Derechos del Niño, 'el niño, por su falta de madurez
física y mental, necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida
protección legal, tanto antes como después del nacimiento'".

El artículo 3° lo incorpora de forma expresa, al señalar:

1. "En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que
se atenderá será el interés superior del niño.

17
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 24 N° 1.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

2. Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el


cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos
y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley
y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas
adecuadas.
3. Los Estados Partes se asegurarán de que las instituciones, servicios y
establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan
las normas establecidas por las autoridades competentes, especialmente en
materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como
en relación con la existencia de una supervisión adecuada".

No obstante, es posible leer en la observación general N° 14 del Comité de Derechos del


Niño:

"el interés superior del niño no es un concepto nuevo. En efecto, es anterior a la


Convención y ya se consagraba en la Declaración de los Derechos del Niño, de
1959 (párrafo 2) y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer (artículos 5 b) y 16, párrafo 1 d), así como en
instrumentos regionales y numerosas normas jurídicas nacionales e
internacionales"18.

La ley N° 19968, que crea los Tribunales de Familia, señala en su artículo 16 inciso 2°:

"El interés superior del niño, niña o adolescente, es el principio rector que el juez
de familia debe tener siempre como consideración principal en la resolución del
asunto sometido a su conocimiento".

En un sentido similar, para Encarna Roca:

"el interés del menor se identifica con la protección de aquellos derechos que el
ordenamiento jurídico atribuye, con la categoría de fundamentales a las personas.
Por ello, la regulación que implemente este principio, las resoluciones judiciales
que deban decidir en relación con problemas planteados por menores, no se
encuentra con un concepto vacío, puesto que su contenido consiste en asegurar la
efectividad de unos derechos a unas personas que por sus condiciones de madurez,

18
Comité de Derechos del Niño, Naciones Unidas. Observación general N° 14 (2013), sobre el derecho del
niño a que su interés superior sea una consideración primordial.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

no pueden actuar por sí mismas, de forma independiente para reclamar su


efectividad"19.

Por tanto, este interés está unido al ejercicio de sus derechos fundamentales, los que deben
ser respetados en las distintas etapas de desarrollo de la niñez.

De esta forma, el interés superior inspira toda la normativa sobre las relaciones paterno-
filiales, pero también es fuente de orientación para la interpretación de las normas y para
resolver conflictos de normas o colisión de derechos.

4.2. PRINCIPIO DE PROTECCIÓN DEL CÓNYUGE MÁS DÉBIL


La preocupación por proteger al cónyuge que al momento de la ruptura queda en una
precaria situación económica. En un primer momento, esta preocupación se expresó a
través de la idea de la exigencia de establecer relaciones equitativas entre los cónyuges
hacia el futuro y procurar aminorar el daño que pudo causar la ruptura, en los casos de
divorcio y en especial al presentar un convenio regulador de las relaciones familiares20.

Regulares relaciones equitativas entre los cónyuges hacia el futuro (aparece en el primer
proyecto legislativo presentado en el año 1995, en el artículo 63, y en la ley N° 19.947 se
encuentra consagrado en los artículos 3°, 27 y 55), se vincula, por cierto, con las normas
constitucionales e internacionales, que prohíben la discriminación, especialmente contra
la mujer.

De acuerdo con las actas de la NLMC, en el segundo trámite constitucional, se fortalece


la idea de proteger al cónyuge más débil, mediante la incorporación del derecho de
compensación económica y de la denominada "cláusula de dureza", que permite al juez
rechazar el divorcio en caso de incumplimiento por parte del cónyuge demandante de la
obligación alimenticia respecto del otro cónyuge o los hijos.

De esta manera, se puede concluir que es un mandato dirigido al juez de familia llamado
a resolver el conflicto, para proteger al más débil en la relación familiar. Así, el inciso 1°
del artículo 3° de la NLMC dispone:

19
Roca (1999), p. 220.
20
Lepin (2012), pp. 4-5.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

"las materias de familia reguladas por esta ley deberán ser resueltas cuidando
proteger siempre el interés superior de los hijos y del cónyuge más débil"21.

La protección al cónyuge más débil, consagrada en el citado artículo 3° de la NLMC,


presenta una serie de interrogantes, tanto en cuanto su contenido como con respecto a su
alcance.

La ley no define qué se entiende por cónyuge más débil, sin embargo, Pablo
Rodríguez ha sostenido que podemos entender por tal "al que se encuentre en una
posición económica, psíquica, emocional o fisiológica desmedrada"22.

En un sentido similar, Rodrigo Barcia señala:

"pareciera ser que la referencia al 'cónyuge débil' no debe entenderse con relación
al otro cónyuge por cuanto ello siempre supondría que uno de los cónyuges está
en una situación de debilidad. Así, la debilidad del cónyuge debe ser evidente y
configurarse por una causa objetiva, como podría ser una enfermedad"23.

5. PRINCIPIO DE IGUALDAD DE LOS HIJOS FRENTE A LOS


PADRES:
Se desprende de la observación de la Constitución y el Código Civil en la Parte de
Familia. Que un hijo es reconocido como tal dentro y fuera del matrimonio desde el punto
de vista dado por su naturaleza, el tratamiento de su registro formal, no le desmerece tal
validez e inobservancia a sus derechos frente a sus padres, así mismo esta relación
establece por defecto la responsabilidad a posteriori o cuando sea necesaria a favor de los
padres.
El artículo 396 del Código Civil de 1984 establece que:

“el hijo de mujer casada no puede ser reconocido sino después de que el marido
impugne la paternidad y obtenga sentencia favorable”.

De esta disposición se concluye que, en el supuesto de surgir una controversia sobre la


paternidad matrimonial o extramatrimonial de un hijo de mujer casada, el actual

21
Biblioteca del Congreso Nacional (2004), pp. 447-448.
22
Rodríguez (2004), s/p.

23
Barcia (2011), p. 37.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

ordenamiento civil pondera preferentemente la subsistencia de la presunción de


paternidad matrimonial a pesar de la evidencia biológica de la paternidad
extramatrimonial.
La doctrina nacional ha expuesto los fundamentos de esta solución, que los resumimos
de la siguiente manera:

a) la acción de impugnación de la paternidad matrimonial corresponde sólo al


marido, en consecuencia, su inactividad procesal implica la aceptación de tal
paternidad que viene impuesta por la ley;
b) la presunción de que las personas casadas cumplen sus deberes conyugales y, por
tanto, se supone que el embarazo de una mujer casada es obra de su marido; y,
c) el matrimonio es la única fuente de la que surge la familia y requiere protección,
por lo que la defensa de la tranquilidad de los hogares requiere de ciertas
prohibiciones específicas recogidas por el ordenamiento legal.

Pero, tales fundamentos reposan en última instancia en el sistema constitucional de


filiación que el legislador del Código Civil de 1984 tuvo presente al momento de diseñar
tal régimen legal.

En general, debe apreciarse que todo régimen legal de filiación resulta del juego de los
principios favor veritatis, favor legitimitatis y favor filii, todos los cuales están previstos
en el sistema constitucional de filiación que se trate; de tal manera que en cada
ordenamiento jurídico se organiza un esquema normativo poniendo en juego las reglas y
criterios derivados de la coexistencia de aquellos principios. Un análisis de conjunto de
las normas del régimen legal puede permitir conocer el criterio o el principio rector que,
del sistema constitucional de un determinado país, se ponderó preferentemente.
Así, el régimen de filiación anterior al Código Civil de 1984 se sustentó en los principios
del favor legitimitatis y de jerarquía de filiaciones. De la revisión de las disposiciones de
los Códigos Civiles de 1852 y de 1936, se concluye que el principio favor legitimitatis
importó extender la protección dispensada a la familia matrimonial a favor de los hijos
concebidos o nacidos dentro del matrimonio. Por ello, el vínculo filial no siempre podía
o debía coincidir con la evidencia biológica, siendo suficiente, a veces, con una
determinación meramente formal. De otro lado, por el principio de jerarquía de filiaciones
se admitió la existencia de diversas clases de filiación con clara discriminación de la
ilegítima en orden a los efectos personales y patrimoniales.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

Con el Código Civil de 1984 tal situación sólo varió en cuanto al principio de jerarquía
de filiaciones. Éste fue sustituido por el principio de igualdad de categorías de filiación
en virtud del cual se reconocen idénticos derechos y oportunidades a todos los hijos de
un mismo progenitor, hayan nacido dentro o fuera del matrimonio, estuvieran o no sus
padres casados entre sí y pudieran o no el uno casarse con el otro

En igual sentido, se puede leer a Luis Díez-Picazo y Antonio Gullón:

"en el Derecho de los últimos tiempos los criterios estrictamente jerárquicos han
ido declinando y han ido siendo sustituidos por criterios igualitarios y asociativos.
En este marco se inscriben los movimientos feministas o de liberación de la mujer
y los que pretenden dinamizar a la juventud y otorgarle un mayor grado de
independencia, convirtiendo la potestad de los padres en simple función tuitiva"24.

De forma que la potestad ha ido dando paso progresivamente a la igualdad de los


integrantes del grupo familiar, lo que se materializa en la distribución igualitaria de las
obligaciones y derechos entre los cónyuges, desde el punto de vista personal y patrimonial
y en sus relaciones respecto de sus hijos.

24
Díez-Picazo y Gullón (2006), p. 33.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

CONCLUSIÓN
Los actuales principios del Derecho de Familia son fruto de la incorporación de las
progresivas reformas enunciadas, las que han sido generadas a la luz de los tratados sobre
derechos humanos, aprobados por nuestro país en los últimos años, y que en virtud de lo
que dispone el artículo 5° de la Constitución Política de la República, constituyen, por
una parte, un límite al ejercicio de la soberanía y, por otra, un deber del Estado y de sus
órganos, de promover y respetar los derechos esenciales que emanan de la naturaleza
humana.

Las profundas transformaciones del Derecho de Familia determinan los nuevos


principios, que se han ido configurando con el tiempo, no responden a reformas
planificadas ni a una legislación coherente, sino que, más bien, a intentar solucionar
problemas específicos.

En este sentido, todavía falta avanzar en la regulación de otras formas de familia, como
las relaciones de convivencia, familias ensambladas, y sigue pendiente el debate sobre el
matrimonio homosexual.

Además de avanzar en la aplicación de los principios como el interés superior del niño o
del cónyuge más débil.

En un escenario donde se garantiza el pleno ejercicio de los derechos humanos de los


ciudadanos, incluso en el ámbito familiar, donde priman el pleno ejercicio de la libertad
y la igualdad entre los integrantes del grupo familiar, son estos los primeros llamados a
resolver sus conflictos. De manera que los integrantes de la familia pueden celebrar pactos
sobre casi la totalidad de las materias de familia. Solo en los casos de las pensiones de
alimentos dichos acuerdos requieren aprobación judicial.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

BIBLIOGRAFÍA

 CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS


 DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.
 LEY N° 19.620, DICTA NORMAS SOBRE ADOPCIÓN DE
MENORES, DIARIO OFICIAL, 5 DE AGOSTO DE 1999.
 SOTO KLOSS (1994), P. 224.
 LEPIN (2012), PP. 4-5.
 RODRÍGUEZ (2004), S/P.
 BARCIA (2011), P. 37.

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PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DE FAMILIA

ANEXOS

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