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ALEXANDER NAKAROV

ANTOLOGIA DE LA
POESIA SOVIETICA
A l I' \! MAKAROY

ANTOLOGIA
DE LA POESIA
SOVIETICA

BIBLIOTECA JUGAR
Cubierta: "El ojo móvil"
Primera edición: junio de 1974 NOTA EDITORIAL

i jni ule antología fue recopilada por un grupo de


IMM tu-, y seleccionada definitívamente, de
soviéticos
M ni ido con el material reunido, por Alexander Maka-
i n v . No pocos de esos poemas fueron directamente tra-
. 11ii iilos al castellano por algunos garantizados cono-
• i dores de la lengua rusa. En otros casos, un equipo de
l.is lídiciones en Lenguas Extranjeras de Moscú se en-
• .ii;-o de realizar unas primitivas versiones que fueron

posteriormente enviadas —en copia bilingüe y con las


m i respondientes notas aclaratorias— a los distintos es-
critores españoles e hispanoamericanos cuyos nombres
•parecen así asociados a esta antología. A ellos se debe,
por tanto, la reescritura en "lenguaje poético" de unos
textos ya previamente transcritos en "lenguaje literal".
En todo caso se hace constar en el lugar correspon-
diente si se trata de traducciones directas del original
o de versiones realizadas a partir de los mencionados
del prólogo, A L E X A N D E R M A K A R O V textos previos.
Derechos de la presente edición, EDICIONES J U C A R 1974
Chantada, 7. Madrid-29 ' 4

I. S. B. N.: 84-334-0148-3
Depósito legal: M . 8.701/74
Impreso en España por Altamira-Rotopress S A
Carretera de Barcelona, Km. 11,200. Madrid-22

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L A POESÍA SOVIÉTICA

Medio siglo de poesía soviética significa medio siglo


tic una de las más grandes épocas de la literatura en
lengua rusa. Significa, expresado en términos precisos,
medio siglo de edificación de una sociedad nueva a tra-
vés de un accidentado camino de luchas, de dolorosos
pérdidas y logros obtenidos a costa de inenarrables su-
frimientos.
En ese arduo ciclo histórico se perfilan también, ló-
gicamente, sus propias formas poéticas, se buscan nuevos
medios para canalizar ideas y sentimientos nuevos, se
indaga en unas formas expresivas acordes con la época.
Son búsquedas, en todo caso, que se basan en la expe-
riencia y la tradición de la poesía clásica rusa.
El oído del poeta capta en la vida, en su caótico des-
pliegue, ese cúmulo de llamamientos que definen su
sentido irrepetible. "Escuchad la revolución con todo el
cuerpo, con todo el corazón, con toda la conciencia",
exhortaba Alexander Blok. Como gran poeta, compren-
dió que los nuevos acontecimientos, la propia marcha del
tiempo, llevaban en sí nuevas posibilidades para ¡a
poesía rusa, y así lo demostró genialmente en su poema
Los doce.
La poesía expresa el espíritu de ¡a historia, es su oído

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Y MI \'o.-. No pretendo buscar aquí una enésima —y se masas humanas: despertó la conciencia histórica
dhtntemente exhaustiva— definición de la poesía, que • i. futí as populares incalculables y agitó, inquietó tam-
<s i¡uíM la más enigmática de todas las artes, aunque /•/. a ,i los sectores de la intelectualidad más aislados
quizá también la más influyente. Y es asimismo la más MU según dijo Vera Inber, "absorbían la realidad como
huidiza, porque, traducida a otra lengua, pierde sin fm una paja de refresco". La revolución los situó ante
remedio una parte de su intransferible capacidad de su- un brusco dilema moral.
gestión. Expresión de un espíritu y una cultura, la poesía 1:1 fragor de las contiendas, cada vez más próximo,
constituye un coro de voces en el que, cuanto más neta- M escuchaba en la poesía mucho antes de 1917. En
mente se escucha cada una de ellas, más rotundo resuena unos anteriores a la revolución, sólo quienes no
el coro y con mayor diversidad se ponen de manifiesto tuvieran oídos podían no escucharlo. Así lo confirma
las raíces de un determinado momento histórico. lilok en sus meditaciones acerca de la senda histórica de
De ahí el deseo de iniciar esta divagación acerca de Rusia, en el presentimiento de que "la negra sangre
la poesía rusa soviética partiendo de un rasgo muy esen- terrestre nos promete, desgarrando las venas, destru-
cial para ella: la profusión y variedad de sus cultivadores. yendo todas las divisorias, cambios nunca vistos". Fu-
Muy distintos y similares a la vez, vieron y apreciaron turo tribuno de la revolución, el joven Maiakovski pro-
la realidad de modo diferente y llegaron a compenetrar- fetizaba:
se con ella por sendas varias. Personalidades opuestas
a menudo, se definieron como innovadores que rompían Allí donde la vista no alcanza,
moldes con audacia o tradicionalistas que manifestaban al frente de hordas hambrientas,
igual virtuosismo permaneciendo fieles al verso clásico coronado de espinas por la revolución,
ruso y volcando en él un contenido nuevo. se acerca el año dieciséis.
Existe pleno fundamento para decir que ningún pe-
ríodo histórico brilló en el pasado con tal diversidad de Sólo se equivocó en un año, y siguió buscando nue-
acentos poéticos. No se trata de su fuerza, aunque la vos medios poéticos, ya que "la calle se retuerce, muda:
revolución dio a Rusia poetas como Blok, Maiakovski, no tiene lengua para gritar y hablar". Por su lado, ya
Tvardovski, sino precisamente de la polifonía de sus vocifera libremente el "infatigable" Demián Biedni, ma-
voces y de la diversidad de sus mecanismos estéticos. nejando a la perfección el verso dialogado de ¡a fábula,
La poesía del pasado era obra y patrimonio de un que satura de afilados dichos populares y de densa fra-
círculo más o menos restringido de la sociedad eru- seología política.
dita, de escuelas y programas que se sucedían, de- A la edificación de la nueva cultura consagrarán tam-
rivando de tales o cuales corrientes sociales. Pero en bién sus mejores esfuerzos —tras Alexander Blok— Va-
la revolución se integraron, de una u otra forma, enor- len Briúsov, maestro del simbolismo ruso; el mágico in-

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ventor de palabras Velemir Jlébnikov, y el ingenioso so- MAn/iti í ./. r, /</ meditación en voz queda de Vera

ñador Andréi Bieli. La aportación de ese grupo gene- • i. < '' ,i tlt- si misma y de su tiempo.

racional a la poesía soviética no se limita al espléndido i l camino ¡iie arduo, sinuoso y a veces trágico. Si

poema L o s escitas, de Blok, a las odas de Briúsov y a \ i . n . i i , M -.ki penetró en el futuro con paso firme, Esenin

los cantos de Jlébnikov. También consiste en la entrega i './•/,( con su sinceridad innata: "Cuando intento al-

a la nueva promoción de poetas de un nuevo repertorio . ,ui ,II ,i las liuestes de acero, me quedo con un pie en

de cultura. Y no sólo en el sentido metafórico: a las ,1 pasado, con el otro resbalo y caigo sobre la tierra."

conferencias de Blok y de Bieli sobre poesía y a los co- / ' . i . . el estímulo de su obra consistía en la criba del

loquios en el Instituto de Literatura —que organizara piiunlo, en la sed abrasadora de "compenetrarse a cada

Briúsov—, asistían de hecho todos los escritores de los Instante con una situación encabritada". El asentamien-

años 20. La poesía rusa soviética surgió así virtualmen- to del nuevo régimen social fue extraordinariamente di-

te como contrastada herencia de los ideales humanistas li< il e intenso, y también fue duro el camino de los poe-

de la poesía clásica rusa y de su maestría técnica. tas- que, como Esenin, "sufría sin comprender lo que

Los poetas que comenzaron su obra antes de la re- se avecinaba".

volución, siguieron después sendas distintas. Estas fue- Fiel a sus principios en materia de arte, el nuevo sis-

ron muy complejas en poetas tan relevantes como Anna tema cultural instaba a los artistas a que asumieran un

Ajmátova, Osip Mandelshtan y Marina Tsvetáeva, cuya papel educativo en la esfera ideológica a través de una

creación había cuajado ya en formas, digamos, de lírica filosofía de vanguardia, sin que ello supusiera en modo

de cámara, distante de la encrucijada batida por los vien- alguno coartar una tendencia cualquiera en la esfera de

tos de la revolución. Sin embargo, esos vientos no tar- la literatura, ya que lo que se pretendía era "la libre

darían en azotar también otras márgenes de la poesía, emulación de corrientes y grupos distintos, sin conce-

que va ofreciéndonos con toda exactitud los avata- der el monopolio a ninguno de ellos". Esta política con-

res de ese mundo desconcertado por los aconteci- tribuyó a la cohesión de las fuerzas creadoras y al lo-

mientos. gro de las tareas planteadas ante el país por la propia

En cuanto a los poetas cuya obra se hallaba en fase historia. Los poetas encontraron nuevos estímulos te-

de afianzamiento, la revolución les proporcionó un ex- máticos en la propia interpretación de las nuevas formas

traordinario impulso. En las tempestades del mundo nue- de vida. El creciente impulso hacia el porvenir tenía

vo nace también, como una revelación, la apasionada in- que transmitirse necesariamente de algún modo a la crea-

trospección de Serguéi Esenin, el más alto de los líricos ción poética.

rusos, con su febril preocupación por Rusia y por todo


lo vivo; nacen el complejo mundo espiritual de la poe-
*
sía de Borís Pasternak, la recia arquitectura verbal de

13
I.
1
/ / primer decenio soviético fue el decenio de for- ./ //.'/.•. I'astcrnak; Anna Snéguina, de Scrguéi Escnin;
in.i, mu <le la poesía rusa en tanto que poesía vinculada M . . l i l i , I . I I I C S sobre Opanás, de Eduard Bagritski... La
,i l,i coyuntura histórica. "Era algo que iba con . ./•• a, a, i,i de esta inicial poesía soviética no sólo rati-
lux combatientes o con el país o dentro de mi cora- //.l,i tesis de que la poesía "son" los poetas, sino que,
,>n", tscribia Maiakovski, y quizá sean estas palabras .../• más, vino a ofrecer una categórica prueba de la efi-
lux (/;/<• con mayor precisión expresen el rasgo esencial •... ;,i ,!>• lu literatura como vehículo de enriquecimiento
de la poesía soviética de contenido lírico-épico, ese .i<>< ¡al.

la:,> indisoluble del mundo interno del poeta con la ex-


¡u r'u tu ¡a histórica. *
la visión personal del poeta, sus resortes mentales,
tOH lógicamente muy disimiles por naturaleza, pero pre- 1 II la divisoria de los años 20 y 30, se incorporaban
cisamente esa variedad permitió que la poesía soviéti- Huevos nombres a la poesía rusa, entre cuyos ecos so-
ca no se convirtiera en la poesía de un círculo determi- hiexale bien pronto la apasionada voz civil de Alexéi
nado, sino en la expresión de una sociedad condicionada $Urkov y el acento emocional —a la manera de los cañ-
al curso de un proceso histórico. Día a día, se in- en meros populares— de Mijaíl Isakovski. Al lado de
corporaban fuerzas nuevas a la poesía. Y cada oleada la poesía irónicamente lúdica del primer Nikolái Sa-
aportaba una enriquecedora diversidad de ideas y sen- bolotski, surgía la obra de Alexander Rvardovski, tan
timientos, de percepciones del mundo, de individuali- meditativamente emparentada con la de Nekrásov, mien-
dades artísticas. tras Pável Vasíliev creaba un mundo poético vigorosa-
Irrumpen entonces aquellos cuya juventud transcu- mente reconstruido a partir de imágenes folklóricas, y
rrió en las batallas de la guerra civil, y resuena en la fraguaba el patético realismo de Yaroslav Smeliajov,
poesía el ritmo riguroso de las baladas del joven Nikolái rebosante de metáforas plásticas y ritmos clásicos
Tijonov, el vital romanticismo de Eduard Bagritski, el rusos.
intenso dramatismo épico de Iliá Selvinski, la triste y Por estos mismos años de la "Gran Guerra Patria",
apacible materia emocional de Mijaíl Svietlov... se perfiló la austera temática beligerante de Konstantín
En la década del 20, la poesía rusa da cabida a una Símonov; resonó con toda su fuerza la voz de Olga
vorágine de pasiones, de opiniones encontradas, de en- Berggolts, nacida del mismo hondón de la tragedia, y
frentamientos de estilos y programas poéticos y, al mis- alcanzó sus más altas cumbres dramáticas la reflexiva
mo tiempo, es una época en que cuaja una auténtica lírica de Margarita Aliguer.
poesía revolucionaria, como los poemas Vladímir Ilich Ya en los años de posguerra, cuando regresaron a la
Lcnin y ¡Bien!, de Maiakovski; L a calle Mayor, de vida civil hombres jóvenes marcados con el fuego de
Dentián; E l año novecientos cinco y E l teniente Shmidt, las batallas —de idéntica biografía pero de concep-

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dones estéticas muy dispares—, aparecerá la terrible te, no representan todos los perfiles creadores de tal o
experiencia bélica en los versos de Semion Gudzenko cual promoción— con el simple propósito de dar una
o en las estrofas lapidarias de Serguéi Orlov, donde se idea de la profusión de matices del espectro poético. Esa
reconoce ya un nuevo rumbo expresivo por reiterados misma profusión define toda una panorámica donde se
que sean los hechos descritos. Alexander Mézhirov, que van engrosando —entrecruzando— una serie de juve-
luí llegado a ser uno de los líricos contemporáneos más niles y ya maduras personalidades. En plena guerra,
profundos y sutiles, iniciará su obra con la conmove- Alexéi Surkov escribía en un poema dirigido al joven
dora confesión de un impresionante adolescente sol- Konstantín Símonov: "Nos hermanamos por la edad en
dado. Evgueni Vinokúrov llevará a la poesía su perso- el combate; potenciemos mi experiencia de ocho lustros
nallsimo afán renovador, descubriendo un sentido con tu impulso y tu juventud."
inesperadamente lúcido en los fenómenos y los objetos Por los años en que Andréi Vosnesenski hacía inol-
cotidianos. vidable acto de presencia con su poema L o s maestros,
También ocurrirá así en el último decenio, cuando Nikolái Aséiev —que había empezado a escribir me-
reclaman intrépidamente un sitio para hacerse oír poe- dio siglo antes— publicaba L a d , sorprendente por su
tas de muy dispares objetivos, como Evgueni Evtus- fuerza renovadora, y Vladímir Lugovskói —iniciado en
henko, cuya obra abarca un campo particularmente ex- la poesía diez años después de Aséiev— terminaba el
tenso de ramificaciones morales y artísticas, desde el libro A mediados de siglo, su obra de mayor y más
candente tema político hasta las confesiones íntimas, influyente aliento.
siendo el poeta que ha reflejado quizá de manera más
niultijacética las búsquedas de su generación. A su *
lado, hay que citar a Andréi Vosnesenski, cuya poesía
se abastece al mismo tiempo de complejidad y fulgor a Al meditar sobre los destinos de la poesía soviética
través de desconcertantes metáforas, y el cual percibe no se puede por menos de señalar la manifiesta e inin-
de manera impresionante la atmósfera, penetrada de di- terrumpida consagración de nombres nuevos, sin que
namismo, de un mundo saturado de descubrimientos y ello suponga lógicamente ninguna clase de dimisión de
contradicciones. Y no olvidemos, en esta nómina fugaz, los ya suficientemente conocidos. El período de la gue-
a poetas tan distintos como Róbert Rozhdéstvenski, con rra —por ejemplo— fue, indudablemente, un período
su revolucionario temperamento de tribuno, o como de impetuoso auge en la creación de Alexander Tvar-
Helia Ajmadúlina, capaz de expresar tan elegantemen- dovski, que enriqueció entonces el almacén de la poe-
te los palpitantes y movedizos impulsos de la con- sía rusa con su Vasili Tiorkin. Sin embargo, no me-
t inicia. nos fructífera fue para el poeta la década del 50, en
Sólo aludo a unos pocos nombres —que, naturalmen- que publicó Tras la lejanía, lejanía..., tensa medita-

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2
ción en torno a la historia y los destinos del país. Por • I/KI luiii ¡Jo amortiguándose sus choques.
su parte, Nikolái Saboltski, inimitable en su lírica bur- •i I,m Inamovibles los poemas creados en la fra-
lona de los primeros tiempos, verifica años después . , muí ./• /./s pasiones; no los elaborados a tra-
una aportación poética aún más considerable como pen- I i" • >< ni" iones normativas, sino los nacidos de
sador y humanista. / Intima sacudida por una realidad insosla-
Esta remozada aparición del poeta ante el lector balo nihl,
un aspecto nuevo, a menudo distinto al de los prime- fu • to i ii •/". poesía soviética —y no sólo la de
ros tiempos, ha dado incluso origen al término ''segun- ¡nlmnos anos - no constituía un torrente único,
do nacimiento", empleado por la crítica cuando se re- ii uní», /•••ruó puede concebirse semejante torrente
fiere, por ejemplo, a Vladímir Lugovskói, Mijaíl Sviet- ,i / mil',' Aniso pudo definirse en alguna tendencia
lov, Yaroslav Smeliakov y algunos otras poetas de . o /•••«/<«, como la del hermetismo, donde las produc-
precedentes generaciones. No sé hasta qué punto es ,l,ni, \ curta unidad, pero desde los primeros
acertada esta definición. En todo caso, lo que importa Hfío\ o todas las contradicciones del desarrollo,
es señalar el nexo del propio fenómeno con los aconte- i.i . < . , / , Ion de los poetas soviéticos se distinguió y es-
cimientos y situaciones críticas de la historia que lo de- uno cohesionada por un sentimiento único: el afán de
termina. \. i uní de algún modo a la nueva cultura que se erigía.
El destino de cada persona y, por consiguiente, el I ii poesía rusa soviética se dio a conocer como he-
destino del poeta, es inseparable de esa época a la vez n.leiii v sucesora de los grandes poetas rusos del pa-
terrible y victoriosa. Al mirar estos largos cincuenta sado -Pushkin, Lérmontov, Nekrásov— que siempre
años de la poesía rusa, vemos con toda claridad que fundamentaron sus producciones en los más duraderos
los intelectuales aparecían directamente vinculados a ilíones de la humanidad. El civismo pasa a ser propiedad
las contradicciones y exigencias de cada uno de esos inalienable de la poesía soviética desde sus primeros
momentos decisivos. Y estos hitos eran también a me- pasos hasta nuestros días. Evgueni Evtushenko —ya
nudo los que marcaban nuevos arranques en la crea- de la tercera o de la cuarta generación— declara con-
ción de los poetas de las generaciones anteriores. vencido que, en Rusia, "están destinados a ser poetas
No estoy trazando aquí la historia de la poesía rusa únicamente aquellos en quienes palpita el altivo espíri-
soviética —ni tengo posibilidad de escribirla— y, por tu del civismo". Puede decirse con pleno fundamento
ello, no me propongo conducir al lector por la selva que la nueva poesía rusa se reorganiza a partir de su
de encontrados juicios, opiniones y puntos de vista po- identificación soviética, concepto que encierra todo un
líticos y literarios que se produjeron en la década de complejo de sentimientos: el amor secular a la tierra
los años 20. La lucha de los diferentes grupos litera- materna, el impulso que abre caminos nuevos en la his-
rios de aquellos años es hoy patrimonio del recuerdo, toria, el ardiente deseo de asistir a la construcción de

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un mundo. "Ensalzo la patria que existe, pero tres veces
• '• ¡peí lo en la obra de un Demián Biedni, o
más la que existirá", proclamó Maiakovski.
' Mijuíl Svieilov, que abordan una revulsiva te-
La revolución de octubre y la primera experiencia
. ./ Integración en los desgarramientos sociales.
de edificación del socialismo tuvieron lugar en un país
t Mii •''./•> ipie se robustece la sociedad, estos motivos
multinacional. Y, para los poetas, el sentimiento de
•i " '"•'> palpables en la creación de los poetas.
hermandad no era sólo un llamamiento afectivo: con-
" •*.cimente, toda poesía que se fragua en la fra-
sistía realmente en los esfuerzos conjuntos encamina-
./ lleva implícita la búsqueda de medios realis-
dos a reestructurar la vida cuando se venían abajo las
• / M ' . I expresar el mundo interno del hombre. Pero
murallas de la alienación y de la desigualdad de la Ru-
OH •.,ili\m,p no falazmente entendido en su más rígida
sia zarista.
!•<• a tu l,i de simplificación, sino aquél que se traza como
En los años 20, el tema de la hermandad de los ' / • ' / i . - elevar el nivel estético de la sociedad, des-
pueblos resonaba nítidamente en los versos de Maia- Wrollai su conciencia y sus gustos artísticos. Vladímir
kovski y de Esenin. Una década más tarde, mientras l mu hablando con Gorki, resaltó la importancia de
los vientos renovadores penetraban hasta los rincones ••• labor di' Demián Biedni en el plano de la agitación,
más lejanos del país y se quebraban las normas de vida ¡: !.• reprochó a éste "seguir al lector, cuando hace fal-
en las repúblicas periféricas, este tema atrajo literal- I.I a un p/>co delante de él". La experiencia de medio
mente a todos los poetas rusos. El conocimiento di- de poesía soviética confirma el significado esen-
recto de la vida y los usos de otros pueblos, contri- . i.¡I (le la observación de Lenin: adquiría carácter pe-
buyó a la aparición de los espléndidos ciclos líricos de i. une la creación de los poetas que iban "un poco de-
Nikolai Tíjinov, de Vera Inber y de Borís Pasternak, y lante", que no sacrificaban la profundidad del contenido
al establecimiento de relaciones creadoras entre los poe- ni la perfección de la forma en aras de la asequibilidad.
tas de todos los pueblos soviéticos. Nada más plausible.
La poesía soviética fustigaba y destruía consecuen-
Precisamente ellos desempeñaron en los primeros
temente —y a veces dolorosamente— todo lo que po-
tiempos un importante papel educativo, inclinaron a
nía obstáculos al libre desarrollo del hombre nuevo.
amplios círculos de lectores a ver en el arte un auxi-
Pero, indudablemente, nuestra poesía se plantea ante
liar para los afanes y trabajos cotidianos, un arma es-
todo la tentativa de traspasar al hombre reacciones y
piritual. Estos poetas fueron el puente imprescindible
sentimientos constructivos, de enriquecer sus estímulos
para salvar el precipicio que separaba entonces a muy
ante la belleza. No resulta extraño, por consiguiente,
amplias masas de lectores, con su bajo nivel cultural,
que sea precisamente el tema de la solidaridad humana
de las siempre inagotables conquistas del arte.
el que constituya la senda fundamental de la poesía so-
El medio siglo de experiencia de la poesía rusa de-
viética. Tal vez haya que buscar las primeras conquis-
muestra también que el "realismo" jamás debe coartar
20
21
Con esta simple enumeración poética expresó Maia-
la creación poética con ningún género de cánones ni
kovski una honda correlación temporal entre el hom-
normas. Por el contrario, el movimiento voraz, inin-
bre y la historia. Nada tiene de particular que la poe-
terrumpido de la vida puede ser el mejor estímulo para
sía rusa soviética naciera en aquellos años como poe-
nuevas búsquedas y descubrimientos en la esfera del
sía épica, como poesía heroica. Lo heroico se convierte
arte, dando lugar al nacimiento de múltiples vertientes
en uno de sus rasgos determinantes. Con lo heroico
y de múltiples sistemas de ahondamiento en la inagota-
entra imperiosamente en la poesía la imagen del hom-
ble materia prima de la realidad.
bre nuevo, engendrado por la revolución. En las dis-
La poesía rusa contemporánea posee una extraor-
tintas —y difíciles— etapas del devenir de la sociedad
dinaria amplitud. En ella encuentran cabal expresión
soviética, esta imagen se irá haciendo más compleja se-
el propio dinamismo de nuestro tiempo, las luchas del
gún las incitaciones —y contradicciones— de las nue-
corazón humano, él mundo espiritual del hombre. La
vas tareas históricas.
concepción de lo sublime es en ella inseparable de la
En el primer decenio, es la imagen del hombre que
concepción de lo heroico. Una nueva era de la historia
ha descubierto un nuevo sentido de la vida, del hom-
de la humanidad comenzó con la lucha frente a las fuer-
bre envuelto en el romanticismo revolucionario y deci-
zas que trataban de retrotraer la rueda de la historia.
dido a sacrificarse para "que nazca de la tierra desan-
Las crónicas de la época nos hablan de los aconteci-
grada una nueva juventud" (Bagritski). Es la misma
mientos políticos, las encrucijadas sociales, las bata-
actitud que volverá a surgir en la poesía en la década
llas. Pero únicamente la imagen creada por un poeta
del 50, a través de esos recuerdos de la infancia que
es capaz de llevar hasta el lector contemporáneo la
alientan en la obra de Evgueni Evtushenko, Evgueni
profunda imagen emocional de aquellos años:
Vinokúrov y otros muchos exponentes de las promocio-
nes de posguerra, tan conflictivas por tantos motivos.
E n medio En los años 30, los poetas formados ya en la etapa
de los fusiles soviética —Nikolái Deméntiev, Yaroslav Smeliakov,
y del vozarrón de los cañones,
Horís Ruchiov— hacen su aportación al tema heroico
Moscú expresando los ideales de su generación en poemas pe-
es una islita, netrados del énfasis de las duras jornadas cotidianas de
y estamos en ella trabajo.
Vero el pueblo soviético se veía obligado a construir
hambrientos,
su propia historia en un ambiente de constante ame-
míseros,
naza bélica. Se deja sentir por entonces de manera cada
con Lcnin en la mente vez más evidente el presentimiento de lo irremediable
y las armas en la mano.
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y, ya en los años de la guerra, es lógico que predomi- Naturalmente, sólo he tratado de señalar algunos
nen esencialmente en la poesía las experiencias del com- de los rasgos característicos de la poesía soviética en el
batiente. La lírica de los años de la conflagración es curso de su desarrollo, y que constituyen el conjunto de
una de las más bellas páginas de la poesía rusa sovié- expresiones disímiles pero aunadas por esa red de po-
tica. Es obra de poetas de todas las generaciones, des- sibilidades artísticas que se integran en el realismo. Co-
de Anna Ajmátova, que en aquellos años pasó por su mo ya he apuntado, no se trata de un dogma establecido
"segundo nacimiento", hasta los que escribieron sus con métodos rutinarios: es un fruto natural de la época
primeros versos en el campo de batalla. y de la reestructuración de la sociedad, un fenómeno
Precisamente en aquellos años conoció y compren- vivo del arte contemporáneo, que progresa a compás
dió el pueblo a sus poetas como a sus más fidedignos de sus leyes internas propias y no puede aislarse de
intérpretes. Es entonces cuando se enriquece la poesía los fenómenos progresivos del arte mundial.
rusa con la épica de Alesandr Tvardovski, con las apa- La breve antología que ofrecemos al lector tampoco
sionadas confesiones de Konstantín Símonov, con la pretende, ni con mucho, dar una idea plena de la inago-
lírica "de campaña" de Alexéi Surkov. Sin embargo, table riqueza de contenido de la poesía soviética. De
¡cuántas facetas tuvo la expresión de esa coyuntura hu- todas maneras, quisiéramos que esta compilación ayu-
mana y de esa voluntad artística, refractadas a través dara no sólo a captar el espíritu general de esa poesía,
de un prisma de múltiples registros! sino también a valorar la diversidad y originalidad de
sus cultivadores y su propuesta de integridad y efica-
* cia humanas.

El período actual de la poesía soviética está definido ALEXANDER MAKAROV


por las más remozadas e intrépidas tentativas de afian-
zamiento ético. Si atendemos, en este último decenio, (Traducción de Vicente Zúñiga.)
a la obra de poetas ya generalmente reconocidos y de
otros que ahora se inician, se advierte unánimemente
que la ética constituye el elemento esencial de la poe-
sía contemporánea. Sin embargo, también este senti-
miento convive con el heroico y se entrelaza dentro de
las paulatinas tendencias indagatorias en materia esté-
tica. Cambian los tiempos, se renuevan los canales ex-
presivos, pero no se extingue el verdadero espíritu re-
volucionario de lo heroico trasvasado a la poesía.

24 25
DEMIÁN BIEDNI
(1879-1945)

EPILOGO D E L P O E M A "LA CALLE MAYOR"

Vueltas y m á s vueltas del carril de l a historia...


I ía sonado l a primera campanada. ¿O será l a segunda?
A i ios terribles de lucha titánica,
esa es nuestra victoriosa corona de laurel.
Hermanos, no creáis en l a lisonja adormecedora:
"¡Sois los vencedores! Nos hincamos de rodillas."
N o creáis, tampoco, en el cobarde lloriqueo.
"¡Nuestras vicisitudes no tienen f i n ! "
No ¡mporta que piensen que nuestra Calle es un tras-
[patio
junio a l a Avenida Mundial del enemigo.
Dio es un hecho que esa avenida, muerta ya,
NC sostiene sólo con puntales e ilusiones?
A l avanzar por nuestra Calle Mayor
retrocedimos,
pero, después de retroceder ante una fuerza su-
[perior,
.•ivanzábamos. U n a y otra vez.
No importa que l a línea mundial del frente rojo
•ini intermitente. N o importa que no sea recta.

29
¿Vamos por esa razón a estallar en palabras de des- Por la puerta de la taberna,
aliento? desde el amanecer, iban y venían los borrachos.
¿Acaso ella no se fortalece día a día, acaso no se for- En el mercado se insultaban las vendedoras,
talece nuestra línea? zumbando como moscas en torno a la miel,
Montemos guardia ante lo conseguido a fuerza de y las burguesas se alborotaban, sin despegar la vista de
[tantos sacrificios, [las piezas de tela,
observemos vigilantes los punteros del reloj. entre los puestos donde se vende el percal.
Estremece la lejanía Un mujik miraba con muda tristeza
el tronar de vivas voces de combate. la puerta de una oficina
Hermanos, escrutad las luces distantes, frente a un fragmento del "manifiesto",
prestad oído al lejano tronar: que amarilleaba sobre un tablero descolorido.
son nuestras templadas reservas que avanzan. En la atalaya el bombero daba vueltas
¡Rataplán-plán-plán! como una fiera encadenada,
¡Rataplán-plán-plán! y los soldados, bajo una granizada de blasfemias,
Avanzan, avanzan, avanzan, avanzan, cumplían órdenes a campo abierto.
unidas en cadenas de eslabones de hierro, Una hilera de carretas reptaba hacia el río.
pasos marciales avanzan imponentes. Los cargadores enharinados se desplazaban de un lado
Avanzan imponentes, [a otro.
avanzan, Unos gendarmes conducían
avanzan bajo custodia a un estudiante andrajoso.
sobre el último reducto mundial... Un obrero con sus copas en el estómago
chillaba
1922
"¡Pobre estudiante, que te vaya bien!"
N A D I E SABIA
Nadie tenía idea, nadie
(22 de abril de 1870) en toda Rusia, cargada con su cruz milenaria,
Era un día como tantos otros, natural y corriente, sabía que en un día tan corriente como ese
envuelto en una bruma gris. en Rusia... había nacido Lenin.
Severa sonaba la voz potente
del guardia en la esquina. 22 de abril de 1927

En la catedral, el arcipreste oficiaba


orgulloso del brillo del solideo. Versiones de Nicanor Parra

30 31
¿Para qué tan gran cartel?
ALEXANDER BLOK ¡Qué enorme tela!
(1880-1921) ¡Cuántos peales se puede hacer con él!
Y los pies a los niños se les hielan...
La vieja, asustadísima,
cruza un montón de nieve cual gallina que acecha.
—¡Ay, Virgen Santísima!
—¡Ay, esos bolcheviques al ataúd nos echan!
Viento que corta como dalles.
Frío al compás de todo aquello.
LOS DOCE Un burgués en cruce de calles,
mete la nariz en el cuello.
¿Y quién es éste? Melenas largas.
Su voz se aletarga:
—¡Traidores! ¡Qué horror!
Véspero negro. —¡Ha muerto Rusia, sin decoro!
Blanca nieve. Probablemente un escritor,
¡Viento, viento! un pico de oro.
Un hombre no puede de pie sostenerse. Y he aquí, un hombre que de faldas viste,
¡Viento, viento se esconde en la nieve que le hace de tope.
que va por el mundo de Dios todo entero! ¿Por qué hoy estás triste,
Remolina el viento camarada pope?
la blanca nieve. ¿Te acuerdas cómo antes
Hay hielo debajo de la nieve leve. ibas con la panza como adelantada,
Resbalón. Un grito. y, la cruz encima, se hacía brillante
Quien a andar se atreve la panza abultada?
resbala en la calle... ¡Ay, qué pobrecito! Una dama con astracán caracolado
Entre dos casas frente a frente, se acerca a otra, apenada.
tendido hay un cordel; —Cuánto hemos llorado, llorado...
en el cordel, un cartel: Se cae resbalada,
"¡Todo el poder para las Constituyentes!" y —¡pum!— se queda tumbada.
Lagrimea una vieja y no replica. ¡Ay! ¡Ay!
No comprende lo que eso significa.

32
Dadle la mano, ¡caray! ¡Camarada, vigila sin tasa
E l alegre viento con los cuatro ojos!
se alegra cruel.
Mueve el faldamento,
siega al que transita. 2
Rasga, estruja, agita
ese gran cartel: Pasea el viento, la nieve vuela.
"¡Todo el poder para las Constituyentes!" Los doce hombres marchan en vela.
y estas frases grita: Negras correas de los fusiles,
También se reunieron nuestras gentes... y en torno a ellos hay luces miles.
en el local de enfrente... Entre los dientes, un cigarrillo;
Discutimos, marca merecen llevar los pillos.
resolvimos: Libertad, libertad.
Por un rato, diez rublos; por dormida, veinte pedir. ¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!
Y de nadie menos recibir... ¡Tra-ta-ta!
... Vamos a dormir... ¡Frío hace, camarada, frío ya!
—Con Katka está Vañka en un tabernucho.
L a tarde cayendo. —Dinero en la media lleva en un cartucho.
L a gente se acoge. —Vaniushka ya es rico, lo había soñado,
Sólo un vagabundo —¡Era de los nuestros, se ha hecho ahora soldado.
los hombros encoge. —¡Ay, Vañka, burgués, ay, hijo de perra,
Silbidos del viento... si a mi Katka besas, el golpe no yerra!
—¡Eh, pobretón, trotamundo! Libertad, libertad.
Ven a mi casa, ¡Ay, ay, sin cruz al pecho van!
nos abrazaremos... Katka con Vañka ocupada está
¡Pan! ¡En qué mi querida ocupada estará!...
¿Qué espera el que se atrasa? ¡Tra-ta-ta!
¡Pasa! Y alrededor hay luces miles...
Negros, negros los cielos están. En los hombros, correas de fusiles...
1

Rabia, triste rabia, enojos. ¡Más fuerte tu paso revolucionario,


E l pecho se abrasa. que está el enemigo cerca y temerario!
Rabia negra, santa rabia, enojos. Sostén, camarada, tu fusil sin miedo.

34 35
A la Santa Rusia una bala lancemos,
a la del pasado, Se atusa, se atusa su negro bigote;
a la de las isbas, a esa que llamamos se atusa y recrea,
del trasero pesado. bromea.
¡Ay, ay, sin cruz al pecho van! He aquí a Vañka, el de hombros de carga.
He aquí a Vañka, el de charlas largas,
Abraza a su Katka, la muy pasmadota,
3 la engaña...
Ella la cabeza hacia atrás va a ponerla,
y sus dientecillos brillan como perlas...
Así se fueron nuestros muchachos
¡Ay, Katia, Katia mía,
a servir en la guardia roja,
caragordita!
a servir en la guardia roja,
y perder sus cabezas locas.
¡Ay, tú, pena en cadena,
5
dulce vida que saco;
desgarrada guerrera,
Todavía en tu cuello, Katia,
fusil austríaco!
tienes de una navaja el cuño.
Para que los burgueses puedan todos penar,
Debajo de tu pecho, Katia,
el fuego del mundo vamos a soplar,
aún reciente tienes un rasguño.
incendio del mundo que en sangre nació.
¡Ea, ea, baila bien!
¡Danos, Señor, tu bendición!
¡Qué bonitos son tus pies!
Ropitas de encaje llevabas:
4 ¡llévalas ahora que yo te vea!
Con oficiales pendoneabas;
Remolinos de nieve, grita el cochero, ¡pendonea ahora, pendonea!
Vañka con Katka vuela en trineo. ¡Ea, ea, pendonea!
Y llevan los varales De sobresalto, el corazón voltea.
farolillo eléctrico. ¿Te acuerdas del oficial aquél?
¡Eh, arre, arre! Nada hubo que le salvara...
Lleva un capotito roto de soldado, ¿No te acuerdas, mala peste, de él?
su cara es de tonto, tonto redomado. ¿O no está tu memoria clara?
¡Ea, ea, hazla más clara!
36
¡Acuéstate con él, juntad la cara!
Llevabas polainas y aretes,
zampabas chocolate afamado. De nuevo van los doce.
Ibas a pasear con los cadetes. Sobre los hombros llevan fusilitos.
¿Ahora paseas con los soldados? Y sólo al asesino desgraciado
¡Ea, ea, peca sin calma, no se le ve la cara de contrito.
será un alivio para tu alma! Más rápido el resuello,
los pasos acelera al alejarse.
Un pañuelo se lía por el cuello.
6 No puede sosegarse.
—¿Por qué estas, camarada, así afligido?
... Volando, se acerca el cochero en la delantera —¿Por qué, amiguito, el miedo te condena?
Vuela, aulla, vocifera... —¿Por qué, Petruja, andas alicaído?
¡Alto! ¡Alto! Andruja, ayuda, no te borres. —¿Es que Katka te d a lástima o pena?
¡Por detrás, Petruja, corre! —¡Mis buenos camaradas de estas horas!
Yo a esta chica quería...
¡Tra-ta-ta-ta-ta!...
Noches embriagadoras
Polvillo de nieve hacia el cielo va.
he pasado con ella en otros días...
Vañka quiere escapar con el cochero...
¡Alza una vez más tu gatillo ligero!... Por la fuerza arrogante de sus ojos
¡Tra-ta-ta-ta! Te vamos a enseñar nosotros como de fuego hechos;
a qué conduce juerguearse con la chica de otros.. por aquel lunar rojo
¡Se escapó el canalla! Y a verás, te digo, junto a su hombro deirecho,
cómo mañana acabaré contigo. yo he matado, hombre flojo;
¿Dónde está Katia? Muerta, muerta la ha dejado. la perdí en un instante de despecho;
¡Su cabeza una bala ha atravesado! —¡Cómo nos da la lata este maldito!
¿Contenta, Katia? ¡Chit, chit, nada se mueve!... ¿Es que tú, Petia, eres- una mujer?
¡Queda como carroña, aquí, sobre la nieve!... —¿Es que quieres sacar tu alma en un grito
¡Más fuerte tu paso revolucionario, para dejarla ver?
que está el enemigo cerca y temerario! —¡Tu fachenda manten de soldadito!
—¡Y dominarte, eso debes hacer»
—¡No, no es ésta, hora
de mimos de niñera,

38
¡Acuéstate con él, juntad la cara!
Llevabas polainas y aretes,
zampabas chocolate afamado. De nuevo van los doce.
Ibas a pasear con los cadetes. Sobre los hombros llevan fusilitos.
¿Ahora paseas con los soldados? Y sólo al asesino desgraciado
¡Ea, ea, peca sin calma, no se le ve la cara de contrito.
será un alivio para tu alma! Más rápido el resuello,
los pasos acelera al alejarse.
Un pañuelo se lía por el cuello.
6 No puede sosegarse.
—¿Por qué estas, camarada, así afligido?
... Volando, se acerca el cochero en la delantera. —¿Por qué, amiguito, el miedo te condena?
—¿Por qué, Petruja, andas alicaído?
Vuela, aulla, vocifera...
—¿Es que Katka te da lástima o pena?
¡Alto! ¡Alto! Andruja, ayuda, no te borres.
—¡Mis buenos camaradas de estas horas!
¡Por detrás, Petruja, corre!
Yo a esta chica quería...
¡Tra-ta-ta-ta-ta!...
Noches embriagadoras
Polvillo de nieve hacia el cielo va.
he pasado con ella en otros días...
Vañka quiere escapar con el cochero...
Por la fuerza arrogante de sus ojos
¡Alza una vez más tu gatillo ligero!...
como de fuego hechos;
¡Tra-ta-ta-ta! Te vamos a enseñar nosotros
por aquel lunar rojo
a qué conduce juerguearse con la chica de otros...
junto a su hombro derecho,
¡Se escapó el canalla! Y a verás, te digo,
yo he matado, hombre flojo;
cómo mañana acabaré contigo.
la perdí en un instante de despecho;
¿Dónde está Katia? ¡Muerta, muerta la ha dejado.
¡Su cabeza una bala ha atravesado! —¡Cómo nos da la lata este maldito!
¿Contenta, Katia? ¡Chit, chit, nada se mueve!... ¿Es que tú, Petia, eres una mujer?
¡Queda como carroña, aquí, sobre la nieve!... ---¿Es que quieres sacar tu alma en un grito
para dejarla ver?
¡Más fuerte tu paso revolucionario,
—¡Tu fachenda manten de soldadito!
que está el enemigo cerca y temerario!
—¡Y dominarte, eso debes hacer!
—¡No, no es ésta, hora
de mimos de niñera,

38
9
porque una carga ahora
más grande, camarada, nos espera! No se oye ruido alguno en la ciudad.
Y ya Petruja lleva Sobre el Nevá un silencio grave advino.
más lentos sus pasos... Ningún guardia hay ya.
L a cabecita eleva, ¡Juergueaos, muchachos, y sin vino!
y de nuevo se alegra... En un cruce de calle está el burgués;
¡Ea, ea, su nariz en el cuello ha escondido.
no es pecado mortal si se juerguea! Un perro se le mete entre los pies,
¡Cerrad las casas, sarnoso, sucio, con el rabo caído.
que hoy habrá saqueos sin tasa! E l burgués, indeciso y silencioso,
¡Abrid las bodegas, igual que el perro hambriento allí se está,
hoy juerguea la gente andariega! y el viejo mundo, como perro sarnoso,
con el rabo caído está detrás.
8

¡Ay, tú, pena en cadena, 10


asco tenebroso
de muerte! La nevisca se pone furiosa.
¡Oh, qué bien el tiempecito ¡Ay, tú, nevisca, nevisca!
pasaré, pasaré yo!... A cuatro pasos no se ven las cosas,
¡Oh, qué bien la coronilla se hacen ariscas.
me rascaré, me rascaré yo!... La nieve gira en forma de garganta.
¡Oh, qué bien del girasol la cascarilla La nieve en columnita se levanta.
escupiré, escupiré yo!... —¡Oh, Dios mío, qué fuerte es la nevasca!
¡Oh, qué bien con la navaja —¡Petka, en qué tonterías te atascas!
rasgaré, rasgaré yo!... ¿De qué te ha salvado
¡Vuela tú, burgués, como un gorrioncito! el altar dorado?
Beberé sangrecita, Qué poco sentido también;
por esa amiguita piensa, míralo bien,
de cejas negritas...
¿es que sangre no tienes en las manos frías
Requies cant in pace, al alma, Señor, de tu por amor que tú a Katka tenías?
¡Qué asco!
41
40
¡Más firme tu paso revolucionario, 12
que está el enemigo cerca y temerario!
¡Adelante, adelante, adelante el fragor, . . . Y van adelante con seguro paso...
pueblo trabajador! —¿Hay alguien ahí? ¡Que se nos presente!
No, sólo es el viento que juega en el raso
de la roja enseña que les da en la frente...
11 Delante se eleva un montón de nieve.
—¿Hay alguien en él? ¡Que se nos presente!
... Y sin Dios ni santos, de este modo, Sólo un can mendigo y hambriento se atreve
los doce alejan sus pisadas. a ir, renqueando, detrás de la gente...
Dispuestos están para todo, —Detrás no nos sigas, perrito sarnoso,
no tienen lástima de nada... con la bayoneta reír voy a hacerte.
Van sus fusilitos de acero ¡Y tú, viejo mundo, perrazo piojoso,
contra enemigos que no ves, húndete, o yo mismo voy a deshacerte!
por callejas sin derrotero ... Enseña los dientes como lobo hambriento;
donde la nieve cae al través, no quiere dejarnos, el rabo caído,
y en hoyos de plumón ligero perro vagabundo, perro friolento.
no se pueden sacar los pies... —¡Eh, responde pronto! ¿Quién va? ¿Lo has oído?
Les cubre de abrigo —¿Quién mueve delante la bandera roja?
la bandera roja. —Mira entre las sombras, seguro alguien pasa.
Sus pasos amigos —¿Quién va que los pasos, al cruzar, afloja
producen congoja, y quiere ocultarse detrás de las casas?
que ya el enemigo •—Da igual lo que haya, que voy a atraparlo.
despierta y se arroja. —Mejor que te rindas, ya veremos luego.
Y la nieve en los ojos caía —¡Eh, eh, camarada, :mal vas a pasarlo;
sal o comenzamos contra ti a hacer fuego!
noches y días,
¡Tra-ta-ta-ta-ta! Sólo, sólo el eco
sin interrupción...
resuena en las casas y ligero va...
¡Adelante, adelante el fragor,
Sólo la tormenta con aullido seco
pueblo trabajador!
por entre la nieve, carcajadas da.
¡Tra-ta-ta-ta,
tra-ta-ta-ta!...

42 43
ANNA AJMÁTOVA
Con paso seguro así van sin congoja.
Siguiendo sus huellas, un perrazo listo.
Y delante de ellos con bandera roja,
invisible en nieve de albores de alas,
inmune a las balas,
andando en el aire con un paso leve,
llevando un tesoro de perlas de nieve,
corona de rosas, que jamás se ha visto,
delante de ellos, marcha Jesucristo... S E G U R A M E N T E M U C H A S COSAS...

Enero, 1918 Seguramente muchas cosas


buscan ser cantadas por mí:
Versión de Fiador Kelin
lo que retumba sin palabras,
y César M. A reo nada
lo que afila la piedra en lo oscuro,
lo que a través del humo irrumpe.
Mis cuentas aún no tengo hechas
con el fuego, el viento y el agua;
así sucede que en mis sueños,
de pronto, se abren anchas puertas
ordenándome que siga el rastro
de la estrella de la mañana.

JURAMENTO

Por aquella que hoy de su amor se despide,


por la que su dolor en fuerza ha convertido,
juramos a los niños, juramos a las tumbas:
¡Nadie podrá doblarnos!
VALOR PUSHKIN

Sabemos bien que entramos en el juego ¿Quién, quién puede saber lo que es la gloria?
y que esto ocurre hoy día. ¿Y con qué precio se compró el derecho,
Marca nuestro reloj la hora valiente la posibilidad o la fortuna
y el valor no podrá más alejarse. de burlarse de todo finamente,
Morir bajo las balas ya no asusta con tan sabia manera misteriosa
ni ya lloramos por perder la casa. de llamar a un pie solo piececito?
Pero te guardaremos, lengua rusa,
alta palabra rusa.
Así te llevaremos pura y libre E L JARDIN D E V E R A N O
a entregarte a los nietos
para todos los siglos de los siglos Quiero ir allá, donde la rosa crece, al jardín único
de todo cautiverio rescatada. cercado por las rejas más bellas de la tierra,
en donde las estatuas mi juventud recuerdan
como yo las recuerdo bajo el agua del Nevá.
CINCO AÑOS H A N PASADO En el amplio silencio, entre los grandes tilos,
aún me parece oír el crujir de los mástiles.
Cinco años han pasado, mi país, Y el cisne boga siempre a través de los siglos,
libre de las heridas de la guerra, asombrado de ver su doble en el reflejo.
llena los valles florecidos Duermen su sueño eterno cientos, miles de pasos
con un fresco silencio. de amigos, de enemigos, de enemigos, de amigos...
Y a relucen los faros en la noche marina, y jamás se concluye el desfile de sombras,
mostrando los caminos a la gente de mar, Desde el jarrón de piedra hasta las áureas puertas,
y el marinero mira desde lejos allá es donde murmuran mis dulces noches blancas
las pupilas que brillan en lo oscuro. acerca del secreto de amor que alguien me tuvo...
Donde zumbaba el tanque, está el tractor pacífico, Y todo tiene el brillo del nácar y del jaspe
donde estalló el incendio, hay un jardín florido mientras la fuente guarda su luz calladamente.
y por la carretera comida de metralla
corren autos veloces. Versiones de Rafael Alberti
y María Teresa León

46 47
NIKOLÁI ASÉIEV " Y yo te respondo,
(1889-1963) mi querido amigo:
No temo la muerte
en tenso patíbulo.
Mortal y oprobioso
en esta esclavitud
es bajar la cabeza
y así envejecer.
Hora es que unamos
sables con los sables.
HÚSARES A Z U L E S M i corazón
está enamorado
Hiere la helada de la libertad."
como fuerte garra.
Labios encarnados
Vuela el trineo
y pipas labradas.
por el Fontanka. Húsares azules,
Su huella en la nieve ¡probad el destino!
va trillando rayas. Helos indomables,
¿De quién esa risa?
helos inmortales
¿De quién esa voz? otra vez reunidos
"Con mi propia mano en la habitación.
en el corazón, Guerreras abiertas
te lo digo yo:
en noche profunda:
No toques la espada. "Sírvanme una copa
Frente a tal peligro, repleta de vino.
si no es a ti mismo, Vertemos, bebemos
a otros salvaguarda." y nos despejamos:
Por la Hermandad Sureña,
Con los cascos blancos
por los jóvenes hermanos."
golpeando en el hielo,
sombras por Litieini Sordas las guitarras,
vuelan a lo lejos. altas las palabras...

48 49
MIS VERSOS .
¿Qué guardar entre ellos?
¿A quiénes temer?
Mis versos son de menta y ajenjo,
Cual espuma en copas tienen la frescura y el calor de la estepa.
hierve su pasión:
Es amargo el ajenjo, pero la menta cura las penas;
Se lee "Gitanos" * doble juego, de calor y frío,
por primera vez. de pares y nones.
Por Litieini vuelven
las sombras volando. No es el hombre quien este juego elige.
Ceños rigurosos Juega el universo.
bajo las viseras Mis versos son como el curso
miran los palacios. de las estaciones del año.
Terminó el encuentro,
Versión de Vicente Arana
¡arre los caballos!

¿Qué es esa,
qué es esa, ¿QUÉ ES L A FELICIDAD?
qué es esa canción?
Bajad la cabeza. ¿Qué es la felicidad? Es tomar parte
Las tenues guitarras en las nobles acciones de los hombres,
que temblando callen: en la pasión ardiente, compartida,
Húsares azules en el cálido trigo cosechado.
en la nieve yacen. ¿Mas la dicha reside sólo en eso?
1927 Para nosotros, hijos de la época,
Traducción de Elva Macías que la naturaleza dominamos,
¿no está en los espaciales vuelos hacia otros mun-
idos?
Sin pago o recompensa, muchedumbre
ilc soles, levantaos y alumbrad,
abrios a nosotros, cámaras estelares,
tendeos, vías lácteas.
* Obra de Pushkin
51
50
Y cambiando de era
para no unir la dicha a la amargura,
putrefacción y muerte superando,
un eterno frescor respiraremos.
A l regresar del viaje por las constelaciones,
besaremos con lágrimas la tierra, nuestra madre,
y nos traerán mensajes y noticias
de la profundidad sinfín del Universo.
Tal es la dicha que está a nuestros alcances:
NUESTRA VIDA
llevar a los espacios la luz de la razón
para que el mundo sea vivo, joven,
M i querido caballito,
y no sombras de horror en el vacío.
mi generoso Pegaso,
Versión de César M. Arconada que siempre tan diligente
acudes cuando te llamo.
Desgracia si así no fuera,
pues tendría que ir andando.
Sólo rarísimas veces
sueles decir por lo bajo:
"Espera, dueñita mía,
vamos a hacer un descanso,
que la pesada montura
el pecho me ha fatigado.
Si no, confundo el camino
y no sé a qué sitio salgo.
A l trepar por cuestas pinas
los cascos me he lastimado."
Entrañable amigo mío,
mi fiel, mi noble Pegaso,
no hay valladar en el mundo
que no puedas remontarlo.
Tu velocidad notoria Tenemos que ir al galope."
ejemplo es de caballos. Y otra vez, como en los años
Venga, probemos de nuevo mozos, a saltar barreras.
a saltar aquel obstáculo...
Nos ilumina el ocaso
Pero hay que pensar, amigo con ambarinos destellos...
—queramos o no queramos—,
que llegará al fin el día En tanto, mi fiel Pegaso,
del retiro y el descanso. arda esta luz vespertina,
no sabremos del descanso,
Dejando el modesto albergue inseparables seremos.
y nuestros humildes bártulos,
salvaremos la hoya última, Otra vez el mismo atajo,
el último gran peñasco. otra vez el mismo albergue,
de alegrías harto escaso.
Cruzaremos la meseta, Y así hasta que la tumba
rica de ríos y prados, nos acoja en su regazo.
y allí podremos vivir
de sosiego saturados.
Versión de José Santacreu
Es un hermoso paisaje,
refugio de los cansados.
Viviremos sin premuras,
el alma sin sobresaltos.
Te molestaré muy poco,
para pasear un rato.
Pero del fondo del bosque,
a nuestro albergue ha llegado
un sonido, una llamada,
y tú en seguida a mi lado.
"De prisa, dueñita. E l sol
se pone. E l camino es largo.

54
55
VLADÍMIR KIRÍLLOV tanto más brillará en las tinieblas
(1890-1943)
la felicidad.
Van millones de voces en la canción
que para mí suena,
millones de herreros audaces la cantan
con ropa azul-marino de faena.
Reto altivo lanzado al amargo destino
ESCUCHÉ ESTA CANCIÓN... de esta canción,
poderosa llamada a la lucha, a la vida
Escuché esta canción de cercanos y al sol.
y dichosos siglos 19 j 7
en las grandes ciudades de loco ejetreo
y rostro encendido.
Traducción de María Cánovas
Escuché esta canción de felices
días venideros
en el ruido fabril, el rumor de poleas
y gritos de acero.

V i forjar el acero de oro


a mi camarada
y en ese instante adiviné los bellos
rasgos de la Aurora Cercana.

Supe que la sabiduría del mundo


estaba concentrada en el martillo,
en la mano segura, tenaz
y hábil de mi amigo.

Cuanto más fuerte el golpe del martillo


forjando el metal,

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57
BORÍS PASTERNAK SI H U B I E R A Y O SABIDO.
(1890-1960)
Si hubiera yo sabido lo que pasa
la vez primera que volqué mi pecho:
que del verso de sangre brota sangre;
que puede estrangularte el sentimiento,
la verdad es que habría renunciado
de antemano a quemarme en ese fuego.
¡Pero fue tan pequeño el primer soplo...
L A SUSTITUTA la meta parecía estar tan lejos...!
Mas al igual que la indolente Roma
Me acompaña tu risa prendida en el retrato suelen portarse la vejez y el vérse-
donde te descoyuntas crujiendo las muñecas, la muerte, no palabras los aplaca;
y se quiebran tus dedos con la mueca más triste sacrificios exigen, no su gesto.
cuando vienen amigos a invadir tu salón. Que cuando —gladiador que va a la arena—
Entre el ruido de naipes y las fanfarronadas se desborda el torrente del aliento,
de Rakoczy, las copas, los hombres, los espejos, lo abandona el artista, y es juguete
eres tú recorriendo las teclas, encendida, del destino, la túnica del tiempo.
despreciando los juegos, la rosa, por el vals
al que en broma te entregas, nuevamente saltando, 1932
derramado el cabello, graciosa en la cintura
la flor del amarillo, desfallecida casi,
y el echarpe mordido lo mismo que el dolor; E L VENCEDOR
corriendo tras el leve frescor de una naranja,
la corteza en la mano con un gesto nervioso, ¿Os acordáis del hielo en la garganta
presurosa volviendo a la sala reluciente cuando el tropel de la barbarie ciega
donde, tras la cortina, se desvanece el vals. desbordó su estridencia en nuestro suelo
sembrándolo de invierno sin promesas?
1917
L a razón opusimos como escudo
contra el cual no hay ariete que no ceda.
¡Cómo venció al destino Leningrado!
¡Qué reluciente roca de firmeza!

58 .59
Julio, que cuando llega trae pelusa
Y cuando, en la escalada de su hazaña,
de diente de león y de bardana;
rompió el anillo que oprimió sus piedras,
que nos mete su luz por los balcones
¡con qué asombrado grito de entusiasmo
y que todo lo charla en alta voz.
se derramó el aplauso sin fronteras!
Desaliñado mujik de la estepa
¡Oh qué inmensa la gloria de ese nombre
que nos trae la presencia de los tilos
donde culmina el sol de la leyenda!
y la hierba olorosa, suave julio
Cuanto fuera imposible, Leningrado
que mete todo el campo en nuestro hogar.
lo realizó en el cielo y en la tierra.
1956
1944

JULIO HASTA L A ESENCIA MISMA DE LAS COSAS...

Hasta la esencia misma de las cosas


Hay un fantasma dentro de mi casa:
llegar quisiera:
durante todo el día se oyen pasos;
en el trabajo, caminando a tientas,
sombras mueven su cuerpo en la buhardilla...
o en la embriaguez confusa del amor.
Hay un duende escondido en un rincón.
Hasta el porqué del tiempo ya pasado,
Ronda por todas partes a deshora;
la savia que alimenta sus raíces...
se mete donde no le llama nadie;
la luz de sus orígenes,
enfundado en su sábana, se acerca
hasta el soplo que enciende el corazón,
y, de improviso, tira del mantel.
sintiendo el suave tacto
Sin siquiera limpiarse en el felpudo,
del hilo de la vida, de los hechos
llega alocadamente, en torbellino,
para meterme dentro, estar en ellos
y a la cortina toma por pareja
y un mundo con mis manos alumbrar.
subiéndole las faldas al bailar.
¡Ah si del soplo aquel estremecieran
¿Sabéis quién es el picaro granuja
mis dedos la caricia...!
de tan curioso espíritu travieso?
Escribir en tal caso yo podría
Se trata del vecino entrometido
de la virtud de un alma pasional;
que ha venido a la dacha por un mes.
de la injusticia, el cuenco de las manos,
Para su breve tiempo de reposo,
de la caza del hombre,
le entregamos las llaves de la casa:
de la sorpresa en que el azar se esconde,
la borrasca de julio, el airecillo
del pecado diría su sabor;
de julio es nuestro huésped singular.
61
60
su ley descubriría OSIP MANDELSHTAM
descortezando el velo de su grano, (1892-1943)
y entonces ya sabría el gesto mágico
con que apresar su voz.
Irguiendo su estatura, como tilos
temblorosos y firmes,
alineados por cientos o por miles,
cultivaría versos mi jardín:
versos con el aliento de la rosa,
la gracia de la menta, U N DECEMBRISTA
de los juncos, el canto de la siega...
— Así lo atestigua el senado:
con la fuerza del trueno para herir.
Así sembró Chopin el misterioso ¡experiencias como éstas nunca pueden morir!
mensaje de los sotos, de las tumbas, Encendió la pipa y se envolvió en su abrigo
de los campos polacos en su música mientras jugaban al ajedrez en la penumbra.
transida de dolor... Cambió su atónita ambición por una humilde
Que si tenemos preparado el arco, cabana entre los bosques de Siberia,
tirante cada vena, alcanzaremos la quebrantada pipa en los enfermos labios
con nuestra flecha el premio que urdieron la verdad frente a un mundo ca-
por cuyo fruto apuesta el corazón. [duco.
Se despertaba entonces la voz de los quejigos
1956 y gemía sin tregua la ensombrecida Europa.
Versiones de Carlos Alvarez Negras cuadrigas desbocadas
corrían sobre los arcos de triunfo.
A veces, mientras ardía la llama azul del ponche,
entre el rumoroso vaho del samovar,
dialogaba en silencio con la amiga renana,
esa guitarra fiel para cantar la libertad.
— ¡Todavía estremecen tantos vivos clamores
la entraña pura de la civilización!
Pero las víctimas no buscan esperanzas ciegas:
sólo el trabajo y el tesón las guía.

í>r¡
Todo se confunde y, sin embargo, nadie L a palabra no sacia
puede decir que todo, en una gradual indiferencia, la sequedad ardiente de mi boca,
se confunde, mientras es dulce repetir: y sin ti, una vez más,
Rusia, Leteo, Loreléi. se deshabita el soñoliento aire.

1917 Los celos ya son sombras,


pero tu luz me llama
TOMA DE MIS MANOS... y voy hacia ti lo mismo
Toma de mis manos para tu alegría que el reo hacia el tormento.
este poco de sol y este poco de miel, N i amor ni felicidad
según nos enseñaron las abejas de Proserpina. puedo darte por nombre:
han cambiado mi sangre
No puede desatarse un navio ya libre, por otra más violenta.
no puede oírse la sombra calzada de pieles,
no puede superarse el miedo a lo ignorado. Sólo un instante más
y le diré al vacío
Unicamente nos quedan los besos, que no es sino dolor
aterciopelados roces como de abejas breves cuanto de ti me llega.
que expiran al huir de la colmena. L o mismo que una culpa
Vibran en la transparencia selvática de la noche, me atenazas y hacia ti me atrae
tienen por patria el intocable bosque de Taigeto, tu delicada boca de cereza,
se nutren de tiempo, de heliotropo y de menta. arrebatada de última dulzura.

Toma para tu alegría esta pasajera ofrenda Vuelve donde te espero, tengo
pobre collar de abejas moribundas miedo si tú me faltas.
que transforman la miel en sol diario. Nunca te he deseado
como ahora, y todos mis deseos
1920 revierten luego en realidades.
_ \O TANTOS OTROS... Los celos ya son sombras,
pero tu luz me llama.
Como tantos otros, quiero
ponerme a tu servicio, 1920
embriagarte con estos labios míos
que la aridez de los celos agrieta. Versiones de J. M. Caballero Bonald

64 65
MARINA TSVETÁEVA ¡Salud, tormenta de piedra!
(1892-1941) ... Y , con un disimulado
bostezo, vuelves al vuelo
de arcángel de firme paso.
18 de septiembre de 1921

CONATO D E CELOS

¿Te va mejor con la otra?


A L QUE NUNCA SEMBRÓ- Un simple golpe de remos,
AI que nunca sembró y la isla —yo— borrada
lo maldice la tierra. lejos de la orilla, lejos.
E l que nunca sembró ¿Cómo se olvida la tierra
desde el mar, tú me olvidaste?
será polvo, no tierra.
Vuestras almas, como hermanas
... M i mano no sembró.
vivirán: no como amantes.
¿Te agrada más una moza
26 de agosto de 1918
del montón que la elegida
del cielo? Destronaste,
A MAIAKOVSKI
como a tu reina, tu dicha.
Con fuego y humo en la cara ¿Cómo se mueve y encoge?
como un arcángel de paso Cuéntame cómo se afana.
firme sobre las techumbres, ¿Cómo vives, mequetrefe
¡salud, Vladímir hermano! vulgar, perdidas tus alas?
Eres caballo y jinete, "Deja de hacer muecas tontas,
aire suave y viento airado... no interrumpas..." ¿Cómo puedes
"Pesada carga la gloria" vivir con una cualquiera
... y escupes luego en tu mano. viento que no me estremeces?
Cantor de hazañas del pueblo, ¿Es un manjar más exquisito
orgulloso y desastrado, que yo? Si ya no te gusta,
te canto a ti, que pusiste no te quejes. Profanaste
sobre el diamante el peñasco. el Sin ai y tu ventura.
¿Cómo puede ser posible
VLADÍMIR MAIAKOVSKI
que la del montón te guste?
¡Que te azote la vergüenza
(1893-1930)
como el látigo de Júpiter!
¿Cómo vives? ¿Te funcionan
bien la salud y las fuerzas?
¿Ni siquiera te remuerde,
mequetrefe, la conciencia?
¿Han subido los impuestos?
¿Te va bien en el mercado? MARCHA A L A IZQUIERDA
Ahora tienes escayola,
tú, que moldeaste el mármol
A LOS MARINOS
de Carrara (igual que Dios
fue de roca y hoy es polvo...) ¡Desplegad la marcha!
E l que poseyó a Lilith, No es hora de frases altisonantes.
¿sabe revolcarse en lodo? ¡Silencio, oradores!
¿Te gusta lo cotidiano? Tiene la palabra
Te aburriste de una ondina... el camarada máuser.
¿La piel vulgar de una moza Basta de vivir con leyes
acaso es que más te excita? legadas por Adán y Eva.
¿De verdad no te arrepientes? ¡Empujemos al jamelgo de la historia!
En esa sima sin fondo, ¡Izquierda!
¿cómo se vive, querido? ¡Izquierda!
¿Tal vez como yo con otro? ¡Izquierda!
¡Eh, blusas azules!
Versiones de Carlos Alvarez
¡Cruzad los océanos!
Por el hombre,
por este mar de lágrimas,
imprime tu gigantesco paso de millones.
Deja que nos cerquen los bandidos mercenarios,
como lava de acero se desparraman.

69
Rusia no será vendida por los Aliados. CONVERSACIÓN C O N L E N I N
¡Izquierda!
¡Izquierda! C o n tropel de asuntos
¡Izquierda! y maraña de hechos,
el día poco a poco
¿Es que se apaga el ojo del águila? a la sombra se fue.
¿Es que intentan retroceder al pasado?
¡Aprietan Dos en la habitación.
en la garganta del mundo yo
los dedos del proletariado! y Lenin:
¡Adelante, pechos bravos! fotografía
¿O es que los acorazados en l a blanca pared.
tienen ya chatas las quillas? L a boca
Dejad que las coronas protesten
en tensión de discurso,
y se alce el rugido del León Británico.
los bigotes
L a comuna no será sometida.
se adelantan
¡Izquierda!
enhiestos;
¡Izquierda!
en las arrugas de la frente
¡Izquierda!
se condensa

Allá, el pensamiento humano,


en inmensa frente,
detras de las montañas,
inmenso pensamiento.
arde una comarca resplandeciente de sol.
¡Embanderad el cielo! Es seguro,
¿Quién marcha por ahí a la derecha? ante Lenin
¡Izquierda! desfilan miles de personas...
¡Izquierda! Bosques de banderas,
¡Izquierda! hierbazal de brazos...
Me alzo de l a silla
Traducción de Lila Gue>
con radiante júbilo.
¡Quisiera uno
ir, saludar, informar!

70
71
"Camarada Lenin, No se puede
le informo, ni contar los que son
no por deber, sí por afán del alma.
ni motejarlos.
Camarada Lenin, Toda una cadena
un trabajo infernal de tipos
se está realizando, se extiende.
se realiza ya.
Kulaks y burócratas,
Damos la luz, adulones,
vestimos a pobres y desnudos, sectarios
crece y borrachos
la extracción van, orgullosos,
de carbón y mineral. el pecho abombado,
con estilográficas
Y a la vez,
junto a esto, e insignias a montones.
cuánta, Nosotros,
cuánta a todos,
hez sin duda, los aplastaremos.
y cuánta necedad. Mas aplastar
a todos
Te cansas
es siempre difícil.
de defenderte,
de andar a dentelladas. ¡Camarada Lenin,
Muchos en las humeantes fábricas,
sin usted en la tierra
de la mano se fueron. cubierta
de nieves
Cuántos y de trigos,
infames
camarada,
de todas las calañas
con vuestro
andan por nuestra tierra
y en torno a nuestro suelo. corazón
y vuestro nombre
72
73
Y probablemente
pensamos, dirá
respiramos, vuestro profesor,
luchamos
encubriendo en erudición
y vivimos!"
el enjambre de las cuestiones,
que vivía una vez uno
C o n tropel de asuntos
y maraña de hechos, que cantaba al agua hervida
y era enemigo encarnizado de l a cruda.
el día poco a poco

a l a sombra se fue. ¡Profesor,

quítese las gafas-bicicleta!


Dos en l a habitación,
yo Y o mismo hablaré
y Lenin: sobre el tiempo
fotografía y sobre mí.
en l a blanca pared.
1929
Y o , portador de boñigas
Versión de César M. Aleonada y aguador,
por la revolución
movilizado, llamado,
fui al frente
A PLENA VOZ
desde los jardines señoriales
de l a poesía,
¡Respetables mujerona caprichosa.
camaradas venideros!
Ella hizo un agradable jardincito
Registrando — l a hijita,
l a porquería petrificada
de hoy, la casita,
la fuente,
estudiando el palomar-
las tinieblas de nuestros días,
vosotros, " Y o misma hice mi jardincito amable,
probablemente, yo misma lo voy a regar."
preguntaréis también por mí.

75
74
Algunos echan los versos con regadera, ¡Oíd,
otros los pulverizan, escupiéndolos, camaradas venideros,
pien peinados, al propagandista,
bien rizados, al vocinglero-jefe!
¡quién diablos puede entenderlos! Acallando el rumor
Para esta canalla no hay cuarentena, de los torrentes de la poesía,
mandolín ;an detrás de la pared: pasaré por encima
"Tarantena, tarantena, de los tomitos líricos,
te-en..." como vivo
No sería un gran honor hablando con los vivos.
si entre tales rosas
Yo
se irguiesen mis estatuas
llegaré hasta vosotros,
en bulevares
donde tose la tuberculosis, a la comunista lejanía,
no como
donde pasea la... con el bandido
y la sífilis. el lírico héroe al estilo de Esenin.

M i verso llegará
Yo también,
de propaganda a través del lomo de los siglos
harto estoy ya y a través de las cabezas
y bien sería para mí de los poetas y gobiernos.
garrapatear M i verso llegará,
romances para
pero nunca del modo
cual la flecha
Sería más productivo llega en la cacería de liras y de amores,
y más agradable. nnunca como llega
al numismático la borrosa moneda,
Pero yo mismo o como la luz de las estrellas muertas.
me contuve
poniendo el pie Mi verso
en la garganta de trabajo,
de mi propia canción. la mole romperá de los años

76 77
Firmes están
y llegará,
denso, con pesadez de plomo,
prestos a morir
rudo,
visible, y prestos a la gloria inmortal.
igual que a nuestros días
Los poemas están inmóviles
llegó el acueducto
hecho apretando uno con otro los cañones
ya por los siervos de R o m a . de los títulos apuntados
y prestos al disparo.
E n los túmulos de los libros,
E l arma preferida
donde el verso está enterrado,
— l a caballería
cuando encontréis por azar los trozos de hierro de un
[verso de las agudezas—
mío, vosotros, presta está
con estima callada, a lanzarse al grito de ¡hurra!,
tocadlo levantando de las rimas

como una vieja las lanzas puntiagudas.


pero temible arma.
Y todos
estos ejércitos armados hasta los dientes,
Yo,
que pasarán a través de veinte años de victorias,
el oído
te los entrego
con la palabra
no acostumbro a mimar. yo, poeta,
hasta la última hoja,
L a orejita de una muchacha a ti,
bajo un rizo de pelo, proletario
no podrá sonrojarse con ellas, del planeta.
cual si fuesen palabras algo obscenas.
E l enemigo

Desplegando en desfile de la mole-clase obrera


es también mi encarnizado enemigo
los ejércitos de mis páginas,
desde hace mucho tiempo.
yo paso por el frente de mis versos.

78 79
no me importa
el fango del mármol;
Abrí cada tomo ya arreglaré mis cuentas con la gloria;
a r a o s d e M a r X

como en l a casa somos amigos íntimos.


propia
los postigos; Que nos sirva
de común monumento
pero sin libros,
el socialismo
nosotros comprendíamos
construido en los combates.
a qué bando ir
y en qué bando luchar.
¡Generaciones venideras,
Nosotros, comprobad los flotadores
l a dialéctica de las cañas de pescar de los diccionarios!
aprendíamos no en Hegel; D e l Leteo
en el fragor de los combates saldrán a flote
ella irrumpía en el verso restos de palabras tales
cuando, bajo las balas, como "prostitución",
los burgueses huían de nosotros, "tuberculosis",7
como nosotros, "bloqueo".
hace tiempo, Para vosotros,
huíamos de ellos. que sois sanos y ágiles,
el poeta lamía
Dejad los esputos de tisis
que detrás de los genios, con la lengua áspera de los carteles.
como viuda inconsolable,
l a gloria se arrastre
E n el fuego de los años,
tras el cortejo fúnebre.
yo me he de convertir en algo semejante
¡Muere tú, verso mío, a los monstruos antediluvianos con cola.
muere como el soldado de filas,
como nuestros soldados desconocidos ¡Camarada vida,
morían en los asaltos! vamos
N o me importa a caminar más rápidos,
el peso de muchas arrobas de bronce.
81
80
a caminar 5SERGUÉI ESENIN
sobre los años del quinquenio (1895-1925)
el resto de nuestros días!
A mí,
ni siquiera un rublo
me han dado los versos.

Los ebanistas
no me enviaban los muebles a casa.

Y además EL A Y E R QUE DESAPARECE


de la camisa bien lavada,
Los que a Lenin seguimos tras j triunfo,
e

sinceramente digo, muchas cosas aún no comprend^ mos>

no necesito nada. Cantamos canciones nuevas


A l llegar al viejo modo,
al Comité Central como nos enseñaron los abuelos.
de los venideros, Amigos, amigos:
luminosos años,
¡Qué escisión en el país!
por encima de la banda ¡Cuánta tristeza en medio g n jovial ardor!
e t a

de especuladores y bandidos poéticos, ¡Qué ganas tengo


yo alzaré de remangarme los pantalot) es

como carnet del Partido Bolchevique, y echar a correr tras del Komsonjoji
todos los cien tomos Yo no reprocho
de mis a los que se separan por mi pena
libros de Partido.
Los viejos, de los jóvenes se atra$ an

Los viejos, cual centeno sin sega^


Traducción de Inna Tiniánova
se pudren de raíz y se desgranan,
y César M. Arconada
No soy viejo ni joven.
Y el tiempo me condena a j estiércol.
e r

¿Será por ello


que las guitarras de las tabetn as

me provocan dulce sueño?

82 83
¡Suena, suena, Yo los conozco.
bruja guitarra! Triste mirada bovina
Canta, gitana, se asoma en sus ojos.
hazme olvidar Y mientras los demás trabajan,
aquellos días amargos a ellos el verdín cubre su sangre
sin caricias ni afecto. como en fétido estanque.
Con el Poder soviético ¡Que nadie tire piedras al estanque!
me siento ofendido ¡Que nadie lo toque!
porque en mi juventud radiante Saldría un hedor espantoso.
no me enseñó a ver ¡Ellos mismos se pudrirán
el ardor de otra gente en el combate. como las hojas de otoño!
¿Qué vi yo? Sólo batallas. Pero hay otros hombres.
Y en lugar de canciones Son los que creen,
oí sólo el estruendo de la guerra. los que, inciertos, al futuro miran,
¿No será porque loco corría por el mundo los que, rascándose trasero y pecho,
con mi amarillenta cabeza? hablan de la nueva vida.
De todos modos soy feliz. Yo los escucho. Oigo decir
Entre multitud de tormentas a estos campesinos con andrajos:
presencié hechos maravillosos. "Está bien el Poder soviético...
Vistió el vértigo mi destino Pero si hubiera tela... Si hubiera clavos.
con floreado paño de oro. ¡Qué poco esas barbas necesitan!
No soy un hombre nuevo. Su obsesión son el pan y las patatas.
¿Por qué ocultarlo? ¿Por qué de noche maldigo
Cuando intento alcanzar mi suerte aciaga?
a las huestes de acero, Y o envidio
me quedo con un pie en el pasado, a quienes a la lucha se entregaron,
con el otro resbalo y caigo al suelo. a quienes defendieron la gran idea.
Pero hay otros hombres Estropeada ya mi juventud,
más infelices y desconcertados. ni recuerdos me quedan.
Su incomprensión les impide ¡Vaya escándalo!
pasar por el tamiz ¡Menudo escándalo!
de la realidad en que viven. Me encuentro en apurado lance,

84
y que yo estaba condenado
pude otras cosas haber dado
a rodar por la pendiente.
en lugar
de las que se rae daban cual jugando. Querida:
¡Suena, suena, Usted no me amaba.
bruja guitarra! Ignoraba que entre el gentío
Canta, gitana, era yo cual caballo espumeante,
hazme olvidar espoleado por audaz jinete.
aquellos días amargos
Ignoraba
sin caricias n i afecto.
que entre aquella humareda,
L a pena no se ahoga con el vino,
en la fosca tormenta de l a vida
ni se cura el alma
sufría yo, sin comprender
en l a soledad y reclusión.
lo que se avecinaba.
¡Qué ganas tengo
De cara a cara
de remangarme los pantalones
no se ve el rostro.
y echar a correr tras del Komsomol!
L o grande se ve a distancia.
1924 Cuando el mar se encrespa,
corren riesgo las naves.
CARTA A UNA MUJER
¡ Y de pronto
Usted se acuerda, se convirtió la tierra
usted, claro, de todo se acuerda, en una nave!
cuando andaba nerviosa Alguien
por l a estancia empuñó majestuoso el timón
— y o a l a pared pegado— rumbo a la nueva vida prodigiosa
y me reñía por entre vendavales y tormentas.
con acerbas palabras. ¿Quién no se cayó en la cubierta?
¿Quién no vomitó y no maldijo?
Decía usted Pocos hubo que no se mareasen,
que había llegado
que venciesen aquel torbellino.
la hora de separarnos,
Entonces
que a causa de mis locuras
entre un clamor salvaje,
sufría mucho,
sabiendo bien lo que me hacía,
que iba a dedicarse a sus cosas,

86
bajé a la bodega lo que fui antes,
para no ver vomitar a la gente. lo que soy ahora.
Aquella bodega Querida:
era eso: la taberna. Me complace comunicarle
Y o me entregué al vino que no rodé por la pendiente.
para no padecer por nadie Vivo en el Territorio Soviético
y hundirme como el más entusiasta adherente.
en la embriaguez. No soy ya
Querida: el de antes.
La hice sufrir, es cierto. Ahora no la haría sufrir
En sus cansados ojos como entonces.
se asomaba la pena Tras la bandera de la libertad
al ver que yo, ostentosamente, y del trabajo luminoso,
me consumía en escándalos diarios. estoy dispuesto a ir
Pero usted ignoraba al fin del mundo.
que entre aquella humareda, Perdóneme...
en la fosca tormenta de la vida, Sé que usted no es la de ayer.
sufría yo, Ahora vive
sin comprender con un marido serio, inteligente.
lo que se avecinaba... A usted no le hacen falta
nuestros duros quehaceres,
y yo tampoco
Han pasado los años. le hago la menor falta.
M i edad es ya otra. Viva bajo
Ahora pienso de distinto modo. el signo de su estrella,
Ahora brindo en los días de fiesta bajo su mansión renovada.
por el gran timonel. La saluda su amigo
Me embargan hoy que jamás la olvida,
amables sentimientos.
A l recordar su angustia
Serguéi Esenin.
quiero apresurarme
a decirle
Traducciones de José Santacreu
89
SHAGANÉ A L P E R R O D E KACHAJLOV

¡Shagané, mi dulce Shagané! Dame tu pata, por si hay suerte, Jim.


Será porque sea del norte, Una pata así no vi en mi vida.
me dan ganas de hablarte del campo, Ladremos a este tiempo en calma
del centeno rizado a la luna. bajo la luna que nos acaricia.
¡Shagané, mi dulce Shagané! Dame tu pata, por si hay suerte, Jim.
Será porque sea del norte,
No seas así, no te relamas tanto.
y la luna allí es mucho más grande...
Sólo quiero que caigas en la cuenta.
Aunque sea muy bello el Shiraz,
Porque tú no sabes lo que es la vida
las vegas de Riazán son mejores.
y que vivirla merece la pena.
Será porque sea del norte.
Me dan ganas de hablarte del campo. Sé que tu dueño es amable y distinguido
Mis cabellos los cogí al centeno; y por su casa pasan muchos caballeros,
átalos a un dedo si quieres, y todos ellos, sonriendo, pretenden
que dolor no siento ninguno. acariciar tu piel de terciopelo.
Me dan ganas de hablarte del campo.
Aun siendo perro eres una delicia:
Del centeno rizado a la luna,
juguetón, ingenuo y cariñoso.
por mis bucles tendrás una idea.
Y sin pedir a nadie permiso,
Bromea y sonríe, querida, besas, como un borracho, a todos.
pero no despiertes el recuerdo
del centeno rizado a la luna. Amigo Jim, entre esos invitados,
¡Shagané, mi dulce Shagané! hubo tantos así y de mil maneras.
Hay en el norte una muchacha, Dime, ¿aquella tan callada, la más triste,
que se parece a ti tanto... no la has visto entrar por esa puerta?
Tal vez de mí se acuerde. Ella vendrá, te juro que vendrá,
¡Shagané, mi dulce Shagané! y si, por desgracia, yo no estuviese,
lámele por mí, tiernamente, la mano,
por todo cuanto fui culpable e inocente.
1925

91
UNA LUNA VAGA Y ENFERMIZA Cuando siento rugir a los motores
entre la nieve y las tormentas,
Un dolor de llanuras sin fin yo por nada del mundo querría
y una luna vaga y enfermiza, volver a escuchar las carretas.
fue lo que vi en mi loca juventud,
lo que queriendo tanto, maldecía. Traducciones de Agustín Arguelle

Por los caminos, sauces marchitos


VOY CRUZANDO E L V A L L E
y el canto de las ruedas de los carros.
Y o por nada del mundo quisiera
Voy cruzando el valle, la gorra en la nuca.
volver otra vez a escucharlos.
En el fino guante, mi mano morena;
a lo lejos brillan estepas rosadas
Las chozas ya no me conmueven, y el río anchuroso tranquilo azulea.
el fuego del hogar he aborrecido,
y al manzano, de nieve en abril, Soy despreocupado, nada necesito,
viendo el campo yermo, le perdí el cariño. sólo oír canciones y hacerles yo coro,
que emane tan sólo un frescor ligero,
Ahora en otras cosas pongo mi esperanza. que siempre esté erguido este talle mozo.
A la claridad de esta luna tísica, Salgo del camino, bajo la costana.
a través de la piedra y del acero, ¡Cuánto campesino con ropa de fiesta!
veo el renacer de la tierra mía. Susurran rastrillos y silban los dalles.
"¡Eh, poeta, escucha!, ¿tienes o no fuerzas?
¡Rusia campesina, basta de arrastrarse
Baja de las nubes, mejor es la tierra.
con viejos arados por todos los campos!
Si al trabajo amaras como al valle nuestro...
Cuando te contemplan olmos y abedules,
¿No eres de la aldea, no eras campesino?
al verte tan pobre, se ahogan en llanto.
L a guadaña empuña, muéstranos tu fuego."

No sé qué luz nueva me traerá el destino; No es pluma el rastrillo ni tampoco el dalle,


aún está por ver qué valgo en la vida. mas el dalle traza estrofas sin par,
Sin embargo, ansio ver como de acero y en la primavera, con sol o con nubes,
a esta tierra mía, tan triste y tan mísera. las leen las gentes de cualquier edad.

93
;Que se vaya al diablo mi traje a la moda! Y qué más da, llegará otro;
¡Dadme la guadaña, ahora vais a ver! no acuciará la pena al que ha marchado;
¿No soy de los vuestros, no somos iguales, y a la amada que se quedó
pensáis que la aldea dejé de querer? le compondrá el que llegue nuevo canto.
No me importan hoyos, tampoco terrones,
Y oyendo la canción, la amada,
qué hermoso en la suave niebla mañanera
en silencio, con el nuevo amante,
trazar en la hierba versos con el dalle
tal vez se acuerde de mí
para que los lean caballos y ovejas.
como de una flor incomparable.
Hay en esas líneas palabras, canciones,
y yo estoy alegre, sin pensar en nada, Versión de Vicente Arana
puesto que leerlas cada vaca puede
y pagar por ellas con leche templada.

Traducción de María Cánovas

L A S F L O R E S M E D I C E N ADIÓS

Las flores me dicen adiós,


inclinando al suelo sus tallos,
que nunca más volveré a ver
su rostro y el suelo patrio.
¡Bueno, amigos míos, bueno!
Os he visto y vi mi tierra,
y este temblor sepulcral,
como nueva caricia mi alma acepta.
Y porque la vida la comprendo
como el que pasa de largo y se sonríe,
a cada instante de la vida digo:
todo en el mundo se repite.

95
EDUARD BAGRITSKI Hay fuego en el aire,
(1895-1934) negrura en las ramas.
¿Por qué tu cabeza
de llanto se inflama?
¿Por qué de tus labios
el gemido salta?
¿Por qué de tus ojos
el sueño se escapa?
(Duerme, duerme, duerme...)
L A MUERTE DE L A PIONERA Por la puerta pasa
tu madre. Te mira
En la tormenta tiemblan regando tu cara:
hojas de lluvia... —¡La isba se hunde,
¿Ay, qué verde el gorjeo Valentina, Valia!
de la curruca! La cruz del bautizo
¿Qué tienes, qué miras te traigo; la casa
Valentina, Valia? se cae de desorden:
En el cuarto blanco mis manos no bastan...
de puerta pintada, el polvo es el dueño
crece en tus mejillas de nuestra cabana...
—como telaraña— gallinas y cerdos
de la escarlatina sin techo ni paja...
la fiebre que avanza. mugidos el hambre
despierta en la vaca.
Tus labios ardientes Ten la crucecita
no dicen palabras del bautizo. ¡Nada
Los médicos buenos malo puede hacerte,
quieren verte sana; Valentina, Valia!
por tu pelo al cero
su caricia pasan... ... Y el llanto en las viejas
¿Qué tienes, qué miras, mejillas resbala,
Valentina, Valia? mientras la tormenta
toca la ventana. En Setún y en Kúntsevo,
Los ojos inciertos por doquier aguardan
de fiebre abre Valia. los pioneros, puestos
Los mares rugientes sus ojos en Valia...
envían la carga
de sus nubarrones
Y , mientras, la madre
de lluvia y borrasca.
tristeza derrama:
Sobre el hospital, ni dará más besos
en filas cerradas, a la flor amada,
legión tras legión, ni pondrá en la fiebre
las nubes levantan su ternura blanca,
y tienden al viento ni el hilo de vida
pañuelos de llama. salvará de Valia.

Diluye la lluvia
las nubosas capas, —Para ti mis manos
dibujando miles el ajuar trenzaban:
de cuerpos, de caras. vestidos de seda,
vajilla de plata.
Vencida la presa, Para darte dote,
la tormenta lanza de noche velaba
sus blusas azules cuidando las aves,
de nubes, de ráfagas. ordeñando vacas;
para que tuvieras
Clamor de clarines vestidos y galas,
el silencio rasga, y al altar llegases
y en el hospital altiva, velada.
que besan las aguas, Ten la crucecita
con ritmos marciales del bautismo. ¡Nada
los pioneros marchan malo puede hacerte,
legión tras legión, Valentina, Valia!
cual anuncio del alba.
¡Qué torpes me suenan Contempla en el cielo,
mis cortas palabras! mi pequeña Valia,
¡No mueren los jóvenes! cómo tu bandera
¡Los jóvenes cantan! de viento se inflama,
y mientras el rojo
A l grito de sables
cubre la montaña,
voraces de danza,
el trueno te dice:
los hielos de Kronshtadt
—¡Alerta, m i Valia!
a luchar llamaban.

Y en férreos caballos, (La hierba del prado


allí derramaban se viste de escarcha...
nuestra sangre joven .Azul de pioneros,
por calles y plazas... la blusa de Valia.)

Y , desde l a muerte,
la voz que reclama; Su pequeña mano,
los ojos que miran; de la ingenua cama
el pecho que canta. igual que una ninfa
la niña levanta,
¡Que pose en nosotros y rompe el silencio:
su vuelo las águilas! —¡Estoy preparada!
¡Que el fuego del héroe ... y cuando, sin fuerzas,
nos temple las armas! transparente y clara,
parece que inventa
¡Que riegue l a sangre
la blancura Valia,
nuestra tierra amarga!
la cruz se derrumba
¡Que brote una nueva
sobre su almohada.
juventud con alas!

... Y que en este breve U n calor azul


cuerpo, como el agua abre l a ventana;
de la primavera, el sol su homenaje
la canción renazca. de luces derrama.
y tras los cristales PÁVEL ANTOKOLSKI
las currucas cantan (1896)
cuando llora y llora
la madre de Valia.

Pero la leyenda
no muere, que canta:
cuando nace un niño,
cuando ríe, canta;
cuando los muchachos EL HIJO
crecen, ella canta...
L a dice el soldado, PRÓLOGO
la esparcen las lanzas,
la siembran los vientos ¿Me escuchas, Vova? ¿No he llegado tarde?
en todos los mapas. Hablemos en la brecha hoy con calma.
¿Por qué no nos escribes
Versión de Carlos Alvarez ni al padre, ni a la madre, ni a la hermana?

No puedes levantar más la cabeza,


no puedes ya mover tus manos de hombre,
no puedes ya secarte más las lágrimas
ni pueden respirar más tus pulmones.

¿Por qué tus ojos guardan para siempre


ese rotundo azul tan suyo, Vova?
Con tus párpados tristes, calcinados,
¿no volverás a ver ninguna aurora?

Mira a través de las enredaderas


una casa radiante, en fresca sombra.
Mira los puentes sobre abruptas quiebras
que tender tú soñabas. ¡Vaya obras!

103
Dime, ¿vendrá a verte esta mañana EPILOGO
la que de inquietud llena tu vida,
la de los rizos áureos, la mejor, Adiós, sol mío. Vida mía, adiós.
la que a nombrar yo no me atrevería? Adiós, mi juventud, mi hijo adorado.
Pongamos fin a este relato flébil
¿Oyes los cañonazos? sobre el más noble de los solitarios.
Son los nuestros, en rápida ofensiva.
Sonó la hora. Vova, levantémonos, Con tus dieciocho años, en el relato quedas.
vamos a combatir con energía. Solo. Fuera del aire y de la luz.
En el postrer suplicio inenarrable,
Y me responde mi hijo entrañable sin reposar en eterna quietud.
—en llamas la cabeza, el cuerpo inerte—
desde la lejanía inabarcable ¡Ay, cómo nos separan los caminos
que atraviesa todos los frentes: del tiempo y de los montes escabrosos
que entre sus matas guardan con cariño
"Déjame en paz, mi padre adorado, tu cráneo roto, cubierto de polvo!
no me llames, querido, no me llames,
que volamos por ruta intransitada Adiós. De allá no vienen trenes.
a través de incendios y de sangre. Adiós. Y allá no va ningún avión.
Ningún milagro espero, pues los sueños,
Los amigos caídos en combate mi Vova, sueños son.
golpeamos a las nubes con las alas.
Y no podrá volver a este mundo Yo sueño que eres pequeño, dichoso,
nuestra escuadrilla amiga y cohesionada. y vas pisando con tus piececitos
esta tierra que a tantos ha inhumado...
No sé, padre, si nos encontraremos. Así termina el relato de mi hijo.
Sólo sé que la lid no ha terminado.
Granos de arena somos tú y yo en el universo, Traducciones de José Santacreu
y más no volveremos a juntarnos."

104 105
NIKOLÁI TÍJONOV Si se hicieran clavos de hombres como éstos
(1896) en el mundo no existirían clavos más firmes.
1919-1922

Versión de Nicanor Parra

PEREKOP
Como diamante sobre diamante se precipitan las estre-
B A L A D A D E LOS C L A V O S [Uas,
el viento ya no mece a los cipreses;
Con toda calma terminó de fumar su pipa, la careta antigás, fusil y cartuchera
con toda calma desapareció la sonrisa de su rostro. y una libra de pan para tres bocas.
La bruma envuelve los viñedos verdes
"¡Destacamento, alinear! ¡Oficiales, al frente!"
con fino encaje azul.
A pasos secos se acerca el capitán.
Tres años sin dormir ni una noche,
tres años de disparos, humo y hambre,
Y las órdenes revisten solemnidad máxima:
pero el soldado cumple fiel las órdenes.
"Levar ancla, a las ocho. Curso Este.
"Cepos, cepos y cepos
Los que tengan mujer, hijos y hermanos
para los regimientos rojos"...
deben escribir: no volveremos. La bayoneta y la culata rotas,
Por lo menos será un gran partido de palitroque." y sobre el cuello silba recio el lazo.
Y el más viejo respondió: " A su orden, mi capitán." Se lucha por los montes, el mar y las estrellas,
y cada paso es nuestro y no es nuestro.
Y el más joven y temerario
Los perros bajan rápidos del monte
miraba al sol encima del agua.
tendiendo puentes vivos sobre el Sivash.
"No importa a dónde —dijo—, Pero los muertos, antes de caer,
es hasta cómodo yacer en el agua."
dan un paso adelante.
E l amanecer golpeó los oídos del almirante: No mandan hoy ni balas ni granadas
"La orden ha sido cumplida. Nadie se ha salvado." ni podemos retroceder.

106 107
Pues a nuestras espaldas se encuentran C O M O L A HUIDIZA E S T E L A D E LOS REMOS..
niños sin ojos y niños sin piernas,
poblaciones sin pan, sin lumbre ni agua Como la huidiza estela de los remos,
entre las ruinas de las carreteras. como el rumor del cable de telégrafos,
como el ansioso grito de las aves
Tras los montes se encuentran el sol, la dicha, el ocio. que se despiden hasta primavera
¡No importa que ello sea un espejismo!
Y cuando miles de hombres gritan "¡Fuera", como esas radios que ninguno capta,
la voz cobra más fuerza que un ciclón. como ruta de palomas mensajeras,
como estos versos que respiran lasos,
Cuando el ojo de pez de la alta luna
igual que yo, pensando en ti por siempre.
se cubre tras las nubes, sale el sol
para nosotros, fulgiendo en la sangre
Todo ello no es sino una viva angustia
de nuestras bayonetas rotas.
de la que ya no puedo separarme.
Los delfines retozan a lo lejos, Tal vez me pidas: Habla más sencillo.
el espacio cunea a las gaviotas. Y yo hablaré según lo pidas.
Y largos buques grises
se dan la vuelta hacia el Bosforo. Si digo que es de estoicos separarse
lo hago para reprimir las lágrimas.
Bajo los árboles, tumbados sobre No caigas en la cama, atribulada,
la yerba, soñamos poder dormir más blanca que la tiza.
por vez primera ausentes y sin sangre,
por vez primera al cabo de tres años. Pero tú, mi zozobra deliciosa,
dirás alguna vez mirando al cielo:
Soñamos que ya en cien años de vida
¡El ve la misma senda de la luna
no se verán más tales desventuras.
y las mismas estrellas como hechas de hielo!
Pero sobre ello no se pueden hacer canciones
ni se puede contar de cualquier modo.
Traducción de José Santacreu
Versión de César M. Arconada

108 109
L A GARLOPA
VASILI KASIN
(1893)
Rápida, garlopa, arrástrate de prisa,
cuchichea, canta en el banco,
peina la madera con tu acero,
con tu peine caliente de acero.

¡Ay rubios rizos de madera,


revoloteando hacia el suelo!
Sois aromáticos y dulces,
MAYO LABORAL
como untados de miel.
Golpeo, golpeo con el martillo, ¿Recuerdas, garlopa,
doy vueltas, doy vueltas al tubo: su despedida rápida, agitando
repercute el estruendo sus rubios rizos deliciosos,
en el aire y en cada casa. pisando tenuemente las virutas?

Muerdo con las tijeras En aquel instante, te hundí


el duro borde del hierro, profundamente en la madera. Luego
siento caer a mis pies de aquella silenciosa despedida,
una viruta tras otra. dejé que el polvo te cubriera.

En la calle, después de los fríos, Y he aquí que hoy al encontrarte, muda,


rebullen las obras. evocas en mi alma aquellos rizos,
Oh cuántos, cuántos charcos en mayo, y cuando rozas, rápida, la tabla
trocitos de cinc azul. hablas como sus rizos: susurrando.

L a gotera, tal un martillo, Rápida, garlopa, arrástrate de prisa,


golpea fuerte el canalón. rumorea, canta en el banco,
Suenan pausados golpes peina la madera con tu acero,
en los barriles y en los cubos. con tu peine caliente de acero.

Versiones de Blas de Otero

10 111
ILIÁ SELVINSKI Y no porque estos campos de trigo
(1899) me saluden.
Ni porque en torno al roble se mueva el cáñamo
medio en sueños.
Sino porque fue aquí
donde nació la gran verdad
de todas las tribus, pueblos y razas,
la gran verdad de todos los corazones torturados.
Y pase en el mundo lo que pase,
yo sé muy bien que éste es el país
A LA PATRIA que los antiguos buscaban en las canciones
a través de la niebla de las lágrimas.
¿Por qué amo la patria? República, tu camino es duro,
¿Por el rumor de sus robles? pero me miro en tus ojos y me digo:
¿O porque en ella veo ¡Qué suerte
rasgos de mi propio destino? haber nacido en ti!
¿Dónde reside el secreto: en el simple hecho
1947
—al margen de todo razonamiento—
de que nací Versión de Nicanor Parra
a este lado del río?
¿Y quiere decir que por este simple hecho
no podré olvidar en la vida
el vuelo de la nieve en nochebuena
y las bandadas de chovas en la nieve?
Pero si yo hubiera nacido
en la otra orilla, y no en ésta,
¿reconocería mi alma
otra patria?
¡No! Porque aunque hubiera nacido
lejos, en la tierra de las palmeras,
siempre viviría aquí, eso no se puede dudar,
aunque no fuera sino en sueños.

112 113
ALEXÉI SURKOV En la primera línea de fuego, bajo banderas desgarradas,
(1899) en el ajetreo de los altos en las marchas,
mientras construía fábricas y esgrimía planes,
aprendió a tener siempre listos fusil y corazón.

Y no es en absoluto una desgracia que el espíritu


de la aventura
no viva en su cuerpo, duro, habituado al trabajo.
Lo amo todo en él, desde el corazón al cordón rojo,
HÉROE sin olvidar la estrella arrugada de su capote de soldado.
1928
Lo confieso. M i "musa" no tiene mucho que ver con
[lo exótico. Versión de Nicanor Parra
Poco habituado en su niñez a los juegos de caza,
mi héroe no fue a Chukotka a matar osos marinos
ni apuntó al ojo del rayado tigre. TRINCHERA
E l noroeste no sacudió sus espesos cabellos A Sofía Krevs
bajo la vela anaranjada de una frágil embarcación.
No fue a descubrir polos ignotos Crepita el fuego dentro de la estufa,
y no ocultó fardos de contrabando en los desfiladeros. lagrimea en los leños la resina,
y el viejo acordeón en la trinchera
En resumen, mi héroe es un personaje parco me habla de tu sonrisa y tus pupilas.
en materia de exotismo,
poco tiene que ver con los versos floridos. Me susurran tu nombre los arbustos
M i héroe fue soldado raso de la gran revolución, de cerca de Moscú, con nieve fría.
toda una época de combates se apoya en su hombro. Quisiera que escucharas tú mi voz
sonora de añoranzas infinitas.
Torturado por el tifus, las alarmas y los piojos,
por los caminos de la guerra, de Chita al Donbás, Ahora tú estás, amada, lejos, lejos,
subdito de la revolución mundial, entre nosotros, nieve y lejanía,
marchaba el soldado de la guardia de la clase insur- ir hacia ti no es fácil, como sabes,
[gente. y la muerte a dos pasos me vigila.

114 115
Reta tú a la nevasca, acordeón, AL ALBA
y sin cesar llama a mi errante dicha.
M i amor inextinguible, en la trinchera Yo me contentaría en mi cansancio
fría, me da calor y me da vida. con un grito de la dicha humana.
Antes del alba, en los tejados rojos,
¡En las cercanías de Moscú, 1941
oigo rumorear la parra verde.
Versión de César M. Arconada
Un viento caluroso ya acaricia
los troncos con su ruda, áspera mano.
Por tu hálito sereno reclamado,
POR L A P R I M E R A V E Z . . .
abrí la puerta, atravesé el umbral.

Por la primera vez salí para la guerra,


Escuché. Los sonidos de la noche
me dieron un billete para un viaje muy largo.
eran los mismos y las mismas ramas
Dieciocho años tenía y ya es la cuarta vez
y el mismo sueño, tu apacible sueño
que arrastro por la guerra mi carga de soldado.
que deja en paz mi alma sosegada.
Los años fueron duros,
alumbrados por el rojo de los incendios. E l aire azul, caliente de la noche,
M i juventud pasó sin yo verla a mi lado, también seguramente te traerá,
se emblanqueció mi pelo... como a través de un sueño, las estrellas
Sin huellas de las balas, sin que el calor me queme que el alba hace que nazcan como flores.
ando al borde del fuego.
Creo que fue mi madre quien con sus sufrimientos Y la hiedra saluda hasta a los pájaros
me preservó la vida. a través del encaje de las vallas.
E l tiempo nos impuso pruebas de fuego y plomo. De mi sueño hablará la parra verde
Venceremos, dijimos. Y luego: Volveremos. a las frías tejas rojas...
Traeremos la alegría. Todo volverá a ser.
Por algo nos asaltan unos sueños confusos Versiones de Rafael Alberti
que hablan de una región soleada feliz... y María Teresa León
Después de las desgracias de aquella primavera,
pronto aparecerá el mayo deslumbrante.
Cercanías de Rzhev, 1942

116 117
STEPÁN SCHIPACHOV JUNIO D E CEREZOS F R A G A N T E S
(1899)
Junio de cerezos fragantes
vierte ligeras flores blancas
sobre los hombros de la mujer,
sobre su blusa a cuadros.
Viene levemente vestida
y se estremece un poco.
Una corona en su cabeza
es la atada trenza dura.
N O M E IMPORTA L A M U E R T E
Mordisqueando una ramita
que le amarga en los labios,
Los años no me importan, ni la muerte,
baja corriendo la colina
ni ser piedra, raíz o polvo inerte.
entre las frondas del sendero.
Triunfando del hedor y de mi suerte,
Y a solas, es el encuentro.
cuando una moza oliendo a manzanilla
Nos miramos a los ojos
pase por los jarales de mi muerte,
y de repente, en la calma,
besaré con mi polvo sus rodillas.
algo me pone muy triste.
1940 ¿Qué es? Decirlo no acierto.
Tal vez mi cabeza blanca,
o que al encontrarnos, serena,
APRENDED A CUIDAR E L AMOR ha desviado los ojos.
¿Tienen por eso hiél mis labios
- Aprended a cuidar el amor, cuando refieren este encuentro?
llama que mengua con los años. Junio de cerezos fragantes
L a luna, el banco y la flor bajo el frío cielo norteño.
es ardor de veinte años.
No sólo el rosa es color, 1952
amor es canción de años.
Que amor no se llama amor LA PALMA D E LA MANO
sin nieve ni desengaños.
Palma de la mano,
ancha, grande, de hombre.

119
Palma, MIJAÍL ISAKOVSKI
te cruzan rudos caminos, (1900)
lineas claras
que fijan tu destino.
Palma,
por el pico encallecida
en la mujer te posas tímida.
Imagen de la vida, relicario
de los años en vuelo,
cuando coges el agua VUELAN LAS AVES DE PASO
en ti se copia el cielo.
Vuelan las aves de paso
Ancha, con cinco puntas
en la lejanía azul del otoño,
nadas y partes el río.
hacia los países cálidos,
En el Ejército Rojo,
pero yo me quedo contigo.
el asta de la bandera
Pero yo me quedo contigo
alzas con brío.
tierra que siempre amaré.
Dulce,
Yo no necesito la costa turca,
acaricias al hijo
a mí no me hace falta el Africa.
con desvelo y ternura...
y al malvado castigas Marchando con el fusil al hombro,
con bofetada dura. cuántos países no he visto.
Redonda, la manzana reposa No existe pena más amarga
como el mundo, en tu mano. que la de vivir lejos de ti.
¡Qué noble y hermosa Cuánto no he pensado en ti,
es la palma de la mano! con mis amigos, en tierras lejanas,
no existe deber más sagrado
Versiones de Antonio Gavina que cumplir tu voluntad.
No importa hundirse en los pantanos
ni congelarse en los hielos.
Si me lo ordenas de nuevo,
de nuevo lo haré con gusto.

121
Mis esperanzas y deseos he venido a celebrar contigo
son las esperanzas tuyas. mi día, la fiesta del regreso."
Tenemos los mismos deseos Pero nadie contesta al soldado,
el mismo, mismo destino. nadie lo recibe,
el cálido viento del verano
Vuelan las aves de paso mece la hierba de la tumba.
hacia los países cálidos, E l soldado suspira, se ajusta el cinturón,
vuelan detrás del verano, abre su mochila
pero yo no quiero volar. y deposita una botella de aguardiente
Yo me quedaré contigo sobre la hierba gris de la tumba.
mi tierra amada. "No me censures, Praskovia,
No necesito sol extraño, por haber venido como vengo.
extraña tierra no quiero. Sentí deseos de beber a tu salud
y voy a beber a la salud de tu alma.
1948
Se reunirán los amigos, las amigas,
pero tú y yo jamás..."
LOS ENEMIGOS INCENDIARON SU C A S A Y en su jarro de metal el soldado bebió
dolor mezclado con aguardiente.
Los enemigos incendiaron su casa, Sí, el defensor del pueblo
mataron a toda su familia. bebió y dijo con el corazón dolorido:
¿Adonde puede ir ahora el saldado? "Cuatro años caminé hacia ti
¿A quién podrá contar sus penas? y llevé la victoria a tres países..."
Ebrio de dolor, el soldado llega E l soldado se embriagó y derramó una lágrima,
a una encrucijada del camino una lágrima de esperanzas frustradas,
y en el campo vasto, encuentra mientras relucía en su pecho
una tumba cubierta de hierba. la medalla por la liberación de Budapest.
E l soldado se detiene, cree
1945
tener terrones en la garganta.
Dice el soldado: "Recibe, Praskovia, Versiones de Nicanor Parre
al héroe, a tu marido.
Prepara para él una buena fiesta,
pon en la isba la mesa grande:

122 123
VERSOS, VERSOS, INQUIETUD MIA...
ALEXANDER PROKÓFIEV
(1900)
Versos, versos, inquietud mía,
sin inquietud vivir no puedo.
Conmigo vais por los caminos
y en halagos no os envuelvo.

Hay que templarse con la vida


porque la vida está en lo cierto;
VERSOS A RUSIA vosotros vais sin rumbo fijo
como palabras sin concierto.
I
Y a es el calor quien os agosta;
Tengo necesidad de hablar de Rusia ya os apartáis de los senderos,
de modo que mi verso todos digan ya como banda de chiquillos
en alta voz, de modo que ese nombre os echáis a volar inquietos.
más fuerte que otros nombres se repita,
más que el del amor o el de la madre, Versos, versos, inquietud mía,
y llevarlo en los labios con deleite sin inquietud vivir no puedo.
hacia las olas que a lo lejos cantan Conmigo vais por los caminos
y el viento en cuna azul siempre las mece. y en halagos no os envuelvo.

n
E L CORAZÓN D E L SOLDADO
Cuántas veces contigo he estado a solas,
y te pedí tu ayuda, tu consejo, En el corazón le clavan la bayoneta al soldado.
y siempre, Rusia, fuiste mi destino, L a sangre en el suelo ardiente al instante forma un
mi hermosa luz, la estrella de mis sueños. [charco.
Me dio tu luz la maternal mirada, Los amigos en la tumba han colocado al soldado.
penetraste en mi pecho y en mi sangre, En el frente los cañones suenan con fragor lejano.
y si al fin esa luz se me extinguiera, La tarde declina pálida, envuelta en humo liláceo,
mi corazón estallaría al aire. estrellas de color lila apenas mueven sus párpados,
Versión de César M. Arconada
y pasan sin detenerse vientos de color morado...

124 125
En su turaba queda solo, para siempre, aquel muchacho. Y tal vez una fruslería
Por dos sembrará la esposa, por dos segará en verano,.. que sólo yo pude querer.
Pero no puede estar yerto el corazón del soldado; Tal vez algún sonoro verso
sin vida no puede estar bajo la anchura del campo. cantando a una bella mujer...
Se abre la tierra y le dice: "Perdona". Y en ese espacio
donde el corazón yacía, creció un hermoso manzano Traducción de José Saníacreu
con capullos olorosos de color rosado y blanco.
Y cuando el viento lo mece, se oye un susurro en el
[árbol.
... Late inmortal en la tierra el corazón del soldado.

Traducciones de María Cánovas

D E N U E V O HOGUERAS D E M A L E Z A . . .

De nuevo hogueras de maleza


han jalonado mis caminos,
de nuevo sobre nuestros hombros
el verano se ha consumido.

Se ha ido muy lejos el verano,


allá donde no vuela el águila.
De nuevo, absorto en mis quehaceres
no lo atendió mi alma ingrata.

Nos despedimos para siempre


y huyó tras la raya del mar.
Se llevaba obras y tiempo
de mi hermoso país natal.

126 127
VLADÍMIR LUGOVSKÓI Y vuelan las parejas:
(1901-1957) crujiente correaje, los cadetes,
pero las niñas: zapatos remendados
y viejas blusas...

Enorme cobre.
Bocas abre la banda,
seis meses sin tranvías,
y en las calles
E L BAILE D E LOS CADETES se agrupan las tinieblas.

N i lista Regia la sala, pero hace frío.


ni cometas que toquen a formar. ¿Y si mudáramos de danza?
Húngara danza bailan los cadetes. ¡Con más fuerza abrazarte...!
M i l novecientos diecinueve. ¡Cruzar palabras trascendentes...!

De mármol blanco, gran sala. ¿Qué viste tú, delante?


Candiles, el escenario. ¿Negra nieve o andén de la estación,
Gritan las trompetas: ¡alto...!, bóvedas inquietantes
primer amor. o tren nocturno: marchan los cadetes?

Coro, anchuroso, vacío,


Anhelado camino.
sombras tan sólo mueven las alas:
¿Al Norte, al Sur?
centenarias arañas zaristas,
Y que la Patria Rusia
frío cristal, tintineante.
a los cadetes llama.
¡Alarma, alarma, alarma...!
Baja,
desciende el jefe,
Coro, cielo de diciembre,
las blanquecinas sienes alisándose.
marcos o retratos, trastos viejos,
¡Espléndida de truenos,
pan de espinas,
la danza de cadetes
contigo lo compartiré.
bailoteo...!

128
¡Cadetes, cadetes, cadetes! Prodigio y poderío,
¡Celebrad la noche de despedida...! continúa luciendo.
Y el rumor de decrépito lazo, Y ante tu destino,
se aleja para siempre. sombra soy de un grano de arena.
Pero mira que veo, sé,
Atruena el baile de cadetes
calculo y pienso:
el año diecinueve
tengo poder sobre ti.
antes que toquen a marchar,
antes que oscilen las cantimploras.
1940
NUESTRA ÉPOCA
L A ESTRELLA
Medio siglo por delante.
Estrella, estrella, fría estrella V i mucho. Mucho no vi,
tras agujas de pinos vas bajando. ni en la tierra ni en el alma.
¿Dónde al amanecer desapareces sin dejar rastro? Comprende, es mi confesión:
¿De qué vacíos vuelves participé en los hechos
al anochecer...? históricos del hombre.
¿Qué hago yo, simple criatura
De tu lejano mundo alado,
de este siglo?
torbellino de fuego:
Hablar de esta época mía,
núcleos o calor de los átomos fundiéndose.
única en el mundo,
¿Tan helada mirada
del gigante que se alzó
a mí, grano de arena,
sobre toda la tierra
en la corteza terrestre...?
para cargar sobre sus espaldas
¿Te mataron quizás la vida y el destino
en este instante? de todo el planeta.
¿No existes más, desde hace tiempo? ¡Cómo la vida es única...!
Estrella, luz senil,
tú, decrépita vieja, Vuelan los mundos,
que apenas reconoces los Estados sucumben
nuestra tierra. en el cerebro de las gentes.

130
Los pueblos ven de noche, Epoca viva, con honradez, soy tuyo,
en la meditación del hombre, hasta la corazonada del último pensamiento.
los caminos trazados. Camino, fuerzas motoras,
a Octubre, al Pueblo, a Lenin.
Gota tan sólo, gota que eres, Ellos van dentro de mí
tan sólo gota en el Océano y yo voy dentro de ellos.
de la Historia del Pueblo.
Somos inseparables.
Tú en ella y ella en ti,
En lo que escribí el día de hoy,
por ella tú respondes,
oigo voces, pensamientos
por las victorias, las glorias,
de otros, aún vivos o muertos.
por torturas, por errores.

Himno, bandera y escudo Lo canté como lo vi,


de aquellos que te condujeron. como conocí y soñé.
¡Ay, cuánta amarga laguna...!
¡Ay la timidez del débil ¡Diez vidas para vivir,
horror del mirar de frente, para narrar la riqueza, nuestra vida,
de las luchas enconadas! lo principal que aportamos al mundo!
¡Cuánto amo la nocturna dulzura
y el calor animal! ¡Tuyo soy, época viva, todo tuyo!
Sustituyo lo viejo, a la mitad del siglo.
Pero, aunque perspicaz, Sin fantasía no hay verdad en la tierra.
poco lograba distinguir.
Tropezaba, caía, Y esta imaginación en todo:
de nuevo caminaba. lucha, naturaleza, vida del hombre.
¡Tuyo soy, tuyo, época viva!
No soy profeta:
sólo poeta soy, Ventana. Pasos. Mejillas arreboladas.
poeta del estallido, Gorro de piel. ¡Qué frío hace!
de nuestra época, ¡Qué joven es! ¡Cómo le arden las mejillas!
grande para la vida Lleva una revista bajo el brazo
de toda la tierra. y el viento le levanta las faldas del abrigo.

132
NIKOLÁI SABOLOTSKI
¡Espera! (1903-1958)
Eres la juventud, nuestro futuro.
Contigo estoy, éste es mi libro.
¡Tómalo!
Versiones de José Herrera Petere

DE L A BELLEZA DE LOS ROSTROS HUMANOS

Hay rostros semejantes a suntuosos pórticos,


donde en cada rasguño se adivina lo grande.
Y los hay parecidos a miserables chozas,
donde borbollonea una olla podrida.
Hay algunos tan fríos, tan inertes,
como de condenados a cadena perpetua.
Y hay otros como torres en que hace largo tiempo
nadie vive, no, nadie se asoma a la ventana.
Yo vi hace muchos años una choza
humilde y diminuta, mas de su ventanuco
llegó hasta mí un efluvio primaveral.
¡El mundo es grande, el mundo es grande y maravilloso!
Hoy rostros que recuerdan canciones jubilosas.
De ese sonido puro como un rayo de sol
es la música hermosa de los cielos azules.

LEYENDO VERSOS

Curiosísimo caso, ingeniosísimo:


un poeta ha parido un lindo verso
que casi no es un verso: es un chirrido
de grillo, un lloriqueo de bebé.

3 35
Y bien, reconozcamos que la cosa Un rayo hiere el corazón del ave,
supone cierta habilidad. Conforme. una llama fugaz fulge y se apaga,
¿Mas es posible que el sentir humano y una pavesa gloriosa
se sacrifique a tales pasatiempos? desciende de lo alto.
¿Que la palabra rusa se convierta Dos alas, como dos lágrimas grandes,
en gorjeo de pájaro, se ahogan en las ondas,
y se pierda, entre juegos, el sentido las otras grullas, remontando, escapan
hondo de la palabra? dejando oír su doloroso llanto.
¡Jamás! L a poesía no es un juego. Allá arriba, en el círculo del cielo,
L a poesía exige sus derechos. para aliviar el mal causado,
¡Se ríe del que intenta hacer charadas, Naturaleza les devuelve
con gorro de hechicero! lo que la muerte arrebató implacable.
Quien vive la verdad, quien desde niño Un espíritu noble, un alto anhelo
ama la poesía interesante, y una inflexible voluntad de lucha,
sabe que la palabra rusa es bella cuanto de noble, de anteriores vidas,
y plena de sentido. la juventud recibe.
Y cuando el guía, desgarrado, yerto,
se sumerge en el fondo,
GRULLAS la aurora surge alrededor, dorándole
perennemente.
Volando desde Africa en abril
hacia las costas de la tierra mía, Versiones de Blas de Otero
Vuelven las grullas dibujando un triángulo,
sumiéndose entre nubes.
Extendidas sus alas plateadas
a través del inmenso firmamento,
conduce el guía al abundoso valle
a sus bellos vasallos.
De pronto, cuando un lago transparente
bajo sus alas brilla,
alza su negra boca una escopeta
entre verdes arbustos.

136 137
VISSARIÓN SAYÁNOV A l Primer Ejército de Caballería
(1903-1959) cantan ya cornetas de otras promociones.

Las rojas banderas, cosidas a balas,


cortan como pájaros las rachas del viento.
Los jinetes pasan, volando sin alas,
la revista eterna de su juramento.
1955

LOS CORNETAS DEL PRIMER EJÉRCITO Versión de Julio Mateu


DE CABALLERIA

(Leyenda )

A l llegar la noche, camino del mar,


corren los caballos de los escuadrones;
se oyen las cornetas de cobre alternar,
ríen o sollozan con sonoros sones.

Y en las alargadas noches estivales,


tras de la bandera de frambuesa en liza,
donde hubo la víspera batallas campales,
cruzan los barrancos, la estepa rojiza.

Y aunque son muy buenos los potros del Don,


éstos les superan por la calidad;
el corneta toca con alma en tensión,
reparte entre todos la felicidad.

Ni el viento a lo largo de Rusia podría


competir con estos veloces trotones...

138 139
Dime tú, Alexándrovsk,
MIJA1L SVIETLOV
y dime tú, Jarkov:
(1903-1964)
¿Cómo comenzasteis
a hablar castellano?

Respóndeme, Ucrania:
—¿No guardan tus henos
la gorra de piel
de Taras Shevchenko?
GRANADA
Amigo, de dónde
Lentos cabalgábamos viene tu canción:
hacia los combates, —¡Granada, Granada,
y entre nuestros dientes Granada mía!
iba "Manzanita".
Es un soñador,
Y esta canción hoy lenta es su palabra.
permanece y tiembla —Hermano, en un libro
en la hierba joven, me encontré a Granada.
jade de la estepa.
Su nombre es muy bello,
Pero otra canción su gloria es muy alta.
sobre un país lejano Es una provincia
llevaba mi amigo, en el sur de España.
sola, en su caballo.
Me fui a guerrear,
Cantaba mirando dejando mi casa,
su suelo natal: para dar la tierra
—¡Granada, Granada, a los de Granada.
Granada mía!
Adiós, mis parientes,
Iba repitiéndola
adiós, mi familia...
siempre, de memoria.
¡Granada, Granada,
¿Dónde halló este mozo
Granada mía!
la pena española?
Ibamos soñando Nunca más oyeron
para aprender pronto los pueblos natales:
la lengua de fuego —Granada, Granada,
de las baterías. Granada mía.

E l sol se elevaba, Sólo por el cielo,


cayendo de nuevo. resbaló, despacio,
Se rinde el caballo de lluvia una lágrima
de andar por la estepa. al sol del ocaso.

Pero en los violines Y nuevas canciones


del tiempo, la tropa inventó la vida...
tocaba con arcos No, no hay que afligirse
tristes "Manzanita". por ellas, muchachos.

¿Dónde está mi amigo, No, no hay que, no hay que,


dónde, tu canción: no hay que, compañeros...
Granada, Granada, ¡Granada, Granada,
Granada mía? Granada mía!

Herido, su cuerpo Versiones de Rafael Alberíi


se deslizó a tierra, y María Teresa León
dejó su montura
por la vez primera.

V i : sobre el cadáver HORIZONTE


se inclinó la luna
y los labios muertos Donde el cielo se junta con la tierra,
dijeron: Grana... un horizonte veo amanecer.
Corro afanoso para darle alcance.
E l destacamento E l se aparta de mí. Y o voy tras él.
no advirtió su pérdida.
Y vio "Manzanita" Miradlo tras el mar, tras la montaña...
el fin de la guerra. Entre él y yo la discusión no acaba.

143
En la persecución no he de rendirme, Me gustan tus zig-zags engañadores.
que en tal empeño va toda mi vida; Horizonte... buscando voy tus huellas,
maldito sea yo si no pudiera ¿puede ser que no existas en el mundo,
alcanzar la huidiza lejanía. acaso te mataron en la guerra?

Desde la maravilla inalcanzada Voy con mi camarada, los dos juntos,


traeré hasta aquí el árbol y la flor; siempre lugares nuevos descubrimos.
todas las fieras domaré al instante... Cuánto dolor amargo en nuestros pechos,
eso será en cuanto quiera yo. por la gente perdida en el camino.

Aprovecho la treta y el engaño, Y si los obeliscos se levantan


a hurtadillas me acerco... y esta vez sobre esa gente que perdió la vida,
la niebla se interpone en mi camino, acerca lontananzas, que queremos
me cierra el paso, nada puedo ver. dar alcance a las nuevas lejanías.
Un fogoso caballo ensillo rápido,
y el horizonte siempre está remoto. Traducción de María Cánovas
V a veloz mi automóvil a su encuentro,
se esfuma el horizonte, sólo hay polvo.
Un pasaje de avión compro al instante:
no cabe duda, esta vez lo logro.

Acompasados suenan los motores,


no hay horizontes: campos infinitos,
tierras dispuestas para la labranza,
hay cielos para mí desconocidos.
Anhelos hay también. ¡Sea mudable
la inmensa lejanía por los siglos!

¡Horizonte, de nuevo tú estás lejos!


Con más impulso me encamino a él,
igual que un desalmado, el horizonte
huye sin remisión de mí otra vez.

145
YÓSIF UTKIN A un cobarde no contestaré.
(1903-1944) Para los cobardes tengo una respuesta:
Si tarde o temprano
las heridas sanan,
el odio al cobarde perdura,
no cesa.
1941

Traducción de Elva Macías


SI T E H I E R E N , A M A D O , E N L A G U E R R A . . . y Eraclio Zepeda

Si te hieren, amado, en la guerra,


escríbeme pronto;
esa misma tarde te contestaré.
Será una respuesta cálida, amorosa:
Si tarde o temprano
las heridas sanan,
el amor perdura,
el amor no cesa.
Tal vez me traiciones
y ames a otra
y lo sepa yo.
Escribe... Te contestaré...
No esa misma tarde,
pero es seguro, la carta enviaré:
Aunque me dure la herida,
aunque mucho sufra y llore,
yo te perdonaré.

Pero en tus cartas jamás te refiera-


a otra traición,
traición en la guerra.

146 147
ALEXANDER ZHÁROV Quien coja esta piedra, que jure
(1904) que la ha de llevar consigo en el alma.
Volverá el primero a la amada bahía
y no podrá olvidar su juramento.

De día y de noche, la piedra entrañable


abrasa el corazón del marinero...
Que guarde como algo sagrado
esta piedra de granito,
L A PIEDRA ENTRAÑABLE bañada con sangre rusa."
A través de vendavales y tormentas,
Trombas de gélidas olas agitan
la piedra volvió a su costa...
el inmenso mar Negro.
Una gaviota amiga agitó las alas
E l último marino sale de Sevastópol, y el corazón latió sereno.
forcejeando con la marea...
Aquel marinero, que cubrió de gloria
E l mar, ceñudo y picado, a la patria, se alzó sobre la roca.
al bote zarandea, ola tras ola...
Por la lejanía en paz
La brumosa lejanía navegan los barcos
no deja ver la ribera.
bajo el sol de la tierra amada.
Los barcos están muy lejos.
1943-1945
Los marinos, amigos, recogieron al héroe.
Traducción de Agustín Arguelles
Bullía el agua borrascosa...
En la mano violácea tenía una piedra
y dijo, en voz baja, muriendo:
"Cuando dejé la roca querida,
cogí este trozo de granito,
para que lejos
de la tierra de Crimea,
no podamos olvidarla.

148 149
LEONID MARTÍNOV el trigo va corriendo
(1905) hacia los silos,
los hombres están hartos
de maldecir las horas.

Quieren todos a una


juntarse para el trabajo unido,
alentar los corazones
del mundo
CIELO Y TIERRA y que sea su universo
el que se ensanche
En este mi verso que se ensancha y crece sin fin.
—si así es en realidad—,
¿qué sientes,
hombre LOS HOMBRES
común,
Los hombres,
ignorante ingenuo?
generalmente,
Las disputas sobre el desplazamiento rojo, piden poco
tan tenaces y acaloradas, aunque dan mucho.
no hunden tu espíritu
en ninguna turbación, Los hombres
y cuando lo soportan todo:
te enseñan en la niebla cósmica si es preciso andan formados,
la separación de las galaxias, se cansan, pasan hambre...
tú, más práctico que teórico,
Pero si las explosiones continúan,
regresas tu mirada
hasta los más pacientes
a la tierra.
se hartan del infierno.
En ella todo tiende Los hombres, generalmente,
a fundirse, a mezclarse, poco saben,
los pájaros se juntan pero si en algún lugar hay linchamientos
en bandadas, o atormentan a alguien,

150 151
ellos lo perciben con claridad Piensa, si quieres, que es amor a la amada
y pueden echar por tierra o es amor a los niños,
a los asesinos violentos, cree que no existe
borrándolos de la lista aquel que no ama a nadie.
de los que merecen ser hombres.
Es tan grande el amor que ciñe al mundo,
Los hombres, que el mundo, con su abrazo,
generalmente, ríe y llora
poco creen mirando los abismos de la muerte.
en conjuros, magias y embelecos
y miden con sus medidas. Que abrasados de amor sean los bosques,
Kilos, libras, las líneas fronterizas,
metros, yardas... que florezcan en libertad las flores
Esa es la cuenta que saben. de blasones distintos,
Los hombres, que al cortar esta flor
generalmente, o aquella otra
parecen ser poca cosa, el amor no se acabe
pero ¡significan tanto! y se pueda gritar: Y a no hay fronteras.
Paso al amor sin límites.

QUIERO QUE E L AMOR ABRACE E L MUNDO Versiones de Rafael Alberti


y María Teresa León
¡Quiero
que el amor
abrace el mundo!
Y que sea feliz en ese abrazo
el mundo asombrado
ante tanta riqueza.
Llámalo, si así quieres, el amor a la patria
o di que es el amor filial,
el mundo entero es resplandor de amor,
del gran amor que le estrecha y abraza.

152 153
SEMIÓN KIRSÁNOV tormentas, claror de luna, relámpagos,
(1906) zumbar de los mosquitos,
rumor de las abejas,
aletear del saltamontes.

Porque sin estas cosas,


no tendría nada que hacer
en este mundo, que alguien dijo
el mejor de los mundos.
NADA QUE HACER

Ayer vi a una abeja E N C O N T R A R S E A Sí MISMO


posarse al lado de la casa campesina,
sobre un pino Voy a hablar de la vida,
y luego, en otro vuelo, de la muerte no quiero.
posarse sobre los heléchos. Expondré sus señales:
no sonriáis vosotros,
Yo, en cambio, estoy como perdido: expertos en el átomo,
me arrastro sobre los tejados ni vosotros, astrónomos,
que pinto con pesar, siempre pegados al cristal
quito las telarañas del rincón oscuro, de vuestras lentes cósmicas.
reparo la calefacción.
En ardua lucha estoy metido, Milagroso no es sólo lo que es grande:
que es más fuerte que yo, la Cruz del Sur y Vega,
entre la azada y una flor. las estrellas Alfa y Omega,
Escribo cuadernos innúmeros, y detrás,
publico algunos libros. la Galaxia y el mundo sin fin.
Milagro son los ojos, tan sencillos,
Y todo esto esperando grandes luces de fiesta rodeados de arrugas diminutas.
sobre el pinar florido, Milagro no es que existan
en espera de charlas pequeños universos de vueltas y revueltas.
con vosotros, ensueños, Milagroso es tan sólo el pensamiento,

154
que discurre por vías imposibles, DMITRI KEDRIN
por donde nadie se aventura. (1907-1945)
Milagro no es la eternidad.
Milagro es vivir este tiempo,
milagro es despertar cada mañana
y acariciar un párpado dormido.
Milagro es nuestra propia voz.
Milagro es descubrir el corazón
y mostrarlo a los otros.
Milagro es encontrar. L A MUÑECA

Un cargador de cara abotagada


Milagro es encontrarse uno a sí mismo.
tiene aquí sus dominios.
¡En esta casa cuánta oscuridad!
Versiones de Javier Alfaya
Tantas veces su mano beoda se ensañó contigo.
En mi ventana hay una muñeca...
¿Quién podría apartar
los luceros azules de tus ojos
de esta pepona sin cejas?
Aprieta tu carita en mis cristales,
saca tus dedos de frío ateridos...
M i perro ha roído la muñeca,
la ha dejado hecha un cristo.
Y a es vieja la muñeca,
la nariz tiene chata y el cabello perdió.
Mas qué importa
si al verla es tan profunda tu emoción.
Una vez solamente yo vi
en tus ojos azules aquel mismo brillo;
estabas hablando con un rapazuelo
en la puerta del patio vecino,
el muchacho que vive en la casa de enfrente,

157
156
que lleva anudado un pañuelo encamado ¿podías acaso temer esa suerte
si estás bajo su amparo?
y canta canciones alegres.
¿Acaso para que tú,
¡En esta casa cuánta oscuridad!
¡Oh época mía!, acosada por los gritos beodos de tu padre,
irrumpe en esta triste madriguera te ocultes en la buhardilla
y dispersa esta mísera vida. con un mendrugo de pan,
Aquí los hombres a brazo partido pelean, arruinó Félix Dzerzhinski su salud,
los últimos trapos las mujeres roban, sus pulmones "escupió" Máximo Gorki,
aquí se delinque, aquí se blasfema, y Vladímir Ilich vivió una vida
se bebe a riadas, sin tasa se llora. que no caben en diez?
Y cuando entre sueños
¿Qué será de ti, querida mía? la sodoma de medianoche llega hasta mí
¿Es posible que en medio de esta gente con los gritos de tu padre borracho,
perdida idéntica suerte te aguarde? con el chasquido de platos al romperse
¿Es posible que aprendas en este lugar y el hilillo de tu voz envuelta en llanto:
(peor que la muerte) "Paciencia mía, me digo,
a beber a los nueve, a mentir a los diez ¿hasta cuándo aguantarás, hasta cuándo?"
y a los doce años a robar? Vendrán los komsomoles algún día,
ajustarán las cuentas al cargador borracho,
¿Es posible que tú
subirán a la buhardilla
entre las borracheras y las riñas
donde estás acurrucada dormitando.
comprendas por señas
Harán un atadijo con tus trapos
que tu amor es corriente mercancía,
y te dirán:
te pintes las cejas con carbón,
—Querida, vamonos de aquí,
te plantes un boa (de piel de perro quizá)
una muñeca linda te daremos,
y con sombrilla roja salgas
no llores más.
al bulevar de Pokrovski a pasear?
No, querida mía, 1932
¿Acaso no ves la inmensa ternura
Traducción de María Cánovas
latente en la mirada del país
que ha mecido tu cuna?
Y con huellas de lucha, con huellas del trabajo,
con huellas de pólvora y cal en sus manos,

159
158
BORÍS KORNÍLOV No hay por nuestras tierras
(1907-1938) plato más sabroso
que los carasinos guisados en crema.
Aquella vez, durante ese descanso,
le regalé un corte de percal,
y como postre me besó
en tal forma
que otra cosa yo no podía desear.
Lo demás, muchachos,
M I HIJO es sobrentendido;
era de noche y cerca del río,
A l oír una tarde su voz los pájaros cantaban incesantes
juvenil, alegre, adorada, con ese su lenguaje entretenido.
eché a correr con viva emoción Pronto su llanto, entrañable,
buscando esa voz que cantaba. escucharé
No pienses, querida, que ahora sobre la hierba esponjada cayendo.
Simón por nombre le daré
extraño
y a un pez pequeño se parecerá.
tu coquetería,
Pido que no lo toquen los extraños,
descalza
y el sarafán de flores rojas estampado. yo lo castigaré o lo mimaré,
haré que crezca hermoso y sano
Estaba yo también muy bien prendido: y a la aviación lo destinaré.
pantalones de gala Seré viejo, tal vez de pelo cano,
y fornitura, me hundiré en profundo sueño,
las botas nuevecitas de buena pero esperanzas no me han de faltar
cabritilla que él jamás, jamás me olvidará.
limpiadas hasta el brillo
1935
Y paseamos...
conversamos... Traducción de Elva Maclas
Y a iba oscureciendo por el río y Eraclio Zepeda
y una sopa de carpas nos hicimos.
Camaradas, la verdad les digo:

160 161
NIKOLÁI RILÉNKOV Tal vez del silencio,
(1909) o tal vez del frío,
qué joven se siente
el corazón mío.

Expresar quisiera
yo lo inexpresable...
Azules, azules
tardes invernales.
EL SONIDO Y VALOR DE LAS PALABRAS
Traducción de María Cánovas
¡Qué encanto aquilatar
el sonido y valor de las palabras!
Para ello hay que afincarse
en lo hondo de la tierra, en sus entrañas,
fijarse cómo brota la hierba,
cómo las aves cantan,
cómo se pone verde el follaje,
cómo los ríos sus aguas arrastran,
y oír lo que los jóvenes ansian
hasta por el croar de las ranas.
Si no, se seca triste el corazón
y no tienen sonido ni valor las palabras.
Traducción de José Santacreu

TARDES INVERNALES

Tardes invernales,
azules, azules.
Con plata de escarcha
la ciudad se cubre.

163
OLGA BERGGOLTS T E N G O T A N T O MIEDO...
(1910)
Tengo tanto miedo de que a todos los que amo
pueda volver a perder...
Tanto cuido y acreciento
el amor de la gente.

No me importa que alguien se ría de mí:


vendrán los días
NO T E OCULTARÉ MIS TRISTEZAS en que mi inquietud sagrada
será comprendida por ellos.
No Te ocultaré mis tristezas
Mayo, 1941
ni tampoco mis alegrías.
Te abro mi corazón,
verídico relato Tuyo.
ANTES D E SEPARARSE
No es en los monumentos o en los obeliscos,
ni en los palacios de vidrio y cemento: Yéndome, todo lo dejo para ti,
Tú surges, invisible y cercana, todo lo mejor
en nuestros corazones antiguos y sedientos. en cada año desaparecido.
Toda la ternura pasada,
Tú surges, más natural que un suspiro la fidelidad pasada,
—hervor y calma de mi sangre—, y el borde de la felicidad beso como una bandera.
y en T i me convierto, Epoca, A la severa y combativa bandera
y Tú hablas a través de mi corazón. de nuevo hago mi juramento
y, levantando mi rodilla
Y no Te oculto mis tristezas; en el aire, la suelto.
No Te voy a esconder lo más oculto:
abro mi corazón, Ya no conoceremos tú y yo
que es una confesión Tuya. una felicidad igual a la que ardía en nosotros.
Pero creo que mi mejor canción
1937
conservará para siempre la bandera que sirvió lo suyo.

164 165
También te dejo la golondrina NIKOLÁI GRIBACHOV
de la primera bandada, que regresó, (1910)
atrevida,
nuestra golondrina del bloqueo, que vivía bajo un techo
[de dolor.
En tu hora solitaria la escucharás...
Y llevo conmigo todas las lágrimas,
y nuestras pérdidas,
golpes,
amenazas, LLUVIA DE VERANO
todas nuestras turbaciones
y atrevimientos, L a lluvia, transparente,
nuestra difícil y gran maduración, se iba acercando espaciada;
la canción de cuna que nunca se cantó de hoja en hoja, de rama en rama
sobre nuestra hija, fue tejiendo un tupido lienzo.
canción concebida en la noche de la guerra,
entre torbellinos de nieve;
no escucharás su melodía no cantada: E l jardín suspiró, templado y somnoliento,
sólo está conmigo y no es más alta ni más baja. y bebió el agua, recobrando nuevas fuerzas,
y la hierba crecía
¡Adiós, mi generoso! Tanto como si alguien la tirara de la oreja.
te amé...
Serás ahora más rico. Así he dividido nuestra riqueza. Cabeceaban campanillas, margaritas,
la amapola guardaba en su puño el abejorro,
1956-1960 y un chico pelirrojo, sin camisa,
Versiones de Manuel Rojas con afán de crecer, corría por la vereda.

Los pájaros cantaban y cantaban


cada uno desde su propio hogar,
y la lluvia unas veces apagaba sus trinos,
y otras veces intentaba imitarlos.

166 167
Y todo respiraba tanta dicha, Y este participar con honradez
tanto a lo nuevo se afanaba todo, en tus asuntos, siglo de combates,
que yo mismo entonces me sentía es justamente la suprema dicha
renovarme, crecer, volverme joven, que se merece el hombre infatigable.

Traducción de María Cánovas Versión de César M. Arconada

FELICIDAD

Aquí la lucha, en la natura el caos,


del amor un infierno allá se hace.
Parece que de todo yo respondo,
y que de todo en parte soy culpable,

de no hacer los esfuerzos necesarios,


de al sitio donde voy arribar tarde,
de mezclarme en las fútiles discordias
y no atender al principal combate.

No derramo por ello vanas lágrimas,


no intento sin razón justificarme;
la vida con sus vientos me conduce
por un camino justo hacia adelante.

Y cada tierno niño y cada espiga,


y el corazón que dentro de mí late
me mandan ir, me mandan dominar
las alturas que nadie ha dado alcance,

crear sin lamentarse demasiado


de que caiga la vida en el ataque,
ser decidido y empujar con fuerza
aquella puerta que al mañana se abre.

168 169
ALEXANDER TVARDOVSKI donde se unen hierbecillas
(1910) y el río hila los prados...,
donde ni aun vendrá mi madre
para asistir a mi entierro.
Calculad vosotros, vivos,
¿cuánto tiempo ha transcurrido
desde que un día, en el frente,
se mencionó Stalingrado?
E l frente ardía sin tregua
ME H A N MATADO CERCA DE RZHEV como una herida en el cuerpo.
Me han matado y yo no sé:
Caí cerca de Rzhev, Rzhev, ¿es por fin nuestro?
en un pantano perdido ¿Se han mantenido los nuestros,
y en la quinta Compañía; allá, en el curso del Don?
yo en el flanco izquierdo iba Aquel mes fue algo terrible,
en una cruel incursión. todo se jugaba en él.
Y o ni aun oí la explosión, Quizás, ya hasta el otoño
yo no vi la llamarada, dejó el Don tras de sí.
yo me hundía en el abismo Aunque sólo sean sus ruedas,
sin fondo ni protección. ¿se acercaron al Volga?
Y en el total de este mundo, No, no es verdad. E l enemigo
hasta que acaben sus días, no destruyó esa tarea.
no se verán las insignias No, no, no puede ser. Pues si no
que llevaba en mi guerrera. ¿qué me quedaría, ya muerto?
Estoy donde la raíz ciega Para los muertos callados
se alimenta de tinieblas también hay una alegría:
y en esa nube de polvo Pues caímos por la Patria,
del centeno en la colina, mas la Patria fue salvada.
y donde el canto del gallo Se apagaron nuestros ojos
ensancha, rociando el alba, y el fuego en los corazones.
donde las máquinas rompen A l pasar lista en la tierra
el silencio de las sendas; no se citan nuestros nombres.
Nosotros no luciremos Para nosotros, saber
nuestras condecoraciones. que allí estuvo ciertamente
Las dejamos a los vivos. ese final del camino
Es nuestra única alegría de la guerra, es ya bastante.
que no fue inútil la lucha Es ese último palmo
por Nuestra Madre Patria. que si se deja, el que da
Aunque no oigáis nuestra voz, solamente un paso atrás,
todos debéis conocerla. no halla ya dónde pisar.
Porque teníais, hermanos, Límite de lo profundo;
que resistir como un muro. y más allá se veía,
La maldición de los muertos a nuestra espalda, la llama
es un castigo espantoso, de las fraguas del Ural.
y esa terrible palabra Echasteis al enemigo
es nuestra siglo tras siglo. hacia Occidente, hacia atrás.
Poseemos para siempre ¿Tal vez, hermanos, habéis
ese amargo derecho. conquistado ya Smolensk?
E l cuarenta y dos, verano, ¿Vencisteis ya al enemigo
fui enterrado sin tumba, en algún otro lugar?
y la muerte me privó ¿Tal vez habéis llegado
de cuanto después se obtuvo: ya cerca de la frontera?
De todo cuanto hace mucho Tal vez, tal vez... ¡Que se cumpla
es, para vosotros, claro el sagrado juramento!
y habitual. ¡Que concuerde Pues si recordáis, Berlín,
con nuestra fe todo ello! fue citado ante Moscú.
Quizás vosotros, hermanos, Hermanos que quebrantasteis
no hayáis perdido el Don, el fuerte, tierra enemiga.
y en Moscú, en la retaguardia, ¡Si los muertos, los caídos
por Moscú hayáis perecido, pudieran llorar ahora!
y en el lejano Volga hayáis Si las salvas de victoria
cavado trincheras presurosos, pudieran resucitarnos
y hayáis llegado luchando a los mudos y los sordos
hasta el límite de Europa. entregados a lo eterno.

172 173
¡Oh mis fieles compañeros, Tierra nuestra o tierra extraña
sólo entonces, en la guerra cubierta de flor o nieve...
percibíais plenamente Lego a todos mi existencia.
un infinito de dicha! Pues ¿qué más podría hacer?
En esa dicha se vive Yo os lego esta mi vida.
sin duda lo que aportamos: ¡Y que seáis muy felices!
Nuestra fe, y odio, y pasión, ¡Seguid con honra sirviendo
con los que acabó la muerte. a nuestra amada patria!
Os dimos cuanto era nuestro Soportad, dignos, las penas
sin trampa, en la dura lucha. sin inclinar la cabeza,
Lo entregamos todo, todo. y alegraos, sin jactancia,
No nos quedamos con nada. en la hora de la victoria.
Todo os lo hemos transferido ¡Y guardad sagradamente,
para siempre, y no con plazo. hermanos, vuestra gran dicha,
No es un reproche a los vivos en memoria del hermano
nuestra voz imaginada. que luchó y murió por ella!
Hermanos, en esta guerra
1945-1946
no advertimos diferencias:
Los vivos y los caídos Versión de Gabriel Celaya
éramos todos iguales.
Y ninguno de los vivos RECUERDO D E L A M A D R E
tiene deudas con nosotros,
ninguno de los que en marcha De nuestras madres, ay, nos despedimos
tomaron nuestra bandera. antes del plazo último.
Me han matado junto a Rzhev, Y en nuestra juventud ya traspasamos
otro cayó ante Moscú. el umbral de la casa,
¿Dónde estáis, soldados, dónde sus manos bondadosas aún tocaban
los que aún quedáis con vida? pañuelos, calcetines,
¿En las grandes capitales, y nosotros, temiendo retrasarnos,
en la aldea, entre familia? arrebatadamente,
¿En un centro militar, a la prescrita separación corríamos
muy lejos de nuestra tierra? creyendo no alcanzarla.

174 175
La más penosa separación de ella PIOTR KOMAROV
llegó más tarde, (1911-1949)
al hacerla saber por el correo
la voluntad filial,
al enviarle las fotografías
de una muchacha,
permitiéndole a su alma generosa
verla por nuera.
Y luego de la nuera llegan nietos...
y luego un telegrama... REGIÓN DEL AMLR
Es la separación definitiva
de la madre, la abuela... Remota región: colinas y bosques,
trinos misteriosos de aves rezagadas,
Versiones de Rafael Alberti en tus hijos despertaste a grandes voces
y María Teresa León ensueños de imágenes doradas.
Muchas tierras vimos estos años
en el duro camino del soldado.
Avanzando por países extraños
sólo en sueños vimos el solar patrio:
cielo de tardes embrujadas,
taiga de quietud y pureza,
Amur de orillas sosegadas
con sus brumas de primavera.
Como si ojos azules el lago tuviera,
mira las grullas en rectas bandadas.
Y al salir uno al campo, la primavera
ha regado el valle con flores bordadas.
E l último abedul nos es conocido.
A un grito o a una voz cualquiera,
con suaves gorjeos, con alegre ruido,
el bosque parece que le respondiera.

177
Y en cada murmullo casi se adivina SERGUÉI PODÉLKOV
al lince volviendo hacia su guarida, (1912)
o al alce bajando la suave colina,
abriéndose paso, las ramas esquiva.
Todos los senderos yo los caminara
bebiéndome el agua de sus manantiales
y agotando el aire si lo respirara.
¡Mas son tan extensas mis tierras natales!
Amur de mi sueño,
A M I HIJO
un mes no me basta para yo cruzarte,
eres tan extenso... Todo, todo se puede cambiar en esta vida:
Sólo las leyendas pueden abarcarte. un canario por un caballo,
1944
un bastón por una casa.
Todo puede perderse por una imprudencia:
Traducción de Elva Macías
el juicio, los amigos, el tiempo.
y Eraclio Zepeda
Todo puede olvidarse: la penuria y la pena,
las calumnias y el primer amor.
Todo puede prestarse a plazos
y luego recibir
el trigo y el dinero prestados.
Pero quiero que sepas
y a los nietos inculques,
que la Patria,
lo mismo que el propio corazón,
¡no se puede olvidar, ni prestar, ni cambiar!

L A CANCIÓN Q U E D A

Las montañas se hunden


y se abre el subsuelo.
Se secan los ríos
y los cauces quedan.

179
L a estepa. U n incendio.
Se encrespan las llamas.
LEV OSHANIN
Se quema l a yerba
(1912)
y las raíces quedan.

E l sol otoñal
cual plato en el cielo.
Las aves se marchan
y los nidos quedan.

MI VOLGA, MI VOLGA
E l bosque suspira.
Las nubes avanzan. (Canción de la película "Fluye el Volga")
Caen ya las hojas
y las ramas quedan. De fuente remota
provienen tus aguas,
Vivir quiere el hombre. mi Volga, mi Volga,
Se encorva en l a tierra. de anchura sin tasa.
E l hombre fallece,
y l a canción queda. v Por llanos y lomas,
por bosques y prados
Traducciones de José Santacreu discurre m i Volga.

Cumplí quince años.

M i madre dijo: "Partes del lugar.


Tal vez te canse el mundo y su clamor.
Entonces, hijo, vuelve al hogar
y al Volga besa con filial amor."

De fuente remota
provienen tus aguas,
mi Volga, m i Volga,
de anchura sin tasa.

181
Por llanos y lomas, BORÍS RUCHIOV
por bosques y prados (1913)
discurre mi Volga.
Cumplí treinta años.

Primer encuentro y primer afán


muy lejos nuestro Volga se llevó.
Mas no lo siento, porque en verdad
allí nació aquel primer amor.
De fuente remota T O D A L A RUSIA INMENSA...
provienen tus aguas,
mi Volga, mi Volga, Toda la Rusia inmensa
de anchura sin tasa. como casa paterna heredaremos
Por llanos y lomas, los rusos, en todo tan sencillos
por bosques y prados y entregados tan sólo a nuestro esfuerzo.
discurre mi Volga.
Cumplí sesenta años. En la taiga, de nieve tapizada,
y en la montaña, de mineral henchida,
Amigos, nietos, tengo en mi vejez, decíamos del pan
cuanto hace falta para ser feliz. que se nos daba:
Un mozo canta mi canción de ayer: "¡Bien nos hemos ganado la comida!"
mi juventud me hace revivir.
En lejano extremo de la Patria,
(Se repite el primer estribillo.) viviendo cual soldados en el frente,
era cuestión de honor
1962 para nosotros
Traducción de José Santacreu el trabajo más duro, más urgente.

Rústicos, sin caricias femeninas,


los picos bien sujetos en el cinto,
marchábamos por montes y por selvas
sin reparar siquiera en el peligro.

182 183
Impregnados de humo hasta los huesos, . . . Y tú,
dejando en l a penumbra l a fogata, lejos, tras el mar azul,
íbamos por l a tierra fría y hosca, por primera vez de pesar acometida,
pero tan nuestra, tan amada. no consideres una pena insoportable
tu santa nostalgia femenina.
Caminábamos en la roca abriendo sendas,
nos hundíamos en l a nieve sin un grito Cuando veas de cerca
en cada agreste puerto de montaña mis trochas, sendas y veredas,
y en la costa del Océano Indico. aprende a ser cual nuestras madres
cuando estaban los padres en la guerra
Trabajando hasta sudar en días fríos, y ellas, pacientes y orgullosas,
estremecidos por maligna fiebre, sobreponíanse a su tristeza
aquí supimos mientras ellos,
que el trabajo las armas en l a mano,
a proezas de guerra en nada cede. de Rusia defendían las fronteras.

E n nuestras carnes aprendimos


Versión de José Vento
lo duro que es ganar
el santo honor
de encender los primeros una hoguera
en el inmenso Norte aterrador.

Y aunque primero se maldiga


por tantos sufrimientos y dolor,
por los perpetuos hielos y el cruel frío,
luego resulta grato al corazón.

Y como héroes,
por costumbre,
si el futuro nos lo exigiera,
por todo lo que aquí
hemos alzado,
caeríamos en batalla cruenta y fiera.

185
YAROSLAV SMELIAKOV No soy grande, yo soy gigantesco.
(1913) ¡Quién se atreve a buscarme querellas
Ved los altos hornos a mi espalda
como firmes torres de paciencia.

No soy grande, yo soy infinito,


en mi frente vive el pensamiento
como vive en la tierra desnuda
el radiante destello del cielo.
M I GENERACIÓN
Comencé a construir por los campos,
donde ayer se ensañaba la guerra,
No nos dieron los años en vano,
el solemne triunfo del trabajo,
nuestra vida es difícil y hermosa.
la victoria del hombre que crea.
E l trabajo va en nuestras palabras,
y con él alcanzamos la gloria.

SI ENFERMO...
Un poder gigantesco me dieron
esos hombres que tienen mis años; Si enfermo me pongo algún día,
en su nombre maldije implacable yo no iré a consultar a los médicos,
la ventura y el éxito falsos. pediré a los amigos ayuda
(no creáis que deliro, no es cierto):
Extended ante mí las estepas
Construí casamatas, trincheras, y con niebla cubrid las ventanas,
he labrado la piedra y el hierro, y una estrella nocturna ponedme
y quizá sea el propio trabajo en lugar de almohada.
quien de hierro y de piedra me ha hecho.
Porque siempre marché sin rodeos.
Si me hieren en justa batalla,
Aunque corran arroyos de tinta, vendad mi cabeza
con la pluma tacharme no pueden, con senderos de verdes montañas,
y no hay bala ni bomba en el mundo y con flores y ramas de otoño
que me pueda abatir con la muerte. tejedme una manta.
No me deis medicinas, no quiero, Holgada lleva la chaqueta,
dadme el agua del río, su plata, la presunción poco le importa.
dadme el aire y la luz del desierto. Va un poco pasado de moda,
pero hasta eso le da su encanto
E l aliento sin fin de los siglos
de los montes y el mar aquí llega. Como desde tiempos antiguos
Si miramos en torno veremos: también brilla el sol en invierno,
la vida es eterna. así la nación que se precie
Por mis rutas no corren brebajes, debe venerar a sus viejos.
son las nubes que corren por ellas.
No será un corredor de hospital Se detendría el movimiento
quien de mí os separe mañana: y sufriríamos desdichas,
ha de ser un camino de estrellas si perdiésemos el respeto
por la Vía Láctea. a tales admirables viejos.

Traducciones de María Cánovas Traducción de José Santacreu

EL VIEJO

Sin temblar, ni a pasos menudos,


un viejo que supo de ahogos
camina al encuentro del tiempo
con el bastón golpeando hosco.

Posee familia y amigos,


pero este viejo de entereza
no se va a un trabajo servil,
que va con orgullo al servicio.

Y sin perder el tiempo en vano,


al margen de cuentos y chismes,
el viejo, aunque cordial y amable,
es por principio inflexible.

188 189
SERGUÉI SMIRNOV No fueron meros bandidos
(1913) ni unos simples pecadores,
que fueron —¡quién lo dijera!—
nada menos que los dioses
de la propia antigua Grecia.
Como respuesta, el hombre,
por manos de Prometeo,
quitó el fuego a los dioses.
A lo largo de los siglos,
C R U Z A R TIERRAS Y M A R E S qué cosas no ha visto el orbe.
Mas nadie tiene noticias
Cruzar tierras y mares de lo que hacen los dioses.
en busca de versos sueltos. ¡Crea el hombre del trabajo,
y vale más que los dioses!
No para las feroces
miradas de los doctos, 1956
sino para que en cualquier parte Traducciones de José Santacreu
un hombre cualquiera,
aunque sea ingenuo
o desconocido,
capte un verso
como un hilo de luz
y se lo grabe en la memoria.
1956

E L HOMBRE

Según cuenta la leyenda,


el fuego lo inventó el hombre,
mas luego le arrebataron
un tesoro tan enorme.

191
ALEXANDER YASHIN Compungida la mujer,
(1913) al ver tal hosco revuelo,
le dice al marido: —Ponte
tus órdenes en el pecho.

Y el marido le responde
con ademán satisfecho:
—Déjales. Mejor así,
que te admiren a ti quiero.
UN DOMINGO
Versión de Vicente Arana
Que van marido y mujer,
un domingo por el pueblo;
ella, muy condecorada;
y él, ni una insignia en el pecho.
En la calle se oyen voces,
la gente dice: —¡Qué es eso!—
Se indignan los varones,
del más chiquito al más viejo.
—¡Ay de ti, Fomá Yerioma,
si la mujer te da ejemplo!
¡Quédate mejor en casa,
no aparezcas por el pueblo!
Los chicos le gastan bromas
y le van tomando el pelo.
Hasta los viejos se burlan,
cuando se acerca a los viejos.
—¡Vergüenza! —le gritan unos—.
¡Vuélvete a casa al momento!
Otros le gritan: —¡Despierta!
¡No deshonres a tus deudos!

193
13
VICTOR BÓKOV Priva al ruiseñor de la floresta,
iiMM: del arroyo que nace de fresco manantial,
y harás del arte una quimera yerta,
un pobre borrador sin terminar.
Y será una canción poco lograda,
como la luna fría en su menguante
o como una espiga no granada.
Le faltará, pues, algo importante:
el aliso, el arroyo, la fuente,
¿EN DÓNDE E M P I E Z A RUSIA? la dulce sombra, el lúpulo silvestre...

¿En dónde empieza Rusia? Versión de José Vento


¿En las Kuriles?,
¿en Kamchatka?,
¿o en las islas Komandor?
¿Por qué sus ojos esteparios miran tristes
los juncales de sus lagos, su verdor?
Empieza Rusia en la pasión
por el trabajo,
por el paciente esfuerzo,
por la razón
y la bondad.

Esa es su estrella,
su noble y gran estrella,
que rompe el manto de la oscuridad.
De aquí,
todas sus proezas de leyenda
y su suerte sin par, dulce y amarga.
Si en esa suerte parte alguna tienes,
en ti empieza Rusia,
y no en las montañas.

194 195
A miles de verstas del hogar paterno
ALEXÉI NEDOGÓNOV se alza un obelisco que guarda una estrella:
(1914-1948) bajo el cielo húngaro, cerca de Esztergom,
la gloria de ¡Moscú canta la húngara estepa.
1945

Versión de Vicente Arana

RÉQUIEM A U N SOLDADO

A miles de verstas del hogar paterno


cayó atravesado por bala enemiga:
en la estepa húngara, cerca de Esztergom,
moría un joven moscovita.

De pronto el soldado, tendido en la estepa,


sintió la caricia del aire natal,
igual que si viera agitarse de nuevo
los arces vetustos de Arbat.

E l último impulso del corazón recio,


y se alzó en los codos, en la nieve ardiente,
por ver a los suyos lanzarse al combate
contra el alemán y vencer a la muerte.

Y como a lo lejos de su agrupación,


él vio que avanzaba la tierra, tan suya.
Los ojos del héroe captaron fugaces
del Kremlin las áureas cúpulas.
197
MARGARITA ALIGUER Tú yaces en la nieve.
(1915) Oh, cuánto diste por nosotros,
para levantar con orgullo la limpia cara hermosa!
Por el triunfo del héroe,
por las duras corazas enmohecidas,
por la santa alegría de ser bravo combatiente.
Sé nuestra preferida, símbolo de la verdad y de la fuerza,
para que nuestra lealtad sea, como tu muerte, alta.
Junto a tu tumba cubierta de nieve,
EL RETRATO DE ZOYA a occidente, a occidente!,
se dirigen las tropas
Guarda para siempre el retrato de Zoya. en sacro juramento.
Yo, seguramente, durante siglos no la olvidaré.
Este cuerpo de niña, Traducción de Elva Maclas
ni muerto y Eradlo Zepeda
ni vivo.
Esta Zoya de mármol
yace quieta en la nieve. O T R A V E Z H A N REÑIDO...
En la soga implacable, su fino cuello herido.
Un ignoto poder en tu rostro vertido. Otra vez han reñido en el tranvía,
Así se aguarda al amado, sin frenarse, sin avergonzarse ante los demás,
resaltando entrañables bellezas, pero sin ocultar la envidia involuntaria,
iluminándose con misteriosa llama de mujer. los observo, llena de emoción.
Sólo tú no esperaste, novia de nieve.
E l , en capote de soldado, No saben lo felices que son.
su camino hacia el occidente se halla, ¡Magnífico! ¿Qué falta les hace?
puede ser que no lejos de este sitio terrible, ¡Imaginad, están juntos, ambos viven,
donde caen los copos en tu rígido pecho de doncella. y todo puede arreglarse, todo se puede aclarar!.
La debilidad y la fuerza eterna es unión irrepetible. 1956
Estás helada toda, y en mí la pena hierve.
No irrumpió en ti, no surgió de ti la maternidad,
tibia boca de niño no tocó el seco pezón.

198 199
LA GENTE NO M E PERDONA LOS ERRORES EVGUENI DOLMATOVSKI
(1915)
L a gente no me perdona los errores.
En fin, aprendo a responder.
Los telegramas de los diarios matutinos
no me prometen una vida fácil.

Generosos en aplausos vacíos,


los días arden como mariposas de fuego.
No hay, no hay señales COMPAÑEROS
de vida fácil.
Compañeros que vivisteis menos que yo
¿Qué puedo saber yo de la vida fácil? y recorristeis un corto camino.
Unicamente lo que pueden decir los versos de otros. En el bullicio cotidiano yo vislumbro
Pero si hay que divertirse, aunque sea en un velorio, lo difícil de vuestros destinos.
me divierto hasta que los gallos canten por tercera vez.

Pero vuela y chisporrotea la nieve, Qué poco y qué mucho pudisteis realizar,
lejos, lejos brillan algunas luces; y cuan sinceramente sabíais pecar.
sea como sea, fardo de mi suerte, Nada malo recuerdo, ni quiero saber,
eres liviano como una pluma. y lo que fue secreto, secreto ha de ser.

No importa que pasen los años, no importa ¡Cuántos años vivo caminando de prisa!
que blanqueen las canas; Mas siento que no me basta la propia vida.
perdona, si me quejo; Poco a poco mi alma ya se ha convertido
no importa que peses más y más, porque deshacerse en la residencia de mis viejos amigos.
[de ti
es aún más difícil que seguir contigo a cuestas.
Allí no han muerto, sencillamente duermen:
1946 uno, como el minero cumplida su jornada;
Versiones de Nicanor Parra otro, como el soldado después del combate,
sin haber llegado a la edad de las canas.

200 201
E l tercero duerme con una sonrisa, KONSTANTÍN SÍMONOV
como si volviera al alba de una cita... (1915)
Difícil y fácil es poder ver milagros;
sus voces lejanas me dicen bien claro:

¡No temas a los falsos, mendaces y pillos!


No existe la soledad. Estamos contigo.
¡Lo que no nos dio tiempo a decir, dilo tú!
¡Lo que no nos dio tiempo a cantar, cántalo tú!
¿RECUERDAS L A S C A R R E T E R A S
1957
D E SMOLENSK?
Versión de Vicente Arana
A Alexéi Surkov

¿Recuerdas las carreteras de Smolensk,


Aliosha, las lluvias torrenciales,
y las mujeres que nos traían leche
abrigando las jarras como a niños?

¿Cómo a escondidas, se enjugaban


el llanto diciendo: "¡Id con Dios, soldados!",
y de nuevo se llamaban soldaderas
como en la gran Rus de antaño?

Medida por lágrimas más que por verstas,


la carretera se perdía a lo lejos,
colinas, cementerios y cementerios...
como si no hubiera ya otra cosa.

Como si en las afueras de cada pueblo,


rezaran todos nuestros antepasados
por los nietos vivos que no creen en Dios,
protegiéndolos con la cruz de sus brazos.

202 203
La Patria, Aliosha, ya no es la casa de saber que iba a morir por ella,
de la ciudad donde contento vivía, que debo la vida a una madre rusa,
sino estos pueblos de la vieja Rusia y que al despedirme, me besó tres veces
con cementerios y cruces de madera. para ir al combate, una mujer rusa.
La dulce melancolía de los campos, 1941
la canción de las aldeas y caminos, Versión de Antonio Gav
la lágrima de la viuda, esa tristeza...
me la dio la guerra por vez primera.

¿Recuerdas la isba cerca de Borísov, ESPÉRAME


la muchacha llorando a su amado,
la anciana canosa de atavío basto Espérame, y yo volveré.
y el viejo, como en la muerte, vestido de blanco? Espérame con toda el alma,
cuando la triste lluvia dé
¿Cómo consolarles de tanta desgracia? para la espera triste calma.
¿Recuerdas, Aliosha, la voz de la anciana Espérame cuando la nieve
al decirnos, firme: "Marchaos, queridos. se amontone. Cuando esperado
Partid al combate, pero os esperamos"? venga el calor y el frío lleve,
"¡Os esperamos!", nos decían los campos. cuando el ayer quede olvidado.
"¡Os esperamos!", repetían los bosques. Espérame si ya las cartas
Sabes, Aliosha, aún creo oír las voces, de lejanías no vinieran,
aún oigo "¡os esperamos!" por las noches. y olvido de otros no compartas
si los otros ya no me esperan.
Incendios... siguiendo la costumbre rusa,
a espaldas la tierra calcinada. Espérame, y yo volveré.
Alrededor mueren los compañeros No confundas tu recordar
a la rusa, la camisa desgarrada. con aquellos que ya sin fe
piensan que es hora de olvidar.
De nosotros aún se apiadan las balas. Que la madre y el hijo crean
Tres veces creí que mi muerte llegaba, que yo en la muerte ya me anego,
y tres veces sentí el noble orgullo y que los amigos se vean
de la tierra rusa, de mi Patria amada, todos sentados junto al fuego.

204
Que tomen un amargo vino VERÓNICA TUSHNOVA
por el recuerdo de mi ser; (1915-1965)
mas espera tú mi destino,
no te apresures a beber.

Espérame, y yo volveré
desafiando a la muerte;
quien no esperó verme de pie
que diga de mí: tuvo suerte.
No entenderán en su porfía DESDE L A M E D I A N O C H E . . .
que eres tú quien me ha salvado
de entre el fuego de cada día Desde la medianoche
por haberme así esperado. cae y cae la llovizna,
Cómo y por qué he sobrevivido, colgando tras las ventanas
lo sabremos sólo tú y yo: un velo de muselina.
porque esperarme tú has sabido
mejor que nadie me esperó. En el bosque, los cuclillos
nos auguran larga vida...
Versión de Fiador Kelin Soy una mujer feliz:
y César M. Arconada no estoy triste
ni aburrida.
Por la puerta abierta, entra
un olor a barro y hierba.
Yo no creo en los cuclillos:
¡mienten
con mucha frecuencia!
¿Para qué contar los años?
¿Qué importa uno más o menos?
Si son pocos, que sean;
lo que importa
es vivirlos dichosos.

206 207
Vivirlos de tal manera, MIJAÍL DUDIN
que todos, todos tus sueños (1916)
en realidad se conviertan;
vivirlos como los pájaros:
en la boca, la canción.
Vivirlos de tal manera
¡como los vivo yo!

Traducción de Agustín Arguelles


VERANO DE VOLOGDA

Norte amado,
en la noche blanca
dime qué ficción escondes;
en nombre de la vida, Norte, llena
de sonidos tu silencio.

Gime con la garza del pantano,


con el sonoro silbido de la hoz resuena;
te beberé gota a gota
con el rocío del ruiseñor.

Contigo repartiré la pesca,


esperaré tu silencio amanecer,
y con tu voz cantarína
hablaré de ti, Norte.

Tu manera de ser me es entrañable.

Leve susurro en los juncos.


Me embarga un sentimiento dulce, dulce,
y está tranquila mi alma.

209
¡Norte, Norte! Construyamos un puente. En ese puente
En la madrugada, pondremos de centinela a la amistad.
el viento arremolina la niebla. Y construiremos juntos también un puente
desde la tierra a las estrellas,
Hoy he hallado el camino ¡desde la tierra a las estrellas!
hacia el venero de tus profundidades.
¡
Traducciones de A. C.
Norte amado,
en la noche blanca
deja que me sacie
de tu tranquila belleza,
la más valiente,
la más pura.

CANCIÓN A LOS PUENTES

Puentes de enemistad
no los necesitamos.
Quememos los puentes de la enemistad,
los puentes de la guerra,
los puentes de alarma,
las ofensas de los caminos recorridos.

Los cimientos
de un nuevo
camino es fácil sentar.
Construyamos un nuevo puente
que vaya directo de corazón a corazón,
de continente
a continente.

210 211
MIJAÍL LUKONIN Queremos
(1918) renovar con el trabajo
las medallas y el honor.
Se nos van las manos
tras los trabajos duros.
Hemos abierto trincheras en la tierra,
y ya es hora
de afilar las rejas del arado
v conducir tractores.
A LOS QUE VUELVEN DE L A GUERRA Ya es hora de cambiar
el sonido de las armas
Los que volvemos de la guerra por el de las hachas de trabajo,
no necesitamos elogios, il silbido de las balas
ni laureles, por el chirrido de la sierra
ni flores a los pies. y de la pluma.
No, no es eso I Valóname, querida.
lo que necesitamos. Vvildame a vivir.
Pisar queremos Yo mismo colgaré el capote,
los campos de pan llevar, yo mismo me descalzaré.
los prados floridos. Yo mismo te llevaré
ii donde están las casas y las tormentas.
No nos compadezcáis, no nos deis descanso, i os dos, asidos de la mano,
que no estamos cansados. mis ojos puestos en tus ojos.
¡Estamos dispuestos a caminar! Ya estoy de nuevo contigo,
No nos miréis con ternura, |XTO el anillo de tus manos
y no extrañaros si vivimos. un os salvavidas,
Hemos salido de la guerra vivos. ni corona,
ni candado.
No queremos descanso,
ni silencio. Traducción de A. C.
No nos aduléis con el nombre
"Participante de la guerra".

213
L A DICHA N O TIENE M E M O R I A VASILI FIÓDOROV
(1918)
La dicha no tiene memoria,
no, no la tiene.
Lo he comprobado no hace mucho.
Y ya hace tiempo.
Todo dolor deja en seguida su huella amarga,
mas no la dicha.
La sin memoria
SE AMUSTIA...
es como el aire —lo comprobamos y conocemos-
tan natural es como el aire, es como el agua. Se amustia la hoja del álamo,
Se nos olvida gira el blanco plumón;
y estamos indefensos a sus desgracias. rendido de girar
Inútil me parece hablar de dicha. en mis sienes se posa:
Es como el corazón —allá, en el pecho—, el plumón alado
que sólo lo sentimos si se contrae en canas se convierte...
y nos parecen ¡Por fin he podido
nuestros los siglos. hallar al culpable!
¿Te asombras?
No, no estoy llorando, río, NO ES FÁCIL
no quiero abandonar el mundo.
Y o sabré cómo vencer tanto dolor No es fácil
y ya no guardo rencor por las ofensas. para el hombre que nació en Siberia
L a dicha no tiene memoria, ni es traicionable, ser tierno en la agitada tempestad,
somos su aliento, y la palabra, como un pesado fardo,
a ella fundidos. aguantar en el alma a todas horas.
Y las desdichas y las ofensas La palabra es un peso,
no son capaces la palabra
de indisponernos es un yugo imposible de esquivar:
a mí y a ella. o al poeta aplasta contra el suelo,
Versión de Rafael Alberll o el poeta
y María Teresa León puede con ella exterminar al enemigo.

214 215
LOS CORAZONES SERGUÉI NAROVCHATOV
(1919)
Sabemos
por experiencia
que en los días de los ataques psíquicos,
los corazones no ocupados por nosotros
los ocupará al punto el enemigo.
Los ocupará para vengarse,
los ocupará, se aferrará allí
y se pondrá a golpearnos... E N A Q U E L L O S AÑOS
¡Los corazones!
¡Pero si son cotas Pasaba, rechinando los dientes,
que no se pueden abandonar! ante aldeas y urbes arrasadas
por la Rusia lacerada y doliente
Traducciones de María Cánovas que los padres y abuelos nos legaran.

Recordaba los pueblos incendiados,


las cenizas que el viento saturaba
y a las muchachas que, con clavos bíblicos.
en las puertas yo vi crucificadas.

Los cuervos revolaban atrevidos


y el gavilán su presa desgarraba;
los crímenes más sórdidos y viles
marcaba el negro signo de la svástica araña.

Igual en mi dolor a los cantares,


los pueblos como anales hojeaba,
viendo en cada mujer a Yaroslavna
V en cada arroyo al río Nepriadva.

217
Y a mi sangre, muy fiel a lo más santo, BORÍS SLUTSKI
decía lo que expresan los cantares: (1919)
—Madre Rusia, gran sol de nuestra vida,
¿qué venganza emprender para vengarte?

1941
Versión de José Vento

LOS TRENES

Trenes rápidos, trenes expresos.


L a locomotora, con su pupila ígnea,
parece una estrella fugaz
que, al demorar la caída,
roza con su vuelo rasante los andenes.
Rasgan el aire los silbidos.
Crujen rítmicamente los vagones.

A l borde del camino,


cerca de los raíles
azules, un muchacho sentado
en cuclillas, transido
por el frío, aprovecha
el humo negro para calentarse,
para lavarse el vapor blanco,
soñando
que será fogonero algún día.
Qué poco tiempo ha pasado desde entonces!
Qué historia tan vulgar es esa historia!

218 219
Como a un lugar no muy distante, los hombres se subieron a los botes,
como en un tren de cercanías, los caballos nadaron, simplemente.
me llevan estos años No había sitio en las balsas ni en las lanchas:
de vapor y de humo, años tan sólo eso podía hacerse.
movidos por altivas
locomotoras, tripuladas Como una isla rojiza flotaron en el agua,
por muchachos de blancas una isla a la deriva sobre el mar. A l principio
camisas, de negras parecía que nadar era muy fácil,
camisas, blancas y negras juntas. creían que el océano era un río.
Voy montado en mis versos
lo mismo que antes iba en los estribos. Pero ¿dónde estaban las márgenes del río?
Casi sin fuerzas ya para nadar,
relincharon de pronto, contra aquellos
que los ahogaban en el mar.
C A B A L L O S E N E L OCÉANO
A l fin se hundieron, salpicando
Aunque no mucho ni muy lejos, el aire de relinchos y de espuma.
los caballos pueden nadar.
Eso fue todo.
"Slava" —que en ruso quiere decir "Gloria"—
es un nombre difícil de olvidar. ... Y mi tristeza
por ellos, los caballos que nunca
Con tal nombre, un orgulloso barco galoparán ya más sobre la tierra.
se internaba, atrevido, mar adentro.
Versiones de Angel González
En la bodega, mil caballos,
estremecido el inocente belfo,

piafaban noche y día: sus miles de herraduras


no traerían esa vez la suerte.
Cuando, muy lejos de la tierra,
la mina abrió en la quilla un gran boquete,

220 221
SERGUÉI ORLOV L A V I D A ES F R I A SIN CANCIONES
(1921)
L a vida es fría sin canciones.
No conozco sitio en la tierra,
abierta a los cuatro vientos,
donde no se sienta amor por ellas
Nadie compone la canción:
brota en las marchas de soldados,
en la queja de un acordeón,
E N E L G L O B O TERRÁQUEO
en los suspiros de enamorados.
En el globo terráqueo le enterraron, E l blanco abedul se estremece
y era sólo un soldado, solamente ante las casas de la aldea,
un sencillo soldado un corazón responde a otro,
sin cruces en el pecho ni oropeles. y la canción se expande por la tierra.
Por los siglos y siglos, Como eterno es el rumor del bosque
será para él la tierra un mausoleo, y el rosicler de la aurora,
y en tomo lanzará la Vía Láctea así la canción será eterna,
sus eternos destellos. aunque ninguno la componga.
En los rojos escarpes de las cumbres
Versión de José Vento
duermen las nubes. Corre la ventisca,
retumba el trueno, y, fogosos, los vientos
a gran velocidad se precipitan.
Hace ya tiempo que cesó el combate...
Manos amigas, al soldado muerto
en el globo terráqueo han colocado
como en un mausoleo...

Versión de César M. Arconada

222 223
1
Me escuchaban
SEMIÓN GUDZENKO
como sólo se escuchan entre sí
(1922-1953)
los hombres de una misma sección.
Y sentí que en los espíritus
fulguraba la chispa de mi palabra.
Cada poeta tiene su provincia
que le perdona los pecados, I
todas las pequeñas ofensas y culpas
a cambio de sus versos veraces.
Y O F U I D E INFANTERIA... Y yo también tengo la mía,
pero que no figura en el mapa. i
Yo fui de infantería en campo abierto, M i provincia sincera y adusta
en el barro de las trincheras y en medio del fuego. es la provincia de la guerra... I
Aunque en el último año de la guerra
pasé a ser periodista militar. 946 I
Pero si hay que combatir de nuevo... Versiones de Nicanor Parra I
M i voluntad es ésta:
que me enrolen otra vez
en un batallón de tiradores.
Quiero ser soldado raso de nuevo
por lo menos un tercio del camino;
desde esas cumbres,
después podré bajar a la poesía.
1946

E N E L C L U B D E L A GUARNICIÓN...

En el club de la guarnición de Transcarpatia


leía un poema sobre la retirada, y decía
que no es el ángel de la muerte quien llora
los cuerpos de los soldados caídos, sino
el comandante del batallón.

224 225
A L E X A N D E R MÉZHIROV No te reprocho
(1923) la crueldad de tu ingenua franqueza,
pues, realmente, soy mayor que tú
toda la Guerra Patria.

Versiones de Nicanor Parra

¡HERRADURA DE L A SUERTE!

¡Herradura de la suerte! ¡Herradura!


En un rapto de audacia te estiré
y ahora no puedo volver a torcerte,
no puedo recobrar el difícil derecho a la felicidad.
Cómo hacer volver tu rostro estepario,
el fuego indómito de tus ojos oscuros,
tus labios resecos por la canícula,
todo lo que la vida nos arrebata.
Es lo que digo a una niña caprichosa
para quien en el mundo nada tiene importancia,
y con la herradura estirada en la mano
escucho cómo caen en el vacío las palabras.
1956

LA EDAD

Nuestra diferencia de edad no es tan grande,


quizá no llegue ni a los cinco años.
Pero tuviste razón al ver en mí a un viejo,
y estoy dispuesto a admitirlo.

226 227
BULAT OKUDZHAVA CANCIONCITA SOBRE L A P U E R T A A B I E R T A
(1924)
Cuando la nevasca grita como una fiera
prolongada y bravamente,
no cerréis vuestra puerta,
que la puerta esté abierta.

Si se os presenta un largo camino,


un camino difícil,
EL ALEGRE TAMBORCILLO no olvidéis abrir de par en par la puerta,
dejad la puerta abierta.
Levántate antes, levántate antes, levántate antes,
cuando el portero la limpieza hace. Y al salir, entre el silencio de la noche,
Verás, verás, cómo el alegre tamborcillo sin otras palabras decidid:
toma en sus manos las baquetas de arce. La llama del pino con la llama del alma
Será medio día perdido en el rumor, mezclad en la estufa.
el ruido de tranvías y el torbellino humano,
pero se escucha, ¿oyes?, cómo el alegre tambor- Que sea caliente la pared,
[cillo que sea suave el banco...
va a lo largo de la calle con su tambor. No valen un bledo las puertas cerradas,
un candado no vale nada.
Será el atardecer mentiroso y conspirador,
caerá la oscuridad al pavimento, Versión de Samuel Feijoo
pero observa, y verás cómo el alegre tamborcillo
va a lo largo de la calle con su tambor.
Redoble de baquetas ya cercano, ya lejano.
Entre la niebla, a medianoche, en la confusión...
Acaso tú no escuchas cómo el alegre tamborcillo
a lo largo de la calle redobla su tambor.
Traducción de Elva Maclas
y Eraclio Zepeda

228
KONSTANTÍN VANSHENKIN Por los periódicos sabemos
(1925) lo generosa que a veces eres:
ciento cincuenta años
puedes dar a cualquier hombre...

¡Ay, cómo vuelan los años!


A l advertir las canas nos
entristecemos.
Vida, ¿recuerdas a los soldados
VIDA, YO T E AMO que defendiéndote murieron?

Vida, yo te amo, Y otra vez, otra vez,


y esto en sí no es nada nuevo. voy por los lejanos caminos.
Vida, yo te amo, Todo lo quiero abarcar,
yo te amo siempre, siempre. todo lo quiero comprender.

E l viejo y sombrío bosque, No poco he recibido:


los fuegos que al atardecer cabrillean, la extensión de la tierra, la llanura
el exprés transiberiano del mar.
y el vagón de recias tablas. Hace tiempo que conozco
la sincera amistad de los hombres.
Y el silencio de la medianoche,
y el último ascensor que chirría al subir En el trajín de cada día,
y los innumerables tejados qué feliz soy de no tener tranquilidad.
que se amontonan fuera de la ventana. Un amor tengo:
Vida, tú sabes bien qué es eso.
Amo yo estas alturas,
el temblor del metal apretado Cómo cantan los ruiseñores.
en la mano. Penumbra. Un beso al amanecer.
Vida, yo te amo, Y la cumbre del amor,
y me afano porque seas mejor y mejor. los hijos, esa gran maravilla.
De nuevo con ellos recorremos EVGUENI VINQKÚROV
la infancia, la juventud, (1925)
las estaciones, los embarcaderos...
Vendrán los nietos después,
y todo de nuevo se repetirá.

Alégrate, marcha adelante,


resuena en los clarines el himno
a la primavera.
Vida, yo te amo, M I A M O R ESTÁ L A V A N D O
y pienso que tú también me
correspondes. M i amor está lavando,
y sus hombros van y vienen.
Versión de César M. Arconada Alza sus delgados brazos
en tanto la ropa tiende.

Está buscando el jabón,


cuando lo tiene en la mano.
¡Qué triste veo su nuca
de rizos leves y blandos!

M i amor está lavando.


Por no mancharse la frente,
se recoge con el brazo
un mechoncillo rebelde.

O bien mira la ventana


con ánimo distraído,
o bien canta con voz dulce
sin saber que yo la miro.

233
Los primores del ocaso YULIA DRÚNINA
contempla por la ventana. (1925)
Del jabón y la lejía
se siente un poco enojada.

Nada más bello en el mundo,


nada en el mundo más alto
que su penosa mirada,
que sus delgaditos brazos.
UNA V E Z VI UN COMBATE...
1957
Traducción de Agustín Arguelles Una vez vi un combate a la bayoneta.
Una vez de verdad y mil en sueños.
Quien diga que la guerra no es nada horrendo,
ARTISTA, EDUCA A L ALUMNO ése ignora lo que es la guerra.

Artista, educa al alumno, 1943


y al educarlo no escatimes esfuerzos.
Que su mano siga la tuya MI VIDA...
tras los garabatos del cuaderno cuadriculado.
No importa si te mira altanero Mi vida no corrió majestuosa como un río:
creyéndose oráculo por un instante. siempre anduvo falta de silencio y sosiego.
Artista, educa al alumno, ¿Y qué soldado tiene un plácido destino?...
para que luego se pueda aprender de alguien.
I'ero hubo minutos, pero hubo segundos;
Versión de Vicente Arana a un minuto del combate se oye sólo el silencio;
I un segundo del combate la vida se hace más bella.
¡Qué hermosa la hierbecilla se ve en el parapeto!
[Qué hermosa!... Pero una explosión turba la calma.
... De ti y de mí se apiadaron los obuses y las minas
y el amor fue compañero en nuestra ruta larga.

235
Hoy, con más razón que nunca, camina a nuestro lado, RIMMA KASAKOVA
hoy, por fin, puede el corazón tranquilizarse. (1932)

Estoy serena a tu iado, tan serena como entonces,


en la trinchera... un minuto antes del combate.
1959

Traducciones de Agustín Arguelles

M E P A R E Z C O A L A TIERRA...

Me parezco a la tierra
intacta todavía, sin hcndir.
Difícil le fue al cielo
acostumbrarse a mí.
Los fuertes aguaceros me azotaban,
me calentaba el sol hasta los huesos.
E l tiempo, con su rauda pesadez,
pasaba sobre mí
como un ejército.
Mas como yo tendía
firme y tenaz al cielo,
llegaron hasta amarme
la fina lluvia y el vagabundo viento.
Me llegaron a amar,
y pródigos me dieron sus riquezas,
y me abrieron el paso
por llanuras, quebradas, bosques, peñas.
Marcho sin doblegarme,
arriba vibra en luz mi antiguo cielo.
Y canto y me sonrío
allí donde otros callan indefensos.

236 237
Marcho sin doblegarme, RÓBERT ROZHDÉSTVENSKI
abajo mi fragante, antigua hierba. (1932)
No temo a nada, a nada,
porque tengo derecho a la entereza.
Una extraña no soy entre abedules,
almiares, prados y burlescos ríos.
Todas las pesadumbres me las curan
las polvorientas flores del camino.
No preciso pedir
ni posada, ni pan, ni luz, ni nada. RÉQUIEM
Para el bosque no soy un ser extraño,
ni lo soy para el rayo o para el agua. ¡Recordad!
Si la desgracia viene, Tras de los siglos,
mi nombre invoco, avanzo, tras de los años,
que a nadie soy extraña, ¡recordad!
y me alberga y protege cada árbol. De aquellos
que ya no volverán
Versión de César M. Arconada nunca
¡acordaos!
¡No lloréis!
En la garganta
apagad
los gemidos,
los amargos gemidos.
¡De la memoria
de los caídos,
sed
dignos!
¡Siempre
dignos!
< 'o.n el pan y la canción,
sueños y versos,

238 239
En todos los tiempos
con la vida de la Tierra
espaciosa, inmortal
con cada
¡recordad!
instante,
A las centelleantes estrellas
cada
conduciendo las naves
aliento,
¡recordad!
¡sed dignos!
¡Hombres! Recibid
la primavera palpitante,
Hasta que los corazones
hombres de la tierra. •
latan,
Matad
recordad
a la guerra,
con qué
maldecid
precio
a la guerra,
vuestra felicidad fue conquistada,
¡hombres de la tierra!
por favor,
¡Llevaos nuestro sueño
recordadlo.
por los años,
Vuestra canción
con la vida
enviando al viento,
llevadlo!...
¡acordaos
Pero de aquellos
de aquellos
que ya no vendrán nunca
que ya no cantarán
os ruego:
nunca!
¡acordaos!
¡Acordaos!
¡Habladles a vuestros hijos
Versión de Samuel Feijoo
de ellos,
para que
los hundan en la memoria!
A los hijos
de los hijos
habladles de ellos,
para que también
los hundan en su memoria.
241
240 16
VLADÍMIR TSIBIN Soy capaz de doblar el arco iris
(1932) como una herradura.
M i corazón
tropieza con mi memoria
igual que un ciego.
¿No le habrán abierto surcos las cicatrices
como los abre el arado en los huertos?

Estoy hecho de gérmenes y brotes:


E L PULSO a punto de estallar estoy.
Y oigo
Bajo ios rápidos trenes cómo se abren
cruje el viento los ojos en mi corazón.
como las ramas.
Con el corazón, cual telescopio, Versión de Vicente Arana
miramos el siglo.
Yo temo
caer,
como cuando se desciende.
M i pulso me hierve.
M i pulso
es un pájaro en la red.
Irrumpen en mi pecho los sonidos
de las penas y alegrías,
y también por los ojos y oídos,
a través de los años y desdichas.
Golpea en mis tímpanos
un inmenso mundo azul.
¡De un corazón explosivo
siento la plenitud!
M i sangre y mi vida
me han hermanado con el alba.

242 243
ANDRÉI VOSNESENSKI
(1933) Y sale pitando al Mississipí.
Por toda América, sirenas.
L a gente, a los sótanos corre sin demora.
Salen los tanques como tortugas.
Se pone en marcha una excavadora.

SECOYA LENIN
En el centro del parque, un hoyo abierto.
En la automovilística California,
donde huele el sol a colofonia, ¿Quién te plantó, secoya?
hay un parque de secoyas. ¿Quién escuchó el rumor de este árbol secular?
Una de ellas Quemaron la tablilla aborrecible.
aparece un día a Uliánov dedicada. No existe la secoya.

"Secoya Lenin". ¡Pero existe!

La multitud se agita como alocada. A las doce en punto,


cada día,
¡"Secoya Lenin"! sobre los rascacielos,
Igual que una explosión. brillante como la cúpula de un paracaídas,
E l sheriff, sin abrocharse el pantalón, luminoso su tronco igual que un reflector,
como un lulú con la lengua fuera, la secoya se alza, incólume y visible.
a ver al alcalde corre que se las pela. No existe la secoya.
"Señor alcalde, a la vista un motín, ¡Pero existe!
y las raíces parten de Moscú...
Así también
¡Huf!..." sobre Moscú las salvas
penden
E l alcalde se traga el puro. ¡Socorro! como un follaje misterioso.

244 245
Cada uno de nosotros una secoya tiene. ¡Qué hermosura! Esos hombros,
esas amplias espaldas
Como un jardín plantamos, aquí y allá, conciencia. como metal fluido,
La secoya es mi luz, es mi entrañable amiga. luminoso.

Dondequiera que esté, Corren, brincan, brillan.


en el país que viva, Se hablan de "tú", de "tú", de "tú"
entre afanes, quehaceres, contratiempos, la pureza del fuego y de la nieve
entre la algarabía de alegres carnavales, y la pureza del desnudo.
en los trances difíciles,
como en una piscina me sumerjo Día helado, cielo azul.
en la sombra plateada de la verde secoya. Cuatro mozos —pellizas,
Sus infinitas pláticas sangre ardiente— las miran.
son para mí como aire puro y libre. Bromean,
corren, ríen!
¿No existe la secoya?
Sustos, gritos.
¡Sí, la secoya existe!
¡A la caseta!...
Huyen
Versión de César M. Arconada
como doradas flechas.
Mas una, se vuelve
y tira
BAÑOS SIBERIANOS una bola de nieve.
Y ríe.
¡Los baños! ¡Los baños! Golpean
las puertas. Versión de Blas de Otero
Salta a la nieve una mujer.

Directamente, del agua


humeante, salen a la nieve.
Los rosas, los blancos Renoir
palidecen junto a ellas.

246 247
Teniendo presente todo el mal del mundo,
EVGUENI EVTUSHENKO
con rabia me hablaba
(1933)
de un desertor capturado
y de los que robaban
el grano.

Atemorizados por su palabra


áspera y tenaz
cuando la saludaban,
L A ABUELA no se encogían
en vano
nuestro vecino,
Recuerdo, meditando en los años, que iba a la iglesia a escondidas,
cómo vivieron en espera las casas, y cierto borracho
cómo se abatieron las tormentas contable de los almacenes estatales.
del cuarenta y uno
sobre la pequeña estación de Zima. l iPero a veces,
En mi vida el maná no me cayó del cielo. en la hora breve del descanso,
empezaba de pronta a contar
En aquellos días, nudo, mientras atizaba el fuego...
me congelaba
esperando en las colas. Yo me sentaba con otros niños,
M i madre estaba en el frente. mi desharrapada banda de Zima.

Vivíamos solos mi abuela y yo. Ella, con voz alegre y doliente,


Ella era una autoridad en la vida local: los ojos perdidos en una ansia lejana,
presidía el soviet ciudadano hablaba
con su viejo pañuelo en la cabeza, de huelgas
botas de hombre, y victorias,
un capote militar de luchas clandestinas,
y una carpeta de cárceles.
bajo el brazo. de amigos fusilados.

248 249
L a tormenta golpeaba sin tregua en la ventana, ¡Todo entero! ¡Yo podré con todo!
pero ella, quitándose las gafas
No quiero n i parte de l a felicidad
con montura de cuerno,
ni parte del dolor.
a nosotros, extasiados,
nos cantaba quedamente Quiero, sí, l a mitad de la almohada
por l a gran batalla final. donde, pegado a tu mejilla,
como una pobre estrella fugaz,
L e hacíamos coro
fulgure el anillo de tu dedo...
y brillaban con viveza
los ojos de su impaciente auditorio. Versión de Rafael Alberti
E n Siberia los chicos cantaban y María Teresa León
la Varsovianka,
y los alemanes
se replegaban LA ISBA
de Moscú.
Plena noche, y que de nuevo
cabana de pescadores
Traducción de Natalia Ivanova
me acogió tan entrañable
v y Jesús López Pacheco
como los niños suelos del caminar a gatas.

Tiernamente me acuesto en un rincón


¡LA M I T A D N O Q U I E R O D E N A D A ! como si fuera m i cuna, l a de mi infancia;
y cimbreaban los hendidos suelos,
¡La mitad no quiero recordados hasta en sus grietas mismas.
de nada!
Pescado, tabaco fuerte,
¡Dadme el cielo todo! criaturas, gatos, sopa de verduras:
estaba en m i casa
¡Toda l a tierra!
oliendo y purificándome.
Los mares y los ríos, los torrentes de las montañas,
Roncar del pescador,
¡míos! N o los comparto.
niños encaramados en el horno,
N o me seducirás, vida, tartas entre los dientecillos
con una parte. de todavía harina caliente.

250 251
Por ellos, fingiéndome dormido,
Lavar, fregar, sola, sin acostarse, una oración entre los labios;
badila, escobas o agujas, y cesan de repente el: "¡Há, há, ha...!",
velaba la madre, la dueña, los ruidos, los ayes del lavar,
trabajo siempre entre las manos. y se entreabre la puerta.

Un río se enfadó, era el Pechora Silencio.


que rugía furioso: Y a través del sueño fingido,
"Retoza" —dijo la madre para sí, percibo cierto contacto
como si hablara de un torete. que me recuerda la infancia.

Apaga macilento candil


Me arropa una zamarra
y sale el ama. Oscuridad,
peluda y caliente,
mientras al otro lado del tabique,
y en la cocina
en la cocina
otra vez se oye el: "¡Há, há, há...!",
—¡ay, ay, ay!—, cómo lavaba la madre.
la madre lavando. v

Tosían los relojes, péndulos de la noche,


En pañales, y sábanas, y ropas,
arrastrando la Historia.
en torbellino de todas las pasiones,
¡Leña recién cortada,
bajo el trueno de los acontecimientos universales,
blancas llamas!...
las manos iban y venían.
Ocho infantiles ojos
—ocho centellas tuyas—, Más de un bellaco
río Pechora, aspira a la inmortalidad;
sorprendidos, temerosos, pero sólo este "¡Ay!" del lával-
brillaban en la noche, indómitos. es inmortal, en esencia.

inclinadas cabezas, ¡Destino, con tus mil caras!


por sobre el horno, ¡Isba, como la sensación
desde la imposible lejanía de millones de mujeres
cuatro niñitos me observaban que llevan vida difícil!
a mí, mayor que ellos.

252
Dueños absolutos de ella, NOVELLA MATVÉIEVA
isba, desde donde (1934)
miles de niños, a mí,
que soy mayor,
me observan.

Versión de José Herrera Petere

LAS PRIMERAS HOJAS D E L A COL,.,

Las primeras hojas de la col


son gruesas como suelas nuevas,
más rotundas que las blasfemias,
más compactas que las corazas,
con fibras como las maromas.

Como rústico regimiento


de plurales armaduras,
protegen el cogollo
•—suave como la seda—
de toda suerte de infortunios,
de toda suerte de tormentas.

Para poder ver el cogollo,


arranqué la primera hoja.
Y en seguida se derramaron
unas lágrimas de rocío.
Fui quitando nuevas hojas
como quien se quita las vendas,
y se me abrió de repente
un curioso laberinto.

254 255
Se enterneció el repollo BELLA AJMADÚLINA
y lloró como un ser vivo,
(1937)
hundiendo al punto entre mis manos
su afligida cabeza.

Traducción de José Saníacii

EL AUTÓMATA DE LOS REFRESCOS

Con misterioso paso se va acercando un niño,


lo mismo que a un juguete que quiere darle cuerda,
a la especial garita que guarda los refrescos,
de todos los autómatas, favorita altanera.
Fantaseador innato, echa después el niño
por la estrecha ranura la mojada moneda,
y el rostro salpicándole,
un surtidor rosado en el vasito apresa.
¡Quién tuviera aunque sólo fuese por un instante
el dominio del niño ante el simple secreto!
Pero no, que se vierta el agua entre mis manos,
porque merced tan grande no merezco.
Y el niño, copartícipe de milagros terrenos,
lleva siete facetas de cristal en la mano,
y los destellos hieren como espadas la vista
al caer en el suelo de rojo enarenado.
Tímida, quiero unirme a ese juego del niño
y me entrego dichosa al riesgo y al acaso
de la moneda echada en la ranura.
Estremecida, tomo el vaso entre mis manos.

257
17
Y después de romper los grilletes de plata, OLEG DMÍTRIEV
un remolino brota de sabores de frutas (1937)
lleno de ignoto aliento
y del fresco tropel de las burbujas.
Los colores del iris que fluyen de l a máquina
pasan al paladar con breve cosquilleo,
y así la lengua prueba en ese instante
los siete diferentes sabores del espectro.
Y con una bondad ya pasada de moda,
el alma de l a máquina nos contempla distante, DOS
como una campesina que con su fría mano
el cántaro le ofrece al caminante. Jamás el hombre está tranquilo.
Sin cesar prueba destinos muy distintos;
Versión de César M. Arconada bajo el agua, tras de peces carnívoros,
bajo la tierra, recorriendo laberintos.
L a espesura de la taiga atraviesa,
vive meses en témpanos lejanos
o se traslada sobre una balsa
bajo las velas a través del océano.
Mientras otro, frente al televisor sentado,
toma su té con galletitas
y casi en desafío mira
este tipo de aventuras;
cuando el espectador vecino
detiene la respiración ante el espanto.
él grita: "¡Niñerías!"
despectivo.
Siempre tuvo miedo a la palabra
"valentía".

Traducción de Elva Maclas


y Eraclio Zepeda

.... 259
NOTA EDITORIAL 7

PROLOGO: La poesía soviética 9

ANTOLOGIA

DEMIÁN BIEDNI: Epílogo del poema "La Calle Ma-


yor". Nadie sabía 29
ALEXANDER BLOK: Los doce 32
A N N A AJMÁTOVA: Seguramente muchas cosas. Jura-
mento. Valor. Cinco años han pasado. Pushkin. El
jardín de verano 45
N I K O L Á I A S É I E V : Húsares azules. Mis versos... ¿Qué
es la felicidad? 48
V E R A I N B E R : Nuestra vida 53
VLADÍMIR K I R Í L L O V : Escuché esta canción 56
BORÍS PASTERNAK: La sustituto. Si hubiera yo sabido...
El vencedor. Julio. Hasta la esencia misma de las
cosas 58
OSIP MANDELSHTAM: Un decembrista. Toma de mis
manos... Como tantos otros 63
M A R I N A T S V E T A E V A : Al que nunca sembró... A Maia-
kovski. Conato de celos 66
V L A D Í M I R M A I A K O V S K I : Marcha a la izquierda. Con-
versación con Lenin. A plena voz 69
SERGUÉI ESENIN: El ayer que desaparece. Carta a una
mujer. Shagané. Al perro de Kachálov. Una luna
vaga y enfermiza... Voy cruzando el valle. Las flo-
res me dicen adiós 83
E D U A R D BAGRITSKI: La muerte de la pionera 96
P Á V E L A N T O K O L S K I : El hijo. Prólogo. Epílogo 10?

263
N I K O L Á I T Í J O N O V : Balada de los clavos. Perekop. Como A L E X É I N E D O G Ó N O V : Réquiem a un soldado 196
la huidiza estela de los remos ... 106 M A R G A R I T A A L I G U E R : El retrato de Zoya. Otra vez
V A S I L I K A S I N : Mayo laboral. La garlopa 110 han reñido... La gente no me perdona los errores 1 9 8
EVGUENI DOLMATOVSKI: Compañeros 201
ILIÁ SELVINSKI: A la patria 112
A L E X É I S U R K O V : Héroe. Trinchera. Por la primera KONSTANTÍN SÍMONOV: ¿Recuerdas las carreras de
Smolensk? Espérame 203
vez... Al alba 114
STEPÁN SCHIPACHOV: NO me importa la muerte. V E R Ó N I C A T Ü S H N O V A : Desde la medianoche 207
Aprended a cuidar el amor. Junio de cerezos fra- M I J A Í L B U D Í N : Verano de Vólogda. Canción a los
gantes. La palma de la mano 118 puentes ... 2 0 9
M I J A Í L I S A K O V S K I : Vuelan las aves de paso. Los ene- M U A Í L L U K O N I N : A los que vuelven de la guerra. La
migos incendiaron su casa 121 dicha no tiene memoria ... 2 1 2
A L E X A N D R P R O K G F I E V : Versos a Rusia. Versos, versos, V A S I L I F I Ó D O R O V : Se amustia... No es fácil. Los co-
inquietud mía... El corazón del soldado. De nuevo razones 215
hogueras de maleza 124 S E R G U É I N A R O V C H Á T O V : En aquellos años 2 1 7
V L A D Í M I R L U G O V S K Ó I : El baile de los cadetes. La B O R Í S S L U T S K I : Los trenes. Caballos en el océano ... 2 1 9
estrella. Nuestra época ... 1 2 8 S E R G U É I O R L O V : En el globo terráqueo. La vida es
N I K O L Á I S A B O L O T S K I : De la belleza de los rostros hu- fría sin canciones 222
SEMIÓN GUDZENKO: YO fui de infantería... En el
manos. Leyendo versos. Grullas 135
V I S S A R I Ó N S A Y Á N O V : LOS cometas del Primer Ejér- club de la guarnición 2 2 4
cito de Caballería 138 A L E X A N D E R M É Z H I R O V : ¡Herradura de la suerte! La
M I J A Í L S V I E T L O V : Granada. Horizonte 140 edad 2 2 6
Y Ó S I F U T K I N : Si te hieren, amado, en la guerra... 1 4 6 B U L A T O K U D Z H A V A : El alegre tamborcillo. Cancionci-
A L E X A N D E R Z H Á R O V : La piedra entrañable 148 ta sobre la puerta abierta 228
K O N S T A N T Í N V A N S H E N K I N : Vida, yo te amo 2 3 0
L E O N I D M A R T Í N O V : Cielo y tierra. Los hombres. Quie-
ro que el amor abrace el mundo 150 E V G U E N I V I N O K Ú R O V : Mi amor está lavando. Artista,
S E M I Ó N K I R S Á N O V : Nada que hacer. Encontrarse a sí educa al alumno 233
Y U L I A D R Ú N I N A : Una vez vi un combate... Mi vida... 2 3 5
mismo ... ..- ••• - 154
R I M M A K A S A K O V A : Me parezco a la Tierra ... 2 3 7
DMITRI K E D R I N : La muñeca ... 157
RÓBERT R O Z H D É S T V E N S K I : Réquiem 239
BORÍS KORNÍLOV: Mi hijo 160
VLADÍMIR TSIBIN: El pulso 242
N I K O L Á I R I L É N K O V : El sonido y valor de las pala-
A N D R É I V O S N E S E N S K I : Secoya Lenin. Baños siberianos. 2 4 4
bras. Tardes invernales 162
E V G U E N I E V T U S H E N K O : La abuela. ¡La mitad no quie-
O L G A B E R G G O L T S : NO te ocultaré mis tristezas. Tengo
ro de nada! La isba 248
tanto miedo... Antes de separarse 164
N I K O L Á I G R I B A C H O V : Lluvia de verano. Felicidad ... 167 N O V E L E A M A T V É I E V A : Las primeras hojas de la col... 2 5 5
A L E X A N D E R T V A R D O V S K I : Me han matado cerca de B E L L A A J M A D Ú L I N A : El autómata de los refrescos ... 2 5 7
O L E G D M Í T R I E V : DOS 2 5 9
Rzhev. Recuerdo de la madre 170
P I O T R K O M A R O V : Región del Amur 177
S E R G U É I P O D É L K O V : A mi hijo. La canción queda ... 179
L E V O S H A N I N : Mi Valga, mi Volga 181
B O R Í S R Ü C H I O V : Toda la Rusia inmensa 183
Y A R O S L A V S M E L I A K O V : Mi generación. Si enfermo...
El viejo 186
S E R G U É I S M I R N O V : Cruzar tierras y mares. El hombre. 190
ALEXANDER YASHIN: Un domingo 192
V Í C T O R B Ó K O V : ¿En dónde empieza Rusia? 194

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en los talleres de
Altamira-Rotopress, S. A .
en el mes de junio de 1974
La presente antología buen número de traduc traducciones al castella-
ofrece un sistemático ba- ciones fueron realizadas no, una solvente y eficaz
lance de la poesía escrita por algunos óptimos co- guía para el conocimien-
en lengua rusa a partir de nocedores del ruso. En to global de una impor-
la revolución bolchevique otros casos se encargó a tante rama de la poesía
de 1917. No existía real- diferentes escritores es- del siglo XX muy defi-
mente ninguna selección pañoles e hispanoameri- cientemente incorporada
de este tipo asequible al canos —Rafael Alberti, a nuestro medio cultural.
lector español, el cual só- Nicanor Parra, Blas de
lo había podido aproxi- Otero, Manuel Rojas, An-
marse a esa multiforme gel González, Gabriel Ce-
panorámica de la poesía Una primera recopila- laya, Caballero Bonald, He-
soviética a través de al- ción de los poemas que rrera Petere, etc.—, que
gunos de sus más univer- figuran en esta antología «rescribieran» en len-
sales exponentes. Desde fue efectuada por un gru- guaje poético unas previas
Essenin o Maiakovski has- po de poetas soviéticos y versiones literales al cas-
ta Pasternak o Evtuchenko seleccionada definitiva- tellano de los textos ru-
aparece reunido en esta mente por Alexander Na- sos.
ocasión un muestrario su- karov, que es también Esta ANTOLOGIA DE LA
ficientemente extenso de quien traza en el prólogo POESIA SOVIETICA supo-
ese singular ciclo de la un metódico resumen del ne, pues, junto a la diver-
literatura rusa. período estudiado. Un sidad de matices de las

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