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APOCALIPSIS (SIMBOLISMO)

SIMBOLISMO CÓSMICO:
 Cielo: En sentido físico es el firmamento (6,14; 16,2; etc.…). En sentido simbólico es
la zona ideal de la transcendencia de Dios (3,12; 4,1.2; 5,3.13; 8,1; etc.…).
 Estrella: En sentido físico y también en sentido simbólico hace referencia a la trans-
cendencia de Dios relacionada con su acción creadora. Este sentido simbólico preva-
lece sobre el sentido físico: cuando se hace referencia al “ángel de la iglesia” (1,20);
cuando dice “caída del cielo a la tierra” (9,1), indica una realidad demoníaca, pero
cuando se aplica a Cristo (“la estrella radiante” de 22,16), después de haber hecho la
promesa (cfr. 2,28), su sentido simbólico indica que se trata de un elemento celestial
que se desplaza y viene a encontrarse con la tierra.
El contexto especificará ulteriormente si se trata:
- De la dimensión celestial, transcendente, que corresponde a la iglesia concretar en
la Historia, de la tensión hacia la plenitud del día escatológico que Cristo resucita-
do, sentido como presente en la Iglesia, le comunica.
- De un proceso inverso, de una realidad transcendente, de algún modo, por sí mis-
ma, pero que se encuentra en la tierra forzadamente porque ha caído.

SIMBOLISMO TERIOMÓRFICO:
Encontramos todo un abanico terminológico referido a los animales. Se habla de animales
(dsôon /dsôa, en griego: 20x), cordero (arníon: 29x), león (león: 6x), águila (aetós: 3x), lan-
gosta (akrídes: 2x), dragón (drákôn: 13x, las únicas en todo el NT), monstruo o bestia
(thêríon: 38x), caballo (híppos: 16x), rana (bátrachos: 1x), escorpión (skorpíos: 3x), ser-
piente (ófis: 5x), perro (kýôn: 1x), pájaro (órneon: 3x). Este cuadro impresiona por su am-
plitud.

Éstos son vistos, a veces, en sentido realista (cfr. 6,8; 9,5; 10,3; 14,20), pero muchas veces
éstos son distintos de lo que esperamos y protagonizan acciones superiores. Los animales
(dsôa) desarrollan funciones doxológicas (4,6b-8a), imponen (6,1-7), entregan las copas a los
ángeles (15,7), adoran (19,5). El cordero toma el libro (5,7), abre los sellos (6,1ss.), se indig-
na (6,18), conduce al prado (7,17), lucha y vence (17,14), celebra las bodas (19,7.9), tiene un
trono propio (22,1.3). El león vence para hacer abrir los sellos del libro (5,5), Los caballos
asumen proporciones, colores y actitudes al límite de lo imaginable (6,1-8; especialmente
9,16-19). El dragón, la 1ª y la 2ª bestia realizan acciones sorprendentes: arrastra las estrellas
contra la tierra (12,4), combate en el cielo (12,7), la 1ª bestia blasfema (13,6), tiene poder
sobre toda tribu y pueblo (13,7), la 2ª bestia habla como el dragón (13,11), construye la ima-
gen de la 1ª bestia y le da vida (13,14-15).

Los animales protagonistas, tanto de signo positivo como negativo, se comportan de modo
siempre sorprendente y, a menudo, de forma humanamente inexplicable. Su acción influye
sobre los hombres y sobre su historia, pero están siempre bajo el control de Dios. Expresan
una fuerza que, positiva o negativa, se introduce en la historia humana siguiendo el desarrollo
hasta la conclusión escatológica.

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