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INTRODUCCIÓN
Durante los decenios en torno al año mil, se desarrollaron los rasgos de una nueva
ordenación de las relaciones humanas: lo que se ha denominado como el
Feudalismo.
Simple revelación de un movimiento de gran amplitud que se había iniciado en la
época carolingia y cuya evolución precipitaron las invasiones de los siglos IX y X. En
las regiones más evolucionadas, es decir, en Galia, llega a su término durante los
últimos decenios del siglo XI. No afecta a Germania, pero de modo especial en
Italia, resiste el contacto de estructuras contrarias cuyos pilares son la vitalidad
urbana y la animación más precoz de las corrientes monetarias.
Esta mutación de las bases políticas y sociales se acomodaba indiscutiblemente a la
situación de una economía agraria dominada por una aristocracia cuya influencia
habían reforzado las campañas militares, y a su vez influyó, de manera muy directa,
en la evolución económica. El feudalismo sirvió de marco a la evolución económica
en un nuevo orden, cuyos beneficios tuvieron un papel determinante en el desarrollo
interno de la economía europea. Sin embargo, no olvidemos que las verdaderas
estructuras del mundo occidental eran espirituales, y los aspectos de la realidad
económica eran simples acompañantes. Las transformaciones de la economía se
realizaban lentamente y no tenían un carácter llamativo.
(Georges Duby: “Guerreros y campesinos. Desarrollo inicial de la economía
europea 500 – 1200”, págs. 104)
SERGI:
PERRY ANDERSON
Guerreau “El feudalismo un horizonte teórico” Acerca de Perry Anderson (p. 114-115)
El verdadero lugar de nacimiento del complejo feudal había sido la parte occidental
del continente europeo, el antiguo territorio de los Carolingios. Seguidamente se fue
extendiendo, de forma lenta y desigual a Inglaterra, España y Escandinavia; luego,
más dificultosamente, alcanzó a Europa oriental, donde sus elementos
constituyentes y sus diversas fases conocieron numerosas dilataciones y
distorsiones (p. 238)
“El feudalismo fue un modo de producción dominado por la tierra y por la economía
natural, en el que ni el trabajo ni los productos del trabajo eran mercancías. El
productor inmediato -el campesino- estaba unido a los medios de producción -la
tierra- por una relación social específica. La fórmula literal de esta relación la
proporciona la definición legal de la servidumbre: glebae adscripti, o adscriptos a la
tierra; esto es, los siervos tenían una movilidad jurídicamente limitada. [...] La
propiedad agrícola estaba controlada privadamente por una clase de señores
feudales que extraían un plusproducto del campesinado por medio de relaciones de
compulsión político - legales. [...] era una amalgama jurídica de explotación
económica con autoridad política.” (pág. 147)
“Las funciones del Estado se desintegraban en una distribución vertical de arriba
abajo, precisamente en cada uno de los niveles en que se integraban por otra parte
las relaciones políticas y económicas. Esta parcelación de la soberanía era
consustancial a todo el modo de producción feudal.” (pág. 148)
“...la condición estructural que posibilitó este poder y esta prosperidad urbana fue la
parcelación de la soberanía característica del modo de producción feudal en
Europa.”
(Ídem, págs. 197 y 198)
GEORGES DUBY
Duby (FEUDALISMO):
“El empleo de la palabra feudalismo que hicieron los historiadores marxistas para
definir una de las fases principales de la evolución económica y social se justifica
por el papel que el feudalismo —en su sentido amplio, es decir, las formas que
revistió el ejercicio del poder en Europa occidental a partir del año mil— ha
desempeñado en la ordenación de las nuevas relaciones entre las fuerzas
productivas y los que obtenían provecho de ellas. Por esto, interesa examinar con
atención este cambio fundamental del marco político.
había campesinos que llegaban a reunir más tierras de las que podían explotar
personalmente, que concedían las sobrantes a vecinos menos afortunados y
recibían por este hecho una renta de tipo señorial.
Todo esto no impide que la sociedad feudal se ordene en dos clases, una de las
cuales, la de los señores, engloba la categoría de los eclesiásticos y la de los
caballeros. Y la conciencia que esta clase adquiere de sí misma hace que se
considere escandaloso, si no pecado, el hecho de que un trabajador pueda elevarse
por encima de su condición hasta el punto de compartir los privilegios de sacerdotes
y guerreros, de vivir en el ocio gracias al trabajo de otro. (Ídem, pág. 111)
La sociedad es un cuerpo en el que intervienen, sin que sea posible disociarlos, sino
en razón de su análisis, los factores económicos, los políticos y los mentales.
La investigación de las articulaciones hace aparecer desde el principio a cada una
de las fuerzas en acción como dependiente del movimiento de todas las otras, pero
se halla, sin embargo, animada por un arranque que le es propio
“¿En qué se han transformado los lazos de hombre a hombre, las relaciones
territoriales entre señores y feudatarios, la jurisdicción feudal? Más preocupados por
estudiar las novedades que las permanencias, los historiadores no han otorgado
aún a estas cuestiones la suficiente atención. Segundo campo de investigación, casi
virgen y que promete ser fecundo: las actitudes mentales. ¿Acaso la “feudalidad”
no es ante todo un estado de ánimo, un complejo psicológico formado en el
pequeño mundo de los guerreros que poco a poco se han transformado en nobles?
En principio, conciencia de superioridad de un Estado caracterizado por la
especialización militar, y que supone el respeto a ciertas consignas morales, las
prácticas de ciertas virtudes; idea conjunta de que las relaciones sociales se
organizan en función del compañerismo en el combate; nociones de homenaje,
dependencia personal que ocupan un primer plano y que sustituyen a todas las
formas anteriores de vinculación política. Esta disposición mental se manifiesta a
través de diversos signos: sobre todo a través de gestos rituales y también de
palabras”. (Georges Duby, Hombres y Estructuras de la Edad Media, p. 19-20)
[4] Duby, Georges. El ejercicio de la libertad, entrevista realizada por JBrochier y Michel
Pierre. Publicada en el Magazín litteraire, N° 164, setiembre de 1980.
[5] Según la teoría marxista, la base o infraestructura es la base material de la sociedad
que determina la estructura social, el desarrollo y el cambio social.1 Incluye las fuerzas
productivas y las relaciones de producción. De ella depende la superestructura, es decir, el
conjunto de elementos de la vida social dependientes de la base o infraestructura