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LA GRANJA DEL ABUELO

Había una vez un niño llamado Pepe, que tenía 5 añitos y


vivía con su
papá y su mamá.
Un día mamá
tuvo una gran
idea.
-Podemos ir a
visitar la granja
del abuelo!!
A Pepe le
entusiasmaba
mucho la idea:
- Siiiiiii....vamos a la granja del abuelo.
Pepe, papá y mamá se montaron en el coche y partieron
rumbo a la granja.
Una vez en la granja, Pepe pudo ver todos los animalitos
que el abuelo tenía allí y descubrir sus sonidos.
Había algunas gallinas, que le saludaban con un ruidoso
cacare COC COC COC.
Junto a las gallinas, había un gallo.El gallo tenía una cresta
grande y tan pronto Pepe se acercó pudo descubrir el
sonido del gallo KIKIRIKII.
En el establo viven un enorme caballo blanco, un mediano
burrito negro y un pequeño pony marron.
-Pepe, ¿quieres pasear con el pony? dijo el abuelo.
Y Pepe asintió. Fue un paseo increible! Pasearon junto al río,
y llegaron a unos enormes prados. En los prados había
vacas y ovejitas.
Las vacas eran blancas y negras y mugían así MUUUUU.
Las ovejitas tenía mucha lana, y cantaban: beeee beee
beeeeee.
Al anochecer Pepe y el abuelito volvieron a la casa, y la
abuela había preparado una deliciosa cena con los huevos
que Pepe cogió del corral de las gallinas.
Se sentaron todos en la mesa y comieron felices.

LOS TRES RATONES


Había una vez tres ratones muy envidiosos,
querían todo para ellos solos. Pero cuando
llegaba a visitarlo un vecino, ellos escondían
todo el queso que tenían guardado.
De pronto se acercó un gato muy peludo,
asomó su nariz en el agujero y los ratones
envidiosos se arrinconaron muy asustados.
Cuando gritaron, el vecino los escuchó y se
acercó al gato lleno de valor y como pudo lo
alejó de la puerta. Quedó tan cansado el pobre
ratón que los envidiosos salieron a
agradecerle el favor y por fin lo invitaron a
comer.
Todos felices disfrutaron de un estupendo
platillo de queso y entre risas recordaban al
gato que corrió muy enojado.
EL GATO DORMILON
Había una vez un gato muy dormilón que se
pasaba los días y las tardes enteras echado en
el sofá. Siempre se preguntaban que es lo que
hacía para quedar tan exhausto, pero nadie lo
veía haciendo otra cosa que no fuera
descansar.
Una noche su dueño tuvo la idea de ir a
buscarlo y ver si también dormía toda la
noche, pero mientras bajaba la escalera pudo
verlo… ahí estaba él, sentado frente al
acuario, viendo cómo dormía la tortuga. Sólo
se quedó allí mirando en silencio a su gato,
despierto y sereno estaba cuidando el sueño
de su amiga tortuga.
Al día siguiente pudo verlo como de
costumbre, durmiendo en el sofá y entonces
pudo comprender el porqué de su sueño
durante el día, pero no notó que la tortuga
también lo cuidaba desde su sitio.

UNA NIÑA QUE SE SENTIA


SOLA
Había una vez una niña que se sentía sola,
quería un animalito para jugar y quererle.
Los padres de la niña le dieron una sorpresa y
se levantaron temprano para comprarle un
perrito y sorprenderla, querían que fuera muy
feliz. Llegaron con el perrito y le pusieron en la
cama de la niña sin que ella se diera cuenta,
después de unos minutos la niña se levantó.
La niña se puso a pensar:
– “¿Soñé con un perrito?”
Y nada más decir esto escuchó un ladrido y
ahí estaba el perrito, bajo la sabana. Ella se
puso súper contenta y dijo que nunca más
jugaría sola.
Y colorín colorado este cuento a terminado.

LA NIÑA HADA
Había una vez una hermosa hada, la verdad es que era tan
especial que las otras hadas la humillaban por ello, todo el
tiempo la rechazaban, decían que no era una hada de
verdad, que era muy fea. Un día hasta la convirtieron en un
sapo verde. Ese día las hadas volvieron a convertir
a Griselda en una hada, y ya no le veían la gracia a la
broma que le habían hecho. Griselda terminó hecha
pedazos, llorando en el árbol donde vivía, mientras lloraba
sentía como si corazón estaba destrozado, lloraba y lloraba
hasta que se quedó dormida.
A la mañana siguiente, cuando Griselda despertó, ella no
quería salir de ese árbol donde vivía, aquel en el que podía
estar sola, aquel en el que nadie la criticaba, solo quedaba
Griselda con ella misma, sin embargo lo hizo, salió al
mundo real pero… volvió a ser humillada y volvió a salir
llorando, solo que esta vez no fue a ningún árbol, siguió
volando hasta que llegó a un pueblo mágico, llamado Nah,
donde vivían dioses, de esos que con solo un pedazo de tu
corazón, podían hacer que todo ocurriera, era una
sensación indescriptible la que se podía llegar a sentir con
solo entregar un pedazo de tu corazón. Griselda lo intentó y
lo intentó muchas veces nunca se rindió hasta que un día
supo que era verdad todo lo que decían, con solo un pedazo
de su corazón Griselda había logrado ser auténtica y nunca
más se volvió a sentir menos que las otras hadas. Además,
siempre la respetaron tal y como era.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

LA CAJA MISTERIOSA
Había una vez en un hermoso y cálido pueblo
llamado Zerus, existían todo tipo de criaturas
mágicas, una de las principales era un troll de color
azul llamado Ferguson, o como sus amigos le dicen
el bueno, por ser amable con los demás, ya sea en
su entorno con su familia que con los humanos de
por allí.
Ferguson es un típico troll de aldea, le gusta
bañarse en lodo, jugar con los chanchos e ir a
caminar con sus amigos. Le encantan los días de
lluvia, no soporta el calor, y cuando está radiante el
día, él se esconde porque no le gusta que los rayos
del sol reflejen su cara.

Es muy amistoso y atento con los demás, nunca se


metió en problemas con algo o con alguien, siempre
feliz y dando una sonrisa a todo el vecindario de ahí.

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