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Es la forma en que nos sentimos con respecto nosotros mismos. Es decir podemos
sentir que estamos contentos con lo que somos y pensamos, o podemos tener
muchas dudas al respecto y sentirnos mal.
Todos los días enfrentamos cosas o sucesos que nos afectan la forma en que nos
sentimos con respecto a nosotros mismos. Por ejemplo podemos confiar en nuestras
ideas y sentido común de una forma clara y decidida, o podemos tener muchas dudas
y sentirnos afectados fácilmente por otras personas que no piensan igual o nos dicen
que lo que hacemos o pensamos no es lo correcto.
Primero que todo debemos recordar, que nuestra autoestima es el resultado de muchos
factores: el ambiente, la crianza, la familia, el entorno, la escuela, etc.
Muchas veces nos sentimos mal, pues nos parece que nuestra forma de ser no es la
mejor. Sin embargo, de esto nadie tiene la culpa. Lo que debemos hacer es tratar de
definir, con ayuda de otras personas, las cosas que nos gustaría cambiar y comenzar
a hacerlo.
En segundo lugar, debemos recordar, que las primeras felicitaciones por las cosas que
hagamos bien o por nuestros éxitos, debemos ser nosotros mismos.
Reconocer nuestros propios logros y aprender a conocerse y quererse, es básico para
lograr que nuestra autoestima interna sea fuerte y no debamos depender de tantas
fuentes externas. Debemos reconocer el verdadero valor de las cosas que suceden en
nuestra vida.
No te preguntes únicamente qué tan feliz eres tú, sino qué tan feliz son los que viven
contigo.
Cuando una persona empieza a quererse más, los demás la percibirán de inmediato
el nuevo aire; cuando se cambia la imagen que se tiene de sí mismo, los otros lo
verán con otros ojos.
La autoestima es esencial para la supervivencia psicológica; sin aquella la vida puede
resultar penosa e insatisfactoria.
Ella es, afirma la psicóloga Laura Álvarez, la llave para una vida abundante.
Según explica la psicóloga Ida Gorn, la autoestima se define como la imagen que se
tiene de sí mismo y en ella influyen considerablemente los padres.
Para aumentarla, hay que empezar a alimentar el alma a recuperar la serenidad y a
perdonarse. Así, poco a poco, irá viendo cómo crece la confianza en sí mismo.
Si necesita buscar ayuda profesional hágalo cuanto antes. Esto es muy saludable.
Las siguientes son algunas recomendaciones para desarrollar una buena autoestima.
Ellas fueron proporcionadas por las psicólogas Laura Álvarez, Ida Gorn y Maureen
Vizcaíno:
Recuerda:
2. ¿QUIEN SOY YO?, ¿QUIERO SER MEJOR?, ¿COMO EMPIEZO? DE ADENTRO HACIA
AFUERA
“Lo que está delante de nosotros y lo que está detrás es poco importante comparado con lo
que reside en nuestro interior.” Oliver Holmes.
Mt 12 :35. “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre
malo, del mal tesoro saca malas cosas.”
De adentro hacia afuera significa empezar por nosotros mismos, por la parte más interior de
la persona.
Nuestra manera de pensar y de ver las cosas, nuestro carácter, nuestros motivos y deseos.
Significa que si queremos que las cosas cambien y mejoren, debemos cambiar y mejorar
nosotros primero. Si queremos tener éxito en la vida, debemos tener éxito con nosotros
primero, corrigiendo nuestros errores y defectos y formando un carácter de integridad,
rectitud, justicia, bondad, servicio y todo lo que la Biblia nos enseña.
“El Señor obra de adentro hacia afuera. El mundo obra de afuera hacia adentro. El mundo
quiere sacar a la gente de los suburbios. Cristo saca los suburbios del interior de la gente, y
después ésta sale por si misma de los suburbios. El mundo quiere moldear a los hombres
cambiando su ambiente. Cristo cambia a los hombres que después cambian su ambiente. El
mundo quiere conformar la conducta humana, pero Cristo puede cambiar la naturaleza
humana.
Muchas personas piensan que el cambio es de afuera hacia adentro. Creemos que el
problema está fuera de nosotros, y que si los demás cambiaran o desaparecieran el problema
quedaría resuelto. Nos concentramos en los errores y defectos de los demás, y les echamos
la culpa de todo lo que nos pasa. Pensamos que nuestro estancamiento es por las
circunstancias, pero debemos aprender que no es así. Nosotros tenemos el poder de cambiar
nuestras vidas y pensar diferente. Comencemos por la raíz de nosotros mismos, de nuestros
problemas, nuestros defectos, nuestro carácter y mejoremos; y así podemos influir en los
demás.
Jesucristo no cambió el mundo cuando estuvo aquí en la tierra. El cambió hombres para que
estos cambiaran a otros hombres y estos a otros, y así al mundo. Lo primero que Jesús hace
en nuestras vidas es cambiar nuestros corazones y llenarnos del Espíritu Santo para así
poder moldearnos desde adentro hacia afuera.
El éxito y el poder está dentro de nosotros mismos. Debemos empezar por examinarnos e
identificar que está mal en nosotros, para poder mejorar con la ayuda y la dirección de Dios,
en oración, y leyendo la Biblia.
Prov. 16: 9. “El corazón del hombre piensa su camino más Jehova endereza sus pasos.”
Gen. 1:26-27 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda
la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA?
Pero ese concepto esta equivocado, todos somos valiosos porque somos hijos de Dios, el
nos creo a su imagen y semejanza y no nosotros a nosotros mismos.
La autoestima nos dice que es importante que nos consideremos valiosos, más allá de las
cosas que nos faltan aprender. Más allá de nuestras incapacidades e independientemente de
lo que los demás quieran de nosotros. En fin, que cada uno sepa que es una persona valiosa,
sea como sea, le falte lo que le falte, sepa lo que sepa o tenga la incapacidad que tenga.
Sin embargo, hay que aclarar lo siguiente: No es tener la autoestima alta pensar que yo soy lo
que no soy; por ejemplo rico, lindo, perfecto. La autoestima consiste en saber que soy lo que
verdaderamente soy.
Rom. 12:3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros,
que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
“Sólo podemos respetar a los demás cuando uno se respeta a sí mismo. Sólo podemos dar,
cuando nos damos a nosotros mismos. Sólo podemos amar, cuando nos amamos a nosotros
mismos”; Abraham Maslow.
Todo ser humano alguna vez se ha planteado las siguientes preguntas ¿Quién soy? y ¿Para
qué soy? Al tratar de responder a estas preguntas tan sencillas y profundas, se confronta con
la imagen que tiene de sí mismo.
¿Quién soy? Nos lleva a las señales o elementos que nos identifican y nos diferencian de
otros, tales como: nombre, caracteristicas, habilidades, logros. Tambien identifica el rol que
tenemos en la sociedad:, soltero, hijo, estudiante, profesional. Así como también los valores
como personas: bueno, malo, imperfecto, ordenado, desorganizado.
¿Para qué soy? Es la pregunta que nos lleva a reflexionar la razón de nuestra existencia:
razón de estar aquí, y de hacer lo que estamos haciendo y no otra cosa, de vivir la vida que
estamos viviendo, de descubrir cuál es el plan de Dios para nuestras vidas.
Dios, nuestro Creador, está presente en todo desde el instante que se forma un nuevo ser
humano. Debemos reconocer que nuestra persona es una creación especial y única de Dios,
quien nos da a cada uno de nosotros, el privilegio de tener una vida, tener nuestra propia
personalidad y ser responsables de nuestro crecimiento y desarrollo. Desde el momento de
nuestra concepción, se inicia nuestro potencial como personas.
LIBERTAD DE ELEGIR
Todas estas teorias se basan en que el hombre está determinado a responder o reaccionar
de cierto modo, dependiendo el estimulo que tengamos o lo que nos suceda. El modelo es:
ESTIMULO = RESPUESTA
Nosotros como cristianos debemos comprender que Dios nos hizo seres especiales para su
gloria, con inteligencia y sabiduria. Dios nos dio un libre albedrio, o la libertad de elegir.
Podemos pensar y razonar lo que hacemos; podemos imaginar lo que queremos hacer,
sabemos lo que está bien y está mal, y tenemos la libertad de actuar segun nuestra
conciencia.
Entre el estimulo, o lo que nos sucede y la respuesta que demos, tenemos el poder de elegir.
El no quiere que nosotros estemos determinados a ser y a actuar segun nuestra herencia, ni
por los traumas de la infancia. Es probable que algunos de nosotros no hayamos recibido de
nuestros padres suficiente valoración, aceptación, respeto, o reconocimiento. Si, la
autoestima depende en principio, del cuidado y de la valoración de nuestros padres. Pero si
uno no ha recibido ese mensaje de su familia, uno puede aprenderlo de Dios.
Sal. 27:10
1 Juan 4:9-10
Rom. 8:38
Muchas personas tienen la sensación de que su vida viene marcada exclusivamente por las
circunstancias o por el medio ambiente que los rodea. Las cosas de afuera determinan su
felicidad o infelicidad.
Pero Dios nos hizo y quiere que seamos responsables de nosotros mismos, de nuestras
acciones, y no permitamos que lo que nos suceda, o lo que hagan los demás nos afecten. Yo
tengo el poder de elegir.
“Porque no nos ha dado Dios espiritu de cobardia, sino de poder, de amor y de dominio
propio.”
Si usted toda su vida ha pensado que es asi por causa de alguien o algo que está a su
alrededor, ponga en practica su libertad de decidir. Decida ser feliz, a pesar de las
circunstancias. Dios nos ha dado esa felicidad, que no es una condicion, sino una decision.
Yo decido ser feliz. Yo decido amarme y valorarme tal como soy.
EL YO PERFECTO CONTRA EL YO REAL.
El mundo nos dicen lo que deberíamos ser. Esto señala que existe un Yo ideal, un yo
perfecto. Pero también hay un Yo real, no el que deberíamos ser, sino el que somos. Aquí
nace el conflicto. Esa conciencia empuja en nosotros una decisión: La decisión de cambiar
para ser como se debe. Sin embargo, tarde o temprano nos damos cuenta de que por mucho
que nos esmeremos, no conseguimos ser el Yo ideal. Tomamos conciencia de que no
podemos ser "como deberiamos". Y entonces nos frustramos.
En esta sociedad se nos pide que seamos perfectos. Los mas hermosos, los mas inteligentes.
Esto choca frontalmente con nuestra vivencia. Lo adecuado está en sentir una parte de
nosotros como maravillosa, aquella que se refiere a nuestras capacidades. Somos buenos
para unas cosas, tenemos cualidades que ponemos o no en práctica, hemos conseguido
cosas, ésto nos gusta...
La otra parte de nosotros alberga los límites. Sí, a veces somos, groseros, nos enfadamos,
perezosos, desordenados, débiles, miedosos, no sabemos hacer todo e incluso nos
equivocamos... La parte de los límites es la que intentamos esconder. La que nos avergüenza
de nosotros mismos.
Ponemos tanta atención en nuestros defectos que no hacemos sino hacerlos más presentes y
ponernos peor, pero no cambiamos, ni salimos de ellos. Toda esta energía puesta en los
límites nos impide mejorar, desarrollar las capacidades y superarnos.
Necesitamos aceptarnos como un todo con limites y capacidades. Querernos sin condiciones.
Necesitamos valorar lo mejor de nosotros y lo menos bueno.
Fil. 3:12-14 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si
logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no
pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
UNA PERSONA CON UNA AUTOESTIMA ÓPTIMA TIENE LAS SIGUIENTES CUALIDADES:
Las personas que tienen una sana autoestima ven al mundo como un desafío al que hay que
enfrentarse, una oportunidad para ejercitar la fortaleza personal y la confianza en Jesucristo.
• Posee una visión de si mismo y de sus capacidades realista y positiva.
• No necesita de la aprobación de los demás, no se cree ni mejor ni peor que nadie.
• Muestra sus sentimientos y emociones con libertad.
• Afronta los nuevos retos con optimismo, intentando superar el miedo y asumiendo
responsabilidades.
• Se comunica con facilidad y le satisfacen las relaciones sociales, valora la amistad y tiene
iniciativa para dirigirse a la gente, la entiende y la acepta tal como son.
• Sabe aceptar las frustraciones, aprende de los fracasos, es creativo e innovador, le gusta
desarrollar los proyectos y persevera en sus metas.
Para intentar aumentar nuestra autoestima debemos ante todo empezar por ser nuestros
mejores amigos, saber que no hay nada ni nadie en este mundo más importante que nosotros
mismos. Por eso hemos de aceptarnos tal y como somos, pensando no existe nadie mejor ni
peor, aunque todos seamos diferentes.
Como hemos visto autoestima es lo que yo soy, lo que siento y pienso de mí. La manera de
verme, de quererme, de expresarme, de relacionarme con el mundo. Autoestima es
valorarme y valorar, reconocer que merezco ser tomado en cuenta.
Quien se quiere, se respeta, se valora y se siente importante por lo que es, se autoestima.
Quien se autoestima asume los riesgos de la vida, se enfrenta a las dificultades con entereza
y aprende de ellas, sabiendo que es capaz de valerse por sí mismo, y de salir fortalecido de
esos encuentros.
Se autoestima el que se comunica, expresando lo que quiere, sin dejarse manipular por la
posibilidad del rechazo ajeno. El que escucha al otro, maneja diferencias, las propias y las
que ve afuera, en un mundo complejo y aprende a relacionarse con los demas sin eliminar al
otro, sin descalificarlo.
Hay personas que creen firmemente en su capacidad para ser felices en la vida; y también
existen, por desgracia, las que se han formado un auto concepto negativo, de manera que
están convencidas de su incapacidad para triunfar, para aprender o progresar.
Es necesario revisar el concepto que cada uno tiene de sí mismo. A veces pensamos que "así
somos" y que ello es invariable. Lo dramático de esta situación es que la percepción del auto
concepto fija la conducta acorde con las características de éste; y a su vez estas conductas lo
reafirman. Si el concepto que uno tiene de si mismo es negativo, las conductas también lo
serán, y esto creará un circulo vicioso de destrucción personal. Gracias a Dios, cada uno de
nosotros puede cambiar, puede reconstruir su imagen, y así emprender el camino del
desarrollo personal.
Para valorarnos adecuadamente necesitamos reconocer a Dios como tal. Sólo así podremos
entender el valor que en realidad tenemos. Muchas veces nos creemos más importantes que
Dios, pensando que somos dueños de nuestra vida, cuando en realidad lo es el Padre
Celestial. Las consecuencias de tal actitud perjudican nuestra capacidad de valorarnos y
valorar a los demás adecuadamente.
Dios envío a su hijo Jesucristo para mostrarnos lo mucho que nos ama. Cristo murió y
resucitó para brindarnos perdón y paz, y esto hizo palpable la magnitud del amor de Dios. Y
tamaño amor, manifestado en Jesucristo, restaura nuestra identidad y nos permite
comprender el valor que tenemos.
El amor de Dios hace posible que podamos aceptarnos, querernos y vivir en paz con nosotros
mismos, y con nuestros semejantes.
NAUTILIUS
16-12-1999, 23:24
Ser jugador del equipo, nadie iguala mi perfomance; mi negocio es prospero porque hago
que las finanzas trabajen para mí; nuestra casa es la mejor del vecindario, y que lo digan
nuestros familiares; me amo, me aprecio porque tengo tantas cosas y cualidades que otros no
tienen; soy la más bella de la universidad, me envidian, y los traigo locos".
Estas son algunas de las expresiones o pensamientos que muchos tenemos respecto a la
autoestima en nuestras capacidades, posesiones, valores, y potencialidades individuales.
El sistema educativo en US, promueve entre sus valores pedagógicos y éticos, tres enfáticas
actitudes en sus estudiantes: el reto, el orgullo, y el autoestima (challenge, pride, y self-
esteem). El tiempo y las futuras generaciones mostraran si el fomento de estas actitudes han
sido las adecuadas para la formación y el desarrollo espiritual de los niños y jóvenes de esta
nación. Serán los neo baby boomers de los años dos mil? ( 2 Co 1:12 ) “Porque nuestra gloria
es esta; el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con
sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho
mas con vosotros".
CITAS A CONSULTAR:
2 Co 1:12 Ef 6 :7
2 Tim 3: 2,3 Mr 7: 21
Mr 8: 34-37 1Co 6: 11
( Ga 5: 13-15 )