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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

CENTRO UNIVERSITARIO DE TONALÁ

Carrera: Medico, Cirujano y Partero


Unidad de Aprendizaje:
Fisiología Medica
Docente:
Dr. en C. Diego Hernández Molina

Alumno:
Mozqueda Ayala Axel Aurelio
Código:
218786052
Lugar y fecha:
Tonalá, Jalisco a 18 de enero 2019
¿Es posible definir la vida?

Definir la vida de manera completa y satisfactoria, tomando en cuenta todas las vertientes
que de ello pueden surgir es, sin duda, una tarea relativamente imposible; aún utilizando miles
de frases con millones de interpretaciones hay un vacío permanente que no se rellena igual
para cada mente.
La facilidad con que el mundo fluye y existe, el viento, el agua, la tierra, el fuego, los seres
humanos y los animales, muchos de ellos llenos de vida y omitiendo el orden todos tienen
importancia, pero ninguno podría concebirse con exactitud de tener o no vida.
Es por ello por lo que el ser humano como ente pensante y capaz de abstraer ideas, se
niega a perecer como cualquier otro ser vivo en la tierra, se afianza a infinidad de argumentos
que las religiones ofrecen, para justificar sus actos y existencia en la tierra. Dotado de una
conciencia y raciocinio que por encima de su alma lo hace sentir, creer y moverse en el mundo,
y así catalogarse con vida, no obstante, esos atributos tan básicos no pueden ser suficientes
para colgarse la etiqueta de ser vivo, no sabiendo lo complejo que es estarlo.
Por eso es por lo que cabe preguntarse; ¿no sería más fácil, si todos fuéramos filósofos o
científicos natos? Pues así en lugar de buscar argumentos en falsas y retorcidas religiones,
todos tendríamos un enfoque crítico y abierto en busca de sentido a nuestras pequeñas y
efímeras existencias, terminando por fin de definir satisfactoriamente lo que es la vida, lo que
es creerse vivo y estarlo al mismo tiempo.
En un libro que ha dejado de lado lo horrendo y duro que fue el holocausto, sin utilizar de
manera grotesca lo que allí acontecía, Viktor Frankl, en su libro “El hombre en busca de
sentido” nos da una lección, en la que expresa de manera directa que el hombre no encuentra
sentido a la vida, si no que la vida es precisamente eso, buscar el sentido.
“Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de
barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les
quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al
hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la
elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio
camino.” (Frankl, 1)
En una situación, o circunstancia difícil, el hombre es capaz de abstraer, y de buscar bajo
el instinto de supervivencia, su bienestar, hasta este punto en el libro no se habla o se
cuestiona la existencia de una fuerza omnipotente, tiene fe, pero en sí mismo y en un fin bueno
o malo pero un fin. Es decir, en determinada situación se puede llegar a entender que la vida
es mas que un don, mas que un conjunto de rasgos físicos y psicológicos, más que solo existir.
Es capaz de filosofar y escapar del mundo palpable al mundo de lo efímero y modelable, a
una construcción de bienestar determinada por sus sentidos y pensamientos, es capaz de
crear y destruir, todo ello formando parte de su vida, mucho mas que solo seguir presente en
la misma realidad de otras personas, muchísimo más que encontrarse en un cascaron al que
seguido denominamos cuerpo.
Y es totalmente una ironía que en determinado momento no seamos capaces de establecer
la muerte sobre la vida en un ser vivo, que no podamos decirlo con certeza por el simple hecho
de apegarse a lo que la situación que nos envuelva dicte.
Tendríamos que contar con una vasta sabiduría para determinar cuál definición de la vida
es la adecuada, según que criterios y enfoque son los correctos para delimitar sus diversos
significados, y no es imposible, cabe decirlo, solo debe tomarse en cuenta el momento y
espacio en que nos encontremos para poder adaptarnos a la definición de la vida que mejor
encaje para la solución que esperamos.
Aunque lamentablemente nos seguimos cerrando a la premisa de que vivir es tan simple
como existir, seguimos creando una vida a partir de conceptos y de construcciones basadas
en convicciones en aras del pensar de los demás. Nos individualizamos y no reconocemos
que somos parte de un todo, mente y cuerpo, dan forma al alma, y cerebro-corazón a la razón.
Esto nos mantiene vivos.
Entonces bien, la vida es un cumulo de sensaciones, de percepciones, de interacciones
con lo que nos rodea, es demasiado compleja para terminar de comprenderla, pero no deja de
ser lo que alguna vez comenzó como una idea, un concepto. Nada que el hombre no hubiera
podido imaginar.

1. Frankl V. El hombre en busca de sentido (3a. ed.). Barcelona: Herder Editorial; 2015.

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